Noviembre
Miércoles 1 de noviembre
Todos ellos serán enseñados por Jehová (Juan 6:45).
Jehová nos apoya de muchas maneras. Por ejemplo, puede ayudarnos a mantener la calma cuando alguien en la predicación nos trata mal. También puede ayudarnos a recordar justo el texto apropiado cuando hablamos con una persona interesada. Y nos da las fuerzas que necesitamos para seguir adelante cuando nos enfrentamos a la indiferencia del territorio (Jer. 20:7-9). Jehová también nos ha mostrado su bondad capacitándonos para el ministerio. En la reunión de entre semana, se nos presentan ideas para conversar bien pensadas y se nos anima a emplearlas en la predicación. Al pensar en intentar algo nuevo, puede que al principio nos pongamos un poquito nerviosos. Pero, cuando lo hacemos, descubrimos que estas sugerencias funcionan muy bien en nuestro territorio. También se nos anima en las reuniones y en las asambleas a participar en formas de predicar que tal vez nunca antes hayamos probado. Esto también puede hacer que salgamos de nuestra zona de confort. Pero, si lo hacemos, le damos a Jehová algo que bendecir. w21.08 34:5, 6
Jueves 2 de noviembre
Aprovechen el tiempo de la mejor manera, porque los días son malos (Efes. 5:16).
Cuando el apóstol Pablo les escribió a los corintios, les dio consejos firmes. Pero más adelante les envió a Tito. ¡Y cuánto le alegró enterarse de que habían aceptado sus consejos! (2 Cor. 7:6, 7). Los ancianos pueden seguir el ejemplo de Pablo dedicándoles tiempo a sus hermanos. Una manera de hacerlo es llegando temprano a las reuniones para tener conversaciones animadoras con ellos. A menudo toma solo unos minutos darle a un hermano el ánimo y el cariño que necesita (Rom. 1:12). Los ancianos que siguen el ejemplo de Pablo usan la Biblia para animar a sus hermanos y confirmarles que Jehová los ama. Buscan oportunidades para felicitarlos. Si un anciano tiene que darle consejo a alguien, debe basarse en la Palabra de Dios. Es específico pero a la vez bondadoso porque le interesa el efecto que tienen sus palabras (Gál. 6:1). w22.03 14:11, 12
Viernes 3 de noviembre
Tenemos este tesoro en vasijas de barro, para que el poder que va más allá de lo normal venga de Dios y no de nosotros (2 Cor. 4:7).
Hoy día, Jehová nos da “el poder que va más allá de lo normal” para que podamos seguir sirviéndole fielmente. Una de las cosas que Jehová nos ha dado para fortalecernos es la oración. En Efesios 6:18, el apóstol Pablo dijo: “Sigan orando en toda ocasión”. Si lo hacemos, Dios nos fortalecerá. Puede que a veces nos sintamos abrumados o que no sepamos qué decir en nuestras oraciones, pero Jehová nos invita a hablar con él aunque nos cueste poner en palabras lo que sentimos (Rom. 8:26, 27). Dios también nos fortalece mediante la Biblia. Al igual que Pablo, nosotros podemos leer las Escrituras para obtener fuerzas y consuelo (Rom. 15:4). Cuando leemos un pasaje y meditamos en él, Jehová puede utilizar su espíritu para ayudarnos a entender cómo aplica a nuestra situación (Heb. 4:12). w21.05 21:8-10
Sábado 4 de noviembre
Dios los llena de energías dándoles tanto el deseo como las fuerzas para actuar (Filip. 2:13).
Sabemos que es muy importante hacer discípulos, pero hay ciertas dificultades que tal vez nos impidan hacer todo lo que quisiéramos. Quizás nos parezca que no podemos hacer más por las circunstancias. Por ejemplo, algunos publicadores son mayores o tienen mala salud. Si ese es nuestro caso, recordemos que se pueden dar clases de la Biblia por teléfono o por internet. Así que tal vez podamos iniciar y dirigir un curso bíblico desde la comodidad de nuestra casa. Y eso no es todo. Algunas personas quieren estudiar la Biblia, pero no pueden hacerlo a las horas a las que los hermanos normalmente predican. ¿Podríamos ofrecernos para darles clases cuando a ellas les conviene, quizás temprano por la mañana o tarde por la noche? Jesús enseñó a Nicodemo de noche porque así lo prefirió Nicodemo (Juan 3:1, 2). w21.07 26:10, 11
Domingo 5 de noviembre
Este pueblo se acerca a mí solo de palabra y me honra de labios para afuera, pero su corazón está muy lejos de mí (Is. 29:13).
