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¡Despertad! 1987
g87 22/4 págs. 3-4

¡Ocurre en todas partes!

“Las palabras ‘religión’ y ‘política’ aparecieron vinculadas en reseñas de prensa de todas partes del mundo durante el año 1984 [...]. El obispo anglicano Desmond Tutu [fue] un símbolo del choque entre la Iglesia y el Estado sobre la cuestión de la segregación racial [...]. En la bendición que pronunció en una asamblea [política], Jerry Falwell, líder fundamentalista de la Mayoría Moral, se refirió a Reagan y al vicepresidente George Bush como ‘instrumentos de Dios para reconstruir América’.”—1985 Britannica Book of the Year.

“Desde Polonia hasta las Filipinas [...] hay obispos y sacerdotes que hablan contra el estado en el que viven. La Iglesia no es solo el lugar donde se adora a Dios, sino también donde se fomenta la disensión.”—Glasgow Herald, 3 de enero de 1985.

¿HA LEÍDO usted reseñas de prensa de ese tipo? Probablemente, pues la mayoría de nosotros ha notado que la religión y la política suelen aparecer vinculadas en las noticias. ¿Cree que está bien que la religión se mezcle en la política?

Algunos quizás digan, “la religión y la política son temas de los que prefiero no hablar”. Aunque usted opine así, le conviene estar informado en cuanto a lo que está sucediendo con la religión y la política y cómo esto puede llegar a afectar su vida. Además, al considerar lo que la Biblia dice sobre esta cuestión encontrará que Dios tiene algo que decir en cuanto a que la religión se mezcle en la política y sus consecuencias.

Ocurre en todo el mundo

Primero será útil ver lo extendida que está esa tendencia. Observe algunos informes recientes:

◼ 21 de abril de 1986: “En las Filipinas la iglesia católica goza de un gran prestigio por ayudar a derrocar al ex presidente Ferdinand Marcos. En África del Sur la iglesia anglicana, la metodista y la católica han denostado por años la política segregacionista del gobierno. Sacerdotes católicos de la América latina, bajo el estandarte de la ‘teología de la liberación’, están profundamente envueltos en los intentos por reemplazar regímenes considerados opresivos para los pobres”.

◼ Seúl, República de Corea, 9 de marzo de 1986: “El primado católico romano de Corea del Sur, cardenal Stephen Kim Sou Hwan, dio su apoyo hoy a las demandas del partido de la oposición para lograr rápidos cambios constitucionales”.

◼ 18 de agosto de 1986: ‘El candidato es un ministro protestante, ordenado y militante, que está haciendo una campaña para arrancar a su partido de las garras de los moderados, a quienes desprecia. ¿Quién es esta fuerza galvanizadora y polarizadora en la política presidencial de los Estados Unidos? Aunque parezca irónico, la descripción aplica igualmente bien a dos clérigos: Pat Robertson, de la derecha republicana, y Jesse Jackson, de la izquierda democrática’. ‘Una carta para reunir fondos en la que se hacía referencia al éxito que los candidatos delegados [del señor Robertson] estaban teniendo, empezaba así: “¡Los cristianos han ganado! [...] ¡Qué adelanto para el Reino!”.’

◼ Brasilia, Brasil, 3 de julio de 1986: “La Iglesia ya se ha convertido en el crítico más severo del nuevo gobierno civil [...]. Como resultado, las relaciones iglesia-estado vuelven a ser precarias, pues los funcionarios acusan a los sacerdotes de radicalizar la situación en la zona rural y algunos obispos acusan al gobierno de recurrir a tácticas de ‘persecución y difamación’”.

◼ 25 de septiembre de 1984: “En Irán, Jomeini representa a las fuerzas del fundamentalismo musulmán chiita y enseña que el islam debería dictar la estrategia política, económica y militar”.

◼ 7 de abril de 1985: “La mayoría de anglicanos creen que la Iglesia de Inglaterra debería mantenerse separada de la política, según una encuesta Gallup llevada a cabo para The Sunday Telegraph”.

◼ 4 de octubre de 1986: “La iglesia católica romana de México se está alineando detrás de la creciente oposición al [partido] dirigente del país. La iglesia tuvo su intervención más audaz en la política en el mes de julio [...]. Los obispos propusieron cancelar las misas dominicales en protesta por la manipulación fraudulenta de los votos; pero el Papa intervino”.

◼ Washington, D.C., E.U.A., 6 de julio de 1986: “Los líderes evangélicos cristianos están usando su dinero, sus convicciones espirituales y sus millones de miembros para luchar en la arena seglar... y están desempeñando un papel cada vez más influyente en la política americana”.

¿Por qué esa tendencia?

Efectivamente, no se puede negar que la religión está muy envuelta en la política. Pero, ¿qué es lo que mueve a los líderes religiosos a mezclarse en los asuntos políticos? ¿Ha expresado Dios su opinión en cuanto a esta tendencia? ¿Adónde conduce todo esto?, y ¿cómo se verá usted afectado por ello?

[Recuadro en la página 3]

“El envolvimiento en la política está implícito en el evangelio cristiano, dice [Peter-Hans Kolvenbach] el líder de la Sociedad de Jesús, [...] quien en el pasado ha sido criticado por el Vaticano por mezclarse demasiado en los asuntos políticos.”—The Toronto Star, 31 de mayo de 1986.

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