Algunas personas han aprendido a superar las emociones negativas
TODOS tenemos emociones negativas alguna vez. En el caso de algunas personas, los problemas serios, como una enfermedad grave, la edad avanzada o la muerte de seres queridos, son la causa de que tengan profundamente arraigadas una serie de emociones negativas que pueden afectar adversamente su vida.
Sin embargo, incluso entre estas personas hay quienes han aprendido a controlar dichas emociones a fin de poder continuar desempeñando debidamente sus actividades cotidianas. A continuación se mencionan algunos casos de personas entrevistadas por la revista ¡Despertad! que lo han conseguido.
Janis recibe tratamiento médico para una enfermedad que afecta a su estado emocional. Sin embargo, ella dice: “He descubierto que la mejor manera de afrontar el problema es controlando mis pensamientos. Para conseguirlo, hago cosas para otros, como cocinar y coser. También me esfuerzo mucho por pensar en recuerdos agradables o en acontecimientos futuros que espero con anhelo. Debido a mi enfermedad, nada de esto me resulta fácil. A veces me sería más sencillo rendirme y dejarme llevar por mi estado. Pero en vista de los buenos resultados que me da, merece la pena el esfuerzo”.
Ethel se quedó viuda después de cuarenta y cinco años de matrimonio. Aunque no ha podido evitar el angustioso proceso del sentimiento de pesar, Ethel se las arregla para controlar sus emociones. Explica: “Me mantengo ocupada haciendo cosas para otros. Por ejemplo, me gusta enseñar a las personas acerca de los propósitos de Dios que se explican en la Biblia. A cierta señora joven la hacían tan feliz las buenas cosas que aprendía, que su aprecio me ayudó a estar más gozosa. El concentrarme en las cosas positivas de la Biblia para poder enseñárselas a otros también me ayuda a quitarme de la cabeza los pensamientos negativos. Y cuando mujeres más jóvenes que yo acuden a mí en busca de ayuda para diversos problemas, el simple hecho de hablar con ellas de las cosas positivas que pueden hacer en su vida me sirve de ayuda para superar emociones negativas”.
Arthur había llevado una vida ocupada y activa durante muchos años. Pero llegó un momento en que tuvo que descontinuar su trabajo seglar y restringir toda actividad fuera de casa como consecuencia de una grave enfermedad. Durante muchos meses se sintió inútil y deprimido. ¿Cómo afrontó estos sentimientos? “Dejé de pensar en lo que ya no podía hacer, y en su lugar me concentré en lo que sí podía hacer para ayudar a otras personas a mejorar y para animarlas cuando se sentían deprimidas. Puesto que estaba confinado en casa, utilizaba mucho el teléfono. Estaba tan ocupado ayudando a otros y animándolos, que me quedaba poco tiempo para compadecerme de mí mismo.”
Tras una serie de desgracias, entre ellas la muerte de su marido, es comprensible que Nita estuviese muy triste y deprimida. Pero con el tiempo aprendió a controlar esos sentimientos: “Cuando me sobrevienen pensamientos tristes, busco una salida constructiva. Me obligo a dar un paseo, a llamar a una amiga bondadosa, a escuchar un poco de música o a hacer cualquier cosa que por experiencia sé que mitigará la depresión. Procuro tratarme con la misma compasión con la que trataría a una buena amiga”.
Mary tiene serios problemas de salud desde hace treinta y dos años. Ahora está confinada en una silla de ruedas, y solo sale de casa para ir al médico. ¿Qué hace para que el desánimo no se apodere de ella? Mary explica: “Mi marido me ha confortado mucho. Además, leo con frecuencia información edificante. Telefoneo a mis amistades con regularidad, y muchas veces tomo la iniciativa de invitarlas a casa. Disfruto de sus visitas, y no utilizo esas ocasiones para quejarme o entregarme a la autocompasión. No paso tiempo pensando en las cosas negativas de mi vida porque reconozco que en ella hay muchas cosas positivas”.
Margaret es por naturaleza una persona de mente realista. “Cuando me sobrevienen sentimientos negativos —dice—, busco la compañía de alguien que tenga pensamientos positivos, no una persona idealista, sino alguien que me conozca bien, que me recuerde mis logros y me anime.”
Rose Marie se ha visto sometida a cinco operaciones de cirugía mayor con el transcurso de los años, y a su marido y a ella se les han muerto recientemente siete familiares en año y medio. Desde luego, el peso de todo este sufrimiento provocó en ellos sentimientos negativos. Sin embargo, no piensan constantemente en esas cosas. Como son testigos de Jehová, se sienten confortados por la esperanza positiva y consoladora que da la Biblia para el futuro próximo: un nuevo mundo justo en el que Dios “limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor”. Hasta los muertos serán resucitados, pues, como dijo Jesús, “viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán [la voz del Hijo de Dios] y saldrán”. (Revelación 21:4; Juan 5:28, 29.)
[Fotografía en la página 9]
Janis controla sus emociones haciendo cosas por otros, pensando en recuerdos agradables y esperando con anhelo acontecimientos futuros