Los seguidores de Juan el Bautista se sorprendieron porque los discípulos de Jesús no ayunaban. Jesús les explicó que no tenían motivo para ayunar mientras él todavía estuviera vivo (Mat. 9:14-17). Aun así, los fariseos y otros enemigos de Jesús lo condenaron porque no seguía sus costumbres y tradiciones. Se enfurecieron cuando lo vieron curar enfermos en sábado (Mar. 3:1-6; Juan 9:16). Aquellos santurrones por un lado se enorgullecían de que cumplían la ley del sábado y por otro lado no tenían problemas en hacer negocios en el templo. Se indignaron cuando Jesús los condenó por ello (Mat. 21:12, 13, 15). Y, cuando Jesús predicó en la sinagoga de Nazaret, quienes lo escuchaban se llenaron de rabia porque él usó algunos ejemplos de la historia de Israel para denunciar su egoísmo y su falta de fe (Luc. 4:16, 25-30). Muchos tropezaron porque Jesús no hizo lo que ellos esperaban que hiciera (Mat. 11:16-19). w21.05 18:13, 14
Lunes 6 de noviembre
No desconocemos sus tácticas (2 Cor. 2:11).
Una de las maneras en que Jehová nos advierte de los peligros del orgullo y la codicia es dejando registradas experiencias de la vida real para que aprendamos de ellas. Cuando hablamos de la codicia, puede que pensemos en Satanás. Mientras era uno de los ángeles de Jehová, seguro que disfrutó de muchos privilegios muy buenos. Pero él quería más. Codiciaba recibir la adoración que solo Jehová merece. Satanás quiere que nos volvamos como él, y por eso procura que no estemos contentos con lo que tenemos. La primera vez que intentó hacer esto fue con Eva. Con amor, Jehová les había permitido a ella y a su esposo comer de todos los árboles del jardín excepto uno hasta quedar satisfechos (Gén. 2:16). Pero Satanás engañó a Eva y le hizo creer que necesitaba comer del árbol prohibido. Ella no agradeció lo que tenía; quería más. Y sabemos cómo terminó todo: pecó y con el tiempo murió (Gén. 3:6, 19). w21.06 24:2, 3, 9
Martes 7 de noviembre
Tengan muchos hijos, multiplíquense, llenen la tierra y tomen control de ella (Gén. 1:28).
Jehová quería que Adán y Eva tuvieran hijos y cuidaran la Tierra. Si hubieran sido obedientes y hubieran cumplido con el propósito de Dios, ellos y sus descendientes habrían continuado formando parte de su familia para siempre. Jehová honró a Adán y Eva dándoles un lugar valioso en su familia. Hablando de la creación del ser humano, David le dijo a Jehová: “Lo hiciste un poco inferior a los ángeles y lo coronaste de gloria y esplendor” (Sal. 8:5, nota). Es cierto que Dios no le dio al ser humano el mismo poder, inteligencia y capacidad que a los ángeles (Sal. 103:20). Pero solo lo hizo “un poco inferior” a estos seres espirituales tan poderosos. Lamentablemente, Adán y Eva perdieron su lugar en la familia de Jehová. Esto les trajo terribles consecuencias a sus descendientes. Pero Jehová no ha cambiado su propósito: quiere que los seres humanos obedientes sean sus hijos para siempre. w21.08 30:2-4
Miércoles 8 de noviembre
“Ni con una fuerza militar ni con poder, sino con mi espíritu”, dice Jehová (Zac. 4:6).
