Demos atención a los de edad avanzada y a los enfermos
1 ¡Qué fortalecedor es tener entre nosotros a muchos hermanos y hermanas de edad avanzada que llevan muchos años en el servicio fiel al Reino! Sí, los que durante los años han obtenido experiencia en servir a Jehová son una fuente de estímulo para todos nosotros. Su presencia realmente enriquece a la congregación. (Pro. 16:31.)
2 A medida que nos beneficiamos de los dones espirituales que dichos hermanos de mayor edad puedan ofrecer, debemos tener presente que la edad avanzada también trae consigo problemas de diversas índoles. (Ecl. 12:1-5.) ¿Estamos atentos a las necesidades personales de nuestros hermanos y hermanas de edad avanzada, y listos para prestar ayuda bondadosa y amorosa? (Juan 13:34, 35.) Tal vez sus necesidades varíen grandemente.
3 A veces quizás necesiten compañerismo para ayudarles a disipar la soledad, pero a menudo puede ser que necesiten ayuda práctica con el transporte, las compras, los quehaceres domésticos u otras tareas rutinarias o recados. Aunque el hermano o la hermana de mayor edad sea fuerte en sentido espiritual, quizás ya no tenga la fuerza física para atender a varias tareas necesarias. Otros de la congregación, aunque no sean de edad avanzada, tal vez necesiten ayuda similar debido a estar enfermos o tener cierto impedimento físico.
¿CÓMO PODEMOS AYUDAR?
4 La responsabilidad principal de ayudar a los de edad avanzada y a los enfermos recae sobre los miembros de la familia y otros parientes. Sin embargo, los hermanos en sentido espiritual deben mostrar interés y estar listos para ayudar. Una de las maneras como se puede ayudar es por proveer transportación para que asistan a las reuniones. El que nos asociemos con nuestros fieles hermanos de mayor edad en las reuniones significa mucho para ellos, y, si su salud se lo permite, aceptarán gustosamente su invitación bondadosa a acompañarle al Salón del Reino. Otra manera de mostrar bondad amorosa es por ser hospitalarios e invitar a nuestros hermanos de edad avanzada a una comida o simplemente a disfrutar de compañerismo cristiano.
5 Cuando se hacen arreglos para el servicio del campo, ¿trata usted de incluir a los de mayor edad? Sus limitaciones físicas quizás requieran que se seleccione un territorio que no sea muy fatigoso para ellos. El que publicadores de edad avanzada nos acompañen a hacer revisitas o a conducir estudios bíblicos podría ser una fuente de estímulo para el amo de casa. Por lo general, el celo de estos hermanos de edad avanzada por el ministerio no ha disminuido, y si hacemos lo posible para que participen en él, se sentirán felices por la oportunidad y contribuirán a la testificación.
6 Aquellos que no pueden asistir regularmente a las reuniones sin duda echan de menos la asociación con sus hermanos. ¿Pudieran tomarse algunas medidas para compartir con ellos los puntos sobresalientes de las reuniones? También agradecerán el recibir las últimas publicaciones. Si al hermano de edad avanzada le está fallando la vista, él apreciaría que alguien le leyera porciones de la Biblia y de las publicaciones de la Sociedad.
7 El simple hecho de saber que nos interesamos en ellos puede significar mucho. Una visita breve y estimuladora o una llamada telefónica puede levantar el ánimo de alguien que está confinado a su hogar. Probablemente, usted halle que su propia alegría aumentará al seguir de esta manera el mandamiento bíblico que se halla en 1 Juan 3:18.