Cómo Dios costea su obra
Es correcto dar a conocer sus “Buenas esperanzas” al ayudar con el costo de la expansión
A UNA nación apóstata Jehová envió su profeta Isaías con un mensaje de reprensión. Entre otras cosas, Jehová por medio de ese profeta les dijo: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son mis caminos, . . . Porque como los cielos son más altos que la tierra, así mis caminos son más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos que vuestros pensamientos.” (Isa. 55:8, 9) Adecuadas como fueron esas palabras a la Jerusalén apóstata hace unos 2,500 años, aplican con todavía más fuerza a la cristiandad apóstata moderna.
Entre los muchos caminos de Dios que son superiores a los de la cristiandad se halla su manera de proveer los medios necesarios para llevar a cabo su obra en la tierra. Su modo es darle a la gente la verdad respecto a sí mismo y sus propósitos y ofrecerles privilegios de servicio en conexión con la adoración verdadera. Puesto que aprecian lo que Dios ha hecho por ellos, eso los hace deseosos de hacer algo en favor de su causa. Por ejemplo: Cuando llegó el tiempo para construir el tabernáculo y equiparlo para llevar a cabo la adoración de Jehová, Moisés simplemente anunció: “Esta es la cosa que Jehová mandó, diciendo, Tomad de entre vosotros una ofrenda para Jehová; quienquiera que sea de corazón voluntario, que la traiga.” Y ¿cuál fué el resultado? “Y ellos vinieron, cada uno cuyo corazón le animó, y cada uno a quien su espíritu le hizo voluntario.” “Y trajeron [tanto, que la gente tuvo que ser] impedida de traer. Porque lo que tenían era suficiente para hacer toda la obra, y sobró.”—Éxo. 35:4, 5, 21; 36:3-7, AN.
La misma buena voluntad también fué evidente cuando se trató de contribuir para la edificación del templo y abastecerlo con el equipo necesario. Dijo David: “Además también, porque he puesto mi afecto en la casa de mi Dios, viendo que tengo un tesoro mío propio de oro y plata, lo doy a la casa de mi Dios, además de todo lo que he preparado para la casa santa, aun tres mil talentos de oro, del oro de Ofir [ascendiendo por lo menos a $81,000,000], y siete mil talentos de plata refinada.” Luego él preguntó, “Entonces ¿quién ofrece voluntariamente para [llenar la mano—margen] este día a Jehová?” Con razón que, con tal ejemplo, los príncipes, gobernantes, capitanes y la gente respondieron ‘voluntariamente y con un corazón perfecto’.—1 Cró. 29:3-6; 9, 14, AN.
Cuando Cristo Jesús vino, siguió un curso parecido. No sólo dijo, “Hay más felicidad en dar que la que hay en recibir,” sino que, en contraste notable con los voraces líderes religiosos de su día, él practicó lo que predicó. Aunque él había sido rico, por causa de otros voluntariamente se hizo tan pobre que no tenía residencia fija en la cual “recostar su cabeza”. Los que lo notaron y se aprovecharon de su devoción altruísta lo consideraron un gran gozo contribuir hacia el abastecimiento de sus necesidades.—Mat. 8:20; Luc. 8:3; 19:1-10; Hech. 20:35; 2 Cor. 8:9, NM.
Los apóstoles siguieron el mismo modelo. Habiendo recibido gratuitamente, ellos dieron gratuitamente. Su curso desinteresado influyó otros a manifestar amor; muchos vendieron sus posesiones y entregaron el producto al cuerpo gobernante para que ellos lo usaran como lo cons1deraran mejor para el adelanto de la adoración verdadera y el beneficio de la comunidad cristiana en general. Todo fué voluntario.—Hech. 4:32-37; 5:1-4.
PLANES LUCRATIVOS DE LAS RELIGIONES FALSAS DE LA CRISTIANDAD
¡Cuán diferente de lo anterior es la manera en que procede la cristiandad apóstata! Sus organizaciones religiosas están dispuestas a entrar en alianzas de lealtad con los peores criminales del mundo, tales como Hítler y Mussolini lo fueron, a cambio de apoyo monetario. Estimulan la codicia entre sus miembros con juegos de bingo, loterías y otros juegos de azar. Aunque la Biblia no dice una sola palabra acerca de purgatorio, ni acerca de un alma inmortal, y aunque nadie jamás ha regresado del purgatorio para demostrar que existe tal lugar, no obstante todo eso se enseña por organizaciones religiosas para infundir temor en la mente de la gente y hacer que ella pague para que se digan misas.
En 1948 en una iglesia católica de Brooklyn, Nueva York, “una Misa con el nombre anunciado, costaba $5; por una Misa con un sacerdote cantando parte de la Misa el costo era de $15; por una Misa mayor con tres sacerdotes, $35; por luces en los diferentes altares, $5 por cada altar; por un casamiento por la tarde sin Misa, $22; por un casamiento por la mañana con Misa y un sacerdote, $15; con tres sacerdotes, $45; por un funeral el costo nominal de $35, llegando hasta $100 por tres sacerdotes en el altar y dos sacerdotes en los altares laterales.”—American Freedom and Catholic Power, por Blánshard, página 37.
Y aunque muchos clérigos protestantes profesan horrorizarse por tales ejemplos de comercialismo en la religión, más de uno de ellos privadamente ha admitido que no cree en un infierno ardiente pero que le parecía necesario enseñarlo a fin de mantener a la gente asistiendo a la iglesia. Otros clérigos de inclinación comercial toman votos de sus parroquianos y luego envían estados de cuenta a los tales mensualmente, recordándoles su cuenta con la iglesia.
Muchas organizaciones religiosas patrocinan ferias, comidas religiosas, reuniones sociales, partidas de campo, dramas y funciones musicales, etc., sacando sostén para su “iglesia” mediante el despertar el amor del hombre al placer. Lo que hace recordar la anécdota que se contó respecto a cierta Sociedad de Ayuda de Damas, del siglo pasado, que escribió al principal periodista de los Estados Unidos de ese tiempo, un individuo filantrópico de nombre Horacio Gréeley, para sugestiones sobre cómo podrían recoger dinero para su “iglesia”. Él contestó: “Ensayen la religión.”
¡Cuán contrarios a la Biblia son todos esos planes lucrativos! En vista de la alimentación espiritual de bagazos y agua salobre que se le da a la gente, no sorprende el que tengan que ser sobornados, halagados, lisonjeados, amenazados y colocados en una base de “pague en abonos”; curso que halla su duplicado en ciertas religiones orientales que proporcionan gratificación sexual en conexión con su forma de adoración.—Apo. 2:14.
En contraste sorprendente con lo anterior se encuentra la manera en que proceden los testigos de Jehová bajo la dirección de la Sociedad Watch Tower Bible & Tract. Como se nota en el Anuario de los testigos de Jehová de 1952 (en inglés), durante 1951 unas 63,000,000 de horas fueron usadas por sus ministros en predicar las buenas nuevas del Reino en 121 países. Millones sobre millones de libros, Biblias, folletos, revistas y tratados fueron publicados y distribuídos. Misioneros fueron instruídos y enviados a tierras extranjeras. Unos 18,000 ministros recibieron ayuda para que pudieran continuar en el ministerio de tiempo cabal, mientras que más de mil de ellos sirvieron en 70 sucursales, cuidando de unos 400,000 ministros del campo.
COSTEANDO LA OBRA DE LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ
Para cuidar de toda esta expansión ¿les pareció necesario a los testigos de Jehová recurrir a loterías, juegos de bingo, ferias religiosas, comidas, etc.? ¿Se han envilecido pintando a Jehová Dios como un espíritu malo que por un precio se niega el placer de torturar almas en un purgatorio? ¿Convinieron en apoyar a organizaciones políticas totalitarias a cambio de ayuda monetaria? No, nada de eso.
Habiendo recibido un entendimiento acerca de Jehová Dios, sus maravillosos atributos y propósitos, los testigos de Jehová se sienten impulsados a hacer algo para demostrar su aprecio y por eso dan voluntariamente. Ellos saben que ahora es su oportunidad de hacer amigos de Jehová Dios y Cristo Jesús mediante el uso apropiado de las riquezas injustas, las cuales tarde o temprano faltarán, mientras que la amistad de Dios y Cristo garantizarán habitaciones eternas. Ellos también aprecian su privilegio de hacer lo que pueden aun cuando sólo sea el dar unas cuantas monedas de valor muy pequeño como las de la viuda.—Mar. 12:41-44; Luc. 16:9, NM.
Ellos también aprecian que así como su estudio, su asistencia a las reuniones y su obra ministerial deben hacerse sistemáticamente si han de ser efectivos, igualmente su contribución a la expansión de la adoración verdadera de un modo monetario se hace mejor sistemáticamente, siguiendo la amonestación de Pablo: “Todo primer día de la semana que cada uno de ustedes en su propia casa ponga algo aparte en reserva a medida que vaya prosperando.”—1 Cor. 16:2, NM.
La expansión de la verdadera adoración en la tierra no depende en grado pequeño de las contribuciones voluntarias. Por lo tanto los testigos de Jehová aprecian que es una ayuda a los que dirigen esta obra recibir alguna indicación de ellos en cuanto a las contribuciones que pueden esperarse durante el año venidero. Por esta razón gozosamente cooperan con la sugestión de la Sociedad de indicar cada año lo que desean contribuir durante los doce meses venideros. Tal cosa en ningún sentido de la palabra es un voto, sino sólo una expresión de lo que esperan poder hacer, y se le llama “Buenas esperanzas”. En esta conexión es apropiado el consejo de Pablo: “Que cada uno haga exactamente como lo ha resuelto en su corazón, no de mala gana o bajo compulsión, porque Dios ama al dador alegre.” (2 Cor. 9:7, NM) Y apreciando que todo depende de la dirección y bendición de Jehová, sus siervos se unen en oración con ese fin.—Sal. 127:l.
Los que viven en los Estados Unidos, y que desean cooperar en este asunto, pueden dirigir su tarjeta postal o carta a: Watch Tower Bible & Tract Society, Treasurer’s Office, 124 Columbia Heights, Brooklyn 2, New York. Al escribir acerca de estas “Buenas esperanzas”, algo como lo siguiente puede declararse: “Es mi esperanza que durante los próximos doce meses podré donar a la obra de alabar a Jehová y decir a los presos, ‘Salid,’ la cantidad de $ . . . , contribuciones que haré en cantidades y en ocasiones que se me manifiesten más convenientes y a medida que prospere, mediante la bondad inmerecida de Jehová Dios por medio de Cristo Jesús. [firmado]” Sería bueno que guardara una copia de su tarjeta postal o carta como recordatorio para usted mismo. En la página 386 hay una lista de las direcciones de otras sucursales, y hay una lista completa en la última página del Yearbook (Anuario) y de otras publicaciones recientes de la Sociedad.
Por seguro la cooperación mutua de los siervos de Jehová de esta manera está en armonía con los ejemplos bíblicos. Y la bendición manifiesta de Jehová sobre ella enfáticamente subraya que los pensamientos y caminos de Dios verdaderamente son muy superiores a los de los hombres egoístas.