Octubre
Jueves 1 de octubre
Lloren con los que lloran (Rom. 12:15).
Es cierto que nosotros no podemos leer el corazón de la gente, como lo hacen Jehová y Jesús, pero sí podemos intentar comprender sus emociones y necesidades (2 Cor. 11:29). A diferencia del mundo egoísta en el que vivimos, tratamos de hacer lo que dijo Pablo: “No vigilando con interés personal solo sus propios asuntos, sino también con interés personal los de los demás” (Filip. 2:4). En especial, los ancianos de congregación tienen que mostrar empatía. Saben que le van a rendir cuentas a Jehová por cómo tratan a las ovejas que él les ha encomendado (Heb. 13:17). A fin de ayudar a sus hermanos, tienen que ser comprensivos. ¿Cómo lo demuestran? Los ancianos comprensivos les dedican tiempo a sus hermanos. Les hacen preguntas y los escuchan con atención y paciencia. Esto es de particular importancia si una de las queridas ovejas de Jehová quiere abrirles su corazón pero no encuentra las palabras adecuadas (Prov. 20:5). Cuando los ancianos están dispuestos a dedicarles tiempo a los hermanos, se forman entre ellos fuertes vínculos de confianza, amistad y amor (Hech. 20:37). w19.03 12:14-17
Viernes 2 de octubre
Como manzanas de oro en entalladuras de plata es una palabra hablada al tiempo apropiado para ella (Prov. 25:11).
El agradecimiento es como una buena comida, que se disfruta más cuando se comparte. Sentir el agradecimiento de otros nos hace felices a nosotros. Pero expresar el agradecimiento que sentimos hace felices a los demás. ¿Por qué? Porque se dan cuenta de que sus esfuerzos por ayudarnos o por darnos algo que necesitábamos valieron la pena. Como consecuencia, nuestra amistad con ellos se hace más fuerte. Las palabras de agradecimiento son algo muy valioso, como se menciona en el texto de hoy. ¿Verdad que una manzana de oro con adornos de plata sería muy hermosa? Y, desde luego, tendría mucho valor. ¿Cómo nos sentiríamos si nos hicieran un regalo así? Pues bien, dedicarle a alguien unas palabras de gratitud puede ser igual de valioso. Además, tal como nosotros atesoraríamos una manzana de oro durante mucho tiempo, es posible que la persona a la que le damos las gracias atesore nuestras palabras durante el resto de su vida. w19.02 8:5, 6
Sábado 3 de octubre
El hombre ha llegado a ser como uno de nosotros al conocer lo bueno y lo malo (Gén. 3:22).
Cuando Adán y Eva comieron del árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo, dejaron claro que no confiaban en Jehová ni en sus normas. Decidieron elegir por sí mismos lo que está bien o mal. Pero ¿cuáles fueron las consecuencias? Perdieron su amistad con Jehová y la oportunidad de vivir para siempre. Además, les transmitieron a sus descendientes el pecado y la muerte (Rom. 5:12). Hay una enorme diferencia entre lo que Adán y Eva hicieron y lo que el eunuco etíope hizo cuando Felipe le predicó. Este hombre estaba tan agradecido por lo que Jehová y Jesús habían hecho por él que se bautizó de inmediato (Hech. 8:34-38). En nuestro caso, cuando le dedicamos la vida a Dios y, como el etíope, nos bautizamos, dejamos claro que agradecemos lo que Jehová y Jesús han hecho por nosotros. Además, demostramos que confiamos en Jehová y que aceptamos que es el único que tiene el derecho de decidir lo que está bien y lo que está mal. w19.03 10:1, 2
Domingo 4 de octubre
¡No quitaré de mí mi integridad! (Job 27:5).
Ser íntegro significa sentir un amor y devoción inquebrantable a Jehová y hacer siempre lo que le agrada. En la Biblia, la palabra hebrea que se traduce “integridad” se usa para referirse a algo que está completo, entero o sano. Por ejemplo, cuando le ofrecían a Jehová un animal en sacrificio, este tenía que estar sano (Lev. 22:21, 22). Los siervos de Dios no podían ofrecerle un animal al que le faltara una pata, una oreja o un ojo, o que estuviera enfermo. Para Jehová era muy importante que el animal estuviera completo y sano (Mal. 1:6-9). ¿Por qué quiere Jehová que todo lo que le demos esté completo? El siguiente ejemplo nos ayudará a entenderlo. Cuando compramos una fruta, no queremos que tenga agujeros o que le falte un pedazo. Queremos que esté entera y sana. Pues bien, algo parecido pasa con nuestro amor y lealtad a Jehová. Él quiere que sea completo o íntegro. w19.02 6:3
Lunes 5 de octubre
¡Cómo amo tu ley, sí! Todo el día ella es mi interés intenso (Sal. 119:97).
Para proteger el corazón, no solo debemos cerrarles el paso a las malas influencias, sino también abrírselo a las positivas. En las ciudades amuralladas, el portero cerraba las puertas para impedir que entrara el enemigo. Pero en otros casos las abría para permitir la entrada de alimentos y otras provisiones. De no hacerlo, los habitantes morirían de hambre. De modo parecido, tenemos que abrir con regularidad nuestro corazón para que entren las enseñanzas de Jehová. En la Biblia, encontramos los pensamientos de Dios. Por eso, siempre que la leemos, permitimos que estos influyan en nuestra manera de pensar, sentir y actuar. A fin de aprovechar al máximo nuestra lectura de la Biblia, debemos hacer dos cosas. En primer lugar, es imprescindible orar para que Jehová que nos ayude a ver “las cosas maravillosas” que contiene su Palabra (Sal. 119:18). En segundo lugar, debemos meditar en lo que leemos. Cuando hacemos todo esto, la Palabra de Dios alcanza lo más profundo de nuestro corazón y llegamos a amar la forma de pensar de Jehová (Prov. 4:20-22). w19.01 3:14, 15
Martes 6 de octubre
Ofrezcamos siempre a Dios sacrificio de alabanza (Heb. 13:15).
Jehová sabe que cada uno de nosotros tiene diferentes capacidades y circunstancias, y aprecia mucho los sacrificios que podemos ofrecerle. Pensemos en los tipos de sacrificios que aceptaba de los israelitas. Los que tenían medios para ello le ofrecían una cordera o una cabrita. Los que eran pobres podían ofrecer “dos tórtolas o dos pichones”. Y, si alguien no tenía ni siquiera para presentar dos aves, Jehová aceptaba “un décimo de efá de flor de harina” (Lev. 5:7, 11). Aunque la harina era más barata, Dios valoraba ese sacrificio, siempre y cuando fuera “flor de harina”, es decir, harina fina, de buena calidad. Nuestro Dios sigue pensando igual hoy día. Cuando ofrecemos comentarios, es considerado y no espera que todos nos expresemos tan bien como Apolos o seamos tan convincentes como Pablo (Hech. 18:24; 26:28). Todo lo que nos pide es que lo hagamos lo mejor que podamos. Recordemos a la viuda que donó dos moneditas. Jehová la aprobó porque ofreció todo lo que tenía (Luc. 21:1-4). w19.01 2:3-5
Miércoles 7 de octubre
Ustedes serán objeto de odio de parte de toda la gente por motivo de mi nombre (Mat. 10:22).
Debemos esperar que este mundo nos odie. Jesús predijo que sus discípulos serían perseguidos con dureza en los últimos días (Mat. 24:9; Juan 15:20). La profecía de Isaías nos advierte que nuestros enemigos no solo nos odiarán, sino que usarán diversas armas para atacarnos. Entre ellas están los engaños sutiles, las mentiras descaradas y la persecución cruel (Mat. 5:11). Jehová no impedirá que nuestros enemigos utilicen estas armas (Efes. 6:12; Rev. 12:17). Pero no debemos tener miedo. Él dice que “no tendrá éxito” ningún arma que se utilice contra nosotros (Is. 54:17). Tal como un muro nos protege de los fuertes vientos de una tormenta, así Jehová nos protege del “soplo de los tiránicos” (Is. 25:4, 5). Nuestros enemigos nunca lograrán causarnos ningún daño permanente (Is. 65:17). Todos los enemigos del pueblo de Dios “llegarán a ser como nada, y perecerán” (Is. 41:11, 12). w19.01 1:13-16
Jueves 8 de octubre
Donde está el espíritu de Jehová, hay libertad (2 Cor. 3:17).
Jóvenes, Jehová ama la libertad, y nos hizo de tal manera que también la amemos. Pero, al mismo tiempo, quiere que la usen bien, pues eso los protege. Es posible que conozcan a otros jóvenes que ven pornografía, mantienen relaciones sexuales inmorales, practican deportes peligrosos, consumen drogas o abusan del alcohol. A lo mejor disfrutan de unos momentos de emoción o placer. Pero por lo general pagan un precio muy alto: se hacen adictos, se enferman o incluso mueren (Gál. 6:7, 8). Creen que son libres, pero se engañan a sí mismos (Tito 3:3). Por otro lado, obedecer a Jehová nos beneficia. Es bueno para nuestra salud y nos hace libres de verdad (Sal. 19:7-11). Es más, cuando usan bien su libertad —es decir, dentro de los límites de las leyes y los principios perfectos de Dios—, les demuestran a Jehová y a sus padres que se les puede dar más libertad (Rom. 8:21). w18.12 3:16, 17
Viernes 9 de octubre
El hombre dejará a su padre y a su madre, y tiene que adherirse a su esposa, y tienen que llegar a ser una sola carne (Gén. 2:24).
El pecado de Adán trajo muchos cambios. Uno de ellos fue la muerte, que afectaría al matrimonio. Lo señaló el apóstol Pablo cuando explicó que los cristianos no deben seguir la Ley mosaica. Reveló que la muerte pone fin al matrimonio y que el cónyuge vivo puede volver a casarse (Rom. 7:1-3). En la Ley que Jehová le dio a la nación de Israel, hallamos algunos detalles sobre el matrimonio. Veamos uno de ellos. La Ley permitía que el hombre tuviera más de una esposa, una práctica que se conoce como poligamia y que ya existía antes de que Dios le diera la Ley a Israel. Lo que Jehová hizo fue regular esta práctica para que no hubiera abusos. Por ejemplo, si un israelita se casaba con una esclava y luego tomaba otra esposa, tenía que seguir dándole a la primera comida, ropa y el débito conyugal. Dios mandaba que la protegiera y la cuidara (Éx. 21:9, 10). Nosotros no estamos bajo la Ley, pero en ella vemos el interés de Dios en el matrimonio. Sin duda, esto nos ayuda a valorarlo igual que él. w18.12 2:3, 5, 6
Sábado 10 de octubre
Ustedes no creerán aunque se les cuente (Hab. 1:5).
Habacuc había dejado sus inquietudes en manos de Jehová. Pero entonces quizás se preguntó cuál sería su reacción. Puesto que Jehová es como un padre que comprende a sus hijos y se pone en su lugar, no reprendió al profeta por sus quejas sinceras. Dios sabía que eran un grito desesperado de dolor. En palabras que en realidad iban dirigidas a los israelitas infieles, Jehová le dijo lo que ocurriría en el futuro cercano. Es muy probable que Habacuc fuera la primera persona a quien Jehová le reveló que aquella época violenta se acercaba a su fin. Jehová le hizo ver a Habacuc que estaba preparado para actuar. Aquella generación malvada y violenta no tardaría en recibir un castigo. Con la expresión “en los días de ustedes”, Jehová indicó que su juicio llegaría en los días del profeta y sus contemporáneos. Ahora bien, ¿era esta la respuesta que esperaba Habacuc? En absoluto. Lo que Jehová dijo significaría más sufrimiento para todo Judá. w18.11 3:7, 8
Domingo 11 de octubre
La voluntad de Dios es que hombres de toda clase se salven y lleguen a un conocimiento exacto de la verdad (1 Tim. 2:4).
¿Cómo vemos a las personas que aún no conocen la verdad? Es cierto que el apóstol Pablo fue a las sinagogas para buscar a los que ya sabían algo sobre Dios. Pero no solo les predicó a los judíos. Por ejemplo, durante el primer viaje misionero de Pablo, los habitantes de la región de Licaonia creyeron que él y Bernabé eran los dioses Zeus y Hermes en carne y hueso. ¿Se dejaron llevar Pablo y Bernabé por los encantos de la fama y la popularidad? ¿Se lo tomaron como un descanso después de haber sufrido persecución en las últimas dos ciudades que habían visitado? ¿Pensaron que esa publicidad podría favorecer la predicación? En absoluto. De inmediato rasgaron sus vestiduras y empezaron a gritar entre la multitud: “¿Por qué hacen estas cosas? Nosotros también somos humanos que tenemos sufrimientos igual que ustedes” (Hech. 14:8-15). w18.09 1:8, 9
Lunes 12 de octubre
¿No saben que los injustos no heredarán el reino de Dios? Y, sin embargo, eso era lo que algunos de ustedes eran. Pero ustedes han sido lavados, ustedes han sido declarados justos (1 Cor. 6:9, 11).