Muchos siervos de Jehová hoy día sufren oposición. Algunos viven en lugares donde nuestra obra está restringida. Pueden ser arrestados y “llevados ante gobernadores y reyes”, y esto les sirve de testimonio (Mat. 10:17, 18). Otros Testigos se enfrentan a un tipo de oposición diferente. Viven en un país donde hay libertad para adorar a Jehová, pero tienen familiares que tratan por todos los medios de impedírselo (Mat. 10:32-36). En muchos casos, cuando estos familiares se dan cuenta de que sus esfuerzos no sirven de nada, dejan de oponerse. Y algunos que antes se oponían violentamente con el tiempo se convierten en entusiastas Testigos. Por lo tanto, no se rinda ante la oposición. Sea valiente. Usted cuenta con Jehová y su poderoso espíritu santo, ¡así que no tiene nada que temer! w22.03 12:8
Jueves 9 de noviembre
Oh, ustedes que aman a Jehová, odien lo que es malo (Sal. 97:10).
La Biblia dice que Jehová odia los “ojos orgullosos, una lengua mentirosa y manos que derraman sangre inocente” (Prov. 6:16, 17). También “detesta a la gente violenta y que engaña” (Sal. 5:6). A Jehová le repugnan tanto estas actitudes y acciones que acabó con todos los malvados de los días de Noé porque habían llenado la Tierra de violencia (Gén. 6:13). Otra cosa que Jehová odia es la que mencionó mediante el profeta Malaquías: que alguien traicione a su cónyuge inocente para que el matrimonio acabe en divorcio. Dios rechaza la adoración de quienes hacen eso y les pedirá cuentas (Mal. 2:13-16; Heb. 13:4). Jehová nos manda: “Detesten lo que es malo” (Rom. 12:9). La palabra detestar hace pensar en una fuerte reacción emocional. Implica sentir aversión, repugnancia o rechazo por algo. Eso mismo deberíamos sentir con solo pensar en hacer algo que Jehová dice que está mal. w22.03 10:11, 12
Viernes 10 de noviembre
Felices todos los que lo esperan con anhelo (Is. 30:18).
Dentro de poco, nuestro Padre celestial nos dará muchas bendiciones por medio de su Reino. Quienes esperan con anhelo a que Jehová actúe tendrán muchas bendiciones ahora y en el futuro nuevo mundo. Allí, los siervos de Dios nunca más tendremos que volver a aguantar los problemas y preocupaciones que enfrentamos hoy. No habrá más injusticias ni dolor (Apoc. 21:4). No tendremos que preocuparnos por conseguir las cosas necesarias, porque habrá de todo en abundancia (Sal. 72:16; Is. 54:13). ¡Qué maravilla! Mientras tanto, al ayudarnos a vencer malas costumbres y a cultivar cualidades cristianas, Jehová nos va preparando para cuando vivamos bajo su gobierno. No nos desanimemos y no nos rindamos. Lo mejor está por llegar. Nos espera un futuro maravilloso, así que sigamos dispuestos a esperar con paciencia a que Jehová cumpla todo lo que nos ha prometido. w21.08 31:17-19
Sábado 11 de noviembre
No se olviden de hacer el bien ni de compartir lo que tienen con los demás, porque estos sacrificios le agradan mucho a Dios (Heb. 13:16).
Poco después de recibir la carta del apóstol Pablo, los hermanos de Judea tuvieron que dejar sus hogares, sus negocios y a sus familiares que no eran cristianos, y huir a las montañas (Mat. 24:16). Está claro que en aquel tiempo era muy importante que se ayudaran unos a otros. Si antes ya habían puesto en práctica el consejo de Pablo de compartir lo que tenían, se les haría más fácil acostumbrarse a su nueva vida. Puede que nuestros hermanos no siempre nos digan qué necesitan. Por ello, seamos accesibles. Seguro que en nuestra congregación hay hermanos y hermanas que siempre están dispuestos a ayudar a los demás. Nunca nos hacen sentir que somos una carga. Al contrario, sabemos que siempre podemos contar con ellos, y queremos seguir su ejemplo. w22.02 9:13-15
Domingo 12 de noviembre
Mantengan la unidad del espíritu mediante el vínculo de la paz (Efes. 4:3).
