¿Ayudará el coser en casa a resolver su problema?
Por el corresponsal de “¡Despertad!” en la República Dominicana
LA ESCENA: Una tienda de modas en una calle secundaria a corta distancia de El Conde, el principal sector comercial de Santo Domingo. Se exhiben dos vestidos contra un fondo de terciopelo negro. Uno tiene una salpicadura de colores “psicodélicos,” una línea A y mangas largas, y el otro es de color azul delicado con un cuello de camisa, cintura alta y falda ligeramente amplia. Accesorios que hacen juego acompañan a cada uno: bolsa, zapatos y joyas. Dos mujeres, Alicia y Yanet, se detienen y miran con fijeza, intercambian miradas inteligentes y se alejan.
¿Es ésta una escena conocida? ¿Habría hecho usted lo mismo? ¡Eran vestidos atractivos, pero ¡ay! los precios!
Presiones económicas, un estímulo
A menudo las mujeres a quienes les gusta mantenerse a la moda y que observan una exhibición como la ya descrita están dispuestas a hacer sacrificios para presentarse con la más reciente creación, cueste lo que cueste. Sin embargo, muchas otras, como Alicia y Yanet, luchan diariamente por alimentar y vestir a familias grandes, pagar cuotas escolares, alquiler y cuentas médicas. Para ellas, sencillamente no hay suficiente dinero para comprarse vestidos hechos de este estilo y calidad.
¿Tiene usted el mismo problema? ¿Le gustaría saber cómo se las arreglan ellas para vestir tan bien como lo hacen? ¿Qué han hecho para permanecer dentro de sus presupuestos limitados? Han llegado a ser sus propias modistas. ¿Le ayudaría esto a resolver su problema?
En el cuartito donde ella cose, Alicia explicó: “Yanet y yo nos hicimos modistas por necesidad. Cada día la situación parecía más difícil. Había cada vez menos dinero para ropa. Jamás teníamos suficiente, y el que teníamos se gastaba muy aprisa. Comprendí que nuestra situación económica no iba a mejorar y que los precios no iban a bajar, de modo que tenía que hacer algo yo misma. De modo que aquí estamos, cosiendo para nosotras mismas y para los niños. Y estamos usando tela y estilos más adecuados a nuestras necesidades que los que están disponibles en las tiendas. Tenemos más que si tuviéramos que comprarlos hechos, o si tuviéramos que pagarle a alguien para que los hiciera. Muchas mujeres que han empezado a coser recientemente han puesto en su casa un letrero de Modista y pueden coser para ellas mismas y ganar un poco de dinero adicional para ayudar a alimentar y educar a la familia.”
En países todavía en desarrollo hay poca industria para reforzar la economía nacional. Tal vez las fábricas textiles sean pocas, y su producción demasiado limitada para que haya vestidos a precios moderados. Tal vez a la industria se le pongan trabas debido a que las materias primas tienen que importarse, y la maquinaria de las fábricas puede ser limitada y anticuada. Por otra parte, a las prendas de vestir importadas se les asignan fuertes impuestos, y el ama de casa de término medio queda a su propia inventiva para vestirse ella misma y a su familia.
Adelantos modernos simplifican el coser en casa
Si usted es tímida en cuanto a la idea de hacer su propia ropa, escuche la experiencia de Alicia: “Fue cuando apareció por primera vez el estilo de ‘camisa’ que empecé a coser. Pensé que al menos podría confeccionar algo que podría usar para mis quehaceres. No era muy hermoso aquello, pero de él aprendí a confeccionar uno mejor, y he seguido aprendiendo. Las modas son mucho más sencillas de lo que solían ser, tanto para los niños como para los adultos. Ahora hago toda la ropa para los niños y para mí misma.”
“Esa es una empresa grande, ¿verdad?”
“Sí, pero no es tan difícil como pudiera haber sido en otro tiempo. Imagínese, las mujeres solían hilar y tejer su propia tela y después tenían que coser todo a mano. ¡Deben haberse sentido muy felices cuando pudieron conseguir máquinas de coser! Probablemente se sintieron tan felices como yo cuando cambié mi máquina de pedal por esta máquina eléctrica y me libré de todo el trabajo penoso de pedalear. Por supuesto, aquí todavía se usan muchas de estas máquinas viejas, porque las más nuevas son muy caras.
“¿Recuerda el mucho tiempo que se requería para hacer unos cuantos ojales? ¡Y cómo se cansaba la vista! Ahora, en unos segundos esta máquina no solo hace los ojales, sino que también pega los botones. Borda, deshila y encordela. Sobrehíla para que la tela no se deshilache, y se puede ajustar lo largo de la puntada según la clase de tela, sea gasa, cuero o uno de los nuevos tejidos. El coser con ella llega a ser más aventura que trabajo. Lo maravilloso es que, con estos accesorios, nuestra ropa tiene aspecto profesional.”
