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  • El dólar en aprietos en el exterior
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¡Despertad! 1971
g71 8/12 págs. 3-5

El dólar en aprietos en el exterior

“EVIDENTEMENTE se ha llegado a comprender mejor lo mucho que se han acercado las naciones capitalistas a un desastre económico.”

Esa conclusión provino de un grupo de los más distinguidos economistas del mundo occidental en reunión en Italia. El informe, publicado por el Times de Nueva York, añadió que “algo serio le sucede al sistema monetario internacional.”

¿A qué se debe ese punto de vista tan sombrío de las finanzas del mundo occidental? La causa principal es el dólar estadounidense. Está en grave aprieto en el exterior. “El dólar de los EE. UU., contrario a la creencia popular, está tan enfermo como siempre,” dijo U.S. News & World Report.

Hubo un tiempo en que el dólar norteamericano era muy apreciado. Individuos y gobiernos de otros países se alegraban de poseer grandes cantidades de dólares. Ya no sucede así.

Más egresos que ingresos

¿A qué se debe esta situación? Como ilustración: supongamos que usted tuviese un trabajo donde ganara 1.000 dólares a la semana. ¿Diría que le iba bien financieramente? La mayoría de la gente ciertamente diría que sí.

Sin embargo, ¿qué hay si usted gastara 1.100 dólares a la semana durante el año? ¿Qué hay si gastara 1.200 dólares a la semana el año siguiente? ¿Qué hay si continuara gastando más que sus ingresos año tras año? Matemáticas sencillas le indicarían que, después de haber usado todo ahorro que tuviera, estaría entrando en grandes deudas.

Después de un tiempo, los bancos y las empresas de crédito se darían cuenta de que usted llevaba una vida mucho más costosa de la que le permitían sus recursos y que se había convertido en un riesgo. Verían que iba camino a la bancarrota y dejarían de prestarle dinero.

Por lo tanto, a pesar de los ingresos que perciba una persona, ciertamente no es acomodada si continúa gastando más de lo que gana. Ese no es el camino a la prosperidad. Es el camino a la ruina financiera. Para evitar la bancarrota, a menos que sea demasiado tarde, la persona tiene que cambiar su modo de vivir. Tiene que armonizar sus egresos con sus ingresos.

Tampoco importa el que gane 100 ó 1.000 ó 1.000.000 de dólares a la semana. Lo crucial es cuánto gasta. Si sigue gastando más de lo que gana, con el tiempo se verá en aprietos.

Aunque el asunto de las finanzas internacionales es mucho más complejo, básicamente eso es lo que les ha sucedido a los Estados Unidos. Han estado gastando en países extranjeros más dinero del que han estado ganando allí. Por consiguiente, los Estados Unidos se están arruinando en sus transacciones internacionales.

Para comprender mejor a qué se debe esto, sería provechoso ver qué sistema han establecido muchas de las naciones de fuera del bloque comunista para liquidar sus cuentas internacionales.

El sistema financiero occidental

Dentro de cualquier país se utiliza la moneda local cuando se compra o vende. Por ejemplo, un ciudadano de Francia va a la tienda y compra mercancías. Paga por ellas con francos franceses. Sabe lo que puede comprar con su moneda en cualquier tiempo dado.

Pero, ¿qué sucede si ese ciudadano francés quiere comprar un automóvil de fabricación norteamericana? ¿Cuántos francos tiene que pagar por los dólares que cuesta el automóvil? Debe haber algún sistema internacional que permita que los gobiernos, los negocios y los individuos sepan cuánto vale su dinero en relación con la moneda de otros países.

Los gobiernos simplemente podrían dejar que el valor de su dinero subiera y bajara en las transacciones internacionales dependiendo de la ley de la oferta y la demanda, es decir, en cuánto evalúan su moneda otros países. Pero eso resultaría en una fluctuación constante en los valores relativos de la moneda. A veces la fluctuación sería muy grande.

Ese sistema haría difícil efectuar el comercio mundial. Los negociantes quieren saber cuánto les costará comprar o vender mercancías en el extranjero a través de un período substancial de tiempo. Tienen que saber qué cantidad de la moneda de otro país comprará su propio dinero. Así pueden determinar cuánto cobrar por sus productos.

De modo que un tipo estable de cambio es sumamente deseable para el comercio mundial. Y los miembros del Fondo Monetario Internacional concordaron en un sistema de esa índole. Este Fondo se compone de más de 100 naciones que no son del bloque comunista, y se estableció en una conferencia celebrada en Bretton Woods, New Hampshire, EE. UU., en 1944. Se hicieron arreglos para que hubiera cooperación entre las naciones en cuanto a problemas monetarios internacionales. Los miembros también concordaron en no dejar que sus monedas fluctuaran más de 1 por ciento más arriba o más abajo de los valores establecidos.

