Referencias para la Guía de actividades para la reunión Vida y Ministerio Cristianos
1-7 DE JULIO
TESOROS DE LA BIBLIA | COLOSENSES 1-4
“Quitémonos la vieja personalidad y pongámonos la nueva”
Resistamos el espíritu del mundo y recibamos el de Dios
12 ¿Manifiesta mi personalidad el espíritu de Dios, o el del mundo? (Léase Colosenses 3:8-10, 13.) Algo que nos permitirá determinarlo es fijarnos en cómo reaccionamos cuando no van bien las cosas. ¿Demostramos en esos momentos alguna de las conductas que promueve el espíritu del mundo, las obras de la carne? (Gál. 5:19-21.) Por ejemplo, ¿qué hacemos cuando un hermano o una hermana es desatento con nosotros, nos ofende o incluso peca contra nosotros? Otro asunto sobre el que debemos reflexionar es nuestra conducta en la intimidad del hogar, pues es allí donde suele verse claramente cuál de los dos espíritus tiene más fuerza. Hagámonos el siguiente autoexamen: “En los últimos seis meses, ¿se ha vuelto más cristiana mi personalidad, o he recaído en alguna mala costumbre, sea en mi forma de hablar o de comportarme?”.
13 El espíritu santo nos ayuda a obedecer este mandato divino: “Desnúdense de la vieja personalidad con sus prácticas, y vístanse de la nueva”. Al actuar así, creceremos en amor y bondad, y estaremos más dispuestos a perdonar a los demás, aunque tengamos motivos para estar irritados. Cuando nos parezca que nos han tratado injustamente, no reaccionaremos con “amargura maliciosa” ni con “cólera e ira y gritería” o “habla injuriosa”. Más bien, nos esforzaremos por ser “tiernamente compasivos” (Efe. 4:31, 32).
¿Nos hemos transformado?
18 Pero leer regularmente la Biblia y aprender de ella no es suficiente para que nos transforme. Mucha gente la lee de vez en cuando y la conoce bastante bien. Tal vez usted haya encontrado personas así en el ministerio. Algunas hasta son capaces de recitar pasajes bíblicos de memoria. Sin embargo, su conocimiento quizás tiene poco o ningún efecto en su modo de pensar o en su forma de vivir. ¿Qué les falta? Para ser transformado por la Palabra de Dios, uno debe permitir que esta “se ahonde” en su corazón (Gál. 6:6, nota). Por lo tanto, debemos dedicar tiempo a pensar en lo que aprendemos. Nos conviene preguntarnos: “¿Estoy convencido de que lo que he aprendido es mucho más que un simple conjunto de enseñanzas religiosas? ¿Acaso no he visto en mi propia vida pruebas de que es la verdad? Además, ¿veo formas de aplicar personalmente los principios bíblicos, o solo los veo como algo que enseñar a otros? ¿Siento que Jehová me está hablando a mí?”. Si reflexionamos en estas preguntas, nuestros sentimientos por Jehová se harán más profundos. Nuestro amor por él crecerá. Y cuando el corazón se conmueva de esa forma, nos impulsará a hacer los cambios necesarios (Prov. 4:23; Luc. 6:45).
19 Leer con regularidad la Palabra de Dios y meditar en ella nos motivará a seguir este consejo de Pablo: “Desnúdense de la vieja personalidad con sus prácticas, y vístanse de la nueva personalidad, que mediante conocimiento exacto va haciéndose nueva” (Col. 3:9, 10). En efecto, si captamos todo el sentido de lo que la Biblia enseña y lo aplicamos, adquiriremos la nueva personalidad cristiana, la cual nos protegerá de las astutas trampas de Satanás.
Busquemos perlas escondidas
Reino de Dios
‘El reino del Hijo de su amor.’ Diez días después de la ascensión de Jesús a los cielos, en el Pentecostés del año 33 E.C., sus discípulos tuvieron prueba de que había sido “ensalzado a la diestra de Dios” cuando derramó espíritu santo sobre ellos. (Hch 1:8, 9; 2:1-4, 29-33.) De esta manera entró en vigor el “nuevo pacto”, y ellos se convirtieron en el núcleo de una nueva “nación santa”, el Israel espiritual. (Heb 12:22-24; 1Pe 2:9, 10; Gál 6:16.)
