BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • g88 22/9 págs. 14-16
  • ¿Qué puedo hacer cuando me siento abochornado?

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • ¿Qué puedo hacer cuando me siento abochornado?
  • ¡Despertad! 1988
  • Subtítulos
  • Información relacionada
  • Momentos bochornosos de la vida
  • ¡Levántate y vuelve a intentarlo!
  • Cómo tratar situaciones embarazosas
  • ¿Por qué me abochornan mis padres?
    ¡Despertad! 1990
  • ¿Por qué me desarrollo con tanta rapidez?
    ¡Despertad! 1993
  • ¿Cómo puedo predicar a mis compañeros de escuela?
    ¡Despertad! 2002
  • ¿Qué puedo hacer para ser más sociable?
    ¡Despertad! 1999
Ver más
¡Despertad! 1988
g88 22/9 págs. 14-16

Los jóvenes preguntan...

¿Qué puedo hacer cuando me siento abochornado?

Ya era bastante problemático que Angie tuviese que ir a la escuela con toda la pierna escayolada. Pero la situación empeoró aún más cuando se cayó en un charco de barro durante el recreo. Angie recuerda: “¡Me sentí tan abochornada! No me podía levantar, y me había puesto perdida de barro”.

TODOS conocemos bien esa humillante sensación de bochorno, aunque hay que admitir que a menudo somos nosotros mismos los causantes. Como lo expresa la revista Seventeen, fácilmente “nos atolondramos, y en un dos por tres cometemos unas estupideces increíbles e inexplicables. Luego, con la misma rapidez, nos damos cuenta [...]. ‘¿De verdad que fui yo quien hizo eso?’”.

Sin embargo, las probabilidades de sentirse abochornado durante los años de la adolescencia son mayores que en cualquier otra época de la vida. ¿Por qué?

Momentos bochornosos de la vida

El investigador David Elkind explica que a medida que los adolescentes aumentan sus aptitudes intelectuales, tienden más a inquietarse por lo que otros piensen de ellos. Al estar tan pendientes de sí mismos, es como si tuvieran un “auditorio imaginario” que “escudriña sus acciones y hace una crítica de ellas”. (Adolescent Development [El desarrollo de los adolescentes].) Por esa razón, una chica describe la juventud como “la época de la vida en que te importa mucho lo que los demás piensan de ti”.

Lamentablemente, es posible que tus esfuerzos por impresionar a otros a menudo queden frustrados. Debido a que todavía estás aprendiendo a dominar tus emociones y a tratar a la gente, quizás no encuentres ‘la palabra apropiada a su tiempo apropiado’. (Proverbios 15:23.) Puesto que estás inclinado a decir lo que sientes en lugar de lo que es discreto o apropiado, posiblemente cometas indiscreciones bochornosas. Además, como te encuentras bajo la dirección de tus padres, puede que tengas que hacer cosas que preferirías no hacer. “Mamá siempre quiere que lleve a la escuela vestiditos como los de Alicia en el País de las Maravillas —se lamentó una jovencita—. Todas llevan pantalones vaqueros y a mí me toca llevar vestiditos.”

En sus ansias por ganarse la aprobación de los demás, algunos jóvenes también son muy sensibles a la crítica, al rechazo o al fracaso. Por ejemplo: los jóvenes cristianos quizás rehúyan hablar de sus creencias religiosas con sus compañeros de clase y profesores. Puede que otros se sientan humillados ante cualquier reprensión por parte de sus padres o algún profesor. “Una vez [mi madre me gritó] delante de una de mis amigas, y me sentí terriblemente abochornada”, dice una jovencita llamada Ángela.

Por otra parte, algunos jóvenes se sienten preocupados por su físico. A los que se desarrollan lentamente les angustia tener todavía una apariencia infantil, y a los que han tenido un desarrollo precoz les angustia tener un cuerpo de adulto y experimentar la torpeza que acompaña a dicho desarrollo. “A los once años —recuerda Annie— era más alta que nadie. Me sentía muy incómoda. Una de mis amigas era muy menuda, y yo la envidiaba.”

¡Levántate y vuelve a intentarlo!

Puede decirse, entonces, que el sentir bochorno forma parte ineludible de la vida, aunque también es cierto que deberías poner todo tu empeño en evitar hacer cosas de las que más tarde te arrepentirás. Por ejemplo: “El tonto habla muchas palabras”. (Eclesiastés 10:14.) Con solo pensar antes de hablar, puedes evitarte muchas situaciones embarazosas. (Proverbios 15:28.) Pero por más que te esfuerces, de vez en cuando se presentan esas situaciones. ¿Cómo reaccionas? Para ilustrarlo: ¿has tratado alguna vez de patinar sobre hielo? Si lo has hecho, es probable que el primer día resbalaras y te cayeras, seguramente hasta más de una vez. Pero, ¿impidió eso que te levantases y volvieras a intentarlo? No si tenías la intención de aprender a patinar bien.

Pero, ¿cómo reaccionas al tratar con los demás? Si te has sentido abochornado por algo que has hecho o dicho, ¿te retiras y evitas a la gente y también ciertas situaciones porque temes pasar otra vez por ese bochorno? En otras palabras, ¿te niegas a ‘levantarte y volver a intentarlo’? Si ese es el caso, te estás dejando dominar por la sensación de bochorno. Mientras te sumes en el pesimismo, vas a perderte oportunidades preciosas y agradables relaciones. Eclesiastés 11:4 dice: “El que está vigilando el viento [contemplando temeroso lo inestable de la vida] no sembrará; y el que está mirando las nubes no segará”.

El disfrutar de la vida y de buenas relaciones con los demás implica cierto riesgo. El doctor Wayne W. Dyer escribió lo siguiente en su libro Pulling Your Own Strings (Mueve tus propios hilos): “Nunca sabrás lo que se siente cuando uno se libera de un temor a menos que corras el riesgo de hacerle frente”. De modo que, cuando te caigas, ¡levántate y vuelve a intentarlo!

Cómo tratar situaciones embarazosas

Pero, ¿cómo deberías tratar esas situaciones en las que uno hubiera querido que se lo tragara la tierra? Veamos unas cuantas sugerencias:

No te tomes demasiado en serio: La revista Seventeen dijo: “Todos nos juzgamos a nosotros mismos con demasiada dureza”. Además, el dar demasiada importancia a un pequeño error es solo una forma de ‘pensar más de uno mismo de lo que es necesario pensar’. (Romanos 12:3.) Supónte que has hecho el ridículo delante de algunos amigos. Una joven llamada Beverly dice: “Pudieras pensar que siempre que te vean, recordarán ese incidente”. Pero, ¿crees que tu pequeña metedura de pata ocupará un lugar tan importante en la mente de los demás? No es probable. Por consiguiente, ¿no es mejor que simplemente te olvides de esos pequeños percances?

Acepta la disciplina: Puesto que eres joven, es inevitable que cometas errores debido a tu inexperiencia. Sin embargo, el que se nos discipline por nuestros errores puede ‘darnos perspicacia’. (Proverbios 1:3.) Por consiguiente, es probable que de vez en cuando recibas una reprimenda de tus padres o de un profesor. En lugar de atormentarte por el bochorno temporal que eso te produzca, procura beneficiarte de la disciplina haciendo los cambios necesarios. (Proverbios 1:7-9.)

Mantén el sentido del humor: A veces es mejor hacer lo que aconseja un joven de quince años llamado Frank: “Tómatelo a risa”. De modo que si alguna torpeza tuya provoca risas, no te apresures a sentirte ofendido. (Eclesiastés 7:9.) Un joven de dieciocho años llamado Terry recomienda: “No estés tan pendiente de lo que otros piensen”. Trata de ver tu apuro a través de los ojos de otros. Piensa en cómo verás tú mismo esa “calamidad” mañana... o la semana que viene. El reírse con buen humor de uno mismo a menudo alivia el bochorno.

Da el primer paso: Eso es lo que sugiere una joven llamada Faith. Si has quedado en ridículo delante de alguien, es natural que después te encuentres violento cuando veas a esa persona. Pero da tú el primer paso y abórdala cuanto antes. (Compárese con Mateo 5:23, 24.) Faith ha comprobado que si la otra persona “ve que eres alguien abierto y que sabes aceptar una broma, se sentirá cómoda en tu compañía”.

No te compares con los demás: Puede resultar embarazoso ser bajo cuando todos tus compañeros son altos, y viceversa. Pero recuerda: “Para todo hay un tiempo señalado”. (Eclesiastés 3:1.) Tu tiempo para llegar a la madurez física puede diferir del de la otra persona. No se logra nada comparándose con otra persona en lo tocante al desarrollo físico, pues este no se puede acelerar ni demorar. (Compárese con Gálatas 6:4.) Tampoco hay ninguna garantía de que crecerás hasta la altura que deseas o que llegarás a tener la constitución o figura ideal; ¿por qué mortificarte entonces por lo que no puedes cambiar? O como Jesús preguntó: “¿Quién de ustedes, por medio de inquietarse, puede añadir un codo a la duración de su vida?”. (Mateo 6:27.) Lograrás mucho más si aceptas tu aspecto y te esfuerzas por desarrollar una personalidad atractiva.

Trata a los demás como quieres que te traten a ti: ¿Cómo reaccionas cuando otros se sienten abochornados? Si disfrutas de ponerlos en ridículo o de pregonar su metedura de pata, no te quejes cuando se vuelvan las tornas. “El que es fiel en espíritu está encubriendo un asunto”, dice Proverbios 11:13. Si haces eso por otros, es posible que se sientan motivados a hacer lo mismo por ti. (Mateo 7:12.)

Defiende tus convicciones: Nunca te dé apuro compartir tu fe con otros. Las siguientes palabras de Jesús nos dan algo en lo que reflexionar: “El que se avergüence de mí [...], el Hijo del hombre también se avergonzará de él”. Considera el ser ‘necio por causa de Cristo’ como un privilegio. (1 Corintios 4:10.) Una joven hizo la siguiente observación: “Cuanto más tuyas haces que sean las verdades de la Biblia, más quieres compartirlas con otros”.

Es cierto que a veces surgen situaciones humillantes. Pero cuando eso suceda, míralo de manera realista y equilibrada; no esperes que todo salga perfecto. No pierdas el sentido del humor. Evita tomarte demasiado en serio. Si aplicas estos consejos, te resultará más fácil levantarte cuando sufras una caída bochornosa.

[Fotografía en la página 15]

El sentir bochorno forma parte ineludible de la vida

[Fotografía en la página 16]

Unos jóvenes maduran físicamente antes que otros

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir