Hombres jóvenes, ¿pueden aceptar este privilegio especial de servicio?
“TIENES tu compañía de hombres jóvenes justamente como gotas de rocío.” (Sal. 110:3) Estas palabras proféticas indican que Jehová tendría un ejército de hombres jóvenes que estarían deseosos de llevar a cabo un trabajo específico en un período de tiempo especial. La primera parte del versículo revela que ese tiempo es AHORA, el tiempo cuando Jehová pondría de manifiesto su “fuerza militar.” ¿Y cuál es el trabajo de las “gotas de rocío”? De la misma manera que Jehová proveyó gotas de rocío literales para refrescar y dar vida a la vegetación, así él ha provisto gotas de rocío simbólicas que sirven para refrescar y dar vida a los que tienen hambre y sed de justicia.
Y tal como las gotas de rocío son numerosas, así es la cantidad de personas que se ofrece voluntariamente hoy en día. Sí, tan solo en los pasados 10 años la cantidad de personas que predican las buenas nuevas del reino de Dios casi se ha duplicado hasta alcanzar más de 2.000.000, y miles más están dedicando su vida a Jehová cada mes. Esto nos hace muy felices. ¿Pero quién trabajará para proveer la literatura bíblica que es tan importante para sustentarnos espiritualmente a todos, y proveernos millones de Biblias, libros, revistas y tratados que son tan valiosos para llevar a cabo nuestra predicación del Reino? Hay ahora una necesidad de esta clase de trabajadores. ¿Puede usted ofrecerse para este privilegio especial de servicio?
¡LA NECESIDAD ES GRANDE!
El Betel de Brooklyn es la central mundial del pueblo de Jehová. Aquí hay un grupo grande de hombres jóvenes que imprimen y despachan las publicaciones que tanto necesitan las personas con actitud de oveja alrededor del mundo. Aunque hay una cantidad pequeña de hermanas que trabaja en la casa Betel y en las oficinas, la mayoría de los trabajos requieren hombres jóvenes y fuertes. De modo que por lo presente no estamos animando a las hermanas a que soliciten. Pero la necesidad de hombres jóvenes solteros continúa aumentando. Animamos a éstos a preguntarse, ‘¿Cómo me siento en cuanto a servir de esa manera singular, proveyendo literatura en muchos idiomas para ser usada en la predicación del Reino y la obra de hacer discípulos alrededor del mundo? ¿Quiero participar al grado más amplio posible en este ministerio que salva vidas por medio de proveer las Biblias, libros y revistas que se necesitan? ¿Estoy yo, como un hermano joven dedicado, incluido entre los que describió el salmista cuando dijo: “Tu pueblo se ofrecerá de buena gana en el día de tu fuerza militar”?’—Sal. 110:3.
Actualmente en las Haciendas Watchtower y Betel de Brooklyn hay 2.400 sirviendo como resultado de ofrecerse voluntariamente de buena gana para este rasgo del servicio del Reino. Como Isaías, han dicho: “¡Aquí estoy yo! Envíame a mí.” (Isa. 6:8) Isaías, quien ya era testigo de Jehová, no estaba pidiendo que se le asignara ser un siervo de Dios, pero estaba ofreciéndose como voluntario para un privilegio de servicio adicional. Esto no era ventajoso para él desde un punto de vista físico, ni tampoco sería una asignación fácil. No, significaría sacrificar algunas ventajas y comodidades personales. Hoy en día muchos sirven bajo circunstancias similares en Betel. Dejan a madres, padres, hermanos, hermanas y amigos. Dicen “Adiós” a hogares y alrededores cómodos. Estos sacrificios se hacen de buena gana por “causa de las buenas nuevas.” (Mar. 10:29, 30) Pero en cambio, ¡cuán grandes las bendiciones y ventajas espirituales de las cuales disfrutan en la ‘casa de Dios’! Cuando los sacrificios de uno agradan a Dios él promete ‘abrir las compuertas de los cielos y verter una bendición hasta que no haya más carencia.’ (Mal. 3:10) Los que sirven en Betel pueden confirmar la veracidad de esa promesa.
LA VIDA EN BETEL
¿Cómo es la vida en Betel? Es una vida sana y satisfaciente. Algunos la describen como excitante. “Nunca hay un momento aburrido cuando uno está aquí en el centro de la actividad mundial,” es la manera en que un hermano lo expresó. Continuamos con el arreglo de tener representantes de las sucursales de la Sociedad que están alrededor del mundo que vienen a Betel para asistir al curso de cinco semanas de la Escuela de Galaad para miembros de los comités de sucursales, y qué placer es escuchar sus informes sobre las actividades del Reino en sus países. En verdad, hay una atmósfera para crecimiento espiritual en Betel.
Por ejemplo, de lunes a sábado por las mañanas el día comienza con una consideración de la Biblia presidida por un miembro del cuerpo gobernante. ¿No es cierto que muchos hermanos han viajado largas distancias para escuchar a estos hermanos en varias ocasiones? Cada mañana en Betel estos hermanos nos animan con sus comentarios sobre un texto de la Biblia. Durante las semanas cuando la Escuela de Galaad para miembros de los comités de sucursales está en sesión, los representantes de las sucursales dan sus informes durante el desayuno para que todos puedan escucharlos.
Como introducción a Betel, algunos miembros del cuerpo gobernante, y otros hermanos maduros del personal de la oficina central, dan conferencias que tratan con varios aspectos de la vida en Betel. Alguna vez durante el primer año con toda probabilidad usted asista a una excelente escuela bíblica semanal diseñada a ensanchar su entendimiento de las Escrituras. Los nuevos entrantes también disfrutan de un programa especial de lectura de la Biblia, donde se lee toda la Biblia durante el primer año en Betel. Los que han tomado este curso disfrutan de otro arreglo para su edificación espiritual, el estudio de La Atalaya de la familia Betel. Para este estudio del lunes por la noche, la familia Betel se divide en varios grupos y ancianos de Betel participan en conducirlo.
Además de las actividades en Betel, cada uno es asignado a una congregación. Aquí experimentamos directamente los beneficios de nuestro trabajo en Betel. Nos ayuda a mantenernos espiritualmente alerta. Por medio de participar con la congregación en la obra de predicación y asistir a las reuniones, los miembros de la familia Betel han desarrollado relaciones estrechas con estos hermanos y hermanas en las congregaciones de la localidad. Hay más de 25.000 Testigos en las congregaciones de la Ciudad de Nueva York con las cuales sirven miembros de la familia Betel.—Mar. 10:29, 30.
La mayor parte del tiempo y esfuerzo de los miembros de la familia Betel se emplean en hacer aquello para lo cual se ofrecieron como voluntarios. Y esto es usar sus recursos físicos y mentales en cualquier asignación que se les dé aquí en Betel. Hay una gran variedad de cosas que hay que hacer. Algunos miembros trabajan en prensas de imprimir o trabajan en el departamento de encuadernación haciendo libros, mientras que otros cocinan, hacen el trabajo de lavar la ropa, limpiar, cultivo, trabajo de construcción, etc. Algunos tienen la responsabilidad de cuidar del equipo en estos departamentos. Todas estas asignaciones de trabajo implican desafíos placenteros.
Pero la vida en Betel no es todo trabajo, reuniones, servicio y estudio. También, hay ocasiones en que la familia disfruta de períodos de esparcimiento. Hay una variedad de talento entre los que sirven en Betel, de modo que ocasionalmente toda la familia agradece un programa de entretenimiento en la “Noche de Familia.” Hay oportunidades para visitas sociales sanas y edificantes con otros. Aunque limitados, se proveen algunos medios de recreación. Hay varias bibliotecas en el hogar, donde los hermanos y hermanas leen y buscan información. Y no se ha de pasar por alto las conversaciones agradables cuando están sentados a la mesa a la hora de las comidas.
¿Cómo se sienten en cuanto a su privilegio los hermanos que sirven en Betel? Uno que ha servido aquí por varios años dice: “El trabajo en Betel es duro, pero es satisfaciente porque logra algo que vale la pena. Muchas personas en el mundo tienen trabajos pero parece que simplemente trabajan de día en día sin saber lo que hay por delante o lo que quieren de la vida. Antes de venir a Betel, estos pocos años pudieran haber parecido un tiempo tan largo, pero ahora el tiempo ha pasado muy rápidamente como resultado de ver el bien en que resulta mi trabajo para otros.” Él tenía 20 años de edad cuando vino a Betel. Ahora, además de sus privilegios en Betel, se le ha nombrado para servir como anciano en una congregación y está ayudando a otras personas jóvenes a tener este mismo espíritu de anuencia.
¿QUÉ PUEDE HACER USTED PARA LLENAR LOS REQUISITOS?
