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“¡Miren! ¡Este es nuestro Dios!”Acerquémonos a Jehová
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CAPÍTULO 1
“¡Miren! ¡Este es nuestro Dios!”
1, 2. a) ¿Qué le gustaría preguntarle a Dios? b) ¿Qué le preguntó Moisés?
¿SE IMAGINA conversando con Dios? Es una idea que impone respeto: ¡el Soberano del universo hablando con uno! Al principio usted no sabe qué decir, pero poco a poco empieza a hablar. Él lo escucha, le contesta y hasta le da confianza para preguntar lo que quiera. ¿Qué le preguntaría?
2 Hace mucho tiempo, un hombre llamado Moisés habló con Dios y le preguntó algo que tal vez le sorprenda. No le preguntó sobre el futuro ni por qué sufre la gente; más bien, le preguntó por su nombre. Pero eso era muy raro porque Moisés ya sabía su nombre. Está claro que su pregunta tenía un sentido más profundo. De hecho, era lo más importante que podía preguntar. La respuesta que Dios le dio tiene que ver con todos nosotros y puede ayudarnos a dar un paso fundamental para acercarnos a él. ¿De qué modo? Repasemos aquella conversación tan importante.
3, 4. ¿Qué situaciones llevaron a que Dios hablara con Moisés? ¿De qué hablaron?
3 Moisés tenía 80 años. Llevaba cuatro décadas lejos de su pueblo, Israel, que vivía esclavizado en Egipto. Cierto día, mientras pastoreaba los rebaños de su suegro, vio un fenómeno muy extraño: un arbusto en llamas que, en vez de consumirse, seguía ardiendo, brillando como un faro en una montaña. Así que se acercó para ver lo que pasaba. ¡Qué susto debió llevarse al oír una voz que le hablaba desde el fuego! Mediante un ángel que sirvió de portavoz, Dios y Moisés hablaron largo y tendido. Como sabemos, a pesar de que Moisés tenía dudas, Dios le pidió que dejara su vida tranquila y volviera a Egipto para liberar a los israelitas (Éxodo 3:1-12).
4 Moisés le pudo haber preguntado cualquier otra cosa a Dios, pero fíjese en lo que decidió preguntarle: “Supongamos que voy ante los israelitas y les digo: ‘El Dios de sus antepasados me ha enviado a ustedes’. Si ellos me preguntan ‘¿Y cuál es su nombre?’, ¿qué les debo decir?” (Éxodo 3:13).
5, 6. a) ¿Qué importante verdad nos enseña la pregunta de Moisés? b) ¿Cuál es una de las peores cosas que se han hecho contra el nombre propio de Dios? c) ¿Qué nos ofrece Dios al decirnos su nombre?
5 Lo primero que nos enseña la pregunta de Moisés es que Dios tiene un nombre propio, y no debemos dar por sentada esta importante verdad. Sin embargo, para mucha gente esto no es importante. De hecho, muchas versiones bíblicas han cambiado su nombre por títulos como Señor y Dios. Esta es una de las peores cosas que ha hecho la religión. A fin de cuentas, ¿qué es lo primero que le preguntamos a alguien al conocerlo? ¿Acaso no es su nombre? Lo mismo pasa si queremos conocer a Dios. No es un ser distante y sin nombre, alguien a quien no podamos conocer. Aunque es invisible, es una persona real y tiene nombre: Jehová.
6 Pero, además, al decirnos su nombre propio, Dios nos ofrece la maravillosa y emocionante oportunidad de conocerlo. Él quiere que tomemos la mejor decisión de nuestra vida: acercarnos a él. Ahora bien, no solo nos dice que se llama Jehová, sino que nos revela cómo es él.
El significado del nombre de Dios
7. a) Al parecer, ¿qué significa el nombre propio de Dios? b) En realidad, ¿qué quería saber Moisés cuando le preguntó a Dios su nombre?
7 Jehová eligió su nombre, un nombre con mucho significado. Al parecer, Jehová quiere decir “él hace que llegue a ser”. No hay nadie como él en el universo, pues es el Creador de todo. Además, hace lo que sea necesario para que sus propósitos se cumplan y puede hacer que sus siervos humanos, aunque sean imperfectos, lleguen a ser lo que él decida. Pensar en esto nos llena de respeto hacia él. Pero su nombre no solo nos enseña eso. Moisés ya sabía que Dios había creado todas las cosas y que se llamaba Jehová. No se trataba de un nombre nuevo, pues llevaba siglos usándose. Así que todo parece indicar que, al preguntar por su nombre, Moisés deseaba conocer mejor la personalidad de Jehová. Es como si hubiera dicho: “¿Qué le digo de ti a tu pueblo Israel para fortalecer su fe en ti y convencerlo de que de verdad vas a liberarlo?”.
8, 9. a) ¿Qué le dijo Jehová a Moisés, y por qué no es exacta la manera en que lo dicen muchas Biblias? b) ¿Qué significa la afirmación “Yo Seré lo que Yo Decida Ser”?
8 Jehová respondió revelando una característica maravillosa de su personalidad que está muy relacionada con el significado de su nombre. Le dijo a Moisés: “Yo Seré lo que Yo Decida Ser” (Éxodo 3:14). Aunque muchas versiones de la Biblia ponen en este pasaje “Yo soy el que soy”, un análisis más cuidadoso indica que Dios no solo estaba afirmando que existía. Más bien, le enseñó a Moisés —y por extensión a todos nosotros— que él decidiría ser lo que fuera necesario para cumplir sus promesas. La versión en inglés de Rotherham traduce de forma clara el versículo: “Yo Llegaré a Ser lo que yo quiera”. Un experto en hebreo bíblico explica esta frase así: “Sea cual fuere la situación o la necesidad [...], Dios ‘llegará a ser’ la solución a dicha necesidad”.
9 ¿Qué significaba esto para los israelitas? Sin importar los obstáculos y apuros que afrontaran, Jehová llegaría a ser lo que fuera necesario para liberarlos de la esclavitud y conducirlos a la Tierra Prometida. Saber el significado de ese nombre seguramente les daría confianza en el Creador, y lo mismo puede hacer en nuestro caso (Salmo 9:10). ¿Por qué?
10, 11. ¿Por qué el nombre de Jehová nos invita a verlo como el Padre ideal? Use una comparación.
10 Pensemos en los padres de familia, que deben ser muy adaptables y cumplir funciones muy variadas al cuidar a sus hijos. En un mismo día, tal vez tengan que ser enfermeros, cocineros, maestros, árbitros y jueces. A muchos les abruma la idea de no estar a la altura de lo que se espera de ellos. Sienten que sus pequeños confían en ellos ciegamente y que no dudan de que papá o mamá pueden curarles más pronto las heridas, resolver todas las peleas, arreglarles los juguetes rotos y responder a todas las preguntas que hay en sus cabecitas. Hay padres y madres que se sienten incapaces o hasta frustrados cuando ven que no pueden cumplir con todas estas funciones.
11 Jehová también es un Padre cariñoso. Con tal de cuidar lo mejor posible a sus hijos, él puede llegar a ser cualquier cosa que esté de acuerdo con sus normas perfectas. Así pues, su nombre nos invita a verlo como el Padre ideal (Santiago 1:17). Moisés y los demás israelitas fieles comprobaron enseguida que Jehová hace honor a su nombre. Se quedaron maravillados al ver cómo llegaba a ser comandante invencible, amo de la naturaleza, legislador sin igual, juez, arquitecto y mucho más. También les estuvo dando comida y agua, y se encargó de que su ropa y calzado no se desgastaran.
12. ¿Qué diferencia hay entre la actitud de Moisés y la del faraón hacia Jehová?
12 Pues bien, Dios nos dice su nombre propio, nos revela rasgos fascinantes de su personalidad e incluso ha demostrado que le hace honor a su nombre. Está claro que desea que lo conozcamos. Y nosotros, ¿queremos conocerlo? Moisés sí quiso. De hecho, sus ganas de conocerlo influyeron en todas sus decisiones, y esto le ayudó a estar más cerca de su Padre celestial (Números 12:6-8; Hebreos 11:27). Por desgracia, la mayoría de la gente de su época no compartió aquel deseo. Cuando Moisés se presentó ante el faraón y mencionó a Jehová por nombre, este gobernante egipcio respondió con desprecio: “¿Quién es ese Jehová [...]?” (Éxodo 5:2). No quiso saber nada de Jehová. Más bien, con falta de respeto, rechazó al Dios de Israel como si fuera alguien insignificante. En la actualidad, mucha gente tiene esa actitud. Y por eso no se dan cuenta de una de las verdades más importantes que puede haber: Jehová es el Señor Soberano.
El Señor Soberano Jehová
13, 14. a) ¿Por qué usa la Biblia tantos títulos para referirse a Jehová, y cuáles son algunos de ellos? (Vea el recuadro de la página 14). b) ¿Por qué es Jehová el único que merece llamarse “Señor Soberano”?
13 Como Jehová cumple tantas funciones y es tan adaptable, la Biblia usa muchos títulos para referirse a él. Aunque no son más importantes que su nombre, estos títulos nos ayudan a entender mejor su significado. Por ejemplo, la Biblia lo llama “Señor Soberano Jehová” (2 Samuel 7:22). Esta expresión, que aparece cientos de veces en las Escrituras, destaca lo grande y majestuoso que es Jehová. Solo él tiene el derecho a gobernar el universo. Veamos por qué.
14 Jehová es único, pues él lo creó todo. Apocalipsis 4:11 dice: “Jehová nuestro Dios, tú mereces recibir la gloria, la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad llegaron a existir y fueron creadas”. Estas hermosas palabras se refieren únicamente a Jehová, y es que todo lo que hay en el universo existe gracias a él. Sin duda, él merece honra, poder y gloria por ser el Señor Soberano y el Creador de todas las cosas.
15. ¿Por qué se le llama a Jehová “Rey de la eternidad”?
15 Otro título exclusivo de Jehová es “Rey de la eternidad” (1 Timoteo 1:17; Apocalipsis 15:3). ¿Qué implica? Aunque a nuestra mente limitada le cueste comprenderlo, Jehová es eterno, es decir, siempre ha existido y siempre existirá. Salmo 90:2 dice: “Desde siempre y para siempre, tú eres Dios”. Por lo tanto, no tuvo un principio; siempre ha existido. Con razón se le llama “el Anciano de Días”, pues ha vivido desde siempre. Nada ni nadie ha existido antes que él (Daniel 7:9, 13, 22). Con todo esto, ¿quién se atrevería a cuestionar el derecho que Jehová tiene de ser el Señor Soberano?
16, 17. a) ¿Por qué es imposible ver a Jehová, y por qué no debería sorprendernos? b) ¿Por qué es Jehová más real que cualquier cosa que podamos ver o tocar?
16 Pero, igual que el faraón, algunas personas creen que Jehová no tiene ese derecho. Esto se debe en parte a que el ser humano, imperfecto por naturaleza, suele confiar solo en lo que ve. Los seres humanos no podemos ver a los espíritus. Y, como el Señor Soberano es un espíritu, es invisible a nuestros ojos (Juan 4:24). Además, una persona de carne y hueso se moriría si se presentara ante Jehová. Eso es lo que él le dijo a Moisés: “No puedes ver mi rostro, porque ningún ser humano puede verme y seguir con vida” (Éxodo 33:20; Juan 1:18).
17 Esto no debería sorprendernos. Por ejemplo, Moisés contempló tan solo parte de la gloria de Jehová, por lo visto a través de un ángel que lo representaba. ¿Y qué pasó? Después de eso, “su rostro emitía rayos” y a los israelitas les daba miedo mirarlo directamente (Éxodo 33:21-23; 34:5-7, 29, 30). Así que es evidente que un simple ser humano no puede ver al Señor Soberano en toda su gloria. Entonces, si no podemos verlo ni tocarlo, ¿significa eso que no existe? No, para nada. Por ejemplo, aunque no podemos ver el viento, las ondas de radio ni los pensamientos, sabemos que sí existen. Por otro lado, Jehová no cambia con el paso del tiempo, ni aunque pasen miles de millones de años. Visto así, es mucho más real que cualquier cosa que podamos ver o tocar, pues las cosas físicas sufren los efectos del tiempo y desaparecen (Mateo 6:19). Ahora bien, ¿es Dios un ser invisible muy poderoso que no tiene sentimientos y que no se preocupa por nosotros?
Un Dios con personalidad
18. ¿Qué visión recibió Ezequiel, y qué representan las cuatro caras de los “seres vivientes” que están cerca de Jehová?
18 Es cierto que no podemos ver a Dios. Pero la Biblia contiene pasajes emocionantes que nos permiten hacernos una idea de lo que hay en la región celestial. Por ejemplo, el primer capítulo del libro de Ezequiel describe una visión del profeta donde la parte celestial de la organización universal de Jehová aparece representada como un enorme carro. En especial, es muy impresionante la descripción de los poderosos espíritus que están cerca de Jehová (Ezequiel 1:4-10). Estos “seres vivientes” mantienen una estrecha relación con él, y su apariencia nos aporta datos importantes del Dios al que sirven. Cada uno tiene cuatro caras: de toro, de león, de águila y de hombre. Todo parece indicar que estas caras representan cuatro cualidades que son la base de la maravillosa personalidad de Jehová (Apocalipsis 4:6-8, 10).
19. ¿Qué cualidades representan la cara de toro, la de león, la de águila y la de hombre?
19 En la Biblia, el toro suele representar el poder, algo muy lógico en vista de su gran fortaleza. El león se caracteriza por su valentía; y, como la auténtica justicia requiere valentía, este animal es un símbolo adecuado de la justicia. El águila tiene una vista asombrosa con la que distingue objetos diminutos a kilómetros de distancia; por eso su cara es un buen símbolo de la sabiduría de Dios, que ve más allá de lo evidente. ¿Y qué representa el rostro de hombre? Pues bien, ya que el hombre fue creado a la imagen de Dios, sobresale por su capacidad de reflejar la principal cualidad divina: el amor (Génesis 1:26). Estos rasgos de la personalidad de Jehová —poder, justicia, sabiduría y amor— se destacan con tanta frecuencia en las Escrituras que puede decirse que son sus cuatro virtudes fundamentales.
20. ¿Por qué podemos estar seguros de que Jehová no ha cambiado?
20 En vista de que la Biblia se escribió hace miles de años, ¿debería preocuparnos la posibilidad de que Dios ya no sea como se le describe allí? No, pues él no cambia. De hecho, nos asegura: “Yo soy Jehová y no cambio” (Malaquías 3:6). Ahora bien, ante cada situación, él se adapta y demuestra las cualidades necesarias para ayudarnos. Así demuestra que es un Padre ideal. De todas las cualidades de Jehová, la que predomina es el amor. Todo lo que hace, lo hace por amor. Ejerce con amor su poder, justicia y sabiduría. De hecho, la Biblia dice algo muy especial acerca de él y esta cualidad: “Dios es amor” (1 Juan 4:8). Notemos que no dice que tiene amor ni que es amoroso, sino que es amor. Esta cualidad es su propia esencia y lo motiva en todo lo que hace.
“¡Miren! ¡Este es nuestro Dios!”
21. ¿Cómo nos sentimos cuando llegamos a conocer mejor las cualidades de Jehová?
21 ¿Ha visto alguna vez a un niño diciéndoles a sus amigos: “¡Ese es mi papá!”? Imagíneselo: su carita sonriente refleja lo orgulloso que está de su papá. Los siervos de Jehová tienen muchas razones para sentirse igual. La Biblia predice que llegará el día en que ellos exclamarán: “¡Miren! ¡Este es nuestro Dios!” (Isaías 25:8, 9). Cuanto más conozcamos sus cualidades, más seguros estaremos de tener el mejor Padre de todo el universo.
22, 23. ¿Cómo describe la Biblia a nuestro Padre celestial, y cómo sabemos que quiere que estemos cerca de él?
22 Nuestro Padre no es frío, seco ni distante... ¿Quién se acercaría a un Dios así? Aunque así lo hayan pintado algunos religiosos y filósofos, la Biblia no lo presenta de esta manera; más bien, lo llama el “Dios feliz” (1 Timoteo 1:11). Jehová tiene sentimientos, y lo que hacemos puede influir en ellos. Cuando sus criaturas inteligentes desobedecían sus normas, que eran para su propio bien, él sentía “un gran dolor en el corazón” (Génesis 6:6; Salmo 78:41). Pero, si somos sabios y seguimos los consejos de su Palabra, alegraremos su corazón (Proverbios 27:11).
23 Nuestro Padre quiere que estemos cerca de él. Su Palabra nos anima a buscarlo —aunque sea a tientas— y a encontrarlo, “pues lo cierto es que él no está muy lejos de cada uno de nosotros” (Hechos 17:27). Ahora bien, ¿cómo puede un simple ser humano acercarse al Señor Soberano del universo?
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¿De verdad podemos acercarnos a Dios?Acerquémonos a Jehová
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CAPÍTULO 2
¿De verdad podemos acercarnos a Dios?
1, 2. a) ¿Qué idea les parece poco probable a muchas personas, pero qué nos asegura la Biblia? b) ¿De qué amistad tuvo el honor de disfrutar Abrahán, y por qué?
¿CÓMO se sentiría si el Creador del cielo y de la Tierra dijera que usted es su amigo? Muchas personas creen que eso es poco probable. Al fin y al cabo, ¿cómo podría un simple ser humano hacerse amigo de Jehová? Sin embargo, la Biblia nos asegura que sí es posible acercarnos a él.
2 El patriarca Abrahán fue uno de los personajes de la antigüedad que tuvieron una amistad íntima con Jehová. De hecho, Dios lo llamó “mi amigo” (Isaías 41:8). En efecto, Jehová le dio el honor de considerarlo este tipo de amigo, y eso fue así porque “Abrahán puso su fe en Jehová” (Santiago 2:23). En la actualidad, Jehová también busca oportunidades de hacerse amigo íntimo de quienes le sirven y de demostrarles su amor (Deuteronomio 10:15). En su Palabra encontramos la siguiente invitación que encierra una promesa: “Acérquense a Dios y él se acercará a ustedes” (Santiago 4:8).
3. ¿Qué es lo que Jehová nos invita a hacer, y qué nos promete si lo hacemos?
3 Jehová nos invita a acercarnos a él y quiere que seamos sus amigos. Al mismo tiempo, nos promete que se acercará a nosotros si damos los pasos necesarios para acercarnos a él. De esta forma conseguiremos algo realmente valioso: “la amistad íntima con Jehová” (Salmo 25:14). La expresión “amistad íntima” transmite la idea de dos buenos amigos que tienen conversaciones confidenciales.
4. ¿Cómo es un amigo íntimo, y en qué sentido es Jehová así con quienes se acercan a él?
4 ¿Tiene usted algún amigo íntimo en el que pueda confiar por completo? Un amigo así se preocupa por nosotros. Es alguien que ha demostrado ser leal, y por eso confiamos en él. Nuestras alegrías aumentan cuando las compartimos con él y nuestras tristezas disminuyen cuando sentimos que nos comprende. Aunque parezca que nadie nos entiende, él sí lo hace. Y lo mismo pasa con Dios. Cuando nos acercamos a él, conseguimos un amigo especial que nos valora de verdad, se interesa profundamente por nosotros y nos comprende a la perfección (Salmo 103:14; 1 Pedro 5:7). Le confiamos nuestros sentimientos más profundos porque sabemos que es leal con quienes le son leales (Salmo 18:25). Ahora bien, solo podemos tener el honor de ser amigos de Dios porque él lo ha hecho posible.
Jehová ha abierto el camino
5. ¿Qué hizo Jehová para que pudiéramos acercarnos a él?
5 Puesto que todos pecamos, no podemos acercarnos a Dios solo por nuestra cuenta (Salmo 5:4). Pero el apóstol Pablo escribió: “Dios nos ha demostrado su propio amor de esta manera: cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8). Jehová mismo decidió que Jesús diera “su vida como rescate a cambio de muchas personas” (Mateo 20:28). Nosotros podemos ser amigos de Dios gracias a la fe en el valor de ese rescate. Fue él quien colocó el fundamento para que pudiéramos ser sus amigos, pues él “nos amó primero” (1 Juan 4:19).
6, 7. a) ¿Cómo sabemos que Jehová no es un Dios misterioso o imposible de conocer? b) ¿De qué maneras nos dice Jehová cómo es él?
6 Jehová ha dado un paso más: nos dice cómo es él. Para tener una amistad íntima con alguien, hay que conocerlo bien y valorarlo por sus cualidades y su forma de actuar. Por lo tanto, si Jehová fuera un Dios misterioso o imposible de conocer, jamás podríamos sentirnos cerca de él. Pero, en vez de ocultarse, desea que lo conozcamos (Isaías 45:19). Es más, todas las personas —hasta las que el mundo considera insignificantes— pueden conocer a Dios (Mateo 11:25).
Mediante su creación y su Palabra escrita, Jehová nos dice cómo es él.
7 ¿De qué maneras nos dice Jehová cómo es él? Mediante sus creaciones, podemos ver algunos rasgos de su personalidad, como su enorme poder, su profunda sabiduría y su inmenso amor (Romanos 1:20). Pero la creación no es la única manera mediante la que él nos dice cómo es. Jehová se vale mejor que nadie de la comunicación y nos da información escrita acerca de él mediante su Palabra, la Biblia.
Jehová nos dice en su Palabra cómo es él
8. ¿Por qué puede decirse que la Biblia es una prueba del cariño que Jehová nos tiene?
8 La propia Biblia es una prueba del cariño que Jehová nos tiene. Mediante su Palabra, nos habla de sí mismo con términos que podemos entender. Eso demuestra que nos ama y que desea que lo conozcamos y queramos. Este libro tan valioso nos permite acercarnos a él (Salmo 1:1-3). La forma en que Jehová nos dice en su Palabra cómo es él nos llega al corazón. Veamos algunos ejemplos.
9. ¿Cuáles son algunos textos bíblicos que presentan directamente las cualidades de Dios?
9 Muchas veces, las Escrituras presentan directamente las cualidades de Dios. Veamos algunos casos. “Jehová ama la justicia” (Salmo 37:28). “Su poder es muy grande” (Job 37:23). “Soy leal”, dice Jehová (Jeremías 3:12). “Él tiene un corazón sabio” (Job 9:4). Es “un Dios misericordioso y compasivo, paciente y lleno de amor leal y verdad” (Éxodo 34:6). La Biblia también dice: “Tú, oh, Jehová, eres bueno y estás dispuesto a perdonar” (Salmo 86:5). Y, como vimos en el capítulo anterior, la cualidad que lo caracteriza es el amor. De hecho, “Dios es amor” (1 Juan 4:8). Al meditar en estas hermosas características, ¿no le atrae este Dios tan especial?
10, 11. a) ¿Qué incluyó Jehová en su Palabra para ayudarnos a conocer mejor su personalidad? b) ¿Qué relato bíblico nos permite visualizar el poder de Dios en acción?
10 Además de decirnos sus cualidades, Jehová incluyó en su Palabra varios relatos en los que se ve cómo las ha demostrado. Esos relatos nos ofrecen imágenes claras de los distintos aspectos de su personalidad y nos ayudan a acercarnos a él. Veamos un ejemplo.
La Biblia nos ayuda a acercarnos a Jehová.
11 No es lo mismo leer que el poder de Dios es “impresionante” que ver en el relato bíblico cómo salvó a los israelitas en el mar Rojo y los cuidó durante 40 años en el desierto (Isaías 40:26). Gracias a esta historia, visualizamos cómo se divide el mar agitado. Luego, toda una nación de tal vez unos tres millones de personas cruza por el fondo seco del mar entre dos enormes muros de agua (Éxodo 14:21; 15:8). También vemos a Jehová cuidando y protegiendo a su pueblo en el desierto. Por ejemplo, hizo que saliera agua de un peñasco y los alimentó con algo que había por el suelo, parecido a semillas blancas (Éxodo 16:31; Números 20:11). Este relato no solo demuestra que Jehová tiene poder, sino que lo utiliza a favor de su pueblo. Él “es nuestro refugio y nuestra fuerza, una ayuda siempre disponible en tiempos de angustia” (Salmo 46:1). ¿Verdad que nos llena de confianza saber que nuestras oraciones le llegan a este Dios tan poderoso?
12. ¿Qué ha hecho Jehová para ayudarnos a “verlo” de una forma que podamos entender?
12 Como los seres humanos solo podemos ver las cosas físicas, somos incapaces de ver el mundo espiritual. Por eso, Jehová —que es un espíritu— ha hecho más cosas para ayudarnos a conocerlo. Si Dios hubiera usado conceptos y expresiones del mundo espiritual para describirse a sí mismo, habría sido como si tratáramos de explicarle a un ciego de nacimiento de qué color son nuestros ojos o si tenemos pecas. Pero él es comprensivo y nos ayuda, por así decirlo, a “verlo” usando descripciones que podemos entender. Usa ejemplos e imágenes, y se compara a sí mismo con cosas que conocemos bien. Y a veces hasta se describe como si tuviera rasgos humanos.a
13. ¿Cómo describe Isaías 40:11 a Jehová, y qué efecto tiene eso en usted?
13 Fijémonos en cómo Isaías 40:11 describe a Jehová: “Cuidará de su rebaño como un pastor. Con su brazo juntará a los corderos, y junto a su pecho los llevará”. Este pasaje compara a Jehová con un pastor que levanta a los corderos con “su brazo”. Esta imagen demuestra su capacidad para proteger y cuidar a sus siervos, hasta a los más indefensos. Nos sentimos seguros entre sus fuertes brazos, pues sabemos que, si le somos leales, nunca nos abandonará (Romanos 8:38, 39). Este incomparable Pastor lleva a los corderos “junto a su pecho”, o, literalmente, “en su seno”. La expresión “en su seno” se refiere al pliegue que se formaba en la parte superior de la ropa del pastor, en la que a veces llevaba a las ovejitas recién nacidas. Esto nos asegura que Jehová nos quiere y nos cuida con ternura. ¿No nos mueve esto a acercarnos a Jehová?
El Hijo revela cómo es el Padre
14. ¿Por qué se puede decir que la mejor manera de conocer a Jehová es mediante Jesús?
14 La manera más clara en que Jehová nos muestra cómo es él es por medio de su querido Hijo, Jesús. Nadie más podría reflejar tan fielmente los pensamientos y sentimientos de Dios, ni describirlo con tanta claridad. Como Jesús es su Hijo primogénito, estuvo a su lado antes de que existieran otras criaturas espirituales y el universo físico (Colosenses 1:15). Jesús conocía perfectamente a Jehová. Por eso pudo decir: “Nadie sabe quién es el Hijo excepto el Padre. Y nadie sabe quién es el Padre excepto el Hijo y todo aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar” (Lucas 10:22). Durante el tiempo que estuvo en la Tierra, Jesús mostró de dos importantes maneras cómo es su Padre.
15, 16. ¿De qué dos maneras nos ayuda Jesús a conocer a su Padre?
15 Primero, Jesús nos ayuda a conocer a su Padre por medio de sus enseñanzas. Habló de Jehová de un modo que nos llega al corazón. Por ejemplo, comparó a Jehová, un Dios misericordioso que recibe a los pecadores arrepentidos, con un padre que se conmueve cuando ve regresar al hijo que se había rebelado: corre a su encuentro, lo abraza y lo besa tiernamente (Lucas 15:11-24). Además, Jesús enseñó que Jehová trae hacia él a las personas de buen corazón porque las ama de forma individual (Juan 6:44). Dijo que ni siquiera un simple gorrión cae a tierra sin que su Padre lo sepa. Y luego añadió: “Así que no tengan miedo. Ustedes valen más que muchos gorriones” (Mateo 10:29, 31). ¿Cómo no va a atraernos un Dios tan cariñoso?
16 Segundo, Jesús nos ayuda a conocer a Jehová por medio de su ejemplo. Reflejó de forma tan fiel a su Padre que pudo decir: “El que me ha visto a mí ha visto al Padre también” (Juan 14:9). Por eso, cuando leemos en los Evangelios sobre los sentimientos de Jesús y la forma en que trataba a los demás, es como si viéramos el vivo retrato de su Padre. Es la manera más clara en que Jehová nos pudo haber mostrado sus cualidades. Veamos por qué.
17. Mencione un ejemplo que nos ayuda a entender lo que ha hecho Jehová para que lo conozcamos.
17 Para ilustrarlo, supongamos que tenemos que explicar qué es la bondad. Aunque podemos definirla con palabras, el término cobra mayor significado y es más fácil de comprender cuando vemos las acciones bondadosas de alguien. Jehová ha hecho algo parecido para ayudarnos a entender cómo es él. Además de describirse con palabras, nos da el vivo ejemplo de su Hijo, quien demostró con sus acciones las cualidades de su Padre. Es como si a través de los Evangelios, que describen a Jesús, Dios nos dijera: “Así soy yo”. ¿Y cómo fue Jesús cuando estuvo en la Tierra?
18. ¿Cómo demostró Jesús poder, justicia y sabiduría?
18 Cristo reflejó a la perfección las cuatro cualidades principales de Dios. Vemos su poder por la autoridad que tenía sobre las enfermedades, el hambre e incluso la muerte. Por ejemplo, nunca se aprovechó del poder de hacer milagros ni lo usó para hacerle daño a nadie. Jesús no abusó del poder, como lo hacen las personas egoístas (Mateo 4:2-4). Amaba la justicia, y por eso se enojó con razón al ver que los abusivos comerciantes se aprovechaban de la gente (Mateo 21:12, 13). Trató con imparcialidad a las personas pobres y oprimidas, y las ayudó a encontrar alivio (Mateo 11:4, 5, 28-30). Ni siquiera las enseñanzas de Salomón tenían tanta sabiduría como las de Jesús (Mateo 12:42). Pero nunca presumió de esa sabiduría. Sus enseñanzas eran claras, sencillas y prácticas, y por eso llegaban al corazón de la gente común.
19, 20. a) ¿Por qué fue Jesús un ejemplo excepcional de amor? b) ¿Qué debemos tener presente cuando leamos y meditemos sobre el ejemplo de Jesús?
19 Jesús fue un ejemplo excepcional de amor. Durante su ministerio, reflejó esta cualidad de muchas maneras. Por ejemplo, mostró empatía y compasión. Siempre que veía sufrir a las personas, se compadecía de ellas. Pero no solo eso: la empatía lo movía a ayudarlas (Mateo 14:14). Aunque curó enfermos y alimentó hambrientos, demostró su compasión de una forma mucho más importante: ayudó a la gente a conocer, aceptar y amar la verdad acerca del Reino de Dios, el gobierno que acabará con el sufrimiento de la humanidad (Marcos 6:34; Lucas 4:43). Y, sobre todo, su mayor muestra de amor fue dar su vida por nosotros (Juan 15:13).
20 Jesús era tan cariñoso y compasivo que es natural que gente de todas las edades y orígenes quisiera estar con él (Marcos 10:13-16). Pues bien, cuando lea y medite sobre el ejemplo de Jesús, nunca olvide que lo que usted está viendo es el claro reflejo de su Padre (Hebreos 1:3).
Cómo nos ayudará este libro
21, 22. ¿Qué implica buscar a Jehová, y cómo nos ayuda este libro a lograr eso?
21 Estamos seguros de que Jehová quiere que nos acerquemos a él, pues en su Palabra nos dice claramente cómo es él. Pero tampoco nos obliga a ser sus amigos; es nuestra responsabilidad buscarlo “mientras se le pueda encontrar” (Isaías 55:6). Esto implica conocer mediante la Biblia su forma de ser y actuar. El propósito de este libro es ayudarle a lograr eso.
22 Este libro se divide en cuatro secciones. Cada una corresponde a una de las virtudes fundamentales de Jehová —poder, justicia, sabiduría y amor— y comienza con una descripción general de esa cualidad. Los primeros capítulos de cada sección analizan diferentes maneras en que Jehová demuestra una virtud. Además, en todas las secciones hay un capítulo que explica cómo demostró Jesús la cualidad que se analiza y otro que nos enseña a ponerla en práctica en nuestra vida.
23, 24. a) Explique el objetivo del recuadro “Preguntas para meditar”. b) ¿Cómo nos ayuda la meditación a acercarnos cada vez más a Dios?
23 Cada capítulo, a partir de este, incluye un recuadro titulado “Preguntas para meditar”. Tomemos como ejemplo el de la página 24. Los textos bíblicos y las preguntas no tienen la finalidad de repasar el capítulo, sino de hacernos reflexionar en otros aspectos importantes relacionados con el tema. ¿Cómo podemos sacarle provecho a este recuadro? Busquemos los textos y, después de leerlos con atención, leamos las preguntas y pensemos en las respuestas. Además, podemos buscar información adicional. Preguntémonos: “¿Qué me enseña esto sobre Jehová? ¿Cómo puedo ponerlo en práctica en mi vida? ¿Cómo puedo utilizarlo para ayudar a otros?”.
24 Si hacemos todo esto, nos acercaremos cada vez más a Jehová. ¿Por qué? Porque, de acuerdo con la Biblia, la meditación se relaciona con el corazón (Salmo 19:14). Si reflexionamos de verdad en lo que aprendemos sobre Dios, esa información irá entrando poco a poco en nuestro corazón. Eso influirá directamente en lo que pensamos y sentimos hasta que, al final, nos impulse a actuar. Como nuestro amor por él crece, queremos hacerlo feliz porque lo vemos como nuestro mejor amigo (1 Juan 5:3). Pero para tener ese tipo de amistad debemos conocer su forma de ser y de actuar. En primer lugar, hablemos sobre su santidad, un aspecto de su personalidad que nos da una razón de peso para acercarnos a él.
a Por ejemplo, la Biblia habla de Jehová como si tuviera rostro, ojos, oídos, nariz, boca, brazos y pies (Salmo 18:15; 27:8; 44:3; Isaías 60:13; Mateo 4:4; 1 Pedro 3:12). Esto es lenguaje simbólico, y por lo tanto no hay que entenderlo al pie de la letra, igual que no interpretamos de forma literal que Jehová sea “la Roca” o un “escudo” (Deuteronomio 32:4; Salmo 84:11).
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“Santo, santo, santo es Jehová”Acerquémonos a Jehová
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CAPÍTULO 3
“Santo, santo, santo es Jehová”
1, 2. ¿Qué visión recibió el profeta Isaías, y qué nos enseña acerca de Jehová?
ISAÍAS recibió una visión de Dios que lo dejó muy impresionado. ¡Parecía tan real! Él escribió: “Vi a Jehová sentado en un trono alto y elevado, y las faldas de su túnica llenaban el templo”, es decir, el gran templo de Jerusalén (Isaías 6:1, 2).
2 Lo que él escuchó también lo llenó de asombro. Unos serafines —criaturas espirituales de muy alto rango— cantaban con tanta potencia que se sacudían los cimientos del templo. Sus voces entonaban estas palabras sencillas pero muy poderosas: “Santo, santo, santo es Jehová de los ejércitos. Toda la tierra está llena de su gloria” (Isaías 6:3, 4). Que dijeran santo tres veces le da un énfasis especial a la palabra. Y con razón, pues la santidad de Jehová alcanza un grado máximo (Apocalipsis 4:8). Por toda la Biblia se habla de su santidad. De hecho, hay muchísimos versículos que usan el nombre de Jehová junto con las palabras santo y santidad.
3. ¿Qué opiniones erróneas sobre la santidad de Jehová hacen que muchos no quieran acercarse a él?
3 Así que una de las cosas más importantes que Jehová quiere que sepamos de él es que es santo. No obstante, muchas personas tienen una idea muy negativa de lo que es la santidad. Algunas caen en el error de relacionar esta palabra con alguien santurrón o que se cree mejor que los demás. Y algunos que tienen la autoestima muy baja, en vez de sentirse atraídos, se desaniman y creen que nunca serán dignos de acercarse a él. Muchos se alejan de Jehová por estos motivos. Y esto es muy triste, pues la santidad de Dios nos da razones de peso para acerarnos a él. ¿Por qué? Antes de responder, analicemos qué es realmente la santidad.
¿Qué es la santidad?
4, 5. a) ¿Qué es la santidad, y qué no implica? b) ¿En qué dos aspectos esenciales está “separado” Jehová?
4 Que Dios sea santo no significa que él sea prepotente o presumido ni que nos mire por encima del hombro. De hecho, él odia esas actitudes (Proverbios 16:5; Santiago 4:6). Entonces, ¿qué significa ser santo? La palabra hebrea que en la Biblia se traduce como “santo” proviene de un término que significa “separado”. En sentido religioso, tiene que ver con todo lo que se aparta del uso común o se considera sagrado. La santidad también transmite claramente la idea de limpieza y pureza. Y Jehová, ¿en qué sentido es santo? ¿Está él “separado” de nosotros? ¿Está muy lejos de los seres humanos imperfectos?
5 De ningún modo, pues Jehová le aseguró a su pueblo que él, “el Santo de Israel”, estaba “en medio” de ellos aunque fueran pecadores (Isaías 12:6; Oseas 11:9). De modo que la santidad no lo convierte en un ser distante. Entonces, ¿en qué sentido está “separado”? En dos aspectos esenciales. Primero, él está “separado” de toda la creación en el sentido de que solo él es el Altísimo. Su pureza o limpieza es absoluta e infinita (Salmo 40:5; 83:18). Segundo, está completamente apartado de todo pecado, y eso nos llena de confianza. ¿Por qué?
6. ¿Por qué nos llena de confianza saber que Jehová está separado por completo del pecado?
6 Vivimos en un mundo donde la pureza es poco común. De una forma u otra, todo lo que hay en este mundo alejado de Dios está contaminado por el pecado y la imperfección. Todos tenemos que luchar con nuestra tendencia a pecar. Y, si no tenemos cuidado, corremos el peligro de caer en el pecado (Romanos 7:15-25; 1 Corintios 10:12). Pero a Jehová no le pasa eso. Él no corre ese riesgo porque está separado por completo del pecado. Esto nos confirma que es el mejor Padre y que podemos confiar totalmente en él. Los padres humanos podrían decepcionarnos, pero Jehová nunca lo hará. Él nunca hará cosas malas ni abusará de su poder. La santidad de él hace que eso sea imposible. De hecho, ya que esta cualidad es la mejor garantía, a veces ha llegado a jurar por ella (Amós 4:2). ¿Verdad que esto nos da seguridad?
