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Examinando las Escrituras diariamente 2020
es20

Septiembre

Martes 1 de septiembre

Aunque ustedes nunca lo vieron, lo aman (1 Ped. 1:8).

Cuando murió Lázaro, Jesús mostró empatía hacia sus hermanas, Marta y María. Al ver su dolor, “cedió a las lágrimas” (Juan 11:32-35). No lloró solo porque ya no disfrutaría la compañía de su buen amigo. Al fin y al cabo, sabía que lo iba a resucitar. Lloró porque le dolía ver sufrir a sus queridas amigas. A diferencia de Jesús, nosotros no somos perfectos. Pero nos beneficia mucho aprender sobre la empatía que él mostró. Y lo amamos por cómo trató a las personas. Nos anima saber que ahora es Rey del Reino de Dios y que pronto va a eliminar todo el sufrimiento. Como él mismo fue un ser humano, es el más indicado para sanar todas las heridas que nos ha causado el gobierno de Satanás. Qué felices nos sentimos de tener a un Rey que puede “condolerse de nuestras debilidades” (Heb. 2:17, 18; 4:15, 16). w19.03 12:12, 13

Miércoles 2 de septiembre

Nadie puede venir a mí a menos que el Padre, que me envió, lo atraiga (Juan 6:44).

Aunque aportamos nuestro granito de arena para que la gente conozca a Dios, no somos la parte más importante (1 Cor. 3:6, 7). Es Jehová quien atrae a las personas. Y es cada persona la que al final decide aceptar o no el mensaje según lo que tiene en el corazón (Mat. 13:4-8). Recordemos que la mayoría de la gente no aceptó el mensaje de Jesús, y eso que él fue el mejor maestro de la historia. Así que no debemos desanimarnos si muchas de las personas a las que predicamos no escuchan nuestro mensaje. Obtendremos muchos beneficios si mostramos empatía en el ministerio. Disfrutaremos más de la predicación, sentiremos la alegría de dar y les haremos más fácil aceptar el mensaje del Reino a los que están “correctamente dispuestos para vida eterna” (Hech. 13:48). Así que, “mientras tengamos tiempo favorable para ello, obremos lo que es bueno para con todos” (Gál. 6:10). Entonces, sentiremos la felicidad de dar gloria a nuestro Padre celestial, Jehová (Mat. 5:16). w19.03 13:18, 19

Jueves 3 de septiembre

En medio de la congregación te alabaré (Sal. 22:22).

El rey David escribió: “Jehová es grande y ha de ser alabado en gran manera” (Sal. 145:3). Él amaba a Jehová, y ese amor lo motivó a alabarlo “en medio de la congregación” (1 Crón. 29:10-13; Sal. 40:5). Una manera de alabar a Jehová hoy día es comentando en las reuniones. A todos nos gusta disfrutar de comentarios variados. Por ejemplo, nos encanta escuchar las palabras sencillas y sinceras de un niño. Nos emociona cuando alguien explica entusiasmado una verdad que acaba de descubrir. Y admiramos a quienes tienen el valor de dar un comentario aunque sean tímidos o estén comenzando a aprender nuestro idioma (1 Tes. 2:2). ¿Cómo podemos demostrarles que valoramos sus esfuerzos? Una manera es dándoles las gracias después de la reunión y diciéndoles que su comentario nos ha animado mucho. Otra manera es comentando nosotros mismos. Así no solo recibiremos ánimo, sino que también lo daremos (Rom. 1:11, 12). w19.01 2:1, 2, 6

Viernes 4 de septiembre

Muéstrense agradecidos (Col. 3:15).

