Tribunal español confirma el derecho de custodia de una madre

● ¿Cómo se sentiría usted si alguien pusiera en duda su capacidad para cuidar a sus propios hijos? ¿Y si afirmara que usted tiene la culpa de que sus hijos no sepan ni relacionarse con los demás ni distinguir el bien del mal ni razonar normalmente?

Una madre española llamada Rosa López fue blanco de tales acusaciones cuando su ex-esposo emprendió acciones legales para conseguir la custodia de sus dos hijas. Rosa es testigo de Jehová, y su ex-marido alegó que sus creencias religiosas estaban perjudicando la vida social, el rendimiento escolar y el criterio moral de las niñas. Cuando un juzgado de primera instancia desestimó la petición del padre, este apeló a la audiencia provincial.

En los casos de custodia, el examen judicial debe ser imparcial y no convertirse en un debate religioso, como si se sometiera a juicio la fe de los implicados. Más bien, debe concentrarse en cuestiones como estas: ¿Qué es lo más conveniente para el menor? ¿Le está perjudicando de algún modo la influencia del progenitor que tiene su custodia? ¿Cuál de los padres puede atender mejor sus necesidades?

A fin de aclarar tales cuestiones en el caso de Rosa, el tribunal designó una psicóloga para que entrevistara a las niñas y a los padres. ¿A qué conclusión llegó? La psicóloga declaró que, tras seis años de estar bajo la custodia de su madre, la evolución de las menores podía considerarse positiva en todos los ámbitos: escolar, social y familiar. Basándose en el dictamen de la psicóloga y en el testimonio de los padres, el juez determinó que no existe ninguna prueba de que “las menores hayan experimentado perjuicio alguno en su desarrollo emocional y sociocultural como consecuencia de su educación en la comunidad religiosa de los Testigos de Jehová”. También afirmó que la alegación del ex-esposo de Rosa era “totalmente gratuita y carente de fundamento”.

Debido a prejuicios religiosos o a informaciones erróneas, hay quienes creen que los hijos de los testigos de Jehová no tienen una crianza “normal”. Sin embargo, educar a los menores en armonía con los principios bíblicos no es maltratarlos. Por el contrario, aprenden a ser personas equilibradas, bondadosas y bien preparadas para la vida (Efesios 6:4; 2 Timoteo 3:15-17).

[Ilustración de la página 14]

Rosa López conservó la custodia legal de sus dos hijas