Testificando a los presos
1 De todas partes del país se han recibido informes acerca del buen trabajo que están efectuando los hermanos en cuanto a comunicarse con los presos de varias cárceles y penitenciarías, lo cual ha ayudado a algunos presos a rehabilitar su vida en sentido espiritual. En varios de esos lugares de confinamiento se celebran reuniones con regularidad y varios presos han estudiado hasta el punto de dedicarse y bautizarse. El cambio en su modo de vivir ha sido en sí mismo un testimonio extraordinario para otros.
2 En algunos casos, algunos hermanos han ayudado a ciertos presos por medio de tener correspondencia con ellos por un espacio de tiempo. Sin embargo, hay un peligro del cual deseamos prevenirles. Algunos presos están dipuestos a tener correspondencia, mientras fingen tener interés, simplemente para su propia ventaja egoísta. A veces el amor, la compasión y la generosidad de los del pueblo de Jehová hacen que tales individuos los engañen. Si se tiene correspondencia con un preso, no sería bueno comenzar a enviarle dinero o cosas materiales cuando el preso lo solicite. Más bien, el compartir información espiritual con el preso y estimularlo a aplicar principios bíblicos en su vida debería ser la razón por la cual escribirle.—Pro. 14:15.
3 Puesto que no es aconsejable que las hermanas tengan correspondencia con los presos, sería bueno que ciertos hermanos capacitados hicieran esto. Tampoco sería prudente que cualquier miembro de la congregación visite la prisión y tenga asociación estrecha con los reclusos.
4 En caso de que algún preso muestre interés, es bueno pasar el nombre y la dirección de tal persona a la congregación más cercana a la prisión para que alguno de los hermanos que llenan los requisitos para visitar la prisión se comunique con el preso y haga arreglos para estudiar con él si es posible. Por lo general estos hermanos saben lo que se requiere y tienen permiso especial para entrar en la prisión. No hay inconveniente en que estos hermanos celebren reuniones con los presos para que varios de éstos estudien al mismo tiempo. No recomendamos que se celebren reuniones especiales a las que se invite a algunos publicadores para que se asocien indistintamente con los presos. Creemos que el mayor bien puede lograrse por medio de solamente celebrar la reunión regular semanal, en el caso de los lugares donde la permiten los funcionarios de la prisión. Así, los reclusos que están dedicados y los que están interesados en la verdad recibirán el mismo alimento espiritual que recibe afuera el pueblo de Jehová.
5 Ciertamente queremos servir de ayuda a todas las personas que tienen hambre y sed de la verdad, pero se debe ejercer cuidado al tratar con personas que están en prisión debido a su mal proceder.