Presentando las buenas nuevas... a personas que no hablan nuestro idioma
1 Hoy día, no es raro encontrar a diversos grupos de personas de diferentes idiomas compartiendo el mismo vecindario en áreas metropolitanas o urbanas. Hasta cierto punto puede que esto sea cierto también en algunos sectores rurales. Es preciso llegar con el mensaje del Reino, también, a personas que no hablan nuestro idioma (Rev. 14:6). En vista de los diferentes problemas y situaciones que surgen al efectuar nuestro ministerio entre personas que hablan otros idiomas diferentes del nuestro, se presentan las siguientes sugerencias.
HAGAN DISCÍPULOS
2 Ante todo, es bueno tener presente que a medida que predicamos, nuestro propósito es hacer discípulos... enseñar la verdad (Mat. 28:19, 20). La obra docente debe efectuarse en el idioma que la gente entienda mejor (1 Cor. 14:9). Sin embargo, no siempre se puede hacer esto. En muchas zonas solo una congregación trabaja el territorio; no obstante, personas que no dominan el idioma local viven allí. ¿Qué se puede hacer para ayudar a estas personas a aprender la verdad?
3 Si usted visita a alguien que habla un idioma diferente del suyo, válgase del folleto Buenas nuevas para todas las naciones. Así, por lo menos, se le da un mensaje sencillo para determinar si la persona está interesada en la verdad o no. Si manifiesta interés y usted tiene literatura en el idioma de ella, ofrézcasela. Después de eso, pregunte a los ancianos y tal vez al superintendente de circuito si hay un grupo o una congregación, suficientemente cerca, que celebre reuniones en el idioma del amo de casa. Quizás alguna persona de ese grupo o congregación pueda suministrar ayuda. Si dicho arreglo no es práctico, entonces tal vez sea posible encontrar a algún publicador local que hable el idioma del amo de casa, y éste pueda visitarlo para seguir cultivando el interés. Debe darse la misma consideración a las visitas a personas que hablen lenguaje por señas.
4 Sin embargo, puede que en la zona no haya ningún Testigo que hable el idioma de la persona que ha manifestado interés en la verdad. ¿Qué se puede hacer en tal caso? Algunos publicadores han vencido, en parte, el obstáculo del idioma mediante utilizar el impreso explicativo ¡Disfrute para siempre de la vida en la Tierra! Si se ha publicado éste en el idioma de la persona, mucho mejor. Por medio de usar las ilustraciones y pedirle que lea de la Biblia los textos bíblicos citados, ella adquirirá cierto entendimiento elemental de la Biblia. En algunos casos quizás haya algunos miembros de la familia, de la persona interesada en la verdad, que dominen el idioma local lo suficiente para servir de intérpretes.
5 En las zonas donde no se celebre reunión alguna en el idioma que el amo de casa entienda, anímelo a asistir a las reuniones de la congregación local. La asociación cristiana en sí puede ser muy edificante; y para que adelante más en sentido espiritual puede comenzar a aprender el idioma local (Mat. 18:20). Tengamos presente que nuestro propósito es hacer discípulos.
CÓMO TRABAJAR LOS TERRITORIOS DONDE SE HABLAN VARIOS IDIOMAS
6 En algunos sectores hay dos, tres o más congregaciones a las cuales se asigna el mismo territorio geográfico, pero cada una atiende a las personas que hablan cierto idioma en particular. En estos casos, los publicadores de cada congregación deben concentrar sus esfuerzos en ayudar a las personas que hablan su propio idioma particular. Obviamente, a veces los hermanos de dos congregaciones o más visitan los mismos hogares. No obstante, los cuerpos de ancianos y las congregaciones de esos sectores han podido cooperar estrechamente en atender las necesidades de la gente y llegar a ella con las buenas nuevas en el idioma que ella entienda mejor. Un modo de hacer esto es por medio de entregar las direcciones de las personas que hablan cierto idioma a la congregación correspondiente (Fili. 2:4). También, los publicadores de cada congregación deben entender el hecho de que las asignaciones de territorio de tales sectores se hacen según el idioma. Por consiguiente, todos deben trabajar el territorio concienzudamente. Los hogares donde hay personas que entienden mejor el idioma de una de las congregaciones que trabajan el mismo territorio deben dejarse a los publicadores de esa congregación a fin de que ellos los visiten. Por medio de seguir esta sugerencia, los publicadores que coloquen la literatura en manos de la gente podrán seguir dando la atención debida a las personas interesadas en la verdad y dirigirlas a la congregación correspondiente.
7 En algunos lugares ha resultado práctico que las congregaciones mantengan una lista de las direcciones y los números de los apartamentos de personas que prefieren hablar cierto idioma en particular. Otras congregaciones del mismo sector pueden hacer una lista de los hogares o los apartamentos que los publicadores de su congregación no deben trabajar. Esto ayuda a evitar que publicadores de diferentes congregaciones visiten el mismo hogar. En otros sitios las congregaciones han establecido entre sí un sistema de trabajar el territorio enteramente y dirigir a las personas interesadas en la Biblia a la congregación correspondiente. La Sociedad también está de acuerdo con este arreglo, puesto que no hay ninguna regla rígida en cuanto a cómo efectuar esta obra. (1 Cor. 14:33, 40.)
8 Se puede lograr mucho al predicar las buenas nuevas a personas que hablan un idioma diferente del nuestro si todos cooperamos, mostramos que somos razonables y manifestamos interés altruista en las ovejas del Señor (Juan 13:34, 35; Fili. 2:14; Sant. 3:17, 18). Si tenemos presente primero el bienestar de las personas del territorio que son mansas como ovejas y nuestro propósito de hacer discípulos, puede que todavía ayudemos a muchas personas más de toda nación y lengua a unirse a nosotros en adorar a Jehová. (Isa. 2:2, 3.)