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  • ¿Aprecia usted lo que Dios ha hecho?

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  • ¿Aprecia usted lo que Dios ha hecho?
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1990
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1990
w90 1/8 págs. 15-20

¿Aprecia usted lo que Dios ha hecho?

“Si alguien quiere venir en pos de mí, repúdiese a sí mismo y tome su madero de tormento día tras día y sígame de continuo.” (LUCAS 9:23.)

1. ¿Cuáles son algunos de los dones maravillosos provistos por Dios?

DEBEMOS la vida a Dios. Si él no hubiera creado a la humanidad, nunca habríamos nacido. Pero Dios creó más que la vida. Nos hizo de tal modo que pudiéramos disfrutar de muchísimas cosas: el sabor del alimento, el calor de la luz solar, el sonido de la música, la frescura de un día de primavera, la ternura del amor. Además, Dios nos dio la mente y el deseo de aprender acerca de él. Inspiró la Biblia, que nos da guía sana, nos enseña a llevar una vida más feliz y provee la esperanza de vivir para siempre en su justo nuevo mundo. Dios también provee su espíritu santo, el apoyo de una congregación local y amorosos mayores —hombres y mujeres— que nos ayudan a mantenernos firmes en Su servicio. (Génesis 1:1, 26-28; 2 Timoteo 3:15-17; Hebreos 10:24, 25; Santiago 5:14, 15.)

2. a) ¿Qué es lo más sobresaliente que Dios ha hecho por nosotros? b) ¿Podemos ganar la salvación mediante obras?

2 Además de todo eso, Dios envió a su propio Hijo primogénito para que nos dijera más sobre lo que el Padre espera de nosotros y para proveer “liberación por rescate” a todo el que lo acepte. (Efesios 1:7; Romanos 5:18.) Ese hijo, Jesucristo, dijo: “De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que cree en él, no perezca, sino que tenga vida eterna”. (Juan 3:16, Reina-Valera, 1977.) La salvación que hace posible ese rescate es de tanto valor que nadie pudiera jamás ganársela por obras, y mucho menos por obras que se hubieran efectuado anteriormente bajo la Ley de Moisés. Por eso Pablo escribió: “El hombre no es declarado justo debido a obras de ley, sino únicamente por medio de fe para con Cristo Jesús”. (Gálatas 2:16; Romanos 3:20-24.)

Fe y obras

3. ¿Qué dijo Santiago acerca de la fe y las obras?

3 La salvación viene mediante la fe, pero la fe y el aprecio por todo lo que Dios ha hecho debe movernos a acción. Debe impulsarnos a actos que manifiesten nuestra fe. Santiago, medio hermano de Jesús, escribió: “La fe, si no tiene obras, está muerta en sí misma”. Además dijo: “Muéstrame tu fe aparte de las obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras”. Santiago indicó que hasta los demonios “creen y se estremecen”, pero es obvio que no efectúan obras piadosas. Por otro lado, Abrahán tenía tanto fe como obras. “Su fe obró junto con sus obras, y por sus obras su fe fue perfeccionada.” Santiago repitió su dicho: “La fe sin obras está muerta”. (Santiago 2:17-26.)

4. ¿Qué dijo Jesús que deberían hacer los que quisieran ser sus seguidores?

4 Jesús también mostró la importancia de las obras rectas, al decir: “Resplandezca la luz de ustedes delante de los hombres, para que ellos vean sus obras excelentes y den gloria al Padre de ustedes que está en los cielos”. “Si alguien quiere venir en pos de mí, repúdiese a sí mismo y tome su madero de tormento día tras día y sígame de continuoa.” Si nos ‘repudiamos’ a nosotros mismos, renunciamos a muchas de nuestras preferencias personales. Reconocemos que se lo debemos todo a Dios, y por eso nos ofrecemos a él como esclavos suyos y procuramos aprender su voluntad y hacerla, tal como lo hizo Jesús. (Mateo 5:16; Lucas 9:23; Juan 6:38.)