Entonces Cristo estaba sentado a la diestra del Padre y era el Cabeza de la congregación. (Ef 5:23; Heb 1:3; Flp 2:9-11.) Las Escrituras muestran que a partir del Pentecostés del año 33 E.C. se estableció un reino espiritual sobre los discípulos. Cuando el apóstol Pablo escribió a los cristianos colosenses del primer siglo, indicó que Jesucristo ya tenía un reino: “[Dios] nos libró de la autoridad de la oscuridad y nos transfirió al reino del Hijo de su amor”. (Col 1:13; compárese con Hch 17:6, 7.)
El reino de Cristo que empezó en el Pentecostés de 33 E.C. es de carácter espiritual, al igual que el Israel sobre el que rige: los cristianos engendrados por el espíritu de Dios para ser Sus hijos espirituales. (Jn 3:3, 5, 6.) Cuando tales cristianos engendrados por espíritu reciben su recompensa espiritual, dejan de ser súbditos terrestres del reino espiritual de Cristo para pasar a ser reyes con Cristo en los cielos. (Rev 5:9, 10.)
Puntos sobresalientes de las cartas a los Gálatas, a los Efesios, a los Filipenses y a los Colosenses
2:8. ¿Qué son “las cosas elementales del mundo” contra las que Pablo previene? Son los elementos básicos que componen el mundo de Satanás y los principios que guían y motivan a la gente, como la filosofía, el materialismo y las religiones falsas, entre otros (1 Juan 2:16).
8-14 DE JULIO
TESOROS DE LA BIBLIA | 1 TESALONICENSES 1-5
“Sigan consolándose unos a otros y edificándose unos a otros”
“Respeten a los que trabajan duro entre ustedes”
12 Ahora bien, presidir la congregación implica algo más que enseñar. Pablo empleó el mismo verbo en 1 Timoteo 3:4, cuando explicó que el superintendente debe ser un “hombre que presida su propia casa excelentemente, que tenga hijos en sujeción con toda seriedad”. Es obvio que, en este caso, presidir no es tan solo enseñar a los hijos, sino también tenerlos “en sujeción” y dirigir a toda la familia. De igual modo, los ancianos han de dirigir la congregación y ayudar a todos sus miembros a estar en sujeción a Jehová (1 Tim. 3:5).
“Respeten a los que trabajan duro entre ustedes”
19 Si alguien tiene el detalle de hacernos un obsequio, ¿cómo podríamos agradecerlo? Una buena manera sería usándolo. Pues bien, Jehová, por medio de Jesucristo, nos ha entregado “dádivas en [la forma de] hombres”, los ancianos. ¿Cómo demostramos aprecio? Cuando pronuncian un discurso, escuchamos con atención y procuramos poner en práctica lo que dicen. Cuando piden comentarios, los ofrecemos con gusto. Y siempre apoyamos las actividades espirituales que organizan, como la predicación del Reino. Asimismo, les contamos cómo nos han ayudado los consejos que nos dieron. Y también agradecemos los sacrificios que hacen sus familias al estar dispuestas a pasar menos tiempo con ellos.
Demostremos con hechos que amamos de verdad
13 Apoyemos a los débiles. Podemos demostrar que nuestro amor es sincero obedeciendo este mandato: “Den su apoyo a los débiles, tengan gran paciencia para con todos” (1 Tes. 5:14). Muchos hermanos que son débiles con el tiempo se hacen fuertes en la fe. Pero otros necesitan que sigamos apoyándolos con paciencia. ¿Cómo? Entre otras cosas, usando la Biblia para animarlos, invitándolos a predicar o dedicando tiempo a escucharlos. Además, en vez de clasificar a los hermanos como fuertes o débiles, recordemos que todos tenemos puntos fuertes y débiles. Incluso el apóstol Pablo reconoció que tenía debilidades (2 Cor. 12:9, 10). Todos necesitamos que nuestros hermanos nos ofrezcan ayuda y ánimo.
