Noviembre
Viernes 1 de noviembre
Que no salgan de su boca palabras corrompidas. Más bien, que todo lo que digan sirva para edificar a otros (Efes. 4:29).
Un cristiano jamás debería decir malas palabras. Pero podríamos hablar de forma hiriente de otras maneras sin darnos cuenta, y hay que tener cuidado. Por ejemplo, no deberíamos hacer comentarios negativos sobre gente de otras culturas, etnias o nacionalidades. Y tampoco queremos decir cosas que hagan sentir mal a los demás y los ofendan. Diga cosas que edifiquen y animen. En vez de quejarse y criticar, trate siempre de felicitar a los demás. No queremos ser como los israelitas. Aunque ellos tenían muchas razones para sentirse agradecidos, siempre andaban quejándose, y las quejas son contagiosas. Por culpa del informe negativo que dieron 10 espías, “todos los israelitas empezaron a quejarse de Moisés” (Núm. 13:31-14:4). En cambio, felicitar a los demás tiene un efecto muy positivo en ellos. Así pues, aproveche cualquier oportunidad para hacerlo. w22.04 15:16, 17
Sábado 2 de noviembre
Desde que nací, fui puesto a tu cuidado; desde la matriz de mi madre, tú has sido mi Dios (Sal. 22:10).
Desde tiempos bíblicos, Jehová ha ayudado a muchísimos jóvenes a ser sus amigos. Así que también puede ayudar a sus hijos a crecer en sentido espiritual, si es que ellos quieren (1 Cor. 3:6, 7). Aun si sus hijos parecen desviarse del camino, Jehová seguirá pendiente de ellos con cariño (Sal. 11:4). Y, tan pronto muestren la más mínima señal de tener “la actitud correcta”, él estará listo para tenderles la mano (Hech. 13:48; 2 Crón. 16:9). Jehová también puede ayudarla a decir las palabras apropiadas en el momento oportuno, justo cuando sus hijos necesiten oírlas (Prov. 15:23). O también puede impulsar a un hermano o una hermana de la congregación a darles atención y cariño. Incluso cuando ya sean adultos Jehová puede hacer que recuerden algo que usted les enseñó en el pasado (Juan 14:26). Si sigue enseñando a sus hijos con lo que dice y con lo que hace, le da a Jehová muchos motivos para bendecirla. w22.04 17:18
Domingo 3 de noviembre
El dragón se enfureció (Apoc. 12:17).
Como Satanás ya no tiene acceso a la región celestial, descarga su furia contra el resto de cristianos ungidos, que son los representantes del Reino de Dios en la Tierra y “tienen la misión de dar testimonio acerca de Jesús” (2 Cor. 5:20; Efes. 6:19, 20). En 1918, ocho hermanos con grandes responsabilidades fueron acusados falsamente y condenados a pasar mucho tiempo en prisión. Parecía que se había acabado con su obra (Apoc. 11:3, 7-11). Sin embargo, en marzo de 1919, estos cristianos ungidos salieron de la cárcel, y más tarde se retiraron los cargos contra ellos. Los hermanos enseguida retomaron la obra del Reino. Pero Satanás no se dio por vencido. Desde entonces, ha lanzado “un río” de persecución contra todos los siervos de Dios (Apoc. 12:15). Con razón, todos nosotros necesitamos “tener aguante y fe” (Apoc. 13:10). w22.05 19:14-16
Lunes 4 de noviembre
Oí el número de los sellados: 144.000 (Apoc. 7:4).
El apóstol Juan ve en una visión a dos grupos que apoyan el gobierno de Jehová y que reciben la vida eterna con todas sus bendiciones. El primer grupo está formado por 144.000 individuos. Ellos son de la Tierra, y van al cielo para formar junto con Jesús un gobierno o Reino. Todos juntos reinan sobre la Tierra (Apoc. 5:9, 10; 14:3, 4). Juan los ve de pie con Jesús en el monte Sion celestial (Apoc. 14:1). Desde la época de los apóstoles hasta nuestros días, se ha seleccionado a miles de personas para que formen parte de los 144.000 (Luc. 12:32; Rom. 8:17). Pero a Juan se le dice que durante los últimos días solo un resto, o una pequeña parte, de ese grupo quedaría vivo en la Tierra (Apoc. 12:17). Entonces, en algún momento de la gran tribulación, este resto será llevado al cielo para estar con los demás de los 144.000 que murieron siendo fieles y que ya están allí. Gobernarán con Jesús en el Reino de Dios (Mat. 24:31; Apoc. 5:9, 10). w22.05 21:4, 5
Martes 5 de noviembre
Presta atención a mis mandamientos (Is. 48:18).
