De nuestros lectores
Ayuda para la depresión
Mi esposo y yo recurrimos a una terapia especial con un sicólogo en busca de ayuda debido a que mi esposo padecía de una seria depresión que estaba causando conflictos en la familia. Durante un período de seis meses que recibió tratamiento continuamos comparando el consejo profesional que recibíamos con el que se halla en los números de “¡Despertad!” del 22 de enero y 22 de abril de 1982. Hallamos que mucho del mismo consejo por el que estábamos pagando ya se había publicado en estas revistas gratuitamente, pero confirmó que el consejo profesional que estábamos recibiendo era bueno. Entonces leí el número del 8 de enero de 1986 sobre “Paz en la familia”. Y dije para mis adentros: ‘En las páginas de esta revista hay consejo que equivale a una suma de $2.000’. El leer esa revista debería ser un requisito para todas las parejas casadas y las que están contemplando el matrimonio.
C. S., Missuri, E.U.A.
Vacaciones para trabajar
Quiero darles muchas gracias por el artículo “¿Tomaría usted unas vacaciones para trabajar?” (8 de febrero de 1986). Es inspirador leer acerca de la fe y del espíritu abnegado de estos voluntarios que vienen de diferentes partes del país. Sin embargo, me desilusionó el que no se hiciera mención del espíritu abnegado de las esposas y los hijos de estos voluntarios. Sin duda apoyaron completamente la decisión de su esposo y padre de trabajar allí durante sus vacaciones, aunque esto significó que no estarían pasando ese tiempo con su familia.
C. T., Massachusetts, E.U.A.
A las esposas e hijos de estos trabajadores voluntarios extendemos nuestras más afectuosas expresiones de aprecio. Sin el pleno apoyo de ellos, los voluntarios no hubieran podido hacer tal sacrificio.—La dirección.
Mejore su lectura
Tengo 15 años de edad y nunca me había gustado leer. Entonces leí su artículo “Mejore su lectura... ¡puede lograrlo!” (8 de septiembre de 1985). Yo era realmente perezoso en cuanto a leer, pero ahora puedo ver con aprecio que la lectura de veras puede enriquecer nuestra vida.
G. A., Brasil
Agua helada para las quemaduras
Queremos expresar nuestro agradecimiento por la información de su artículo “Lo que usted debe saber sobre las quemaduras” (8 de octubre de 1980). Mi hija sufrió quemaduras en su brazo con grasa caliente y sintió alivio cuando se le aplicó al brazo una bolsa de hielo machacado. Mi esposa sufrió una quemadura en el brazo y en la mano con agua de tocino hirviendo y se aplicó el tratamiento de agua helada inmediatamente. El informe del Dr. Stephen R. Lewis declaró que por lo general el dolor desaparece en menos de tres horas con el tratamiento de agua helada. En el caso de nuestra hija, tuvo que seguir haciéndolo por unas 10 horas y mi esposa continuó el tratamiento por más de 15 horas. Cualquiera que use este tratamiento no debe darse por vencido pronto. En ambos casos no hubo ampollas ni problemas para sanarse.
M. y J. D., Gales
Cuando los padres gritan
Gracias por el artículo “Los jóvenes preguntan... ¿Qué puedo hacer cuando mis padres me gritan?” (22 de noviembre de 1985). Fue un extraordinario artículo para ayudarnos a llevarnos bien con nuestros padres, esposos y otras personas. Todos los artículos que he leído me han dado valor para vencer el mal que nos rodea. Si toda persona los leyera y pusiera en práctica lo que dicen, el mundo verdaderamente sería un paraíso.
M. S., Portugal