BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • g78 8/2 págs. 4-6
  • Por qué buscan empleo las mujeres

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • Por qué buscan empleo las mujeres
  • ¡Despertad! 1978
  • Subtítulos
  • Información relacionada
  • Una influencia dominante
  • Las mujeres invaden el mercado de empleos
    ¡Despertad! 1978
  • ¿Debe trabajar la mujer... o no?
    ¡Despertad! 1978
  • ¿Hay verdad en lo que dicen?
    ¡Despertad! 1972
  • El verdadero camino a la liberación para las mujeres
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1974
Ver más
¡Despertad! 1978
g78 8/2 págs. 4-6

Por qué buscan empleo las mujeres

LOS sociólogos mencionan varias razones al explicar por qué las mujeres buscan empleo fuera del hogar. El caso es que la mujer moderna simplemente tiene menos que hacer en el hogar que lo que tenía que hacer su bisabuela. Cuando se considera que la duración máxima de la vida ha sido alargada, la gente tiene menos hijos, están disponibles más dispositivos que ahorran trabajo y nuevos alimentos fáciles de preparar, es posible que la mujer moderna a la edad de treinta y cinco años se halle con su hijo más joven en la escuela y ella se pregunte qué hacer para ocupar las horas del día.

Muchas mujeres ven como solución el trabajar fuera del hogar después que todos los hijos estén en la escuela o hayan crecido. Como resultado, para 1962 la edad media de las mujeres que trabajaban en los EE. UU. era 41 en comparación con 26 en 1900 y 37 en 1950.

La proporción de divorcios que aumenta rápidamente —en tan solo los EE. UU. más de un millón de mujeres se divorcian cada año— también empuja a las mujeres al mercado de empleos. A menudo tienen que trabajar para vivir. Una investigación reciente mostró que los pagos ordenados por los tribunales para el sostén de los hijos, aun cuando se pagan fielmente, por lo general sufragan menos de la mitad de lo que cuesta el criarlos. Esto ayuda a explicar por qué casi dos de cada tres mujeres en la fuerza laboral son mujeres divorciadas o separadas.

Además, muchas mujeres modernas al ver que sus amistades, vecinos, y hasta sus padres, se divorcian se preguntan si no sería prudente incluir en sus planes la posibilidad de que ellas, también, tengan que mantenerse más tarde en la vida. ¿Es práctico, quizás pregunten las mujeres, el confiar en que un hombre las mantenga durante toda la vida? Por eso, la mujer puede considerar que el trabajar durante toda su vida de casada es una forma de seguro contra el hallarse, a la edad de cuarenta, divorciada y con hijos que mantener, y sin el apoyo de un registro de trabajo seglar o pericia especial.

Otra razón por la cual muchas casadas buscan empleo es para reforzar el sueldo de su esposo. Debido al rápido paso de la inflación, algunas familias necesitan el dinero adicional para las necesidades. Otras simplemente quieren comprar comodidades o artículos de lujo que la familia no pudiera obtener de otro modo, o quieren elevar su estándar de vida a un nivel que al esposo solo no le sería posible mantener.

Si el esposo tiene trabajo de temporada, o uno en que hay despidos periódicos, las rentas del trabajo de la esposa pueden suministrar un apoyo económico estabilizador y ayudar a superar la dificultad en que a veces se halla la familia. Esto es especialmente cierto porque la mayoría de las mujeres trabajan en profesiones de servicio, y hay menos probabilidad de que el desempleo afecte a este campo tan rápida o duramente como a los campos que los hombres dominan tradicionalmente, como, por ejemplo, la construcción y la fabricación.

Una influencia dominante

Aunque los factores mencionados han contribuido a que muchas mujeres consigan trabajo, parece que el movimiento de la liberación femenina es responsable en gran manera de esta tendencia. El movimiento ha dado prominencia a ciertos conceptos que han impulsado a muchas mujeres, hasta a las que no tienen lazos directos con el movimiento, a expresar su disgusto con el ser amas de casa y a buscar identidad personal e independencia. Desean envolverse en un mundo más allá de su propia familia.

