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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1951
w51 1/7 págs. 387-392

Predicando en las islas

ESTAS buenas nuevas del Reino deben predicarse en todo el mundo, y en este mundo hay muchas islas habitadas por personas que aman la vida, como todas las demás criaturas en la tierra. Pero aun en estas islas apartadas del movimiento de los grandes continentes las gentes tienen sus problemas. Debido a su aislamiento hombres de influencia obtienen poder y pronto el control de estas islas se concentra en las manos de unos cuantos favorecidos. Si el gobierno de la isla trabaja en el interés de la gente, ésta generalmente está contenta. Pero como es tan frecuente el caso cuando los pocos que controlan se interesan en sí mismos y no en la mayoría de los que habitan en las islas, descontento e inquietud son evidentes. No importa dónde viaje uno en el mundo, ve la necesidad del reino de Dios.

El presidente de la Sociedad Watch Tówer Bible & Tract, N. H. Knorr, y su secretario, M. G. Hénschel, ambos ministros del evangelio en la organización de los testigos de Jehová, recientemente hicieron un viaje a la hermosa isla de Bermuda. Salieron el sábado por la mañana, el 2 de diciembre de 1950, cerca de las 11:30, y para las 3:15 de esa tarde volaban en círculo sobre las islas en forma de coral, con sus casas aquí y allá pintadas de rosa, azul y verde, con los techos completamente blancos. Estas islas con más o menos 40,000 personas prosperan bastante bien con él turismo. Por supuesto, hay granjas, negocios, trabajo de construcción y otras ocupaciones que mantienen a la gente ocupada también figuran en la economía local.

El visitante se impresiona por las pintorescas y angostas carreteras cercadas, los pequeños coches ingleses, las hermosas flores, las limpias playas arenosas y rocas ásperas a lo largo de la costa, y la pendiente inclinada de las colinas. En diferentes partes de las laderas hay depósitos de agua, porque toda el agua para beber en Bermuda proviene de las nubes. La única cosa que desfigura la belleza de las islas son los cedros castaños que sufrieron una plaga hace unos dos años.

Hace como cuatro años la Sociedad Watch Tówer Bible & Tract envió a dos ministros, graduados de la Escuela bíblica de Galaad de la Wátchtower en South Lansing, Nueva York, para cuidar de las necesidades espirituales de la pequeña congregación de los testigos de Jehová en Bermuda. Como todos los demás testigos de Jehová, estos dos jóvenes estuvieron muy activos predicando las buenas nuevas del Reino, y animaron a los habitantes de la isla a que participaran del estudio bíblico de casa y se familiarizaran con las maravillosas enseñanzas de Cristo. Esto no fué del agrado de los principales religiosos y se informa que por sus esfuerzos el gobierno fué influenciado para que arreglara la deportación de los dos ministros. Los dos jóvenes fueron enviados de regreso a Inglaterra. Esto dejó a la congregación de los testigos de Jehová sin ministros competentes para tomar la delantera instruyendo y adiestrando a otras personas en el estudio bíblico.

Por mucho tiempo ha sido el deseo de los testigos de Jehová en estas islas que la Sociedad envíe a un siervo apto para cuidar sus intereses. Fué para ver si esto podía efectuarse que el presidente de la Sociedad hizo el viaje a Bermuda. Discutió el asunto de enviar a otro representante a las Islas Bermudas con algunos oficiales del gobierno autoridades de inmigración y abogados, estando estos últimos muy interesados en el caso de los testigos y la deportación de los jóvenes ministros. Es la esperanza fervorosa que se abra el camino de nuevo para que alguien vaya ahí para representar a la Sociedad, cuidar la congregación del pueblo del Señor y visitar a otras personas interesadas en los principales poblados de las Islas Bermudas.

Se efectuó una excelente reunión con los publicadores teocráticos y personas interesadas. Fueron grandemente animados al oír acerca de la obra del Señor en otras partes del mundo y estuvieron encantados con la amonestación bíblica que les presentaron los dos visitantes.