Seamos humildes y compasivos como Jesús
16 Nuestra manera de hablar. La compasión nos motiva a “habl[ar] confortadoramente a las almas abatidas” (1 Tes. 5:14). ¿Cómo podemos levantar el ánimo de quienes están deprimidos? Diciéndoles cuánto nos preocupamos por ellos y felicitándolos sinceramente por las buenas cosas que hacen. También podemos recordarles que son muy valiosos para Jehová, pues fue él quien les dio la oportunidad de acercarse a su Hijo (Juan 6:44). Además, podemos asegurarles que Dios se interesa por todos los que están “quebrantados de corazón” y “aplastados en espíritu” (Sal. 34:18). Nuestras palabras de cariño pueden calmar el dolor de los que necesitan consuelo (Prov. 16:24).
Busquemos perlas escondidas
Fornicación
La fornicación es una ofensa por la que un individuo puede ser expulsado de la congregación cristiana. (1Co 5:9-13; Heb 12:15, 16.) El apóstol explica que un cristiano que comete fornicación peca contra su propio cuerpo, pues usa los órganos de la reproducción para fines ilícitos. Este proceder afecta muy adversamente a la persona en sentido espiritual, trae deshonra a la congregación de Dios y hace que dicha persona quede expuesta al peligro de enfermedades venéreas mortíferas. (1Co 6:18, 19.) El fornicador abusa de los derechos de sus hermanos cristianos (1Te 4:3-7), pues: 1) su ‘locura deshonrosa’ introduce inmundicia en la congregación y la desprestigia (Heb 12:15, 16); 2) priva a la persona con quien comete fornicación de una condición moral limpia y, si es soltera, del derecho a dar comienzo a una relación matrimonial pura; 3) mancha el nombre de su propia familia, y, además, 4) perjudica a los padres, esposo o prometido de la persona con quien comete fornicación. Tal persona no desafía al hombre, cuyas leyes pueden o no sancionar la fornicación, sino a Dios, quien exigirá castigo por su pecado. (1Te 4:8.)
“Su liberación se acerca”
14 ¿Qué pasará después de que Gog de Magog comience su ataque contra el pueblo de Dios? Tanto Marcos como Mateo explican lo siguiente: “[El Hijo del hombre] enviará los ángeles y reunirá a sus escogidos desde los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo” (Mar. 13:27; Mat. 24:31). Como vemos, Jesús profetizó que se reuniría a los cristianos ungidos. ¿Cuándo ocurre eso? No es en el momento en el que son elegidos (Mat. 13:37, 38). Tampoco en el momento en el que reciben el sello final, justo antes de la gran tribulación (Rev. 7:1-4). Más bien, es en el momento en el que van al cielo (1 Tes. 4:15-17; Rev. 14:1). Y eso ocurrirá después de que Gog de Magog empiece su ataque (Ezeq. 38:11). Entonces se cumplirán las palabras de Jesús: “Los justos resplandecerán tan brillantemente como el sol en el reino de su Padre” (Mat. 13:43).
15 ¿Quiere decir lo anterior que habrá un “rapto” de los ungidos? Muchas iglesias enseñan esta doctrina, según la cual los cristianos fieles serán llevados al cielo con sus cuerpos físicos y Jesús vendrá de forma visible a gobernar la Tierra. Sin embargo, la Biblia dice que “la señal del Hijo del hombre” aparecerá en el cielo, y que Jesús vendrá “sobre las nubes del cielo”, lo cual da a entender que su venida será invisible (Mat. 24:30). Además, la Biblia dice que “carne y sangre no pueden heredar el reino de Dios”, de modo que antes de ir al cielo los ungidos tienen que ser “cambiados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, durante la última trompeta” (lea 1 Corintios 15:50-53). Por lo tanto, aunque en este caso no usamos la palabra “rapto” debido al significado que le dan otras religiones, sí podemos decir que todos los ungidos fieles que queden en la Tierra serán llevados al cielo en un instante.