Afecta la vida

5. a) ¿Qué mostró Pedro que debería afectar todo nuestro modo de vivir? b) ¿Qué obras excelentes recomendó?

5 Pedro señaló que la “sangre preciosa” que Cristo derramó por nosotros es de tan sobresaliente valor que nuestro aprecio por ella debe evidenciarse en todo nuestro modo de vivir. El apóstol mencionó muchas cosas que nuestro aprecio debe impulsarnos a hacer. Aconsejó: “Desechen toda maldad”. “Desarrollen el anhelo por la leche no adulterada que pertenece a la palabra.” “Declaren en público las excelencias de aquel que los llamó de la oscuridad a su luz maravillosa.” ‘Apártense de lo que es malo y hagan lo que es bueno.’ ‘Presenten una defensa ante todo el que les exija razón de la esperanza que hay en ustedes.’ ‘Vivan el resto de su tiempo en la carne, ya no para los deseos de los hombres, sino para la voluntad de Dios.’ (1 Pedro 1:19; 2:1, 2, 9; 3:11, 15; 4:2.)

6. a) ¿Cómo demostraron su fe los cristianos del primer siglo? b) ¿Cómo pudiera servirnos de ejemplo esto?

6 Los cristianos del primer siglo vivían en conformidad con su fe. Por ella cambiaron de punto de vista y de personalidad, y se sintieron impelidos a amoldar su vida a la voluntad de Dios. Experimentaron destierro, apedreamiento, golpeo, encarcelación y hasta muerte por no transigir respecto a su fe. (Hechos 7:58-60; 8:1; 14:19; 16:22; 1 Corintios 6:9-11; Efesios 4:22-24; Colosenses 4:3; Filemón 9, 10.) El famoso historiador romano Tácito, quien nació alrededor de 56 E.C., menciona que los cristianos fueron condenados a las llamas y quemados para iluminación de noche, pasada ya la luz del día. Sin embargo, ¡no flaquearon! (Anales, Libro XV, párrafo 44.)

7. ¿En qué situación pudieran hallarse algunos?

7 Puede que en ciertas congregaciones algunos hayan asistido a las reuniones por años. Aman la organización de Jehová, opinan que su pueblo está compuesto de las mejores personas que han conocido, hablan bien de la verdad y la defienden ante otros. Pero algo impide su progreso, algo hace que se retraigan. Nunca han dado el paso importante que dieron aquellas 3.000 personas en el día del Pentecostés, paso sobre el cual preguntó el etíope creyente, o que Ananías instó a Saulo a dar tan pronto como aquel ex perseguidor comprendió que Jesús era realmente el Mesías. (Hechos 2:41; 8:36; 22:16.) ¿Qué les falta a esas personas hoy? ¿Por qué no han dado el paso que la Biblia llama “la solicitud hecha a Dios para una buena conciencia”? (1 Pedro 3:21.) Si usted se halla en esta situación —conoce la verdad, pero está indeciso en cuanto a hacer algo al respecto—, vea este artículo como algo que ha sido preparado por amor especial a usted.

Cómo vencer obstáculos al bautismo

8. Si usted nunca ha sido buen estudiante, ¿qué proceder sabio debería emprender ahora?

8 ¿Cuál pudiera ser un obstáculo? El artículo anterior mostró que algunos tienen dificultades con relación a su estudio personal. Dios nos dio una mente maravillosa, y espera que la usemos en su servicio. Algunas personas que ni siquiera sabían leer se esforzaron por aprender para aumentar su conocimiento de Dios y sus propósitos. ¿Qué hay de usted? Si ya sabe leer, ¿verdaderamente estudia como lo hicieron los bereanos, ‘examinando con cuidado las Escrituras diariamente’ para ver si estas cosas son así? ¿Ha investigado “la anchura y longitud y altura y profundidad” de la verdad? ¿Ha profundizado lo suficiente en la Palabra de Dios? ¿Ha descubierto cuán emocionante es en realidad? ¿Ha desarrollado un deseo intenso de conocer la voluntad de Dios? ¿Tiene verdadera hambre de la verdad? (Hechos 17:10, 11; Efesios 3:18.)

