De nuestros lectores
Cómo conseguir un empleo
Seguí la sugerencia del artículo “Cómo hacer frente al desempleo” (22 de julio de 1984). Puesto que soy madre de un pequeñín, necesitaba un empleo que no me ocupara mucho tiempo y que estuviera cerca de casa. Después de leer el artículo que ustedes publicaron, decidí hacer quehaceres domésticos generales en hogares ajenos. Puse anuncios en tiendas de comestibles de la localidad. Ahora tengo tres trabajos de limpieza doméstica que están muy cerca de mi hogar. Muchísimas gracias por la excelente sugerencia.
P. S., Illinois, E.U.A.
“Los jóvenes preguntan”
Gracias por los artículos de “Los jóvenes preguntan”. ¿Suena raro que una mujer de 47 años de edad diga esto? Tuve una infancia y una adolescencia muy agitadas, y no entendía por qué me sentía como me sentía sino hasta que ustedes publicaron estos artículos.
N. W., Texas, E.U.A.
Los artículos oportunos que ustedes publican en “Los jóvenes preguntan” han sido una gran ayuda para mí, como madre de un hijo de 17 años de edad. Sé lo que exijo de él, pero se me hace difícil expresarle claramente mis razones. Los artículos de ustedes me dan las palabras necesarias para guiarlo durante estos años penosos. Aunque los artículos se dirigen a los jóvenes, nosotros que somos maduros recibimos también ayuda. ¡Cuánto hubiera dado por haber tenido este consejo cuando yo tenía 17 años de edad!
S. S., Alabama, E.U.A.
Respeto a los minusválidos
Realmente me impresionó el artículo “No se fije en el sillón de ruedas... ¡fíjese en mí!” (8 de junio de 1984). Tengo un amigo que depende de un sillón de ruedas. El artículo de ustedes me mostró la importancia de tratar con respeto a todo el que tiene alguna desventaja, y hablarle de manera directa. Gracias por el consejo.
L. L., Washington, E.U.A.
Educación universitaria, o industrial
En el artículo “¿Ir a la universidad... o aprender un oficio?” (22 de octubre de 1984), que ustedes publicaron, percibo la impresión equivocada de que en la universidad solo se pueden aprender profesiones de oficina. Eso no es cierto. Cualquier clase de oficio de obrero que uno pueda recordar tiene que aprenderse en una escuela. En muchos programas universitarios, a los estudiantes se les enseña cualquier cosa desde la preparación de comidas rápidas hasta soldadura o electrónica. Es mucho más barato participar en estos programas que ir a una escuela de artes y oficios. La universidad puede ser un instrumento económico para aprender una destreza o un oficio.
P. M., California, E.U.A.
El artículo en cuestión no criticó particularmente la educación universitaria, sino que más bien dio énfasis a que el aprender un oficio en vez de prepararse para una profesión de oficina puede tener muchas ventajas. Aunque puede que algunos programas universitarios en que los estudiantes reciben finalmente un diploma suministren buen adiestramiento en varios oficios, parece que con frecuencia el objetivo principal de los programas de enseñanza universitaria, al igual que el ambiente universitario, tiende a obrar en contra de las buenas metas espirituales que se delinean en la Biblia, como el aumentar la fe en Dios y Sus propósitos, y el mantener una conducta excelente y casta. La decisión de procurar una educación universitaria o no hacerlo es personal, pero creemos que es aconsejable dar advertencias acerca de los peligros que pueden estar envueltos en el asunto.—La dirección.