De nuestros lectores
Bromas pesadas
Muchas gracias por el artículo “Las bromas pesadas... ¿cuán divertidas son?” (8 de febrero de 1984). En cierta ocasión quise darle un susto a mi madre. Cuando ella salía de la sala, yo la asusté y ella cayó al suelo. No se movió por varios segundos. Yo solamente podía oír su respiración profunda. Me arrodillé al lado de ella y la ayudé a volver en sí, pero ella estaba temblando de pies a cabeza. ¡Ahora era yo quien había recibido un susto!
K. P., Alemania
Salvaguarde su facultad auditiva
El artículo “Salvaguarde su don del oído” (22 de diciembre de 1983) realmente me conmovió. Tengo un problema con los oídos y agradezco el consejo apropiado que publicaron en ese artículo. Ahora me doy cuenta, como nunca antes, de lo valioso que es este don del oído.
V. A., Grecia
Novelas románticas
Me alegro cada vez que obtengo de mi compañera de clase la revista que ustedes publican. Me agradó particularmente el artículo “Los jóvenes preguntan... ¿Son inofensivas las novelas románticas?” (8 de febrero de 1984), porque mi madre siempre se pasa leyéndolas y no hace su trabajo.
U. B., Alemania
Los años de cambio de la mujer
Muchas gracias por el artículo “Los años de cambio de la mujer” (8 de octubre de 1983). Lo menos que puedo decir es que fue muy instructivo. Ese cambio me ha venido afectando ya por más de dos años. Pero todavía me estaban ocurriendo cosas que no podía entender antes de leer el artículo. Es más fácil ajustarse a las situaciones cuando una sabe lo que está pasando o, más bien, entiende por qué están pasando.
E. M., Nueva York, E.U.A.
La cocaína
Gracias por el artículo sobre la cocaína (8 de diciembre de 1983). No solo escribieron la verdad sobre esa droga perjudicial, sino que dijeron a la gente cómo librarse de dicho hábito. La mayoría de los artículos sobre la cocaína solo hablan de los efectos perjudiciales que ésta produce y dejan a uno en el aire. La mayor parte de las personas conocen los efectos que produce el usarla, pero lo que quieren saber es precisamente cómo dejar de usarla. Es animador ver que hay quienes dan respuestas veraces, y que no hacen pensar a la gente que uno simplemente no tiene fuerza de voluntad.
V. C., Illinois, E.U.A.
El alcoholismo
Soy médico, y por más de un año he estado trabajando con el problema del alcoholismo. Cierto día un paciente me dio un ejemplar de la revista que ustedes publican y en el que apareció una serie de artículos sobre el alcoholismo (22 de noviembre de 1982, en español), y me pareció muy interesante. Los felicito por los esfuerzos que hacen, y haré lo que pueda para dar a conocer la labor que están realizando. Sírvanse enviarme cualesquier otro ejemplar de la revista que trate sobre este tema, especialmente el que contiene el artículo “Un alcohólico en la familia... ¿qué se puede hacer?” (22 de marzo de 1983), según se anunció en el número del 8 de enero de 1984 [en portugués], el cual he recibido.
H. U., Brasil