9. ¿Cuál sería el proceder correcto si tiene un problema con alguna persona de la congregación?

9 A veces algunos se retraen debido a un problema real o imaginario que han tenido con alguna persona de la congregación. ¿Lo ha ofendido alguien seriamente? Entonces siga la norma que Jesús dio: “Ve y pon al descubierto su falta entre tú y él a solas”. (Mateo 18:15.) Puede que le sorprenda enterarse de que la persona quizás ni sabe que usted se ha ofendido. Pero aunque lo sepa, usted todavía pudiera ‘ganar a su hermano’, como dijo Jesús. También pudiera ayudarle a no ser causa de tropiezo para otra persona. Además, al pensar en el asunto, ¿a quién sirve usted en realidad?: ¿a esa persona, o a Dios? ¿Es su amor a Dios tan limitado que usted permitiría que algún error de un humano imperfecto afectara ese amor?

10, 11. ¿Qué debe hacer usted si se ha retraído por algún pecado secreto?

10 Puede que algún pecado secreto haga que la persona se retraiga de bautizarse. Pudiera ser algo que haya sucedido en el pasado, o tal vez algo incorrecto que todavía acostumbre hacer. Si esta es su dificultad, ¿no es tiempo de corregirla ya? (1 Corintios 7:29-31.) Muchos del pueblo de Jehová han tenido que hacer cambios en su vida. La Biblia dice: “Arrepiéntanse, por lo tanto, y vuélvanse para que sean borrados sus pecados, para que vengan tiempos de refrigerio de parte de la persona de Jehová”. (Hechos 3:19.)

11 Sin importar lo que haya hecho en el pasado, usted puede arrepentirse, cambiar y pedir perdón a Dios. “Amortigüen, por lo tanto, los miembros de su cuerpo que están sobre la tierra en cuanto a fornicación, inmundicia, apetito sexual, deseo perjudicial [...] Desnúdense de la vieja personalidad con sus prácticas, y vístanse de la nueva personalidad, que mediante conocimiento exacto va haciéndose nueva según la imagen de Aquel que la ha creado.” Usted puede amoldar su vida a los caminos de él, disfrutar de una conciencia limpia y tener la esperanza de vivir para siempre en su justo nuevo mundo. ¿No vale la pena hacer todo el esfuerzo que se requiera para obtener esto? (Colosenses 3:5-10; Isaías 1:16, 18; 1 Corintios 6:9-11; Hebreos 9:14.)

12. ¿Qué debe hacer si el tabaco, el abuso de las bebidas alcohólicas o la adicción a las drogas le impiden tener una conciencia limpia?

12 ¿Le impiden tener una conciencia limpia el uso del tabaco, el abuso de las bebidas alcohólicas o la adicción a las drogas? ¿No es falta de respeto al maravilloso don divino de la vida el tener esos hábitos que ponen en peligro la vida? Si esos hábitos le son un estorbo, no hay duda de que ya es tiempo de que los abandone. ¿Valen más que su vida esos hábitos? Pablo dijo: “Limpiémonos de toda contaminación de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios”. ¿Estima usted los caminos limpios y justos de Dios al grado de hacer esob? (2 Corintios 7:1.)

Cosas materiales

13, 14. a) ¿Qué dicen las Escrituras sobre las metas materialistas? b) ¿Por qué es importante poner en primer lugar las cosas celestiales?

13 El mundo actual pone el éxito y “la exhibición ostentosa del medio de vida de uno” por encima de casi todo lo demás. Pero Jesús asemejó “las inquietudes de este sistema de cosas y el poder engañoso de las riquezas” a “espinos” que ahogan la palabra de Dios. También preguntó: “¿De qué provecho le será al hombre si gana todo el mundo, pero lo paga con perder su alma?”. (1 Juan 2:16; Marcos 4:2-8, 18, 19; Mateo 16:26.)

