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El mercurio... bonanza de “plata líquida” de España

Por el corresponsal de “¡Despertad!” en España

¿HA AVERIGUADO la temperatura últimamente? Si es así, es muy posible que haya consultado un termómetro de mercurio. Tal vez se preguntó de dónde provino el mercurio. La fuente bien pudo haber sido la mina de Almadén en España, donde se encuentra el depósito de mercurio más rico del mundo. Más de la cuarta parte de la producción mundial de mercurio sale de este yacimiento.

En inglés se llama mercury o quicksilver, en alemán Quecksilber, en francés vif argent, en griego hydrargyros y en español “azogue,” “hidrargiro” o “hidrargirio”... sí, todos éstos son nombres para el mercurio: ese huidizo, escurridizo, plateado, “vivo” o “activo” metal líquido. En el mundo moderno, el mercurio tiene más de 3.000 usos. ¿Cómo se obtiene?

Los geólogos dicen que ocho elementos forman más del 98,5 por ciento de la corteza de la tierra, y que los restantes 95 o más elementos, incluyendo el mercurio, constituyen tan solo 1,5 por ciento del total. Por consiguiente, no es fácil hallar mercurio.

El mercurio en su estado natural

Durante la formación de la Tierra, el mercurio fue uno de los líquidos termales que subieron y llenaron las grietas y fisuras de ciertas partes de la corteza terrestre. En algunos casos, quedó como bolsas de mercurio líquido, pero en la mayoría de ellos formó una solución con azufre resultando en protosulfuro de mercurio, que también se llama sulfuro mercúrico o cinabrio. La piedra que contiene este mineral tiene un matiz rojizo. Al examinarla más de cerca, se nota un aspecto moteado. Esos puntitos rojos contienen el precioso mercurio que se separa de la mena por medio del procedimiento lento de extraer la roca cinábrica, triturarla, calcinarla y luego destilar y condensar el vapor resultante, y, después, por medio de filtración o agitación, se separa el hidrargiro (de la palabra griega que significa “plata líquida”) del producto de la condensación. Hoy día lo llamamos “mercurio,” un nombre que le pusieron los alquimistas del siglo VI E.C.

¿Cuándo se descubrió el mercurio por primera vez? Una fuente de información dice que se ha encontrado mercurio en tumbas egipcias de fecha tan temprana como 1500 a. de la E.C. Podemos encontrar referencia clara al metal en los escritos de Teofrasto (discípulo de Aristóteles), quien, alrededor de 300 a. de la E.C., describió cómo se preparaba “plata líquida” simplemente machacando el cinabrio junto con vinagre en un mortero de cobre. En realidad, el machacarlo solo servía para separar cantidades pequeñas de mercurio nativo, pero no soltaba el mercurio apresado en el cinabrio.

Plinio el Viejo informó, alrededor de 50 E.C., que cada año se llevaban de Sisapo en España (posiblemente la comarca conocida hoy como Almadén) unos 5.000 kilos de cinabrio que eran transportados a Roma, donde se utilizaba el cinabrio como pigmento bermellón. Se usaba el mercurio para recuperar el oro, metal “noble,” y también junto con oro para un procedimiento de dorar.

Al principio del siglo VIII E.C. se inició la invasión árabe de la península ibérica. Esta ocupación árabe y musulmana duró ocho siglos. Durante este período, los árabes estimularon la explotación de las minas de mercurio de Almadén. Como consecuencia, mucho del actual vocabulario español que tiene que ver con la extracción de mercurio se deriva del árabe. Por ejemplo, aun el nombre completo del pueblo, Almadén del Azogue, se deriva de las palabras árabes al-ma’din (la mina) y az-za’ūq (el mercurio), o La Mina del Mercurio. La palabra española para la cámara de condensación que se utiliza para conseguir el mercurio es el aludel, de la palabra árabe al-’utāl, que se refiere al receptáculo que servía para condensar en líquido el vapor de mercurio. Los hornos antiguos que se usaban en Almadén se llamaban jabecas, palabra que se deriva del árabe sabīka, o lingote. De manera similar, los hombres empleados para construir los hornos eran albañiles, de al-bannā’, el constructor, o eran alarifes, de al-’arīf, el maestro o entendido.

El rey español Alfonso VII volvió a tomar Almadén en el año 1151 E.C., y durante los siglos siguientes la corona española cedió la mina a explotación privada. En el siglo XX se encargó la dirección de la mina a un consejo de administración que la ha modernizado progresivamente, proceso que se sigue hasta hoy.

