De nuestros lectores
Ovnis Nuestra asociación ha dedicado los últimos dieciocho años a la investigación de los avistamientos de ovnis y ha llegado a la conclusión de que la mayoría de dichos avistamientos pueden calificarse de interpretaciones erróneas. Nosotros comprobamos artículos de todas partes del mundo sobre los ovnis, y los suyos (8 de noviembre de 1990) han supuesto un grato cambio. Hemos de felicitar a los escritores por la narración tan objetiva y apegada a los hechos que hicieron. Aunque no podemos compartir todos los enfoques de su fe, queremos expresarles nuestro aprecio por esos artículos.
H. K., Red de Investigación Central para Fenómenos Celestes Extraordinarios, Alemania
Trastornos del apetito Muchísimas gracias por sus artículos sobre los trastornos del apetito (22 de diciembre de 1990). Hace dos años padecía de anorexia y todavía ahora hay veces que tiendo a volver a mis anteriores costumbres y actitudes. Algo que ciertamente me ha ayudado es acercarme más a Dios. Me alegra ver cómo ¡Despertad! ofrece ayuda y alivio a los enfermos de una manera tan amorosa y comprensiva.
L. H., Inglaterra
Por lo general me gusta la manera que tiene su revista de tratar temas controvertidos que a menudo los católicos pasamos por alto. Pero los artículos sobre los trastornos del apetito me decepcionaron. He padecido de anorexia durante once años. Ustedes la califican de debilidad y recomiendan que acudamos a Dios en busca de perdón. Pero la anorexia no es solo una debilidad, es una enfermedad grave. Es más que una obsesión por agradar a otros, es un intento de hacer frente al temor de no ser querida.
J. W., Alemania
En nuestros artículos no minimizamos la gravedad de los trastornos del apetito, precisamente indicamos que son resultado de ‘profundos trastornos emocionales’. El ‘temor de no ser querido’, por ejemplo, es muchas veces reflejo de un sentimiento de inutilidad por parte del enfermo. Por eso destacamos la importancia de cultivar la amistad con Dios y fomentar nuestra autoestima basándose en el sistema de valores que la Biblia subraya. Si la persona que trata de superar su enfermedad reincide puede derivar consuelo de saber que Dios perdona y comprende bien la causa de nuestras debilidades.—La dirección.
Padres que se marchan de casa El artículo “Si uno de mis padres se marcha de casa ¿cómo debería tratarlo?” (8 de noviembre de 1990) me recordó lo que sentí de niño cuando mi padre nos dejó. Yo tenía nueve años y me sentí traicionado, abandonado y furioso. Estos sentimientos me siguieron embargando hasta que un día leí el Salmo 27:10. Entonces me di cuenta de que Jehová se ocupaba de mí como un Padre.
H. S., Estados Unidos
El salmo en cuestión reza: “En caso de que mi propio padre y mi propia madre de veras me dejaran, aun Jehová mismo me acogería”.—La dirección.
Mi marido y yo nos divorciamos hace tres años y el año pasado se mudó de la ciudad sin siquiera despedirse de sus hijos. Eso les produjo un profundo sufrimiento emocional y han llegado a pensar que su padre los odia. El artículo fue ideal porque mostró que los hijos no tienen la culpa. Espero que con el tiempo lleguen a convencerse de ello.
L. M., Estados Unidos
Soy madre de tres hijos y me encuentro confusa por el divorcio de mis propios padres. Sus artículos me han ayudado a dejar de pensar de forma destructiva y hacerlo en términos constructivos. Acabo de terminar una carta para mi padre donde trato de cerrar la brecha entre nosotros.
K. Y., Japón
Cuadripléjico Gracias por el artículo “Me dijeron que nunca volvería a caminar” (22 de agosto de 1990). A consecuencia de un grave accidente que tuve en 1980 yo también me quedé cuadripléjico. Se comprende que la mayoría de las personas no sepan lo que esto significa y todo lo que envuelve. Pero el artículo proporciona la clase de información precisa que la gente necesita para poder ayudar a los que sufren las consecuencias de haber quedado trágicamente lesionados.
W. K., Estados Unidos