El poder conseguir una máquina de ese tipo obviamente sería una ventaja para cualquiera que pensara coser en casa, pero eso no es todo. Hay otras ayudas. Aunque muchas modistas en la América del Sur y la zona del Caribe cortan prendas de vestir usando como guía las ilustraciones de las revistas de modas, hoy día se pueden conseguir patrones de los estilos que están de moda. Instrucciones que describen los pasos consecutivamente son fáciles de seguir. Las sugerencias acerca de colocar el patrón sobre la tela, dónde cortar, cómo y dónde marcar sisas o pliegues y cómo ensamblar ayudan a la principiante. Las modificaciones para un buen ajuste no son difíciles, y, una vez ajustado, el patrón se puede usar muchas veces. Se dan sugerencias para ayudar a la costurera doméstica a escoger la tela que es apropiada a la moda y sus necesidades.
Telas mejoradas
Telas de “dacrón,” algodón, nilón, “orlón,” lino, encaje, jersey, dobles, y así sucesivamente forman la lista de telas disponibles para uso en el hogar. La costurera pronto aprende que es más fácil trabajar con telas de planchado permanente o inarrugables, puesto que no se arrugan ni pierden su forma al manejarlas. Por supuesto, cuesta mucho menos trabajo cuidar la prenda de vestir acabada. Muchas de las telas más recientes todavía no están disponibles en cantidad, variedad y a precios adecuados en la República Dominicana, de modo que, como Alicia me recordó, “Vivimos planchando.”
Yanet vino a tomar café con nosotras, trayendo consigo un artículo que había estado leyendo acerca de telas dobles. Aprendimos que se usa una sustancia adhesiva para pegar o unir dos telas, eliminando así la necesidad del forro. A las telas de poca consistencia, de peso ligero, se les da cuerpo que hace más fácil el manejarlas. Se calcula que en los Estados Unidos el 20 por ciento de las telas que se compraron para coser en casa eran dobles.
“Algunas de ellas no tienen mucha utilidad en el trópico,” comentó Yanet. “Por ejemplo, algunas de ellas se pegan con una capa de hule espuma que suministra aislamiento y calor, una ventaja maravillosa en climas fríos y para ropa deportiva de invierno. Las telas dobles se usan en toda clase de ropa desde ropa para deportes hasta ropa de noche. El refuerzo de tejido de punto de acetato o de nilón añadido a los tejidos de jersey, “orlón” o encaje les da cuerpo y los hace fáciles de coser. La gente que es alérgica a ciertas fibras está protegida ahora por la segunda capa de tela.”
“El no tener que forrar vestidos y blusas ciertamente haría menos complicado el coser y también ahorraría tiempo,” reconoció Alicia.
Otras cosas que ahorran tiempo
La modista-ama de casa ocupada tiene poco tiempo para pasarlo de compras, pero esto no presenta ningún problema serio. Todo, la tela, el patrón, el hilo, el cierre automático y los botones, se puede comprar en la misma tienda. Si tiene poco tiempo para andar buscando cosas, es muy probable que encuentre lo que busca en una tienda que se especialice en cosas necesarias y accesorios para la costura.
Quizás a la principiante le sea provechoso recibir instrucciones de costura de una modista o de un centro de costura establecido con este propósito. A la larga, esto puede ahorrar tiempo y dinero valiosos que de otra manera podrían perderse en experimentos.
Vale la pena investigar
Muchos factores han contribuido a la popularidad y el auge del coser en casa, y sin duda la tendencia continuará a medida que más mujeres reconozcan que vale la pena investigar esto.
Las razones económicas son sobresalientes. La periodista Sylvia Porter alega que una puede ahorrar cincuenta centavos de cada dólar para ropa si la cose una misma. En muchos lugares el ahorro es mucho mayor, especialmente si se está a la expectativa de ventas de telas y se aprende cómo, qué y cuánta comprar.
Las cristianas tienen otro factor, muy importante, que considerar. A las cristianas se les exhorta a no buscar indumentaria costosa, ostentosa, sino, más bien, ropa bien arreglada, modesta. (1 Tim. 2:9) La cristiana no quiere que su modo de vestir la identifique con grupos de los cuales se conoce que tienen tendencias de rebeldes. Siendo su propia modista, más fácilmente puede evitar las exageraciones y estar bien vestida sin atraer atención a sí. Puede comportarse en armonía con la descripción proverbial de la buena esposa que diligentemente prepara prendas de vestir para su familia con sus propias manos. (Pro. 31:19, 21, 22) Mientras esté haciendo esto, también puede entrenar a sus hijas para que sigan su ejemplo. Así estará ayudándolas a hacerse mujeres prácticas, útiles, y estará manteniéndolas ocupadas en tareas que no solo les producirán satisfacción, sino que les presentarán oportunidad de dar expresión a sus instintos creativos.
Mejor entalladura, mejor hechura, moda personalizada, son dividendos de los cuales disfrutará la hábil costurera doméstica. Vale la pena investigar la costura doméstica.