De nuestros lectores
¿Es tan malo mentir?
Deseo agradecerles el artículo “Los jóvenes preguntan... ¿Es tan malo mentir?” (8 de octubre de 1987). He tenido bastante arraigado este problema y, de joven, muchas veces mentí a mis padres. El artículo resaltó cómo ve Jehová la mentira: Él “cortará todos los labios melosos”, pues odia la mentira, y “ninguna mentira se origina de la verdad”. (Salmo 12:2-4; 1 Juan 2:21; Proverbios 6:16, 17.) Por eso me he puesto la meta de no volver a mentir jamás y tampoco decir medias verdades. Muchísimas gracias.
R. M. R., Brasil
La cuestión de los empastes de amalgama de plata
Me llamó la atención el artículo titulado “¿Empastes perjudiciales para la salud?” (22 de octubre de 1987). Llevo treinta y siete años practicando la odontología y he colocado decenas de miles de empastes de amalgama de plata, por lo que conozco muy bien los peligros del mercurio tanto para el paciente como para el dentista y sus colaboradores. Cuando un empaste de amalgama de plata se coloca apropiadamente, se le ha quitado la mayor cantidad de mercurio posible [...]. Al combinar el mercurio con una aleación —compuesta en su mayor parte de plata y pequeñas cantidades de cobre, estaño y cinc—, la toxicidad queda tan reducida, que se considera casi insignificante. Además, hasta ahora las otras opciones que existen resultan mucho más caras o son mucho menos duraderas.
A. R., cirujano dentista, Estados Unidos
En primer lugar queremos aclarar que con una breve noticia en el apartado “Observando el mundo” no pretendemos abarcar todos los aspectos de un tema, sino simplemente exponer ciertos datos que se han publicado a fin de que quien lo desee pueda investigar el tema más a fondo. “¡Despertad!” no sostiene que cierto tratamiento sea mejor que otro. Debería decirse en justicia que ni la Asociación Médica Americana ni la Administración Federal de Fármacos ni la Asociación Dental Americana defienden la afirmación de que los empastes de amalgama de plata presenten algún peligro de toxicidad a la persona no alérgica. Se cree que menos del uno por ciento de la población es alérgica al mercurio en esa pequeña cantidad. Con la noticia no recomendamos a nuestros lectores que, sin informarse más, se hicieran cambiar automáticamente los empastes de amalgama de plata que tuviesen. Esta se publicó, más bien, para que en el caso excepcional (quizás no llegue a una persona de cada cien) de que alguien tenga cierto problema de salud y no se le hayan podido diagnosticar las causas, pudiera considerar la posibilidad de que sea alérgico a sus empastes de amalgama de plata.—La dirección.
Ahorrar tiempo
El artículo “El tiempo, ¿es usted su dueño o su esclavo?” (8 de diciembre de 1987) me entusiasmó. En seguida puse en práctica el consejo de confeccionarme un horario, ¡y he palpado los resultados! También he visto útiles sus sugerencias sobre maneras de ahorrar tiempo. He tomado la resolución de rechazar algunas invitaciones a fin de disponer de más tiempo para mi actividad de predicar. Lo que más me impresionó fue el comentario sobre no perder tiempo lamentándose por tener que hacer tareas que no apetecen. Ahora, en lugar de postergarlas, trato de hacerlas primero, y ¡el resultado es muy satisfactorio!
A. W., República Federal de Alemania