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Examinemos las Escrituras todos los días 2025
es25

Noviembre

Sábado 1 de noviembre

Has hecho que de la boca de los pequeños y de los niños de pecho salga alabanza (Mat. 21:16).

Si usted tiene niños pequeños, ayúdelos a preparar comentarios adecuados para su edad. En algunas reuniones, se analizan temas delicados, como problemas en el matrimonio o asuntos morales. Con todo, puede que haya uno o dos párrafos en los que los niños puedan comentar. También puede ayudar a sus hijos a comprender por qué no van a poder comentar cada vez que levanten la mano. Si les explica esto a sus hijos, no se pondrán tristes cuando les den el comentario a otros y no a ellos (1 Tim. 6:18). Todos podemos preparar buenos comentarios que honren a Jehová y animen a nuestros hermanos (Prov. 25:11). Aunque a veces podemos comentar brevemente alguna experiencia personal, no debemos hablar demasiado de nosotros mismos (Prov. 27:2; 2 Cor. 10:18). Más bien, debemos centrarnos en Jehová, su Palabra y su pueblo en conjunto (Apoc. 4:11). w23.04 18:17, 18

Domingo 2 de noviembre

No nos durmamos como hacen los demás. Quedémonos despiertos y mantengamos nuestro buen juicio (1 Tes. 5:6).

Para estar despiertos y mantener el buen juicio, nos hace falta amor (Mat. 22:37-39). Por ejemplo, el amor a Dios nos ayuda a seguir predicando aunque surjan dificultades por hacerlo (2 Tim. 1:7, 8). Como también amamos a las personas que no comparten nuestras creencias, hacemos todo lo posible para darles a conocer nuestro mensaje, incluso por teléfono o por carta. No las damos por perdidas. Antes bien, esperamos que cambien algún día y comiencen a hacer lo que es correcto (Ezeq. 18:27, 28). También amamos a nuestros hermanos y lo demostramos animándonos y edificándonos unos a otros (1 Tes. 5:11). Somos como soldados que luchan juntos y se apoyan unos a otros. Nunca les haríamos daño a nuestros hermanos a sabiendas ni les devolveríamos mal por mal (1 Tes. 5:13, 15). Otra manera de demostrar que amamos a los hermanos es respetando a quienes dirigen la congregación (1 Tes. 5:12). w23.06 26:6, 10, 11

Lunes 3 de noviembre

Cuando Jehová dice algo, ¿acaso no lo hace? (Núm. 23:19).

Una manera de fortalecer nuestra fe es meditando en el rescate. El rescate nos garantiza que las promesas de Dios se cumplirán. Es importante que dediquemos tiempo a meditar en todo lo que implicó el rescate y en por qué lo dio Jehová. Así, crecerá nuestra confianza en que Jehová traerá un mundo mejor y en el que podremos vivir para siempre. ¿Por qué lo decimos? Pensemos en todo lo que implicó el rescate. Jehová estuvo dispuesto a enviar desde el cielo a su querido Hijo primogénito, su mejor amigo, para que naciera en la Tierra como hombre perfecto. Cuando Jesús estuvo aquí, tuvo que sufrir, pasar por muchas situaciones difíciles y morir de una forma terrible. Sin duda, Jehová pagó un precio muy alto. Él, que es tan cariñoso, nunca hubiese dejado que su Hijo pasara por todo ese sufrimiento solo para darnos una vida mejor pero fugaz (Juan 3:16; 1 Ped. 1:18, 19). Como Jehová pagó un precio tan alto, se asegurará de que podamos vivir para siempre en el nuevo mundo. w23.04 19:8, 9

Martes 4 de noviembre

¿Dónde están tus aguijones, oh, Muerte? (Os. 13:14).

¿Tiene Jehová el deseo de resucitar a los muertos? Por supuesto que sí. Él inspiró a varios escritores de la Biblia para que mencionaran la promesa de la resurrección (Is. 26:19; Apoc. 20:11-13). Y, cuando Jehová promete algo, lo cumple (Jos. 23:14). De hecho, Jehová ansía devolverles la vida a los muertos. Pensemos en lo que dijo el patriarca Job. Él estaba seguro de que, si moría, Jehová anhelaría volverlo a ver (Job 14:14, 15, nota). Jehová siente lo mismo por todos sus siervos que han muerto. Tiene muchas ganas de resucitarlos y de que tengan salud y una vida feliz. ¿Y qué siente Jehová por todas las personas que han muerto sin la oportunidad de aprender la verdad sobre él? Nuestro Padre amoroso quiere devolverles la vida también (Hech. 24:15). Desea que tengan la oportunidad de convertirse en sus amigos y de vivir para siempre en la Tierra (Juan 3:16). w23.04 16:5, 6

Miércoles 5 de noviembre

Por medio de Dios tendremos fuerza (Sal. 108:13).

¿Qué puede hacer para fortalecer su esperanza? Si tiene la esperanza de vivir para siempre en la Tierra, lea lo que dice la Biblia sobre el Paraíso e imagínese allí (Is. 25:8; 32:16-18). Piense en cómo será la vida en el nuevo mundo. Si tenemos la costumbre de pensar en cómo será la vida allí, las dificultades nos parecerán “momentáneas y livianas” (2 Cor. 4:17). La esperanza que Jehová nos da nos hará fuertes. Él ya nos ha dado todo lo que necesitamos para ser fuertes. Por eso, cuando se le haga difícil cumplir con una responsabilidad, aguantar una prueba o seguir sirviendo con alegría a Jehová, órele de corazón y estudie la Biblia para que él lo guíe. Además, acepte la ayuda de los hermanos y mantenga muy viva su esperanza. Entonces Jehová “por medio de su glorioso poder” lo fortalecerá “con todo el poder necesario para aguantar todo con paciencia y felicidad” (Col. 1:11). w23.10 43:19, 20

Jueves 6 de noviembre

Den gracias por todo (1 Tes. 5:18).

En nuestras oraciones podemos agradecerle a Jehová muchas cosas. Démosle las gracias por todo lo bueno que tenemos. A fin de cuentas, todos los regalos buenos vienen de él (Sant. 1:17). Por ejemplo, podríamos decirle cuánto agradecemos el bonito planeta que tenemos, las maravillas de la creación, nuestra vida, nuestra familia, nuestros amigos y nuestra esperanza. Y también queremos agradecerle que nos haya regalado su valiosa amistad. ¿Qué razones tenemos cada uno de nosotros para estar agradecidos a Jehová? Quizás nos cueste verlas porque vivimos en un mundo desagradecido. Las personas suelen centrarse en lo que quieren y no en dar las gracias por lo que tienen. Si se nos pegara esa actitud, nuestras oraciones pudieran llegar a ser como una larga lista de deseos. Para evitar que eso nos pase, tenemos que seguir cultivando la gratitud y esforzarnos por darle las gracias a Jehová por todo lo que nos da (Luc. 6:45). w23.05 20:8, 9

Viernes 7 de noviembre

Siga pidiendo con fe, sin dudar nada (Sant. 1:6).

Nuestro Padre, Jehová, nos ama, y no le gusta vernos sufrir (Is. 63:9). Pero no nos libra de todos los problemas, que la Biblia compara a ríos y a llamas (Is. 43:2). Lo que él nos promete es que nos ayudará a “atravesar” cualquier prueba y no permitirá que nada nos haga un daño permanente. Además, Jehová nos da su poderoso espíritu para ayudarnos a aguantar (Luc. 11:13; Filip. 4:13). Por eso podemos estar seguros de que siempre tendremos lo que necesitamos para aguantar y mantenernos fieles. Jehová espera que confiemos en él (Heb. 11:6). Puede que a veces nuestras pruebas nos parezcan tan terribles que empecemos a dudar de que Jehová nos vaya a ayudar. Pero la Biblia nos asegura que con el poder de Dios podemos “escalar una muralla” (Sal. 18:29). Así que no nos dejemos vencer por las dudas. Más bien, oremos con un corazón lleno de fe y confianza en que Jehová responderá nuestras oraciones (Sant. 1:6, 7). w23.11 49:8, 9

Sábado 8 de noviembre

Las llamas del amor son un fuego ardiente, la llama de Jah. Las aguas embravecidas no pueden extinguir el amor, ni pueden los ríos llevárselo con la corriente (Cant. 8:6, 7).

¡Qué descripción tan bonita! Estas palabras nos muestran que el amor entre el esposo y la esposa puede ser invencible. Los dos tienen que poner de su parte si quieren que el amor dure toda la vida. Pensemos en una fogata. Para que el fuego no se apague, hay que alimentarlo. Si no se hace nada, el fuego se apaga. Lo mismo pasa con el amor entre el esposo y la esposa: hay que alimentarlo para que siga vivo. Pero a veces las dificultades económicas, los problemas de salud y los desafíos de criar a los hijos pudieran hacer que la llama del amor se empezara a apagar. Para mantener viva “la llama de Jah”, tanto el esposo como la esposa tienen que esforzarse por ser buenos amigos de Jehová. w23.05 23:1-3

Domingo 9 de noviembre

No tengas miedo (Dan. 10:19).

Aunque nuestros padres sean valientes y nos animen a serlo, el valor no se hereda; debemos poner de nuestra parte. La valentía es como una habilidad; hay que aprenderla. Para dominar una habilidad tienes que fijarte bien en el maestro y copiar lo que hace. Pues para ser valiente hay que fijarse bien en quienes son así y hacer lo mismo que ellos. Igual que Daniel, tenemos que estudiar a fondo la Biblia, hacernos amigos de Jehová orándole mucho y desde el corazón, y confiar en que él siempre nos dará su apoyo. Si hacemos todo esto, seremos valientes cuando se ponga a prueba nuestra fe. Las personas valientes suelen ganarse el respeto de los demás y pueden hacer que otros sientan curiosidad y deseen saber más de Jehová. Está claro que vale la pena esforzarse por ser valiente. w23.08 33:2, 8, 9

Lunes 10 de noviembre

Comprueben todas las cosas (1 Tes. 5:21).

La palabra griega que aquí se traduce “comprueben” tiene que ver con confirmar la autenticidad de los metales preciosos. Nosotros tenemos que hacer algo parecido: comprobar si lo que escuchamos o leemos es cierto. Va a ser aún más importante que lo hagamos a medida que se acerca la gran tribulación. En lugar de ser ingenuos y creernos todo lo que nos dicen, utilizamos nuestra capacidad de pensar para comparar lo que leemos o lo que escuchamos con lo que dicen la Biblia y la organización de Jehová. Así, ningún mensaje astuto de los demonios nos va a engañar (Prov. 14:15; 1 Tim. 4:1). Sabemos que los siervos de Jehová como grupo sobrevivirán a la gran tribulación, pero no sabemos qué será de cada uno de nosotros el día de mañana (Sant. 4:14). Sea que pasemos la gran tribulación o que muramos antes, Jehová nos premiará con la vida eterna si somos fieles. Mientras tanto, concentrémonos en nuestra maravillosa esperanza y estemos siempre preparados para el día de Jehová. w23.06 26:15, 16

Martes 11 de noviembre

Les ha revelado su secreto a sus siervos (Amós 3:7).

No sabemos cómo se cumplirán algunas profecías bíblicas (Dan. 12:8, 9). Pero el hecho de que no entendamos por completo cómo se cumplirá una profecía no significa que no se vaya a cumplir. Estamos plenamente convencidos de que Jehová nos irá revelando en el momento preciso lo que necesitemos saber, tal como hizo en el pasado. Las naciones proclamarán “¡Paz y seguridad!” (1 Tes. 5:3). Entonces los gobiernos de este mundo atacarán a las religiones falsas y las destruirán por completo (Apoc. 17:16, 17). Después atacarán al pueblo de Dios (Ezeq. 38:18, 19). Y luego comenzará la batalla final de Armagedón (Apoc. 16:14, 16). Estamos completamente seguros de que todo esto sucederá muy pronto. Mientras tanto, sigamos demostrando nuestra gratitud a nuestro buen Padre celestial estando pendientes de las profecías bíblicas y ayudando a otras personas a hacer lo mismo. w23.08 34:19, 20

Miércoles 12 de noviembre

Sigamos amándonos unos a otros, porque el amor es de Dios (1 Juan 4:7).