14 Jesús señaló que Dios hizo provisión para que los pájaros hallaran alimento y los lirios florecieran con esplendor. Entonces preguntó: “¿Cuánto más valen ustedes que las aves? [...] ¡Con cuánta más razón los vestirá [Dios] a ustedes!”. Como guía sabia para nosotros, Jesús nos dijo que ‘dejáramos de estar en ansiedad’ en cuanto a las cosas materiales. Dijo: “Busquen continuamente el reino de [Dios], y estas cosas les serán añadidas”. Señaló que deberíamos poner en primer lugar las cosas celestiales porque ‘donde está nuestro tesoro, allí también estará nuestro corazón’. (Lucas 12:22-31; Mateo 6:20, 21.)

Servicio piadoso con la ayuda de Dios

15. ¿Qué estímulo excelente nos da el ejemplo de los cristianos del primer siglo?

15 ¿Se le hace difícil predicar a otras personas? ¿Se retrae porque es tímido? Si así es, es importante recordar que los cristianos del primer siglo tenían sentimientos como los que tenemos nosotros hoy día. Dios no escogió a muchos sabios ni poderosos, sino que escogió “las cosas débiles del mundo, para avergonzar las cosas fuertes”. (1 Corintios 1:26-29.) Poderosos líderes religiosos se opusieron a aquellas personas “del vulgo” y les ordenaron que dejaran de predicar. ¿Qué hicieron los cristianos? Oraron. Pidieron a Dios denuedo, y él se lo concedió. Como resultado, ¡su mensaje llenó a Jerusalén y después sacudió al mundo entero! (Hechos 4:1-4, 13, 17, 23, 24, 29-31; 5:28, 29; Colosenses 1:23.)

16. ¿Qué aprendemos de la gran “nube de testigos” que se describe en el capítulo 11 de Hebreos?

16 Por lo tanto, el temor al hombre nunca debe interponerse entre nosotros y el servicio a Dios. El capítulo 11 de Hebreos habla de una gran “nube de testigos” que temían a Dios, no al hombre. Debemos mostrar la misma fe. El apóstol escribió: “Porque tenemos tan grande nube de testigos que nos cerca, quitémonos nosotros también todo peso, y el pecado que fácilmente nos enreda, y corramos con aguante la carrera que está puesta delante de nosotros”. (Hebreos 12:1.)

17. ¿Qué estímulo ha dado Dios mediante Isaías?

17 Dios puede suministrar muchísima ayuda a sus siervos. El Creador del universo dijo a Isaías: “Los que estén esperando en Jehová recobrarán el poder. Se remontarán con alas como águilas. Correrán, y no se fatigarán; andarán, y no se cansarán”. (Isaías 40:31.)

18. ¿Cómo pudiera vencer usted la timidez de modo que pudiera predicar el Reino?

18 Los Testigos animosos y felices que usted ve en la congregación local son solo una parte pequeña de los más de tres millones y medio de siervos celosos que hay por toda la Tierra. Se regocijan al participar en la obra que Jesucristo mismo predijo de este modo: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”. Si se le hace difícil salir a predicar el Reino aunque ya satisface los requisitos para hacerlo, ¿por qué no le pide a un Testigo o una Testigo que desempeñe bien su ministerio que le permita acompañarlo o acompañarla en la obra de predicar? Dios ciertamente provee “poder que es más allá de lo normal”, y quizás se sorprenda usted al descubrir lo gozoso que es en realidad este servicio piadoso. (Mateo 24:14; 2 Corintios 4:7; véase también Salmo 56:11; Mateo 5:11, 12; Filipenses 4:13.)

19. ¿Qué obra docente mandó Jesús que hicieran sus seguidores?

19 Jesús espera acción de los que aprecian el mensaje del Reino. Dijo: “Vayan, por lo tanto, y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo, enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado”. (Mateo 28:19, 20.)

