Más predicación en las islas
EN NUESTRO número anterior les informamos de los viajes del presidente de la Sociedad Wátchtower, N. H. Knorr, y su secretario, M. G. Hénschel, a medida que prestaban servicio a los testigos de Jehová en las islas de Bermuda, las Bahamas y Cuba. Ahora nos complacemos en seguir el informe de su viaje continuado para cumplir citas en Jamaica, Haití, las Islas Vírgenes y Puerto Rico.
El hermano Knorr había estado en Jamaica antes, pero era la primera visita del hermano Hénschel a esta escarpada isla montañosa. El avión en que íbamos a viajar de Camagüey, Cuba a Jamaica salió un poco tarde. La convención ya había empezado en Kingston, el viernes, 15 de diciembre. Algunos hermanos estuvieron en el aeropuerto para recibir a los viajeros y no pasó mucho tiempo antes de que estuviéramos en medio de la actividad de otra convención; esta vez, sin embargo, todo fué en inglés.
La sucursal había hecho arreglos para que se celebrara la asamblea en Kingston, Jamaica, en el Salón del sindicato de maestros de Jamaica. Las facilidades de restaurante individual estaban sólo a unos 100 metros de distancia y se sirvieron excelentes comidas. También se había arreglado un puesto de refrescos muy bueno. Este lugar se conectó por hilo directo para que todo el programa pudiera oírse por los trabajadores voluntarios en el restaurante.
Los hermanos jamaiquinos presentaron una reunión de servicio muy buena. Uno de los rasgos fué un vívido drama poético representando la preservación del siervo del Señor mediante la predicación perseverante. Fué una alegoría; todos los personajes dijeron sus partes en rima poética. Hubo tales personajes como legión, tentación, desánimo, el Sr. Mofa; y otros desempeñaron sus papeles bien y trataron valerosamente de vencer al siervo de Jehová. Pero con la “espada del espíritu” y el servicio del Señor manteniéndolo ocupado en la predicación de las buenas nuevas, el joven publicador pudo vencer todos estos obstáculos. La demostración logró su objeto y en verdad fué algo diferente a lo que acostumbramos ver. La concurrencia disfrutó de la presentación.
Los hermanos Knorr y Hénschel hablaron todos los días en la asamblea y hubo una discusión que los hermanos gozaron inmensamente. Fué la historia del hombre rico y Lázaro y su significado del día presente. Los detalles de ésta se publicaron, una parte en el último número de La Atalaya y el resto en éste. El hermano Hénschel trató de muchos problemas de servicio y particularmente mostró cómo deben usar su tiempo hoy en día los publicadores del Reino para probar que son verdaderos cristianos.
Se logró buena publicidad en conexión con la reunión pública arreglada para el domingo por la noche a las 7 en punto. El domingo por la mañana se desarrolló el discurso de bautismo y 145 hermanos fueron sumergidos en la bahía. El discurso público atrajo una multitud sin precedente de 4,500. El auditorio estaba atestado, los patios en ambos lados estaban llenos, el lugar del restaurante lleno totalmente y las aceras fueron obstruídas con personas que permanecieron de pie escuchando los discursos por medio de altoparlantes. Todo el mundo rebosó de alegría debido a la excelente asamblea. Kingston hablaba de los testigos de Jehová. Por supuesto, para los hermanos la asamblea terminó demasiado pronto, pero todos se determinaron regresar a sus compañías locales y predicar mejor el evangelio.
La última visita a la isla de Jamaica hecha por el hermano Knorr, en 1946, mostró que sólo había 899 publicadores participando regularmente en el servicio del campo. Ahora hay 2,120, de acuerdo con el último informe del año pasado, teniendo un máximo de 2,380. Hay muy poco aumento en el número de compañías organizadas porque había muchas compañías en 1946, pero han crecido y la gente de esta atractiva isla, que cuenta con cerca de 1,388,000 habitantes, ciertamente sabe que los testigos de Jehová tienen un mensaje de consuelo para ellos y muchos escuchan y dejan que los publicadores estudien con ellos en sus casas. Los testigos están seguros del aumento de la Teocracia en Jamaica. El lunes después de la convención se dedicó a examinar el trabajo de la sucursal y a cuidar de asuntos acerca de los cuales los hermanos querían ver al presidente de la Sociedad.