La estancia pareció muy corta, pero nosotros visitantes de Brooklyn nos regocijamos porque pudimos reunirnos con los de Bermuda que están avanzando y predicando las buenas nuevas del Reino. Los publicadores, aunque sean pocos, están determinados a continuar el servicio venga lo que venga, y es un gozo ver su entusiasmo. Por seguro sabemos que ellos no están solos en el mundo proclamando el mensaje del nuevo mundo. En esta isla parecen solos, pero Jehová conoce a los que le pertenecen.

El 4 de diciembre, cuando llegó el tiempo para que saliéramos, una tormenta muy fuerte se había desatado en el Atlántico. Aunque los vientos eran fuertes en Bermuda, eran mucho más severos hacia Nueva York a donde íbamos a ir. Nuestra esperanza había sido ir de Bermuda a Nassau, Bahamas, pero la compañía aérea británica que sirve esa ruta no funcionaba debido a una huelga. De modo que tuvimos que regresar a la ciudad de Nueva York y luego ir a Miami y de Miami a Nassau, con el fin de llegar a tiempo a la siguiente cita el martes por la noche. El vuelo fué tempestuoso esa noche y el avión brincaba por todos lados, pero llegamos a Nueva York a tiempo para hacer conexiones con nuestro avión de medianoche saliendo de Newark, Nueva Jersey, para Miami, Florida.

La parada en Miami fué muy breve—de las 5:00 a.m. a las 2:00 p.m. Hubo un poco de tiempo para descansar y dormir en la casa del siervo de compañía. Se nos proporcionó la oportunidad de reunirnos con algunos hermanos y también examinamos dos de los Salones del Reino que fueron hermosamente diseñados y bien construídos por los publicadores locales. Los salones en verdad son atractivos para el público y muy cómodos en todo respecto.

BAHAMAS

A las 2:00 p.m. íbamos en el avión con rumbo a Nassau en el grupo de las Bahamas, un brinco pequeño sobre la corriente del golfo de México. Nassau es la ciudad principal. Cuando llegamos al aeropuerto, fuimos recibidos por algunos hermanos ansiosos que sabían que no había vuelos de Bermuda a Nassau por la huelga y que se preguntaban cómo llegaríamos.

El discurso público, “¿Puede usted vivir para siempre en felicidad sobre la tierra?” que se desarrollaría esa noche en el Salón del Club de Madres, se anunció bien durante la semana. Algunos hermanos habían venido de Florida el día antes y habían ayudado a anunciarlo. Los habitantes de estas islas son en su mayoría gente de color, y el hallar a muchos hermanos de la raza blanca caminando por la calle principal de la ciudad con carteles y distribuyendo volantes produjo una leve sensación. La gente nunca había visto tantos testigos de la raza blanca en las calles antes. Los habitantes de la ciudad de Nassau, por supuesto conocen bien a los misioneros que viven ahí, tres en total, pero el ser fortalecidos con cuatro más fué lo suficiente para producir mucho comentario.

A través de las numerosas islas del grupo de las Bahamas hay sólo algo más de 68,000 habitantes, incluyendo la ciudad principal de Nassau con 17,000 habitantes. Muchos edificios en Nassau hacen a uno pensar en el estilo arquitectural de hace cincuenta años o más, y uno disfruta de la simplicidad en un ambiente del Viejo Mundo. Es debido en parte a esto que los turistas de los Estados Unidos van a la ciudad de Nassau para pasar sus vacaciones. Se hallan hermosas mansiones a lo largo de la costa. Las aguas azules excepcionales del océano Atlántico alrededor de las Islas Bahamas son muy atractivas. Las aguas son notablemente claras y uno puede alcanzar a ver las profundidades acuáticas hasta una distancia considerable. Se les dijo a los viajeros que numerosos botes con fondo de vidrio llevan a los turistas alrededor para mostrarles los jardines en el fondo del mar.

Las 7:30 p.m. de ese jueves llegaron muy pronto y no pasó mucho tiempo antes de que se llenara el salón y estuvieran personas de pie en el portal al frente y finalmente tuvieran que inundar la calle. Hubo 350 personas presentes y pusieron mucha atención al mensaje que alegra el corazón concerniente al reino de Dios. Se hicieron muchas preguntas después de la reunión y se distribuyeron folletos a todos los que desearon una copia. Varios hombres prominentes concurrieron; estaban ansiosos de investigar más. El diario local del siguiente día hizo comentario favorable sobre el discurso.

