BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • w59 1/2 págs. 67-68
  • ¿Quién dará el golpe decisivo?

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • ¿Quién dará el golpe decisivo?
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1959
  • Información relacionada
  • El arma final y la carrera por la seguridad
    ¡Despertad! 1986
  • ¿Por qué temer al futuro?
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1955
  • La tecnología empuja al mundo hacia la guerra
    ¡Despertad! 1981
  • Hablan de paz mientras se aprestan para la guerra
    ¡Despertad! 1975
Ver más
La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1959
w59 1/2 págs. 67-68

¿Quién dará el golpe decisivo?

EL PERFECCIONAMIENTO de un proyectil balístico intercontinental podría significar que el apretar unos cuantos botones lanzara un ataque de sorpresa tal que, en treinta y cinco minutos, dejara desolada gran parte de los Estados Unidos de la América del Norte. Este primer golpe pudiera ser el golpe decisivo. A este hecho se debe el que algunos sostengan que América debiera dar el primer golpe. El U. S. News & World Report dijo esto acerca de ello:

“En la edad de los proyectiles, en el futuro cercano, ¿tienen que aceptar los EE. UU. el primer golpe, el cual podría borrar de la existencia sus ciudades principales, gran parte de su población y la mayoría de su industria, antes de devolver el golpe en caso de una guerra? En otras palabras: ¿Les conviene a los EE. UU. un ‘Pearl Harbor’ nuclear? . . . Nosotros los de América y nuestros aliados en el extranjero estamos en peligro de ser destruídos porque no nos sentimos dispuestos a dar el primer golpe. El que diésemos el primer golpe se llama ‘guerra preventiva,’ y prontamente se descarta la idea como inconcebible. Pero ¿dónde está la garantía contra un ataque de sorpresa? . . . Es deseable retasar el verdadero significado de ‘primer golpe’ y demandar un convenio riguroso que limite o haga que se abandone el uso de bombas y proyectiles atómicos. A menos que se logre tal convenio internacional, el mundo libre se hallará obligado a estar listo no sólo para interceptar el primer golpe, sino para administrar nuestro propio primer golpe en el momento en que se haga patente que la movilización enemiga haya alcanzado el punto de peligro para nosotros.”

Estas palabras revelan claramente el miedo sobrecogedor que hizo su entrada con la edad de proyectiles, miedo que puede hacer desatender por completo los principios morales y el pensar sereno.

Si los Estados Unidos adoptaran esta política de atacar primero, ¿no aumentaría eso las tensiones y temores del mundo? ¿No crearía menos confianza entre Oriente y Occidente? ¿No haría que cualquiera de los dos bandos se abalanzara sobre sus lanzacohetes ante la menor señal de sospecha, real o imaginaria? ¿No precipitaría súbitamente la III Guerra Mundial con sus consecuencias terribles?

Por ahora los Estados Unidos se adhieren a la política declarada de no pensar en atacar primero. Para protegerse contra agresión comunista mantienen sus fuerzas vigilando de continuo y aviones en el aire cargados de bombas de hidrógeno. Dependen de esta capacidad de poder administrar un sólido y potente golpe de represalia para desalentar a los comunistas de dar el primer golpe. Respecto a esto el general Norstad dijo:

“El agresor tendría que destruir miles de lugares simultáneamente—toda base aérea, todo sitio de proyectiles—para escapar de la represalia. A medida que avanzamos y aumentamos el número de lanzaproyectiles, habrá otros miles de lugares que el agresor tendría que destruir de un golpe. Ningún agresor puede hacer esto. Es imposible. Nuestras fuerzas de Occidente cuentan con una capacidad para represalia que no podría ser destruída por un ataque simultáneo de sorpresa ni ahora ni en el futuro.”

Cuánto tiempo estará en pie esta política antes de que ceda a la idea de “atacar primero” queda por ver, pero sea que siga en pie o caiga, el desarrollo adicional de proyectiles significará que el que dé el primer golpe muy probablemente dará el golpe decisivo. Aun así, no podría impedir la represalia. Los resultados finales no sólo serían malos para el agresor, sino que podrían crear efectos que perjudicaran al mundo entero.

La influencia inicua que impulsa a las naciones por su sendero loco es Satanás, el gobernante invisible del mundo. En cuanto a esto la Biblia dice: “Ayes para la tierra y para el mar, porque el Diablo ha descendido a ustedes, teniendo gran ira, sabiendo que tiene un corto período de tiempo.” (Apo. 12:12) El año 1914 marcó el principio de los últimos días de su dominio largo e inicuo.

Sólo será mediante la destrucción del mundo de Satanás que la paz y seguridad podrán existir en la tierra. Es el propósito declarado de Jehová destruirlo a su tiempo fijado. “¡Cercano está el día grande de Jehová! . . . Día de ira es aquel día; día de apretura y de angustia, día de devastación y desolación, . . . Y traeré apretura sobre los hombres, . . . y será derramada su sangre como polvo, y sus carnes como estiércol: no podrá librarlos su plata ni su oro, en el día de la ira de Jehová; sino que en el ardor de sus celos será devorada toda la tierra; porque él hará destrucción completa, y eso muy en breve, de todos los moradores de la tierra.” Jehová también dice que ‘arruinará a los que están arruinando la tierra.’—Sof. 1:14, 15, 17, 18, Mod; Apo. 11:18.

El día de Jehová vendrá con la batalla del Armagedón cuando las cosas predichas en estas profecías se cumplan. Eso pondrá fin al dominio de Satanás. Porque el tiempo que tiene es corto, Satanás trata de impulsar a las naciones a destruirse. No quiere que nadie sobreviva.

A pesar de lo que Satanás trate de hacer él no tendrá éxito en hacer de la tierra una desolación vacía. Multitudes de personas que aman y sirven a Jehová Dios vivirán para ver el mundo de Satanás llegar a su fin. Presenciarán el cumplimiento de la promesa divina de que “morará la rectitud en el desierto, y la justicia habitará en el campo fructífero; y la operación de la justicia será la paz, y el resultado de la justicia, calma y confianza para siempre. Y mi pueblo habitará en mansión de paz, en moradas seguras, en descansaderos tranquilos.”—Isa. 32:16-18, Mod.

Poco importa quién dé el primer golpe, sea Oriente u Occidente; Jehová será quien dará el golpe decisivo. Su golpe en el Armagedón exterminará por completo tanto a Oriente como a Occidente. Pondrá fin permanente a las diferencias internacionales y el miedo sobrecogedor de un ataque de sorpresa. Sólo así podrán los mansos heredar la tierra y hallar “su deleite exquisito en la abundancia de la paz.”—Sal. 37:11.

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • Español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir