Progreso de la sociedad del Nuevo Mundo en América del Sur
ALLÁ en el año 1942 sólo había ocho países en América del Sur donde los testigos de Jehová estaban predicando las buenas nuevas del Reino, y su número total llegaba a 807. En 1943 la Escuela Bíblica de Galaad de la Wátchtower se inauguró en los Estados Unidos con el propósito de adiestrar a ministros ordenados para darle ímpetu a la obra misionera en otros países del mundo.
Para fines del año de servicio de 1953, 301 estudiantes de Galaad especialmente adiestrados se hallaban diseminados a través de la América del Sur, con la perspectiva de que más entraran, y hubo un total de 13,174 representantes de la sociedad del Nuevo Mundo proclamando las buenas nuevas en todas partes de este gran continente.
En el estadio Yanqui en el verano de 1953 se anunció que N. H. Knorr, el presidente de la Sociedad Watch Tówer Bible and Tract, y M. G. Hénschel, uno de los directores, esperaban recorrer la América del Sur y visitar todas las sucursales y misioneros. La visita había de comenzar a fines de noviembre de 1953.
La primera parada de la ruta para los dos visitantes sería Caracas, Venezuela. Todos los testigos de Jehová del interior del país fueron invitados a venir a la asamblea nacional que se verificaría allí.
Durante la semana antes de la asamblea los testigos de Jehová de Venezuela estuvieron llegando del oriente y del occidente, todos entusiasmados. Se efectuó distribución de volantes y durante la semana se dieron noticias por radio y en los diarios, y todos los convencionistas estuvieron ansiosos de ver cómo esta convención compararía con la de tres años antes cuando el presidente de la Sociedad habló a 146 personas en un discurso público.
En la entrada principal del lugar de reunión se colocaron fotografías de la convención que se celebró en 1953 en el estadio Yanqui, ya que esta asamblea venezolana era en cierto modo una continuación de esa magnífica asamblea. El nuevo Libro de cánticos que había sido presentado en el estadio Yanqui se presentó en el primer día de esta asamblea y todos estuvieron ansiosos de aprender los nuevos cánticos. Nuevos tratados se exhibieron en el foyer.
La convención principió el viernes 13 de noviembre, con 324 hermanos gozosamente reunidos, equipados para el servicio del campo. La tarde fué apartada para un servicio bautismal para todos los que deseaban simbolizar la dedicación de su vida a Jehová. Una piscina natatoria muy hermosa había sido alquilada con este propósito. Debido a ser una reunión religiosa, el dueño de la piscina redujo el precio del alquiler de mil bolívares a cien; pero al observar la inmersión de 81 personas de toda edad se impresionó tanto que absolutamente rehusó aceptar algún dinero y dijo que era un honor el haber servido a dicha gente cristiana.
Para el viernes por la noche había 468 concurrentes adquiriendo la información presentada en un programa bien arreglado. A esa hora los hermanos Knorr y Hénschel debían salir del aeropuerto Idlewild en Nueva York, pero debido a avería de motor no se pusieron en camino hasta las 11:20 horas del día siguiente. Aunque esto hizo imposible que llegaran a tiempo para alguna sesión del sábado, el programa en Caracas siguió adelante, haciéndose substituciones en las partes asignadas a ellos. Los discursos principales de la asamblea del estadio Yánqui fueron traducidos al español y pronunciados y se exhibieron películas en colores de dicha asamblea.
Después de terminar el programa del sábado por la noche, nuestros viajeros de la oficina principal en Brooklyn llegaron a la sucursal. Su viaje de Nueva York al aeropuerto de Maiquetia se había efectuado sin incidente alguno.
Las sesiones del domingo principiaron bien con un discurso pronunciado por el hermano Hénschel el cual debió pronunciar la noche anterior. Al auditorio le causó una sorpresa deleitosa el oírlo pronunciar todo su discurso, “Las mentiras resultan en perder la vida,” en español. Hizo claro que los testigos de Jehová tienen que hablar la verdad en público, en sus hogares y en las congregaciones.
¿Cuál sería la reacción a las invitaciones al discurso público de la tarde, “Después del Armagedón—el nuevo inundo de Dios”? A las tres de la tarde el hermano Knorr empezó a hablar mediante un intérprete y la gente continuó entrando. El salón principal se llenó y muchos se sentaron en el patio adyacente, llegándose a un total de 942 personas, la reunión más concurrida en cualquier asamblea teocrática celebrada en Venezuela.
