Ayuda a los enfermos de la mente
La verdad de la Palabra de Dios tiene gran poder. El salmista comprendió esto y suplicó a Dios: “Envía tu luz y tu verdad. Que estas mismas me guíen.” (Sal. 43:3) Muchas veces la luz y la verdad de la Biblia han traído dirección y propósito a la mente de los individuos angustiados, aun a los que padecen de enfermedades de la mente. Una experiencia de Michigan ejemplifica bien esto:
Una señora había sido paciente mental por más de diez años. Durante ese tiempo recibió tratamiento psiquiátrico con regularidad, recibió tratamientos de choque y asistió a una escuela para el recobro de los enfermos de la mente por un período de un año. Además, tomó medicinas por valor de unos 5.000 dólares para su condición. A pesar de todo este tratamiento y medicinas costosos, en varias ocasiones pensó en el suicidio.
Sin embargo, un día su esposo, quien se había asociado un poco con los testigos de Jehová, le preguntó: “¿A quién estás orando?” “A Dios,” replicó ella. Entonces él la animó a usar el nombre de Dios Jehová en su oración. Eso la hizo pausar y pensar. Con el tiempo un testigo de Jehová comenzó a conducir un estudio bíblico semanal en el hogar. Por invitación de él el matrimonio asistió a una asamblea de los testigos de Jehová. La señora escribe: “Sabía que esto era lo que había estado buscando toda mi vida.”
Prosigue: “Después de regresar a casa de la asamblea comencé a asistir a las reuniones de congregación regularmente. Entonces pude descontinuar todas las medicinas. También, hasta ese tiempo había fumado mucho, pero pude romper ese hábito. Alrededor de ese tiempo llamé a mi psiquiatra, y quería saber cómo estaba yo progresando. Le dije que me estaba sintiendo mejor que en toda mi vida. Me preguntó si aún estaba medicinándome. Cuando le dije que había dejado de hacerlo, preguntó que cómo había podido hacer eso tan repentinamente. Mi respuesta fue que ahora estaba asociándome con los testigos de Jehová. Respondió diciendo que deseaba que todos los enfermos de la mente pudieran hallar una curación semejante a ésa.”
Desde ese tiempo tanto ella como su esposo han recibido entrenamiento en la Escuela del Ministerio Teocrático de la congregación y están sirviendo como ministros de las buenas nuevas del reino de Dios. Verdaderamente, el derrotero sabio es acudir a Jehová y su Palabra para luz y verdad.