Jesús les enseñó a sus discípulos que debían tener un punto de vista equilibrado de ellos mismos. Les aseguró: “Los cabellos de su cabeza están todos contados” (Mat. 10:30). Cuánto nos consuelan estas palabras, sobre todo si tenemos la tendencia a vernos de manera negativa. Nos recuerdan que nuestro Padre celestial se interesa muchísimo en nosotros, que para él somos muy valiosos. Si Jehová cree que merecemos servirle y vivir para siempre en el nuevo mundo, ¿quiénes somos nosotros para cuestionar su criterio? Hace unos 15 años, La Atalaya nos animó a tener un criterio equilibrado de nosotros mismos. Dijo: “Por supuesto, no queremos darnos tanta importancia que nos volvamos engreídos; pero tampoco queremos irnos al otro extremo y concluir que no valemos nada. Más bien, nuestro objetivo debe ser formarnos un concepto realista de nosotros mismos, y para ello debemos tener en cuenta tanto nuestros puntos fuertes como nuestras limitaciones”. w22.05 22:14-16
Miércoles 6 de noviembre
Te pido que todos ellos sean uno (Juan 17:20, 21).
¿Qué puede hacer cada uno de nosotros para fortalecer esta unidad? Esforzarse por fomentar la paz (Mat. 5:9; Rom. 12:18). Cada vez que tomamos la iniciativa para llevarnos bien con los hermanos de la congregación, hacemos que el paraíso espiritual sea más bonito. Tenemos presente que Jehová trajo a la adoración pura a todos los que están en el paraíso espiritual (Juan 6:44). Imaginemos lo feliz que debe sentirse cuando ve que nos esforzamos por fortalecer la paz y la unidad que hay entre sus siervos, que para él son muy valiosos (Is. 26:3; Ageo 2:7). ¿Qué podemos hacer para aprovechar al máximo las bendiciones que Jehová les da a sus siervos? Pensemos con detenimiento en lo que aprendemos en la Palabra de Dios. Si estudiamos y meditamos, desarrollaremos cualidades cristianas que nos impulsarán a mostrarnos “amor fraternal” y “tierno cariño” en la congregación (Rom. 12:10). w22.11 46:16-18
Jueves 7 de noviembre
Perdonaré su error y no me acordaré más de su pecado (Jer. 31:34).
Cuando aceptamos el hecho de que Jehová nos ha perdonado, nos llegan “tiempos de alivio”. Y eso incluye paz mental y una buena conciencia. Todo esto no puede venir del perdón que dan los seres humanos, sino del que da “el propio Jehová” (Hech. 3:19). Cuando él nos perdona, nos permite ser sus amigos de nuevo. Es como si nunca hubiéramos pecado. Después de haber perdonado a una persona, Jehová nunca la vuelve a acusar o a castigar por lo que hizo (Is. 43:25). Jehová pone sus pecados “tan lejos como está el este del oeste” (Sal. 103:12). Pensar en la inmensidad de su perdón despierta en nosotros gratitud y reverencia (Sal. 130:4). El perdón de Jehová no depende de la gravedad de un pecado. Jehová utiliza sus conocimientos como nuestro Creador, Legislador y Juez a la hora de decidir si perdona a alguien o no. w22.06 24:12-14
Viernes 8 de noviembre
El que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a los que lo buscan con empeño (Heb. 11:6).