Aquellos diez hombres tenían lepra y se sentían desesperados. Habían oído que Jesús, el Gran Maestro, era capaz de curar cualquier enfermedad. Así que, cuando un día lo vieron de lejos, le dijeron a gritos: “¡Jesús, Instructor, ten misericordia de nosotros!”. Él escuchó su súplica y los curó por completo a los diez. Seguro que todos estaban muy agradecidos por lo que había hecho por ellos. Pero solo uno se lo demostró con palabras. Aquel hombre, que era samaritano, se sintió motivado a dar alabanza a Dios en voz alta (Luc. 17:12-19). Igual que él, sin duda deseamos expresar nuestro agradecimiento a quienes hacen cosas buenas por nosotros. Jehová nos pone el ejemplo. Lo hace, entre otras maneras, recompensando a los que lo agradan (2 Sam. 22:21; Sal. 13:6; Mat. 10:40, 41). Y la Biblia nos manda: “Háganse imitadores de Dios, como hijos amados” (Efes. 5:1). Así que una razón importante para demostrar que estamos agradecidos es que deseamos ser como Jehová. w19.02 8:1, 2, 4

Sábado 5 de septiembre

¡No quitaré de mí mi integridad! (Job 27:5).

Una joven está en la escuela y con respeto dice que no participará en una celebración que desagrada a Dios. Un joven tímido va predicando y toca a la puerta de un compañero de escuela que antes se ha burlado de los testigos de Jehová. Un padre de familia está en su lugar de empleo, y su jefe le pide que haga algo deshonesto o ilegal. Arriesgando su puesto de trabajo, le explica que es honrado y obedece la ley porque eso es lo que Dios espera de sus siervos (Rom. 13:1-4; Heb. 13:18). ¿Qué cualidad diríamos que demuestran los tres Testigos de este ejemplo? Tal vez mencionemos varias, como la valentía y la honradez. Pero hay una que sobresale y los motiva a actuar como lo hacen: la integridad. Todos se esfuerzan por no fallarle a Jehová y por obedecer sus normas. De seguro que él se sentiría orgulloso de cada uno de ellos. Nosotros también queremos que nuestro Padre celestial se sienta orgulloso de nosotros. w19.02 6:1, 2

Domingo 6 de septiembre

La Ley tiene una sombra de las buenas cosas por venir (Heb. 10:1).

La Ley protegía en especial a los que no podían hacerlo por sí solos, como los huérfanos, las viudas y los extranjeros. Todo juez israelita debía obedecer esta norma: “No debes pervertir el juicio del residente forastero ni del huérfano de padre, y no debes apoderarte de la ropa de una viuda como prenda” (Deut. 24:17). Jehová se interesaba personalmente por los más desfavorecidos y les pedía cuentas a quienes los maltrataban (Éx. 22:22-24). Jehová quiere que aquellos a los que da autoridad se interesen por todos los que están a su cuidado. Odia los delitos sexuales y desea que se proteja y se trate con justicia a todos sus siervos, en particular a los más indefensos (Lev. 18:6-30). Cuando estamos convencidos de que Dios nos trata con justicia, aumenta el amor que sentimos por él. Y, cuando amamos a Dios y sus justas normas, amamos a los demás y los tratamos con justicia. w19.02 9:22-26

Lunes 7 de septiembre

Repudiemos la impiedad y los deseos mundanos (Tito 2:12).

Veamos un ejemplo de cómo protegernos de la influencia de Satanás. Jehová nos ha enseñado que entre nosotros no deben mencionarse ni la inmoralidad sexual ni ninguna clase de impureza (Efes. 5:3). Pero ¿qué haremos si los compañeros de trabajo o de escuela empiezan a hablar de temas sucios? Puede que nuestra conciencia dé la voz de alarma (Rom. 2:15). ¿Cómo reaccionaremos? ¿Le prestaremos atención a este centinela y cerraremos las puertas, por decirlo así? Quizás nos veamos tentados a escuchar la conversación o a mirar las imágenes que estén enseñando. Pero lo que debemos hacer es cambiar de tema o irnos de allí. Se necesita valor para resistir la presión de los compañeros para que hagamos cosas malas o pensemos en ellas. Podemos estar seguros de que Jehová ve los esfuerzos que hacemos para rechazar las ideas de Satanás y de que nos dará las fuerzas y la sabiduría necesarias para lograrlo (2 Crón. 16:9; Is. 40:29; Sant. 1:5). w19.01 3:12, 13

Martes 8 de septiembre

Me volví hacia todas las obras mías que mis manos habían hecho, y todo era vanidad y no había nada que sirviera de ventaja (Ecl. 2:11).