Después que se sirvió alimento hubo más cánticos y otros discursos por los dos hermanos visitantes, para lo cual 733 de los concurrentes se quedaron. El siervo de sucursal de la Sociedad en Venezuela presentó a la asamblea la Resolución que había sido presentada y aceptada por la asamblea del estadio Yanqui el 20 de julio, y los hermanos de Venezuela tuvieron gusto en aceptarla también. El hermano Knorr concluyó la convención recalcando la necesidad de adherirse firmemente a la organización, manteniéndola limpia y cumpliendo fielmente con la dedicación de uno a Jehová. Las expresiones gozosas de estos hermanos humildes, celosos y felices manifestaron su aprecio por esta magnífica asamblea.
Ahora hay muchas congregaciones bien establecidas y treinta y un misioneros diseminados a través de Venezuela, con varios hermanos locales ocupados en el ministerio de tiempo cabal. Se hicieron arreglos para más aumentos y mayor expansión del testimonio del Reino. Fué un gozo poder reunirse con los misioneros y hablar de sus problemas con ellos; y los días que siguieron a la asamblea se usaron bien, el martes siendo empleado con el grupo en Valencia, el miércoles con el grupo en Barquisimeto y el jueves con el grupo en Maracaibo. En cada lugar se celebró una reunión para las personas de buena voluntad, y cada una fué muy bien concurrida.
COLOMBIA
Para el mediodía del 20 de noviembre nuestros viajeros estuvieron volando sobre el golfo de Venezuela, al norte de Maracaibo, con rumbo a Barranquilla, donde la convención de Colombia empezó con el hermano Knorr hablando en el Salón del Reino local.
Al día siguiente ciertas partes del programa se dedicaron al ministerio de tiempo cabal y fué bueno ver y oír cómo varios de los hermanos habían arreglado sus asuntos para entrar en ese campo de servicio. La Sociedad sólo tiene seis misioneros en Colombia; de modo que toca a los ministros de tiempo cabal locales hacer la predicación del mensaje en todas partes del país. Uno vende plátanos en el mercado todas las mañanas y predica por las tardes y noches; otra lava ropa ajena; otro conduce un automóvil de alquiler medio día; otros dedican parte de su tiempo a su carpintería y zapatería. Una muchacha de once años ha respondido con buen resultado a la llamada al servicio de tiempo cabal. La Sociedad está dando ayuda financiera a varios ministros de tiempo cabal especiales para que éstos vayan a otros territorios y formen nuevas congregaciones. Con cuarenta ministros de tiempo cabal trabajando celosamente en Colombia la obra ha visto un aumento del 31 por ciento durante el año pasado.
Los primeros dos meses del presente año de servicio, septiembre y octubre, ya han visto un aumento del veinte por ciento, alcanzándose un total de 439 ministros, y el promedio de horas es excelente. Probablemente la razón de esto es que la congregación de Barranquilla, donde sólo hay dos misioneros, quienes, sin embargo, son sumamente celosos y emplean mucho tiempo con las personas recién interesadas para instruirlas en la testificación de puerta en puerta, ha puesto un ejemplo muy bueno. En sólo unos cuantos años breves tres congregaciones se han establecido allí y éstas han producido casi todos los ministros de tiempo cabal del país. Una hermana de sesenta y un años de edad en el ministerio de tiempo cabal general tiene un promedio de 135 horas al mes.
La convención en Barranquilla siguió el mismo modelo de otras convenciones de testigos de Jehová, y allí también se sintieron felices al aceptar la Resolución de la sociedad del Nuevo Mundo.
En la discusión del bautismo del domingo el asunto de vivir correctamente se inyectó en el discurso. La religión católica jamás ha recalcado la moralidad elevada en la América del Sur. El matrimonio legal es difícil para los pobres porque la Iglesia católica demanda precios muy altos, y como resultado, la fornicación, el adulterio y la inmoralidad son excesivos. El divorcio es imposible, aun sobre la base de adulterio; por consiguiente muchas complicaciones se presentan en tales países dominados por el catolicismo cuando las personas comienzan a aprender los principios de la Palabra de Dios mediante la predicación de los testigos de Jehová. Por eso cuando el discurso bautismal se terminó varios hermanos preguntaron si podían ser bautizados o no, y se les dijo que no podían hasta que pusieran en orden su vida y vivieran sólo con una esposa o se casaran con la mujer con quien estaban viviendo. Estos que buscan vida querían poner en orden sus asuntos, y por eso aplazaron el bautismo hasta la próxima oportunidad. Cincuenta simbolizaron su dedicación a Jehová.
El presidente de la Sociedad pronunció el discurso público, “Es tiempo de dar consideración al camino de Dios.” El Salón del Reino se llenó totalmente, la vía de acceso al garaje estaba llena, la muchedumbre se desbordaba al patio grande en la parte de atrás, ascendiendo el total a 655 concurrentes, un nuevo record para Barranquilla. De éstos unos 500 se quedaron para oír las observaciones concluyentes por el hermano Knorr, en ocasión de las cuales se dió un informe concerniente al aumento excelente que los testigos han logrado en Colombia. Allí los testigos están determinados a bendecir el nombre de Jehová diariamente y alabarlo por los siglos y eternamente.
La sucursal de la Sociedad en Colombia está situada en Barranquilla; de modo que se dedicó un día a atender los problemas y hacer arreglos para la expansión futura de la obra en Colombia. Colombia es un territorio grande y millones de personas todavía tienen que recibir el testimonio concerniente al reino de Dios.
EN BOGOTÁ
Debido a una falla del motor se tuvo que retardar la partida para Bogotá por avión. Después de una parada breve en Cartagena, con una lluvia impetuosa, nuestros dos viajeros despegaron hacia las montañas. Más y más alto subió el avión, hasta que finalmente cruzó la cordillera que puso a la vista la hermosa altiplanicie en la cual descansa la ciudad capital de Colombia.
La casa misionera de Bogotá está situada convenientemente en la ciudad. Preparaciones extensas se habían hecho para el discurso de la noche, “Después del Armagedón—el nuevo mundo de Dios,” pero debido a acción por las autoridades el discurso público tuvo que celebrarse como una reunión privada y en el Salón del Reino local. Aquí en el interior del país la gente parece ser muy fanática acerca de su religión y se ha manifestado mucha oposición hacia los no católicos.
Para las 6:30 de la noche unas 100 personas se hallaban sentadas en el Salón del Reino, y había altoparlantes conectando con el garaje y el comedor. La asistencia total de 162 personas agradó mucho a los misioneros. Como una añadida y agradable sorpresa se exhibieron placas fotográficas a colores de la Asamblea Sociedad del Nuevo Mundo que los testigos de Jehová celebraron en el estadio Yanqui, acompañadas de comentarios apropiados. Aunque los que estaban dentro del salón estuvieron contentos debido a las verdades que se les presentaron y se sintieron felices por las perspectivas del nuevo mundo de justicia, hubo algunos afuera que abrigaban sentimientos diferentes y éstos, mostrando cuánto les desagradaba que se celebrara dicha reunión, trataron de crear un alboroto.
A la mañana siguiente se descubrió que la casa misionera había sido marcada con tales expresiones como “¡Abajo Jehová!” “¡Mueran los testigos de Jehová!” y “¡Viva la Virgen!,” y había cruces marcadas por todo el edificio. La placa de bronce con el nombre Salón del Reino estaba toda rayada. Fué una gran tarea de lavado, limpiar todas las puertas y hacer que la fachada de la casa se viera presentable de nuevo. Cuando la educación religiosa ha sido tan corrompida que la gente no sabe quién es Jehová, la gente hace tales cosas. Los traductores y eruditos católicos, ya sean hispanos o de alguna otra lengua, saben que el nombre del Soberano del universo se da en la Biblia. En español lo llamamos Jehová.
Después de limpiar las paredes, los misioneros tuvieron una discusión de sus problemas con los hermanos visitantes. En esta ciudad de Bogotá, con una población de aproximadamente 600,000 personas, se preguntan por qué después de ocho años de trabajo, sólo tienen un promedio de treinta ministros cristianos de Jehová. ¿Es la gente? ¿Es temor al gobierno? ¿Es la falta de un sentido de responsabilidad? Es difícil comprender la manera en que algunas personas piensan, pero se llegó a la conclusión de que tenemos que continuar enseñando y tratar de traer a la madurez a los que están buscando la justicia. El hecho de que noventa y una personas de buena voluntad asistieron a una reunión esa noche se consideró animador.