20. Si usted va progresando espiritualmente, ¿qué pregunta quizás sea apropiada pronto?

20 ¿Lo mueve a acción su aprecio por las bendiciones de Dios, la “sangre preciosa” de Jesús y la maravillosa esperanza de la vida eterna? (1 Pedro 1:19.) ¿Ha puesto su vida en armonía con los justos requisitos de Dios? ¿Participa regularmente en la obra de hacer discípulos? ¿Se ha repudiado a sí mismo y ha dedicado su vida a Dios? Si la contestación a estas preguntas es un sí definitivo, tal vez sea tiempo de que usted le haga a uno de los ancianos de la congregación la misma pregunta que el etíope creyente le hizo a Felipe: “¿Qué impide que yo sea bautizado?”. (Hechos 8:36.)

[Notas a pie de página]

a La Biblia de Jerusalén vierte esto “niéguese a sí mismo”. Straubinger dice “renúnciese a sí mismo”. La Versión Popular dice “olvídese a sí mismo”.

b Si desea información en cuanto a cómo abandonar tales hábitos, vea La Atalaya del 15 de junio de 1981, páginas 3-12; 15 de octubre de 1973, páginas 624-631, y ¡Despertad! del 22 de noviembre de 1982, páginas 3-12; 8 de septiembre de 1981, páginas 3-11. Puede que esta información le esté disponible en la biblioteca del Salón del Reino de los Testigos de Jehová de su localidad.

¿Recuerda usted?

◻ ¿Qué razones especiales tenemos para estar agradecidos a Dios?

◻ ¿Qué deben movernos a hacer la fe y el aprecio?

◻ ¿Qué problemas pudieran interponerse entre nosotros y la obediencia a Dios, y qué pudiéramos hacer al respecto?

◻ ¿Qué preguntas pudieran hacerse los que todavía no se han bautizado?

[Recuadro en la página 18]

‘¿Qué clase de “tierra” soy yo?’

Jesús dio una ilustración de un hombre que salió con semilla para sembrar. Algunas semillas cayeron a lo largo del camino y las aves se las comieron. Otras cayeron sobre pedregales donde no tenían mucha tierra. Estas brotaron, pero cuando salió el Sol se marchitaron y murieron. Otras semillas cayeron entre espinos que las ahogaron. Jesús dijo a quiénes representaban estos tres grupos: primero, a la persona que “oye la palabra del reino, pero no capta el sentido de ella”; segundo, al que acepta la palabra, pero que se retira por el calor de la “tribulación o persecución”; y tercero, a la persona para quien “la inquietud de este sistema de cosas y el poder engañoso de las riquezas ahogan la palabra”.

Pero Jesús también habló de otra semilla que cayó en tierra excelente. Dijo: “Este es el que oye la palabra y capta el sentido de ella, que verdaderamente lleva fruto”. (Mateo 13:3-8, 18-23.)

Bien pudiéramos preguntarnos: ‘¿Qué clase de “tierra” soy yo?’.

[Recuadro en la página 19]

Murieron por su fe

¿Conoce usted a alguien que preferiría morir a transigir en cuanto a su fe? Miles de testigos de Jehová han hecho eso. En la publicación The Nazi State and the New Religions: Five Case Studies in Non-Conformity (El Estado nazi y las nuevas religiones: Cinco casos estudiados de disidencia), la Dra. Christine E. King escribió: “De cada dos Testigos alemanes, uno fue encarcelado, y de cada cuatro, uno perdió la vida”.

Cuando por fin terminó el horror de los campos de concentración en 1945 “la cantidad de Testigos había aumentado, y ellos no habían transigido”. En la publicación The Nazi Persecution of the Churches (La persecución nazi de las iglesias), J. S. Conway escribió sobre los Testigos: “Ninguna otra secta desplegó nada como aquella resolución frente a todo el vigor del terrorismo de la Gestapo”.

Los testigos de Jehová no fueron perseguidos por cuestiones políticas ni de raza. Más bien, sufrieron solo por su amor a Dios y porque rehusaron violar su conciencia entrenada por la Biblia.

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