Salomón, que era muy rico y poderoso, decidió probar los placeres de la vida para ver qué tal le iba (Ecl. 2:1-10). Construyó casas, diseñó jardines y parques, e hizo todo lo que deseó. ¿Se sintió feliz y satisfecho? Él mismo nos responde con las palabras del texto de hoy. ¿Aprovecharemos esta extraordinaria lección? Algunas personas aprenden las lecciones de la vida a base de cometer errores y sufrir las consecuencias. Jehová no quiere que nos ocurra eso. Desea que lo escuchemos y lo obedezcamos. Para ello necesitamos fe, pero nunca lamentaremos las decisiones que tomemos por nuestra fe. Y Jehová nunca olvidará el amor que demostremos por su nombre (Heb. 6:10). Por lo tanto, hagamos todo lo posible por fortalecer nuestra fe. Así comprobaremos por nosotros mismos que todo lo que nuestro Padre celestial nos dice es por nuestro bien (Sal. 32:8). w18.12 3:14, 15

Miércoles 9 de septiembre

Dios recomienda su propio amor a nosotros en que, mientras todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros (Rom. 5:8).

La persona espiritual tiene fe en Dios y se esfuerza por ver las cosas como él las ve. Busca su guía y está decidida a obedecerlo (1 Cor. 2:12, 13). Así es como era David. En una canción, dijo que Jehová era su “porción”, refiriéndose a su buena relación con él (Sal. 16:5). Estaba agradecido de ser amigo de Dios y se refugiaba en él (Sal. 16:1). Por eso escribió que se sentía muy alegre. En efecto, nada lo hacía tan feliz como tener una amistad estrecha con Jehová (Sal. 16:9, 11). Quienes viven para disfrutar de los placeres o ganar dinero no pueden sentir la misma alegría que David (1 Tim. 6:9, 10). Si tenemos una fe fuerte en Jehová y le servimos, tendremos una vida plena y con propósito. Para tener más fe, debemos “pasar tiempo” con él. ¿Cómo? Leyendo su Palabra, observando la creación y reflexionando en sus cualidades, entre ellas el amor que siente por nosotros (Rom. 1:20). w18.12 4:7, 8

Jueves 10 de septiembre

Que el matrimonio sea honorable entre todos (Heb. 13:4).

Con estas palabras, Pablo no estaba haciendo un comentario de carácter general. Más bien, les estaba mandando a los cristianos que consideraran valioso el matrimonio. ¿Es así como vemos nosotros el matrimonio en general y el nuestro en particular? Si consideramos valioso el matrimonio y lo honramos, estamos siguiendo el ejemplo de Jesús. Cuando los fariseos le preguntaron sobre el divorcio, él hizo referencia a lo que dijo Jehová respecto al primer matrimonio: “Por este motivo dejará el hombre a su padre y a su madre, y los dos serán una sola carne”. Y añadió: “Lo que Dios ha unido bajo un yugo, no lo separe ningún hombre” (Mar. 10:2-12; Gén. 2:24). Como vemos, Jesús tenía claro que Dios creó el matrimonio y recalcó que es una unión permanente. Jehová no les dijo a Adán y Eva que el divorcio podía poner fin al matrimonio. Al contrario, su propósito era que “los dos” permanecieran unidos toda la vida. w18.12 2:2-4

Viernes 11 de septiembre

Transfórmense rehaciendo su mente (Rom. 12:2).

Cuando conocemos la verdad de la Biblia, comprendemos lo importante que es obedecer los requisitos básicos de Dios. Pero, al ir madurando en sentido espiritual, aprendemos más sobre su modo de pensar: lo que le gusta y lo que no, y cómo ve ciertos asuntos. Esto influye en nuestras acciones y decisiones. Aunque disfrutamos de aprender a pensar como Jehová, no siempre resulta fácil, pues somos imperfectos. Por ejemplo, es posible que nos cueste trabajo entender cómo ve Dios cosas como la limpieza moral, el materialismo, la predicación y el mal uso de la sangre. ¿Qué nos ayudará a seguir haciendo nuestros los pensamientos de Dios? Rehacer nuestra mente al estudiar la Biblia con el fin de captar los pensamientos de Dios, meditar en ellos y adaptar nuestro modo de pensar al suyo. w18.11 5:2-4

Sábado 12 de septiembre

¿Hasta cuándo clamaré a ti por socorro contra la violencia, sin que tú salves? (Hab. 1:2).

