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  • g91 8/11 págs. 15-18
  • Energía producida en el corazón de una montaña

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  • Energía producida en el corazón de una montaña
  • ¡Despertad! 1991
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  • La idea se hace realidad
  • La carretera estatal más empinada de Nueva Zelanda
  • Efectos en el medio ambiente
  • ¿Quién se beneficia?
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¡Despertad! 1991
g91 8/11 págs. 15-18

Energía producida en el corazón de una montaña

“LA EXCURSIÓN de un día que recordará toda la vida.” Así califican los folletos turísticos la visita que hice al sudeste de la isla del Sur de Nueva Zelanda. Y estaban en lo cierto. El trayecto desde Manapouri hasta Doubtful Sound, a través de un lago y de montañas, me puso en contacto con unos paisajes singulares y unos impresionantes logros de ingeniería. Fue como contemplar una octava maravilla del mundo: una central hidroeléctrica sepultada en el corazón de una montaña.

Aquella excursión también me hizo recordar a los maoríes —los primeros habitantes de Nueva Zelanda— y sus antiguas leyendas y lenguajes. Según dos relatos maoríes, “Manapouri” o bien significa ‘lago de tristeza o lágrimas’, o bien ‘lago del corazón afligido’. Para mí era también el nombre de la ciudad desde la que iniciaba esta memorable excursión.

Una vista insólita

A medida que nuestro barco surcaba velozmente las calmadas aguas del lago, aparecían ante nuestra vista impresionantes valles en forma de “u” flanqueados por elevadas montañas. Dimos gracias de que hiciera un día hermoso y despejado, pues la pluviosidad en esta región alcanza los 7.500 milímetros al año. La zona era un paraíso para los fotógrafos: los árboles y la exuberante vegetación se extendían montaña arriba desde la misma orilla. Durante la hora y cuarto que tardamos en atravesar el lago, el único indicio de penetración humana en aquella región era el ruido de los motores del barco. Pero, ¿adónde nos dirigíamos?

A contemplar una vista insólita en West Arm, al otro extremo del lago: un puesto de distribución de una central hidroeléctrica. ¿Cómo se le ocurriría a alguien construir una central eléctrica aquí, tan lejos de toda población? Solo un conjunto singular de circunstancias geográficas y geológicas podría haber dado semejante idea a algún ingeniero o topógrafo.

La idea surgió en 1904, cuando el topógrafo P. J. Hay percibió el potencial de esta masa de agua, cuya superficie está a 180 metros sobre el nivel del mar y tiene una profundidad de casi 450 metros, por lo que el fondo queda a unos 260 metros bajo el nivel del mar. Y, sin embargo, a este lago solo le separan del mar unos diez kilómetros de terreno montañoso. No obstante, pasarían sesenta años antes de que su idea se hiciese realidad. ¿Quién fomentó por fin esa iniciativa? Una empresa australiana de fundición que trabajaba en Nueva Zelanda y necesitaba energía eléctrica para su taller de fundición en Tiwai Point, cerca de Invercargill, a unos 160 kilómetros en línea recta. Pero, ¿cómo iba a generarse la electricidad?

La idea se hace realidad

El plan concebido por la compañía de ingeniería Bechtel, con sede en Estados Unidos, consistía en excavar un túnel en una montaña llamada Leaning Peak y construir una central generadora justo por debajo del extremo del lago Manapouri. De esa forma, sus aguas caerían por unos pozos y accionarían siete turbinas generadoras de electricidad. La energía eléctrica se transmitiría a la red nacional a través del puesto de distribución que habíamos visto a la orilla del lago. (Véase el diagrama de la página 17.) Pero, ¿por dónde iba a salir toda el agua que entraría? Hubo que excavar un túnel de descarga de 9 metros de diámetro y unos 10 kilómetros de longitud por debajo de las montañas. Esto permitiría que el agua desembocase en Deep Cove, una cala de Doubtful Sound, uno de los impresionantes fiordos de Nueva Zelanda. Solo para excavar ese túnel, se extrajeron 760.000 metros cúbicos de roca.

Imagínese la enorme cantidad de roca que tuvo que sacarse de la montaña para hacer los pozos y la cámara de las turbinas. Tan solo esta cámara, o sala de máquinas, mide 111 metros de longitud por 39 metros de altura y 18 metros de anchura. Su longitud es aproximadamente la de un campo de fútbol. Pero para llegar a ese lugar y excavar la sala de máquinas en la que se colocarían las turbinas y los generadores, primero había que construir un túnel. El túnel ya constituía por sí mismo un reto singular.

Este túnel carretero, de dos kilómetros de longitud y un desnivel continuo de un metro por cada diez, desciende en espiral hasta la sala de máquinas. Al introducirnos en la montaña con nuestro autobús de turismo, nos impresionaba la idea de que estuviésemos descendiendo hasta sus mismas entrañas.

Cuando finalmente bajamos del autobús y entramos en la sala de turbinas, nos parecía que estábamos presenciando una escena tomada de una película de ciencia-ficción: una enorme catedral de la ciencia en las entrañas de una montaña. Pero había una cuestión que me intrigaba: ¿cómo introdujeron allí toda la maquinaria pesada para un proyecto de tal envergadura? Los únicos puntos de acceso eran por el mar o por el lago. No había carreteras. Se decidió que sería más fácil traer la mayor parte de la maquinaria generadora por mar. Pero aún quedaba una cadena montañosa que interceptaba el camino hasta la central eléctrica. ¿Qué harían? Construir una carretera.

La carretera estatal más empinada de Nueva Zelanda

En 1963 se empezó a construir este enlace por carretera entre Deep Cove y West Arm, “una de las obras de construcción de carreteras más difíciles del mundo”, según cierta fuente. ¿Por qué? “La lluvia, la nieve, los ríos de lodo y las masas de vegetación enmarañada hicieron que en lugar de terminarse las obras en doce meses, se requiriesen veinticuatro meses.” Tiene una longitud de unos 23 kilómetros y su coste final fue de dos dólares neozelandeses por centímetro. ¡Una carretera realmente cara! Con pendientes de hasta 1 metro vertical por cada 5 metros horizontales, se convirtió en la carretera más empinada de Nueva Zelanda. Pero constituía el eslabón esencial para trasladar 87.000 toneladas de material desde el nivel del mar hasta el nivel del lago, a través de Wilmot Pass, un puerto de montaña que está a 670 metros de altitud. Tan solo una de las cargas pesaba 290 toneladas, y hubo que utilizar para transportarla un vehículo oruga de 140 ruedas tirado por una aplanadora y una niveladora y empujado por otra aplanadora. Pero se consiguió.

Efectos en el medio ambiente

¿Qué efecto tiene en el medio ambiente local una obra de tal magnitud? Como la mayor parte de la central eléctrica es subterránea, poco de ella se ve, con la excepción del puesto de distribución y los cables de transmisión que cruzan las montañas. Pero en esa extensa región, hasta las torres de alta tensión y los cables quedan empequeñecidos. No obstante, aún queda otra pregunta por responder.

Si se está drenando el lago Manapouri por un extremo, ¿cómo se mantiene su nivel de agua? Un factor básico es la elevada pluviosidad anual de esa región. En el término municipal de Manapouri caen anualmente un promedio de 1.250 milímetros de lluvia, y en la central eléctrica de West Arm caen 3.750 milímetros. También se siguen pautas muy estrictas para controlar el nivel del lago a fin de que permanezca lo más cerca posible de su nivel natural. Como el lago Manapouri está en el extremo superior de una red fluvial que abarca el lago Te Anau y los ríos Upper Waiau y Lower Waiau, se utilizan unas presas para mantener el nivel que necesita la central hidroeléctrica. Cuando hay demasiada agua para los generadores, se abren las compuertas de las presas y se deja salir el sobrante.

¿Quién se beneficia?

La instalación de la mayor central hidroeléctrica de Nueva Zelanda ha sido un ejemplo de cooperación internacional. Las turbinas se fabricaron en Escocia; los generadores, en Alemania, y los transformadores, en Italia. El primer generador se encargó en 1969, y para septiembre de 1971 ya estaban los siete en funcionamiento. ¿Quiénes se benefician de toda la electricidad que genera esta central? La mayor parte va a la fundición de Tiwai Point, y el resto, a la red nacional de Nueva Zelanda. El funcionamiento de la central de Manapouri y la continuidad del suministro de electricidad son muy importantes para la fundición. Una interrupción del fluido eléctrico de más de dos horas puede resultar en que se cierren los talleres de fundición durante varios meses. De modo que la central eléctrica de Manapouri y los trabajadores de la fundición cooperan para asegurar la estabilidad del fluido eléctrico.

Subimos en autobús a Wilmot Pass y descendimos hasta Doubtful Sound. Allí vimos cómo desembocaban las aguas de descarga de la central hidroeléctrica de Manapouri en el silencioso fiordo. Este fiordo tiene una característica peculiar. “Hay una capa de agua dulce en la superficie, por encima del agua de mar, que es más densa. En el fiordo, el agua dulce no se mezcla con la salada, sino que forma un río que fluye suavemente sobre este pequeño mar interior.” (Manapouri to Doubtful Sound, de Barry Brailsford y Derek Mitchell.)

Dimos un tranquilo paseo en barco por el fiordo. En cierto momento, el capitán paró los motores y pudimos escuchar el sublime silencio de aquel paraíso virgen. De vez en cuando resonaba el canto de un pájaro desde la orilla. Era notable el contraste con la ruidosa potencia de las aguas en la central hidroeléctrica de Manapouri, sepultada en el corazón de una montaña, a solo unos kilómetros de distancia.—Contribuido.

[Diagrama/Fotografías en la página 17]

(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)

Diagrama de la central hidroeléctrica

Lago Manapouri

Pozo de ascensor

Compuerta del pozo de entrada de agua

Tomas de agua y filtros

Túnel de descarga hacia Deep Cove

Salida de emergencia

Parte exterior de la central

Pozo del cable de transmisión

Túnel de acceso

Bóveda de transformadores

Sala de máquinas

Túnel de servicio

[Fotografías]

Puesto de distribución

Sala de máquinas

Central eléctrica de Manapouri

[Fotografía en la página 16]

Túnel de acceso que desciende por el interior de la montaña hasta la sala de máquinas

[Reconocimiento en la página 15]

Doubtful Sound (Nueva Zelanda)

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