A algunas mujeres les parece que el matrimonio mismo está por desaparecer ya que no se le considera como una institución viable en el mundo moderno con su nueva moralidad. Además, cada vez más mujeres están repudiando su papel tradicional... el de criar a los jóvenes. En los EE. UU. la tasa de natalidad ha descendido a su punto más bajo de la historia: de 3,7 hijos para cada familia en 1957 a 1,8 en 1975, y siguió disminuyendo dramáticamente en 1976.

En los años cincuenta las madres tendían a quedarse en casa con sus hijos recién nacidos y preescolares antes de ingresar en la fuerza de obreras, pero hoy día muchas mujeres no quieren esperar. Muchas mujeres consideran la vida de un ama de casa y madre, con su grado de aislamiento y énfasis en servir a otros, como algo anticuado, aburrido y restringente.

“Después que nació mi primera hija, me pareció que la había dado a luz a ella pero que yo misma había muerto,” dice una joven madre de dos hijas, una graduada universitaria que estaba acostumbrada a trabajar. “Fue el fin de mí como persona independiente con lazos con el mundo exterior.”

A esta mujer se le hizo deprimente el ajuste necesario para dedicar todo su tiempo a ser ama de casa y madre. “Opté por volver a trabajar después que me di cuenta de que estaba comprando revistas de mujeres que contenían artículos acerca de cosas que hacer para ahorrar dinero,” dijo ella. “Me di cuenta de que podía ganar más dinero estando empleada.” Por eso dejó a sus dos hijitas, la menor de solo unos meses de edad, a cargo de una casera y volvió a trabajar.

La opinión de que la categoría de ama de casa es la “más inferior de todas” ha impelido a muchas mujeres a buscar empleo. “Si uno se queda en casa, la gente cree que lo hace porque uno es demasiado torpe para trabajar,” explicó una joven. Por otra parte, más esposos están instando a sus esposas a conseguir trabajo. Un esposo estimuló a su esposa que no quería volver a trabajar a hacerlo poco después del nacimiento de su primer hijo. ¿Por qué?

“En parte se debió a mi egoísmo,” dijo él. “No me gusta llegar a casa y oír que el precio de las zanahorias ha subido al doble.” Teme que con el tiempo su esposa lo aburrirá si se queda en casa. “Pienso en su madre,” explica él. “Al principio era una mujer inteligente pero actualmente no recuerdo nada que haya dicho que sea ligeramente interesante. Lo único que ha hecho es manejar una casa, y como resultado ya tiene la mente embobecida. No quiero que eso le pase a mi esposa. Casi todo lo que mi esposa hace para el bebé es estrictamente mecánico... como cocer el alimento y majarlo, y así por el estilo. Uno se puede gloriar hasta cierto punto en un trabajo bien hecho, pero no me parece que haya mucha diversión en eso o que sea muy interesante.”

Una comparación de dos encuestas muestra el efecto de actitudes como ésa para con el papel tradicional de las mujeres. En la encuesta que se realizó en los años sesenta, antes que el movimiento de las mujeres hubiese tenido un impacto tan fuerte en la mujer media, el 72 por ciento de las mujeres abarcadas en la investigación dijeron que realmente les gustaba el trabajo de amas de casa. La mayoría de ellas se complacían, o dijeron que no tenían inconveniente, en hacer trabajo que se considera penoso y tedioso, como el limpiar la casa. Pero solo como la mitad de las mujeres abarcadas en una encuesta reciente dijeron que las tareas domésticas les proporcionaban siquiera “placer de vez en cuando.”

Pero ¿cuáles son los sentimientos de las mujeres casadas y madres que asumen las responsabilidades de estar empleadas y manejar una casa? ¿Les produce esto satisfacción y felicidad?

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir