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¡Despertad! 1974
g74 8/5 págs. 13-16

Las hormonas como medicina

“UNA mujer en Denver da a luz séxtuples.” Así decía un encabezamiento en primera plana del Times de Nueva York, del 18 de septiembre de 1973. El artículo publicó retratos del padre y la madre, ambos sonriendo. ¿A qué se debió que tuvieran estos séxtuples? ¡Inyecciones de hormonas!

La madre no había podido concebir después de dar a luz a un hijo cuatro años antes. Su médico experimentó con varias hormonas, y finalmente con inyecciones de un derivado de la orina de mujeres que habían pasado la menopausia logró que la mujer volviera a concebir. Sin embargo, un efecto secundario de las inyecciones hizo que su peso aumentara repentinamente de 58 a 88 kilos precisamente antes del nacimiento prematuro de los séxtuples.

En la actualidad el tratar de ayudar a mujeres que no han podido concebir a quedar embarazadas es solo uno de los muchos usos que los médicos les dan a las hormonas. Y esto no es en absoluto sorprendente al enterarnos de que todos los procesos biológicos del cuerpo por lo menos en parte están bajo el control de las hormonas. Puesto que uno, o un pariente o un amigo íntimo, puede ser instado a aceptar hormonas bajo la supervisión médica, sería bueno saber algo acerca de ellas. De ese modo uno estará en mejor posición para entender los factores implicados y hacer una decisión prudente.

¿Qué son?

Las hormonas humanas son sustancias químicas segregadas naturalmente por el cuerpo. En un equilibrio apropiado ejercen efectos importantes en el delicadamente afinado organismo humano. Por ejemplo, las hormonas desempeñan un papel particularmente vital en ayudar al cuerpo a ajustarse a los cambios en su ambiente, cambios que frecuentemente son necesarios para sobrevivir. Así es que la temperatura del cuerpo de 36,7 grados centígrados tiene que ser mantenida solo con leves variaciones, y sin embargo la temperatura exterior puede variar tanto como desde 67 grados bajo cero a 54 grados sobre cero. Además, el trabajo forzado genera tanto calor que si el cuerpo no tuviera los medios para enfriarse, nuestros músculos literalmente, se cocinarían. Este mantenimiento del equilibrio interno de la temperatura del cuerpo prescindiendo de los cambios en el ambiente se denomina “homeostasia.”

Entre las varias actividades del cuerpo que hacen posible la homeostasia están las de las hormonas, que literalmente significan “excitadoras” o “despertadoras.” Son extremadamente poderosas minúsculas porciones de sustancias simples o compuestas que cumplen su misión en cantidades tan pequeñas que desafían la imaginación. ¿Exactamente cuán pequeñas? ¡Algunas partículas de las hormonas son tan pequeñas que se requerirían cien millones de ellas para igualar un gramo!

Es un hecho bien conocido que ocho clases de glándulas endocrinas en el cuerpo humano producen hormonas. Estas son la pituitaria, la tiroides, las paratiroides, las suprarrenales, el timo, la pineal, los islotes de Langerhans y las gónades o glándulas sexuales. Pero algo que no es tan conocido es el hecho de que muchos otros órganos y partes del cuerpo también producen hormonas. Así es que el hipotálamo, una parte del cerebro, produce varias hormonas que causan la producción de hormonas en la pituitaria y otras glándulas endocrinas, y también ejercen influjo en una gran variedad de procesos metabólicos. El intestino delgado, los riñones y especialmente la placenta de las mujeres embarazadas también emiten hormonas.

Para que los diversos órganos del cuerpo funcionen armoniosamente tienen que estar en comunicación el uno con el otro. Un medio principal para transmitir mensajes de un órgano a otro es el sistema nervioso. El otro es el sistema hormonal. Se pudiera decir que los nervios funcionan como un teléfono. Este requiere un aparato en cada extremo y una línea por la cual viaja el mensaje o impulso, y esto también es cierto de los nervios. Así es que en la piel hay minúsculos receptores que recogen sensaciones como el calor, el frío y el dolor y lo transportan al cerebro.

Por otra parte, las hormonas han sido asemejadas a la radio. Una estación de radio emite sus mensajes en todas direcciones y se requiere un receptor capaz de sintonizar en su propia longitud de onda para captar los mensajes. Sucede igual con los influjos hormonales. Las glándulas u órganos productores las envían a todas las células del cuerpo por medio de la sangre, pero éstas solo afectan ciertas células que tienen receptores específicos para hormonas determinadas. Recientemente, la investigación ha indicado que los genes desempeñan un papel vital en esta respuesta al estímulo hormonal.

