Los proclamadores del Reino informan

Liberada de la influencia demoníaca

LA PRÁCTICA del espiritismo ha controlado la vida de millones de personas. Pero es posible librarse, como fue el caso de muchas personas de la antigua ciudad de Éfeso. El relato bíblico dice que “buen número de los que habían practicado artes mágicas juntaron sus libros y los quemaron [...]. Así, de una manera poderosa, la palabra de Jehová siguió creciendo y prevaleciendo”. (Hechos 19:19, 20.)

Así mismo, la congregación cristiana de la actualidad está creciendo. Tal como sucedió en Éfeso, entre los nuevos creyentes hay anteriores practicantes de demonismo. Veamos un ejemplo en la siguiente experiencia de Zimbabue.

Gogo (abuela) Mthupha era famosa por sus poderes espiritistas. La gente acudía a ella desde lugares tan lejanos como Zambia, Botsuana y la República Sudafricana en busca de su medicina tradicional. Enseñaba a otras personas el oficio de n’anga, o médico brujo, y a veces echaba maleficios.

Un domingo por la mañana, la visitaron unos testigos de Jehová que efectuaban su ministerio de casa en casa. Le agradó mucho la conversación que entablaron sobre la promesa de la Biblia de un nuevo mundo justo, libre de toda influencia maléfica. Aceptó el libro Usted puede vivir para siempre en el paraíso en la Tierraa y concordó en estudiar la Biblia en su hogar. Después de solo tres sesiones de estudio, empezó a asistir a las reuniones.

Gracias a su estudio de la Biblia, Gogo Mthupha se dio cuenta de que sus poderes extraordinarios provenían de criaturas espirituales inicuas que se rebelaron contra la soberanía de Jehová. (2 Pedro 2:4; Judas 6.) También aprendió que los demonios están resueltos a poner en contra de Jehová y de la adoración verdadera a cuantas personas puedan. ¿Qué haría, en vista de que la invocación de los espíritus inicuos era su medio de vida?

Expresó el deseo de deshacerse de todos sus amuletos y fetiches espiritistas, incluidos su tocado distintivo y los “cuernos de toro hablantes” que utilizaba al efectuar curaciones como n’anga. Quería eliminar todo aquello para servir al único Dios vivo y verdadero, Jehová.

Sin embargo, algunos de sus parientes pusieron objeciones, ya que ella les daba ayuda económica. Suplicaron que les entregara los artículos y les transfiriera sus asombrosos poderes para seguir obteniendo ganancias. Ella rehusó hacerlo.

Con la ayuda de la congregación de los testigos de Jehová de esa localidad, Gogo Mthupha llenó tres bolsas grandes de objetos relacionados con el espiritismo y lo quemó todo. Mientras las llamas consumían sus instrumentos de adoración demoníaca, exclamó: “¡Miren, aquel cuerno, no puede salvarse a sí mismo!”.

Con el tiempo simbolizó gozosamente su dedicación a Jehová mediante el bautismo en agua. ¿Cómo se gana la vida ahora? Vendiendo verduras. En efecto, con el poder de la Palabra de Dios, es posible librarse de la adoración demoníaca. Dice Gogo Mthupha: “Nunca me había sentido tan libre”.

[Nota]