Observando el mundo
“Extinción en masa”
En la actualidad existen millones de especies animales y vegetales. Antes los científicos calculaban que a lo largo de la historia de la vida en la Tierra las especies se extinguían (bien sea por enfermedad, carencia de alimento o por inadaptación) a razón de menos de diez por año. Ahora, según el Departamento de Información al Público de la ONU, los científicos creen que el ritmo de extinción es cientos o, quizás, miles de veces mayor. Se calcula que en 1970 se extinguía una especie todos los días. En 1990 el índice había aumentado a una por hora. Para 1992 desaparecía 1 especie cada 12 minutos. La principal causa de extinción es la destrucción del hábitat natural de las especies debido a la deforestación, la expansión urbana, el desarrollo rural y la contaminación del aire y el agua. Muchos expertos en asuntos ambientales dicen que el planeta se halla en medio de una “extinción en masa”. Dijo el Dr. Mostafa Tolba, director ejecutivo del Programa del Medio Ambiente de la ONU: “Si Charles Darwin viviera hoy, su trabajo no se centraría en el origen de las especies, sino en su desaparición”.
La ayuda del exterior, ¿cómo se reparte?
¿Cuánto beneficia a los pobres la ayuda que reciben del exterior? Según el Human Development Report 1992, preparado por la ONU, solo un 27% de esta se adjudica a los 10 países que tienen el 72% de la población más pobre del mundo. El 40% más rico de los habitantes de los países en vías de desarrollo reciben más del doble de la ayuda que recibe el 40% más pobre. La ayuda que reciben las naciones de Asia meridional, donde vive casi la mitad de la gente más pobre del planeta, es de 5 dólares (E.U.A.) por persona. En cambio los países del Oriente Medio, cuyos ingresos per cápita triplican los de Asia meridional, reciben 55 dólares por persona. El informe añade que a las naciones que invierten grandes sumas de dinero en armamentos se les concede el doble por persona de lo que reciben las que gastan con mayor moderación. La asignación más baja de fondos (alrededor del 7% de la ayuda bilateral y el 10% de la ayuda multilateral) es todo lo que se destina a atender las necesidades humanas básicas: educación, sanidad, agua potable, higiene pública, planificación familiar y programas de nutrición.
La pesadilla del potencial nuclear
“Los intentos de Occidente para prevenir la difusión de las armas nucleares han fracasado —dijo la revista U.S.News & World Report—, y se inicia una era nueva y más peligrosa de proliferación de armamentos nucleares.” Ahora no les queda otra alternativa que impedir por la fuerza el ingreso de nuevas naciones al club nuclear o “aprender a vivir en un mundo donde casi todas las naciones que lo deseen puedan poseer armas nucleares”. ¿Qué ha llevado a esta situación? “Cosas que en 1943 eran muy difíciles para las personas más inteligentes ahora son fáciles para la gente común y corriente”, dijo el físico y antiguo inventor de armas nucleares Richard Garwin. Problemas matemáticos que retaban las mentes más brillantes de aquel tiempo ahora se pueden resolver con una computadora personal. Además, cada vez se ha hecho más fácil que una nación que quiera acceder a la exigente tecnología necesaria para fabricar bombas pueda hacerlo. En un esfuerzo por impedirlo, 27 naciones firmaron en abril un acuerdo que limita la venta de material o maquinaria que pueda emplearse en la fabricación de bombas atómicas. No obstante, existen grandes lagunas, pues no se incluyó en él a varias naciones que cuentan con capacidad nuclear o están procurando obtenerla.
La sociedad australiana se habitúa a las píldoras
Una encuesta de salud llevada a cabo en Australia arrojó resultados alarmantes: reveló que 1 de cada 50 australianos usa tranquilizantes todos los días. Tres cuartos de millón confesaron haber tomado drogas como Valium y Serepax (marca registrada de la benzodiacepina) durante las dos semanas anteriores a la encuesta. Según el diario The Sun-Herald, de Sydney, el Centro Nacional de Investigación sobre Alcoholismo y Drogadicción afirmó que anualmente se prescriben cerca de diez millones de recetas de benzodiacepina y que estos son los medicamentos más recetados en los países occidentales. Un investigador de dicho centro dijo que muchos de los que usan con frecuencia este tipo de fármacos normalmente no se dan cuenta de que en realidad se han vuelto adictos.
Nueva plaga africana
“El narcotráfico se ha convertido en una de las más graves amenazas para la estabilidad y el desarrollo económico del continente [africano].” Así se expresó el Dr. Simon Baynham, del Instituto Africano de Sudáfrica, en el diario The Star de Johannesburgo. El tráfico de drogas en África ha aumentado de manera impresionante durante la última década, ya que su ubicación geográfica favorece los envíos desde Colombia y Asia. “Para 1990 una tercera parte de la heroína incautada en Europa había entrado por vía de África”, dijo Baynham. Comentó también sobre la creciente cooperación entre el narcotráfico internacional y las organizaciones terroristas. El Dr. Baynham se refirió al tráfico de estupefacientes como una posible “nueva epidemia de proporciones trascendentales” que “se sumará a los dolores que ya padece África como resultado de la guerra, el hambre y el sida”.
Se vierten excedentes de leche
La industria lechera sudafricana ha tirado millones de litros de leche durante los últimos cinco años a pesar de la grave escasez de alimentos por la que atraviesa la región. Las granjas lecheras pagan un impuesto establecido por la Junta del Sector Lechero, corporación que debió haberse encargado de la distribución de los excedentes del líquido. Pero en vista de que no lo ha hecho, un directivo de la Asociación Nacional de Distribuidores de Leche dijo: “¿Qué podemos hacer? Tenemos que tirarla. No tiene sentido arruinar económicamente nuestros propios mercados regalándola o pagando a otros para que se la lleven”. Por otra parte, algunas instituciones han deplorado el desperdicio. El Concejo para la Ancianidad dijo que se tira la leche “en un tiempo en que millones de ancianos sudafricanos luchan por adquirir escasamente lo necesario para sobrevivir”.
Los japoneses viven más tiempo
Según las últimas estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, la esperanza de vida de los japoneses es mayor que la de cualquier otra nación del mundo. La vida media de las mujeres japonesas es de 82,5 años, mientras que la de los hombres es de 76,2 años. El segundo lugar en longevidad femenina le corresponde a Francia, con un promedio de 81,5 años, seguida por Suiza, con 81,0 años. En cuanto a los hombres, Islandia ocupa el segundo lugar, con 75,4 años, y Grecia el tercero, con 74,3 años. Las 350 páginas del anuario estadístico también contienen otros datos de interés. La tasa de fertilidad más alta del mundo es la de Ruanda, donde cada mujer tiene un promedio de 8,3 hijos. El índice de suicidios más bajo se registra en las Bahamas, con 1,3 por cada 100.000 habitantes, en tanto que Hungría presenta el más alto, con 38,2 por cada 100.000 habitantes. Y el índice de accidentes automovilísticos más alto lo tiene la pequeña nación sudamericana de Surinam, con 33,5 por cada 100.000 habitantes. ¿Quién tiene el más bajo? Malta, con solo 1,6 accidentes mortales por cada 100.000 habitantes.
Música que lastima
“¡Baja el volumen de la música!”, han gritado con enojo los padres desde hace mucho tiempo. A muchos jóvenes les parece que no pueden disfrutar de la música si no sienten el ritmo. Aunque se ha asociado la música estrepitosa con la pérdida del oído, un informe reciente del periódico The Globe and Mail, de Toronto (Canadá), explicó que otra de sus consecuencias comunes es el tinnitus. Se trata este de “una sensación de percepción de sonidos como campanadas, ráfagas, zumbidos, chasquidos o silbidos dentro de la cabeza, generalmente con repercusiones en ambos oídos. Pero tal descripción del sonido no es del todo exacta”, indicó el diario. Una vez que se empieza a sentir, “uno nunca [vuelve] a estar en paz”, dijo Elizabeth Eayrs, coordinadora de la Asociación Canadiense del Tinnitus. Entre las personas mayormente afectadas están los usuarios de audífonos que escuchan la música a un volumen tan alto que otros pueden oírla. Con el paso de los años, su capacidad para disfrutar de la música o de cualquier otro sonido por lo general se ve gravemente perjudicada.
El papa se disculpa
El papa Juan Pablo II se ha disculpado dos veces con el continente africano por el tráfico de esclavos. La primera vez fue durante su viaje a Senegal en febrero. En esa ocasión el diario italiano Corriere della Sera informó que el papa imploró el “‘perdón del cielo’ y el perdón de África por el histórico crimen de la esclavitud, del cual aun los cristianos [...] estaban manchados”. La segunda vez fue unos tres meses más tarde, en su visita a São Tomé. El papa explicó en el Vaticano que “como la iglesia es también una comunidad compuesta de pecadores, ha traspasado el precepto del amor a través de los siglos. [...] Se trata de las faltas cometidas por individuos y grupos que se adornaron con el nombre de cristianos”. Comentando sobre las “disculpas papales”, el diario La Repubblica dijo que el papa “habló del pecado de los cristianos en general, pero pudo haber hablado también de los papas, de las congregaciones romanas, de los obispos y de los clérigos. En realidad, la jerarquía católica también comparte la responsabilidad en la historia de la esclavitud”.
No hay por qué temer a las arañas
La aracnofobia “suele deberse a la ignorancia”, dijo la revista South African Panorama. En un informe sobre la obra del Dr. Ansie Dippenaar, eminente autoridad en arañas africanas, la publicación señala que menos del 0,2% de las especies de arañas conocidas en el mundo son peligrosas para el hombre. En su lugar apropiado, a estas pequeñas criaturas se las debe tratar como amigos, no como enemigos. Su papel en el control de las plagas de los cultivos es de gran valor. Una sola araña, de algunos géneros, es capaz de matar diariamente hasta 200 larvas de insectos dañinos. Si a las arañas se les permite vivir en un fresal, por ejemplo, la producción por hectárea podría incrementarse hasta en seis toneladas en comparación con los sembrados donde se las extermina. “Los granjeros deberían conservar vivas las arañas —agrega el artículo—, y así limitar el empleo de insecticidas que, además de costosos, contribuyen a la contaminación del ambiente.”