El martes se hizo un viaje en el carro de sonido de la Sociedad, un Ford de 1936, que caminó sin murmullos o quejas hasta el otro extremo de la isla al famoso centro de recreo, Bahía Montego. Esto nos dió la oportunidad de ver algunas de las demás ciudades. Fué necesario pasar por el monte Diablo, uno de los picos más altos de la isla, y luego a través de un desfiladero de helechos, uno de los jardines más hermosos de esplendor tropical en el mundo. En Bahía Montego se alquiló el teatro Strand para la asamblea de un día para acomodar a los hermanos del extremo occidental de la isla. Trece fueron bautizados el miércoles por la mañana. El anuncio de la reunión pública se hizo inmediatamente después de la inmersión. Nosotros trabajamos en el carro de sonido, haciendo anuncios y distribuyendo volantes desde el coche. Fué muy interesante ir por las carreteras sinuosas de esta ciudad y hablarles a sus habitantes. En la sesión de la tarde, concurrieron 310 personas, y, a pesar del hecho de que era el tiempo de navidad cuando todo mundo andaba de compras, 554 personas concurrieron al discurso público.
Al día siguiente salimos a otra larga excursión para visitar el extremo nordeste donde se obtuvo el teatro Capitol y se efectuó una sesión de un día para los testigos de Jehová en esa parte de la isla. La isla es de sólo 144 millas de largo por 49 millas de ancho, y a medida que viajábamos por aldeas y pueblos saludábamos a diferentes individuos que habíamos conocido en Kingston y que reconocían el carro de sonido, y uno de ellos resultaba ser publicador y otro un siervo de compañía y otro un siervo de estudios bíblicos o algún interesado de buena voluntad. De hecho, dondequiera que íbamos, aun cuando comíamos en un restaurante, la gente nos conocía. Esto muestra qué bien conocidos son los testigos de Jehová por todo Jamaica.
Todo el viaje de Bahía Montego a Puerto Antonio fué por lo largo de la costa norteña. El mar era de un color azul subido y el fuerte viento del norte creaba en contraste la espuma blanca de las grandes olas rompientes. Pudimos ver el agua casi todo el tiempo, pero de vez en cuando pasamos a través de grandes fincas de cocoteros y plantíos de caña de azúcar. Apenas había pasado la estación de lluvias y por eso Jamaica se veía sumamente verde dondequiera que nos conducían las carreteras sinuosas y montañosas. Es una isla fértil para la agricultura y para las semillas de la verdad del Reino.
En Puerto Antonio 160 hermanos se reunieron a las 5 en punto para oír el discurso del hermano Hénschel por media hora y luego tuvo que irse por coche a Kingston, donde se hicieron arreglos para una reunión especial con las tres unidades para considerar asuntos concernientes a la construcción de Salones del Reino adicionales. El hermano Knorr habló de improviso por el resto del tiempo antes de la reunión pública que iba a comenzar a las 7 en punto. Cuatrocientas cinco personas asistieron esa noche quienes se interesaron en vivir para siempre en felicidad en la tierra.
El hermano Knorr también tuvo que regresar esa noche a Kingston porque iban a volar al día siguiente para Haití. La luna brillaba y el viaje a casa a través de las montañas y los valles fué muy interesante. Fué agradable, también, precisamente fuera de la ciudad pasar a muchos de los hermanos que habían venido a la reunión y quienes caminaban de regreso a sus casas en las escarpadas colinas donde viven. Algunos iban en bicicletas, pero la mayoría de ellos caminaban. Todos nos saludaban al pasarlos.
El hermano Hénschel tuvo una reunión muy excelente en Kingston, donde 525 hermanos atestaron el Salón del Reino de la unidad Central. Ahí leyó una carta escrita por el hermano Knorr a las tres unidades respecto a los planes para extender la obra en esta principal ciudad capital de Jamaica. Las sugestiones fueron aceptadas unánimemente y sin duda la obra avanzará rápidamente. En 1946 cuando el hermano Knorr hizo su primera visita, había 209 publicadores y una unidad. En esa ocasión se hizo la sugestión de que se dividieran en tres unidades y edificaran tres Salones del Reino. Esto fué hecho y desde 1946 han aumentado a 800 publicadores regulares e irregulares. Así que, ahora están haciendo planes para edificar otros dos Salones del Reino en diferentes partes de la ciudad y sin duda la obra adelantará con un aumento parecido.