Si queremos aceptar la verdad y vivir en conformidad con ella, tenemos que estar dispuestos a cambiar nuestra forma de pensar y actuar. Pedro dio este consejo: “Como hijos obedientes, dejen de amoldarse según los deseos que tuvieron en otro tiempo en su ignorancia”. Y añadió: “Háganse ustedes mismos santos también en toda su conducta” (1 Ped. 1:14, 15). Por ejemplo, en la corrupta e inmoral ciudad de Corinto, las personas que aceptaron la verdad tuvieron que hacer grandes cambios en su vida. Del mismo modo, hoy día muchos han tenido que dejar a un lado la mala conducta a fin de comprar la verdad. Pedro también les dijo a los cristianos de su época: “Basta el tiempo que ha pasado para que ustedes hayan obrado la voluntad de las naciones cuando procedían en hechos de conducta relajada, lujurias, excesos con vino, diversiones estrepitosas, partidas de beber e idolatrías ilegales” (1 Ped. 4:3). w18.11 1:13
Martes 13 de octubre
Todos los que estaban correctamente dispuestos para vida eterna se hicieron creyentes (Hech. 13:48).
¿Cómo podemos encontrar a los que están “correctamente dispuestos para vida eterna”? Igual que en el siglo primero, la única manera es predicando. Por tanto, tenemos que seguir las instrucciones de Jesús: “En cualquier ciudad o aldea que entren, busquen hasta descubrir quién en ella es merecedor” (Mat. 10:11). Sabemos que no aceptarán el mensaje las personas que no son sinceras, que son orgullosas o que no tienen interés por lo espiritual. Buscamos a las que son sinceras y humildes, y están sedientas de la verdad. Pongamos un ejemplo. Cuando Jesús trabajaba de carpintero, seguramente buscaba la madera adecuada para hacer cosas como muebles, puertas y yugos. Cuando la encontraba, usaba con habilidad sus herramientas para fabricar los objetos. Pues bien, nosotros debemos hacer algo parecido: primero tenemos que buscar a las personas de buen corazón, y entonces podemos usar con habilidad las herramientas para hacer discípulos (Mat. 28:19, 20). w18.10 2:3, 4
Miércoles 14 de octubre
Felipe bajó a la ciudad de Samaria y se puso a predicarles al Cristo (Hech. 8:5).
Felipe, el evangelizador, nos dio un ejemplo sobresaliente de lo que significa mantenerse centrado en el ministerio cuando cambian las circunstancias. Él atendía una nueva responsabilidad en la congregación de Jerusalén (Hech. 6:1-6). Entonces, después del asesinato de Esteban, se levantó una ola de persecución. Cuando Felipe vio a otros seguidores de Jesús huir de Jerusalén, no se quedó de brazos cruzados. Se fue a predicar a Samaria, una ciudad en la que apenas se había proclamado el mensaje (Mat. 10:5; Hech. 8:1). Felipe estaba dispuesto a ir adondequiera que el espíritu de Dios lo llevara. Por eso, Jehová lo utilizó para abrir nuevos territorios. En aquel tiempo, los judíos despreciaban a los samaritanos. Pero, como Felipe los trató con imparcialidad, seguro que ellos se sintieron muy bien con él. No sorprende que las muchedumbres escucharan con atención su mensaje (Hech. 8:6-8). Felipe se mantuvo centrado en su ministerio, y gracias a ello él y su familia recibieron muchas bendiciones de Jehová (Hech. 21:8, 9). w18.10 4:14-16
Jueves 15 de octubre
Considerémonos unos a otros para incitarnos al amor y a las obras excelentes (Heb. 10:24).
En cierta ocasión en que Jesús estaba en la región de Decápolis, “le trajeron un hombre sordo y con un impedimento del habla” (Mar. 7:31-35). Él “se lo llevó aparte” y lo curó. ¿Por qué no lo hizo delante de todos? Quizás porque se dio cuenta de que, como era sordo, probablemente se sentía incómodo entre la multitud. Es verdad que nosotros no podemos hacer milagros. Pero sí podemos y debemos prestar atención a las necesidades y sentimientos de nuestros hermanos. Jesús trató a aquel sordo con consideración. Del mismo modo, debemos ser considerados con los mayores y los que tienen problemas físicos. La característica más importante de la congregación cristiana no es la eficiencia, sino el amor (Juan 13:34, 35). Este amor nos motiva a hacer todo lo que podamos por ayudar a los mayores y a los que tienen problemas físicos para que puedan ir a las reuniones y predicar. Y actuamos así aunque ellos no puedan hacer tanto como quisieran (Mat. 13:23). w18.09 5:7, 8
Viernes 16 de octubre
Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno para la edificación de este (Rom. 15:2).
Para Jehová, todas sus ovejas son muy valiosas. Y también lo son para Jesús, que dio su vida en sacrificio (Gál. 2:20). Amamos con todo el corazón a nuestros hermanos y queremos cuidarlos con cariño. A fin de ser una fuente de consuelo para ellos, “sigamos tras las cosas que contribuyen a la paz y las cosas que sirven para edificación mutua” (Rom. 14:19). Cuánto deseamos que llegue el Paraíso, donde nunca más tendremos motivos para sentirnos desanimados. Las enfermedades, las guerras, la muerte debida al pecado, las persecuciones, los problemas familiares y las desilusiones habrán desaparecido. Cuando terminen los mil años, los seres humanos serán perfectos. Jehová adoptará como sus hijos terrestres a los que pasen la prueba final, que tendrán “la gloriosa libertad de los hijos de Dios” (Rom. 8:21). Sigamos demostrando el amor que edifica y ayudémonos unos a otros a entrar en el maravilloso nuevo mundo que Dios ha prometido. w18.09 2:10, 18
Sábado 17 de octubre
¡Cómo amo tu ley, sí! Todo el día ella es mi interés intenso (Sal. 119:97).
Estudiar la Palabra de Dios es más que leer algo de manera superficial y subrayar las respuestas a ciertas preguntas. Cuando estudiamos, analizamos lo que la información nos dice sobre Jehová y su manera de pensar y actuar. Tratamos de entender por qué manda unas cosas y condena otras. Además, pensamos en los cambios que debemos hacer en nuestra forma de pensar y en nuestra vida. Claro, quizá no nos sea posible reflexionar en todo esto cada vez que estudiamos. Pero es bueno que dediquemos un rato a meditar en la información, tal vez la mitad del tiempo de estudio (1 Tim. 4:15). Si tenemos la costumbre de meditar en la Palabra de Dios, comprobamos por nosotros mismos que los pensamientos de Jehová son perfectos. Empezamos a comprender su manera de ver las cosas y llegamos a hacerla nuestra. Cuando rehacemos la mente, nuestra forma de pensar se hace nueva (Rom. 12:2). Poco a poco, llegamos a razonar como Jehová. w18.11 5:5, 6
Domingo 18 de octubre
Somos colaboradores de Dios (1 Cor. 3:9).
En el siglo primero, el apóstol Pablo dijo que él y otros cristianos eran “colaboradores de Dios” porque plantaban y regaban la semilla de la verdad del Reino (1 Cor. 3:6). Nosotros también podemos ser hoy “colaboradores de Dios”. ¿Cómo? Dando con generosidad de nuestro tiempo, recursos y energías para llevar a cabo la misión que Dios nos ha confiado. ¡Qué extraordinario privilegio! Nos hace muy felices dedicar con generosidad a la predicación nuestro tiempo y energías. Muchos hermanos que han tenido la oportunidad de dar clases de la Biblia reconocen que esta es una de las actividades que más satisfacción les causa. Es un placer ver cómo se le ilumina el rostro a una persona cuando comprende las verdades de la Biblia, cómo crece su fe, cómo hace cambios en la vida y cómo empieza a hablar con otros de lo que aprende. Jesús se sintió muy feliz cuando los 70 discípulos a los que envió a predicar “volvieron con gozo” por los buenos resultados de su labor (Luc. 10:17-21). w18.08 3:11, 12
Lunes 19 de octubre
El que confía en su propio corazón es estúpido (Prov. 28:26).
Confiar demasiado en nosotros mismos podría convertirse en una trampa. Podríamos llegar a creernos capaces de entender una situación aunque no tengamos todos los datos. Además, si no nos llevamos bien con algún hermano, se nos hará más difícil evaluar una situación en la que él esté implicado. Obsesionarnos con nuestras diferencias puede llevarnos a mirarlo con cierta sospecha. Y entonces puede que creamos enseguida cualquier comentario negativo que escuchemos sobre él. Esto nos enseña que guardarles resentimiento a los hermanos puede hacer que saquemos conclusiones erradas (1 Tim. 6:4, 5). Para evitarlo, no permitamos que la envidia y los celos aniden en nuestro corazón. Recordemos que estamos obligados a amar a los hermanos y a perdonarlos de corazón (Col. 3:12-14). w18.08 1:15, 18
Martes 20 de octubre
A Jehová pertenecen los cielos y la tierra y todo lo que hay en ella (Deut. 10:14).