7. ¿Por qué puede decirse que la santidad es una cualidad propia de la naturaleza de Jehová?
7 La santidad es una cualidad propia de la naturaleza de Jehová. ¿Qué significa esto? Para explicarlo, pensemos en el ser humano. Nadie duda de que el ser humano es imperfecto porque todos somos imperfectos, y la imperfección influye en todo lo que hacemos. Ahora pensemos en Jehová. No dudamos de que él sea santo. Todo lo que tiene que ver con él es limpio, puro y recto. Así que, para conocerlo bien, debemos entender qué implica la santidad.
“La santidad le pertenece a Jehová”
8, 9. ¿Cómo sabemos que Jehová puede ayudarnos a ser santos hasta cierto grado?
8 Puesto que Jehová es completamente santo, podemos decir que él es la fuente de la santidad. La comparte con generosidad; no la acapara. Por ejemplo, en el relato de la zarza ardiente, hasta el suelo se santificó cuando Jehová le habló a Moisés mediante un ángel (Éxodo 3:5).
9 ¿Pueden ser santos los seres humanos imperfectos? Con la ayuda de Jehová, podemos ser santos hasta cierto grado. Dios le ofreció a su pueblo Israel la oportunidad de convertirse en “una nación santa” (Éxodo 19:6). Lo bendijo y le dio un sistema de adoración santo, limpio y puro. Por eso la Ley de Moisés habla tantas veces de la santidad. Es más, el sumo sacerdote llevaba en el turbante una reluciente placa de oro que todo el pueblo podía ver y que decía: “La santidad le pertenece a Jehová” (Éxodo 28:36). Así pues, la adoración y la vida de los israelitas debían distinguirse por un elevado nivel de limpieza y pureza. Jehová les dijo: “Tienen que ser santos porque yo, Jehová su Dios, soy santo” (Levítico 19:2). Si los israelitas se esforzaban al máximo por obedecer a Dios, él los consideraría santos aunque fueran imperfectos.
10. ¿Qué gran diferencia había entre la adoración de los israelitas y la de las naciones vecinas?
10 La santidad era muy importante para los israelitas. En cambio, las naciones vecinas adoraban a dioses que solo existían en su imaginación, a quienes representaban con un carácter violento, codicioso y muy inmoral. Eran dioses totalmente impuros, y la gente que los adoraba también se volvía impura. Por eso, Jehová les dijo claramente a sus siervos que se mantuvieran separados de aquellas naciones paganas y de sus sucias prácticas religiosas (Levítico 18:24-28; 1 Reyes 11:1, 2).
11. ¿Cómo reflejan los ángeles, los serafines y Jesús la santidad de la parte celestial de la organización de Jehová?
11 El antiguo Israel, el pueblo escogido de Dios, se esforzó por reflejar la santidad de Jehová. Aun así, nunca alcanzó la santidad de la parte celestial de la organización de Jehová. La Biblia usa la expresión “santas miríadas” para referirse a los millones de ángeles fieles que le sirven a Dios (Deuteronomio 33:2; Judas 14). Todos ellos reflejan a la perfección la deslumbrante santidad de Dios. Y no olvidemos a los serafines de la visión de Isaías. Su canción demuestra que cumplen un importante papel en la proclamación de la santidad de Jehová por todo el universo. Pero hay una criatura celestial que supera a todos los demás ángeles: Jesús, el Hijo unigénito de Jehová. Él refleja como nadie la santidad de su Padre, por lo que la Biblia lo llama “el Santo de Dios” (Juan 6:68, 69).
La santidad de su nombre y de su espíritu
12, 13. a) ¿Por qué se dice con toda razón que el nombre de Dios es santo? b) ¿Por qué hace falta limpiar el nombre divino?
12 ¿Qué puede decirse del nombre de Dios? La Biblia dice que su “nombre es santo” (Isaías 57:15). Y es que, como vimos en el primer capítulo, no es un simple título ni una etiqueta, sino que representa a Jehová con todas sus cualidades. Según la Ley de Moisés, si alguien le faltaba el respeto al nombre de Dios, debía morir (Levítico 24:16). Además, recuerde qué fue lo primero que Jesús pidió en oración: “Padre nuestro que estás en los cielos, que tu nombre sea santificado” (Mateo 6:9). Ahora bien, si santificar significa apartar algo y tratarlo como santo o sagrado, ¿por qué hay que santificar el nombre de Dios, que de por sí es santo?
13 La razón es que los enemigos de Dios han dicho mentiras de él para manchar su santo nombre. En el Edén, Satanás lanzó falsas acusaciones contra Jehová e insinuó que es un mal gobernante (Génesis 3:1-5). Desde entonces, Satanás ha llenado de esas mentiras a este mundo impuro que él gobierna (Juan 8:44; 12:31; Apocalipsis 12:9). La religión ha dado a entender que Dios es injusto, indiferente y cruel, y hasta afirma que Dios respalda sus horribles guerras. Además, en vez de darle el reconocimiento a Jehová por sus maravillosas creaciones, mucha gente cree en la evolución. Como los enemigos de Dios se han empeñado en ensuciar el nombre divino, es necesario santificarlo y devolverle su legítima gloria. Esperamos con ganas el día en que Jehová limpie su nombre para siempre, y esto lo hará por medio del Reino en manos de su Hijo. ¡Cuánto nos alegra poder poner nuestro granito de arena!
14. ¿Por qué se le llama “santo” al espíritu de Dios, y por qué es tan grave blasfemar contra él?
14 ¿Y qué puede decirse del espíritu de Dios? Esta fuerza activa viene directamente de él y se le suele llamar espíritu santo (Génesis 1:2). Es la fuerza más poderosa que hay y Jehová la usa para cumplir todo lo que se propone. Como todo lo que Dios hace es santo, puro y limpio, es lógico que a esa fuerza se le llame “espíritu santo” o “espíritu de santidad” (Lucas 11:13; Romanos 1:4). Aun así, la Biblia dice que hay personas que blasfeman contra el espíritu santo; se ponen en contra de la voluntad de Dios. Este es un pecado imperdonable (Marcos 3:29).
Por qué la santidad de Jehová nos atrae a él
15. ¿Por qué es normal que la santidad de Jehová nos haga sentir temor, y qué es el temor de Dios?
15 Es fácil entender por qué la Biblia relaciona la santidad divina con el temor que el ser humano debe sentir hacia Dios. Por ejemplo, 2 Corintios 7:1 dice que perfeccionemos “nuestra santidad con el temor de Dios”. Este temor es un sentimiento de reverencia y profundo respeto hacia él. Es normal sentir esto, ya que Jehová está muy por encima de nosotros y es santo, puro y glorioso. Pero todo esto, en vez de alejarnos de él, hace que queramos estar más cerca de él. ¿Por qué?
16. a) ¿Qué relación hay entre la santidad y la gloria o belleza, y qué ejemplo nos ayuda a entender esto? b) ¿Cómo describe la Biblia la gloria de nuestro santo Dios?
16 En primer lugar, las Escrituras relacionan la santidad con la belleza. La Biblia se refiere al cielo, el lugar donde Dios habita, como su “elevada morada de santidad y gloria”, o “hermosura” (Isaías 63:15; nota). La belleza nos atrae. Por ejemplo, al mirar la foto de la página 33, ¿qué le llama la atención? ¿Qué es lo que más le gusta? Fíjese en lo limpia que se ve el agua. El aire debe ser muy puro, porque el cielo está azul y se ven destellos de luz. Pero imagínese que el paisaje fuera diferente. Si el río estuviera lleno de basura, los árboles y las piedras tuvieran grafitis y el aire estuviera contaminado, dejaría de atraernos; no querríamos ni acercarnos. Y es que normalmente asociamos la belleza, o la gloria, con la limpieza, la pureza y la luz. De hecho, solemos utilizar estas palabras para hablar de la santidad de Jehová. ¡Con razón nos atraen tanto las descripciones del esplendor de Jehová! Las visiones de la Biblia muestran que Jehová irradia luz, brilla como las piedras preciosas y resplandece como el fuego o los metales más relucientes y puros. Todo esto destaca la inmensa gloria o belleza de nuestro santo Dios (Ezequiel 1:25-28; Apocalipsis 4:2, 3).
La santidad debería atraernos tanto como la belleza.
17, 18. a) Al principio, ¿cómo se sintió Isaías por la visión que tuvo? b) ¿Qué hizo Jehová para consolarlo, y qué significó lo que hizo el serafín?
17 Entonces, ¿debería la santidad de Dios hacernos sentir inferiores? La verdad es que somos inferiores, pues está claro que Jehová está muy por encima de nosotros. Pero ¿es esta una razón para alejarnos de él? Veamos cómo reaccionó Isaías cuando escuchó a los serafines decir que Jehová es santo: “Entonces dije: ‘¡Ay de mí! ¡Puedo darme por muerto, porque soy un hombre de labios impuros y vivo entre un pueblo de labios impuros, y mis ojos han visto al Rey, al mismo Jehová de los ejércitos!’” (Isaías 6:5). Como vemos, la inmensa santidad de Jehová le recordó al fiel profeta lo imperfecto y pecador que era. Al principio se sintió muy triste, pero Jehová no lo dejó así.
18 En ese momento, envió a un serafín para consolar a Isaías. ¿Y cómo lo consoló? El poderoso espíritu voló hasta el altar, tomó una brasa y le tocó los labios con ella. Eso parece más doloroso que reconfortante; pero recuerde que era una visión cargada de simbolismo. Isaías —un judío fiel— sabía que todos los días se ofrecían sacrificios en el altar del templo para pedir perdón por los pecados. Con cariño, el serafín le recordó a Isaías que, aunque fuera imperfecto, “de labios impuros”, podía llegar a ser puro ante Dios.a Jehová estaba dispuesto a considerar santo, al menos hasta cierto grado, a un hombre imperfecto y pecador (Isaías 6:6, 7).
19. A pesar de nuestra imperfección, ¿qué nos permite ser santos hasta cierto grado?
19 Con nosotros sucede lo mismo. Aquellas ofrendas realizadas en el altar de Jerusalén fueron solo una sombra de algo mayor: el sacrificio perfecto de Jesucristo en el año 33 (Hebreos 9:11-14). Si nos arrepentimos con sinceridad de nuestros pecados, hacemos los cambios necesarios y ponemos nuestra fe en ese sacrificio, Jehová nos perdonará (1 Juan 2:2). Así que Dios también puede considerarnos puros. Por eso el apóstol Pedro nos recuerda: “Está escrito: ‘Tienen que ser santos porque yo soy santo’” (1 Pedro 1:16). Notemos que Jehová no dijo que tuviéramos que ser tan santos como él. Nunca nos pide imposibles (Salmo 103:13, 14). Más bien, nos dice que seamos santos porque él lo es. “Como hijos amados”, tratamos de imitarlo lo mejor que podemos a pesar de la imperfección (Efesios 5:1). Si nos esforzamos día tras día por hacer esto, seguiremos “perfeccionando nuestra santidad” (2 Corintios 7:1).
20. a) ¿Por qué es importante reconocer que podemos estar limpios a los ojos de nuestro santo Dios? b) ¿Cómo reaccionó Isaías cuando comprendió que sus pecados habían sido perdonados?
20 Jehová ama lo que es justo y puro. Y, aunque odia todo lo que tiene que ver con el pecado, a nosotros no nos odia (Habacuc 1:13). Más bien, nos perdona si vemos el pecado como él lo ve —es decir, odiando lo malo y amando lo bueno— y si luchamos por seguir los pasos perfectos de Cristo (Amós 5:15; 1 Pedro 2:21). Reconocer esto y saber que podemos estar limpios a los ojos de nuestro santo Dios tiene un efecto muy positivo en nosotros. Como ya vimos, la santidad de Jehová al principio le recordó a Isaías su propia impureza, por lo que exclamó: “¡Ay de mí!”. Pero, al comprender que sus pecados habían sido perdonados, cambió de actitud. Entonces, cuando Jehová pidió un voluntario para una misión, Isaías, aunque no sabía lo que iba a hacer, respondió al instante: “¡Aquí estoy yo! ¡Envíame a mí!” (Isaías 6:5-8).
21. ¿Por qué estamos seguros de que podemos llegar a ser santos?
21 Estamos hechos a la imagen del Dios santo, así que podemos imitar sus cualidades y ser sus amigos (Génesis 1:26). Todos podemos llegar a ser santos. Si nos esforzamos por ser cada vez más santos, Jehová estará encantado de ayudarnos. Como resultado, nos acercaremos cada vez más a él. En los siguientes capítulos estudiaremos las cualidades de Dios y veremos que hay muchas razones de peso para acercarnos a él.
a En la Biblia, los labios suelen representar el habla o el idioma. Así que la expresión “de labios impuros” encaja muy bien, pues muchos de los pecados que cometemos están relacionados con el uso de la facultad del habla (Proverbios 10:19; Santiago 3:2, 6).
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“Jehová es [...] muy poderoso”Acerquémonos a Jehová
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CAPÍTULO 4
“Jehová es [...] muy poderoso”
1, 2. ¿Qué cosas maravillosas había experimentado Elías? Pero ¿qué sucesos todavía más impresionantes presenció desde la cueva del monte Horeb?
ELÍAS ya había experimentado cosas maravillosas: unos cuervos le llevaban comida dos veces al día cuando estuvo escondido, la harina y el aceite que había en dos recipientes no se agotaron durante un largo periodo de hambre y cayó fuego del cielo en respuesta a una oración suya (1 Reyes, capítulos 17 y 18). Sin embargo, nada de esto se compara con algo que le pasó después.
2 Elías estaba escondido a la entrada de una cueva del monte Horeb cuando presenció una serie de sucesos impresionantes. Primero, sopló un viento tan intenso que partió montañas y destrozó peñascos. Tuvo que ser ensordecedor. Luego, un fuerte terremoto sacudió aquel lugar. Y, por último, un fuego se extendió por la región, y de seguro Elías tuvo que sentir un calor sofocante (1 Reyes 19:8-12).
3. ¿Qué cualidad de Jehová vemos en lo que presenció Elías, y cuáles son otras muestras de esa cualidad?
3 Todas estas cosas que presenció Elías tenían algo en común: eran demostraciones del enorme poder de Jehová. Claro, no hace falta ver un milagro para entender que él es poderoso. Eso se percibe claramente. La Biblia nos indica que la creación da prueba de “su poder eterno y divinidad” (Romanos 1:20). Piense en los deslumbrantes relámpagos, en el estremecedor sonido de los truenos, en una imponente catarata o en la inmensidad de un cielo estrellado. ¿Verdad que todas estas cosas son muestras del poder de Dios? Tristemente, la mayoría de la gente en la actualidad no piensa en el poder de Dios y ni siquiera tiene una idea clara de lo que es. Pero, si logramos entender lo que implica esta cualidad, descubriremos muchas razones para acercarnos a Jehová. En esta sección analizaremos detalladamente su poder incomparable.
“Resultó que Jehová estaba pasando por allí”.
Una virtud fundamental de Jehová
4, 5. a) ¿Qué dice la Biblia sobre el nombre de Jehová? b) ¿Por qué es adecuado que Jehová eligiera el toro como símbolo de su poder?
4 No hay nadie tan poderoso como Jehová. Jeremías 10:6 dice: “Nadie es como tú, oh, Jehová. Tú eres grande, y tu nombre es grande y poderoso”. ¿Notó que aquí se dice que el nombre de Jehová es grande y poderoso? Como vimos, al parecer este nombre significa “él hace que llegue a ser”. ¿Qué le permite a Dios crear lo que él quiera y llegar a ser lo que él decida? Entre otras cosas, su poder. Y es que el poder que Jehová tiene para cumplir su voluntad no tiene límites. De hecho, es una de sus virtudes fundamentales.
5 Jehová sabe que no podríamos comprender todo lo que implica su poder, y por eso usa ejemplos para ayudarnos. Como ya vimos, se vale del toro para representar su poder (Ezequiel 1:4-10). Y es un símbolo muy adecuado, pues hasta los toros domesticados son muy grandes y fuertes. El toro era uno de los animales más fuertes en la Palestina de tiempos bíblicos. Pero la gente sabía que había una especie más temible: el toro salvaje, conocido como uro, un animal que hoy está extinto (Job 39:9-12). El gobernante romano Julio César dijo que era casi tan grande como un elefante. Escribió: “Grande es su fuerza y velocidad”. ¡Qué pequeñitos e insignificantes nos sentiríamos junto a esa bestia!
6. ¿Por qué solo a Jehová se le puede llamar “el Todopoderoso”?
6 Del mismo modo, el ser humano es pequeñito e insignificante en comparación con el Dios de poder, Jehová. Para él, hasta las naciones más poderosas son como una simple capa de polvo en una balanza (Isaías 40:15). Solo Jehová tiene poder infinito, y por eso solo a él se le llama “el Todopoderoso” (Apocalipsis 15:3).a “Su energía dinámica” es inmensa y “su poder” es impresionante (Isaías 40:26). Él es una fuente inagotable de poder y no depende de nada externo para obtener energía, pues “la fuerza es de Dios” (Salmo 62:11). Ahora bien, ¿de qué formas usa su poder?
Cómo usa Jehová su poder
7. ¿Qué es el espíritu santo de Jehová, y qué idea transmiten los términos bíblicos originales?
7 El espíritu santo es el poder de Dios en acción, y Jehová lo genera de forma ilimitada. De hecho, en Génesis 1:2, la Biblia lo llama “la fuerza activa de Dios”. Los términos hebreos y griegos que originalmente se usaron en la Biblia para referirse a “espíritu” pueden traducirse en otros contextos como “viento”, “ráfaga”, “soplo” y “aliento”. Según algunos expertos, estos términos originales transmiten la idea de una fuerza dinámica invisible. Igual que el viento, el espíritu santo es invisible, pero sí podemos ver y sentir sus efectos.
8. ¿Qué expresiones simbólicas usa la Biblia para referirse al espíritu de Dios, y por qué son adecuadas?
8 Jehová puede usar su espíritu santo de la forma que él quiera y para hacer lo que él quiera. Por eso la Biblia se refiere de forma simbólica a este espíritu como su “dedo”, su “mano poderosa” o su “brazo poderoso” (Lucas 11:20; Deuteronomio 5:15; Salmo 8:3). Nosotros usamos la mano para hacer tareas muy distintas y que requieren diversos grados de fuerza o de delicadeza. Del mismo modo, Dios puede usar su espíritu para lograr cualquier objetivo: desde crear el diminuto átomo, hasta dividir el mar Rojo o darles milagrosamente a los cristianos del siglo primero la capacidad de hablar en lenguas.
9. ¿Cuál es otra forma en que Jehová usa el poder?
9 Otra forma en que Jehová usa el poder es ejerciendo su autoridad como Soberano del universo. ¿Se imagina tener millones de siervos que estén listos para hacer lo que usted les pida? Pues él tiene esa autoridad. Le sirven muchos seres humanos, que en la Biblia se comparan muchas veces a un ejército (Salmo 68:11; 110:3). Sin embargo, los humanos son débiles en comparación con los ángeles. Por ejemplo, en una ocasión en que el ejército asirio atacó al pueblo de Dios, un solo ángel acabó con 185.000 soldados en una noche (2 Reyes 19:35). En efecto, los ángeles son “fuertes y poderosos” (Salmo 103:19, 20).
10. a) ¿Por qué recibe el Todopoderoso el título Jehová de los ejércitos? b) ¿Cuál es el ser más poderoso que creó Jehová?
10 ¿Cuántos ángeles hay? El profeta Daniel contempló en una visión más de cien millones de criaturas espirituales ante el trono celestial de Jehová, pero el relato no dice que esos fueran todos los ángeles (Daniel 7:10). Así que seguramente hay cientos de millones. Esto explica que a Dios se le llame Jehová de los ejércitos. Este título nos ayuda a entender que él dirige un grupo enorme y bien organizado de ángeles muy poderosos. Jehová le dio a su amado Hijo, “el primogénito de toda la creación”, autoridad sobre todos ellos (Colosenses 1:15). Jesús es el arcángel —el jefe de todos los ángeles, serafines y querubines—, así que es el ser más poderoso que creó Jehová.
11, 12. a) ¿En qué sentido actúa con poder la palabra de Dios? b) ¿Qué dijo Jesús sobre el alcance del poder de Jehová?
11 Además, hay otra muestra del poder de Jehová. Hebreos 4:12 dice: “La palabra de Dios está viva y actúa con poder”. ¿Hemos visto lo poderosa que es “la palabra” —es decir, el mensaje— que Jehová inspiró y que se conserva en la Biblia? Puede darnos fuerzas, aumentar nuestra fe y ayudarnos a hacer grandes cambios en la vida. De hecho, cuando el apóstol Pablo les dijo a sus hermanos cristianos que tuvieran cuidado con las personas que llevaban un estilo de vida muy inmoral, añadió: “Sin embargo, algunos de ustedes eran eso” (1 Corintios 6:9-11). En efecto, “la palabra de Dios” actuó con poder y los ayudó a cambiar.
12 Jehová tiene tanto poder y lo utiliza de formas tan efectivas que nada puede detenerlo. Jesús mismo dijo que “para Dios todo es posible” (Mateo 19:26). Veamos con qué objetivo usa Jehová su poder.
Utiliza su poder para cumplir sus propósitos
13, 14. a) ¿Por qué decimos que Jehová no es una fuerza ni una simple fuente de poder? b) ¿De qué formas utiliza su poder?
13 El espíritu de Jehová es muy superior a cualquier otra fuerza. Pero Jehová no es una fuerza ni una simple fuente de poder. Él piensa y siente, y siempre controla su poder a la perfección. Ahora bien, ¿para qué usa su poder?
14 Como veremos, Jehová usa su poder para crear, destruir, proteger, restaurar... En fin, lo usa para hacer lo que haga falta con tal de cumplir sus propósitos perfectos (Isaías 46:10). A veces lo utiliza para enseñarnos aspectos importantes de su personalidad y sus normas. Pero, sobre todo, lo utiliza para cumplir su voluntad, santificar su santo nombre por medio del Reino mesiánico y demostrar que su forma de gobernar es la mejor. Nada jamás podrá impedirle hacer lo que se propone.
15. ¿Cómo usa Jehová su poder con sus siervos, y cómo lo demostró con Elías?
15 Jehová también utiliza su poder para ayudarnos a cada uno de nosotros. Fíjese en lo que dice 2 Crónicas 16:9: “Los ojos de Jehová están vigilando toda la tierra para mostrar su fuerza a favor de los que le sirven con un corazón completo”. La experiencia de Elías, que vimos al principio, muestra que esto es así. ¿Por qué le demostró Jehová su poder de esa manera? Pues bien, la malvada reina Jezabel había jurado que lo mataría, así que el profeta tuvo que huir para salvarse. Se sentía solo, tenía miedo y estaba desanimado; parecía que todo su duro trabajo no había valido para nada. Pero, para consolar a Elías, Jehová le demostró su poder. El viento, el terremoto y el fuego le demostraron que contaba con el apoyo del ser más poderoso del universo. ¿Por qué debía tenerle miedo a Jezabel teniendo de su parte al Dios todopoderoso? (1 Reyes 19:1-12).b
16. ¿Por qué nos consuela pensar en el gran poder de Jehová?
16 Jehová ya no realiza ese tipo de milagros, pero él sigue siendo el mismo que entonces (1 Corintios 13:8). Tiene el mismo deseo de usar su fuerza para ayudar a quienes lo aman. Aunque vive en los cielos, en la región espiritual, no está muy lejos de nosotros. La distancia no es obstáculo para él, pues en cualquier lugar puede usar su infinito poder. De hecho, “Jehová está cerca de todos los que lo llaman” (Salmo 145:18). En cierta ocasión, el profeta Daniel le suplicó ayuda. ¡Y no había acabado de orar, cuando se le apareció un ángel! (Daniel 9:20-23). Nada le impide a Jehová ayudar y fortalecer a quienes ama (Salmo 118:6).
¿Debería intimidarnos su poder?
17. ¿En qué sentido nos da temor el poder de Jehová, y en qué otro sentido no nos da temor?
17 ¿Debería el poder de Dios hacer que le tengamos temor? Sí y no. ¿Por qué? Decimos que sí, porque, como vimos en el capítulo anterior, es bueno que sintamos temor de Dios, es decir, que lo respetemos profundamente. Como dice la Biblia, este temor es “el comienzo de la sabiduría” (Salmo 111:10). Pero también decimos que no, pues el poder de Dios no hace que le tengamos miedo a Jehová o que nos asuste la idea de acercarnos a él.
18. a) ¿Por qué muchas personas desconfían de los poderosos? b) ¿Cómo sabemos que el poder no puede corromper a Jehová?
18 “El poder tiende a corromper, y el poder absoluto corrompe absolutamente”, escribió lord Acton en 1887. Muchos citan con frecuencia las palabras de este historiador inglés porque creen que son totalmente ciertas. El ser humano, que es imperfecto, suele abusar de la autoridad, como vez tras vez ha confirmado la historia (Eclesiastés 4:1; 8:9). Por eso, la gente desconfía de los poderosos y se alejan de ellos. En cambio, aunque Jehová tiene poder absoluto, no se corrompe. ¿Por qué? Porque, como ya vimos, él es santo, es totalmente incorruptible. No es como los hombres y mujeres imperfectos de este mundo echado a perder. Nunca ha abusado de su autoridad y nunca lo hará.
19, 20. a) ¿Junto con qué otras cualidades demuestra Jehová su poder, y por qué nos da tranquilidad esto? b) ¿Con qué compararíamos su autocontrol, y por qué le atrae esta cualidad?
