Las discotecas... ¿hay razón para ejercer cautela?
Respuesta de los lectores a lo que publicamos sobre las discotecas
EN EL número del 22 de junio de 1979, la revista ¡Despertad! puso sobre aviso a sus lectores para que ejercieran cautela en cuanto a las discotecas. Se mostró que la esencia, el espíritu de las discotecas, es de licencia, de expresión de “liberación” sexual.
Sin embargo, ¿hay verdadera razón para guardarse de las discotecas y de su estilo de vida de libertad sexual? Algunas personas que leyeron los artículos de ¡Despertad! creen que no.
“Soy un cristiano que ha nacido de nuevo,” escribió uno. “¡No creo que las discotecas sean tan malas como ustedes dan a entender!”
Otro escribió: “El bailar en las discotecas, la música ‘disco’ y el ir de discoteca en discoteca puede ser diversión limpia y sana y no como dice la basura que se imprimió en ¡Despertad!”
Uno más dijo: “Acabo de leer su revista en cuanto a las discotecas, y creo que las cosas que ustedes dicen son . . . demasiado condenatorias. Para ustedes, decir discotecas es decir sensualidad, fornicación y violación... ¡ustedes están locos! En las discotecas hay buen ambiente.”
Así se han expresado algunos. Sin embargo, ¿evalúan ellos este asunto en su justo valor? En primer lugar, los artículos de ¡Despertad! no condenaban todo cuanto lleva el nombre de “disco” o “discoteca.” En segundo lugar, hay factores importantes que ninguno de nosotros debe pasar por alto.
Piense en esto. Según la Biblia, Satanás el Diablo es “el gobernante de este mundo.” Él es el “dios de este sistema de cosas.” (Juan 12:31; 2 Cor. 4:4) Puesto que los cristianos verdaderos reconocen que Satanás está manipulando a este mundo para lograr sus propósitos, ¿no deberíamos esperar que también se valdría del entretenimiento del mundo en sus esfuerzos por apartar de la adoración verdadera a la gente?
Agradecidos por la advertencia
Por mucho, el grueso de los que escribieron indicaron que tenían ese entendimiento bíblico del asunto. Expresaron agradecimiento por los artículos de ¡Despertad! Tanto jóvenes como adultos dijeron que agradecían que se les hubiese puesto sobre aviso en cuanto a los posibles peligros que hay en frecuentar las discotecas y ver películas acerca de discotecas como la de “Fiebre del Sábado Noche.” A continuación presentamos una muestra de esas cartas:
Una persona de 21 años de edad de Illinois dice:
“Les escribo para darles muchas gracias por el sano consejo bíblico que se dio en Awake! del 22 de marzo de 1979 [¡Despertad! del 22 de junio 1979] en cuanto a las discotecas. La información que se presentó acerca de ‘Fiebre del Sábado Noche’ me dio una sacudida.
“Tengo que reconocer que, aunque no deseaba ir a las discotecas, sí disfrutaba del baile y la música. Definitivamente concuerdo con que promueven una actitud de ‘mírenme a mí.’ Nunca pensé que tal cosa fuera tan importante. Sin embargo, ahora me doy cuenta de lo corruptiva que puede ser esa actitud.”
Otra persona de 21 años de Dallas, Texas, escribió:
“Después de leer la ¡Despertad! acerca de las discotecas aprendí muchas cosas. Comprendo por qué puede compararse con la ‘otra’ música a la cual se refirió Moisés cuando bajó de la montaña. [Éxo. 32:17-19] Esa música ciertamente saca al exterior tendencias animales. Hasta personas ‘mayores’ pueden verse arrastradas por su ritmo hipnótico.
“Muchísimas gracias por sacar a relucir sus orígenes y el hecho de que está relacionada con la población homosexual. Esa música realmente es algo de lo cual nosotros los jóvenes debemos mantenernos apartados. Estoy tratando de reajustar mi manera de pensar en cuanto a ella, y me doy cuenta de lo mucho que desagrada a Jehová. . . .
