De nuestros lectores
El abuso sexual de menores
Me parece que sus artículos sobre “El abuso sexual de menores” (22 de enero de 1985) hacen más mal que bien. Ustedes dicen que los padres deberían informar a sus hijos e hijas que los desconocidos no deberían tocarles ciertas “partes indebidas” del cuerpo. Creo que esto daría a los niños un concepto poco natural de su propio cuerpo. ¿No llegarán a ser infelices y sentirse cohibidos respecto a la sexualidad cuando sean adultos? Los niños saben por instinto lo que es malo y no es necesario decírselo.
S. Aa. N., Dinamarca
Si a los niños se les dice de manera apropiada que ciertas partes del cuerpo son privadas y que otras personas no deben tocarlas, esto no ha de darles un concepto poco natural de su propio cuerpo. No ha de impedirles que tengan un punto de vista sano sobre la sexualidad a medida que esta se desarrolle, pero puede proteger del abuso sexual al niño. Es el abuso sexual, y no la instrucción debida, lo que resulta en cohibiciones en cuanto a lo sexual. Casi todas las autoridades en la materia del abuso de menores recomiendan que se dé a los niños la instrucción debida de esta manera.—La dirección.
Muchísimas gracias por el artículo sobre el abuso sexual de menores. Este ciertamente presentó una consideración excelente, directa y franca. Fui víctima de tal delito egoísta y me atormentaban muchos sentimientos. Estos artículos me ayudaron a enfrentarme a la situación. Me siento muy feliz de que ustedes hayan hecho hincapié en la necesidad de ayudar a los hijos a ver que nadie tiene el derecho de tocarlos de manera indebida. Esto podría haberme evitado la terrible experiencia que tuve. Su artículo nos ha ayudado a mi esposo y a mí a considerar este asunto detalladamente con nuestros niños.
T. C., Ohio, E.U.A.
Cómo hallar felicidad
En su número del 22 de marzo de 1985, ustedes muestran una ilustración de placeres genuinos (página 8). En la ilustración figura un hombre que está enseñando a un muchachito a pescar. ¿Hay diferencia entre el pescar por deporte y el pescar por placer?
W. H., Alabama, E.U.A.
Ciertamente no fue nuestra intención recomendar la pesca solo por deporte. Nos hicimos la idea de que por muchos años el abuelo del niño había pescado para proporcionar alimento a su familia. Ahora él está enseñando a su nieto a poner el cebo en el anzuelo, a pescar, y probablemente a limpiar los pescados. Tanto el abuelo como el nieto hallan placer en esta experiencia sencilla que están compartiendo cerca del agua bajo la sombra de un árbol en un día caliente de verano. La ilustración no da a entender que el hombre esté enseñando al muchachito la emoción de la caza y la lucha, y el orgullo de la pesca y el trofeo que pudiera ganar con el tiempo, lo cual estaría envuelto en el pescar por deporte.—La dirección.
Muchísimas gracias por el número titulado “La felicidad... lo que se requiere para hallarla” (22 de marzo de 1985). Revela aquella profundidad especial de entendimiento que hace que un artículo se destaque como verdaderamente único. La felicidad definitivamente se mide en términos del estar dispuesto a comunicarse con otros y compartir. Este artículo ciertamente nos ayudará a todos a buscar las oportunidades para dar y compartir nuestro tiempo unos con otros.
S. N., Inglaterra