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  • Examinando las Escrituras diariamente 2018
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Examinando las Escrituras diariamente 2018
es18

Julio

Domingo 1 de julio

Haz conmigo conforme a lo que ha salido de tu boca (Juec. 11:36).

La hija de Jefté sacrificó sus sueños de tener esposo e hijos con tal de servir a Dios. ¿Cómo podemos imitarla? Miles de jóvenes cristianos, hombres y mujeres, están dispuestos a sacrificar su deseo de casarse o tener hijos, al menos por ahora. Lo hacen porque desean entregarse al servicio a Jehová. También hay hermanos de más edad que tal vez sacrifican el tiempo que podrían pasar con sus hijos y nietos con tal de trabajar en la construcción de los edificios que usamos para servir a Dios. O quizás lo hagan para asistir a la Escuela para Evangelizadores del Reino y servir en algún lugar donde se necesiten más publicadores. Y otros dejan a un lado sus asuntos personales para participar en las campañas. A Dios le alegra mucho que le sirvamos de todo corazón. Nunca olvidará a quienes lo aman ni todo lo que han hecho por él (Heb. 6:10-12). ¿Qué hay de usted? ¿Ha pensado en algún sacrificio que pueda hacer para servir más a Jehová? w16.04 1:16, 17

Lunes 2 de julio

Llegarán a ser un solo rebaño, un solo pastor (Juan 10:16).

Jesús dijo que él era como un pastor, y comparó a sus discípulos con un rebaño de ovejas. Supongamos que dos ovejas están en una colina, dos están en un valle y otra está en otro lugar. ¿Diríamos que esas cinco ovejas forman un rebaño? Normalmente, las ovejas de un rebaño se mantienen juntas al lado del pastor que las cuida. De manera similar, nosotros no podemos seguir a nuestro Pastor si nos aislamos a propósito. Necesitamos reunirnos con otros cristianos para ser parte de “un solo rebaño” bajo “un solo pastor”. Cuando asistimos a una reunión, contribuimos a la unidad de la congregación (Sal. 133:1). Algunos siervos de Jehová han sido rechazados por sus padres o hermanos. Pero Jesús prometió que les daría una familia espiritual que los amaría y cuidaría (Mar. 10:29, 30). Si tenemos la costumbre de ir a las reuniones, podemos llegar a ser como un padre, una madre, un hermano o una hermana para ellos. ¿Verdad que esta es una buena razón para hacer todo lo posible por ir a todas las reuniones? w16.04 3:9, 10

Martes 3 de julio

Cuando estén de pie orando, perdonen lo que tengan contra alguno; para que su Padre que está en los cielos también les perdone sus ofensas (Mar. 11:25).

Si no buscamos la paz con los demás, nuestros esfuerzos por servir a Dios —lo que incluye orar, ir a las reuniones y predicar— no tendrán ningún valor. No podemos ser amigos de Jehová si no estamos dispuestos a perdonar a los demás (Luc. 11:4; Efes. 4:32). Debemos ser honestos y pensar detenidamente en si estamos dispuestos a perdonar y a mantener relaciones pacíficas con los demás. ¿Nos cuesta perdonar a nuestros hermanos? ¿Disfrutamos de su compañía aunque nos hayan ofendido? Jehová espera que sus siervos sepan perdonar. Si nuestra conciencia nos dice que tenemos que mejorar en este asunto, pidámosle ayuda a Jehová, nuestro Padre celestial. Él escuchará y contestará nuestras humildes oraciones (1 Juan 5:14, 15). w16.05 1:6, 7

Miércoles 4 de julio

Estas buenas nuevas del reino se predicarán (Mat. 24:14).

¿Cuánto debe durar esta obra? Jesús predijo que la predicación mundial continuaría durante los últimos días, “y entonces [vendría] el fin” (Mat. 24:14). ¿Qué otra organización religiosa sigue predicando las buenas nuevas en estos trascendentales últimos días? Algunas personas que encontramos al predicar dicen: “Ustedes son los que hacen la obra, pero nosotros tenemos el espíritu santo”. Sin embargo, el hecho de que perseveremos, ¿no es una prueba de que somos los que tenemos el espíritu de Dios? (Hech. 1:8; 1 Ped. 4:14). De vez en cuando, algunos grupos religiosos intentan hacer la obra que los testigos de Jehová hacemos con regularidad, pero suelen fracasar. Otros participan temporalmente en lo que llaman “obras misionales”, para después regresar a su vida cotidiana. Incluso hay quienes van de casa en casa, pero ¿qué mensaje llevan? La respuesta a esta pregunta deja claro que ellos no están cumpliendo la obra que Cristo comenzó. w16.05 2:13, 16

Jueves 5 de julio

Hermanos, continúen regocijándose, siendo reajustados, siendo consolados, pensando de acuerdo, viviendo pacíficamente (2 Cor. 13:11).