“¡Espero que nuestros hermanos y hermanas jóvenes tomen a pecho lo dicho para que puedan escuchar la mejor música de todas en el nuevo sistema de Jehová!”
Recibimos esta breve nota de Portland, Oregón:
“Sencillamente quiero darles las gracias por la información de la [¡Despertad! del 22 de junio de 1979] acerca de las discotecas. Antes de eso yo iba cuesta abajo en sentido espiritual. Pero el leer Hebreos 11:24-26 me dio energías y me hizo cambiar de actitud acerca de la vida. Ninguno de los deleites temporales del pecado tiene comparación alguna con lo que vamos a segar en el reino de Jehová. Gracias de nuevo por haber llamado a mi atención esos puntos interesantes.”
A continuación presentamos pasajes de la carta de una persona joven de Albuquerque, Nuevo México:
“El artículo llegó en un tiempo en que yo me hallaba en dudas en cuanto a mis actividades recreativas y hábitos, y finalmente se me aclararon asuntos que caían en el terreno ‘dudoso.’ Pero el asunto no termina ahí, como si la juventud no tuviese nada que esperar con anhelo. . . .
“No hay nada ‘restrictivo’ en cuanto a querer servir a Dios a Su manera, aunque eso signifique que recibamos la burla de gente que crea que ‘estamos yendo demasiado lejos.’ Lo que esto logró en mí fue librarme de dudas e irresolución en cuanto a lo que escogía como entretenimiento. Estoy verdaderamente agradecido por ese material iluminador.”
De un joven de California se recibió una carta franca. Este escribió en parte:
‘Tengo 17 años y me he criado como testigo de Jehová. Mi primo, que era buen bailarín, me llevó por primera vez a una discoteca. Realmente me encantaron las discotecas. Fui a ver “Fiebre del Sábado Noche,” y, con el tiempo, aprendí todos los pasos. Podía ejecutarlos tan bien como Travolta. Comencé a escabullirme para ir a bailes escolares, y gané primeros premios en bailes de discotecas. Dondequiera que iba a bailar me dejaban la pista para mí solo, y uno se siente bien cuando sabe que la gente admira a uno al verlo bailar. Al poco tiempo tuve una amiga Testigo, de otra congregación, que podía bailar como yo, pero eso era lo único que teníamos en común. Aquello terminó rápidamente, y yo seguí bailando.
‘Entonces ustedes escribieron los artículos acerca de las discotecas y aquello me abrumó. Quiero decir que yo amaba la verdad bíblica, pero odiaba abandonar mi único pasatiempo o dejar cosa alguna que me hiciera sentir feliz. Aflojé el paso en cuanto a las discotecas, pero no las abandoné por completo. Entonces llegó la asamblea de circuito en la cual se consideró el asunto de las discotecas y el discurso que se presentó en una de las reuniones acerca de las discotecas. El conferenciante dijo que la razón por la cual habían salido los artículos en la revista y se presentaba el material acerca de las discotecas en la asamblea de circuito era porque alguien no estaba captando el punto, y yo sabía que ése era yo. Así que verdaderamente disminuí mis actividades relacionadas con las discotecas. Entonces fui a ver la película “Hurricane” [Huracán], y vi la ejecución de un rito tribal. Aquello era exactamente igual a lo que yo estaba haciendo. Lo que vi me enfermó. Así que abandoné las discotecas.
‘Había oído informes acerca de personas que habían fornicado en la misma pista de baile, y yo mismo llegué a estar cerca de eso. Me siento muy alegre de haberme desligado de ese modo de vivir. Creo que tenemos un buen grupo de jóvenes que francamente ama a Jehová. Todos necesitamos estímulo de vez en cuando, y por eso les envío esta carta. Muchas gracias de nuevo.’
Una estudiante de segunda enseñanza de Michigan explicó lo mucho que se benefició personalmente de los artículos, y entonces explicó:
“La ¡Despertad! también fue un buen instrumento para testificar en la escuela. Es difícil hallar a jóvenes que piensen en Dios o siquiera en los problemas del mundo actual. Viven para el día de hoy y no se interesan en el mañana. Así que la revista acerca de las discotecas encajó perfectamente en la situación.