Cuando el apóstol Pablo habló de las cualidades de la fe, la esperanza y el amor, concluyó diciendo: “La mayor de todas es el amor” (1 Cor. 13:13). ¿Por qué dijo eso? Porque en el futuro no necesitaremos tener fe en las promesas de Dios sobre el nuevo mundo, ya que nuestra esperanza se habrá hecho realidad. Pero siempre tendremos que amar a Jehová y a las personas. De hecho, ese amor seguirá creciendo por toda la eternidad. Además, al amarnos unos a otros demostramos que somos verdaderos cristianos. Jesús les dijo a sus apóstoles: “De este modo todos sabrán que ustedes son mis discípulos: si se tienen amor unos a otros” (Juan 13:35). Por otro lado, el amor nos mantiene unidos. Con razón Pablo dijo que “es un lazo de unión perfecto” (Col. 3:14). El apóstol Juan les escribió a sus hermanos cristianos: “Que el que ama a Dios ame también a su hermano” (1 Juan 4:21). Así que, al mostrar amor a los hermanos, demostramos también nuestro amor a Jehová. w23.11 47:1, 3

Jueves 13 de noviembre

Quitémonos toda carga (Heb. 12:1).

La Biblia dice que los cristianos estamos en una carrera. Los que cruzan la meta reciben el premio de la vida eterna (2 Tim. 4:7, 8). Tenemos que esforzarnos al máximo por seguir corriendo, pues nunca hemos estado tan cerca del final. El apóstol Pablo mencionó lo que nos puede ayudar a llegar a la meta. Dijo: “Quitémonos también toda carga [...], y corramos con aguante la carrera que está puesta delante de nosotros”. Pablo no estaba diciendo que los cristianos no debamos llevar ninguna carga, sino que debemos deshacernos de cualquier carga innecesaria. Este tipo de cargas nos hacen ir más despacio y nos cansan. Para seguir en la carrera, debemos ver si estamos llevando algún peso extra y soltarlo de inmediato. Pero hay otras cargas que son necesarias y no debemos dejar a un lado. Si lo hiciéramos, quedaríamos eliminados de la carrera (2 Tim. 2:5). w23.08 36:1, 2

Viernes 14 de noviembre

Que su adorno no sean cosas externas (1 Ped. 3:3).

Si somos razonables, se nos hará más fácil respetar las opiniones de los demás. Por ejemplo, a algunas hermanas les gusta maquillarse, pero a otras no. A algunos cristianos les parece bien tomar alcohol con moderación, pero otros prefieren no beber. Todos los cristianos quieren tener buena salud, pero eligen diferentes maneras de cuidarla. Si creemos que nuestra opinión siempre es la mejor y tratamos de convencer a los demás de que hagan lo mismo que nosotros, podríamos hacer tropezar a otros y causar divisiones en la congregación (1 Cor. 8:9; 10:23, 24). Por ejemplo, en lugar de darnos normas estrictas sobre cómo vestir, Jehová nos ha dado principios que nos sirven de guía. Nuestra manera de vestir debe honrar a Dios y demostrar que somos personas razonables y que tenemos “modestia y buen juicio” (1 Tim. 2:9, 10). Por lo tanto, no queremos que nuestra ropa sea el centro de atención. Los principios bíblicos también pueden ayudar a los ancianos a no poner sus propias reglas sobre la ropa y los peinados. w23.07 32:13, 14

Sábado 15 de noviembre

Escúchenme atentamente y coman lo que es bueno, y disfrutarán de los mejores alimentos (Is. 55:2).

Jehová nos muestra lo que debemos hacer para tener un futuro feliz. Quienes aceptan la invitación de “la mujer insensata” y escandalosa quieren disfrutar de los “dulces” placeres de la inmoralidad sexual. La realidad es que acabarán “en las profundidades de la Tumba” (Prov. 9:13, 17, 18). Sin embargo, ¡qué bien les va a los que aceptan la invitación de “la verdadera sabiduría”! (Prov. 9:1). Así es, estamos aprendiendo a amar lo que Jehová ama y a odiar lo que él odia (Sal. 97:10). Además, nos llena de satisfacción invitar a otros a beneficiarse de “la verdadera sabiduría”. Somos como las sirvientas del capítulo 9 de Proverbios, que gritan “desde los lugares altos de la ciudad”. Al igual que ellas, decimos: “¡Todo el que sea inexperto, que venga acá!”. Tanto nosotros como quienes aceptan esta invitación recibimos muchos beneficios ahora, en la actualidad. Pero eso no es todo. También nos beneficiaremos en el futuro. Si seguimos avanzando “por el camino del entendimiento”, podremos vivir para siempre (Prov. 9:3, 4, 6). w23.06 28:17, 18

Domingo 16 de noviembre

El hombre paciente es mejor que el poderoso, y el que controla su genio, que el que conquista una ciudad (Prov. 16:32).

