BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • g98 22/7 págs. 4-7
  • Sentirse el blanco de todas las miradas

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • Sentirse el blanco de todas las miradas
  • ¡Despertad! 1998
  • Subtítulos
  • Información relacionada
  • Los temores de la fobia social
  • Formas en que afrontan la situación
  • Cómo superar la fobia social
    ¡Despertad! 1998
  • Acorralados por las fobias
    ¡Despertad! 1987
  • Las fobias... los temores de millones de personas
    ¡Despertad! 1987
  • El suplicio de las fobias
    ¡Despertad! 1998
Ver más
¡Despertad! 1998
g98 22/7 págs. 4-7

Sentirse el blanco de todas las miradas

“Era un martirio —explica Jerry—. Al entrar en un aula, transpiraba profusamente; me parecía que tenía la boca llena de algodones y que no podría hablar aunque me fuera en ello la vida. Luego me subía un intenso calor por los brazos, las piernas y la cara; me ponía rojísimo, como si me ruborizara de cuerpo entero.”

JERRY padece de fobia social o, lo que es lo mismo, terror a ser observado y humillado en público. “El fóbico social —señala un folleto publicado por la Asociación Estadounidense contra los Trastornos de Ansiedad— se cree el blanco de todas las miradas. Es posible que la ansiedad llegue a desencadenar virtuales ataques de pánico, con síntomas tales como palpitaciones, desmayos, ahogos y sudoración abundante.”

Hay quienes quitan importancia a la fobia social y recomiendan al afectado que se esfuerce por no cohibirse y “salga a hacer amigos”. Pero aunque este trastorno se combate en parte afrontando los temores personales, es muy distinto del retraimiento. “A diferencia de la timidez habitual —señala Jerilyn Ross—, la fobia social es tan grave que dificulta en buena medida las actividades cotidianas, sea el curso académico, el trabajo o las relaciones personales.”

Según estudios, millones de seres sufren de este padecimiento debilitante.a Examinemos algunos temores ligados a él.

Los temores de la fobia social

Hablar en público. Doug describe del siguiente modo el acceso de pánico que tuvo al pronunciar unas palabras ante un grupo de ciudadanos de la localidad: “Me entraron sudores fríos, palpitaciones y muchos temblores. Parecía que se me iba a cerrar la garganta, y me costaba articular las palabras”. Aunque casi todas las personas nos sobresaltamos delante de un auditorio, el terror del fóbico es tan intenso e implacable que no aminora con la práctica. Doug llegó a considerar una amenaza para su vida hasta la charla más trivial que tuviera que dar.

Comer ante otros. Como los fóbicos sociales creen que todo el mundo los mira, una simple comida puede convertirse en una auténtica pesadilla. Les inquieta la posibilidad de tener temblor de manos, derramar comida, no atinar con los cubiertos en la boca o hasta sufrir una indisposición. Y los propios miedos facilitan que ocurra lo peor. El libro Dying of Embarrassment (Morirse de vergüenza) señala: “Cuanto más se preocupe por no hacer nada embarazoso, más ansiedad tendrá; a su vez, cuanto más ansioso se ponga, más probable será que tiemble o haga movimientos torpes. La situación quizá se agrave tanto que casi siempre derrame algo al comer o beber”.

Escribir ante otros. Por miedo a que les tiemble la mano o que garabateen letras ilegibles, muchos fóbicos sociales son presa del pánico cada vez que han de firmar un cheque o escribir cuando los observan. A Sam, por ejemplo, le mortificaba que su patrón le pidiera al comienzo de cada jornada que firmase en un libro de registro delante de un vigilante. “Era superior a mis fuerzas —dice Sam—. Me temblaba tanto la mano que tenía que sujetarla con la otra para escribir, y aun así quedaba todo ilegible.”

Hablar por teléfono. El doctor John R. Marshall menciona que muchos pacientes le confesaron que evitaban al máximo el teléfono. Explica: “Temían equivocarse con la respuesta, o que, al no saber qué decir, se sucediesen silencios bochornosos, y que, al entorpecerse la conversación, la voz les cambiara, temblara o se volviera aguda por la ansiedad. Les aterraba la posibilidad de tartamudear, balbucear o manifestar de otras formas embarazosas la turbación”.

Relacionarse con la gente. Hay fóbicos sociales que temen casi toda situación que implique tratar con los demás. A muchos les aterra en especial mirar a los ojos. “El afectado de fobia social grave suele estar ansioso e inseguro en cuanto a dónde dirigir la vista y qué hacer si lo miran —dice The Harvard Mental Health Letter—. Evita mirar a los ojos, pues no está seguro de cuándo hacerlo y cuándo no, y cree que le malinterpretarán la mirada.”

La fobia social abarca otros miedos. A muchos, por ejemplo, les aterra utilizar los escusados públicos, y a otros, comprar si les observa el vendedor. “Estoy tan pendiente de mis acciones que a veces ni veo lo que miro —dice una señora—. Siempre me imagino que el dependiente de la tienda va a pedirme que decida de una vez lo que quiero y no le haga perder más tiempo.”

Formas en que afrontan la situación

La fobia social es difícil de entender para quien no la padece. Un afectado describe su caso como “lo más bochornoso que pueda imaginarse”. “Siempre pienso en suicidarme”, admite otro.

Lamentablemente, muchos fóbicos sociales intentan ahogar la ansiedad en el alcohol.b Pero aunque les alivie de momento, a la larga es peor. El doctor John R. Marshall comenta: “No acostumbrados a beber con la gente, varios pacientes míos se embriagaron tratando de calmarse antes de una actividad social o durante esta, lo que empeoró la humillación pública tan temida”.

La táctica más habitual de los fóbicos sociales es la evitación, es decir, el apartamiento de las situaciones temidas. “Rehuía toda situación que podía, hasta el empleo del teléfono”, señala Lorraine, fóbica social. Pero muchos pacientes acaban viendo que, en vez de protegerlos, la evitación los esclaviza. “Con el tiempo —dice Lorraine— la soledad y el tedio me vencían.”

La evitación es “una trampa cada vez más peligrosa —advierte Jerilyn Ross—. Al eludir algo se hace más fácil recaer en la evitación, hasta que esta se vuelve casi automática”. Algunos rechazan por norma las invitaciones a cenar o los trabajos en que se trata con el público, y así no aprenden a afrontar los temores y superarlos. “Su vida —dice el doctor Richard Heimberg—, se llena de rechazos irreales y fracasos imaginarios en trabajos que jamás tuvieron porque los evitaron.”

Pero hay buenas noticias: La fobia social tiene tratamiento. Aunque no es posible —ni siquiera recomendable— eliminar toda ansiedad, el afectado puede aprender a superar sus temores, y la Biblia brinda consejos prácticos que le ayudarán a hacerlo.

[Notas]

a Nótese que casi todos tenemos temores sociales. Muchos, por ejemplo, sentimos ansiedad al tener que hablar en público. Pero el diagnóstico de fobia social solo suele darse en el caso de que los temores sean de tal magnitud que estorben significativamente la vida normal.

b Según ciertos estudios, hay un elevado índice de alcoholismo entre los fóbicos sociales, así como de fobia entre los alcohólicos. ¿Qué viene primero? Se dice que un tercio de los alcohólicos tenía un historial de trastorno de pánico o algún tipo de fobia social antes de iniciarse en la bebida.

[Ilustraciones de las páginas 4 y 5]

Para el fóbico social, las relaciones normales son una pesadilla

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir