“Alisando” la verdad
UNA italiana trabajaba con un grupo de monjas en una clínica de Manfredonia, al sur de Italia. Nos dice: “Un día, mientras yo estaba en la cocina, la madre superiora me dijo que fuera a la lavandería y tirara un libro que ella había sumergido en agua por unos cuantos días.” La italiana fue a buscar el libro, pero, antes de tirarlo, decidió darle una ojeada. El libro no había perdido su color anaranjado. Era el libro De paraíso perdido a paraíso recobrado.
Ella continúa su relato: “Tomé el libro delicadamente y fui a la terraza para ponerlo a secar y luego llevármelo a casa. Con mucho cuidado le planché las páginas, para alisarlas. Dejé también que mi madre lo viera, y cada noche leíamos algunas páginas. A menudo nos encontrábamos con el nombre Jehová, pero no entendíamos que era el nombre de Dios. Algún tiempo después llegó a mi casa, para hablar acerca de la Santa Biblia, una señora con un bebé. Le pregunté: ‘¿Me pudiera decir lo que significa Jehová?’”
La sincera italiana aceptó rápidamente el estudio de la Biblia que le ofreció la señora y comenzó a asistir a las reuniones de los testigos de Jehová.