Jehová nos ha regalado a todos los que lo amamos una maravillosa esperanza. Pronto acabará con las enfermedades, la tristeza y la muerte (Apoc. 21:3, 4). Ayudará a los mansos que ponen su esperanza en él a convertir la Tierra en un paraíso (Sal. 37:9-11). Además, hará posible que todos podamos tener una cariñosa relación personal con él, mucho mejor que la que tenemos ahora. ¡Qué esperanza tan preciosa! Ahora bien, ¿por qué estamos seguros de que las promesas de Dios se harán realidad? Porque él siempre cumple su palabra. Así que tenemos motivos para poner nuestra esperanza en Jehová (Sal. 27:14). ¿Y cómo demostramos que ponemos nuestra esperanza en él? Esperando con paciencia y alegría a que cumpla por completo sus promesas (Is. 55:10, 11). Seamos siempre leales a Jehová, con la seguridad de que él recompensará “a los que lo buscan con empeño”. w22.06 27:1, 18
Sábado 9 de noviembre
Su Padre ya sabe lo que ustedes necesitan incluso antes de que se lo pidan (Mat. 6:8).
La familia de Dios tiene un cabeza: Jehová. Así que podemos estar seguros de que él hará precisamente lo mismo que les pide a todos los cabezas en 1 Timoteo 5:8. Si estamos convencidos de que Jehová nos ama a nosotros y a nuestra familia, no dudaremos de que él cubrirá nuestras necesidades (Mat. 6:31-33). Jehová quiere darnos lo que necesitamos, y lo hace con cariño y a manos llenas. Cuando creó la Tierra, no se limitó a poner en ella solo lo imprescindible para que pudiéramos sobrevivir. Al contrario, con mucho amor la llenó de cosas maravillosas para que disfrutáramos de ellas (Gén. 2:9). Incluso si a veces solo tenemos lo básico para vivir al día, demos las gracias porque tenemos lo básico. Jehová ha estado allí y nos ha seguido dando el “pan para este día” (Mat. 6:11). Debemos tener muy presente que cualquier cosa de la que nos privemos hoy no es nada en comparación con lo que Jehová nos dará ahora y en el futuro. w22.06 26:7, 8
Domingo 10 de noviembre
El alimento sólido es para personas maduras (Heb. 5:14).
Los estudiantes de la Biblia no son los únicos que necesitan alimento espiritual sólido. En realidad, todos lo necesitamos. El apóstol Pablo escribió que llevar a la práctica ese conocimiento nos ayudará a “distinguir lo que está bien de lo que está mal”. Ahora que la moralidad ha caído tan bajo, puede ser muy difícil obedecer las normas de Jehová. Pero Jesús se encarga de darnos sabroso alimento espiritual que nos ayuda a estar fuertes y que proviene de la Palabra inspirada de Dios, la Biblia. Tal como hizo Jesús, nosotros le hemos dado al nombre de Dios la honra que merece (Juan 17:6, 26). Por ejemplo, en 1931 adoptamos el nombre bíblico testigos de Jehová. Así demostramos que deseamos llevar el nombre de nuestro Padre celestial, pues es muy importante para nosotros (Is. 43:10-12). Además, la Traducción del Nuevo Mundo ha puesto el nombre divino donde le corresponde estar en la Palabra de Dios. w22.07 29:11, 12
Lunes 11 de noviembre
Tu palabra es una lámpara para mi pie y una luz para mi camino (Sal. 119:105).
Las buenas noticias del Reino de Dios también forman parte de la verdad de la Biblia. Jesús comparó la verdad del Reino a un tesoro escondido. Dijo: “El Reino de los cielos es como un tesoro que estaba escondido en un campo y que un hombre encontró. El hombre lo volvió a esconder y, de la alegría que le dio, fue y vendió todo lo que tenía y compró ese campo” (Mat. 13:44). Como vemos, el hombre no andaba buscando el tesoro. Pero, cuando lo halló, hizo un gran sacrificio para quedarse con él: vendió todo lo que tenía. ¿Y por qué hizo eso? Porque entendía que aquel tesoro valía mucho. Sabemos que nada de lo que este mundo nos ofrece se compara con la alegría de servir a Jehová ahora y con la esperanza de vivir para siempre bajo el Reino de Dios. Cualquier sacrificio que hagamos con tal de tener una amistad estrecha con Jehová vale la pena. Ser sus amigos es un gran honor. Y nada nos da más alegría que agradar a Jehová en todo (Col. 1:10). w22.08 34:8, 9, 12
Martes 12 de noviembre
¿Cómo podría yo hacer algo tan malo y de hecho pecar contra Dios? (Gén. 39:9).
