De nuestros lectores
Cómo tratar con la muerte El año pasado mi querido hermano, de tan solo dieciocho años, perdió la vida en un accidente automovilístico. Pueden imaginarse lo mucho que agradecí la serie de artículos “La muerte de un ser querido” (22 de julio de 1992), sobre todo aquel párrafo que dice que si alguien no exterioriza un intenso sentimiento de angustia no es necesariamente una persona fría y poco cariñosa. Por mi carácter alegre tiendo a no expresar abiertamente mi dolor, lo que ha dado lugar a que algunos me malinterpreten. Aunque los cristianos tenemos la esperanza de la resurrección, todavía necesitamos sentir la comprensión amorosa de los que nos rodean.
L. R., Italia
Emigrantes Aunque siempre me han gustado sus atractivas portadas, me conmovió en particular la del número del 8 de mayo de 1992 con el tema “¡Ayúdennos! Somos emigrantes”. En mi juventud vi muchas veces cómo se manifestaba el prejuicio contra los extranjeros: calumnias y violencia raciales. Incluso recuerdo que algunas personas le decían a mi padre que se volviera al lugar de donde había venido. Lo irónico es que somos indios norteamericanos, ¡y fuimos los primeros de todos en vivir aquí! ¿Adónde tenemos que irnos? Espero que al leer el artículo con mente abierta la gente comprenda que a los ojos de Dios todos somos iguales.
T. B., Canadá
Zurdos Soy zurdo y ávido lector de ¡Despertad!, y como tal me permito felicitarlos por el excelente enfoque del tema “Ser zurdo. ¿Ventaja, o desventaja?” (8 de junio de 1992). Sin embargo, ¿pudieran explicarme por qué la Biblia a menudo equipara la “izquierda” con el disfavor?
S. J. M., Nueva Zelanda
“Dios no es parcial”, y por lo tanto no abriga prejuicios contra los zurdos. (Hechos 10:34.) El que la Biblia use la derecha para representar el favor parece derivarse del hecho de que la inmensa mayoría de las personas usan la mano derecha. Por lo tanto, esta es un símbolo apropiado del poder aplicado o del favor. Como es lógico, la mano izquierda representaría lo contrario. No obstante, este uso solo tiene valor figurativo y no pretende de manera alguna rebajar a las personas zurdas.—La dirección.
Diferentes Quiero agradecerles de verdad el artículo “¿De dónde puedo sacar el valor para ser diferente?” (22 de junio de 1992). Las estudiantes de mi clase organizan muchas fiestas y están muy pendientes de la última moda. Constituyen una mala compañía para mí. La presión era tan intensa que nunca había tenido el valor de hablarles sobre mis creencias. El artículo me ayudó a vencer el temor. Con la ayuda de Jehová pude explicarles mi punto de vista en cuanto tuve oportunidad. Ahora la presión ha disminuido. Muchas gracias.
M. E., Alemania
Este artículo era justo lo que necesitábamos nosotros los estudiantes. Durante mucho tiempo traté por todos los medios de no causar problemas, de no sobresalir demasiado. Hubo muchas tentaciones, y por más que quería no me atrevía a dar un testimonio. Sin embargo, al comenzar mi segundo año de bachillerato, me presenté a la clase diciendo: “Soy testigo de Jehová. Mi pasatiempo es estudiar la Biblia”. Habiendo dicho eso, no podía decir ni hacer cosas de carácter dudoso. Aun así, testificar a mis amigas de la escuela era una verdadera prueba para mí, y detestaba ser diferente. Pero un día una de ellas me dijo que envidiaba mi forma de vivir y mi convicción. Sus palabras me hicieron cambiar mi manera de pensar. Ahora me doy cuenta de que no soy yo la diferente, sino las demás personas. Servir a Dios es lo normal.
M. A., Japón