“Muchos jóvenes comentaron en cuanto a la cita de un sicólogo acerca de la película ‘Fiebre del Sábado Noche’ y también estuvieron de acuerdo en que la película era mala en lo que tenía que ver con el vocabulario y la moralidad. También se sorprendieron al enterarse de todo lo que está envuelto en las discotecas, y se dieron cuenta de lo razonable de apartarse de las luces nocivas y de los niveles de sonido que pueden causar daño físico.
“Por eso, queridos hermanos, quiero que sepan lo mucho que hemos agradecido la información acerca de las discotecas. Agradecemos mucho el que Jehová continúe alimentándonos al debido tiempo y que nos mantenga saludables tanto en sentido espiritual como físico.
“Si es la voluntad de Jehová, espero que publiquen más de esos artículos tan interesantes. Pues no solo nos ayudan y orientan a nosotros como cristianos, sino que también atraen a muchos jóvenes a ver la importancia de llevar una vida limpia ahora y a discernir la maravillosa esperanza de vivir para siempre en paz.”
Recalcando los peligros
Algunos lectores han enviado, junto con sus cartas, experiencias y recortes de periódicos que recalcan la conducta no cristiana que reina en muchas discotecas. Por ejemplo, un lector de California envió un recorte del Parade del 6 de mayo de 1979. Bajo el encabezamiento “Baile peligroso,” éste dice:
“La policía dice que el [baile] ‘Freak,’ que está arrollando las discotecas nacionales, es el baile moderno más peligroso que ha surgido en mucho tiempo. Algunos lo llaman ‘el baile de la muerte’ o ‘el baile del sexo,’ otros lo llaman ‘el baile de los celos,’ o ‘el baile de buscarse problemas.’
“Según se alega, cuando Jim Moore bailó el ‘Freak’ con su novia en Detroit, un joven llamado Jimmie Rogers, indignado, le hizo tres disparos al pecho. Rogers ha sido acusado de asesinato en primer grado.
“En la misma ciudad, Oscar Ross ha sido acusado de disparar contra su joven esposa, Sharon, después de verla bailar el ‘Freak’ en la casa de un vecino.
“El ‘Freak’ se baila en parejas, y los que bailan doblan las rodillas, estiran la piernas, adelantan uno hacia el otro mientras mueven violentamente las caderas hasta que se tocan. En ese momento algunas parejas retroceden, mientras que otras improvisan.”
En la carta de un lector de Inglaterra vino un recorte del Daily Mail de Londres del 2 de mayo de 1979. Bajo el encabezamiento: “‘Hay que poner coto’ a las muertes en las discotecas,” el periódico dijo:
“Se ha instado a tomar acción para detener la violencia en las discotecas después que la muerte de un estudiante la semana pasada aumentó la cantidad de muertes relacionadas con las discotecas en Londres a siete en cuatro meses.
“El Sr. Bryan Cassidy, vicepresidente de la junta del comité de servicios públicos y de seguridad del Concilio de la Urbe Londinense dijo ayer: ‘Me asombra el aumento en la cantidad de muertes y lesiones graves que han resultado de la violencia en algunas discotecas.’. . .
“Un joven de 17 años murió a puñaladas cuando llevó a su novia a la discoteca para celebrar su compromiso. . . .
“El Sr. Cassidy dijo: ‘No hay duda de que el negocio de las discotecas es una industria floreciente, pero no podemos permitir que la violencia aumente junto con ella.
“‘Estoy seguro de que lo sexual está detrás de mucha de la violencia que hay en nuestras salas de bailes, junto con el ritmo cargado de la música, que es muy sensual.’”
Sí, abunda la evidencia de que generalmente las discotecas no son lugares donde disfrutar de “diversión limpia y sana,” al menos lo que los verdaderos cristianos consideran diversión limpia y sana.
¿Son malas todas las discotecas?
¿Estamos diciendo que todos los lugares o cosas que quizás usen la palabra “disco” sean malos? No, pues hay muchísimas cosas, entre ellas alimento, ropa y restaurantes, que han recibido la etiqueta identificadora de “disco” debido a la popularidad de la palabra. Tampoco es toda la música o baile “disco” necesariamente sugestiva en sentido sexual o inmoral. Como indicó el artículo de ¡Despertad! del pasado junio: “Discoteca sencillamente es música y baile y se le puede dar cualquier forma que uno desee.”
Así que la revista ¡Despertad! antes mencionada añadió: “Algunas ‘discotecas’ pueden ser restaurantes, y la música y el baile tal vez hasta sean muy incidentales, o ni siquiera se presenten durante las horas normales de cenar. Tales lugares, y tal vez hasta otros, pudieran presentar una forma de música y baile que los cristianos hallaran aceptable. Pero esas ‘discotecas’ no reflejarían el estilo de vida de las discotecas, que están en conflicto con los preceptos del cristianismo verdadero.”
La experiencia directa de Benny Golson, quien sirve de anciano en una congregación de los testigos de Jehová de Los Ángeles, California, enfatiza el hecho de que hay verdadera razón para ejercer cautela en cuanto a las discotecas y su estilo de vida inmoral. Durante la semana en que un representante viajero de los testigos de Jehová visitaba su congregación, Benny pronunció un discurso basado en la ¡Despertad! del 22 de junio acerca de las discotecas. Él puso por escrito lo que dijo y a continuación presentamos algunos extractos.
“Al principio no estuve de acuerdo”
SOY compositor y músico. He grabado y tocado con las orquestas de jazz de Dizzy Gillespie, Art Blakey, Lionel Hampton, Benny Goodman y Earl Bostic. He escrito música para artistas muy conocidos, como Peggy Lee, Eartha Kitt, Connie Francis, Ella Fitzgerald, Diana Ross y para programas de televisión como Misión Imposible, La Familia Partridge, M*A*S*H* y Mannix. Así que a principios de este año (1979), cuando me enteré de que ¡Despertad! había de presentar material acerca de las discotecas, estuve a la expectativa.
Cuando finalmente llegó la ¡Despertad! [que en español se publicó el 22 de junio], la leí de inmediato. Tengo que decir que me perturbó. No estuve de acuerdo con ella; llené todos los márgenes de cada página con comentarios personales. Para mí, la idea de que los homosexuales estuvieran detrás del negocio de las discotecas era completamente absurda. Quedé convencido de que tenía que escribir una carta a la Sociedad Watchtower acerca de aquel asunto. Pero decidí hacer algo sabio sin que en aquella ocasión me diera cuenta de la sabiduría de lo que hacía. Decidí primeramente dar una mirada de cerca a la industria de la cual yo era parte. Cuando lo hice, recibí una sacudida tras otra.
Las cosas que descubrí
Un amigo mío, un Testigo, justamente había terminado un álbum de grabaciones para una importante casa grabadora de Los Ángeles; sin embargo no era música “disco.” Un homosexual de la compañía comenzó a trastornar las cosas para lograr su objetivo. Quería llevar las cintas de 24 pistas (pistas individuales sin mezclar) a Nueva York para mezclarlas, y quizás destacar el bombo, el platillo y el bajo eléctrico, y así conseguir el contagioso ritmo de “disco.” Todo eso estaba en contra de la voluntad de mi amigo Testigo. Sin embargo, finalmente la compañía por lo menos consintió en dejar que él también fuera a Nueva York.
Cuando llegaron al estudio de Nueva York, otros dos homosexuales recibieron al homosexual de Los Ángeles. Para contenerse de “estallar” de indignación, mi amigo Testigo tuvo que salir del estudio varias veces mientras se mezclaban las grabaciones. El resultado fue que la mezcla de las grabaciones no salió bien, así que él quedó libre para marcharse con las grabaciones originales.
Más recientemente un conocido mío que no es Testigo se enfrentó a un problema semejante con otra importante casa grabadora. Él había terminado de grabar un álbum (que no era del estilo “disco”) para un grupo vocal que ha sido popular por muchos años, y a la compañía no le gustó la mezcla de sonidos. Ellos también quisieron que él fuera a Nueva York, donde estaban esperando los homosexuales.