De nuevo la semana pasó muy rápidamente y llegó la hora de partir. Treinta hermanos nos acompañaron al aeropuerto Palisadoes, a siete millas de Kingston, para vernos despegar cerca de la 1:20 p.m. en el pájaro hecho por el hombre de la Pan American para nuestra siguiente parada, en Puerto Príncipe, Haití. Enteramente disfrutamos de la semana en Jamaica con los miles de siervos teocráticos de Jehová.
HAITÍ
El tropical Haití ocupa la porción occidental de la isla conocida por la mayor parte de la gente como Santo Domingo. Es muy montañoso y bastante primitivo. La República Dominicana ocupa el extremo oriental, la mayor área de la isla. Haití es una república de color. La gente habla francés y criollo, cerca del 90 por ciento hablando esta última lengua. El francés es el idioma gubernamental, mientras que el patois o el dialecto criollo es lo que todo el mundo habla. Se ha enseñado la religión católica allí por muchos siglos, pero no les importa a los del clero católico si su gente practica vuduísmo, y se dice que la mayor parte de la gente campesina lo hace. Les parece bien a ellos que pertenezcan a dos religiones con tal que continúen en la religión católica. ¡Qué manera tan extraña de enseñar la verdad, si ellos tuvieran la verdad! Tal tolerancia de demonolatría explica cómo es que la gente japonesa puede adorar a sus antepasados y todavía ser lo que ellos suelen llamar “buenos católicos”.
Su interés no es tanto el de enseñarle a la gente lo que está en la Biblia, porque ése no ha sido el interés de la Iglesia Católica por siglos. Se interesa en edificar una organización poderosa que hoy en día ha manifestado ser más política que religiosa. De hecho, la ciudad del Vaticano es un estado vaticano; no solo es el centro para una organización religiosa sino que debe ser reconocido como gobierno. Ellos no se han separado del mundo, que fué la amonestación de Cristo Jesús. Él dijo que estaba en el mundo, pero que no era parte de él. Pero la Jerarquía Católica Romana quiere ser parte del viejo mundo y, por supuesto, caerá con él en la guerra del Armagedón.
Los testigos de Jehová tienen un verdadero problema en Haití, en lo que concierne la presentación de la verdad a la gente. Primero, deben vencer las doctrinas católicas, las que algunas personas creen pero en las que no tienen mucha fe; y, segundo, deben combatir las prácticas vuduístas que tratan del espiritismo. El idioma también es una verdadera barrera. Allá en 1946, cuando el hermano Knorr visitó a este país por primera vez, había sólo dos misioneros y dos personas más que se interesaban en predicar el evangelio. Desde entonces la Sociedad ha enviado más misioneros al país y la obra ha crecido hasta que hoy en día hay 12 misioneros y un promedio de 86 publicadores durante 1950, con un máximo de 99 por el año. Estos ministros están logrando excelente trabajo, yendo a las pequeñas aldeas y pueblos y trabajando en el distrito rural. No importa dónde uno vaya hallará gente con quien hablar. Pero el convencerlos de la verdad es otro asunto. Se necesita paciencia, bondad, perseverancia y un entendimiento de la gente.
Cuando llegamos al aeropuerto, la convención ya había empezado. Así que fuimos directamente al Salón del Reino para empezar a hablar. Los hermanos de diferentes partes del país se habían reunido en el Salón del Reino y ahí disfrutaron de una fiesta de cosas buenas. Setenta y cuatro diferentes personas concurrieron a la reunión y el domingo por la tarde, el día antes de navidad, la reunión pública se celebró en el teatro de Verdue al aire libre del hermoso parque Exposición a la orilla del puerto. Hubo 474 concurrentes. Esa mañana 13 hermanos se bautizaron en una playa llamada club Thorland. Se hizo un buen arreglo de restaurante individual, de modo que, aunque las reuniones fueron pequeñas comparadas con las de Cuba, tuvieron todos los rasgos de una convención.