¿Cómo se siente cuando un compañero de trabajo o de clase le pregunta sobre sus creencias? ¿Se pone un poco nervioso? Muchos nos sentimos así. Pero ese tipo de preguntas nos puede decir mucho de lo que opina o siente la otra persona, y también nos da la oportunidad de predicar. Sin embargo, a veces alguien puede lanzar una pregunta con un tono desafiante, y eso no debería extrañarnos. Quizás se ha dejado llevar por lo que otras personas han dicho de nosotros (Hech. 28:22). Además, vivimos en “los últimos días”, un periodo en el que muchos no están “dispuestos a llegar a ningún acuerdo” y son “feroces” (2 Tim. 3:1, 3). Tal vez se pregunte cómo puede ser amable y mantener la calma cuando alguien cuestiona con dureza sus creencias. Hay una cualidad que lo ayudará: la apacibilidad. La persona apacible no se enoja fácilmente y es capaz de controlar sus nervios cuando la provocan o no sabe qué responder. w23.09 39:1, 2

Lunes 17 de noviembre

Tú los nombrarás príncipes por toda la tierra (Sal. 45:16).

En ocasiones, la organización de Jehová nos da consejos que nos protegen del materialismo y de otras cosas que pudieran llevarnos a desobedecer las normas de Dios. En estos casos, seguir la guía de Jehová también nos beneficia (Is. 48:17, 18; 1 Tim. 6:9, 10). Jehová seguirá usando a seres humanos para guiar a su pueblo durante la gran tribulación y durante el Reinado de Mil Años. En ese tiempo, ¿seguiremos su guía? Si ahora somos obedientes, nos resultará más fácil serlo también en el futuro. Por lo tanto, sigamos siempre la guía de Jehová, y eso incluye la que nos da mediante los hombres que ha nombrado para cuidarnos (Is. 32:1, 2; Heb. 13:17). Tenemos razones de sobra para confiar en Jehová, nuestro guía, que nos ayuda a evitar los peligros espirituales y a llegar al nuevo mundo, donde viviremos para siempre. w24.02 8:17, 18

Martes 18 de noviembre

Ustedes han sido salvados por bondad inmerecida (Efes. 2:5).

El apóstol Pablo disfrutó de muchas alegrías en su ministerio, pero también se enfrentó a muchos retos. A menudo recorrió largas distancias, a pesar de que los viajes no eran fáciles. Al viajar, a veces se vio “en peligro a causa de ríos” y “en peligro a causa de ladrones”. En ocasiones sus enemigos lo maltrataron (2 Cor. 11:23-27). Para colmo, sus hermanos cristianos no siempre apreciaban los esfuerzos que hacía por ayudarlos (2 Cor. 10:10; Filip. 4:15). ¿Qué impulsó a Pablo a seguir sirviendo a Dios? Él había aprendido mucho acerca de la personalidad de Jehová gracias a las Escrituras y a sus propias vivencias. Estaba convencido de que Jehová lo amaba (Rom. 8:38, 39; Efes. 2:4, 5). Por su parte, Pablo llegó a amarlo muchísimo. Demostró ese amor al servir “a los santos y al continuar sirviéndoles” (Heb. 6:10). w23.07 30:5, 6

Miércoles 19 de noviembre

Sométanse a las autoridades superiores (Rom. 13:1).