La convención continuó el día siguiente con la concurrencia de 123 hermanos de diferentes partes de la isla principal y otras islas. Se hicieron arreglos para servir a la gente interesada en las otras islas enviando a un representante de la Sociedad de lugar en lugar y dándole atención parecida a la de un siervo de circuito. Se espera que no pasarán muchos meses antes de que se principien compañías, no sólo en Nueva Providencia, la isla principal donde se halla Nassau, sino también en Gran Bahama, Gran Abaco, Eleuthera, Isla Cat, Isla Andros, Gran Exuma, Isla Larga y otras. Hay personas que están positivamente interesadas en todas estas islas, pero necesitan la ayuda de un ministro que los revisite regularmente a fin de contestar sus preguntas e iniciarlos en el servicio del campo. Con este fin se hizo una visita al secretario colonial interino concerniente al enviar más misioneros a las islas. Ha llegado noticia desde esa visita al efecto de que han aprobado la entrada de otro misionero para trabajar en la ciudad de Nassau.

Uno de los días que pasamos en Nassau se instaló un nuevo gobernador. Venía de Inglaterra. Seguramente hubo desfiles y grandes cosas en la población mientras celebrábamos nuestra asamblea en el Salón del Reino. Un diario al comentar sobre la llegada del gobernador dijo: “Las ceremonias esta tarde fueron muy esplendorosas y se aproximaron a las de la llegada del duque de Windsor hace algunos años. El gobernador llega en una época cuando tenemos un tesoro público vacío, pero también en una época cuando hay mucha probabilidad de que la temporada de turismo sea próspera. También llega en la temporada de Navidad cuando casi todos los corazones están rebosantes con las fiestas venideras. Y así que durante las primeras semanas hallará la marcha muy tranquila. Con la venida de la estación invernal y los asuntos contenciosos de la Casa de Asamblea, Su Excelencia no puede esperar ni más ni menos de lo que los anteriores gobernadores han recibido, a saber, bastante trabajo duro.”

Sin duda los problemas de estado en todas las naciones de la tierra les ocasionan gran ansiedad y preocupación a los gobernantes. En este viejo mundo egoísta y preocupado, las cosas no se pondrán más fáciles, sino más difíciles, porque nos acercarnos más y más a ese día de juicio final, la guerra del Armagedón. Los gobernantes del mundo tratan de mantener unidos los reinos de este mundo en una organización, las Naciones Unidas, y mientras tanto los testigos de Jehová sosegada y pacíficamente hacen su obra de educar a la gente en la Biblia y mostrarle que la única esperanza es el reino de Dios. Mucha gente está siendo consolada en Nassau y en las islas Bahamas. El informe muestra que en 1946 rindieron informes de servicio en el campo tres publicadores en Nassau. Después de eso se enviaron graduados de Galaad para efectuar una obra misionera y los publicadores locales se organizaron mejor. En 1950 un promedio de 74 publicadores rindió informes y al tiempo de escribir esto hay 110 entregando informes.

CUBA

El jueves por la tarde fué el tiempo de partir. De nuevo el avión que íbamos a tomar estaba retardado al salir de Nassau y por lo tanto retardado para llegar a Miami, donde quedarnos de hacer conexiones para ir a la Habana, Cuba. Aproximadamente 100 hermanos vinieron de Miami para recibir a los viajeros y los dos hermanos viajeros estuvieron encantados de verlos, pero debido a lo retardado del avión y el esfuerzo de la Pan American Airways de ponernos en el siguiente avión para la Habana, fuimos despachados con prontitud a través de inmigración y la aduana, con boletos cambiados y revisión del equipaje en unos diez minutos. Quiso decir sólo una despedida con la mano al grupo. Nos agradó mucho verlos, pero nos hubiera gustado quedarnos con ellos unos cuantos minutos para contarles las buenas cosas que habían acontecido en Nassau. Sin embargo, esto no fué posible y pronto despegó el avión en las tinieblas de la noche, deslizándose rápidamente por la pista de concreto y levantándose airosamente en el cielo con destino a la Habana. Pareció que apenas nos estábamos acomodando en nuestros asientos cuando llegó el tiempo de ceñirse los cinturones de seguridad y en unos cuantos minutos rodábamos sobre el aeropuerto Rancho Boyeros de la ciudad principal de Cuba.