Los publicadores de ninguna manera se detuvieron de anunciar las buenas nuevas con carteles, volantes, estando en las calles con las revistas y viendo que toda la gente de buena voluntad se informara bien. Todo el mundo se alegró con la buena concurrencia a la reunión pública de la tarde. Fué muy evidente que a muchos les agradó, porque esa noche en el Salón del Reino, que está situado a más de una milla de distancia del lugar donde se efectuó la reunión pública, concurrieron 101 personas, y esto en la nochebuena cuando a tanta gente le gusta estar en casa con sus familiares. Se puede ver, sin embargo, que la gente no está muy absorta en la celebración de navidad como pensaría uno que gente religiosa debería estar. Andan por todos lados estallando triquitraques y efectuando grandes celebraciones vuduístas, ofreciendo ciertos sacrificios, y todo esto, parece ser, con la aprobación de la Iglesia Católica. A través de todas estas islas en el área del Caribe parece que la celebración de la navidad se lleva a cabo más o menos como los norteamericanos celebran el 4 de julio. Ciertamente no es una escena de paz ni un sonido pacífico con los que se celebra el supuesto nacimiento del Príncipe de Paz.
A los viajeros les agradó mucho el poder reunirse con los fieles misioneros en esta isla, y hablar con ellos acerca de sus problemas y observar la buena obra que se está haciendo para adelantar los intereses del Reino. Han hecho bien al aprender el idioma y estudiar con la gente aun cuando ninguna literatura se tiene todavía en el dialecto criollo. Estuvieron encantados al saber que la Sociedad publicará muy pronto un folleto en patois para ayudar a empujar la obra de expansión. Se necesitan más trabajadores y también más paciencia y perseverancia en este país, porque tiene algunas dificultades que no se hallan en muchos otros países en lo que toca a transporte, comodidades, etc. Pero debe decirse que la gente es humilde y, se cree, dispuesta para aceptar la verdad.
TRABAJO EN LAS ISLAS VÍRGENES
La Sociedad tiene una sucursal en Puerto Rico y esta oficina cuida de la obra en Puerto Rico y también en las Islas Vírgenes. El presidente de la Sociedad nunca había estado en las Islas Vírgenes, pero hace algunos años se enviaron unos misioneros y ellos han hecho una obra espléndida. Se decidió que la asamblea de distrito se efectuara en Charlotte Amalie en Santo Tomás en las Islas Vírgenes. Algunos hermanos de Puerto Rico alquilaron un avión especial de la Pan American y 52 de nosotros volamos de San Juan el viernes por la mañana, 29 de diciembre, a Santo Tomás y ahí fuimos recibidos por los convencionistas de San Juan, Santa Cruz y Santo Tomás que ya se hallaban reunidos. Las reuniones fueron efectuadas en el Salón del Reino en la calle Jardín y hubo 120 personas presentes disfrutando de esta pequeña asamblea en esta pequeña isla.
La ciudad de Charlotte Amalie—hay quizás 10,000 personas en la isla—ciertamente recibió un testimonio, porque todos los publicadores de Puerto Rico, muchos de ellos siendo misioneros, testificaron junto con los hermanos locales. Utilizaron volantes, carteles, revistas, y se hizo algo de trabajo de casa en casa. Todos en la población habían leído en los diarios que los testigos de Jehová iban a celebrar una gran reunión y el servicio en el campo no dejó duda en la mente de ninguno. Fué interesante trabajar con los publicadores en el mercado donde el sábado por la mañana viene gente de todas partes de la isla con sus mercancías para vender. Los nativos de la isla están muy familiarizados con la verdad, porque los misioneros que han estado ahí por cuatro años ciertamente han hecho conocida su presencia por sus esfuerzos diligentes en predicar el evangelio del Reino, y ellos tomaron todas las revistas que los publicadores tenían para colocar.
El sábado la convención se cambió del Salón del Reino a la Escuela Superior de Charlotte Amalie. La escuela superior fué edificada hace muchos años en una pequeña península que sobresale en el puerto. Su ubicación es favorecida. La isla de Santo Tomás tiene uno de los puertos más bonitos que usted puede encontrar. Aunque no es el más grande por mucho, es casi un círculo entero de tierra con una entrada comparativamente pequeña, y es muy hondo. La isla es muy montañosa, lo que hace que el terreno se levante de la orilla del agua hasta las nubes. Hay hoteles y casas esparcidas por las colinas, que son muy verdes en el mes de diciembre. En algunas colinas pudimos ver las superficies tranquilas de depósitos, porque las Islas Vírgenes dependen de la lluvia para el agua de beber. Sí, Santo Tomás es una pequeña joya verde engastada en agua clara como el cristal—un lugar de recreo por excelencia para el turista.
La excelente ubicación de la escuela superior quiso decir que siempre hubo vientos frescos para el placer de los que concurrieron a las reuniones. En la víspera del año nuevo, 31 de diciembre, se efectuó la reunión pública y hubo 320 personas presentes, una asistencia muy buena para ese día del año. Mostraron gran interés y sin duda la obra de testimonio continuará progresando en esta isla y las demás del grupo de las Islas Vírgenes. Fué en verdad un placer asociarnos con todos estos misioneros y publicadores de compañía y precursores locales y ver su celo. Por algún tiempo fué difícil en las Islas Vírgenes convencer a los hermanos que los testigos de Jehová estaban ahí para quedarse, y tenían una ansia de apegarse a las organizaciones religiosas. Pero ahora se han librado de las iglesias y los hermanos y las hermanas se están bautizando y están saliendo al campo y proclamando ahí, como todos los demás testigos de Jehová lo hacen por todo el mundo. Esto, por supuesto, ha causado disturbio entre las iglesias porque muchos de los buenos trabajadores religiosos se han salido.
El lunes por la mañana del 1 de enero, los convencionistas que habían venido de Puerto Rico se hallaban reunidos en el aeropuerto esperando su avión especial, un DC-4, y 54 personas volaron de regreso a San Juan y gozaron de un vuelo muy agradable. El teatro Tapia, propiedad de la municipalidad, en el centro de San Juan—en verdad un hermoso teatro de ópera—se había tomado en alquiler para una asamblea pública esa tarde. Primero, el hermano Hénschel habló a los publicadores que se habían reunido en San Juan el día del año nuevo. Hubo 281 hermanos ahí. El hermano Knorr dió su discurso público y el siervo de sucursal lo tradujo. Hubo un pequeño intermedio de quince minutos y luego el hermano Knorr habló a los hermanos de nuevo, sobre la parábola del hombre rico y Lázaro. Fué ciertamente un gozo tener la oportunidad de visitar a los hermanos puertorriqueños una vez más. Puerto Rico parece ser uno de los puntos de confluencia para viajar a la América del Sur y a las islas del Hemisferio occidental. Por lo tanto ha sido el placer del hermano Knorr estar con estos hermanos más a menudo que con otras sucursales.
Se hicieron arreglos para regresar de Puerto Rico a los Estados Unidos y este vuelo se efectuó el miércoles, 3 de enero, un cambio rápido del trópico al invierno.
Y así vemos que las islas, por medio de sus habitantes, exclaman alabanza a su Creador, Jehová Dios, a medida que la expansión teocrática se extiende para afectar aun las porciones de tierra pequeñas que sólo son un punto en el mapa. Es cosa maravillosa ver cómo el espíritu de Jehová ha ido por toda la tierra, operando en Sus testigos, para atraer a Él y a la organización teocrática los que aman la justicia y creen su promesa del nuevo mundo. Nos alegramos de que personas de todas clases, de todas nacionalidades, se estén poniendo en línea para las bendiciones de vida y estén predicando las buenas nuevas. Y a medida que vemos que las buenas nuevas se extienden a islas insignificantes en estos días de poderosas fuerzas políticas mundiales tenemos buena causa para regocijarnos, porque sabemos que cuando las buenas nuevas se hayan predicado en todo el mundo para testimonio el fin consumado vendrá con seguridad.