¿Por qué sabía José que para Dios el adulterio es “algo tan malo”? Pensemos que todavía faltaban unos 200 años para que se escribiera la Ley de Moisés, que decía claramente: “No cometas adulterio” (Éx. 20:14). Pero lo que José sabía de Jehová era suficiente para percibir lo que él piensa de la inmoralidad sexual. Por ejemplo, seguro que sabía que Dios creó el matrimonio para un hombre y una mujer. Y muy probablemente había oído que Jehová tuvo que intervenir en dos ocasiones para proteger el honor de su bisabuela Sara cuando dos reyes quisieron acostarse con ella (Gén. 2:24; 12:14-20; 20:2-7). Al pensar en todo esto, José pudo darse cuenta de lo que está bien y lo que está mal desde el punto de vista de Dios. Como amaba tanto a Jehová, también amaba sus justas normas y estaba decidido a respetarlas. w22.08 36:1, 2
Miércoles 13 de noviembre
Muchos de los que están dormidos en el polvo de la tierra se despertarán, algunos para vida eterna (Dan. 12:2).
Esta profecía habla de una resurrección. Pero no se trata de una resurrección simbólica o espiritual de los siervos de Dios que ocurre durante los últimos días, como lo entendíamos antes. Más bien, se refiere a la resurrección que tendrá lugar en el nuevo mundo. ¿Por qué podemos llegar a esa conclusión? En Job 17:16 también se habla del “polvo”, y ahí se usa como sinónimo de “la Tumba”. Esto nos indica que Daniel 12:2 habla de una resurrección literal que ocurrirá cuando terminen los últimos días y después de la batalla del Armagedón. Ahora bien, ¿qué quiere decir Daniel 12:2 cuando dice que algunos resucitarán “para vida eterna”? Significa que los que resuciten y lleguen a conocer, o sigan conociendo, y obedezcan a Jehová y a Jesús durante los 1.000 años recibirán finalmente vida eterna (Juan 17:3). w22.09 40:6, 7
Jueves 14 de noviembre
El amor todo lo cree (1 Cor. 13:7).
Esta afirmación no quiere decir que Jehová nos pida que confiemos en los demás a ciegas. Más bien, espera que confiemos en ellos porque han demostrado que merecen esa confianza. La confianza no surge de la noche a la mañana. ¿Qué puede hacer para que su confianza en los demás crezca? Conózcalos bien. Converse con ellos en las reuniones. Pasen tiempo juntos en la predicación. Téngales paciencia y deles la oportunidad de demostrar que son confiables. Si no conoce bien a alguien, quizás usted al principio no hable mucho de cosas personales. Pero, a medida que vaya conociendo mejor a esa persona, puede que se sienta más a gusto y hable de cómo se siente (Luc. 16:10). Ahora bien, ¿qué puede hacer si un hermano traiciona su confianza? En vez de darlo enseguida por perdido, deje que pase el tiempo. Y no permita que lo que hagan unos pocos le impida confiar en todos los demás. w22.09 37:7, 8
Viernes 15 de noviembre
Los ojos de Jehová están vigilando toda la tierra (2 Crón. 16:9).
Un anciano llamado Miqueas sintió que otros ancianos lo habían tratado con dureza. A pesar de eso, mantuvo el buen juicio y luchó para controlar sus emociones. Oraba mucho para pedirle a Jehová su espíritu santo y fuerzas para aguantar. Además, buscaba información en nuestras publicaciones. ¿Cuál es la lección? Si usted piensa que alguien de la congregación lo ha tratado mal, conserve la calma y trate de controlar cualquier sentimiento negativo que tenga. Puede que haya circunstancias que hayan llevado a esa persona a hablar o actuar así y que usted las desconozca. Así que cuéntele todo a Jehová y pídale que lo ayude a ver las cosas como las ve ese hermano. Dele el beneficio de la duda y pase por alto su ofensa (Prov. 19:11). Recuerde que Jehová está al tanto de la situación y que le dará fuerzas para aguantar (Ecl. 5:8). w22.11 48:5
Sábado 16 de noviembre
Evito a los que esconden lo que son (Sal. 26:4).
Joven, busca amigos que aman a Jehová. Tus amigos influyen mucho en tu crecimiento espiritual (Prov. 13:20). Un hermano que se llama Julien y que ahora es anciano de congregación recuerda: “Cuando era más joven, hice buenos amigos en la predicación. Eran muy entusiastas y me ayudaron a ver que la predicación se puede disfrutar muchísimo. [...] También me di cuenta de que, como solo había buscado amigos de mi edad, me estaba perdiendo la oportunidad de tener más amistades buenas”. ¿Y si notas que alguien en la congregación es una mala influencia? El apóstol Pablo sabía que en la congregación cristiana del siglo primero había personas que no eran espirituales. Por eso le dijo a Timoteo que se mantuviera alejado de ellas (2 Tim. 2:20-22). La amistad con nuestro Padre celestial es algo muy valioso, y cuesta trabajo cultivarla. Por eso no queremos que nadie la arruine. w22.08 32:13-15
Domingo 17 de noviembre
Mantente alejado del hombre tonto (Prov. 14:7).
A diferencia de los que odian los consejos de Dios, nosotros aprendemos a amar su forma de pensar y todas sus leyes. Podemos fortalecer ese amor comparando los resultados de ser obedientes con los de ser desobedientes. Fijémonos, por un lado, en todos los problemas que se buscan quienes cometen la tontería de rechazar los sabios consejos de Jehová. Y, por otro lado, pensemos en que nuestra vida es mejor por obedecer a Dios (Sal. 32:8, 10). Jehová les ofrece la sabiduría a todos, pero no obliga a nadie a aceptarla. Eso sí, explica lo que les pasará a los que no prestan atención a su sabiduría: “Cargarán con las consecuencias de su conducta” (Prov. 1:29-32). Con el tiempo, su modo de vivir solo les traerá angustia y problemas, y al final la destrucción. Por otro lado, los que escuchan los sabios consejos de Jehová y los aplican reciben esta promesa: “El que me escucha vivirá seguro, el terror a la calamidad no le robará la paz” (Prov. 1:33). w22.10 43:11-13
Lunes 18 de noviembre
Feliz todo el que teme a Jehová, el que anda en sus caminos (Sal. 128:1).
Temer a Jehová significa que lo respetamos tanto que no queremos hacer nada que lo desagrade (Prov. 16:6). Por eso continuamos esforzándonos por seguir sus normas sobre lo que está bien y lo que está mal, y que hallamos en la Biblia (2 Cor. 7:1). Si hacemos lo que Jehová ama y evitamos lo que él odia, seremos felices (Sal. 37:27; 97:10; Rom. 12:9). Quizás alguien sepa que Jehová tiene la autoridad para decidir lo que está bien y lo que está mal, pero también debe obedecer las normas de Dios (Rom. 12:2). En nuestro caso, nuestra conducta demostrará si de verdad creemos que respetar las normas de Jehová es lo mejor (Prov. 12:28). David creía que era así, porque le dijo a Jehová: “Me das a conocer la senda de la vida. En tu presencia hay gran alegría; a tu derecha habrá felicidad para siempre” (Sal. 16:11). w22.10 41:9, 10
Martes 19 de noviembre
El Hijo no puede hacer ni una sola cosa por su cuenta, solo hace lo que le ve hacer al Padre (Juan 5:19).
Jesús siempre se vio a sí mismo con humildad y equilibrio. Antes de venir a la Tierra, hizo muchas cosas maravillosas en su servicio a Jehová. Colosenses 1:16 dice que “por medio de él todo lo demás fue creado en los cielos y en la tierra”. Al parecer, en el momento de su bautismo Jesús recordó cosas que había hecho cuando estuvo en el cielo con su Padre (Mat. 3:16; Juan 17:5). Pero no se volvió orgulloso al recordar todo eso. De hecho, nunca se comportó como si fuera superior a los demás. Les dijo a sus discípulos que no había venido a la Tierra “para que le sirvieran, sino para servir a los demás y para dar su vida como rescate a cambio de muchas personas” (Mat. 20:28). Admitió que no podía hacer ni una sola cosa por su cuenta. ¡Qué humilde fue Jesús! ¿Verdad que queremos seguir su buen ejemplo? w22.05 22:13
Miércoles 20 de noviembre
Que regrese a Jehová (Is. 55:7).