Debemos esforzarnos continuamente para ser “reajustados” y manifestar la “nueva personalidad”. Pablo escribió: “Deben desechar la vieja personalidad que se conforma a su manera de proceder anterior y que va corrompiéndose conforme a sus deseos engañosos; pero que deben ser hechos nuevos en la fuerza que impulsa su mente, y deben vestirse de la nueva personalidad que fue creada conforme a la voluntad de Dios en verdadera justicia y lealtad” (Efes. 4:22-24). En el idioma original, la expresión traducida “ser hechos nuevos” indica que vestirse de la nueva personalidad es un proceso continuo. ¿Por qué nos anima eso? Porque nos confirma que, sin importar cuánto tiempo llevemos sirviendo a Jehová, podemos seguir cultivando y refinando las cualidades cristianas que conforman la nueva personalidad. Sin duda, la Biblia puede seguir haciendo cambios en nuestra forma de ser. w16.05 4:8, 9

Viernes 6 de julio

Jehová censura al que ama (Prov. 3:12).

El entorno en el que Jehová nos moldea es un paraíso espiritual que está tomando forma en la actualidad (Is. 64:8). En él nos sentimos seguros a pesar de vivir en un mundo malvado. Hemos llegado a conocer a Jehová y ahora sentimos que nos quiere como un padre (Sant. 4:8). En el nuevo mundo, disfrutaremos al máximo de las bendiciones de este paraíso espiritual y de su complemento perfecto: un paraíso literal bajo el Reino de Dios. Cuando se lleve a cabo esta restauración mundial, Jehová seguirá moldeando a quienes vivamos en la Tierra. Nos educará a un grado que no podemos ni imaginar (Is. 11:9). Y no solo eso. Dios hará que nuestra mente y cuerpo sean perfectos, de manera que podremos asimilar mejor sus enseñanzas y obedecerlo a la perfección. Por eso, sigamos sometiéndonos a la voluntad de Jehová. Así le demostraremos que estamos convencidos de que nos moldea porque nos ama. w16.06 1:8, 9

Sábado 7 de julio

Escucha, oh Israel: Jehová nuestro Dios es un solo Jehová (Deut. 6:4).

Aquellas palabras eran parte del discurso de despedida de Moisés a la nación de Israel. Esto sucedió en las llanuras de Moab, en el año 1473 antes de nuestra era, cuando los israelitas estaban a punto de cruzar el río Jordán y conquistar la Tierra Prometida (Deut. 6:1). Moisés, que había sido su líder por cuarenta años, quería que se enfrentaran con valor a los desafíos que les esperaban. Tenían que confiar en Jehová, su Dios, y ser leales a él. Es razonable suponer que las últimas palabras de Moisés tuvieron un profundo efecto en los israelitas. Después de mencionar los Diez Mandamientos y otras leyes que Jehová le había dado a la nación, Moisés hizo la contundente declaración que encontramos en Deuteronomio 6:4, 5. ¿Acaso los israelitas que escucharon a Moisés no sabían que su Dios, Jehová, “es un solo Jehová”? Claro que lo sabían. Los israelitas fieles conocían y adoraban a un solo Dios, al Dios de sus antepasados, Abrahán, Isaac y Jacob. w16.06 3:2, 3

Domingo 8 de julio

Respecto a aquel día y hora nadie sabe, ni los ángeles de los cielos, ni el Hijo, sino solo el Padre (Mat. 24:36).

Jesús dijo esas palabras mientras estaba en la Tierra. Pero Cristo recibió autoridad en el cielo para combatir contra el mundo de Satanás (Rev. 19:11-16). Por lo tanto, es razonable creer que ahora sí sabe cuándo tendrá lugar Armagedón. Nosotros, en cambio, no lo sabemos. Por eso, es imprescindible mantenernos alerta hasta que comience la tribulación. Claro, Jehová siempre ha sabido cuándo llegará el fin, pues él ha determinado el momento exacto en que vendrá. La cuenta atrás está en marcha, y el inicio de la gran tribulación “no llegará tarde” (Hab. 2:1-3). ¿Por qué estamos seguros? Las profecías de Dios siempre se han cumplido en el momento exacto. Podemos estar seguros de que la promesa de Jehová de liberarnos en la gran tribulación tampoco fallará. Ahora bien, si queremos sobrevivir a la destrucción de este sistema, tenemos que mantenernos alerta. w16.07 2:4-6

Lunes 9 de julio

Pedro le dijo: “Aun si a todos los demás se les hace tropezar, sin embargo a mí no se me hará” (Mar. 14:29).