19 Ahora bien, recordemos que el poder no es la única virtud de Jehová. Aún nos quedan por estudiar su justicia, sabiduría y amor. Pero él no demuestra esas virtudes de forma mecánica, como si fueran piezas independientes. Por el contrario, en los próximos capítulos veremos que siempre ejerce el poder de acuerdo con su justicia, sabiduría y amor. Pero antes, analicemos otra cualidad de Dios que no es común entre los que gobiernan en este mundo: el autocontrol.
20 Imagínese a un hombre que es muy grande y muy fuerte. Al principio le da miedo, pero cuando lo conoce mejor se da cuenta de que no es alguien que intimide. Al contrario, es amable y siempre usa su fuerza para ayudar y proteger a los demás, sobre todo a los más indefensos y débiles. Cuando dicen mentiras para manchar su reputación, mantiene una actitud firme pero calmada, digna y amable. Si usted fuera tan fuerte como este hombre, ¿sería capaz de actuar con tanta amabilidad y autocontrol? Sin duda, cuanto más conocemos a alguien así, más ganas tenemos de ser sus amigos. Pues con más razón queremos ser amigos del Dios todopoderoso. Pensemos en la frase en que se basa el título del capítulo: “Jehová es paciente, y también muy poderoso” (Nahúm 1:3). Él no se apresura a usar su fuerza contra nadie, ni siquiera contra los malvados. Aunque lo provoquen una y otra vez, siempre es apacible, amable y muy paciente (Salmo 78:37-41).
21. ¿Por qué no nos obliga Jehová a hacer su voluntad, y qué nos enseña esto sobre él?
21 Veamos el autocontrol de Jehová desde otro ángulo. Si usted tuviera poder ilimitado, ¿sentiría a veces la tentación de obligar a los demás a hacer las cosas a su manera? Pues Jehová, con todo su poder, no obliga a las personas a servirle, y eso que es el único modo de conseguir vida eterna. Al contrario, nos dignifica dándonos libertad de elección. Aunque nos advierte de las consecuencias de tomar malas decisiones y nos dice cuáles son las recompensas de tomar buenas decisiones, deja la elección en nuestras manos (Deuteronomio 30:19, 20). Él no quiere que le sirvamos a la fuerza o por miedo a su impresionante poder. Jehová busca a los que quieren servirle porque lo aman (2 Corintios 9:7).
22, 23. a) ¿Cómo sabemos que a Jehová le gusta compartir su poder con otros? b) ¿Qué analizaremos en el próximo capítulo?
22 Veamos una última razón para no tenerle miedo al Dios todopoderoso. Las personas que tienen cierta autoridad normalmente no quieren compartir su poder con otros. En cambio, Jehová sí quiere compartirlo con sus siervos fieles. Por eso, es generoso y delega autoridad en otras personas, entre ellas, su Hijo (Mateo 28:18). Pero también les da poder a sus siervos de otra manera. La Biblia dice: “Tuyos, oh, Jehová, son la grandeza, el poder, la hermosura, el esplendor y la majestad, porque todo lo que hay en los cielos y en la tierra es tuyo. [...] En tus manos hay fuerza y poder, y tus manos son capaces de engrandecer y fortalecer a todos” (1 Crónicas 29:11, 12).
23 Así es, Jehová quiere darle fuerzas a usted. Quiere darnos hasta “el poder que va más allá de lo normal” (2 Corintios 4:7). Al ver que Jehová usa su poder con bondad y eficacia, ¿no nos dan ganas de estar cerca de él? En el próximo capítulo analizaremos cómo usa su poder para crear.
a El significado literal del término griego para “Todopoderoso” es “gobernante sobre todo; el que tiene todo el poder”.
b La Biblia dice que “Jehová no estaba en el viento” ni “en el terremoto” ni “en el fuego”. Los siervos de Jehová no son como los que adoran a las fuerzas de la naturaleza. Saben muy bien que él es tan grande que ninguna creación puede contenerlo (1 Reyes 8:27).
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El poder para crear: Jehová hizo el cielo y la TierraAcerquémonos a Jehová
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CAPÍTULO 5
El poder para crear: Jehová hizo el cielo y la Tierra
1, 2. ¿Cómo demuestra el Sol el poder que tiene Jehová para crear?
¿QUÉ hace usted cuando está junto a una fogata en una noche fría? Quizás acerque las manos a una distancia que le permita disfrutar del calorcito de las llamas. Si se acerca demasiado, puede acabar quemándose; pero, si se queda muy lejos, el frío de la noche lo puede dejar helado.
2 Existe un “fuego” que nos calienta de día: el Sol, situado a 150 millones de kilómetros (93 millones de millas) de nosotros.a ¡Qué potente tiene que ser para que nos llegue su calor desde tan lejos! No obstante, la Tierra gira en torno a este colosal horno termonuclear a la distancia adecuada. Si estuviera más cerca, el agua que hay en la Tierra se evaporaría, y, si estuviera más lejos, el agua se congelaría. En cualquiera de los dos casos, no habría vida en el planeta. La luz solar resulta esencial para los seres vivos, y además es limpia, eficiente y muy agradable (Eclesiastés 11:7).
3. ¿Qué nos enseña el Sol?
3 La mayoría de la gente da por sentado el Sol, y eso que su vida depende de él. Por eso, no se dan cuenta de lo que este nos enseña. La Biblia dice: “Tú [Jehová] hiciste la luz y el sol” (Salmo 74:16). Y es que el Sol le da honra a Jehová, “el que hizo el cielo, la tierra, [...] y todo lo que hay en ellos” (Salmo 19:1; 146:6). Pero el Sol es solo una de tantas y tantas estrellas que nos enseñan cuánto poder tiene Jehová para crear. Analicemos algunas de las cosas que Jehová ha creado y veamos lo que pueden enseñarnos.
Jehová hizo “la luz y el sol”.
“Levanten la vista al cielo y vean”
4, 5. a) ¿Qué potencia tiene el Sol y cuál es su tamaño? b) En comparación con otras estrellas, ¿cómo es el Sol?
4 Como ya se mencionó, el Sol es una estrella. Parece más grande que las que vemos de noche porque, comparado con ellas, está cerca de nosotros. ¿Cuánta potencia tiene? Pues bien, en su núcleo registra temperaturas de unos 15.000.000 °C (27.000.000 °F). Si sacáramos de allí un pedacito del tamaño de la cabeza de un alfiler y lo trajéramos a la Tierra, tendríamos que alejarnos de él 140 kilómetros (90 millas) para estar a salvo. El Sol emite cada segundo una energía equivalente a la explosión de cientos de millones de bombas atómicas.
5 El Sol es enorme; es 1.300.000 veces más grande que la Tierra. ¿Pero es una de las estrellas más grandes? No. De hecho, los astrónomos la llaman enana amarilla. El apóstol Pablo dijo: “La gloria de cada estrella es diferente” (1 Corintios 15:41). Pero él no podía saber lo ciertas que eran estas palabras inspiradas. Piense en esto: hay una estrella tan grande que, si estuviera donde está el Sol, la Tierra quedaría en su interior. Si pasara lo mismo con otra de esas estrellas tan grandes, absorbería todos los planetas hasta Saturno, que está muy lejos de la Tierra. Está tan lejos que una nave espacial tardó 4 años en llegar allí aunque iba 40 veces más rápido que la bala de una pistola muy potente.
6. ¿Cómo muestra la Biblia que la cantidad de estrellas es muy superior a la que puede ver el ojo humano?
6 Pero algo más impresionante que el tamaño de las estrellas es su cantidad. La Biblia dice que ningún ser humano puede contar las estrellas, como tampoco se puede contar “la arena del mar” (Jeremías 33:22). Esto significa que hay muchas más de las que vemos a simple vista. Si un escritor bíblico, como Jeremías, hubiera tratado de contarlas, solo habría llegado a unas 3.000, pues son las únicas que el ojo humano alcanza a ver en una noche despejada. Podríamos comparar esa cantidad al número de granos de un simple puñado de arena. Pues bien, la cantidad real de estrellas es tan inmensa como la cantidad de granos de arena que hay en el mar.b ¿Quién podría contarlas?
“A todas las llama por su nombre”.
7. ¿Qué opinan los científicos sobre la cantidad de estrellas que hay en nuestra galaxia y de la cantidad de galaxias que hay en el universo?
7 Isaías 40:26 nos da la respuesta: “Levanten la vista al cielo y vean. ¿Quién ha creado estas cosas? Es aquel que las hace salir como un ejército, contándolas una por una; a todas las llama por su nombre”. Y Salmo 147:4 dice que Jehová “cuenta el número de las estrellas”. ¿Cuántas son? No es tan fácil contestar esta pregunta. Los astrónomos creen que tan solo en nuestra galaxia, la Vía Láctea, hay más de 100.000 millones,c aunque algunos opinan que hay muchas más. Pero hay muchas galaxias más, y muchas de estas tienen más estrellas que la Vía Láctea. ¿Cuántas galaxias hay? Según los cálculos científicos, hay cientos de miles de millones, o incluso billones. Hasta ahora, parece que no se ha podido determinar el número exacto de galaxias, y mucho menos de los miles de millones de estrellas que contienen. En cambio, Jehová sí lo sabe y, lo que es más, les da nombre a cada una de ellas.
8. a) ¿Qué nos puede ayudar a entender las dimensiones de la Vía Láctea? b) ¿Qué utiliza Jehová para controlar los movimientos de las estrellas y galaxias?
8 Cuando pensamos en las dimensiones de las galaxias, nos asombramos todavía más. Por ejemplo, se calcula que la Vía Láctea mide unos 100.000 años luz de extremo a extremo. Piense en un haz de luz, que viaja a la altísima velocidad de 300.000 kilómetros (186.000 millas) por segundo. Este tardaría 100.000 años en atravesarla. Y hay galaxias muchísimo mayores. La Biblia dice que Jehová extiende “los cielos” como si fueran una simple tela (Salmo 104:2). Él también controla los movimientos de estas creaciones. Todo lo que hay en el universo, desde la más diminuta partícula hasta la galaxia más grande, se mueve conforme a leyes físicas que Dios estableció y aplicó (Job 38:31-33). Por eso los científicos comparan los movimientos tan precisos de las estrellas y galaxias a la compleja coreografía de un ballet. Pensemos ahora en el que creó todo esto. ¿No sentimos una gran admiración por el Dios que tiene tanto poder para crear?
“El que hizo la tierra, el que la hizo con su poder”
9, 10. ¿Cómo sabemos que Jehová puso la Tierra en el lugar ideal, y qué nos enseña esto sobre él?
9 Vemos el poder que Jehová tiene para crear por la forma en que hizo la Tierra. Él la puso en el mejor lugar del universo. Algunos científicos creen que la vida que hay en nuestro planeta sería imposible en muchas otras galaxias. De hecho, en la mayor parte de la Vía Láctea tampoco podría haber vida. El centro de la galaxia es peligroso: la radiación es muy alta y las estrellas que hay allí son tantas que pasan rozándose y casi chocan. Por otro lado, en los bordes faltan muchos elementos esenciales para la vida. El sistema solar está puesto en el lugar ideal.
10 Hay un enorme planeta lejano que protege a la Tierra: Júpiter. Este planeta es más de mil veces mayor que el nuestro y tiene una fuerza de gravedad tremenda. Por eso, absorbe o desvía los objetos que viajan por el espacio a alta velocidad. Los científicos creen que, si no fuera por Júpiter, la cantidad de objetos que chocarían contra la Tierra sería 10.000 veces mayor. Otro aliado de la Tierra es la Luna. Este satélite, mucho más cercano que Júpiter, no es solo una hermosa fuente de luz. Gracias a que mantiene a nuestro planeta en la inclinación adecuada, tenemos estaciones estables y predecibles, que nos hacen la vida más fácil y agradable.
11. ¿Cómo nos protege la atmósfera?
11 En todos los detalles del diseño de la Tierra vemos el poder de Jehová para crear. Por ejemplo, él hizo un escudo para protegernos: la atmósfera. El Sol emite rayos que nos benefician y rayos que nos perjudican. Cuando los rayos dañinos llegan a la atmósfera, convierten el oxígeno en un gas llamado ozono. Este gas forma una capa que absorbe la mayor parte de la radiación. ¡Qué bueno que Jehová nos puso una sombrilla!
12. ¿Cómo demuestra el ciclo del agua el poder de Jehová para crear?
12 Además de lo anterior, nuestra atmósfera nos da el aire que necesitamos y cumple otras funciones que hacen posible la vida en la Tierra. Por ejemplo, ¿qué podemos decir del impresionante ciclo del agua? Cada año, el Sol evapora de nuestros mares y océanos más de 400.000 kilómetros cúbicos (100.000 millas cúbicas) de agua, que se eleva formando nubes. Estas circulan por todo el planeta gracias al viento. Entonces el agua, ya filtrada y depurada, cae en forma de lluvia, nieve y hielo. Gracias a eso, se reabastecen los suministros de agua. Es tal como dice Eclesiastés 1:7: “Todos los ríos van a dar al mar, pero el mar no se llena. Los ríos vuelven al lugar donde nacieron para volver a correr de nuevo”. Solo Jehová pudo haber puesto en marcha este ciclo.
