De nuestros lectores
La nueva moralidad
La mitad del número de ¡Despertad! del 8 de noviembre de 1982 trata sobre el sexo. Está claro que ustedes también nos suministran el consejo bíblico, pero ¿es necesario publicar tantos artículos de esa clase?
M. M., Gales
Me han perturbado los artículos acerca de la moralidad. Sé que necesitamos estar al tanto de las cosas terribles que están ocurriendo, pero ¿tenemos que utilizar los términos que esas personas emplean y leer en detalle lo que ellas hacen?
N. R.,Inglaterra
La información fue franca y desagradable, pero nada del lenguaje que se usó fue vulgar ni obsceno, ni se utilizaron expresiones que excitaran o despertaran deseos lascivos o inmorales. El artículo se publicó con el fin de alertar a nuestros lectores a esa maldad que está ocurriendo y a los argumentos sutiles que se utilizan en defensa de tal maldad. Dicha información también se publicó para poner a los padres sobre aviso a fin de que protejan a sus hijos y los entrenen para que resistan esa influencia mala. La Biblia es muy franca y directa cuando considera tales asuntos. Sírvase ver Génesis 19:4-11; Levítico 18:22, 23; 20:15-17; Romanos 1:26, 27.—La dirección.
Para mí este artículo fue muy desagradable, pero realmente agradezco la franqueza de los publicadores tocante a este dilema que va en aumento.
L. B., Inglaterra
Acabo de leer los artículos sobre la pornografía de chiquillos. Estoy llorando, temblando y me siento indispuesta. Antes de leerlos estaba completamente ajena a las cosas repugnantes que están ocurriendo a nuestro alrededor.
A. J., Gales
Quiero felicitarles por la manera franca como trataron el tema de “La nueva moralidad”. Durante mi niñez muchas veces fui víctima de tales actos y nunca lo he divulgado a nadie sino hasta ahora. Aquello comenzó cuando yo tenía ocho años de edad y siguió hasta que mis padres se separaron años después.
Anónimo, Nueva York
Nunca imaginé que la situación hubiera llegado a ser tan repugnante. Mi abuelo me ultrajó cuando yo tenía siete años de edad, no solo una vez sino varias veces. Constantemente siento las repercusiones de aquello. Ha sido una pesadilla viva desde entonces. Uno se esfuerza y lo olvida por un tiempo, pero después surge el recuerdo otra vez. Gracias por exponer el asunto tal como realmente es, la más egoísta y censurable forma de abuso de menores, y una horrorosa violación de la confianza y dependencia del niño.
M. K., Nueva York
Los artículos sobre “La nueva moralidad” son excelentes. Es preciso poner al tanto a la gente en cuanto a esos asuntos.
K. P., Massachusetts
Gracias por la consideración franca y clara de ese problema. Una vez más ¡Despertad! ha probado ser fiel a su título. Ha despertado a todos respecto a un problema verdadero, la perversión sexual. Por favor, publiquen más artículos como esos.
J. M., Alto Volta