Una mirada escrutadora a Revelación
SI USTED fuera a alistar las cosas que pudieran hacerle feliz, ¿pondría en su lista el libro bíblico de Revelación?
La mayoría de las personas probablemente no lo haría. Sin embargo, todo el que entienda bastante bien el contenido de Revelación puede concordar con las palabras del apóstol Juan al principio de este libro: “Feliz es el que lee en voz alta y los que oyen las palabras de esta profecía, y que observan las cosas escritas en ella”. (Revelación 1:3.)
‘Pero —pudiera usted decir— se me hace muy difícil entender lo que leo en Revelación.’ Una razón de ello es que la mayor parte del libro está escrita en lenguaje simbólico. Para captar el significado de lo que dice, necesitamos conocimiento de la Biblia en conjunto, así como de los tratos de Dios con su pueblo a través de los años.
Puede que usted se haya tropezado con otro obstáculo al tratar de entender el contenido de Revelación. Puesto que contiene muchísimas diferentes visiones o cuadros descriptivos, muchas personas tienden a perder de vista el curso general que sigue el libro. Ellas, por decirlo así, se concentran en árboles por sí solos y no dan unos pasos atrás para ver el bosque en conjunto. Teniendo esto presente, escudriñemos el libro de Revelación de modo que veamos la relación que existe entre sus diferentes partes o visiones. Para darle una clave, note que una secuencia, como la de los siete sellos, lleva a otra serie, la de las siete trompetas. La ilustración de la página 30 debería servirle de ayuda. A medida que vayamos examinando el contenido del libro, solo añadiremos unos cuantos comentarios de interpretación, y usted puede hallar más comentarios en los libros que se mencionan abajoa.
Comienza la revelación
Alrededor de 96 E.C., el apóstol Juan escribió en forma de carta el libro de Revelación a “siete congregaciones” de Asia Menor, que representan a la entera congregación de cristianos ungidos con espíritu (1:4). La introducción (1:1-3) identifica a Dios como la fuente de la Revelación; y a Jesús como el conducto por medio del cual se da la misma. En ella se asegura felicidad a los que oyen y observan las palabras de la profecía.
Después de mencionar a Jehová y a Jesús, el apóstol se presenta e indica que lo que viene a continuación pertenece particularmente a “el día del Señor” (desde 1914). Juan tiene una visión de la gloriosa apariencia del resucitado Jesús, por medio de quien le fue presentado el libro. Hay que escribir unas cartas a siete congregaciones (1:4–3:22). Al tanto de la condición espiritual de los cristianos a quienes dirige sus palabras, Jesús da encomio, consejo y advertencia. Esto nos debe dar confianza en que Dios ha estado entrenando a los que estarán en el cielo como reyes sobre la Tierra.
Después de ver a Aquel que es el conducto de la revelación, Juan pasa a tener una visión del Autor de la revelación (4:1-11). Dios es glorioso e inspirador de temor, y merece nuestra admiración y adoración. Alrededor del trono de Dios hay criaturas vivientes que ponen de relieve Sus cualidades. Veinticuatro personas de mayor edad (cristianos que reinan en el cielo) adoran al Creador y reconocen que toda criatura debe hacer lo mismo. Jehová tiene un rollo sellado, pero ¿quién lo puede abrir? (5:1-4.)
Juan ve al Cordero, Jesús, tomar el rollo. El capítulo 5 explica que Cristo es digno de este honor. De modo que debemos atribuirle honra e interesarnos en lo que el mensaje del rollo dice acerca del propósito de Dios, el cual afecta el cielo y la Tierra de nuestro día. En vez de solo leer el rollo, Juan lo ve en acción. Cristo empieza a abrir los siete sellos del rollo.
El primero revela a Jesús como gobernante real que sale a completar la victoria. El segundo, el tercero y el cuarto sellos pintan, mediante otros jinetes, guerra, hambre y muerte notables (como lo que hemos visto desde la I Guerra Mundial) que envían al Hades, el sepulcro, a una gran cantidad de personas. Al romperse el quinto sello, se da la seguridad de que Dios vengará a los cristianos que han sido perseguidos y torturados. Lo que Juan ve al abrirse el sexto sello muestra que habrá cambios en el cielo y en la Tierra, y que los hombres tratarán de esconderse de la ira venidera de Dios. (6:1-17.)