Otra característica interesante del modo en que funcionan las hormonas es el principio de la retroacción. Una glándula continúa derramando su hormona en la sangre hasta que su órgano meta, el cual tiene los receptores para esa hormona en particular, haya recibido una cantidad suficiente. Entonces ese órgano meta señala de vuelta a la glándula que por el momento cese de emitir su hormona.

Uso terapéutico de las hormonas

El estudio y la aplicación de las hormonas se denomina “endocrinología.” Se llama así porque trata con los productos hormonales de las endocrinas o glándulas de secreción interna. En particular, en la actualidad hay mucho interés en el uso terapéutico o curativo de las hormonas. Esas hormonas pueden ser naturales o sintéticas. Las glándulas del ganado, cerdos y ovejas son las principales fuentes de las hormonas naturales. Otras fuentes naturales de ciertas hormonas son el orín de yeguas preñadas y el ñame mexicano o batata. Las hormonas sintéticas se producen de aminoácidos sintéticos, sales sodiacas y de otras sustancias inorgánicas.

¿Sabe usted cuál es probablemente el uso más esparcido de las hormonas? Es en la píldora para el control de la natalidad, la cual contiene dos hormonas sexuales, la progesterona y el estrógeno. Se cree que el anticoncepcional tomado por la vía bucal más corrientemente usado, la píldora de combinación y la consecutiva, evita la concepción por medio de suprimir la ovulación... una mujer que las usa constantemente no llega a embarazarse porque no produce óvulos que pudieran llegar a ser fecundados.a Pero aun en esto las autoridades están en desacuerdo, porque, según declaró National History para agosto y septiembre de 1972: “Actualmente se sabe más de las funciones de reproducción de la cerda, por ejemplo, que de las mujeres.”

Las hormonas en estas píldoras, aunque pequeñas en cantidad, son poderosas. Así es que no es sorprendente que una cantidad limitada de mujeres que las toman experimenten desagradables efectos secundarios, tales como náuseas temporarias y retención de fluido. Y otros efectos secundarios más serios, tales como los problemas de los coágulos de sangre y la hipertensión arterial, han estado implicados. Sin embargo, esto es comprensible, porque el tomar cualquier preparado de drogas trae asociado un riesgo potencial, aun una cosa tan corriente como una aspirina o la penicilina. Cada individuo debe decidir por sí mismo si el riesgo implicado parece justificado.

¿Y cuál es muy probablemente la otra hormona que se usa más extensamente? La insulina, que muchos médicos prescriben para pacientes que sufren de diabetes. Se obtiene del páncreas de bueyes, ovejas y cerdos, el páncreas contiene los diminutos “islotes de Langerhans” que producen la insulina. Hubo un tiempo en que se creía que la insulina resolvía todos los problemas de los diabéticos. Pero ahora se comprende que de igual importancia, si no de más importancia, son el régimen alimenticio correcto y el ejercicio.

¿Es usted una mujer afligida con la tensión premenstrual o está pasando por esa difícil fase de las mujeres que se llama la menopausia? Si es así, puede que su médico le prescriba hormonas para su estado. La hormona femenina estrógena, en particular, es recomendada por los médicos. Y en años recientes se ha hallado que cantidades muy pequeñas de la hormona masculina andrógena también puede ser provechosa. No obstante, ciertos miembros de la profesión médica reconocen que las hormonas pueden causar malignidad en el caso de mujeres sensibles a esas hormonas. Por esta razón se recomienda una supervisión cuidadosa de tales tratamientos si el tratamiento con esta clase de hormonas parece ser necesario.

Se han mencionado ciertas hormonas que se usan para impedir que las mujeres conciban. Otras pueden y se están usando para ayudar a las mujeres a dar a luz hijos en casos en que han estado abortando sus fetos. Y hay hormonas de otros humanos que quizás ayuden a las que no han podido concebir a quedar embarazadas, como en el caso de la mujer de Denver a la que se hizo referencia previamente. Sin embargo, algunas mujeres podrían objetar debido a principios a aceptar una hormona derivada de otro humano.

Entre las hormonas más comúnmente conocidas se encuentra la DES. Se había estado usando en gran escala para acelerar el crecimiento en los animales de granja. Pero al hallar que los residuos de esta hormona en la carne ocasionaron cáncer en animales experimentales, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos la proscribió.

Sin embargo, actualmente la Administración de Drogas de los Estados Unidos la ha puesto en circulación como una píldora de emergencia para la “mañana siguiente,” para tratar a las víctimas de violaciones. Si ha ocurrido la concepción, impide la implantación del óvulo fecundado cuando se toma dentro de las setenta y dos horas después de las relaciones sexuales. Sin embargo, The National Observer, enfocó la atención en un importante aspecto ético del asunto, declarando: “La DES no impide la concepción. Su designación popular como anticoncepcional es engañosa. La DES causa el aborto. . . . Exactamente cuán eficaz es constituye parte del debate actual sobre la validez de su uso.” Y otro factor es que según informes las hijas que les nacen a las mujeres que toman esta hormona sintética, al llegar a su edad adulta, parecen tener un índice más alto que el promedio de riesgo de cáncer genital. Por esta razón se han dado advertencias en cuanto a su uso.

¿Sufre usted de la fiebre del heno o de alguna enfermedad parecida? Si es así, es posible que su médico le prescriba cortisona, la cual en su estado natural es producida por las glándulas suprarrenales. Hace algunos años se proclamó a la cortisona como la droga “maravillosa” o “milagrosa.” Especialmente se cifraban grandes esperanzas en ella en el tratamiento de la artritis. Sin embargo, ahora se reconoce que esto es cierto solo en un aspecto del tratamiento de la artritis, y algunos sostienen que una sencilla aspirina es exactamente igual de eficaz, tiene menos efectos secundarios y cuesta mucho menos.

Cierta hormona llamada oxitocina contrae el útero de la madre, ayudándola a dar a luz a su hijo e inicia el flujo de la leche en sus pechos. Ahora se produce sintéticamente, y algunos tocólogos la están usando para inducir el parto a fin de que las madres puedan tener sus bebés a pedido, a cualquier tiempo que lo deseen en vez de tener que esperar hasta que sus propios cuerpos inicien el parto. Pero, ¿es esto prudente? Hay autoridades, como el Dr. E. De Costa, del Colegio Médico de la Universidad Northwestern, que desaprueban el recurrir a inducir el parto meramente como un asunto de conveniencia; sostienen que esto debería emplearse solo cuando está en riesgo la vida de la madre o del hijo.

Y las hormonas se usan en medicina para tratar otras enfermedades o desórdenes. Por ejemplo, con la diabetes insípida los riñones producen grandes cantidades de agua, haciendo que el paciente sufra de intensa sed; frecuentemente se usa una hormona para tratar esta condición. Y la mixedema y la gota regular implican carencia de la hormona tiroidea; así es que quizás se administren las hormonas que se obtienen de las glándulas tiroides de los cerdos. Por supuesto, en vista de la potencia de éstas y otras hormonas, se reconoce que su uso debe ser cuidadosamente supervisado por personal médico competente.

De lo anterior se puede ver que las hormonas se están administrando más y más para compensar la deficiencia de las hormonas naturales en el cuerpo del paciente. Y los médicos cada vez más usan la terapia hormonal para hacer frente a enfermedades especiales o para producir ciertos efectos físicos. Pero puesto que las hormonas son tan potentes y sus efectos potenciales son tan numerosos, no se deben tomar sin darle importancia o sin una debida consideración de posibles tratamientos alternativos. Y especialmente los cristianos deben dar atención a los aspectos morales que quizás puedan estar implicados en ciertos casos. Este abordaje cuidadoso a las hormonas como medicina lo pondrá en posición de tener un punto de vista equilibrado de sus usos.

[Nota]

a Se está comenzando a usar una recientemente desarrollada píldora hormonal. Solo consiste de una diminuta dosis de progesterona, y es por eso que ha sido apodada la “minipíldora.” Concerniente a ella, Newsweek del 15 de enero de 1973, informó: “Se cree que la minipíldora confina su acción al revestimiento del útero mismo; no evita la ovulación, pero evidentemente hace que el revestimiento del útero sea inapropiado para la implantación del óvulo fecundado,” lo cual significa que evidentemente permite que suceda la concepción. Por lo tanto, para los cristianos hay un aspecto moral definido que considerar, si es que un médico recomienda la “minipíldora.”

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