En los últimos años se han reorganizado muchas congregaciones y circuitos. Si nos pidieran que nos cambiáramos de congregación, se nos podría hacer difícil dejar a nuestros familiares y amigos. ¿Les dice Jehová a los ancianos adónde tiene que ir cada publicador? No. Y puede que justo por eso nos cueste seguir las instrucciones que ellos nos dan. Pero Jehová confía en sus decisiones, y nosotros también debemos hacerlo. ¿Por qué deberíamos apoyar las decisiones de los ancianos incluso cuando no nos gustan? Porque, cuando lo hacemos, mantenemos la unidad del pueblo de Dios. Además, la congregación se beneficia cuando todos somos humildes y aceptamos las decisiones de los ancianos (Heb. 13:17). Más importante aún, porque así le demostramos a Jehová que confiamos en él, pues él ha nombrado a los ancianos para cuidarnos (Hech. 20:28). w22.02 6:9, 10
Lunes 13 de noviembre
Sigue aplicándote en la lectura pública, en aconsejar y en enseñar (1 Tim. 4:13).
Si usted es un hermano bautizado, podría esforzarse por mejorar en su oratoria y enseñanza. ¿Por qué? Porque, si se dedica de lleno a la lectura, oratoria y enseñanza, será de gran ayuda a quienes lo escuchen (1 Tim. 4:15). Póngase el objetivo de estudiar y poner en práctica cada uno de los aspectos de la oratoria que analiza el folleto Seamos mejores lectores y maestros. Estudie las lecciones una por una, practique mucho en su casa y esfuércese por aplicar en sus discursos lo que ha aprendido. Pídales sugerencias al consejero auxiliar o a otros ancianos “que trabajan duro hablando y enseñando” (1 Tim. 5:17). No se concentre solo en poner en práctica la lección del folleto, sino también en ayudar al auditorio a fortalecer su fe y a aplicar lo que aprende. Como resultado, usted se sentirá más feliz, y su auditorio también. w21.08 33:17
Martes 14 de noviembre
Humildemente piensen que los demás son superiores a ustedes (Filip. 2:3).
Si pensamos que los demás son superiores, no competiremos con quienes tienen más talentos o habilidades que nosotros, sino que nos alegraremos por ellos. Esto es especialmente cierto si están usando sus habilidades para la alabanza de Jehová. El resultado será que todos fomentaremos la paz y la unidad en la congregación. ¿Qué nos ayudará a controlar la tendencia a la envidia? Ser modestos, es decir, reconocer que tenemos limitaciones. Si somos modestos, no intentaremos demostrar que tenemos más talento y habilidad que el resto de la gente. Más bien, buscaremos maneras de aprender de quienes hacen ciertas cosas mejor que nosotros. Por ejemplo, si un hermano de la congregación presenta discursos públicos excelentes, podemos preguntarle cómo los prepara. Si una hermana cocina muy bien, podemos pedirle algunos consejitos para mejorar. w21.07 28:8, 9
Miércoles 15 de noviembre
Jehová nunca comete injusticias (Deut. 32:4).
En el libro de Números leemos que Jehová condenó a muerte a un israelita por recoger leña en sábado. Pero en el Segundo Libro de Samuel leemos que, siglos más tarde, Jehová perdonó al rey David aunque había cometido adulterio y asesinato (Núm. 15:32, 35; 2 Sam. 12:9, 13). Puede que nos preguntemos: “¿Por qué le perdonó Jehová a David pecados tan graves pero condenó al otro hombre por una falta que no parece tan grave?”. La Biblia no siempre da todos los detalles. Por ejemplo, sabemos que David se arrepintió de verdad de todo lo que hizo (Sal. 51:2-4). Pero ¿qué clase de persona era el hombre que desobedeció la ley del sábado? ¿Estaba arrepentido de lo que había hecho? ¿Había desobedecido a Jehová en otras ocasiones? ¿Había recibido advertencias, pero las había ignorado o incluso rechazado? La Biblia no lo dice. Sin embargo, lo que sabemos de Jehová es más que suficiente para confiar en que él “es justo en todos sus caminos” (Sal. 145:17). w22.02 6:3, 4
Jueves 16 de noviembre
La sabiduría está con los modestos (Prov. 11:2).
La persona que es modesta no se exige más de lo que puede dar y, como resultado, es feliz y productiva. Quien es modesto podría compararse a alguien que va conduciendo un automóvil cuesta arriba y, para seguir subiendo, debe cambiar a una velocidad inferior aunque eso implique ir más despacio. De manera parecida, la persona modesta sabe cuándo debe “cambiar a una velocidad inferior” a fin de seguir sirviendo a Jehová y ayudando a los demás (Filip. 4:5). Veamos el ejemplo de Barzilái, que tenía 80 años cuando recibió la invitación del rey David para formar parte de la corte real. Este hombre fue modesto y rechazó la oferta del rey. Reconoció que ya tenía ciertas limitaciones y por eso recomendó que Kimham, un hombre más joven, fuera en su lugar (2 Sam. 19:35-37). Como Barzilái, los hermanos mayores se alegran de darles a los más jóvenes la oportunidad de atender ciertas responsabilidades. w21.09 36:6, 7
Viernes 17 de noviembre
Nadie sabe quién es el Hijo excepto el Padre. Y nadie sabe quién es el Padre excepto el Hijo y todo aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar (Luc. 10:22).
¿Se nos hace difícil ver a Jehová como un Padre cariñoso? A algunos de nosotros sí. Puede que esto nos suceda porque tuvimos una niñez difícil. Cuánto nos consuela saber que él comprende cómo nos sentimos y quiere estar cerca de nosotros. Por eso, su Palabra nos hace la siguiente invitación: “Acérquense a Dios y él se acercará a ustedes” (Sant. 4:8). Jehová nos ama y nos dice que es el mejor Padre que podemos tener. Jesús nos puede ayudar a acercarnos más a Jehová. Lo conoce muy bien y refleja sus cualidades a la perfección. Por eso dijo: “El que me ha visto a mí ha visto al Padre también” (Juan 14:9). Como un hermano mayor, Jesús nos enseña a respetar y obedecer a nuestro Padre, y a agradarlo y ganarnos su aprobación. Pero, sobre todo, lo que hizo cuando estuvo en la Tierra nos muestra que Jehová es muy bueno y cariñoso. w21.09 38:4, 5
Sábado 18 de noviembre
Pastoreen el rebaño de Dios que está a su cuidado (1 Ped. 5:2).
El pueblo de Jehová sirve en unidad al único Dios verdadero. Jehová les ha dado a los ancianos la seria responsabilidad de mantener la congregación limpia. Por eso, si un cristiano comete un pecado grave, Jehová espera que los ancianos decidan si puede seguir formando parte de la congregación. Entre otras cosas, tienen que averiguar si la persona está arrepentida de verdad. Deben analizar cuestiones como las siguientes: aunque esa persona afirme que está arrepentida, ¿de verdad odia lo que hizo? ¿Está decidida a no volver a cometer ese pecado? Si las malas amistades la llevaron a pecar, ¿está dispuesta a cortar con ellas? Los ancianos oran a Jehová, analizan los hechos de acuerdo con lo que dice la Biblia y tienen en cuenta la actitud que demuestra la persona hacia lo que hizo. Entonces deciden si puede permanecer en la congregación o no. Dependiendo del caso, es posible que haya que expulsar al pecador (1 Cor. 5:11-13). w22.02 6:11, 12
Domingo 19 de noviembre
Vístanse con la nueva personalidad (Col. 3:10).
Sea que llevemos bautizados solo unos pocos días o varias décadas, todos nosotros queremos tener la clase de personalidad que le agrada a Jehová. Para lograrlo, necesitamos controlar nuestros pensamientos. ¿Por qué? Porque estos determinan en gran medida nuestra personalidad. Si siempre estamos pensando en cosas que complacen nuestros deseos carnales, diremos y haremos cosas malas (Efes. 4:17-19). En cambio, si llenamos nuestra mente con buenos pensamientos, será más probable que hablemos y actuemos como le gusta a nuestro Padre, Jehová (Gál. 5:16). Claro, no podemos evitar del todo que entren en nuestra mente malos pensamientos. Pero sí podemos elegir no llevarlos a la práctica. Antes de bautizarnos, tenemos que dejar de hablar y de actuar del modo que Jehová detesta. Este es el primer paso y el más importante para quitarnos la vieja personalidad. Sin embargo, para hacer totalmente feliz a Jehová, también tenemos que ponernos la nueva personalidad. w22.03 11:1, 2
Lunes 20 de noviembre
En este asunto han demostrado ser puros en todo sentido (2 Cor. 7:11).
