¿Es cristiano el dar de Navidad?
EL DAR es cosa loable. Hace a otros sentirse feliz, pero la mayor felicidad la recibe el que da. Cristo señaló esto cuando dijo: “Hay más felicidad en dar que la que hay en recibir.” Así que el dar debe ir acompañado de gran felicidad. Puesto que éste es el tiempo del año en que el dar se realiza a mayor grado que lo acostumbrado en la cristiandad, debe abundar la felicidad. ¿Pero proviene el principal gozo del tiempo de Navidad del dar?—Hech. 20:35.
Muy a menudo los que dan en la Navidad dan simplemente para cumplir con lo que está en boga y por consiguiente no reciben la verdadera felicidad. Algunos dan para conseguir publicidad u honra personal. “Cuando empieces a hacer regalos de misericordia,” dijo Cristo Jesús, “no toques una trompeta delante de ti, así como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para que los hombres los glorifiquen. Verdaderamente les digo: Ellos están teniendo su recompensa plena. Mas tú, cuando hagas regalos de misericordia, no dejes que tu mano izquierda sepa lo que tu mano derecha está haciendo, para que tus regalos de misericordia sean en secreto; entonces tu Padre que está mirando en secreto te pagará de vuelta.”—Mat. 6:2-4.
El Fundador del cristianismo hace claro con esas palabras que no todo dar merece una recompensa de Dios. No todo dar, entonces, es dar cristiano.
¿Es cristiano el dar de Navidad? Si lo es, entonces ese dar no sólo debe producir gran felicidad, sino que también debe basarse en principios bíblicos. El dar en Navidad es básicamente un intercambio de regalos. ¿Pero dónde en la Biblia se nos pone este ejemplo?
Los magos le hicieron regalos al niño Jesús. Pero en este caso no hubo ningún intercambio de regalos. De cualquier modo, ellos no les pusieron ningún ejemplo a los cristianos verdaderos, pues los magos eran astrólogos adoradores de demonios a quienes la Palabra de Dios condenaba, como en Isaías 47:13, 14 (Mod); 2 Reyes 17:16 y otros textos.
No, Cristo nunca autorizó esta clase de dar en que se hace un intercambio de regalos. El dar con la única mira de que se le corresponda a uno, como lo hacen muchas personas durante el gran intercambio de regalos de la Navidad, no recibe ningún estímulo de Cristo Jesús. La Navidad engaña a muchos y hace que premien el egoísmo. Prueba de que el dar cristiano no es un sencillo intercambio de regalos se halla en estas palabras de Cristo: “Y si hacen bien a los que les hacen bien, realmente, ¿de qué mérito les es? Hasta los pecadores hacen lo mismo.”—Luc. 6:33.
¿Qué, pues, es el dar cristiano? Cristo lo define: “Cuando usted prepare una comida o cena, no llame a sus amigos, o a sus hermanos o a sus parientes o a vecinos ricos. Quizás alguna vez ellos también le inviten a usted en cambio y eso sería corresponderle a usted. Pero cuando usted prepare un banquete, invite a los pobres, lisiados, cojos, ciegos; y usted será feliz, porque ellos no tienen nada con qué corresponderle. Pues a usted se le corresponderá en la resurrección de los justos.”—Luc. 14:12-14.
Nos alegra ver esta clase de dar, y a cierto grado ocurre en los días de Navidad. Pero muy a menudo ocurre únicamente en Navidad. El dar cristiano, por otra parte, no se limita a un solo día del año. Se dirige a los necesitados los otros 364 días del año, también.