La secular belleza de la madera
De nuestro corresponsal en Nueva Zelanda
LA MADERA, particularmente si es nativa, escasea cada vez más. En muchas regiones del mundo se destruyen los bosques a un ritmo alarmante. Así, al reducirse el suministro de este material, uno de los más utilizados y antaño más abundantes, los precios se desorbitan.
En Nueva Zelanda es irónico que, al tiempo que medran las plantaciones de pinos de Monterey, introducidos en los años treinta, mengüen los grupos de árboles autóctonos, como el rimu, el kauri, la flindersia y la kahikatea.
El eterno encanto de la madera maciza
Durante milenios, el hombre se ha valido de la madera para elaborar todo tipo de objetos útiles, y ha disfrutado del color, el veteado y aun el olor que exhalan casi todas las variedades de este material. Tales artículos, empleados para usos muy diversos, satisfacen al usuario año tras año, y hasta siglo tras siglo.
Desde tiempos remotos, el ajuar de los hogares ha incluido muebles de madera maciza. Con herramientas rústicas, hombres y mujeres han demostrado arte y habilidad elaborando, entre otros artículos, mesas, cuencos, taburetes, barriles, cofres y asientos.
La tecnología moderna ha acelerado la construcción de estos objetos. Con instrumentos eléctricos —como sierras, taladradoras, cepilladoras y lijadoras—, la madera se transforma con eficiencia, aunque con bastante ruido, en enseres resistentes. La mayoría de los países pueden jactarse de tener fábricas que producen en serie muebles asequibles.
Pero dichos muebles no suelen ser muy duraderos pues, o bien sustituyen la madera maciza con sucedáneos (contrachapado, aglomerado), o bien se han ensamblado rápido con grapas, tachuelas o clavos.
El regreso de la azuela
Con objeto de superar las aparentes insuficiencias de las técnicas modernas, hay quienes han vuelto a servirse de una antigua herramienta: la azuela, una “especie de hacha pequeña de hoja curva y perpendicular al mango, que utilizan los carpinteros para labrar y desbastar la madera”. En Nueva Zelanda, los maoríes empleaban azuelas de jade para construir canoas vaciando troncos, y para dar forma a los postes que iban a tallar. Por lo general, este instrumento es ahora metálico.
En siglos pasados, el carpintero empleaba la azuela para alinear y nivelar la estructura de una casa o embarcación. También sujetaba tablas entre los pies y con la hoja curva de la azuela labraba festones en los bordes o huecos en la superficie.
Su pareja, la cuchilla desbastadora
Otra herramienta fundamental para realzar la encantadora rusticidad del mueble artesanal es la cuchilla desbastadora, que se emplea para formar los bordes o caras de la madera y que, como la azuela, ha de estar siempre muy afilada.
Una vez obtenidos estos utensilios, los siguientes pasos son obtener la materia prima adecuada y, finalmente, transformarla en el mueble deseado. Aquí es donde los carpinteros ven grandes ventajas en los métodos tradicionales en comparación con las técnicas más al uso.
Con tal de que no estén secas ni curvadas, las tablas bastas permiten elaborar un mueble recio y hermoso. Tales tablas pueden obtenerse de diversas fuentes: muebles desechados (armarios, cabeceras, tableros de mesa), embalajes viejos, vigas de derribo y viejos postes de cerca.
El reciclaje: nueva vida para la madera
Si la madera vieja no está carcomida ni podrida, los expertos pueden infundirle vida, calidez y belleza.
Las imperfecciones, huellas de clavos y mellas pueden ser aspectos singulares del mueble de madera reciclada. Tanto si se deja con su tono natural, como si se tiñe y barniza, el mueble artesanal brinda la satisfacción de la labor bien realizada y duradera.
Con el mismo placer con que el hortelano cultiva la tierra, el alfarero amasa la arcilla y la hilandera hace girar la rueca, el carpintero desbasta y da forma a la madera con la azuela y la cuchilla. Es cierto que este proceso resulta laborioso y toma mucho más tiempo que los métodos modernos, pero el artesano de la madera, como sus predecesores de hace siglos, tiene garantizado siempre el sentido de logro y la satisfacción de que quienes obtengan su obra podrán utilizarla por años.
Consejos técnicos
La azuela no es adecuada para toda madera. Aunque las fibras de las maderas duras tropicales suelen admitir los golpes de esta herramienta, se obtienen mejores resultados con maderas más blandas. Los nudos no constituyen un problema. Pueden tallarse o extraerse con una gubia, lo que singularizará la superficie que se prepare.
Algunas de las tonalidades más hermosas se obtienen de las tablas del corazón del tronco. Por lo general no habrá que teñir los muebles que se elaboren con ellas. No obstante, si se quiere imprimir profundidad y carácter a la madera simple, se dispone de varios métodos para teñirla, de acuerdo con el gusto de cada uno.
Este proceso no tiene por qué ser caro. Algunos han logrado realzar la belleza de un mueble de madera clara o pálida con solo aplicar grasa para vehículos.
Como toque final, hay una amplia gama de poliuretanos y lacas aplicables con cepillo o en pulverizador. Para un acabado más natural que nutra la madera en vez de sellarla, puede utilizarse aceite pulidor formado por cinco partes de vinagre, cuatro de aguarrás, dos de aceite de linaza cruda y una de alcohol desnaturalizado; se disuelve un poco de cera de abeja en la mezcla y se deja que la madera la absorba durante varios días.
La satisfacción de la artesanía
Los muebles de madera maciza que uno elabora con sus propias manos y coloca en el rincón preferido del hogar, por humilde que este sea, siempre tendrán su atractivo. En todo el mundo hay mansiones y casas de campo que albergan muchas piezas fascinantes, a veces de hace siglos, de artesanía mobiliaria. Constituyen todo un testimonio de la habilidad, diligencia y paciencia de sus creadores, quienes tuvieron la satisfacción de crear objetos que, si se han cuidado bien, serán útiles y hermosos, a la vez que añadirán un toque personal a la vivienda.
En estos tiempos en que nos inundan cada vez más los productos de plástico y resinas extruidas, el árbol, regalo de nuestro Creador, aún es útil para muchos fines, entre los que destaca proporcionar la materia prima que impulsa al diligente artesano a transformarla en un hermoso mueble.
[Ilustraciones de la página 23]
Rimu
Tawa
Roble
Pino de Monterey con nudos
Pino barnizado
Pino engrasado
Pino oscurecido
[Ilustraciones de las páginas 24 y 25]
Trabajando con la azuela
y la cuchilla desbastadora
Aparador artesanal
Rinconera