Habacuc vivió en una época muy difícil. Estaba muy triste porque todo el mundo era malvado y violento. ¿Cuándo acabaría la maldad? ¿Por qué no había hecho nada Jehová? Este profeta solo veía injusticia y opresión, y los culpables eran los mismos israelitas. Se sentía indefenso. Pues bien, en ese período tan oscuro le rogó a Dios que hiciera algo. Quizás había empezado a pensar que a Jehová no le importaba lo que pasaba y que se estaba tardando demasiado. ¿Nos hemos sentido alguna vez como este fiel siervo de Dios? ¿Había perdido Habacuc la confianza en Jehová y sus promesas? Por supuesto que no. El solo hecho de que le confiara a Jehová y no a otro ser humano sus problemas y preocupaciones demuestra que no había cedido a la desesperación. Obviamente estaba preocupado debido a que no entendía por qué Dios no había hecho nada y permitía que sufriera. w18.11 3:4, 5

Domingo 13 de septiembre

Dejen de acumular para sí tesoros sobre la tierra (Mat. 6:19).

Pedro y Andrés se dedicaban al negocio de la pesca. Cuando Jesús los invitó a hacerse “pescadores de hombres”, dejaron las redes y se fueron con él (Mat. 4:18-20). Como es natural, esto no significa que todos los que aprenden la verdad tienen que dejar su trabajo, pues necesitan ganarse la vida y cuidar de su familia (1 Tim. 5:8). Sin embargo, es posible que tengan que cambiar sus prioridades y su actitud hacia las cosas materiales. Veamos el caso de María. El golf lo era todo para ella, y tenía la meta de llegar a ser una jugadora profesional y ganar mucho dinero. Entonces, comenzó a estudiar la Biblia. Le encantaban los cambios que la verdad la ayudaba a hacer. Comprendió que sería muy difícil conseguir al mismo tiempo riquezas espirituales y materiales (Mat. 6:24). Así que renunció a su sueño de ser una golfista profesional. Ahora es precursora y tiene, como dice ella, “la vida más feliz y completa que puede haber”. w18.11 1:9, 10

Lunes 14 de septiembre

Este es el carpintero, el hijo de María (Mar. 6:3).

Cuando Jesús tenía 30 años, dejó a un lado el oficio de carpintero para dedicar su vida a proclamar el mensaje del Reino. Sabía que esa era su labor más importante, pues dijo que era una razón por la que Dios lo envió a la Tierra (Mat. 20:28; Luc. 3:23; 4:43). Hizo de la predicación el centro de su vida y quiso que los demás hicieran lo mismo (Mat. 9:35-38). La mayoría de nosotros no somos carpinteros, pero todos somos ministros de las buenas nuevas. Esta labor es tan importante que hasta Dios participa en ella. De hecho, la Biblia dice que “somos colaboradores de Dios” (1 Cor. 3:9; 2 Cor. 6:4). Sabemos que la verdad es la propia sustancia o esencia de la palabra de Dios (Sal. 119:159, 160). Por eso, nos aseguramos de manejar “la palabra de la verdad correctamente” en nuestro ministerio (2 Tim. 2:15). Con ese fin, debemos esforzarnos por ser cada vez más hábiles al usar la Biblia, que es nuestra herramienta principal para enseñar la verdad sobre Jehová, Jesús y el Reino. w18.10 2:1, 2

Martes 15 de septiembre

Presten ayuda a los que son débiles, y tengan presentes las palabras del Señor Jesús (Hech. 20:35).

Cuando el esposo sigue el ejemplo de su cabeza, Jesucristo, ayuda a que su esposa le tenga “profundo respeto” (Efes. 5:22-25, 33). Entonces, ella lo tratará con consideración. Cuando los padres son considerados el uno con el otro, son un buen modelo para sus hijos. Pero también tienen la responsabilidad de enseñarles cómo ser considerados con los demás. Por ejemplo, pueden decirles que no corran en el Salón del Reino o que en las reuniones sociales deben permitir que los mayores se sirvan los alimentos antes que ellos. Si un niño hace algo amable por nosotros, como abrirnos la puerta, debemos felicitarlo. Esto tendrá un buen efecto en él y le grabará en el corazón que “hay más felicidad en dar que en recibir”. w18.09 5:5, 6

Miércoles 16 de septiembre

Su Caudillo es uno, el Cristo (Mat. 23:10).

La guía que nos da Cristo, nuestro Rey, nos ayudará ahora y en el futuro. Por lo tanto, debe alegrarnos pensar en los beneficios de adaptarnos a los últimos cambios. ¿Por qué no analizamos en la adoración en familia los cambios hechos en las reuniones y en la predicación, y cómo estos nos han ayudado? Seguro que nos animará mucho. Si comprendemos el espíritu que guía las instrucciones que nos da la organización de Jehová y los beneficios, obedeceremos con gusto. Seguro que nos complace ver el ahorro de dinero que se produce al imprimir menos publicaciones. Y, gracias a las nuevas tecnologías, la organización lleva el mensaje a más personas. ¿Por qué no empleamos más las publicaciones en formato electrónico y los archivos multimedia, si nos es posible? Al hacerlo, demostraremos el mismo interés de Jesús en usar con prudencia los recursos de la organización. Seguir de corazón la guía de Cristo contribuye a fortalecer la fe y la unidad de los hermanos. w18.10 3:17-19

Jueves 17 de septiembre

Teniéndoles tierno cariño, nos fue de mucho agrado impartirles, no solo las buenas nuevas de Dios, sino también nuestras propias almas (1 Tes. 2:8).

Si somos cariñosos igual que Dios, podemos convertirnos en la respuesta a los ruegos de una persona angustiada (2 Cor. 1:3-6). Ahora bien, no esperemos perfección de los hermanos. Debemos verlos con equilibrio. Esperar que no cometan ningún error es poco realista y nos desilusionará (Ecl. 7:21, 22). Recordemos que Jehová es razonable con nosotros. Si copiamos su ejemplo, estaremos listos para soportar las imperfecciones de los demás (Efes. 4:2, 32). No les demos a entender que no se esfuerzan lo suficiente ni los comparemos con otros, pues se frustrarán. En vez de eso, tengamos la costumbre de felicitarlos por lo que hacen. Eso los animará y los ayudará a servir felices a Jehová (Gál. 6:4). w18.09 2:16, 17

Viernes 18 de septiembre

Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y terminar su obra (Juan 4:34).

Según Jesús, ser obediente a Dios forma parte de la alimentación espiritual. ¿En qué sentido? Cuando tomamos una buena comida, nos sentimos satisfechos y felices. De modo similar, cuando hacemos lo que Dios desea, se fortalece nuestra fe y nos sentimos satisfechos en sentido espiritual. Cuando ponemos en práctica lo que Dios nos enseña, nos hacemos sabios (Sant. 3:13). Y los beneficios valen la pena. La Biblia dice que nada de lo que deseamos es comparable a la sabiduría y que esta “es árbol de vida a los que se asen de ella, y los que la mantienen firmemente asida han de ser llamados felices” (Prov. 3:13-18). En cierta ocasión, Jesús les dijo a sus discípulos: “Si saben estas cosas, felices son si las hacen” (Juan 13:17). Seguirían siendo felices si no dejaban de obedecer a Jesús. Y así lo hicieron. Obedecer sus instrucciones y copiar su ejemplo no fue un acto aislado, sino que se convirtió en su forma de vida. w18.09 1:4, 5

Sábado 19 de septiembre

Dios procedió a crear al hombre a su imagen (Gén. 1:27).

Aunque Adán y Eva estaban solos en el jardín de Edén, las instrucciones que Jehová les dio deberían haberlos hecho pensar en el bienestar de otros. Dios los bendijo y les dijo que se multiplicaran, llenaran la Tierra y la dominaran (Gén. 1:28). Así como el Creador se interesa mucho en su creación, ellos deberían haberse interesado en la felicidad de sus descendientes. Para que todos ellos disfrutaran del paraíso, tenían que extenderlo por el entero planeta. Ese inmenso proyecto requeriría la colaboración de toda la familia. Extender el paraíso hubiera implicado que los seres humanos perfectos colaboraran estrechamente con el propósito de Jehová, y así entrarían en su descanso (Heb. 4:11). Solo podemos imaginar lo felices que se hubieran sentido. Además, Jehová los habría bendecido mucho por ser generosos e interesarse en los demás. w18.08 3:2, 8, 9

Domingo 20 de septiembre

Él calumnió a tu siervo ante mi señor el rey (2 Sam. 19:27).

¿Qué podemos hacer si se nos acusa de algo que no es cierto? Eso fue lo que les ocurrió a Jesús y a Juan el Bautista (Mat. 11:18, 19). ¿Qué hizo Jesús? En vez de dedicar todo su tiempo y energías a defenderse, animó a la gente a fijarse en los hechos, en lo que hacía y enseñaba. Como él mismo dijo, “la sabiduría queda probada justa por sus obras”. Encontramos aquí una valiosa lección. Puede que a veces la gente nos critique o diga cosas injustas que manchen nuestra reputación. ¿Hay algo que podamos hacer? Si alguien difunde una mentira sobre nosotros, lo mejor es vivir de tal manera que nadie la crea. Como demuestra el ejemplo de Jesús, si llevamos una vida cristiana intachable, desmentiremos cualquier media verdad o acusación falsa. w18.08 1:11-13

Lunes 21 de septiembre

A Jehová tu Dios debes temer. A él debes servir, y a él debes adherirte (Deut. 10:20).

Los relatos bíblicos sobre la desobediencia de Caín, Salomón y los israelitas en el monte Sinaí tienen un elemento importante en común. Todos ellos tuvieron la oportunidad de arrepentirse y cambiar (Hech. 3:19). Está claro que Jehová no da por perdido enseguida a quien comete un error. Recordemos que perdonó a Aarón. Hoy día, Jehová puede advertirnos mediante los relatos de la Biblia, las publicaciones o los consejos amables de un hermano. Cuando hacemos caso de sus advertencias, estamos seguros de que Jehová nos mostrará misericordia. La bondad inmerecida de Jehová tiene un propósito (2 Cor. 6:1). Nos da la oportunidad de “repudiar la impiedad y los deseos mundanos” (Tito 2:11-14). Mientras vivamos “en medio de este sistema de cosas”, enfrentaremos situaciones que pondrán a prueba nuestra devoción exclusiva a Dios. Esforcémonos por estar siempre listos para ponernos firmemente de parte de Jehová. w18.07 3:20, 21

Martes 22 de septiembre

Jehová conoce a los que le pertenecen (2 Tim. 2:19).

¿Cómo podemos fortalecer nuestro deseo de buscar el reconocimiento de Jehová y no el del mundo? Es necesario que recordemos dos factores importantes. Primero, que Jehová siempre les da reconocimiento a sus siervos fieles (Heb. 6:10; 11:6). Él los valora de corazón a todos y cada uno de ellos y considera que sería una injusticia ignorarlos. Jehová está al tanto del “camino de los justos” y sabe cómo librarlos de las pruebas de fe (Sal. 1:6; 2 Ped. 2:9). Segundo, que Jehová puede mostrarnos reconocimiento de maneras que nunca nos imaginamos. Él no recompensará a quienes hacen buenas obras solo para que otros los vean. ¿Por qué no? Porque Jesús dijo que ese reconocimiento es su recompensa (Mat. 6:1-5). Pero también dijo que su Padre “mira en secreto” a los que no reciben el reconocimiento que merecen por el bien que le hacen al prójimo. w18.07 1:8, 10

Miércoles 23 de septiembre

Deja tú de llamar contaminadas las cosas que Dios ha limpiado (Hech. 10:15).

Pedro estaba confundido y no entendía lo que la voz le quería decir. En ese momento, llegaron unos mensajeros de Cornelio. Siguiendo la guía del espíritu santo, Pedro los acompañó a la casa de este. Los judíos jamás entraban en las casas de los gentiles. Así que, si Pedro solo se hubiera dejado llevar por las apariencias, nunca habría ido a la casa de Cornelio. Entonces, ¿por qué lo hizo? Fue gracias a lo que vio en la visión y a la guía del espíritu santo. Después de escuchar lo que Cornelio explicó, Pedro se sintió tan conmovido que dijo por inspiración divina: “Con certeza percibo que Dios no es parcial, sino que, en toda nación, el que le teme y obra justicia le es acepto” (Hech. 10:34, 35). Esta nueva verdad que recibió Pedro tendría un efecto en todos los cristianos. w18.08 2:3, 4

Jueves 24 de septiembre

Odien lo que es malo (Amós 5:15).

Seguramente todos evitamos las cosas que Dios odia. Sin embargo, hay situaciones sobre las que la Biblia no dice nada específico. En esos casos, ¿cómo sabemos lo que Jehová quiere que hagamos? Si tenemos una conciencia bien educada por la Biblia, tomaremos una buena decisión. Jehová nos quiere, y por eso nos ha dado principios que guían la conciencia. Él mismo dice: “Yo, Jehová, soy tu Dios, Aquel que te enseña para que te beneficies a ti mismo, Aquel que te hace pisar en el camino en que debes andar” (Is. 48:17, 18). Cuando reflexionamos en los principios bíblicos y dejamos que nos lleguen al corazón, estamos moldeando, corrigiendo y ajustando nuestra conciencia. A su vez, esto nos permite tomar decisiones correctas. Un principio es una verdad o idea fundamental que guía nuestra forma de pensar o actuar. Entender los principios bíblicos nos permite comprender cómo piensa Jehová y por qué dictó ciertas leyes. w18.06 3:5, 8-10

Viernes 25 de septiembre

¿Es lícito pagar la capitación a César, o no? (Mat. 22:17).

La trampa de los partidarios de Herodes era la siguiente: si Jesús criticaba el impuesto, podría ser acusado de rebelión contra el Imperio, pero, si decía que había que pagarlo, sus seguidores tal vez lo abandonarían. A fin de mantenerse neutral, Jesús tuvo mucho cuidado con su respuesta. Claro, sabía que muchos recaudadores eran corruptos. Pero no quería que estas cosas lo distrajeran de la cuestión más importante: que la verdadera solución para los problemas de la humanidad es el Reino de Dios. Así puso un modelo que todos debemos seguir. Aunque una causa parezca muy noble, nunca debemos meternos en temas políticos. En lugar de formarnos opiniones muy categóricas sobre las injusticias o hablar en contra de ellas, los cristianos buscamos el Reino y la justicia de Dios (Mat. 6:33). Muchos testigos de Jehová han logrado dejar atrás las ideas políticas que tenían arraigadas. w18.06 1:9-11

Sábado 26 de septiembre

Los hijos del Dios verdadero empezaron a fijarse en las hijas de los hombres, que ellas eran bien parecidas (Gén. 6:2).

Es posible que Satanás no solo usara como señuelo la inmoralidad, sino también la promesa de dominar a la humanidad. Puede que su intención fuera impedir que llegara la “descendencia” de la “mujer” que Dios había prometido (Gén. 3:15). Pero Jehová trajo el Diluvio y así frustró los planes que tenían Satanás y los demonios. Por eso, no debemos subestimar el peligro de la inmoralidad y el egocentrismo. Los ángeles que se unieron a Satanás habían servido en la presencia de Jehová durante muchísimos años. Pero muchos permitieron que los malos deseos echaran raíces y crecieran en su interior. De manera parecida, puede que nosotros hayamos servido durante décadas en la parte terrestre de la organización de Dios. Pero, incluso en este entorno tan saludable, los malos deseos pueden echar raíces en nuestro interior (1 Cor. 10:12). Es muy importante que siempre analicemos nuestro corazón y que rechacemos la arrogancia y los malos pensamientos (Gál. 5:26; Col. 3:5). w18.05 3:11, 12

Domingo 27 de septiembre

Tengo gran desconsuelo e incesante dolor en mi corazón (Rom. 9:2).