ECUADOR
La mañana llegó pronto y fué hora para que el presidente y su secretario siguieran adelante a Quito, Ecuador, donde una convención comenzaría ese día, el 26 de noviembre. Era un día nublado y no pasó mucho tiempo antes de que el avión, en el que los representantes de la Sociedad viajaban, empezara a dar vueltas a grande altura encima de las nubes. Según el itinerario el avión debería estar sobre Quito. Esta ciudad capital del Ecuador está escondida en un valle, rodeada por montañas altas, y el piloto decidió que era demasiado arriesgado tratar de aterrizar en el pequeño aeropuerto. Después de dar vueltas por algún tiempo el avión se dirigió hacia el oeste y una hora y quince minutos después aterrizó a salvo en Guayaquil. Nuestros viajeros fueron llevados rápidamente a un hotel y se les notificó que el avión despegaría para Quito a la mañana siguiente. Esta parada inesperada resultó en una visita agradable con los misioneros locales que, habiendo recibido aviso de Quito tocante a que nuestros viajeros estaban aterrizando en Guayaquil, nos visitaron en su hotel.
A la mañana siguiente Knorr y Hénschel se pusieron en viaje sobre los grandes picos de los Andes y luego el avión entró en el hermoso valle en el cual Quito, la ciudad de techos rojos, está situada. Una docena de picos se elevan a unos 16,000 pies y la ciudad misma yace a 9,243 pies sobre el nivel del mar. El volcán más alto del mundo, el Cotopaxi, está sólo a unas cuantas millas al sur de Quito. Una muchedumbre sonriente de convencionistas estaba en el aeropuerto para dar la bienvenida a los viajeros, gozosa de que hubieran llegado a salvo.
Todavía había otro día para la convención y éste se dejó a los visitantes. Las sesiones de la mañana se celebraron en el Salón del Reino y las de la tarde en el Club Checoeslovaco-Ecuatoriano, donde 113 personas estuvieron presentes. Dos hermanas celosas vinieron desde Ambato, donde están dedicando cincuenta horas mensuales a la obra de testificación y conduciendo dieciséis estudios bíblicos semanales entre ellas.
La congregación de Quito está haciendo obra constante. Diez misioneros junto con sesenta ministros locales se mantienen ocupados predicando.
Saliendo de Quito, nuestros viajeros, Knorr y Hénschel, llegaron a ·Guayaquil el sábado por la tarde, donde, en el amplio Salón del Reino, encontraron una asamblea entusiasmada en progreso desde el día anterior. La asistencia había subido a 189 y luego aumentó a 252 para el discurso final del hermano Knorr el domingo por la noche.
Hace cinco años cuando los primeros misioneros llegaron a Guayaquil no encontraron allí ningún testigo. Ahora hay ochenta que toman parte en la obra. Encuentran a la gente ansiosa de tomar la literatura y estudiar.
El viaje entre ciudades en el Ecuador es difícil debido a la falta de carreteras, pero no obstante cincuenta hermanos vinieron a Guayaquil desde Manta, Riobamba de Cuenca, en camión. Varios de éstos fueron bautizados.
Después de la asamblea los hermanos Knorr y Hénschel emplearon dos días considerando problemas locales con los misioneros. Más misioneros serán enviados al país para ayudar a ensanchar la obra.
En los tres países hay mucha evidencia de actividad acelerada por parte de la Jerarquía católica romana. Se están introduciendo sacerdotes de otros países, particularmente de España, y se sostiene una lucha para mantener la gente bajo su poder.
Jehová tiene su sociedad del Nuevo Mundo en funcionamiento y sus representantes están en todas partes de la tierra. No están tratando de conseguir el dominio de la gente mediante intriga sino que están predicando la verdad de la Biblia y señalando a la gente su única esperanza, el reinado de Cristo y el nuevo mundo. Año por año la cantidad de ellos aumenta porque se encuentra a personas semejantes a ovejas y se les da instrucción, mientras que al mismo tiempo todos crecen a la madurez. La lucha podrá ponerse intensa antes de que se decida el punto en cuestión, pero Jehová no deja dudas en cuanto al resultado. Él quitará la iniquidad de la tierra y preservará a los justos para vida eterna. En la América del Sur cantidades crecientes de personas esperan este nuevo mundo, y no se llevarán un chasco.
[Ilustración de la página 392]
13,174 publicadores en 1953
807 en 1942