13. ¿Qué nos enseñan las plantas y el suelo sobre el poder del Creador?
13 Dondequiera que hay vida vemos claramente el poder de Jehová para crear. Lo podemos ver en todo: desde las plantas microscópicas que llenan el mar y nos regalan oxígeno hasta las enormes secuoyas de más de 30 pisos de alto. El suelo también rebosa de vida: hay lombrices, hongos y microbios que cooperan en el crecimiento de las plantas. Con razón, la Biblia dice que el suelo tiene fuerza, o poder (Génesis 4:12, nota).
14. ¿Cuánto poder contiene el diminuto átomo?
14 Sin duda, Jehová es “el que hizo la tierra, el que la hizo con su poder” (Jeremías 10:12). Este poder se ve incluso en sus creaciones más diminutas. Para hacernos una idea, si formáramos una hilera de un millón de átomos, sería más fina que un cabello humano. Y, aunque ampliáramos un átomo al tamaño de un edificio de 14 pisos, el núcleo sería tan pequeño como un grano de sal situado en el séptimo piso. Sin embargo, este pequeñísimo núcleo es tan potente que se usa para generar explosiones atómicas.
“Todo lo que respira”
15. ¿Qué quería enseñarle Jehová a Job cuando le habló de algunos animales?
15 La gran variedad de animales también demuestra el poder de Jehová para crear. El Salmo 148 enumera muchas cosas que lo alaban, y el versículo 10 incluye a los “animales salvajes y todos los animales domésticos”. En cierta ocasión en que Dios conversó con Job, le habló del león, la cebra, el toro salvaje, Behemot (el hipopótamo) y Leviatán (al parecer, el cocodrilo). ¿Qué quería enseñarle? La razón por la que el ser humano debe sentir admiración y profundo respeto por el Creador. Si al hombre le imponen respeto estos animales tan poderosos, temibles e indomables, ¿qué debería sentir por aquel que los creó? (Job, capítulos 38-41).
16. ¿Qué le impresiona más de algunas de las aves que Jehová creó?
16 Salmo 148:10 también habla de las aves. ¡Cuánta variedad hay! Jehová le habló a Job del avestruz, que “se ríe del caballo y de su jinete”. Aunque no vuela, esta ave de 2,5 metros (8 pies) de altura corre a una velocidad de hasta 65 kilómetros (40 millas) por hora y puede abarcar 4,5 metros (15 pies) en una sola zancada (Job 39:13, 18). Por otra parte, el albatros pasa la mayor parte del tiempo sobrevolando el océano. Sus alas miden unos 3 metros (11 pies) de punta a punta y se desplaza durante horas por el aire sin dar un solo aleteo. En contraste, el colibrí abeja —que es el pájaro más pequeño del planeta— mide tan solo 5 centímetros (2 pulgadas) de largo y mueve las alas 80 veces por segundo. Los colibríes son capaces de quedarse suspendidos en el aire como un helicóptero e incluso de volar hacia atrás. Son como pequeñas joyas que brillan en el aire.
17. ¿Cuáles son las dimensiones de la ballena azul, y qué siente usted al pensar en los animales que Jehová creó?
17 Salmo 148:7 dice que hasta los “animales marinos” alaban a Jehová. Pensemos, por ejemplo, en la ballena azul, el animal más grande del planeta. Este animal, que vive en “las aguas profundas”, puede medir más de 30 metros (100 pies) de largo y alcanzar el peso de 30 elefantes adultos. De hecho, su lengua pesa lo mismo que un elefante. Su corazón, del tamaño de un automóvil pequeño, solo late 9 veces por minuto, en contraste con las 1.200 veces que late el corazón del colibrí. Al menos uno de sus vasos sanguíneos es tan ancho que un niño podría gatear por su interior. Sin duda, estamos de acuerdo con lo que dice el último versículo del libro de los Salmos: “Que todo lo que respira alabe a Jah” (Salmo 150:6).
Qué nos enseña de Jehová el poder que tiene para crear
18, 19. ¿Cuánta variedad de seres vivos ha creado Jehová, y qué nos enseña la creación sobre su derecho a gobernar?
18 ¿Qué aprendemos de Jehová al ver su poder para crear? La gran variedad de seres vivos que Jehová creó nos llena de asombro. Un salmista exclamó: “¡Cuántas son tus obras, oh, Jehová! [...] La tierra está llena de tus creaciones” (Salmo 104:24). ¡Qué gran verdad! La ciencia ha descubierto más de un millón de especies, pero se cree que podría haber varios millones más. La capacidad artística e imaginativa del ser humano a veces se agota. En cambio, la creatividad de Jehová es inagotable. Su poder para inventar y crear cosas nuevas y distintas no tiene límites.
19 La forma en que Jehová usa su poder para crear nos enseña que él tiene el derecho a gobernar. Jehová es el único al que se le puede llamar Creador, porque él hizo todas las cosas. Ni siquiera el Hijo unigénito de Jehová, que fue “un obrero experto” durante la creación, recibe el título Creador o Cocreador en la Biblia (Proverbios 8:30; Mateo 19:4). Más bien, es “el primogénito de toda la creación” (Colosenses 1:15). Como Jehová creó todas las cosas, solo él tiene el derecho de gobernar en todo el universo (Romanos 1:20; Apocalipsis 4:11).
20. ¿En qué sentido ha descansado Jehová desde que terminó su creación en la Tierra?
20 ¿Ha dejado Jehová de usar su poder para crear? Pues bien, la Biblia dice lo que pasó cuando terminó el sexto día de la creación: “El séptimo día, Dios se puso a descansar de toda la obra que había estado haciendo” (Génesis 2:2). El apóstol Pablo indicó que el séptimo “día” abarca miles de años y que en su época aún no había terminado (Hebreos 4:3-6). Pero, cuando leemos que Jehová descansó, ¿quiere decir que dejó de trabajar por completo? No, pues él nunca deja de trabajar (Salmo 92:4; Juan 5:17). Este descanso debe referirse más bien a que Jehová dejó de crear cosas nuevas en la Tierra. Él ha seguido trabajando para que se cumplan sus propósitos. Por ejemplo, inspiró las Santas Escrituras y hasta produjo “una nueva creación”, de la que hablaremos en el capítulo 19 (2 Corintios 5:17).
21. Cuando vivamos para siempre, ¿qué sentimientos producirá en nosotros el poder de Jehová para crear?
21 Cuando Jehová termine su día de descanso, podrá decir lo mismo que dijo al final de los seis días creativos, que todo su trabajo en la Tierra es “muy bueno” (Génesis 1:31). No sabemos cómo usará Jehová su infinito poder para crear, pero estamos seguros de que su forma de usarlo nos seguirá sorprendiendo. La creación continuará enseñándonos lecciones sobre él por toda la eternidad (Eclesiastés 3:11). Y, mientras más aprendamos acerca de Jehová, más respeto y admiración sentiremos por él. Como resultado, estaremos cada vez más cerca de nuestro Gran Creador.
a Para darnos una idea de la magnitud de esta distancia, pensemos en lo que tardaría un automóvil en recorrerla. Si viajara las 24 horas del día a 160 kilómetros (100 millas) por hora sin detenerse, tardaría más de 100 años.
b Hay quienes creen que en tiempos bíblicos existía algún tipo de telescopio muy rudimentario. Según ellos, si no hubiera sido por eso, la gente de aquel tiempo no habría podido saber que la cantidad de estrellas es incalculable. Esas teorías infundadas no toman en cuenta a Jehová, el autor de la Biblia (2 Timoteo 3:16).
c Piense en cuánto tiempo le llevaría tan solo contar 100.000 millones de estrellas: si durante las 24 horas del día contara una por segundo, tardaría 3.171 años.
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El poder para destruir: “Jehová es un poderoso guerrero”Acerquémonos a Jehová
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CAPÍTULO 6
El poder para destruir: “Jehová es un poderoso guerrero”
1-3. a) ¿A qué peligrosa situación se enfrentaron los israelitas? b) ¿De qué forma luchó Jehová a favor de su pueblo?
LOS israelitas están atrapados entre altas montañas y un profundo mar. El ejército egipcio —una despiadada máquina de exterminio— los persigue totalmente decidido a acabar con ellos.a Pero Moisés le dice al pueblo que no se desespere. Les asegura: “Jehová mismo peleará por ustedes” (Éxodo 14:14).
2 Al parecer, Moisés después le pide ayuda a Dios, quien le responde: “¿Por qué sigues pidiéndome ayuda a gritos?”. Y añade: “Levanta tu vara y extiende la mano sobre el mar para dividirlo en dos” (Éxodo 14:15, 16). Trate de imaginar lo que pasó después. De inmediato, Jehová le da órdenes a su ángel, y la columna de nube se pone detrás de los israelitas, donde tal vez se extiende formando una especie de pared que impide que los egipcios los ataquen (Éxodo 14:19, 20; Salmo 105:39). Luego, Moisés extiende la mano, y el mar se divide impulsado por un fuerte viento. De algún modo, las aguas “se cuajaron” y “quedaron inmóviles”. Así, se forman dos muros, y en medio queda un camino tan ancho que todo el pueblo puede cruzar el mar Rojo (Éxodo 14:21; 15:8).
3 Al ver este increíble milagro, el faraón debió haberse retirado junto con sus tropas. Pero, en vez de eso, les da la orden de atacar (Éxodo 14:23). Mientras los egipcios van tras los israelitas, las ruedas de sus carros se salen y no pueden avanzar. Los israelitas llegan a salvo a la otra orilla, y Jehová le manda a Moisés: “Extiende tu mano sobre el mar para que las aguas se cierren sobre los egipcios, sus carros de guerra y sus jinetes”. Finalmente, los muros de agua se derrumban, y así sepultan al faraón y su ejército (Éxodo 14:24-28; Salmo 136:15).
4. a) ¿Qué demostró ser Jehová en el mar Rojo? b) ¿Qué podrían sentir algunas personas al pensar en el poder de Jehová para destruir?
4 Lo que hizo Jehová para rescatar a los israelitas en el mar Rojo nos enseña mucho sobre él. Ahí, demostró que es “un poderoso guerrero” (Éxodo 15:3). Ahora bien, cuando usted piensa en Jehová como un guerrero, ¿qué siente? La verdad es que las guerras causan mucho dolor y sufrimiento. Por eso quizás piense que el poder que Dios tiene para destruir nos aleja de Jehová en vez de acercarnos a él.
En el mar Rojo, Jehová demostró ser “un poderoso guerrero”.
Diferencias entre las guerras de Dios y las del hombre
5, 6. a) ¿Por qué es adecuado llamar a Dios Jehová de los ejércitos? b) ¿Qué diferencia hay entre las guerras de Dios y las humanas?
5 El título “Jehová de los ejércitos” aparece más de 260 veces en las Escrituras Hebreas y 2 en las Escrituras Griegas Cristianas (1 Samuel 1:11). Como Soberano, Jehová está al mando de un enorme ejército de ángeles muy poderosos (Josué 5:13-15; 1 Reyes 22:19; Isaías 37:36). La muerte de seres humanos nunca es una escena agradable. Pero hay que tener en cuenta que las guerras de Dios son muy diferentes de las guerras humanas. Aunque los líderes políticos y militares justifiquen sus ataques, las guerras de este mundo siempre están marcadas por la codicia y el egoísmo.
6 En cambio, Jehová no se deja llevar por las emociones. Deuteronomio 32:4 dice: “Él es la Roca, todo lo que hace es perfecto, porque todos sus caminos son justos. Es un Dios fiel que nunca comete injusticias. Él es justo y recto”. De hecho, la Palabra de Dios condena la furia descontrolada, la crueldad y la violencia (Génesis 49:7; Salmo 11:5). Jehová usa su poder para destruir solo en contadas ocasiones, pero siempre con buenas razones y como último recurso. Él mismo explicó mediante el profeta Ezequiel: “¿Acaso me causa algún placer la muerte de alguien malvado? —afirma el Señor Soberano Jehová—. ¿Acaso no prefiero que abandone sus caminos y siga vivo?” (Ezequiel 18:23).
7, 8. a) ¿A qué conclusión llegó Job sobre su situación? b) ¿Cómo ayudó Elihú a Job a corregir su forma de pensar? c) ¿Qué lección aprendemos de lo que le pasó a Job?
7 Entonces, ¿por qué recurre Jehová al poder para destruir? Antes de contestar esta pregunta, pensemos en lo que le pasó a Job. Satanás desafió a Dios y afirmó que este hombre justo —y en realidad cualquier ser humano— sería incapaz de mantenerse íntegro si se le ponía a prueba. Jehová respondió a ese desafío permitiéndole al Diablo probar la integridad de Job. En consecuencia, Job perdió la salud, las riquezas e incluso a sus hijos (Job 1:1-2:8). Como no sabía todo lo que había detrás, pensó que Dios lo estaba castigando injustamente, y hasta le preguntó por qué lo había convertido en “blanco” de ataque y lo consideraba su “enemigo” (Job 7:20; 13:24).
8 Un joven llamado Elihú le explicó a Job que eso no era cierto. Le dijo: “¿Estás tan seguro de que tienes razón que dirías ‘Soy más justo que Dios’?” (Job 35:2). Obviamente, no tendría sentido creernos más sabios que Jehová o pensar que es injusto. Elihú también dijo: “¡Es impensable que el Dios verdadero actúe con maldad, que el Todopoderoso haga algo injusto!”. Y luego añadió: “No está a nuestro alcance entender al Todopoderoso; su poder es muy grande, y él nunca actúa en contra de su justicia ni de su gran rectitud” (Job 34:10; 36:22, 23; 37:23). Podemos estar seguros de que, cuando Dios pelea, lo hace porque tiene buenas razones. Teniendo esto en cuenta, veamos algunos motivos por los que Jehová, un Dios de paz, a veces actúa como un guerrero (1 Corintios 14:33).
Por qué tiene que pelear un Dios de paz
9. ¿Por qué pelea el Dios de la paz?
9 Después de alabar a Dios como “un poderoso guerrero”, Moisés dijo: “¿Quién entre los dioses es como tú, oh, Jehová? ¿Quién es como tú, que demuestras ser supremo en santidad?” (Éxodo 15:11). El profeta Habacuc escribió algo parecido: “Tus ojos son demasiado puros para ver lo que es malo, y no puedes tolerar la maldad” (Habacuc 1:13). Aunque Jehová es un Dios de amor, también es un Dios santo y justo, y por eso a veces tiene que usar su poder para destruir (Isaías 59:15-19; Lucas 18:7). Por lo tanto, su santidad no pierde esplendor cuando él pelea. Más bien, pelea porque es santo (Éxodo 39:30).
10. ¿Cuál sería la única manera de acabar con la enemistad predicha en Génesis 3:15, y qué bendiciones tendría la humanidad obediente?
10 Pensemos en lo que pasó cuando Adán y Eva —la primera pareja humana— se rebelaron contra Dios (Génesis 3:1-6). Si Jehová se hubiera quedado de brazos cruzados, su autoridad como el Soberano del universo se habría debilitado. Y, como es un Dios justo, tenía el deber de condenarlos a muerte (Romanos 6:23). Él predijo que habría enemistad entre sus siervos y los seguidores de “la serpiente”, el Diablo, tal como leemos en la primera profecía de la Biblia (Apocalipsis 12:9; Génesis 3:15). Jehová sabía que, al final, la única manera de resolver el problema sería aplastando a Satanás (Romanos 16:20). Esto les traería bendiciones a las personas obedientes. ¿Cuáles? Satanás ya no podría seguir engañando a la humanidad, y toda la Tierra se convertiría en un paraíso (Mateo 19:28). Pero, antes de eso, los que estuvieran de parte de Satanás perseguirían y tratarían de matar a los siervos de Dios. Y, por eso, Jehová a veces tendría que hacer algo para proteger a su pueblo.
Dios actúa para eliminar la maldad
11. ¿Por qué tuvo que enviar Dios un diluvio universal?
11 Una de esas ocasiones fue el Diluvio de los días de Noé. Génesis 6:11, 12 dice: “El Dios verdadero vio que la tierra estaba arruinada y llena de violencia. Así es, Dios se fijó en la tierra, y estaba arruinada. Toda la gente de la tierra llevaba una vida corrupta”. ¿Permitiría Jehová que los malvados acabaran con las pocas personas buenas que quedaban en la Tierra? No, y por eso tuvo que enviar un diluvio universal para borrar del planeta a las personas violentas e inmorales.
12. a) ¿Qué predijo Jehová acerca de la descendencia de Abrahán? b) ¿Por qué decidió Jehová destruir a los amorreos?
12 Algo similar pasó cuando Dios decidió destruir a los cananeos. Jehová había prometido que todas las familias de la Tierra se bendecirían mediante la descendencia de Abrahán. Para cumplir eso, decretó que los descendientes de Abrahán recibieran la tierra de Canaán, donde vivían los amorreos. Pero ¿sería justo que Jehová sacara a los amorreos de su propio país a la fuerza? Pues bien, Dios profetizó que esperaría unos 400 años para sacarlos de su tierra, cuando “el error de los amorreos” hubiera llegado al límite (Génesis 12:1-3; 13:14, 15; 15:13, 16; 22:18).b Durante ese periodo, ellos se fueron corrompiendo cada vez más. Canaán se convirtió en un país lleno de idolatría, crueldad, violencia e inmoralidad sexual (Éxodo 23:24; 34:12, 13; Números 33:52). Sus habitantes hasta sacrificaban a sus hijos en el fuego. ¿Podía un Dios santo permitir que su pueblo viviera entre esa gente tan mala? Claro que no. Él dijo: “La tierra es impura y la castigaré por su error, y la tierra vomitará a sus habitantes” (Levítico 18:21-25). Pero Jehová no destruyó a todo el mundo. Más bien, les perdonó la vida a algunos cananeos que demostraron tener un buen corazón, como Rahab y los gabaonitas (Josué 6:25; 9:3-27).
Pelea a favor de su nombre
13, 14. a) ¿Por qué Jehová tuvo que limpiar su nombre? b) Pensando en el caso de los israelitas, ¿cómo limpió Jehová su nombre?
13 Como Jehová es santo, su nombre también es santo (Levítico 22:32). Jesús les enseñó a sus discípulos a pedir esto en oración: “Que tu nombre sea santificado” (Mateo 6:9). La rebelión en el jardín de Edén profanó, o manchó, el nombre de Dios, pues cuestionó su reputación y forma de gobernar. Jehová no podía pasar por alto la rebelión ni todas esas calumnias. Tenía que limpiar su nombre (Isaías 48:11).
14 Volviendo de nuevo a los israelitas, recordemos cuando eran esclavos en Egipto. En aquel momento, la gente pudo haber pensado que Dios nunca cumpliría su promesa de que todas las familias de la Tierra se bendecirían mediante la descendencia de Abrahán. Pero, cuando Jehová liberó a los israelitas y los convirtió en nación, limpió su nombre. Por eso, el profeta Daniel le dijo a Dios en oración: “Oh, Jehová nuestro Dios, el que sacó a su pueblo de la tierra de Egipto con mano poderosa y se hizo un nombre” (Daniel 9:15).
15. ¿Por qué rescató Jehová a los judíos cautivos en Babilonia?
15 Es interesante que Daniel hizo esta suplica en otra ocasión en la que Jehová tenía que limpiar su nombre salvando a los judíos. Esta vez, estaban cautivos en Babilonia porque habían sido desobedientes. Y, además, la capital del pueblo de Dios, Jerusalén, estaba en ruinas. Daniel sabía que el nombre de Dios sería engrandecido si Jehová los llevaba de vuelta a su tierra. Por eso le rogó: “Oh, Jehová, perdona. ¡Oh, Jehová, presta atención y actúa! No tardes, oh, Dios mío, por causa de ti mismo, porque tu ciudad y tu pueblo llevan tu nombre” (Daniel 9:18, 19).
Pelea a favor de su pueblo
16. ¿Piensa Jehová solo en sí mismo cuando defiende y limpia su nombre?
16 Cuando Jehová defiende y limpia su nombre, ¿es porque piensa solo en sí mismo? No, pues al defenderlo y mostrar que es santo y justo, también protege a su pueblo. Por ejemplo, el capítulo 14 de Génesis cuenta que cuatro reyes raptaron a Lot, sobrino de Abrahán, y a su familia. Pero, con la ayuda de Dios, Abrahán derrotó a los enemigos aunque eran mucho más fuertes. Es probable que esta victoria fuera el primer relato que se escribió en “el Libro de las Guerras de Jehová”. Al parecer, este era un libro que también incluía batallas que no aparecen en la Biblia (Números 21:14). Más adelante habría muchas más victorias.
17. ¿Qué ejemplos demuestran que Jehová peleó a favor de los israelitas después de que entraron en la tierra de Canaán?
17 Poco antes de que los israelitas entraran en la tierra de Canaán, Moisés les aseguró: “Jehová su Dios irá delante de ustedes y peleará por ustedes, tal como hizo en Egipto ante sus propios ojos” (Deuteronomio 1:30; 20:1). Jehová luchó por su pueblo y le ayudó a conseguir grandes victorias sobre sus enemigos, tanto en el tiempo de Josué —el sucesor de Moisés— como en la época de los jueces y en la del gobierno de los reyes fieles de Judá (Josué 10:1-14; Jueces 4:12-17; 2 Samuel 5:17-21).
18. a) ¿Por qué debemos agradecer que Jehová no haya cambiado? b) ¿En qué desembocará la enemistad de la que habla Génesis 3:15?
18 Jehová no ha cambiado. Y su propósito de convertir este planeta en un pacífico paraíso tampoco ha cambiado (Génesis 1:27, 28). Él sigue odiando la maldad. Además, quiere mucho a su pueblo y pronto lo rescatará (Salmo 11:7). Dentro de poco, la enemistad de la que habla Génesis 3:15 desembocará en un violento y rotundo ataque contra el pueblo de Dios. Una vez más, Jehová se convertirá en “un poderoso guerrero” para santificar su nombre y proteger a sus siervos (Zacarías 14:3; Apocalipsis 16:14, 16).
19. a) Explique con un ejemplo por qué la manera en la que Jehová usa su poder para destruir nos acerca a él. b) ¿Cómo deberíamos sentirnos al saber que Dios está dispuesto a pelear para protegernos?
19 Piense en el siguiente ejemplo. Un hombre ve que una fiera ataca a su familia, así que él se lanza contra ella y la mata. ¿Cree que su esposa y sus hijos se alejarían de él por haber matado a la fiera? Claro que no. Al contrario, estarían muy agradecidos porque, al defenderlos así, demostró cuánto los quería. Igualmente, la manera en que Jehová usa su poder para destruir no debería alejarnos de él. Más bien, deberíamos amarlo más al ver que está dispuesto a pelear para protegernos. Esto también hace que aumente nuestro respeto por su infinito poder, y así “podamos darle servicio sagrado a Dios como a él le gusta, con temor de Dios y profundo respeto” (Hebreos 12:28).
Acerquémonos al “poderoso guerrero”
20. Cuando no entendemos bien un relato en el que Jehová usa su poder para destruir, ¿qué deberíamos hacer, y por qué?
20 Claro, la Biblia no siempre explica todas las razones por las que Jehová decide pelear. Pero podemos estar seguros de que él nunca usa de forma injusta, caprichosa o cruel su poder para destruir. Normalmente entenderemos mejor un relato bíblico si tomamos en cuenta el contexto o buscamos más información (Proverbios 18:13). Aunque nos falten detalles, algo que nos ayudará a despejar nuestras dudas es conocer mejor a Jehová y meditar en sus preciosas cualidades. Si lo hacemos, descubriremos que tenemos buenas razones para confiar en nuestro Dios, Jehová (Job 34:12).
21. Aunque Jehová se convierte en “un poderoso guerrero” cuando es necesario, ¿cómo es él en realidad?
21 Como vimos, Jehová es “un poderoso guerrero” cuando es necesario, pero eso no significa que le guste pelear. Es cierto que en la visión que tuvo Ezequiel del carro celestial se representa a Jehová como si estuviera listo para luchar contra sus enemigos. Pero Ezequiel también vio a Dios rodeado de un arcoíris, un símbolo de la paz (Génesis 9:13; Ezequiel 1:28; Apocalipsis 4:3). Está claro que Jehová es tranquilo y pacífico. Y “Dios es amor”, como escribió el apóstol Juan (1 Juan 4:8). Jehová manifiesta con total equilibrio todas sus cualidades. ¡Qué honor tener la oportunidad de acercarnos a este Dios tan poderoso que nos ama tanto!
a Según el historiador judío Flavio Josefo, “los perseguidores tenían seiscientos carros y eran cincuenta mil hombres a caballo y doscientos mil a pie, todos armados” (Antigüedades Judías, libro II, cap. XV, sec. 3).
b Todo indica que en este pasaje el término “amorreos” se refiere a todos los pueblos de Canaán (Deuteronomio 1:6-8, 19-21, 27; Josué 24:15, 18).
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El poder para proteger: “Dios es nuestro refugio”Acerquémonos a Jehová
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CAPÍTULO 7
El poder para proteger: “Dios es nuestro refugio”
1, 2. ¿A qué situación peligrosa se enfrentaban los israelitas en la región del Sinaí, y cómo los tranquilizó Jehová?
EN LA primera parte del año 1513 antes de nuestra era, los israelitas iban a entrar en la región del Sinaí. Era una situación peligrosa, pues tenían que viajar por un “grande y terrible desierto, lleno de serpientes venenosas y escorpiones” (Deuteronomio 8:15, