Intoxicación por plomo: un problema mundial
LA EXPEDICIÓN de sir John Franklin para encontrar el mítico paso del Noroeste se hallaba en dificultades. Sus dos barcos estaban bloqueados por los hielos, y el largo invierno ártico apenas comenzaba. Un marinero había muerto ya en condiciones extrañas: había ido perdiendo el juicio, se había vuelto histérico y finalmente se había consumido hasta morir. La locura se extendió, y murieron más hombres. Después que el número de muertes se elevó a 24 en los siguientes dos años, los sobrevivientes estaban tan decididos a escapar de sus barcos que emprendieron un viaje desesperado hacia el sur a través del yermo helado, arrastrando enormes trineos cargados con muchas pertenencias innecesarias, incluso artículos de lujo. No sobrevivió ni un solo miembro de la expedición. Estos hechos acaecieron en 1848. La causa de su locura constituyó un misterio durante unos ciento cuarenta años. Pero las pruebas realizadas en la última década en mechones de pelo y fragmentos óseos revelaron la existencia de una pieza clave en el rompecabezas: el plomo. Los hombres habían comido carne conservada en latas selladas con soldadura de plomo. ¡Se habían intoxicado con plomo!
La intoxicación por plomo constituía un problema mucho antes de esa lamentable expedición, y se ha convertido en una amenaza para la salud mundial desde entonces. En años recientes se ha escrito muchísimo sobre los riesgos de la intoxicación por plomo. Las organizaciones sanitarias de todo el mundo se encuentran ante el problema de cómo enfrentarse a ella. Sobre todo en los países donde los controles ambientales son limitados, como los de Latinoamérica y Europa oriental, se ha convertido en un problema creciente. Las naciones industrializadas también se ven afectadas.
Hace una década, las autoridades sanitarias de Australia, Dinamarca, Alemania, México, Escocia y Estados Unidos, alarmadas por la prueba cada vez mayor de que la intoxicación por plomo se había convertido en una enfermedad muy extendida, iniciaron estudios para determinar la peligrosidad para los seres humanos, especialmente los niños, incluso de niveles muy reducidos de plomo.
¿Qué peligro hay?
¿Podría la exposición a un metal simple y común ser en realidad tan peligrosa? El Dr. Richard Wedeen, autor de Poison in the Pot: The Legacy of Lead (Veneno en la olla: el legado del plomo), cree que el plomo podría contaminar prácticamente todas las funciones bioquímicas del cuerpo humano. Por lo tanto, llega a la conclusión de que “el plomo podría estar relacionado con la elevación de la presión sanguínea, las apoplejías y los ataques al corazón, así como con las enfermedades renales”. Wedeen cree que algunos adultos que sufren de intoxicación aguda por plomo pueden convertirse incluso en alcohólicos y con el tiempo ir a parar a instituciones para enfermos mentales.
The World Book Encyclopedia menciona otros síntomas, como anemia, somnolencia, calambres musculares, debilidad, parálisis, dolores estomacales y vómitos, y explica: “En los casos graves se producen daños cerebrales, coma y convulsiones, y en casos extremos la intoxicación por plomo ha causado la muerte”. Además, un número considerable de los que se recuperan de casos graves sufren daño cerebral residual, escribe un afamado doctor.
¿Qué es lo que hace que el plomo produzca esos síntomas? Pues bien, el organismo confunde el plomo con calcio, por lo que no hace ningún esfuerzo por librarse de él, de modo que vaga libremente por la corriente sanguínea y causa estragos por dondequiera que pasa. En la sangre, inhibe la producción de hemoglobina, y así daña su capacidad de portar oxígeno. En el cerebro y el sistema nervioso, se adhiere a las proteínas clave, llamadas enzimas, y las inutiliza. Los huesos recogen plomo y lo almacenan, y a veces lo liberan posteriormente, con lo que causan más daño.
Dos características de la intoxicación por plomo la hacen especialmente peligrosa. En primer lugar, puede ser una enfermedad sutil y progresiva, difícil de detectar. En segundo lugar, el plomo se halla en cualquier lugar de nuestro entorno, principalmente como consecuencia de la revolución industrial.
Un metal omnipresente
En la actualidad, los usos del plomo se ven limitados solo por la imaginación del hombre. Por ejemplo, desde los años veinte hasta no hace mucho, se añadieron millones de toneladas de plomo a la gasolina para mejorar el rendimiento de los motores. Su uso está muy difundido en la fabricación de pintura, aunque en la actualidad algunos países han limitado este uso de forma estricta.
Pero incluso si usted vive en un país donde ya hace tiempo que se prohibió el uso del plomo en la pintura y la gasolina, quizás no esté completamente libre de la exposición al plomo. Tal vez viva en una casa o apartamento que se haya pintado antes de que entraran en vigor tales leyes, o puede que viva en un lugar donde haya muchos modelos antiguos de automóviles que usen todavía como combustible gasolina con plomo y expelan gases de plomo que contaminan el aire y los terrenos circundantes.
Además, el plomo también se ha utilizado mucho en la fontanería y las soldaduras. Se emplea material protector a base de plomo para evitar que los técnicos de rayos X y los trabajadores de las centrales nucleares sufran radiaciones perjudiciales. Todavía se utilizan fuentes de agua potable con depósitos soldados con plomo, así como latas de alimentos en conserva selladas con soldadura de plomo. El cristal de plomo es popular en los vasos de vino y las jarras. Incluso algunos biberones están hechos de cristal de plomo. Hay láminas de plomo en las baterías de los automóviles. Se utilizan millones de balas y perdigones de plomo. La lista parece interminable.
Aunque la intoxicación por plomo entre adultos preocupa mucho a la profesión médica, las víctimas más vulnerables son los niños. ¿Por qué? ¿Cómo puede protegerlos a ellos y protegerse usted mismo de esta enfermedad debilitadora tanto en sentido físico como mental?
[Comentario en la página 4]
¿Podría la exposición a un metal simple y común ser en realidad tan peligrosa?
[Comentario en la página 4]
Vaga libremente por la corriente sanguínea y causa estragos por dondequiera que pasa
[Comentario en la página 5]
“El plomo podría estar relacionado con la elevación de la presión sanguínea, las apoplejías y los ataques al corazón, así como con las enfermedades renales”
[Reconocimiento en la página 3]
Foto: Pintura de Thomas Smith, cortesía del Maritime Museum, Greenwich (Inglaterra)