Como Jehová creó a los seres humanos, nosotros también le pertenecemos (Sal. 100:3; Rev. 4:11). Sin embargo, a lo largo de la historia, Jehová ha escogido a determinados grupos de personas para que sean su propiedad de un modo singular. Por ejemplo, en el Salmo 135 se dice que los siervos fieles de Dios del antiguo Israel eran su “propiedad especial” (Sal. 135:4). Además, el libro de Oseas predijo que algunos no israelitas llegarían a ser parte del pueblo de Jehová (Os. 2:23). Esta profecía se cumplió cuando Dios empezó a incluir a quienes no eran judíos entre los que llegarían a reinar con Jesús en los cielos (Hech. 10:45; Rom. 9:23-26). A estas personas ungidas con espíritu se las llama “una nación santa”, una “posesión especial” de Jehová (1 Ped. 2:9, 10). Y a la mayoría de los cristianos fieles de la actualidad, que esperan vivir en la Tierra, Dios también los considera su “pueblo” y sus “escogidos” (Is. 65:22). w18.07 4:1, 2
Miércoles 21 de octubre
Mantengan en ustedes esta actitud mental que también hubo en Cristo Jesús, quien se despojó a sí mismo y tomó la forma de un esclavo (Filip. 2:5, 7).
Los cristianos verdaderos imitamos a Jesús, que nos mostró a la perfección hasta qué grado puede ser generoso un ser humano (Mat. 20:28). Así que hacemos bien en preguntarnos: “¿Puedo seguir el ejemplo de Jesús aún mejor de lo que lo estoy haciendo?” (1 Ped. 2:21). Podemos tener la aprobación de Jehová si copiamos el ejemplo perfecto que él y su Hijo nos han dado. Para ello, debemos interesarnos por el bienestar de los demás y buscar maneras de ayudarlos en lo que necesiten. En la parábola del buen samaritano, Jesús dejó claro que él espera que sus discípulos hagamos todo lo que esté en nuestra mano por los demás, sin importar sus antecedentes (Luc. 10:29-37). Recordemos que Jesús dio esta parábola porque un judío le preguntó: “¿Quién, verdaderamente, es mi prójimo?”. Su respuesta indica que debemos estar dispuestos a ser generosos como el samaritano para tener el favor de Dios. w18.08 3:5, 6
Jueves 22 de octubre
El ángel le dijo a ella: “Buenos días, altamente favorecida, Jehová está contigo” (Luc. 1:28).
¿Le mostró Jehová reconocimiento a María por cuidar y criar a su Hijo fielmente? Sí. Para empezar, hizo que sus hechos y sus palabras aparecieran en la Biblia. Por lo visto, ella no pudo viajar con Jesús durante los tres años y medio que duró su ministerio. ¿Tuvo que quedarse en Nazaret porque era viuda? Puede ser. Así que no pudo disfrutar de muchas bendiciones que tuvieron otras personas. Pero sí estuvo con Jesús cuando este murió (Juan 19:26). Además, estaba con los discípulos en Jerusalén los días anteriores al Pentecostés del año 33, cuando se derramó el espíritu santo (Hech. 1:13, 14). Seguramente fue ungida junto con los demás. En tal caso, recibió la oportunidad de estar en el cielo con Jesús por toda la eternidad. ¡Qué maravillosa recompensa por su servicio fiel! w18.07 1:11, 14
Viernes 23 de octubre
Hagan todas las cosas para la gloria de Dios (1 Cor. 10:31).
Durante su ministerio, Jesús les enseñó a sus discípulos verdades fundamentales para ayudarlos a ver las consecuencias de determinadas acciones y actitudes. Por ejemplo, les dijo que el rencor conduce a la violencia y que los malos pensamientos llevan al adulterio (Mat. 5:21, 22, 27, 28). Si nos dejamos guiar por los principios divinos, estaremos educando bien nuestra conciencia y tomaremos decisiones que honrarán a Dios. ¿Se supone que todos tomemos siempre las mismas decisiones? No. Puede que dos cristianos con conciencias educadas por la Biblia tomen decisiones contrarias en algunos asuntos. Pongamos como ejemplo el consumo de bebidas alcohólicas. La Biblia prohíbe la borrachera y beber en exceso, pero no el consumo moderado de alcohol (Prov. 20:1; 1 Tim. 3:8). Ahora bien, a la hora de decidir si beberemos o no, ¿es la moderación el único factor que debemos tomar en cuenta? No, en absoluto. Además de estar en paz con nuestra conciencia, debemos tener en cuenta lo que les dice a otros hermanos su conciencia. w18.06 3:10, 11
Sábado 24 de octubre
Cuídense de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes (Mar. 8:15).
Jesús les advirtió con firmeza a sus discípulos que no se contaminaran con “la levadura” de los fariseos, saduceos y los partidarios de Herodes, es decir, sus enseñanzas (Mat. 16:6, 12). Es digno de destacar que esta conversación tuvo lugar poco después de que los galileos quisieron hacer rey a Jesús. Cuando la religión se mezcla en la política, es fácil que estalle la violencia. Jesús les enseñó a sus discípulos que, en esas circunstancias, era imprescindible que se mantuvieran neutrales. Por eso, los sacerdotes principales y los fariseos tramaron asesinar a Jesús. Lo consideraban un rival político y religioso, una amenaza para su posición. Decían: “Si lo dejamos así, todos pondrán fe en él, y los romanos vendrán y nos quitarán nuestro lugar así como nuestra nación” (Juan 11:48). Por eso, el sumo sacerdote Caifás encabezó el complot para acabar con la vida de Jesús (Juan 11:49-53; 18:14). w18.06 1:12, 13
Domingo 25 de octubre
Sea su amor sin hipocresía (Rom. 12:9).
Un señuelo que le da buenos resultados a Satanás es la curiosidad por lo sobrenatural. Él fomenta el interés por los demonios no solo mediante la religión falsa, sino también mediante la industria del entretenimiento. Se vale de películas y juegos electrónicos, entre otras cosas, para que el mundo de lo oculto parezca emocionante. ¿Qué podemos hacer para no morder este anzuelo? No debemos esperar que la organización de Dios publique una lista de las diversiones que son aceptables y de las que no. Cada uno de nosotros debe educar su conciencia para que esté en armonía con las normas de Jehová (Heb. 5:14). Tomaremos buenas decisiones si seguimos el consejo del apóstol Pablo en el texto de hoy. Preguntémonos: “Si un estudiante o una revisita viera con qué cosas me divierto, ¿pensaría que practico lo que predico, o que soy un hipócrita?”. Si hacemos lo que predicamos, será menos probable que caigamos en las trampas de Satanás (1 Juan 3:18). w18.05 3:13
Lunes 26 de octubre
La buena voluntad de mi corazón y mi ruego a Dios por ellos son, en realidad, para su salvación (Rom. 10:1).
¿Cómo podemos seguir el ejemplo de Pablo? Primero, tratemos de conservar en el corazón el deseo de encontrar a quienes están “correctamente dispuestos para vida eterna”. Segundo, roguémosle a Jehová que abra el corazón de las personas sinceras (Hech. 13:48; 16:14). Silvana, que es precursora desde hace casi treinta años, dice: “Antes de llamar a las puertas, le pido a Jehová que me ayude a ser positiva”. Supliquemos también a Dios que los ángeles nos conduzcan hasta quienes tienen un buen corazón (Mat. 10:11-13; Rev. 14:6). Un hermano llamado Robert, que lleva más de treinta años de precursor, dice: “Es emocionante colaborar con los ángeles, que saben lo que ocurre en la vida de las personas”. Y, tercero, procuremos ver lo bueno en la gente. Un anciano llamado Carl indica: “Busco cualquier pequeño detalle que revele que la persona tiene un buen corazón, como una sonrisa, una mirada amable o una pregunta sincera”. Si hacemos estas cosas, seguiremos produciendo fruto, igual que Pablo. w18.05 1:13, 15
Martes 27 de octubre
Considerémonos unos a otros, animándonos unos a otros, y tanto más al contemplar ustedes que el día se acerca (Heb. 10:24, 25).
Algo que nos alegra mucho es saber que aquellos a quienes ayudamos en el pasado siguen hoy sirviendo a Jehová. El apóstol Juan escribió: “No tengo mayor causa de sentir agradecimiento que estas cosas: que oiga yo que mis hijos siguen andando en la verdad” (3 Juan 4). Muchos precursores confirman que es muy animador saber que una persona a quien hace mucho le dieron clases de la Biblia sigue fiel a Jehová o incluso está en el precursorado. Así que, si le recordamos a un precursor desanimado todo lo que ha hecho por otras personas, puede sentirse mucho mejor. Muchos superintendentes de circuito han dicho lo bien que se han sentido ellos y sus esposas al recibir una simple nota en la que algún hermano les da las gracias por visitar su congregación. Y algo parecido les ocurre a los ancianos, misioneros, precursores y betelitas cuando se les agradece su servicio fiel. w18.04 4:14, 15
Miércoles 28 de octubre
El rey no debe multiplicarse esposas, para que no se desvíe su corazón (Deut. 17:17).