Aquí en la Habana los hermanos en verdad habían elaborado una comisión de recepción. Nunca habíamos visto cosa semejante. Setecientos de los publicadores de la Habana y algunos que habían llegado temprano a la convención se hallaban reunidos en el aeropuerto temprano por la tarde, pero esperaron hasta las 7 de la noche para saludarnos. Su entusiasmo irradía, burbujea y cae sobre uno como lluvia refrescante. Los hermanos cubanos fueron muy expresivos al mostrar su gozo de tener al presidente de la Sociedad y a su secretario con ellos y nosotros en verdad estuvimos encantados de estar en medio de ellos. Este celo de los cubanos no sólo es expresivo en esta forma, sino que se manifiesta en su testimonio de puerta en puerta y en sus revisitas y estudios bíblicos, y produce resultados.

Fué en 1946 que el presidente hizo su última visita a Cuba y en ese tiempo había 2,250 publicadores participando regularmente en el servicio del campo. Pero en 1950 hubo 6,619 de promedio y ahora tienen un máximo de 7,820 ministros proclamando las buenas nuevas. La Sociedad ha tenido hasta 54 graduados de Galaad en una ocasión haciendo obra misionera en Cuba durante los recientes años pasados. Debido al tremendo aumento en publicadores de compañía y precursores locales, casi todos estos misioneros han sido enviados a otras asignaciones.

En esta hermosa isla de Cuba, casi todo se da. De hecho, uno puede poner en la tierra un poste de madera y comenzarán a brotarle hojas. Cuba tiene una población de aproximadamente 4,800,000 personas. Es fácil ver que, con 7,820 publicadores en el país, se le está dando a la gente el testimonio muy regularmente. De hecho, las compañías brotan tan rápidamente como las flores y las plantas. En 1946 había 69 compañías en toda Cuba; ahora hay 178.

El siervo de sucursal preparó un fuerte itinerario para nosotros. En el período de una semana se hicieron arreglos para celebrar tres convenciones separadas en Cuba—una en la Habana, la segunda en Santa Clara y la tercera asamblea en Holguín, en la parte oriental de la isla. Todas estas convenciones fueron muy anunciadas. Se distribuyeron 410,000 volantes; se usaron 6,000 carteles. Se enviaron por correo 5,900 cartas de invitación para las personas de buena voluntad. Los diarios publicaron excelentes informes y los hermanos se encargaron de proporcionar informes a los diarios concernientes a la obra de los testigos de Jehová y especialmente acerca de las reuniones en el estadio Yanqui del verano pasado. Los diarios de la Habana El Mundo, Avance Información, Prensa Libre y El Nuevo Pueblo escribieron: excelentes artículos acerca de la convención y de la venidera visita del presidente Knorr. El periódico El Mundo, que tiene la mayor circulación de los diarios cubanos, escribió un artículo excelente acerca de la futura asamblea y la pasada convención internacional de Nueva York y describió la gran obra educativa que están llevando a cabo los testigos de Jehová. Al terminar, este diario declaró que no podemos menos que llegar a la conclusión de que ‘ésta es la más intensa campaña educativa de todos los tiempos efectuada con tan altruísta sentimiento’.

En un esfuerzo por ampliar la publicidad, todas las principales radiodifusoras de la Habana fueron visitadas y se les dieron anuncios: para el público. Una de las estaciones más grandes del país, la CMQ, una estación de 25,000 vatios, presentó una transmisión nacional de una entrevista con uno de los hermanos. Otra estación, la CMBC, transmitió una entrevista entre dos hermanos v ésta se oyó en todo el país. El 8 de diciembre a las 5:30 de la tarde el hermano Knorr, por medio de un intérprete, fué entrevistado por una de las principales radiodifusoras, la Estación RHC. Este programa se transmitió en un circuito encadenado desde una punta del país a la otra punta. En la entrevista el hermano Knorr declaró el propósito de su visita y que tenía mucho gozo por estar de nuevo en Cuba. Después de la entrevista y en esta misma transmisión nacional, el siervo de sucursal, hermano Papadem, desarrolló un discurso de seis minutos en cuanto a la próxima convención, e invitó al pueblo de Cuba a concurrir a cualquiera de estas tres asambleas. Todo esto fué transmitido por radio gratuitamente y en interés del público.

