Hallando la posesión más valiosa
UNA cantidad sorprendentemente grande de hombres y mujeres están hallando que existe una posesión tan preciosa que eclipsa todo lo de valor material. El asirse de ella ha tenido un efecto saludable en su vida, pues les ha suministrado un gozo y una satisfacción que el dinero no puede comprar. ¿Qué es esta posesión?
Es una excelente relación con el Creador, fundada en tener un conocimiento exacto de su voluntad y vivir en armonía con ella. Los que han conseguido esta relación se sienten tan felices por ello que de buena gana comparten con otros el conocimiento que han adquirido.
Algunos hasta han renunciado a ventajas materiales a fin de tener más tiempo para familiarizar a sus congéneres con lo que han hallado que es la posesión más valiosa. Eso es lo que hizo un ingeniero electricista que trabajaba en el Japón para la Compañía Manufacturera Hitachi. Él relata cómo sucedió:
“Debido a mi trabajo viajaba a todas partes del Japón, y a menudo a ultramar, a Irán y a los Estados Unidos. En un viaje, mi esposa me acompañó, y nos alojamos en un apartamento en Placerville, cerca de Sacramento, California. Fue entonces que un testigo de Jehová nos visitó, y aceptamos ejemplares en inglés de las revistas La Atalaya y ¡Despertad! Porque el inglés que conocíamos era limitado, no leímos mucho en ellas.
“Poco después de eso regresamos para vivir en un apartamento de la compañía en la ciudad de Hitachi, Japón. Apenas habíamos llegado a casa cuando mi esposa tuvo una visitante, que le mostró las mismas dos revistas... es decir, las cubiertas eran las mismas, pero los títulos estaban escritos en japonés. Esto inmediatamente impresionó a mi esposa con el hecho de que la actividad de los testigos de Jehová era internacional. Con gozo aceptó las revistas. La Testigo japonesa hizo repetidas visitas, y pronto mi esposa estuvo recibiendo lecciones de la Biblia de ella con regularidad.”
Con el tiempo, el esposo también empezó a estudiar y quedó tan entusiasmado por ello como su esposa. Ambos continuaron progresando hasta llegar al punto de bautizarse en una asamblea de circuito de los testigos de Jehová en Adachi, Tokio.
Apreciando cuánto los había beneficiado el conocimiento bíblico exacto, tanto él como su esposa quisieron dedicar tanto tiempo como les fuera posible a ayudar a otras personas a conseguir este conocimiento. Querían ser “precursores,” es decir, dedicar por lo menos cien horas cada mes a predicar y enseñar las verdades bíblicas a otros, además de atender a su hijito. Sin embargo, el esposo se dio cuenta de que mientras continuara en su empleo de tiempo cabal en la Compañía Manufacturera Hitachi simplemente no podría ser “precursor” Por eso, ¿qué hizo? Él continúa su relato:
“Presenté mi renuncia a la empresa. Mi esposa y yo nos establecimos como tutores particulares, para educar a cinco o seis niños de secundaria inferior en la mayoría de las noches. En vez de visitar nosotros a los padres, ellos empezaron a visitarnos para pedir que fuésemos tutores de sus hijos. Pronto estuvimos enseñando a más de veinte niños. En julio de 1972 emprendí el servicio de precursor regular y mi esposa hizo lo mismo en mayo de 1973. Aunque tuvimos que dejar el apartamento de la Compañía Hitachi, pudimos obtener, en la ciudad de Hitachi, un apartamento muy excelente con dos alcobas y todas las demás comodidades, por solo 11 dólares al mes. Por vivir dentro de límites razonables, y comer alimentos nutritivos, no hemos tenido problema alguno en cuanto a continuar nuestro servicio de tiempo cabal a Jehová.”
En cuanto al efecto que esta actividad ha tenido en su hijo, el esposo dice: “Nuestro nene de cuatro años, Shinya (que significa: ‘Es Verdad’), ama el servicio sobre todo. Aun en las mañanas de lluvia fuerte, Shinya clama: ‘Ikitai! Ikitai!’ (‘¡Quiero ir! ¡Quiero ir!’) De modo que vamos. Después, todas las tardes, para conservar tiempo y gasolina, conducimos estudios bíblicos de casa y hacemos revisitas en un solo distrito a las personas que muestran interés, y nos encontramos de nuevo en el auto cuando es hora de volver a casa. Por lo general Shinya va conmigo, y esto me permite visitar a señoras a quienes pudiera causar incomodidad el que yo las visitara solo.”
Este ex-ingeniero electricista y su esposa están muy deleitados por los gozos de que ahora disfrutan. Él dice: “He hallado que uno de mis mayores gozos es que estoy libre de la tensión de tener que asociarme todo el día con personas de pensamientos que son solo del mundo. Ahora mayormente nos asociamos con compañeros cristianos que se interesan en ayudar a otros a conseguir conocimiento bíblico exacto, y con las personas que se inclinan a la justicia que están estudiando la Biblia con nosotros. ¡‘La obra del precursor’ ha traído verdadero gozo a nuestra familia!”