¿Qué hay de la tierra que produce su alimento?
CUANDO usted anda por un campo o por un bosque, ¿cuántos animales muertos nota usted? La vida animal abunda en esas zonas, y los animales mueren con regularidad. Sin embargo es raro ver a animales muertos en los campos o en los bosques. ¿Por qué? Porque los animales que se alimentan de carroña —insectos, pájaros y animales— trabajan para mantener limpia la tierra. Organismos microscópicos terminan el trabajo, descomponiendo toda materia muerta, convirtiéndola en alimento vegetal.
Si se le da su oportunidad, la creación natural mantiene limpio, no solo el aire y el agua, sino también el suelo para que el hombre disfrute de él. Pero esto solo sucede si el hombre conduce sus asuntos en armonía con los ciclos y leyes naturales. Eso no se está haciendo en la actualidad.
Despojando la tierra
Una manera en que la tierra está siendo ensuciada es por la avalancha de basura que se está arrojando en ella, particularmente en las ciudades.
El montón de basura de 1969 en los Estados Unidos alcanzó un total de aproximadamente 250.000.000 de toneladas, más de una tonelada por cada persona. De éstas, aproximadamente 60 millones de toneladas ni siquiera se recogieron. Se añadieron a las carreteras, calles, zonas y campos recreativos de la nación como suciedad.
Considere esta lista parcial de lo que se arrojó en solo un año reciente en tan solo ese país:
7.000.000 de automóviles
20.000.000 de toneladas de papel
26.000.000.000 de botellas y tarros
48.000.000.000 de latas
El problema se complica por el hecho de que gran parte de la basura no es de la clase que se pudre fácilmente. De los recipientes de vidrio, estaño, aluminio, plástico y papel, solo el papel y el estaño se desintegran más o menos fácilmente. El resto, especialmente los plásticos, en gran parte son “nobiodegradables.” Es decir, no se asimilan fácilmente en los ciclos naturales de la tierra que hacen que los materiales vuelvan a sus elementos básicos por putrefacción o corrosión. De modo que subsisten, haciendo que el ambiente del hombre parezca un basurero.
¿Es el problema un problema singular de los Estados Unidos? De ninguna manera. El periódico alemán Schwarzwald Bote dice: “La República Alemana está sofocándose lentamente con chatarra, basura y gases de escape.” El Daily Star de Toronto informa: “Pronto los canadienses estarán revolcándose en su propia basura a menos que sucedan cambios ‘dramáticos y drásticos.’” Esa es la condición en casi todo país sumamente industrializado.
Envenenamiento químico
La revista alemana Stern dice que “en los últimos 25 años aproximadamente millón y medio de toneladas de DDT se han rociado en la superficie de la Tierra. Eso es aproximadamente 75.000 vagones de ferrocarril llenos de veneno. . . . El DDT se disuelve muy lentamente. De los 75.000 vagones, 50.000 todavía están sumamente activos. Estos 50.000 vagones han . . . formado un velo venenoso que abarca toda la Tierra.”
Las vacas y los animales cuya carne se utiliza comen vegetación que contiene DDT y otras sustancias químicas. Tanto de estas sustancias químicas ha entrado en el alimento y la bebida que muchas madres que amamantan a sus bebés producen leche que contiene más DDT del que permite la ley en la leche de vaca. Un científico británico informa que los bebés británicos amamantados consumen por lo menos diez veces el máximo que se recomienda tan solo del insecticida “dieldrin,” y los bebés de Australia Occidental aun más.
Hoy, en vez de usar estiércol y la rotación de cosechas para mantener fértil el suelo, los agricultores usan abonos químicos. Pero, como hace notar la revista Time: “Tal como la gente queda ‘enganchada’ o ‘pescada’ por las drogas, así la tierra parece hacerse adicta a aditivos químicos y pierde su capacidad de fijar su propio nitrógeno. Como resultado, es necesario utilizar cada vez más abono.” Las cosechas son grandes, pero a la tierra se le está robando constantemente su fertilidad natural.
Los efectos perjudiciales de algunos aerosoles químicos no se descubren fácilmente. En Alemania, se llevaron a cabo estudios de los efectos que tiene en las plantas de papa (o patata) y tomate el exterminador químico de malas hierbas que más extensamente se usa. Parecía que las plantas crecían sin ser afectadas, su fruto parecía normal. Los animales que se alimentaban de sus productos crecían normalmente. Pero la prole que éstos producían no. Como dice el escritor en Bildder Wissenschafts: “Deseo repetir. En las plantas tratadas no había daños visibles. No se hallaron daños visibles en los animales usados en los experimentos, pero en su prole sí.” Las plantas habían sufrido invisiblemente cambios moleculares y habían producido cambios en los animales que se las comieron.
Ahora surge la pregunta: ¿Cómo afectan estas sustancias químicas al hombre?
Además de todo lo anterior, el hombre ha devastado la tierra por el desmonte o tala, la minería a cielo abierto y el sobrecultivo. Los científicos calculan que se necesitan unos quinientos años de putrefacción animal y vegetal para producir solo dos centímetros y medio de capa superior del suelo fértil. Sin embargo el descuido del hombre ha hecho que millones de toneladas de la capa superior del suelo hayan sido quitados y llevados por el viento o por el agua a los ríos y los mares. En vez de eso, ¿no deberíamos mostrar aprecio por esta herencia inapreciable... y respeto a Aquel que la proveyó?