La asamblea más grande de Cuba se efectuó en la Habana el 9 y 10 de diciembre en la Sociedad del Pilar. Se llevó a cabo igual que la asamblea de Nueva York. Hubo un servicio de restaurante individual como a cuatro cuadras en el Club Latino y éste fué unido por conexiones de cable directas con el salón de la convención. Los nuevos libros y folletos en español presentados en el estadio Yanqui se imprimieron en cantidad suficiente y se enviaron a Cuba para que los hermanos concurriendo a la convención pudieran obtener “Equipado para toda buena obra”. Este fué anunciado por el hermano Hénschel cuando habló en una de las reuniones. El hermano Knorr presentó “Esto significa vida eterna” y también la nueva Atalaya en su número del 1 de enero, siendo ahora una revista de 32 páginas como la edición inglesa. Todos los convencionistas rebosaron de alegría con estas nuevas publicaciones.

Aunque los publicadores cubanos están marchando a gran velocidad, el asunto de la cuota de aumento de 10 por ciento y el máximo de aumento de 34 por ciento se presentó a todos los publicadores de un cabo del país al otro. Si Cuba va a lograr su aumento de 34 por ciento como nuevo máximo para 1951, tiene que llegar hasta 10,057 publicadores para el año. Aun con todos los aumentos maravillosos realizados en Cuba, este anuncio les hizo abrir los ojos en verdad. Diez mil cincuenta y siete parecieron bastante distantes del grupo pequeño de 7,800 publicadores, pero se esfuerzan por alcanzarlo con todo el vigor y celo y determinación que tienen, igual como han manejado cualquier otro trabajo que se les ha asignado. Confían en el Señor de que hay muchas “otras ovejas” en la isla y por Su bondad inmerecida van a tratar de encontrarlas y alimentarlas y ayudarlas a que sean publicadores para el Reino.

En todas las tres asambleas se demostró el mismo excelente espíritu de cooperación y determinación para cuidar los intereses del Reino. En la Habana en la reunión pública hubo 3,493 concurrentes y 124 fueron bautizados por inmersión. Dos días después en la reunión pública en Santa Clara hubo 2,223 presentes atestando el teatro que se usó. En la inmersión efectuada allí se bautizaron 74. En Holguín el teatro que habían obtenido fué atestado con 2,142 y temprano por la mañana se bautizaron 76. Así que, para el informe de la convención de Cuba, es en verdad un placer dar a conocer que 7,858 personas concurrieron a estas reuniones con 274 bautizados. Esta fué la mayor asamblea del pueblo del Señor para esta isla.

El viajar de una ciudad a la otra se hizo por avión o auto y significó actividad constante. Seguramente fué bueno oír las experiencias, tal como la relatada por un maestro escolar. Su esposa no demostraba entusiasmo acerca de que adoptara él esta “nueva religión”, pero mientras más estudiaba él, más quería salir a la obra. Finalmente decidió ser precursor además de cuidar su puesto docente. Su esposa insistía en que no podía hacerlo debido a su salud, pero después que se hizo precursor su salud mejoró y aumentó como 15 kilos. Antes de que pasaran muchos meses la esposa publicaba también y entraba en el mismo gozo del Señor que él tenía. Y así sigue con muchas experiencias desde un término al otro de Cuba.

Para culminar el espíritu de toda la convención, uno de los hermanos habló en nombre del hermano Knorr por diez minutos por la radiodifusora RHC y su circuito nacional, contándole a la gente de Cuba acerca de las tres asambleas y el trabajo logrado por los testigos de Jehová en todo el mundo. El hermano Knorr fué invitado a desarrollar este discurso en la Habana, pero no pudo regresar debido a citas en Jamaica. Tuvo que cruzar de Camagüey a Kingston en avión el viernes. Sin duda las tres asambleas ayudarán a los publicadores del Reino grandemente en el aumento de la Teocracia en Cuba.

Reservamos para nuestro siguiente número el relato del viaje a Jamaica, y la predicación adicional lograda en las hermosas islas de las Antillas.

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