Métodos de destilación a través de los siglos

Los métodos primitivos para la obtención de mercurio distaban mucho de ser eficaces, como se ve por el hecho de que en el siglo XVII los obreros pudieron alimentar los nuevos hornos Bustamante con mena quemada que se había tirado después de usarla en las jabecas árabes, u hornos, y aun así pudieron obtener cantidades apreciables de mercurio. Se instaló el primer horno Bustamante en 1646. En dos años se construyeron otros nueve, y con el tiempo funcionaban 16. Esto sirvió para aumentar la producción de mercurio de 2.527 quintales (un quintal equivale a 100 libras o 46 kilos) en 1646 a una producción anual de 7.000 quintales en 1776.

Usos del mercurio

Con el paso de los siglos, se multiplicaron las aplicaciones del mercurio. En el siglo XVI Paracelso, alquimista y médico nacido en Suiza, usó mercurio en el tratamiento de la sífilis. En 1558, Bartolomé de Medina mejoró el método para la extracción de plata por medio de un procedimiento que envolvía el uso de mercurio. El barómetro fue inventado en 1643 por el físico italiano Torricelli, que utilizó una columna de mercurio para determinar la presión atmosférica. El termómetro con el cual el médico o la enfermera le toma la temperatura fue inventado en 1720 por el científico alemán Gabriel Fahrenheit, quien graduó el tubo que contenía una columna de mercurio que se dilataba, haciendo 180 divisiones entre los puntos de congelación y ebullición del agua.

Otro uso menos pacífico del mercurio fue inventado después que E. C. Howard descubriera el fulminato mercúrico, pues hasta los años sesenta se utilizó este para hacer detonar los explosivos. En nuestro siglo XX la lista de usos ha aumentado rápidamente para incluir fungicidas agrícolas e industriales, interruptores eléctricos y pilas de mercurio, para nombrar solo unos pocos. Se utiliza mercurio en forma de vapor en las lámparas ultravioletas y en las de vapor de mercurio que se usan para iluminar las autopistas. En algunos casos se emplea el vapor mercúrico en lugar de vapor normal para la generación de fuerza eléctrica. Además se ha usado este metal versátil para empastes dentales como amalgama con una aleación de plata y estaño. No parece que sea nocivo cuando se usa así.

El mercurio... ¿amigo o enemigo?

Esta es una pregunta justificada, ya que durante los últimos 20 años el hombre ha aprendido por el camino más penoso que el mercurio es un criado que ha de ser controlado estrictamente. En muchos países, incluyendo el Japón, Suecia, los Estados Unidos y el Canadá, se ha acumulado evidencia que establece el hecho de que el mercurio en ciertas formas es un veneno que afecta tanto la vida humana como la vida animal.

Las investigaciones han revelado cantidades anormales de compuestos de mercurio en ciertos peces y aves de caza. Estos excesos han sido atribuidos a plantas industriales que han emitido mercurio junto con otros desechos, y a fungicidas que contienen mercurio metílico. Este compuesto, al entrar en la cadena alimentaria, produce efectos catastróficos.

El mercurio metílico es especialmente peligroso para las mujeres embarazadas, ya que tiende a acumularse en el feto y daña el cerebro del bebé no nacido aún. En Nuevo México, EE. UU., en 1969, una familia fue envenenada por causa de haber comido carne de un cerdo que había sido alimentado con grano tratado con mercurio metílico. Tres hijos quedaron severamente lisiados, y el cuarto, envenenado mientras estaba en la matriz, nació ciego y retardado. En la comarca de la ciudad japonesa de Minamata, el envenenamiento por mercurio alcanzó proporciones de epidemia antes que los médicos por fin pudieran identificar al culpable... mercurio metílico que una fábrica cercana había evacuado a través de la cloaca, contaminando así a los peces, que eran una principal fuente local de alimento.

Una visita a la mina de Almadén

Almadén es una población de unos 11.000 habitantes... un lugar de limpias filas blancas de casitas de una o dos plantas. De camino a la mina, nos impresiona la cantidad de hombres que hay por las calles, charlando unos con otros, o tomando una copita de coñac o anís. ¿Por qué están estos hombres por las calles? Porque los mineros de mercurio pueden trabajar bajo tierra solo ocho días de cada mes, debido a los efectos tóxicos de los vapores mercúricos y también debido a la amenaza constante de contraer silicosis. Los vapores mercúricos causan la enfermedad llamada hidrargirismo o mercurialismo, que afecta las células del cerebro y causa un temblor constante de las extremidades. La silicosis causa un endurecimiento de los pulmones y se evidencia por falta de respiración. Para evitar o minimizar estos efectos los mineros trabajan un día y están libres los próximos dos días (o tres, si se incluye el domingo). Como protección adicional, después de tres meses en la mina trabajan un mes en el exterior al aire libre.

El pueblo y la mina están edificados justamente encima del yacimiento casi vertical de cinabrio. La mina tiene tres pozos que se llaman San Miguel, San Joaquín y San Teodoro. Optamos por observar las operaciones que tienen lugar en el pozo de San Joaquín, que alcanza una profundidad de 488 metros.

El trabajo más duro y peligroso es la perforación para extraer la piedra que contiene la mena, pero de mayor interés para nosotros fue el proceso que se sigue en la superficie. La primera etapa es la llegada de las carretillas o vagonetas con su carga de cinabrio. Éstas suben de dos en dos, cada una llevando unos 760 kilos de piedra.

Desde la boca del pozo se transporta la piedra a dos grandes trituradoras que la machacan hasta dejarla como grava. Desde ahí la piedra triturada pasa a un depósito de donde se lleva por medio de cintas transportadoras para alimentar los cuatro hornos. Estos hornos modernos son tan altos como un edificio de cuatro plantas y son de varias secciones o de soleras múltiples. Los de Almadén tienen ocho secciones. La piedra triturada empieza su trayecto en el nivel superior y se mantiene en moción por medio de unos brazos giratorios que empujan el mineral hacia las aperturas, por las cuales caen a la sección inferior. Para liberar el vapor mercúrico se precisa una temperatura de 800 grados centígrados. Este vapor pasa por un sistema de tubos refrigerados por agua donde se condensa en mercurio líquido.

Sin embargo, mucho del precioso azogue está retenido en el hollín grisáceo que es el producto de los procesos de calcinación y condensación. Se mezcla este hollín con cal en unas pilas de agitación al aire libre. Allí unos obreros con mascarillas agitan la mezcla constantemente, haciendo que salga de la masa removida un reguero de mercurio cada pocos segundos. La cal y el meneo ayudan a las gotitas de mercurio a fundirse y así formar el flujo serpentino que corre abajo al pocito, o depósito. Desde este sector de la planta se lleva el mercurio al almacén, donde se almacena en recipientes hasta que se pase por medida a unos frascos de hierro. Estos frascos tienen una capacidad de 34,5 kilos, que es el peso reglamentario por el cual se cotizan los precios en los mercados de Londres y Nueva York.

Mientras estamos en el almacén, observamos algunos de los rasgos interesantes del mercurio. Para ilustrar un detalle, uno de los empleados se mete dentro de una bandeja grande de mercurio. ¡En vez de hundirse en el líquido, se queda completamente encima de él! Esto nos parece muy extraño. Pero cuando nos damos cuenta de que el mercurio es 13,5 veces más denso que el agua (aproximadamente 1,2 veces más pesado que el plomo), no nos maravillamos de que sostenga el peso de un hombre casi como lo hace un objeto sólido. Además, el mercurio es el único metal que es líquido a temperaturas normales. Pasa del estado sólido al líquido a -39 grados centígrados y hierve a 357 grados centígrados. Otro hecho curioso referente al mercurio es que es un líquido que se puede tocar sin mojarse. Esto es debido a su propiedad de gran cohesión o alta tensión superficial.

El próximo lugar que visitamos fue el laboratorio de análisis, donde el jefe del laboratorio nos explicó el control detallado que se mantiene diariamente para verificar la calidad del mercurio, y también la riqueza de la mena que sale de la mina. El laboratorio hace un análisis de control de todos los materiales que se usan en el proceso de destilación, y un análisis similar de todos los productos resultantes, sean sólidos, líquidos o gases. Se nos dijo que el mercurio producido en Almadén tiene una clasificación de pureza de 99,997 por ciento, una pureza superada solo por el mercurio natural o nativo que se encuentra de vez en cuando en bolsas de la mina.

La mina de Almadén produce del 7 al 11 por ciento de mercurio de su mena de cinabrio, lo cual establece este yacimiento de mena de cinabrio como el más rico del mundo. Otras minas muy productivas se encuentran en Yugoslavia e Italia. Pero aun después de tantos siglos, Almadén retiene la primera posición. Los pozos van profundizándose cada vez más, y el cinabrio sigue apareciendo. De hecho, hay tanto cinabrio en la comarca que el Estado se ha reservado el derecho de explotar toda la mena que haya en un radio de 25 kilómetros de Almadén.

La próxima vez que consulte un termómetro, o use una moderna cámara con flash, o se mire en el espejo, puede pensar en el esfuerzo e ingenio de los hombres que, a través de los siglos, han desarrollado los métodos de minería y refinería y los muchos usos de ese metal versátil, el mercurio.

[Ilustración de la página 21]

Vista de las trituradoras y el horno a la izquierda, y de los tubos de destilación a la derecha

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