Betel es un lugar donde hombres cristianos maduros trabajan para desempeñar un servicio a favor de compañeros cristianos a través del mundo. No es un lugar para muchachos o para los que tienen serias deficiencias espirituales. No es una “escuela preparatoria” para adolescentes. Muy parecido al hombre joven Timoteo que sirvió con un “apóstol de Cristo Jesús,” así es con cualesquiera de los que han de servir en Betel. (1 Tim. 1:1) Deben tener buena reputación en la congregación.
Hechos 16:2 dice acerca de Timoteo: “Y daban buenos informes acerca de él los hermanos de Listra y de Iconio.” Aunque era joven él también se interesaba en las Escrituras y estaba bien arraigado en la verdad. (2 Tim. 3:14, 15) Tan evidente era su espíritu de sacrificio personal y anuencia a poner los intereses del Reino por encima de los suyos que Pablo podía decir de él en Filipenses 2:20-22: “Porque no tengo a ningún otro de disposición como la de él que genuinamente cuide de las cosas que tienen que ver con ustedes. Porque todos los demás están buscando sus propios intereses, no los de Cristo Jesús. Pero ustedes saben la prueba que él dio de sí mismo, que cual hijo con su padre sirvió como esclavo conmigo en el adelanto de las buenas nuevas.”
Varios hermanos han escrito o llamado por teléfono y han preguntado si se pueden preparar para el servicio de Betel por medio de tomar cursos especiales de estudio después de terminar la escuela superior, como en el campo de la informática, es decir, preparación de información para ser procesada por computadoras, u otros oficios. Por supuesto, la educación de uno es un asunto personal sobre el cual la persona tendría que decidir. Pero si desea prepararse para el servicio de Betel, el hermano querrá obtener experiencia en actividades espirituales como lo es el servicio de precursor auxiliar o servicio de precursor regular. Por lo tanto, para que cualquier joven pueda llenar los requisitos para el servicio de Betel y verdaderamente pueda tener el espíritu de Timoteo significaría que le sería necesario arreglar su vida en torno del Reino antes de venir a Betel.
La persona que está en Betel no está automáticamente protegida del espíritu del mundo. Por medio del estudio de la Biblia, regularidad en el servicio del campo y asociación con personas maduras en la congregación, uno puede crecer espiritualmente y prepararse para más responsabilidad. De modo que es necesario que todos sigamos el consejo que el apóstol Pablo dio a la congregación de Colosas: “Por lo tanto, como han aceptado a Cristo Jesús el Señor, sigan andando en unión con él, arraigados y siendo edificados en él y siendo estabilizados en la fe, así como se les enseñó, rebosando de fe en agradecimiento.” (Col. 2:6, 7) Esta es la clase de hombres espirituales que se necesitan en Betel.
Debido a la naturaleza del trabajo, el que ha de servir en Betel también debe tener buena salud y estar físicamente fuerte. También los solicitantes para el servicio de Betel en los Estados Unidos deben ser ciudadanos de los Estados Unidos o deben tener residencia legal permanente en este país.
¿Está usted en las circunstancias de poder decir, “¡Aquí estoy yo! Envíame a mí.”? Si lo está, y es un hermano soltero de 19 años de edad o más, en buena salud y fuerte, dispuesto y puede trabajar duro, y lleva por lo menos un año de bautizado, entonces lo animamos a que solicite para Betel. Escriba a Watchtower Society, Attention: Personnel Committee, 124 Columbia Heights, Brooklyn, New York 11201, y pida una solicitud para servicio de Betel, u obtenga una solicitud de su superintendente de circuito.
¿QUÉ PUEDEN HACER LOS ANCIANOS Y PADRES?
Además de ser ejemplos y asociados sanos para todos en la congregación, sería el proceder apropiado para los ancianos el animar especialmente a los hombres jóvenes en su esfuerzo de ensanchar su servicio a Jehová. Aunque Timoteo sin duda ejerció una influencia muy sana sobre los otros jóvenes en las congregaciones de Listra e Iconio, los ancianos no trataron de retenerlo de servir junto con el apóstol Pablo, pensando que sería una pérdida demasiado grande para su congregación.—1 Tim. 4:14.
Por otro lado, sería un error serio el que los ancianos recomendaran para el servicio de Betel a un hombre joven que verdaderamente no llene los requisitos. Actualmente hay solicitudes a la mano de hermanos que desean servir en Betel. Sin embargo, no todos llenan los requisitos y por lo tanto no se puede aceptar a todos. A veces es bastante evidente que los ancianos no deberían haber recomendado a ciertas personas para Betel cuando lo hicieron. Esto resulta en una experiencia difícil para la persona envuelta. En el pasado ha sido necesario enviar a algunos de regreso a sus hogares.
El mejor proceder es que los ancianos ayuden a la persona a hacer los ajustes necesarios para llenar los requisitos para Betel. Quizás el darle alguna asignación como la de limpiar el Salón del Reino o atender otras tareas ayudará en este respecto. Entonces si hay debilidades evidentes ya sea en el espíritu que manifiesta o en sus hábitos de trabajo, se le puede dar consejo y ayuda apropiados para ayudarlo a desarrollarse como un hermano responsable y confiable. Por su puesto, si no recibe el consejo de manera positiva, no habría razón para creer que enviarlo a Betel ayudaría. Así, aunque los ancianos deben animar a hermanos jóvenes a servir en Betel, es importante que den énfasis a las aptitudes que se requieren para tal servicio.
Los padres especialmente deben tener una influencia positiva para el bien en sus hijos. Un hermano joven que ha estado sirviendo en Betel desde hace unos años declara que él puede recordar que sus padres lo animaban a pensar en el servicio de tiempo completo desde la infancia. De modo que cuando llegó a los 19 años de edad fue simplemente su deseo natural querer alcanzar la meta de servir en Betel.
Hay muchos otros ejemplos que muestran el impacto saludable que los padres tienen sobre sus hijos. Los padres de Moisés, Jocabed y Amram, nos dan un ejemplo genuino de esto. La hija de Faraón encontró al bebé y lo reclamó para sí, pero pidió a la propia madre de Moisés que lo criara. Así sus padres hebreos le enseñaron al niño los principios de la adoración verdadera. (Éxo. 2:9, 10) ¿No es verdad que este entrenamiento temprano ayudó a que Moisés llenara los requisitos para poder cumplir con sus importantísimas responsabilidades más tarde? Ana, la madre de Samuel, también fue una persona que, por su proceder de conducta, inculcó el espíritu de servicio anuente en su hijo. No solo lo entregó para que sirviera en el tabernáculo cuando era niño, sino que a medida que pasaron los años, ella apoyó los esfuerzos de él en el servicio de tiempo completo. (1 Sam. 2:18, 19) El resultado fue que Samuel se hizo “más agradable tanto desde el punto de vista de Jehová como del de los hombres.” (1 Sam. 2:26) ¡Cuán recompensador debe haber sido para estos padres ver a sus hijos recibir privilegios de servicio especiales de parte de Jehová! Muchos padres disfrutan de ese mismo sentimiento hoy en día.
CADA UNO PUEDE PARTICIPAR
¿Qué puede hacer cada uno de nosotros, sin importar dónde estemos sirviendo a Jehová? Todos necesitamos obrar de toda alma en nuestro servicio y poner los intereses del Reino en primer lugar en nuestra vida. (Col. 3:23; Mat. 6:33) Y también podemos animar a los que están sirviendo en Betel a que continúen rindiendo servicio sagrado allí. Además, anime a hermanos jóvenes que llenan los requisitos a que se esfuercen por alcanzar este privilegio especial de servicio.
A veces hay la tendencia de pensar en otros cuando se consideran asuntos de esta índole, o pensar que esto no tiene que ver conmigo. Pero cuando pensamos en lo que nuestro Padre ha hecho por nosotros por medio de su Hijo debemos sentirnos impulsados a hacer todo lo que podamos individualmente para efectuar la voluntad de Dios. Como el apóstol Pablo dijo en 2 Corintios 5:14, 15: “El amor que Cristo tiene nos obliga, porque esto es lo que hemos juzgado, que un hombre murió por todos; así pues, todos habían muerto; y murió por todos para que los que viven no vivan ya para sí mismos, sino para el que murió por ellos y fue levantado.”
Cuando pensamos en ello, es provechoso preguntarnos individualmente: “¿Estoy viviendo no para mí mismo ya sino para hacer la voluntad de Jehová?” Usted estará ansioso de hacer lo que entienda que es la voluntad de Dios para usted en la actualidad. Usted puede pedir ahora una solicitud para el servicio de Betel si considera que puede llenar los requisitos para este extraordinario privilegio de servicio.—Efe. 5:17.