El dólar ‘lo mismo que oro’

Los miembros del Fondo concordaron en el principio de que el valor de la moneda de cada nación se basaría en su relación con el dólar estadounidense. El dólar, debido a la fuerza financiera e industrial de los Estados Unidos, era la moneda más fuerte en aquel tiempo.

También se concordó en que el dólar se aceptaría como una forma de reserva en cualquiera de estos países. ¿Y qué respaldaría a los dólares de papel? El oro. Cualquier nación que tuviera dólares podría devolverlos a los Estados Unidos y obtener oro por ellos al precio establecido de 35 dólares la onza.

El oro siempre ha tenido un valor intrínseco. Diferente del papel moneda, el oro siempre está en demanda para usarse en la industria, la joyería, el arte y de otras maneras. De modo que si una nación del Fondo comenzaba a acumular demasiados dólares, podía devolverlos a los Estados Unidos y obtener oro en cambio. Sí, el dólar era ‘lo mismo que oro.’

Debido a este sistema, cuando un negociante estadounidense compraba una máquina de Alemania sabía con anticipación lo que valía el dólar en marcos alemanes. Y el alemán sabía que podía retener el dólar, gastarlo en la compra de un producto norteamericano, cambiarlo por alguna otra moneda o devolverlo y obtener oro. Todo esto facilitaba el comercio mundial.

Pero, ¿por qué tienen que negociar las naciones y pasar por todo esto? Porque los diferentes países producen algunos artículos más económicamente que otros artículos. Pueden usar estas cosas para obtener mercancías que no producen en absoluto, o que no pueden producir eficazmente.

Por ejemplo, el Japón vende muchos artículos, como automóviles, televisores y radios, a otras naciones. Usa parte del dinero que gana de estas ventas para comprar petróleo del Oriente Medio. ¿Por qué petróleo? Porque el Japón casi no produce petróleo. Sin petróleo, su industria se detendría. De modo que vende lo que produce bien y usa el dinero para comprar lo que no produce bien.

Aumentan los problemas

El sistema acordado en 1944 surte buen efecto mientras las naciones gastan aproximadamente la misma cantidad que ganan. Es igual al caso de la persona que gana 1.000 dólares a la semana. Quizás gaste un poco más esta semana, pero un poco menos la siguiente semana. A través de cierto período de tiempo no tiene problema alguno si logra un equilibrio en sus cuentas, y gasta aproximadamente la misma cantidad que gana.

Sin embargo, cuando habitualmente gasta más de lo que gana, entonces se va a meter en aprietos. Cuando una nación hace lo mismo en el comercio mundial, también se ve en aprietos.

En 1950, debido a los gastos de los Estados Unidos en otros países, los extranjeros poseían aproximadamente 8.600 millones de dólares norteamericanos. Pero eso no presentaba problema alguno. Los Estados Unidos tenían unos 22.800 millones de dólares en oro para respaldar aquello, un enorme excedente. En cualquier ocasión que quisieran los otros países, podían devolver sus dólares y obtener oro. Sí, en 1950 el dólar todavía era ‘lo mismo que oro.’

¡Sin embargo, diez años después, en 1960, ese excedente de oro había desaparecido! Las tenencias de dólares en el extranjero llegaban a un total mayor que el oro que poseían los Estados Unidos. Y para 1970 la situación había empeorado mucho más. Según un cálculo, los extranjeros poseían más de 43.000 millones de dólares, pero los Estados Unidos solo tenían un poco más de 11.000 millones en oro. ¡Debían a los extranjeros aproximadamente cuatro veces lo que podían pagar!

Y la situación no estaba mejorando. De hecho, en 1970 se vio el mayor desequilibrio hasta entonces. En solo ese año, los Estados Unidos contrajeron un alarmante déficit de 10.000 millones de dólares en todas sus transacciones en el exterior. ¡Y en solo los primeros tres meses de 1971 el déficit alcanzó un asombroso total de 5.500 millones de dólares!

¿Qué sucedería ahora si las otras naciones exigieran oro por todos sus dólares? Contesta Newsweek: “Los Estados Unidos casi ciertamente cerrarían la ventana, haciendo que el sistema monetario internacional cayera . . . en un período de confusión. Y es en este punto que el mundo maravilloso de las finanzas internacionales afecta a la vida cotidiana: el resultado de ese caos podría ser una depresión mundial similar al desplome económico de los años treinta.”

[Gráfico de la página 5]

(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)

50 50

40 40

30 30

20 20

10 10

(Las cifras representan miles de millones de dólares.)

RECLAMACIONES DE DÓLARES DEL EXTRANJERO

RESERVAS DE ORO DE LOS EE. UU.

1950 1955 1960 1965 1970

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