Durante un intervalo, antes que se abra el séptimo sello, Juan ve la obra que tiene que efectuarse antes de que Dios permita que venga la destructiva tormenta de tribulación (7:1-17). Tiene que terminarse la obra de sellar a los 144.000 escogidos. (Esta obra se describe posteriormente [14:1-3] como si ya se hubiera efectuado.) Los ángeles que retienen la destructiva tribulación permiten que la “grande muchedumbre” obtenga la aprobación de Dios y que lo adoren junto con los 144.000. Entonces se rompe el séptimo sello y hay un breve período de oración y preparación para lo que ha de venir. (8:1-6.)
Las siete trompetas
Siete ángeles han de tocar siete trompetas (los siervos terrestres de Dios empezaron a pronunciar mensajes de juicio en las asambleas que celebraron entre 1922 y 1928). Así que, al abrirse una serie de siete sellos, el último de ellos se extiende y pasa a una visión de otras siete cosas, trompetas. Se dan cinco mensajes, asemejados a toques de trompeta, acerca de los elementos de la organización de Satanás. El quinto mensaje tiene que ver con una plaga de predicadores que se asemejan a langostas; también se dice que es el primero de tres ayes. Cuando se toca la sexta trompeta, se comenta sobre la liberación de los que están atados en el río Éufrates, donde estuvo asentada la antigua Babilonia. (En tiempos modernos algunos cristianos fueron liberados de un cautiverio babilónico después de la I Guerra Mundial.) La visión también muestra a un ejército de 200.000.000 de soldados a caballo. (8:7–9:21.)
Hay una interrupción en el toque de la sexta trompeta; Juan ve a un ángel con un rollito que se puede comer (10:1-11). El apóstol se entera de que el misterio de Dios quedará terminado en los días en que se toque la séptima trompeta. Luego toma el rollo para comérselo, y se le dice que tiene que efectuarse una obra de profetizar adicional. También tiene que medir el templo (espiritual). A Juan se le habla respecto a ciertos testigos que profetizaron por un tiempo (1914-1918), fueron muertos por la bestia salvaje, y finalmente fueron revivificados. Note que se introduce en la escena a la bestia salvaje, pero aún no se explica lo que significa. Se levanta a la vida a los testigos, y luego ocurre un terremoto en la Jerusalén apóstata, lo cual pone fin al toque de la sexta trompeta y al segundo ay. (11:1-14.)
Con el toque de la séptima trompeta se hace un anuncio sobre el Reino establecido (el “tercer ay” para los enemigos de Dios). Esto resulta en persecución airada de parte de las naciones (11:15-19). El siguiente capítulo explica más detalladamente lo que ha ocurrido. A pesar de la oposición del Diablo, Juan ve a una mujer gloriosa (la organización celestial de Dios) dar a luz sin percance a un hijo (el Reino). Después que estalla guerra en el cielo, a Satanás se le arroja abajo a la Tierra, donde persigue al resto cristiano debido a la fidelidad de ellos (12:1-17). Esto da advertencia acerca del enemigo principal, Satanás. Pero aparecen otros enemigos. Uno de ellos es una bestia (la organización política bestial del Diablo) que sale del mar. Ésta guerrea contra los cristianos, quienes por eso necesitan desplegar aguante y fe (13:1-10). Otra bestia, con dos cuernos, que promueve la adoración de la imagen de la bestia marina, representa bien a la poderosa unión política de Gran Bretaña y los Estados Unidos, que ha dominado la escena mundial en los últimos tiempos. (13:11-18.)
¿Obstruirán estos enemigos el sellar de los 144.000? ¡No! Juan ve a los 144.000 cantando felizmente sobre el monte Sión. (Todo esto sucede aún bajo el toque de la séptima trompeta.) Entonces tres ángeles en particular dan aviso de las dificultades que se avecinan para los enemigos. Un ángel declara que Dios ejecutará juicio. Por lo tanto, ordena: “Teman a Dios y denle gloria”. El segundo ángel anuncia que Babilonia la Grande ha caído. El tercer ángel asegura que se atormentará a los adoradores de la bestia o de su imagen. Otros ángeles predicen una siega y anuncian una destrucción en Armagedón. (14:1-20.)
Los siete tazones y Babilonia la Grande
Después de estos juicios y anuncios preliminares, Juan ve a siete ángeles con siete plagas. (Esto sucede también bajo el toque de la séptima trompeta; así, otra vez, una serie se une con la siguiente.) A pesar de la persecución, muchos salen victoriosos y cantan alabanzas. Los siete ángeles derramarán siete tazones de ira, los cuales señalan el punto de vista de Dios respecto a varias condiciones mundiales, y los resultados, o efectos, de su opinión judicial. Tal como sucede con la sexta trompeta, el sexto tazón tiene que ver con el Éufrates (Babilonia). También se hace mención de la reunión para “la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” (Armagedón), pero aún no se dan detalles de este acontecimiento. Cuando se derrama el séptimo tazón, una voz dice: “¡Ha acontecido!”, y se sacude a Babilonia la Grande hasta dividirla y hacerla caer. (15:1–16:21.)