Al decidir si perdona a alguien o no, Jehová tiene en cuenta si el pecador sabía que lo que hacía estaba mal. Jesús lo dijo claramente, como podemos leerlo en Lucas 12:47, 48. Cuando una persona hace a sabiendas algo que Dios condena y que es malvado, comete un pecado grave. Esta persona se arriesga a que Jehová no la perdone (Mar. 3:29; Juan 9:41). En ese caso, ¿existe alguna esperanza? Por supuesto que sí. Jehová también tiene en cuenta si el pecador está arrepentido de verdad. Arrepentirse significa cambiar de parecer, de actitud o de objetivos. Además, la persona arrepentida siente remordimiento y una profunda tristeza por las cosas malas que hizo o por no haber hecho las cosas buenas que debería haber hecho. No solo se siente mal por sus errores, sino por el mal estado espiritual que la llevó a cometerlos. w22.06 24:15-17
Jueves 21 de noviembre
Todos los que desean vivir con devoción a Dios en unión con Cristo Jesús también serán perseguidos (2 Tim. 3:12).
Nuestros enemigos esparcen mentiras o información inexacta sobre hermanos con responsabilidades en la organización de Jehová (Sal. 31:13). Algunos hermanos han sido arrestados y acusados de ser delincuentes. En el siglo primero pasó algo parecido. Al apóstol Pablo lo acusaron y arrestaron injustamente. Cuando estuvo arrestado en Roma, algunos cristianos lo abandonaron (2 Tim. 1:8, 15; 2:8, 9). Piense en cómo debió sentirse Pablo. Había aguantado tanto y hasta había arriesgado la vida por ellos (Hech. 20:18-21; 2 Cor. 1:8). Jamás seamos como estos cristianos que abandonaron a Pablo. Que no nos sorprenda que los hermanos responsables sean blanco de los ataques de Satanás. Su objetivo es hacer que ellos dejen de ser leales a Jehová y que nosotros nos acobardemos (1 Ped. 5:8). Sigamos apoyando con lealtad a los hermanos responsables (2 Tim. 1:16-18). w22.11 47:8-11
Viernes 22 de noviembre
¿Acaso no le tienes ningún temor a Dios? (Luc. 23:40).
Probablemente, el delincuente arrepentido que estuvo colgado junto a Jesús antes de morir era judío. Los judíos adoraban a un solo Dios, pero la gente de otras naciones creía en muchos dioses (Éx. 20:2, 3; 1 Cor. 8:5, 6). Si este delincuente no hubiera sido judío, la pregunta del texto de hoy podría haber sido así: “¿Acaso no les tienes ningún temor a los dioses?”. Además, como a Jesús se le envió a “las ovejas perdidas de la nación de Israel”, por lo general no les predicaba a personas de otras naciones (Mat. 15:24). Y Dios les había revelado a los israelitas que él resucitaría a los muertos. Tal vez el delincuente arrepentido lo supiera, y sus palabras indican que él entendía que Jehová resucitaría a Jesús para gobernar en el Reino de Dios. Por lo visto, ese hombre tenía la esperanza de que Dios también lo resucitaría a él. Si era judío, conocía la historia de Adán y Eva. Por eso puede que pensara que el Paraíso que Jesús mencionó en Lucas 23:43 sería un hermoso jardín aquí en la Tierra (Gén. 2:15). w22.12 50:2, 3
Sábado 23 de noviembre
Con un mismo objetivo, todos ellos perseveraban en la oración (Hech. 1:14).
No podríamos predicar si no fuera por la ayuda del espíritu santo. ¿Por qué? Porque Satanás lucha contra nosotros para detener la predicación (Apoc. 12:17). Desde un punto de vista humano, podría parecer que Satanás es un rival demasiado poderoso para nosotros. Pero con nuestra predicación lo estamos venciendo (Apoc. 12:9-11). Cuando participamos en el ministerio, demostramos que sus amenazas no nos asustan. Cada vez que predicamos es una derrota para Satanás. Así que podemos decir que el espíritu santo nos está dando fuerzas y que tenemos la aprobación de Jehová (Mat. 5:10-12; 1 Ped. 4:14). El espíritu santo nos puede ayudar a superar cualquier obstáculo que se presente en nuestro ministerio (2 Cor. 4:7-9). Entonces, ¿qué debemos hacer para seguir recibiendo el espíritu de Dios? Pedirlo en oración con insistencia, con la seguridad de que Jehová nos escuchará. w22.11 45:10, 11
Domingo 24 de noviembre
Les rogamos que adviertan a los indisciplinados, consuelen a los deprimidos, apoyen a los débiles y sean pacientes con todos (1 Tes. 5:14).
Demostramos que amamos a nuestros hermanos cuando nos esforzamos al máximo por llevarnos bien con ellos. Tratamos de perdonar como Jehová lo hace. Pensemos en esto: si Jehová permitió que su Hijo muriera por nuestros pecados, ¿no deberíamos perdonar sin demora a nuestros hermanos cuando hacen algo en contra de nosotros? No queremos ser como el esclavo malvado de una de las parábolas de Jesús. Su amo le había perdonado una enorme deuda, pero él no quiso perdonar a otro esclavo una deuda mucho menor que la suya (Mat. 18:23-35). Por eso, si usted ha tenido un malentendido con algún hermano, ¿por qué no intenta tomar la iniciativa para hacer las paces antes de la Conmemoración? (Mat. 5:23, 24). Si lo hace, demostrará que ama muchísimo a Jehová y a Jesús. w23.01 5:8, 9
Lunes 25 de noviembre
El que le muestra compasión al necesitado le hace un préstamo a Jehová (Prov. 19:17).
Una manera como los ancianos pueden saber cuáles son las necesidades de los hermanos es haciéndoles preguntas prudentes (Prov. 20:5). ¿Están cubiertas sus necesidades básicas, como alimentos o medicinas? ¿Podrían perder el empleo o la casa? ¿Necesitan que les demos una mano para solicitar algunas ayudas del Gobierno? Jehová nos pide a todos que animemos y ayudemos a los demás (Gál. 6:10). Hasta un pequeño detalle que demuestre nuestro cariño puede significar mucho para alguien que está enfermo. Los niños podrían hacer una tarjeta o un dibujito para animar a un hermano. Los jóvenes podrían ofrecerse para hacerle un mandado o una compra a una hermana. Otros podrían preparar una comida para un enfermo. Algunos hermanos les hacen notas de agradecimiento a los ancianos, que por lo general durante un brote epidémico están más ocupados que nunca. Qué bueno es que todos nos esforcemos por seguir este consejo bíblico: “Sigan animándose unos a otros y edificándose unos a otros” (1 Tes. 5:11). w22.12 52:2, 5, 6
Martes 26 de noviembre
Ustedes están muy equivocados (Mar. 12:27).
Aunque los saduceos conocían muy bien los primeros cinco libros de las Escrituras Hebreas, pasaban por alto verdades fundamentales que estaban en esos libros inspirados por Dios. Piense, por ejemplo, en lo que Jesús les dijo a los saduceos cuando intentaron entramparlo con el tema de la resurrección. Él les preguntó: “¿No leyeron en el libro de Moisés, en el relato de la zarza, que Dios le dijo: ‘Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob’?” (Mar. 12:18, 26). Seguro que los saduceos habían leído muchas veces el relato, pero la pregunta de Jesús demostró que habían pasado por alto una enseñanza bíblica muy importante: la resurrección (Luc. 20:38). ¿Qué aprendemos de aquella conversación? Que, cuando leemos la Biblia, debemos estar muy pendientes de todo lo que nos puede enseñar un versículo o un relato. No nos quedamos en la superficie; queremos descubrir las verdades profundas y los principios que están escondidos en las páginas de la Biblia. w23.02 7:9, 10
Miércoles 27 de noviembre
Estamos rodeados de una gran nube de testigos (Heb. 12:1).
Aunque sufrieron pruebas muy duras, todos los testigos que menciona el texto de hoy cuentan con una extraordinaria trayectoria de lealtad a Jehová (Heb. 11:36-40). ¿Sirvió de algo tanto esfuerzo y aguante? Por supuesto que sí. Es cierto que no llegaron a ver el cumplimiento de todas las promesas de Dios, pero no dejaron de poner su esperanza en él. Y, como estaban seguros de que contaban con la aprobación de Jehová, no tenían ninguna duda de que verían esas promesas cumplidas (Heb. 11:4, 5). Pensar en su ejemplo nos da fuerzas para poner siempre nuestra esperanza en Jehová. El mundo va de mal en peor (2 Tim. 3:13). Y Satanás sigue poniendo a prueba a los siervos de Dios. Venga lo que venga en el futuro, sigamos sirviendo a Jehová con toda el alma, seguros de que “hemos puesto nuestra esperanza en un Dios vivo” (1 Tim. 4:10). w22.06 27:17, 18
Jueves 28 de noviembre
¿Qué se gana con mi muerte? ¿Acaso el polvo te alabará? (Sal. 30:9).
Una razón por la que queremos mantenernos saludables es porque queremos darle lo mejor de nosotros a Jehová (Mar. 12:30). Por eso evitamos todo aquello que sabemos que le hace daño a nuestra salud (Rom. 12:1). Claro, por mucho que nos cuidemos, tarde o temprano nos vamos a enfermar. Pero hacemos lo que podemos para mantenernos saludables porque queremos demostrarle a nuestro Padre celestial que apreciamos que nos haya regalado la vida. Si somos muy mayores o estamos enfermos, tal vez no podamos hacer muchas de las cosas que hacíamos antes, y eso quizás nos haga sentir frustrados y tristes. Pero eso no significa que debamos dejar de esforzarnos por cuidar nuestra salud. ¿Por qué? Porque, aunque seamos muy mayores o estemos enfermos, todavía podemos alabar a Jehová, igual que el rey David. ¡Y cuánto nos tranquiliza saber que nuestro Dios nos quiere y nos valora aunque seamos imperfectos! (Mat. 10:29-31). De hecho, le importamos tanto que ha prometido resucitarnos si morimos (Job 14:14, 15). Mientras estemos vivos, hacemos bien en cuidar nuestra vida y nuestra salud. w23.02 9:3-5
Viernes 29 de noviembre
Quien blasfeme contra el espíritu santo jamás será perdonado (Mar. 3:29).
¿Seguirán escritos en el libro de la vida los nombres de la gran muchedumbre de otras ovejas después de que sobrevivan al Armagedón? Sí (Apoc. 7:14). Jesús dijo que estas personas, que son como ovejas, “irán a la vida eterna” (Mat. 25:46). Pero los que sobrevivan al Armagedón no recibirán enseguida la vida eterna. Durante el Reinado de Mil Años, Jesús “los pastoreará y los guiará a manantiales de aguas de vida”. Los que sigan la guía de Cristo y sean finalmente considerados fieles a Jehová tendrán sus nombres escritos de manera permanente en el libro de la vida (Apoc. 7:16, 17). Las cabras, en cambio, serán destruidas en el Armagedón. Jesús dijo que “irán a la destrucción eterna” (Mat. 25:46). Y el apóstol Pablo dijo por inspiración que estas personas “sufrirán el castigo judicial de destrucción eterna” (2 Tes. 1:9; 2 Ped. 2:9). w22.09 39:7, 8
Sábado 30 de noviembre
Para todo hay un tiempo determinado (Ecl. 3:1).
La creación de Jehová les da a las familias la oportunidad de relajarse y divertirse, y eso hace que estén más unidas. Jehová ha creado lugares hermosos en los que podemos hacer cosas que nos gustan. A muchas familias les encanta pasar tiempo en una reserva natural, en el campo, en la montaña o en la playa. En el nuevo mundo, los padres y los hijos disfrutarán de la creación de Jehová como nunca antes. Ya no les tendremos miedo a los animales; ni ellos a nosotros (Is. 11:6-9). Tendremos tiempo de sobra para disfrutar de todo lo que Jehová ha hecho (Sal. 22:26). Pero, padres, no esperen hasta entonces para ayudar a sus hijos a observar la creación y aprender de ella. Si desde ahora usan la creación para enseñarles a sus hijos sobre Jehová, seguro que ellos se sentirán como el rey David, que dijo: “No hay ninguno como tú, oh, Jehová, ni hay obras como las tuyas” (Sal. 86:8). w23.03 13:16, 17