En un momento crítico, los apóstoles abandonaron a Jesús. Con anterioridad, Pedro había dicho que él nunca haría eso, aunque los demás lo hicieran (Mar. 14:27-31, 50). Pero cuando arrestaron a Jesús, todos los apóstoles lo abandonaron, incluido Pedro. Por si fuera poco, llegó a negar varias veces que conociera a Jesús (Mar. 14:53, 54, 66-72). No obstante, se arrepintió, y Jehová siguió contando con él. Si hubiéramos sido uno de los discípulos, ¿habríamos dejado de ser leales a Jehová por culpa de lo que hizo Pedro? En la actualidad, ¿recordaremos que Jehová puede estar dando tiempo para que se arrepientan quienes hayan actuado mal y que al final él reparará el daño y hará justicia? Por otra parte, a veces los que han cometido pecados graves rechazan la misericordia de Dios y no se arrepienten. En esos casos, ¿confiaremos en que Jehová los disciplinará con el tiempo, quizás expulsándolos de la congregación? w16.06 4:8, 9

Martes 10 de julio

Que nuestro Señor Jesucristo mismo y Dios nuestro Padre consuelen sus corazones y los hagan firmes (2 Tes. 2:16, 17).

Otra importante bendición de la que disfrutamos gracias a la bondad inmerecida de Dios es que nos consuela cuando nos sentimos afligidos (Sal. 51:17). Pablo les dirigió las palabras del texto de hoy a los cristianos de Tesalónica, que estaban siendo perseguidos. Cuánto nos consuela saber que Jehová nos ama y cuida con cariño por su bondad inmerecida. Como somos pecadores, no tendríamos ninguna esperanza si no contáramos con la ayuda de Dios (Sal. 49:7, 8). Pero Jehová nos da una esperanza extraordinaria. Jesús les hizo esta promesa a sus discípulos: “Esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que contempla al Hijo y ejerce fe en él tenga vida eterna” (Juan 6:40). Sin duda, tener la oportunidad de vivir para siempre es un regalo, una maravillosa muestra de la bondad inmerecida de Dios. Agradecido por ello, Pablo dijo: “La bondad inmerecida de Dios que trae salvación a toda clase de hombres se ha manifestado” (Tito 2:11). w16.07 3:14, 15

Miércoles 11 de julio

Con la esposa de tu juventud que nadie trate traidoramente (Mal. 2:15).

Hoy día, no se tolera este tipo de traición en el pueblo de Dios. Ahora bien, supongamos que alguien bautizado comete adulterio con una persona casada, se divorcia y se casa con esa persona. Si no se arrepiente, es expulsado para mantener la pureza espiritual de la congregación (1 Cor. 5:11-13). Antes de ser aceptado de nuevo en la congregación, tiene que producir “frutos propios del arrepentimiento” (Luc. 3:8; 2 Cor. 2:5-10). Este tipo de traición, que ocurre rara vez en el pueblo de Dios, no puede pasarse por alto. No hay un plazo establecido para que el expulsado pueda ser readmitido. Pero podría tomarle bastante tiempo —un año o más— demostrar que está arrepentido de verdad. Y, aunque la persona sea readmitida, todavía deberá rendir cuentas “ante el tribunal de Dios” en cuanto a si su arrepentimiento es sincero (Rom. 14:10-12). w16.08 1:12, 13

Jueves 12 de julio

Si algún hombre está procurando alcanzar un puesto de superintendente, desea una obra excelente (1 Tim. 3:1).

El verbo griego que se traduce “procurando alcanzar” significa estirarse para agarrar una cosa, quizás algo que no se puede alcanzar fácilmente. Al usar esta palabra, el apóstol Pablo subrayó que para progresar espiritualmente hace falta esfuerzo. Pensemos en un hermano que reflexiona sobre cuál será su futuro en la congregación. Tal vez todavía no sea siervo ministerial, pero se da cuenta de que necesita desarrollar cualidades espirituales. Para empezar, se esfuerza por cumplir con los requisitos para ser siervo ministerial. Más adelante, se seguirá esforzando por llegar a ser anciano. En ambos casos, hace todo lo posible por satisfacer los requisitos necesarios para atender más responsabilidades en la congregación. Los hermanos y hermanas que desean ser precursores, betelitas o voluntarios de construcción de Salones del Reino también necesitan “estirarse” para alcanzar sus metas espirituales. w16.08 3:3, 4

Viernes 13 de julio

Ellos son tus siervos y tu pueblo, a quienes redimiste con tu gran poder y con tu mano fuerte (Neh. 1:10).

Imaginemos lo que sintió Nehemías cuando fue a Jerusalén. La ciudad estaba prácticamente indefensa, y los judíos se sentían muy desanimados. Más tarde, las amenazas de los opositores extranjeros hicieron que los judíos dejaran de reconstruir las murallas de Jerusalén. ¿Se desanimó también Nehemías y dejó caer las manos? No. Igual que Moisés, Asá y otros siervos fieles de Jehová, ya tenía la costumbre de acudir a su Dios cuando se enfrentaba a dificultades (Éx. 17:8-13; 2 Crón. 14:8-13). Y esta vez hizo lo mismo. A los judíos, los obstáculos que tenían delante podían parecerles insuperables. Pero Jehová respondió a la sincera súplica de Nehemías y utilizó su “gran poder” y su “mano fuerte” para fortalecer las manos de su pueblo (Neh. 2:17-20; 6:9). ¿Cree usted que Jehová utiliza hoy su “gran poder” y su “mano fuerte” para fortalecer a sus siervos? w16.09 1:9

Sábado 14 de julio

Hagan todas las cosas para la gloria de Dios (1 Cor. 10:31).

“Se veía a mucha gente vestida con ropa informal, sobre todo porque hacía calor”. Eso dijo un periódico holandés sobre una reunión de líderes religiosos. El periodista añadió que los testigos de Jehová que asistían a una asamblea eran diferentes. Muchas veces se ha felicitado a los Testigos por vestirse de manera decente, “con modestia y buen juicio”, como es propio de las personas que “profesan reverenciar a Dios” (1 Tim. 2:9, 10). Aunque en estos versículos el apóstol Pablo se estaba refiriendo a las mujeres, el mismo principio es aplicable a los hombres. Para nosotros, el pueblo de Jehová, las normas sobre la ropa y la manera de arreglarse son importantes, igual que lo son para nuestro Dios (Gén. 3:21). Lo que la Biblia dice al respecto deja bien claro que el Soberano del universo establece normas morales sobre cómo deben vestir sus siervos. Esto significa que, al decidir cómo nos vestimos y arreglamos, tenemos que tomar en cuenta lo que le agrada a nuestro Señor Soberano, Jehová. w16.09 3:1, 2

Domingo 15 de julio

Hombres hablaron de parte de Dios al ser llevados por espíritu santo (2 Ped. 1:21).

Algunos han decidido investigar las profecías o la exactitud histórica, arqueológica y científica de la Biblia. Génesis 3:15 contiene una profecía interesantísima. Presenta el tema principal de la Biblia: la vindicación de la soberanía de Dios y la santificación de su nombre mediante el Reino. Usando lenguaje simbólico, este versículo por sí solo indica cómo Jehová acabará con el sufrimiento que el hombre ha padecido desde el tiempo de Edén. ¿Cómo podría estudiar Génesis 3:15? Puede hacer una línea de tiempo. Escriba en ella los textos principales que muestran cómo Dios fue aclarando poco a poco de qué personas y cosas hablaba esta profecía y que prueban que se cumplirá sin falta. Cuando vea cómo encajan unos con otros, seguramente llegará a la conclusión de que los profetas y escritores de la Biblia fueron “llevados por espíritu santo”. w16.09 4:8

Lunes 16 de julio

¿Quién hace que tú difieras de otro? (1 Cor. 4:7).

El apóstol Pedro tuvo durante un tiempo prejuicios contra los no judíos, pero poco a poco eliminó esos sentimientos negativos (Hech. 10:28, 34, 35; Gál. 2:11-14). Si detectamos prejuicio u orgullo racial en nosotros, aunque sea solo una pizca, tenemos que esforzarnos sinceramente para arrancarlo del corazón (1 Ped. 1:22). Haríamos bien en meditar en que nadie merece la salvación. Todos, sin importar nuestra nacionalidad, somos imperfectos (Rom. 3:9, 10, 21-24). ¿Tenemos, por tanto, alguna razón para sentirnos superiores a otros? Deberíamos compartir la opinión de Pablo, que les recordó a los demás cristianos ungidos que ya no eran “extraños y residentes forasteros, sino [...] miembros de la casa de Dios” (Efes. 2:19). Tenemos que hacer un gran esfuerzo por vencer los prejuicios. No hay duda de que eso nos servirá para seguir poniéndonos la nueva personalidad (Col. 3:10, 11). w16.10 1:9

Martes 17 de julio

Día y noche lee en su ley en voz baja (Sal. 1:2).

Jehová nos ha suministrado toda su Palabra, la Biblia, para que nuestra fe sea fuerte. Debemos tener la costumbre de leerla, si es posible todos los días, para ser felices y tener éxito (Sal. 1:1-3; Hech. 17:11). Además, es necesario que meditemos constantemente en las promesas de Dios y seamos obedientes a sus normas, igual que hicieron sus siervos precristianos. Otra bendición de Jehová es el suministro abundante de alimento espiritual mediante “el esclavo fiel y discreto” (Mat. 24:45). Por tanto, si atesoramos lo que él nos enseña mediante este alimento, seremos como los ejemplos de fe de tiempos antiguos, que tenían una “expectativa segura”: la esperanza del Reino (Heb. 11:1). La oración también fue esencial para que los testigos de Jehová de tiempos precristianos tuvieran una fe fuerte. Y su fe se fortalecía más al ver la respuesta de Dios a sus oraciones (Neh. 1:4, 11; Sal. 34:4, 15, 17; Dan. 9:19-21). w16.10 3:7, 8

Miércoles 18 de julio

Si tengo toda la fe como para trasladar montañas, pero no tengo amor, nada soy (1 Cor. 13:2).

Cuando Jesús respondió a la pregunta sobre cuál era el mandamiento más grande, subrayó que el amor a Dios era lo más importante (Mat. 22:35-40). En las Escrituras Griegas Cristianas, la fe y el amor aparecen juntos en multitud de ocasiones, con frecuencia en la misma frase, destacando así su importancia. Pablo exhortó a sus hermanos a llevar puesta “la coraza de la fe y el amor” (1 Tes. 5:8). Juan escribió: “Este es su mandamiento [de Dios]: que tengamos fe en el nombre de su Hijo Jesucristo y nos estemos amando unos a otros” (1 Juan 3:23). Aunque la fe es esencial, algunos de sus aspectos dejarán de existir cuando se cumplan las promesas de Dios y nuestra esperanza cristiana se haga realidad. En cambio, nunca dejará de ser necesario que siga creciendo nuestro amor a Dios y al prójimo. Por eso, Pablo escribió: “Ahora, sin embargo, permanecen la fe, la esperanza, el amor, estos tres; pero el mayor de estos es el amor” (1 Cor. 13:13). w16.10 4:15-17

Jueves 19 de julio

Las congregaciones continuaron haciéndose firmes en la fe (Hech. 16:5).

Había hermanos que visitaban las congregaciones como representantes del cuerpo gobernante y llevaban “los decretos sobre los cuales habían tomado decisión los apóstoles y ancianos que estaban en Jerusalén” (Hech. 16:4). Cuando las congregaciones obedecían estos decretos, seguían “haciéndose firmes en la fe y aumentando en número de día en día”. ¿Qué debemos hacer cuando recibimos instrucciones de la organización de Dios? Jehová nos dice en su libro, la Biblia, que debemos ser obedientes y sumisos (Deut. 30:16; Heb. 13:7, 17). Una actitud crítica o rebelde no cabe en la organización de Dios, pues podría perturbar a las congregaciones, donde tiene que haber amor, paz y unidad. Por supuesto, ningún cristiano fiel quisiera tener un espíritu como el de Diótrefes, un hombre irrespetuoso y desleal (3 Juan 9, 10). Podríamos preguntarnos: “¿Contribuyo a la espiritualidad de los que me rodean? ¿Obedezco y apoyo de inmediato las decisiones de los hombres que dirigen la obra?”. w16.11 2:10, 11

Viernes 20 de julio

Busquen la paz de la ciudad a la cual los he hecho ir en destierro (Jer. 29:7).

Los judíos exiliados que obedecieron a Dios vivieron en Babilonia con relativa normalidad. Allí se les permitía disfrutar de cierta autonomía e incluso moverse libremente por el país. En aquella época, Babilonia era un núcleo comercial. Se han desenterrado documentos que indican que muchos judíos aprendieron a hacer negocios y se hicieron artesanos expertos. Algunos se enriquecieron. La vida en Babilonia no tenía nada que ver con la esclavitud en Egipto, sufrida siglos antes (Éx. 2:23-25). ¿Podrían alguna vez los israelitas volver a adorar a Jehová de forma totalmente aceptable? Esta posibilidad se veía muy lejana, ya que Babilonia nunca liberaba a los cautivos. Pero Jehová había prometido liberar a su pueblo, y así lo hizo. Sus promesas nunca fallan (Is. 55:11). w16.11 4:3, 5

Sábado 21 de julio

Hemos muerto con referencia al pecado (Rom. 6:2).

Aquellos cristianos aún estaban vivos en la Tierra, entonces ¿por qué se dijeron las palabras citadas arriba? Gracias al rescate, Dios perdonó los pecados de Pablo y de otros cristianos de su tiempo y los ungió con espíritu santo para que fueran sus hijos espirituales, con la esperanza de vivir en el cielo. Si permanecían fieles, vivirían y reinarían con Cristo. Pero Pablo podía decir que habían “muerto con referencia al pecado” aunque todavía estaban vivos y servían a Dios en la Tierra. Puso el ejemplo de Jesús, que murió como ser humano y fue levantado como un espíritu inmortal en el cielo. La muerte ya no tenía dominio sobre él. Algo parecido les ocurría a los ungidos: podían considerarse muertos “con referencia al pecado, pero vivos con referencia a Dios por Cristo Jesús” (Rom. 6:9, 11). No vivían igual que antes. Ya no los dominaban los deseos de hacer cosas malas. Habían muerto con respecto a su manera de vivir anterior. w16.12 1:9, 10

Domingo 22 de julio

Tener la mente puesta en el espíritu significa vida y paz (Rom. 8:6).

Estas palabras no quieren decir que estemos pensando o hablando todo el tiempo de la Biblia, del amor a Dios o de nuestra esperanza para el futuro. Recordemos que Pablo y otros cristianos fieles del siglo primero vivieron vidas bastante normales. Comían y bebían, muchos se casaron, formaron una familia y trabajaron para mantenerse (Mar. 6:3; 1 Tes. 2:9). Eso sí, aquellos siervos de Dios no permitieron que esas cosas normales se convirtieran en el centro de su vida. La Biblia dice que Pablo trabajó haciendo tiendas de campaña, pero luego señala que dedicaba tiempo regularmente a predicar y enseñar: ese era el centro de su vida (Hech. 18:2-4; 20:20, 21, 34, 35). A los hermanos de Roma les recomendó que se dedicaran a estas mismas actividades. Para ellos, las cosas espirituales debían ser lo más importante, igual que lo eran para Pablo. Y también deben serlo para nosotros (Rom. 15:15, 16). w16.12 2:5, 15, 16

Lunes 23 de julio

El que muestra favor al de condición humilde le presta a Jehová, y Él le pagará su trato (Prov. 19:17).

Podemos tener la seguridad de que Jehová valora todo lo que hacemos por servirle y comprende nuestras inseguridades. Se compadece de nosotros si nos agobian los problemas económicos o si no podemos hacer tanto como quisiéramos en su servicio por culpa de la salud física o emocional. Y podemos confiar plenamente en que Jehová recuerda con cariño lo que hacen sus siervos por mantenerse fieles (Heb. 6:10, 11). Tengamos en cuenta también que podemos acudir al “Oidor de la oración” seguros de que se interesará por lo que nos preocupa (Sal. 65:2). “El Padre de tiernas misericordias y el Dios de todo consuelo” nos dará toda la ayuda emocional y espiritual que necesitemos, quizás a través de nuestros hermanos cristianos (2 Cor. 1:3). Y recordemos que mostrar compasión a otros es algo que agrada mucho a Jehová (Mat. 6:3, 4). Él promete premiar nuestra generosidad. w16.12 4:13, 14

Martes 24 de julio

Donde está el espíritu de Jehová, hay libertad (2 Cor. 3:17).

Cuando Jesús vino a la Tierra, usó su libertad de elección para rechazar las tentaciones de ese gran adversario (Mat. 4:10). La noche antes de morir, reafirmó que estaba decidido a hacer la voluntad de Dios. En una intensa oración, le dijo: “Padre, si deseas, remueve de mí esta copa. Sin embargo, que no se efectúe mi voluntad, sino la tuya” (Luc. 22:42). Seguramente deseamos ser como Jesús y usar nuestra libertad de elección para honrar a Jehová y hacer su voluntad. Pero ¿es esto posible? Sí, es posible, porque, igual que él, hemos sido hechos a la imagen y semejanza de Dios (Gén. 1:26). Sin embargo, tenemos limitaciones. No disfrutamos de la libertad absoluta que tiene Jehová. Su Palabra indica que nos ha puesto límites que debemos respetar para nuestro bien. Por ejemplo, dice que la esposa debe estar en sujeción al esposo y que los hijos deben obedecer a los padres (Efes. 5:22; 6:1). w17.01 2:4, 5

Miércoles 25 de julio

Digo a cada uno que está allí entre ustedes que no piense más de sí mismo de lo que sea necesario pensar (Rom. 12:3).

Estamos viviendo en una época muy emocionante. La parte terrestre de la organización de Jehová está creciendo de muchas maneras, pero ese crecimiento exige cambios. Si esos cambios nos afectan, seamos humildes y mantengamos en primer lugar los intereses de Jehová, no los nuestros. Hacerlo fortalecerá la unidad. En su carta a los romanos, Pablo escribió: “Así como en un solo cuerpo tenemos muchos miembros, pero los miembros no tienen todos la misma función, así nosotros, aunque muchos, somos un solo cuerpo en unión con Cristo” (Rom. 12:4, 5). No importa cuál sea nuestra situación, hagamos todo lo posible para apoyar el magnífico Reino de Jehová. Si es un hermano mayor, capacite a los más jóvenes para que se encarguen de lo que usted hace. Si es joven, acepte más responsabilidades, sea modesto y muestre respeto a los mayores. Y esposas, sean como Priscila, la esposa de Áquila, que estuvo fielmente junto a su esposo y lo apoyó en toda circunstancia (Hech. 18:2). w17.01 5:15, 16

Jueves 26 de julio

Yo soy el más chico (Juec. 6:15).

Gedeón no dudó en reconocer que sus antecedentes eran humildes. Después de aceptar la asignación que Jehová le dio, se aseguró de haber entendido bien lo que se esperaba de él y buscó la guía de Dios (Juec. 6:36-40). Gedeón fue valiente, pero también actuó con prudencia (Juec. 6:11, 27). No se aprovechó de esa asignación para destacar sobre los demás. Al contrario, tan pronto como pudo, regresó con gusto a su casa (Juec. 8:22, 23, 29). Ser modesto no significa que no debemos aceptar privilegios o esforzarnos por conseguirlos. Las Escrituras nos animan a todos a progresar (1 Tim. 4:13-15). Pero ¿hace falta recibir un cambio de asignación para ello? No necesariamente. Con la ayuda de Jehová, podemos progresar espiritualmente sea cual sea la asignación que tengamos ahora. Y es posible seguir desarrollando las capacidades que Dios nos ha dado y hacer más por otras personas. w17.01 3:15, 16

Viernes 27 de julio

Dios envió a su Hijo unigénito al mundo para que nosotros consiguiéramos la vida mediante él (1 Juan 4:9).

Jehová pagó un precio muy alto para rescatarnos (1 Ped. 1:19). Ama tanto a la humanidad que permitió que su Hijo unigénito muriera por nosotros. En cierto sentido, Jesús ocupa el lugar de nuestro primer padre humano, Adán (1 Cor. 15:45). Al hacerlo, nos da algo más que la posibilidad de vivir para siempre; nos da la oportunidad de regresar algún día a la familia de Dios. En efecto, gracias al sacrificio de Jesús, Jehová puede aceptar sin violar sus normas de justicia que seres humanos vuelvan a formar parte de su familia. ¿Verdad que nos conmueve pensar en el tiempo en que los humanos fieles serán perfectos? Habrá completa unidad entre la parte celestial y la parte terrestre de su familia. Todos seremos hijos de Dios en el sentido pleno de la palabra (Rom. 8:21). Si estamos agradecidos por el rescate, haremos todo lo posible para que los demás sepan que pueden beneficiarse de este maravilloso regalo. w17.02 1:17, 19

Sábado 28 de julio

¿Quién es, verdaderamente, el esclavo fiel y discreto? (Mat. 24:45).

La Atalaya del 15 de julio de 2013 explicó que “el esclavo fiel y discreto” es un grupo pequeño de hermanos ungidos que componen el Cuerpo Gobernante. El Cuerpo Gobernante toma decisiones importantes de manera conjunta. Sus miembros se reúnen cada semana, lo que promueve una buena comunicación y unidad (Prov. 20:18). El presidente de estas reuniones cambia todos los años, pues ninguno se considera más importante que los demás (1 Ped. 5:1). Lo mismo se hace en cada uno de los seis comités de este cuerpo. Ninguno de los miembros del Cuerpo Gobernante se considera el líder de sus hermanos, sino uno de los “domésticos”, que reciben alimento del esclavo fiel y se someten a su supervisión. El Cuerpo Gobernante no recibe revelaciones divinas ni es infalible. Por lo tanto, puede equivocarse en temas doctrinales y cuestiones de organización. w17.02 4:10-12

Domingo 29 de julio

Dios ni aun a su propio Hijo perdonó, sino que lo entregó por todos nosotros (Rom. 8:32).

Una manera importante de mostrar agradecimiento por el rescate es dedicarnos a Dios por la fe que tenemos en el rescate y bautizarnos. El bautismo indica que “pertenecemos a Jehová” (Rom. 14:8). Como Jehová hace todo por amor, quiere que esta sea la cualidad principal de todos sus siervos (1 Juan 4:8-11). Cuando amamos a los demás, demostramos que queremos ser hijos de nuestro “Padre que está en los cielos” (Mat. 5:43-48). El único mandato más importante que el de amar al prójimo es el de amar a Jehová (Mat. 22:37-40). Podemos manifestar amor por las personas cumpliendo con la comisión de predicar las buenas nuevas del Reino de Dios. Al amar a los demás, reflejamos la gloria de Jehová. De hecho, el amor a Dios “se perfecciona en nosotros” cuando obedecemos el mandato de amar al prójimo, especialmente a los hermanos (1 Juan 4:12, 20). w17.02 2:13, 14

Lunes 30 de julio

Si Jehová es el Dios verdadero, vayan siguiéndolo; pero si Baal lo es, vayan siguiéndolo a él (1 Rey. 18:21).

Podríamos pensar que era fácil tomar la decisión correcta, porque siempre es sensato y beneficioso servir a Jehová. Ninguna persona razonable sentiría apego por Baal o deseos de servirle. Pese a todo, aquellos israelitas estaban “cojeando sobre dos opiniones diferentes”. Elías les recomendó encarecidamente que escogieran la adoración a Jehová, muy superior a todas las demás. ¿Por qué les resultaba a aquellos israelitas tan difícil elegir bien? Primero, porque básicamente habían perdido la fe en Jehová y se negaban a escucharlo. No la habían edificado sobre el conocimiento exacto y la sabiduría de Dios; tampoco confiaban en él. Si se hubieran dejado guiar por el conocimiento exacto, habrían tomado decisiones sabias (Sal. 25:12). Segundo, los extranjeros que no adoraban a Jehová influyeron en su modo de pensar y los indujeron a adorar con ellos a sus dioses. Mucho antes, Jehová les había advertido que existía el peligro de que eso sucediera (Éx. 23:2). w17.03 2:6, 7

Martes 31 de julio

Ezequías trituró la serpiente de cobre que Moisés había hecho (2 Rey. 18:4).

Cuando meditamos en el ejemplo de Ezequías, tal vez nos demos cuenta de que nosotros también tenemos que librarnos de cosas que dañan nuestra amistad con Dios o nos distraen de la adoración verdadera. Desde luego, no queremos imitar a la gente del mundo que, en las redes sociales, trata a otras personas como si fueran ídolos. Claro, a algunos cristianos les gusta utilizar las redes para comunicarse con sus familiares y amigos. Pero hay mucha gente que hace un uso excesivo de ellas. Siguen a personas que ni siquiera conocen o pasan muchas horas mirando sus fotos o comentarios. Existe el peligro de que perdamos mucho tiempo en cosas que no sirven para nada. Además, podríamos llegar a sentirnos demasiado orgullosos por la cantidad de personas a las que les ha gustado lo que hemos colgado en la red y hasta ofendernos si alguien deja de seguirnos. Preguntémonos: “¿Evito idolatrar a otras personas y dedicar mucho de mi valioso tiempo a cosas sin importancia?” (Efes. 5:15, 16). w17.03 3:14, 17

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