Revelación pasa a explicar la destrucción de la Babilonia moderna, que nos hace recordar que la Babilonia antigua fue fuente de religión falsa. A la Babilonia de Revelación se la asemeja a una ramera que cabalga sobre una bestia de color escarlata que tiene siete cabezas que representan a reyes... un octavo rey sale de los siete reyes anteriores. (Éste es buena representación de la Sociedad o Liga de las Naciones, a la que la O.N.U. reemplazó más tarde... ambas compuestas de muchas naciones.) Un ángel dice que con el tiempo los cuernos militarizados de la bestia combatirán contra el Cordero. Pero primero los 10 cuernos se volverán contra la ramera y la destruirán (17:1-18). Se exhorta a las personas a salir de la religiosa Babilonia la Grande antes de que eso suceda. Después que ésta es destruida, los reyes y los comerciantes la echan de menos, pero el cielo se regocija por la destrucción completa y final de ella (18:1-24). ¡Vaya la alabanza a Dios por ejecutar este juicio! Esta ejecución es motivo de gozo especialmente para la novia del Cordero, compuesta de los “santos”, pues ella ha vencido a la ramera. (19:1-10.)
Ahora se vuelve a tomar el hilo de la guerra de Dios y de los que pelean contra el Cordero, y la narración se amplía. Se destruye a las organizaciones y personas que se oponen a Dios (19:11-21). ¿Qué hay de los espíritus malos? Se pasa a arrojar a Satanás en un abismo por mil años. Durante ese período, Cristo y los 144.000 serán reyes y sacerdotes en un sentido especial. Pasando rápidamente al final de los mil años para mostrar la destrucción completa de Satanás, la visión muestra que se le desata, y la rebelión de algunos humanos. Juntos, todos son arrojados en el lago de fuego (20:1-10). Volviendo atrás para describir los acontecimientos del Milenio, la visión muestra que los muertos son resucitados y se les juzga dignos de vida eterna o de destrucción. (20:11-15.)
Puesto que el viejo cielo y la vieja tierra han desaparecido, Juan ve un nuevo cielo y una nueva tierra, así como las bendiciones que éstos traen a la humanidad. También ve una ciudad; no a Babilonia, sino a la novia de Cristo. Es santa y perfecta, y desde ella fluye un río de vida. Se hacen abundantes provisiones para vida saludable. La serie de visiones de Revelación se acerca a su fin con este cuadro glorioso y culminante de la organización gubernamental del nuevo sistema de cosas. (21:1–22:7.)
La emoción vence a Juan, y éste quiere adorar al agente que le comunica la visión; pero es censurado. No ha de sellarse la profecía. Los que la oyen han de invitar a otras personas a beber del “agua de vida gratis”. Nadie debe hacer añadiduras al rollo, ni quitar palabras de él. Jesús vuelve a recordar a los lectores que él viene pronto. Juan responde con una bendición sobre los santos, y así concluye el libro. (22:8-21.)
Al mirar el recuadro adjunto, ¿puede decir usted ahora que tiene mejor entendimiento de lo que contiene Revelación y cómo se relacionan los diversos elementos que contiene el libro? Sin embargo, se necesita algo más que eso. Debemos estudiar y entender plenamente el significado simbólico de las visiones de este libro inspirado, y aplicar su mensaje a nuestra propia vida. Entonces estaremos en posición de recibir bendiciones, incluso la felicidad que Juan mencionó en los versículos de apertura.
[Nota a pie de página]
a Los testigos de Jehová hallan muy útiles dos ayudas para estudiar la Biblia que consideran versículo por versículo el libro de Revelación: “Entonces queda terminado el misterio de Dios” (1971) y “¡Babilonia la Grande ha caído!” ¡El reino de Dios domina! (1972). Usted puede conseguir ambas publicaciones pidiéndolas a los publicadores de esta revista.
[Ilustraciones en la página 30]
La apertura de siete sellos lleva al toque de siete trompetas
A medida que se tocan las últimas tres trompetas, se anuncian unos ayes. El tercer ay lleva a una serie de siete tazones
Siete ángeles derraman los tazones de la ira de Dios, siete plagas, sobre la Tierra