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¡Despertad! 2001
g01 8/11 pág. 31

El hombre tiraniza al hombre

LA HISTORIA confirma la verdad que expone Eclesiastés 8:9: “El hombre ha dominado al hombre para perjuicio suyo”. O, como lo traduce una versión católica en inglés, la Jerusalem Bible, “el hombre tiraniza al hombre para su mal”. Millones de personas han sufrido injusticias bajo casi todos los sistemas de gobierno ensayados por la humanidad. En el marco del 175 aniversario de la creación de la Oficina de Asuntos Indios, perteneciente al Departamento del Interior de Estados Unidos, su secretario adjunto aludió en un discurso a ese tipo de padecimientos.

Más que para celebrar, dijo, era “una ocasión para confesar verdades dolorosas y arrepentirse”. Reconoció que, en la década de 1830, la primera encomienda del organismo era expulsar de sus territorios a las naciones tribales del sureste: cheroqui, cric, choctaw, chickasaw y semínola. “Mediante amenazas, engaños y el uso de la fuerza, se obligó a estas grandes naciones a recorrer 1.600 kilómetros hacia el oeste y dejar atrás a miles de sus niños, viejos y enfermos en tumbas improvisadas a lo largo del llamado Camino de las lágrimas.”

Añadió: “Sin embargo, en estos años de mayores progresos debemos admitir que mediante la propagación deliberada de enfermedades, la eliminación de manadas del vigoroso bisonte, el empleo del dañino alcohol para destruirles la mente y el cuerpo, así como la cobarde carnicería de mujeres y niños, la tragedia alcanzó proporciones tan espantosas, que es imposible descartarla como simple consecuencia inevitable del enfrentamiento de estilos de vida contrarios”.a Confesó, además: “Este organismo se propuso destruir todo lo que fuera indio. Este organismo prohibió las lenguas de los indígenas [...] e hizo que se avergonzaran de quiénes eran. Peor aún, la Oficina de Asuntos Indios perpetró dichos actos contra los niños que le fueron confiados en sus internados, sometiéndolos a maltrato emocional, psicológico, físico y espiritual”.

En su conclusión declaró: “Comencemos por expresar nuestro más profundo pesar por lo que esta institución hizo en el pasado. [...] Nunca más seremos cómplices del robo de propiedades indias. [...] Nunca más atentaremos contra sus creencias religiosas, lenguas, rituales ni ninguna de sus costumbres”. Relevante fue su exhortación: “Juntos debemos enjugar las lágrimas de siete generaciones. Juntos debemos permitir que sanen nuestros corazones rotos” (Vital Speeches of the Day, 1 de octubre de 2000).

La única solución concreta y duradera a la crueldad del ser humano contra sus congéneres es el Reino de Dios, el cual restablecerá la justicia para todos y “limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado” (Revelación [Apocalipsis] 21:3, 4).

[Nota]

a La historia de los nativos americanos confirma las frecuentes peleas entre tribus, al grado que hubo constantes luchas “en las que se disputaban territorios, caballos y búfalos” (The People Called Apache [Un pueblo llamado apache]).

[Reconocimiento de la página 31]

Indio: dibujo basado en una fotografía de Edward S. Curtis; mapa: Mountain High Maps® Copyright © 1997 Digital Wisdom, Inc.; viviendas indias: Leslie’s

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