15-21 DE JULIO
TESOROS DE LA BIBLIA | 2 TESALONICENSES 1-3
“Se identifica al desaforado”
Devoción piadosa
El “misterio de este desafuero” se halla diametralmente opuesto al “secreto sagrado” de Jehová. Fue un misterio para los cristianos verdaderos, porque en el tiempo de Pablo la identidad del “hombre del desafuero” no se había relacionado aún con un grupo o clase existente y claramente identificable. Su identidad seguiría siendo un misterio para la mayor parte de la gente aun después de que ese “hombre” tomara forma, debido a que encubriría su maldad bajo el nombre de la devoción piadosa, pero sería de hecho una apostasía de la verdadera devoción piadosa. Debido a que en la congregación cristiana del tiempo de Pablo se advertían actitudes desaforadas que no tardarían en conformar la clase apóstata, él dijo que “el misterio de este desafuero” ya estaba obrando. Jesucristo lo eliminaría al fin por la manifestación de su presencia. Pero antes, este “hombre” apóstata manipulado por Satanás se alzaría “sobre todo aquel a quien se llama ‘dios’ o todo objeto de reverencia” (gr. sé·ba·sma). Por ser un instrumento satánico, este gran opositor de Dios sería sumamente taimado y ocasionaría la destrucción de todos aquellos que siguiesen sus prácticas. Su eficacia radicaría en su capacidad para ocultar la maldad bajo el manto de una falsa devoción piadosa. (2Te 2:3-12; compárese con Mt 7:15, 21-23.)
Mentira
Jehová permite que se produzca una “operación de error” en aquellas personas que prefieren la falsedad, a fin de que “lleguen a creer la mentira” y no las buenas nuevas acerca de Jesucristo. (2Te 2:9-12.) Un ejemplo de este principio es lo que sucedió hace siglos en el caso del rey israelita Acab. Unos profetas mentirosos le aseguraron a Acab que vencería en la batalla contra Ramot-galaad, mientras que Micaya, el profeta de Jehová, predijo calamidad. Como se le reveló en visión a Micaya, Jehová permitió que una criatura celestial actuara como un ‘espíritu engañoso en la boca de los profetas’ de Acab, es decir: esta criatura celestial influyó sobre ellos para que no hablaran la verdad, sino lo que ellos mismos deseaban decir y Acab deseaba oír. Aunque recibió advertencia, Acab prefirió que le engañaran, y eso le costó la vida. (1Re 22:1-38; 2Cr 18.)
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Fuego
Pedro escribió que “los cielos y la tierra que existen ahora están guardados para fuego”. El contexto de este pasaje y otros textos muestran que este fuego no es literal, sino que significa destrucción eterna. Así como el Diluvio del día de Noé no destruyó los cielos ni la Tierra literales, sino únicamente a las personas impías, de la misma manera la revelación de Jesucristo con sus poderosos ángeles en fuego llameante resultará en la destrucción eterna tan solo de los inicuos y del sistema de cosas del que forman parte. (2Pe 3:5-7, 10-13; 2Te 1:6-10; compárense con Isa 66:15, 16, 22, 24.)
Inspiración
“Expresiones inspiradas” verdaderas y falsas. La palabra griega pnéu·ma (espíritu) se usa de una manera especial en algunos escritos apostólicos. En 2 Tesalonicenses 2:2, por ejemplo, el apóstol Pablo insta a sus hermanos tesalonicenses a que no se dejen excitar o sacudir de su razón “tampoco mediante una expresión inspirada [literalmente, “espíritu”], ni mediante un mensaje verbal, ni mediante una carta como si fuera de nosotros, en el sentido de que el día de Jehová esté aquí”. Está claro que Pablo usa la palabra pnéu·ma (espíritu) en relación con ciertos medios de comunicación, como un “mensaje verbal” o una “carta”. Por este motivo, en las notas de algunas versiones leemos los siguientes comentarios sobre este texto: “El Espíritu, que, con sentido metonímico (causa por el efecto), equivale a revelación o profecía” (CJ). “El autor sagrado alude a quienes arrogándose la posesión de un carisma profético, supuestamente recibido del Espíritu Santo, se dedicaban a divulgar sus ideas personales como si vinieran de Dios” (UN). Así pues, aunque en este caso y otros similares algunas versiones traducen pnéu·ma por “espíritu”, otras muchas dicen “manifestaciones del espíritu” (BJ), “revelaciones carismáticas” (FF, Vi), “supuestas revelaciones” (NBE, TA), “anuncios proféticos” (LT), “profecía” (NVI), “inspiración” (CI, GR, SA) o “expresión inspirada” (NM).
22-28 DE JULIO
TESOROS DE LA BIBLIA | 1 TIMOTEO 1-3
“Esfuércense por alcanzar algo excelente”
¿Vemos la necesidad de progresar espiritualmente?
3 (Lea 1 Timoteo 3:1). El verbo griego que se traduce “procurando alcanzar” significa estirarse para agarrar una cosa, quizás algo que no se puede alcanzar fácilmente. Al usar esta palabra, el apóstol Pablo subrayó que para progresar espiritualmente hace falta esfuerzo. Pensemos en un hermano que reflexiona sobre cuál será su futuro en la congregación. Tal vez todavía no sea siervo ministerial, pero se da cuenta de que necesita desarrollar cualidades espirituales. Para empezar, se esfuerza por cumplir con los requisitos para ser siervo ministerial. Más adelante, se seguirá esforzando por llegar a ser anciano. En ambos casos, hace todo lo posible por satisfacer los requisitos necesarios para atender más responsabilidades en la congregación.
Los que están ‘adquiriendo una excelente posición’
7 Es fácil ver, pues, por qué Pablo dijo que estos hombres “están adquiriendo . . . una excelente posición.” Esto no es, como algunos sugieren, un ascenso en una jerarquía eclesiástica. Más bien, los siervos ministeriales que “sirven de manera excelente” tienen la seguridad de recibir la bendición de Jehová y Jesús, y tienen el respeto y apoyo de la entera congregación. Apropiadamente adquieren “gran franqueza de expresión en la fe relacionada con Cristo Jesús.” Por ser fieles en su posición, se les aprecia por su servicio excelente; tienen firmeza de fe y pueden declarar su fe sin cobardía o temor de reproche.
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Genealogía
No tenía sentido el envolverse en un estudio y consideración de tales asuntos, y menos cuando Pablo escribió a Timoteo. En aquel entonces ya no importaban los registros genealógicos, pues Dios no reconocía ya ninguna distinción entre judíos y gentiles dentro de la congregación cristiana. (Gál 3:28.) Además, los registros genealógicos ya habían establecido el linaje de Cristo por medio de la línea de David. Por otra parte, Jerusalén iba a ser destruida en breve y junto con ella, los registros judíos. Dios no los conservó. Por consiguiente, Pablo no quería que Timoteo y las congregaciones se desviaran malgastando el tiempo en investigaciones y controversias acerca de asuntos de linaje personal que no contribuían nada a la fe cristiana. La genealogía provista por la Biblia es suficiente para probar que Cristo es el Mesías, y esta es la cuestión genealógica de mayor importancia para los cristianos. Las otras genealogías de las Escrituras permanecen como testimonio de la autenticidad e historicidad del registro bíblico.
“¡Miren! Este es nuestro Dios”
15 Otro título exclusivo suyo es “Rey de la eternidad” (1 Timoteo 1:17; Revelación 15:3). ¿Qué implica? Aunque a nuestra mente limitada le cueste comprenderlo, Jehová es eterno, es decir, su existencia es infinita tanto en el pasado como en el futuro. De él dice Salmo 90:2: “Aun de tiempo indefinido a tiempo indefinido tú eres Dios”. Por lo tanto, nunca tuvo principio; vive desde siempre. Con razón se le llama “el Anciano de Días”, pues existió por tiempo incontable antes de crear cualquier ser o cosa (Daniel 7:9, 13, 22). ¿Quién tiene razones válidas para cuestionar su derecho a ser el Señor Soberano?
29 DE JULIO A 4 DE AGOSTO
TESOROS DE LA BIBLIA | 1 TIMOTEO 4-6
“¿La devoción a Dios, o las riquezas?”
Aprendamos el secreto de ser autosuficientes
Entre las razones principales por las que Pablo se sentía feliz y satisfecho figuraba su autosuficiencia. Ahora bien, ¿qué implica esta cualidad? En pocas palabras, contentarse con lo esencial. Sobre este punto escribió lo siguiente a Timoteo, su fiel compañero en el ministerio: “Ciertamente es un medio de gran ganancia, esta devoción piadosa junto con autosuficiencia. Porque nada hemos traído al mundo, y tampoco podemos llevarnos cosa alguna. Teniendo, pues, sustento y con qué cubrirnos, estaremos contentos con estas cosas” (1 Timoteo 6:6-8).