En general, las personas reconocen que los gobiernos son necesarios y que hay que obedecer al menos algunas de las leyes de esas “autoridades superiores”. Pero, cuando les parece que una ley es injusta o que les exige demasiado, ya no están tan dispuestas a obedecerla. Según la Biblia, los gobiernos humanos hacen sufrir a la gente, están bajo el control de Satanás y pronto van a ser destruidos (Sal. 110:5, 6; Ecl. 8:9; Luc. 4:5, 6). Pero también nos dice que “el que se opone a la autoridad se ha puesto en contra del orden establecido por Dios”. Por ahora, Jehová permite que haya gobiernos para que las cosas no se salgan de control, y él espera que nosotros los respetemos. Por eso debemos darles “a todos lo que les corresponde”, y eso incluye pagar impuestos, darles honra y obedecerlos (Rom. 13:1-7). Puede que nos parezca que obedecer cierta ley no sea conveniente para nosotros o que nos salga demasiado caro, o tal vez el problema es que nos parezca injusta. Pero obedecemos a Jehová, y él espera que obedezcamos a los gobiernos, siempre y cuando no nos pidan algo que vaya en contra de las leyes divinas (Hech. 5:29). w23.10 42:9, 10

Jueves 20 de noviembre

El espíritu de Jehová lo llenó de poder (Juec. 15:14).

Cuando Sansón nació, los filisteos dominaban y oprimían a la nación de Israel (Juec. 13:1). Como eran tan crueles, hacían sufrir mucho a los israelitas. Entonces Jehová escogió a Sansón para que comenzara a “salvar a Israel de las manos de los filisteos” (Juec. 13:5). Obviamente, Sansón tenía que apoyarse en Jehová. En una ocasión, un gran grupo de soldados filisteos había ido a Lehí, que probablemente quedaba en Judá, para atrapar a Sansón. A los hombres de Judá les dio mucho miedo, así que decidieron entregar a Sansón a sus enemigos. Sus propios hermanos israelitas lo ataron bien fuerte con dos sogas nuevas y se lo llevaron a los filisteos (Juec. 15:9-13). Pero “el espíritu de Jehová lo llenó de poder”, y Sansón logró liberarse. Después “encontró una quijada de burro que todavía estaba fresca”, la agarró... ¡y con ella mató a 1.000 filisteos! (Juec. 15:14-16). w23.09 37:3, 4

Viernes 21 de noviembre

Esto concuerda con el propósito eterno que él estableció en relación con el Cristo, Jesús nuestro Señor (Efes. 3:11).

Jehová tiene un “propósito eterno”, que ha ido revelando poco a poco en la Biblia. De un modo u otro, él siempre tiene éxito porque “ha hecho que todo contribuya a su propósito” (Prov. 16:4). Y los resultados de lo que Jehová hace durarán para siempre. Entonces, ¿cuál es el propósito de Jehová, y qué cambios ha hecho para cumplirlo? Dios les indicó a los primeros seres humanos cuál era su propósito para ellos cuando les dijo: “Tengan muchos hijos, multiplíquense, llenen la tierra y tomen control de ella, y tengan autoridad sobre [...] todos los seres vivos” (Gén. 1:28). Es verdad que, cuando Adán y Eva se rebelaron, introdujeron el pecado en la humanidad, pero eso no impidió que el propósito de Jehová se cumpliera. Él simplemente modificó la manera de realizarlo. Enseguida decidió que establecería un Reino en el cielo que haría realidad su propósito original para la humanidad y la Tierra (Mat. 25:34). w23.10 44:6, 7

Sábado 22 de noviembre

Si Jehová no me hubiera ayudado, en poco tiempo yo habría muerto (Sal. 94:17).

Jehová puede ayudarnos a no rendirnos. A veces esto puede ser muy difícil, sobre todo si llevamos tiempo luchando con la misma debilidad. Y quizás nuestras debilidades nos parezcan peores que las del apóstol Pedro. Pero Jehová puede darnos las fuerzas para seguir adelante (Sal. 94:18, 19). Tomemos como ejemplo el caso de un hermano que, antes de conocer la verdad, llevó una vida homosexual durante muchos años. Aunque abandonó por completo su conducta inmoral, a veces tenía malos deseos. ¿Qué lo ayudó a no darse por vencido en su lucha? “Jehová nos fortalece”, explica. Y añade: “Con la ayuda del espíritu de Jehová [...], he aprendido que es posible seguir [...] en el camino de la verdad”. Y finalmente dice: “Jehová me ha permitido servirle [...], y a pesar de mis imperfecciones él sigue fortaleciéndome”. w23.09 40:12

Domingo 23 de noviembre

El resultado de la humildad y del temor de Jehová es riqueza, gloria y vida (Prov. 22:4).

Si eres un hermano joven, recuerda que no llegarás a ser un cristiano maduro de manera automática. Tienes que elegir buenos ejemplos, adquirir la capacidad de pensar, ser confiable, aprender habilidades prácticas y prepararte para el futuro. Al pensar en todas las cosas que tienes que hacer, quizás a veces sientas que es demasiado para ti. Pero no te desanimes, ¡tú puedes lograrlo! No olvides que Jehová quiere ayudarte (Is. 41:10, 13). Y los hermanos y las hermanas de tu congregación también estarán ahí para darte una mano. Cuando llegues a ser el hombre que Jehová quiere que seas, tendrás una vida plena y feliz. Te queremos muchísimo y deseamos que Jehová siga bendiciendo tus esfuerzos por llegar a ser un cristiano maduro. w23.12 53:19, 20

Lunes 24 de noviembre

Pasen por alto una ofensa (Prov. 19:11).

Digamos que usted está pasando un rato agradable con un grupo de hermanos y deciden tomarse una foto grupal. Para asegurarse de tener un buen recuerdo, toma tres fotos. Pero ve que en una de ellas un hermano no salió bien. Así que la borra y se queda con las otras dos, porque en ellas todos están sonriendo. Por lo general, tenemos bonitos recuerdos de los agradables momentos que pasamos con nuestros hermanos. Pero supongamos que en una de esas ocasiones un hermano dijo o hizo algo que no estuvo bien. ¿Qué hará con ese recuerdo? ¿Por qué no lo borra, como si de una foto se tratara? (Efes. 4:32). Como tenemos tantos buenos recuerdos de los momentos que hemos vivido con ese hermano, podemos borrarlo. Lo mejor es guardar con cariño “las fotos bonitas”. w23.11 47:16, 17

Martes 25 de noviembre

Las mujeres deben vestirse con ropa apropiada, como es propio de mujeres que afirman tener devoción a Dios (1 Tim. 2:9, 10).

Las palabras griegas que se usaron en el texto de hoy indican que las cristianas deben vestir de una manera decente y tomar en cuenta los sentimientos de los demás. ¡Qué orgullosos estamos de las hermanas que demuestran que son maduras por su manera de vestir! El discernimiento es otra cualidad que todas las cristianas maduras deben tener. Es lo mismo que el buen juicio, es decir, la capacidad de diferenciar lo que está bien de lo que está mal y entonces hacer lo que es correcto. Veamos el ejemplo de Abigaíl. Su esposo tomó una decisión muy mala, y ella se dio cuenta de que iba a tener consecuencias desastrosas para todos los que vivían en su casa. Abigaíl actuó de inmediato, y gracias a su buen juicio se salvaron muchas vidas (1 Sam. 25:14-23, 32-35). El discernimiento también nos ayuda a saber cuándo hablar y cuándo callar, y a interesarnos por los demás pero sin hacerlos sentir incómodos (1 Tes. 4:11). w23.12 52:8, 9

Miércoles 26 de noviembre

Alegrémonos debido a la esperanza de recibir la gloria de Dios (Rom. 5:2).

El apóstol Pablo les escribió estas palabras a los hermanos de la congregación de Roma. Ellos habían aprendido sobre Jehová y Jesús, habían demostrado que tenían fe y se habían hecho cristianos. Así que Dios los declaró “justos como resultado de la fe” y los ungió con espíritu santo (Rom. 5:1). A partir de ese momento, tenían una esperanza maravillosa y segura. Más tarde, Pablo les habló a los cristianos ungidos de Éfeso sobre la esperanza que Dios les había dado. Les explicó que recibirían una “herencia para los santos” (Efes. 1:18). Y a los colosenses les mencionó dónde recibirían esa recompensa que esperaban. Les dijo: “Está reservada para ustedes en los cielos” (Col. 1:4, 5). Así que los cristianos ungidos tienen la esperanza de resucitar y vivir eternamente en el cielo, donde reinarán con Cristo (1 Tes. 4:13-17; Apoc. 20:6). w23.12 51:4, 5

Jueves 27 de noviembre

La paz de Dios, que está más allá de lo que ningún ser humano puede entender, protegerá sus corazones y sus mentes (Filip. 4:7).

La palabra original que se traduce “protegerá” era una expresión militar que se usaba para referirse a los soldados que vigilaban una ciudad para que no la atacaran. Sus habitantes podían dormir tranquilos sabiendo que los soldados estaban en las puertas protegiendo la ciudad. De manera parecida, cuando “la paz de Dios” protege nuestro corazón y nuestra mente, nos sentimos seguros y en paz (Sal. 4:8). Incluso si la situación no mejora de inmediato, podemos recuperar la calma, al menos hasta cierto punto, tal como le pasó a Ana (1 Sam. 1:16-18). Y, entonces, seguramente se nos hará más fácil pensar con claridad y tomar buenas decisiones. Tal como los habitantes de una ciudad podían pedirle a un soldado que los protegiera, nosotros también podemos pedirle a Jehová que nos proteja. Orémosle hasta que sintamos “la paz de Dios” (Luc. 11:9; 1 Tes. 5:17). Si usted está en una situación complicada, no deje de orar. Verá cómo Jehová le da su paz y protege su corazón y su mente (Rom. 12:12). w24.01 3:5, 6

Viernes 28 de noviembre

Padre nuestro que estás en los cielos, que tu nombre sea santificado (Mat. 6:9).

Jesús estuvo dispuesto a aguantar torturas, insultos y acusaciones falsas para santificar el nombre de su Padre. Sabía que había sido totalmente obediente y que no tenía nada de lo que avergonzarse (Heb. 12:2). También sabía que, en esos momentos difíciles, era Satanás quien lo estaba atacando (Luc. 22:2-4; 23:33, 34). El Diablo quería que Jesús dejara de ser fiel a Jehová, pero no lo logró; ¡su fracaso fue total! Jesús demostró más allá de toda duda que Satanás es un mentiroso y que Jehová sí tiene siervos que se mantienen leales hasta en las pruebas más duras. ¿Desea usted alegrar a su Rey, Jesucristo? Pues siga alabando el nombre de Jehová y ayudando a otros a ver cómo es él de verdad. Así estará siguiendo los pasos de Jesús (1 Ped. 2:21). Y, como él, logrará que Jehová se sienta feliz y demostrará que su enemigo, Satanás, es un mentiroso despreciable. w24.02 6:11-13

Sábado 29 de noviembre

¿Cómo le pagaré a Jehová todo el bien que me ha hecho? (Sal. 116:12).

En los pasados cinco años, más de un millón de personas se han bautizado como testigos de Jehová. Para nosotros, dedicarnos significa tomar la decisión de ser discípulos de Jesús y poner en primer lugar en la vida la voluntad de Dios. ¿Y eso qué implica? Jesús dijo: “Si alguien quiere ser mi seguidor, que renuncie a sí mismo” (Mat. 16:24). La expresión griega que se tradujo “que renuncie a sí mismo” también puede traducirse “que se niegue a sí mismo”, es decir, que se diga que no a sí mismo. Cuando usted se dedique a Jehová, tendrá que decirle que no a todo lo que le desagrada a Dios (2 Cor. 5:14, 15). Eso incluye rechazar “las obras de la carne”, como por ejemplo la inmoralidad sexual (Gál. 5:19-21; 1 Cor. 6:18). ¿Será una carga hacerlo? Claro que no, siempre que ame a Jehová y esté convencido de que sus normas son lo mejor para usted (Sal. 119:97; Is. 48:17, 18). w24.03 9:1, 4

Domingo 30 de noviembre

Tú tienes mi aprobación (Luc. 3:22).

Jehová les da su espíritu santo a quienes tienen su aprobación (Mat. 12:18). Podríamos preguntarnos: “¿Demuestro en mi vida las cualidades que produce el espíritu santo?”. Por ejemplo, ¿es usted ahora más paciente que antes de conocer a Jehová? En realidad, cuanto más observe que está demostrando las cualidades del fruto del espíritu, más seguro puede estar de que Jehová está contento con usted. Jehová les aplica el valor del rescate a quienes tienen su aprobación (1 Tim. 2:5, 6). Pero ¿y si nos cuesta aceptar la idea de que Jehová nos aprueba aunque tengamos fe en el rescate y estemos bautizados? Recordemos que no siempre podemos fiarnos de lo que nos dice el corazón, pero siempre podemos fiarnos de Jehová. Para él, quienes tienen fe en el rescate son justos, y promete bendecirlos (Sal. 5:12; Rom. 3:26). w24.03 13:15, 17

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