El que la mayoría de los judíos rechazara el mensaje del Reino fue desalentador para Pablo. Pero nunca se dio por vencido. Fijémonos en lo que tiempo después explicó en su carta a los cristianos de Roma sobre lo que sentía por los judíos. Dijo: “La buena voluntad de mi corazón y mi ruego a Dios por ellos son, en realidad, para su salvación. Porque les doy testimonio de que tienen celo por Dios; mas no conforme a conocimiento exacto” (Rom. 10:1, 2). Pablo explicó que seguía predicándoles motivado por la buena voluntad de su corazón, es decir, porque deseaba de corazón que algunos judíos lograran la salvación (Rom. 11:13, 14). Señaló que le rogaba a Dios que ayudara a ciertos judíos a aceptar el mensaje del Reino. Y añadió: “Tienen celo por Dios”. Pablo veía lo mejor de cada persona. Y él mismo sabía muy bien que el celo bien dirigido podía convertir a una persona sincera en un cristiano entusiasta. w18.05 1:4, 13, 14

Lunes 28 de septiembre

Hablen lo que sea bueno para edificación según haya necesidad, para que imparta lo que sea favorable a los oyentes (Efes. 4:29).

Todos debemos estar pendientes de nuestros hermanos y fijarnos en lo que necesitan. Pablo les dijo a los cristianos hebreos: “Enderecen las manos que cuelgan y las rodillas debilitadas, y sigan haciendo sendas rectas para sus pies, para que lo cojo no se descoyunte, sino que, más bien, sea sanado” (Heb. 12:12, 13). Incluso los jóvenes pueden dar palabras de ánimo a los hermanos. Pablo dio este consejo: “Si hay, pues, algún estímulo en Cristo, si alguna consolación de amor, si alguna participación de espíritu, si algunos tiernos cariños y compasiones, hagan pleno mi gozo por ser ustedes de la misma mente y tener el mismo amor, estando unidos en alma, teniendo presente el mismo pensamiento, no haciendo nada movidos por espíritu de contradicción ni por egotismo, sino considerando con humildad mental que los demás son superiores a ustedes, no vigilando con interés personal solo sus propios asuntos, sino también con interés personal los de los demás” (Filip. 2:1-4). w18.04 4:10, 12

Martes 29 de septiembre

Sean como personas libres, y tengan su libertad como esclavos de Dios (1 Ped. 2:16).

Jehová nos ha liberado mediante Jesús de la ley del pecado y la muerte con el propósito de que dediquemos toda nuestra vida a su servicio. ¿Cuál es la mejor manera de no usar mal la libertad ni volver a ser esclavos de los deseos y las ambiciones del mundo? Estar totalmente concentrados en los intereses espirituales (Gál. 5:16). Veamos el caso del patriarca Noé y su familia. Aunque vivían en un mundo inmoral y violento, no se dejaron entrampar por los deseos y los intereses de la gente. ¿Cómo lo lograron? Manteniéndose ocupados en todo lo que Jehová les había mandado hacer: construir el arca, almacenar alimento para sí y para los animales, y advertir a la gente del fin de aquel mundo. La Biblia dice: “Noé procedió a hacer conforme a todo lo que le había mandado Dios. Hizo precisamente así” (Gén. 6:22). El resultado fue que Noé y su familia sobrevivieron (Heb. 11:7). w18.04 2:8, 11, 12

Miércoles 30 de septiembre

Te daré toda esta autoridad y la gloria de ellos, porque a mí me ha sido entregada, y a quien yo quiera se la doy (Luc. 4:6).

Para engañar “a toda la tierra habitada”, Satanás y los demonios no solo usan los gobiernos, sino también la religión falsa y el sistema comercial (Rev. 12:9). Mediante la religión falsa, Satanás difunde mentiras sobre Jehová. Y parece que está decidido a conseguir que el mayor número de personas posible olvide el nombre de Dios (Jer. 23:26, 27). Como resultado de todo esto, muchos creen sinceramente que adoran a Dios, pero en realidad adoran a los demonios (1 Cor. 10:20; 2 Cor. 11:13-15). Mediante el sistema comercial, Satanás difunde otras mentiras. Por ejemplo, hace creer a la gente que la clave de la felicidad está en tener mucho dinero y muchas posesiones (Prov. 18:11). Los que creen esta mentira dedican su vida a servir “a las Riquezas” en lugar de a Jehová (Mat. 6:24). Su amor por las cosas materiales termina asfixiando su amor por Dios (Mat. 13:22; 1 Juan 2:15, 16). w18.05 3:6, 7

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