Salomón desobedeció y con el tiempo se casó con 700 mujeres y tomó 300 concubinas (1 Rey. 11:3). Muchas de ellas no eran israelitas y adoraban a dioses falsos. Así que Salomón también desobedeció la ley que decía que los israelitas no debían casarse con mujeres extranjeras (Deut. 7:3, 4). Poco a poco, Salomón perdió el amor por las leyes divinas e hizo cosas muy malas. Construyó un altar para la diosa Astoret y al menos otro para el dios falso Kemós. Allí practicó la adoración falsa junto con sus esposas. Se atrevió a hacer aquellos altares en una montaña que estaba justo enfrente de Jerusalén, donde había construido el templo de Jehová (1 Rey. 11:5-8; 2 Rey. 23:13). Quizá se engañó a sí mismo pensando que Dios pasaría por alto su desobediencia siempre y cuando siguiera ofreciéndole sacrificios en el templo. Pero Dios nunca pasa por alto el pecado. w18.07 3:7-9
Jueves 29 de octubre
Tomen el escudo grande de la fe, con el cual podrán apagar todos los proyectiles encendidos del inicuo (Efes. 6:16).
Algunos de “los proyectiles encendidos” que Satanás puede lanzarnos son mentiras sobre Jehová, como que no le importamos y que no nos quiere. Una chica de 19 años llamada Ida dice: “A menudo, me parece que Jehová está lejos de mí, que no quiere ser mi Amigo”. ¿Cómo les hace frente a estos sentimientos? Ella explica: “Las reuniones son como una inyección para mi fe. Antes, me limitaba a sentarme y nunca levantaba la mano. Me parecía que a nadie le importaban mis comentarios. Pero ahora me preparo para las reuniones y trato de responder dos o tres veces”. El caso de Ida destaca una verdad importante. El escudo de los soldados romanos tenía un tamaño fijo, pero el escudo de la fe puede hacerse más grande o más pequeño. Su tamaño depende de nosotros (Mat. 14:31; 2 Tes. 1:3). Por eso es tan importante que fortalezcamos nuestra fe. w18.05 4:12-14
Viernes 30 de octubre
¿Qué tengo que hacer para salvarme? (Hech. 16:30).
Fijémonos en que el carcelero de este relato bíblico cambió de actitud y pidió ayuda después del terremoto (Hech. 16:25-34). Del mismo modo, puede que algunas personas que en el pasado no escucharon el mensaje de la Biblia cambien y pidan ayuda después de sufrir una sacudida en su vida. Quizás hayan perdido de repente su empleo, se les diagnostique una enfermedad grave o se les muera un ser querido. Puede que por primera vez se hagan preguntas sobre el sentido de la vida. Quizás hasta pregunten lo mismo que el carcelero: “¿Qué tengo que hacer para salvarme?”. Cuando las encontramos en la predicación, es posible que por primera vez deseen escuchar el mensaje de esperanza que llevamos. Así pues, si seguimos predicando fielmente, podremos dar consuelo a las personas cuando estén dispuestas a aceptarlo (Is. 61:1). w18.05 2:10-12
Sábado 31 de octubre
El espíritu de Jehová está sobre mí, porque él me ungió para declarar buenas nuevas (Luc. 4:18).
En nuestros días, la gran mayoría de las personas están ciegas por culpa de Satanás y son esclavas del sistema religioso, económico y social (2 Cor. 4:4). Nosotros tenemos el honor de seguir el ejemplo de Jesús y ayudarlas a conocer y servir a Jehová, el Dios de la libertad (Mat. 28:19, 20). No es una tarea fácil, y hay muchas dificultades. En algunos países, la gente es cada vez más indiferente y en algunos casos hasta hostil. La pregunta que debemos hacernos es si podemos usar nuestra libertad para apoyar aún más la obra del Reino. Nos anima mucho ver la gran cantidad de siervos de Jehová que, al entender lo cerca que está el fin, han simplificado su vida para servir a tiempo completo (1 Cor. 9:19, 23). Algunos continúan en sus congregaciones, mientras que otros se han mudado adonde se necesita ayuda para predicar. ¡Qué magnífico resultado de usar bien la libertad para servir a Jehová! (Sal. 110:3). w18.04 2:13, 14