El gerente de un artista que hace grabaciones, y a quien conozco, dijo que en estos días en Nueva York hay un ‘leve problema con las discotecas.’ Eso se debe a que los homosexuales, que ahora se han unido, están tratando de presionar a los locutores o “pinchadiscos” para que éstos programen música al gusto de los homosexuales. Los locutores se resienten de esto y están resistiendo hasta cierto grado. El público, desde luego, pide a gritos la música “disco.”
Realmente no me había dado cuenta de lo malo que es el ambiente moral de las discotecas. En la zona de Los Ángeles hay una sala de fiesta o club nocturno que tiene una “Noche de Discoteca en Pijamas” en la cual todo el mundo concurre en ropa de dormir. Las mujeres, en competencia unas con otras, visten ropa ligera, transparente, y batas holgadas. Durante esas noches el club se llena de bote en bote.
Las discotecas ciertamente han llegado a implicar más que música y baile. “Ciertamente es un estilo de vida,” comentó hace poco un amigo. Y tiene razón, las modas de las discotecas han invadido el mercado... camisetas, pantalones ajustados, brillantes y apretados, blusas descotadas y transparentes, faldas acampanadas que revelan prendas interiores del tipo bikini, y toda clase de atavíos del tipo de disfraces. Y no hay que olvidar las luces de las discotecas, o la manera mundana en que la gente se comporta.
Manteniendo nuestra defensa cristiana
Es cierto que algunos bailes no son objetables en sí mismos. Sin embargo cuando el baile y la música está ligada a diversos y dudosos “antecedentes,” el cuadro cambia de manera dramática.
La Biblia dice: “Huyan de la fornicación.” (1 Cor. 6:18) Quisiéramos pensar que en nuestra mente no hay cosas como ésa, y quizás no las haya. Sin embargo, muchos que alegan ser cristianos han caído víctima de esa clase de deseo. ¿Qué les pasó? Se dejaron “arrastrar” a ello. Permitieron que se les condujera paso a paso a los efectos de esa clase de deseos... y cometieron fornicación.
Hay algo extraño en cuanto a las personas. Generalmente piensan que las cosas desfavorables ocurren solo a otras personas. Cuando les ocurren a ellas, se les puede oír decir con desconcierto: “No creía que tal cosa me pudiera pasar a mí.” Pero puede pasar, y está pasando hasta a personas que dicen que aman a Dios. Una cantidad mayor que la que quisiéramos imaginarnos ha caído víctima de la “tragedia de la discoteca.” El deseo de ser parte integrante de lo que está sucediendo ha sido la ruina de muchas personas, solo porque parece tan inofensivo, tan divertido, al principio.
Jehová no condena el entretenimiento. Desea que Su pueblo sea feliz y disfrute de la vida y de ciertos placeres; sin embargo, tenemos que ser un pueblo perspicaz. Por ejemplo, antes de bailar uno debería preguntarse: “¿Es música para bailar, o es música para incitar a uno? ¿Nos están preparando la música y el baile para ciertos ‘placeres’... placeres que llegan a ser partes acompañantes de los preliminares que estuvieron envueltos en el baile, a saber, expresiones sexuales en lugares oscuros?”
¡Cuánto me alegro de nunca haber escrito aquella carta a la Sociedad Watchtower! Después de dar una mirada más de cerca a las cosas que ocurren en el tipo de negocio en el que estoy, veo que yo fui algo ingenuo.
El artículo de ¡Despertad! acerca de las discotecas dijo que ‘el baile es el más transparente indicador de las actitudes producidas por la cultura, porque no podemos mentir acerca del modo en que nos movemos.’
¿Cómo se mueve usted? ¿Con Jehová, o en contra de él?—Contribuido.
[Comentario en la página 21]
‘En Londres la cantidad de muertes relacionadas con las discotecas subió a siete en cuatro meses.’
[Comentario en la página 24]
‘No creía que me pudiera pasar a mí.’