No es fácil para los ancianos determinar si alguien que ha cometido un pecado grave está ahora arrepentido de verdad. ¿Por qué no? Porque ellos no pueden leer el corazón, así que tienen que tratar de encontrar pruebas que indiquen que el hermano ha cambiado por completo y ahora odia lo que hizo. Necesitan ver pruebas de que el pecador ha cambiado realmente su manera de pensar, sentir y actuar. Puede que le tome bastante tiempo hacer los cambios necesarios. ¿Cómo demuestra un expulsado que está arrepentido de verdad? Debe asistir a las reuniones con regularidad y seguir el consejo de los ancianos de tener buenos hábitos de oración y estudio de la Biblia. También debe hacer todo lo posible para evitar las cosas que podrían llevarlo de nuevo a pecar. Si se esfuerza por reparar su relación con Jehová, puede estar seguro de que él lo perdonará por completo y de que los ancianos lo ayudarán a volver a la congregación. w21.10 40:16-18
Martes 21 de noviembre
No te hagas ninguna imagen tallada ni nada que tenga forma de algo que esté arriba en los cielos o abajo en la tierra. No te inclines ante esas cosas (Éx. 20:4, 5).
Como Jesús amaba muchísimo a Jehová, lo adoró únicamente a él, tanto cuando estaba en el cielo como cuando estuvo en la Tierra (Luc. 4:8). Y les enseñó a sus discípulos a hacer lo mismo. Ni él ni sus discípulos fieles usaron jamás imágenes en su adoración. Como Dios es un espíritu, nada de lo que el hombre haga para representarlo podrá nunca acercarse a su incomparable gloria (Is. 46:5). ¿Y qué hay de hacer imágenes de los llamados santos y rezarles? En el segundo de los Diez Mandamientos, Jehová dijo las palabras del texto de hoy. Para quienes desean agradar a Dios, estas palabras no dejan lugar a dudas. Los historiadores reconocen que los cristianos del siglo primero solo adoraban a Dios. Hoy día, los testigos de Jehová seguimos el ejemplo de los cristianos del siglo primero. w21.10 42:5, 6
Miércoles 22 de noviembre
El que esté en la azotea, que no baje a su casa a sacar sus cosas (Mat. 24:17).
Jesús les advirtió a los cristianos del siglo primero que vivían en Judea que un día Jerusalén se vería “rodeada de ejércitos acampados” (Luc. 21:20-24). Cuando eso sucediera, tendrían que huir a las montañas. Si lo hacían, se salvarían, pero tendrían que dejar atrás muchas cosas. Hace unos años, La Atalaya dijo: “Abandonaron sus casas y campos, y ni siquiera recogieron los enseres de sus hogares. Confiados en la protección y apoyo de Jehová, pusieron Su adoración por encima de todo lo demás que pudiera parecer importante”. Y añadió: “Es posible que afrontemos pruebas relativas a nuestro punto de vista sobre los bienes materiales. ¿Tendrán estos una importancia fundamental para nosotros, o será más importante la salvación que vendrá para todos aquellos que estén del lado de Dios? Sí, puede que la huida implique ciertas dificultades y privaciones. Tenemos que estar preparados para hacer lo que sea necesario”. w22.01 1:7, 8
Jueves 23 de noviembre
Oh, Dios, ¡qué valioso es tu amor leal! (Sal. 36:7).
Poco después de que los israelitas salieran de Egipto, Jehová le habló a Moisés de su nombre y sus cualidades. Le dijo: “Jehová, Jehová, un Dios misericordioso y compasivo, paciente y lleno de amor leal y verdad, que demuestra amor leal a miles, que perdona errores, ofensas y pecados” (Éx. 34:6, 7). Con estas hermosas palabras, Jehová le reveló una característica singular de su amor leal. Veamos cuál es. Jehová no solo dijo que tiene amor leal, sino que está “lleno de amor leal”. Esta frase descriptiva aparece siete veces más en la Biblia (Núm. 14:18; Neh. 9:17; 13:22; Sal. 86:15; 103:8; Joel 2:13; Jon. 4:2). En todos los casos, se refiere solo a Jehová, nunca a seres humanos. ¿Verdad que es llamativo que Jehová enfatice tanto su amor leal? w21.11 44:3, 4
Viernes 24 de noviembre
Dejen de angustiarse por su vida (Mat. 6:25).
Un buen ejemplo para los matrimonios es el del apóstol Pedro y su esposa. Entre seis meses y un año después de conocer a Jesús, el apóstol Pedro tuvo que tomar una decisión importante. Como vivía de la pesca, cuando Jesús lo invitó a seguirlo a tiempo completo, Pedro tuvo que analizar su situación familiar (Luc. 5:1-11). Decidió acompañar a Jesús en su labor de predicar. Y por lo visto su esposa lo apoyó. La Biblia indica que, después de que Jesús resucitó, ella viajó con Pedro al menos durante un tiempo (1 Cor. 9:5). Sin duda, el buen ejemplo de ella le dio autoridad moral a Pedro para darles consejos tanto a las esposas como a los esposos (1 Ped. 3:1-7). Está claro que Pedro y su esposa confiaban en la promesa de Jehová de que él les daría lo necesario si ponían el Reino en primer lugar en su vida (Mat. 6:31-34). w21.11 46:14
Sábado 25 de noviembre
Imítenme a mí (1 Cor. 11:1).
El apóstol Pablo amaba a sus hermanos cristianos, y por eso trabajaba sin descanso por ellos (Hech. 20:31). Con razón lo querían tanto. Por ejemplo, en cierta ocasión, cuando los ancianos de Éfeso se enteraron de que no volverían a verlo, “todos rompieron a llorar” (Hech. 20:37). Del mismo modo, los ancianos hoy día aman a sus hermanos y se desviven por darles apoyo (Filip. 2:16, 17). Pero a veces se encaran a ciertos desafíos. ¿Qué puede ayudarlos? Los ancianos, que tienen tanto trabajo, hacen bien en fijarse en el ejemplo de Pablo. Él no era un superhombre; era un ser humano imperfecto que a veces tenía que luchar por hacer lo que estaba bien (Rom. 7:18-20). Aunque afrontó muchas dificultades, no se rindió ni perdió la alegría. Si los ancianos copian su ejemplo, seguirán sirviendo a Jehová con alegría pese a las dificultades. w22.03 14:1, 2
Domingo 26 de noviembre
Deben respetar mis sábados. Yo soy Jehová su Dios (Lev. 19:3).
Levítico 19:3 decía que había que respetar el sábado. Como los cristianos no estamos bajo la Ley, no es necesario que guardemos un día de descanso semanal. Pero podemos aprender mucho de lo que los israelitas hacían ese día y de las bendiciones que recibían por guardarlo. Debían dedicar el sábado a descansar de sus labores diarias y a adorar a Jehová. Por eso, Jesús iba ese día a la sinagoga y leía de la Palabra de Dios (Éx. 31:12-15; Luc. 4:16-18). El mandato divino que encontramos en Levítico 19:3 de respetar los sábados debería motivarnos a sacar tiempo de nuestras actividades diarias para darles más atención a los asuntos espirituales. ¿Nos parece que necesitamos mejorar en este aspecto? Si dedicamos tiempo con regularidad a los asuntos espirituales, nuestra amistad con Jehová se hará cada vez más fuerte. Y eso es fundamental para ser santos. w21.12 48:13
Lunes 27 de noviembre
No he venido a llamar a justos, sino a pecadores, para que se arrepientan (Luc. 5:32).
Cuando Jesús estuvo en la Tierra, se relacionó con todo tipo de personas. Comió con los ricos y los poderosos, pero también pasó gran parte de su tiempo con los pobres y los desfavorecidos. Además, les mostró compasión a quienes muchos llamaban pecadores. Algunas personas orgullosas tropezaron por lo que Jesús hizo. Les preguntaron a sus discípulos: “¿Por qué comen y beben con cobradores de impuestos y pecadores?”. Jesús les dijo las palabras del texto de hoy (Luc. 5:29-31). Mucho antes de que el Mesías viniera a la Tierra, Isaías profetizó que el mundo no lo aceptaría. Escribió: “Fue un hombre despreciado y evitado por la gente [...]. Era como si su rostro estuviera escondido de nosotros. Fue despreciado, y lo consideramos como de ningún valor” (Is. 53:3). Según esta profecía, el Mesías sería “evitado por la gente”, así que a los judíos del siglo primero no debería haberles extrañado que Jesús fuera rechazado. w21.05 19:3, 4
Martes 28 de noviembre
Jehová lo levantará (Sant. 5:15).
Algunos cristianos del siglo primero se tardaban en poner en práctica los consejos (Sant. 1:22). Otros mostraban favoritismo a los ricos (Sant. 2:1-3). Y a otros se les hacía muy difícil controlar la lengua (Sant. 3:8-10). Estos cristianos tenían problemas serios, pero Santiago no los dio por perdidos. Los aconsejó de forma bondadosa pero franca y animó a quienes estaban débiles espiritualmente a buscar la ayuda de los ancianos (Sant. 5:13, 14). ¿Cuál es la lección? Veamos a los demás de forma realista, pero seamos positivos. A muchos estudiantes les cuesta poner en práctica los consejos de la Biblia (Sant. 4:1-4). Tal vez les tome algún tiempo eliminar aspectos negativos de su personalidad y sustituirlos por cualidades cristianas. Debemos tener el valor de decirle a un estudiante en qué necesita mejorar. Pero al mismo tiempo seamos positivos; confiemos en que Jehová atraerá a los humildes y les dará las fuerzas para hacer cambios en su vida (Sant. 4:10). w22.01 2:11, 12
Miércoles 29 de noviembre
El que tapa sus oídos a los gritos del necesitado no recibirá respuesta cuando él mismo llame (Prov. 21:13).
Todos los cristianos queremos ser misericordiosos como Jehová. ¿Por qué? Una razón es que él no escucha a los que no les muestran misericordia a los demás. Como no queremos que Jehová se niegue a escuchar nuestras oraciones, tenemos mucho cuidado de no ser duros con otros. En vez de tapar nuestros oídos “a los gritos del necesitado”, siempre estamos listos para escuchar al cristiano que está sufriendo dolor. Además, nos tomamos en serio esta advertencia que nos da la Biblia: “El que no muestra misericordia tendrá un juicio sin misericordia” (Sant. 2:13). Si somos humildes y tenemos presente cuánto necesitamos que se nos muestre misericordia, estaremos más dispuestos a mostrarla a otros. Sobre todo, queremos hacerlo cuando un pecador arrepentido vuelve a la congregación. En la Biblia, encontramos ejemplos que nos enseñan a mostrarles misericordia a otros y no tratarlos con dureza. w21.10 41:16, 17
Jueves 30 de noviembre
Quédense aquí sentados mientras yo voy allá a orar (Mat. 26:36).
La última noche de su vida en la Tierra, cuando su ministerio estaba por finalizar, Jesús buscó un sitio tranquilo donde pudiera orar y meditar: el jardín de Getsemaní. Allí les dio a sus discípulos un consejo muy oportuno sobre la oración. Cuando llegaron al jardín de Getsemaní, quizás ya había pasado la medianoche, así que ya era muy tarde. Jesús les pidió a los apóstoles que se mantuvieran despiertos y luego se fue a orar (Mat. 26:37-39). Cuando volvió, los encontró dormidos. Así que de nuevo les dijo: “Manténganse despiertos y oren constantemente” (Mat. 26:40, 41). Él sabía que habían estado bajo mucho estrés y que estaban muy cansados. Por eso les tuvo compasión y dijo que “la carne es débil”. A pesar de todo, dos veces más se fue a orar y, cuando regresó, se encontró con que no estaban orando, sino durmiendo (Mat. 26:42-45). w22.01 5:10, 11