Observemos que el apóstol relacionó la autosuficiencia con la devoción piadosa. Reconoció que la felicidad proviene de practicar esta última virtud, es decir, de poner en primer lugar el servicio a Dios, y no los bienes y riquezas de este mundo. El “sustento y con qué cubrir[se]” no eran más que medios que le permitían seguir cultivando la devoción a Jehová. Por lo tanto, su secreto para ser autosuficiente era confiar en el Creador pasara lo que pasase.
Cómo nos afecta estar resueltos a ser ricos
Es cierto que el afán de acumular riquezas no mata a la mayoría de la gente, pero sí es posible que les impida vivir la vida. Además, las tensiones laborales y económicas pueden provocarles ciertos trastornos de salud —como ataques de pánico, insomnio, migraña crónica y úlceras— que afecten la calidad y la duración de su vida. Y a veces, cuando el individuo finalmente comprende que tiene que cambiar sus prioridades, es demasiado tarde. Su cónyuge ya le ha perdido la confianza, sus hijos ya se han visto afectados emocionalmente, y su salud ya se ha deteriorado. Quizás pueda repararse parte del daño, pero sin duda requerirá mucho esfuerzo. Tales personas en verdad “se han acribillado con muchos dolores” (1 Timoteo 6:10).
Seis consejos para alcanzar el éxito personal
Tal como vimos en el primer artículo de esta serie, quien va en pos del dinero pensando que es la clave de la felicidad persigue un espejismo. No solo quedará desilusionado, sino que tendrá muchos problemas. Por ejemplo, en su búsqueda desesperada de riquezas, hay quienes sacrifican las relaciones familiares y los amigos. Otros no descansan lo suficiente, ya sea por el trabajo o por la ansiedad y las preocupaciones que se acarrean. “El trabajador duerme tranquilo, coma mucho o coma poco. Al rico sus muchas riquezas no lo dejan dormir”, dice Eclesiastés 5:12 (Nueva Versión Internacional).
El dinero no solo es un amo cruel, sino engañoso. De hecho, Jesucristo hizo referencia al “poder engañoso de las riquezas” (Marcos 4:19). Es decir, el dinero promete la felicidad, pero no la da; lo que hace es avivar el deseo de acumular más. Ya lo dice Eclesiastés 5:10: “Quien ama las riquezas nunca tiene suficiente” (Nueva Versión Internacional).
En esencia, el amor al dinero es perjudicial y es origen de desilusiones, frustraciones o actos viles (Proverbios 28:20). En cambio, la generosidad, el perdón, la limpieza moral, el amor y la espiritualidad contribuyen a la felicidad y al éxito.
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Una buena conciencia ante Dios
17 El apóstol Pedro escribió: “Tengan una buena conciencia” (1 Pedro 3:16). Por desgracia, algunas personas no hacen caso a los principios de Jehová, y con el tiempo su conciencia deja de avisarles. Pablo dijo que esas personas tienen la conciencia marcada “como si fuera con hierro de marcar” (1 Timoteo 4:2). ¿Se ha hecho usted alguna quemadura grave? Cuando eso pasa, la cicatriz que queda es tan profunda que la piel ya no siente nada. Del mismo modo, si alguien continúa haciendo cosas malas, su conciencia puede hacerse insensible y con el tiempo dejar de funcionar.
Lectura pública
En la congregación cristiana. En el primer siglo pocas personas poseían copias de los muchos rollos de la Biblia, por lo que era esencial la lectura pública. El apóstol Pablo mandó que sus cartas se leyesen públicamente en las reuniones de las congregaciones cristianas, y dio instrucciones para que las congregaciones intercambiaran sus cartas unas con otras a fin de que también pudieran leerlas. (Col 4:16; 1Te 5:27.) Pablo aconsejó al joven superintendente cristiano Timoteo que se aplicara a la “lectura pública, a la exhortación, a la enseñanza”. (1Ti 4:13.)
La lectura pública debería hacerse con afluencia. (Hab 2:2.) Dado que repercute en la educación de otros, el lector debe discernir completamente lo que está leyendo y tener un entendimiento claro de la intención del escritor, ejerciendo cuidado al leer para no dar una idea o impresión equivocada a los oyentes. Según Revelación 1:3, los que lean en voz alta la profecía, así como los que escuchen las palabras y las observen, serán felices.