Hagamos el bien y recibiremos alabanza
1 “Tienen una serenidad que nunca he visto en ningún otro grupo.” “Es un placer tenerlos.” Estos son dos ejemplos típicos de los muchos comentarios positivos recibidos tras la asamblea de distrito del año pasado, los cuales ponen de relieve la buena reputación de que disfrutamos como organización (Pro. 27:2; 1 Cor. 4:9). Tal alabanza recae, en definitiva, en Jehová (Mat. 5:16). Este año se nos presenta otra magnífica oportunidad de alabar a Dios en la Asamblea de Distrito “Maestros de la Palabra de Dios”.
2 Todos los años se nos dan recordatorios bondadosos con respecto a la conducta en la asamblea. ¿Por qué? Porque en modo alguno queremos que influyan en nosotros las actitudes, la vestimenta y el comportamiento del mundo, que siguen degenerando. No deseamos que nuestra buena reputación se empañe (Efe. 2:2; 4:17). Así pues, tengamos en cuenta los siguientes consejos.
3 Actuemos bien en los hoteles. A los testigos de Jehová se nos conoce por nuestra honradez (Heb. 13:18). Por lo tanto, debemos decir la verdad cuando se nos pregunte la cantidad de personas que se alojarán en nuestra habitación del hotel. Además, si está prohibido cocinar en la habitación, no lo haremos. Un gerente comentó que podía mantener los precios bajos para los testigos de Jehová porque nunca tiene que reponer toallas desaparecidas; sabe que ellos cuidarán bien de las instalaciones. De más está decir que no nos llevaremos “recuerdos” del hotel. Más bien, donde sea la costumbre, dejaremos la propina pertinente para demostrar nuestro agradecimiento por el servicio recibido. Por otra parte, siempre seremos corteses y pacientes con el personal.
4 A muchas personas les impresiona ver lo educados y obedientes que son nuestros niños (Efe. 6:1, 2). Padres, vigilen a sus hijos para que no causen molestias a los demás huéspedes en ningún lugar, incluidas la piscina y otras instalaciones recreativas. Nadie debe dar portazos ni producir mucho ruido, sobre todo de noche.
5 Actuamos bien asimismo cuando somos considerados con los huéspedes no Testigos. Algunos hoteles se quejan de que los asambleístas vacían las máquinas de hacer hielo para llenar sus neveras portátiles. Tampoco es apropiado llevarse alimentos del desayuno o llenar de café los termos para consumirlo después. Nunca debemos pensar que las normas del hotel no nos afectan a nosotros.
6 Actuemos bien en la asamblea. Se ha observado que algunos se han negado a cooperar con los acomodadores e incluso les han hablado de forma no propia de un cristiano. Otros no han seguido las instrucciones de los hermanos y han estacionado en zonas prohibidas, de modo que la grúa se ha llevado su automóvil. El egoísmo no nos identifica en modo alguno como hacedores del bien ni reporta alabanza a Jehová Dios. Por tanto, seamos amorosos, pacientes y colaboradores (Gál. 5:22, 23, 25).
7 Cuando se abren las puertas del lugar de asamblea, a las ocho de la mañana, se ven hermanos corriendo y empujando a otros para conseguir los “mejores” asientos, comportamiento que ha causado lesiones. Por otra parte, se nos ha sugerido llevar un almuerzo ligero para el intermedio del mediodía, de modo que no estaría bien montar mesas en el estacionamiento para servirse una comida abundante, pues parecería que se está celebrando una fiesta de las que son comunes en los acontecimientos deportivos.
8 Actuemos bien al arreglarnos. A la conclusión de una asamblea de distrito del año pasado, el director de un periódico de gran tirada escribió: “Lo más impactante de todo fue la conducta de los Testigos. Daba gusto ver a tantas personas comportarse de forma digna y respetuosa. Cientos de familias de todo antecedente racial y étnico vestidas impecablemente se dirigían con calma al estadio. Su conducta era muy distinta de la que sigue la mayor parte de los grupos que acuden al estadio. De hecho, los Testigos son muy diferentes de la mayoría de la gente en general. Se ha vuelto demasiado común ver a multitudes actuar de forma desconsiderada. [...] La verdad es que da gusto ver a los Testigos”. Nunca permitamos que nuestro arreglo personal o nuestra conducta quiten lustre al ambiente espiritual de la asamblea (Fili. 1:10; 1 Tim. 2:9, 10).
9 Actuemos bien en el bautismo. Los candidatos al bautismo se comportarán con la mayor dignidad. Su traje de baño modesto demostrará que reconocen el carácter sagrado de la ocasión. Sería conveniente que los hermanos con quienes han estudiado la Biblia repasen con ellos antes de la asamblea el artículo “Preguntas de los lectores” de La Atalaya del 1 de abril de 1995.
10 Nuestro decoro y conducta devota hablan en favor de nuestras creencias cristianas y permiten que las personas sinceras reconozcan más fácilmente la verdad. Por consiguiente, ‘hagamos el bien’ de continuo mientras asistamos a la Asamblea de Distrito “Maestros de la Palabra de Dios”, y recibiremos alabanza por ello (Rom. 13:3).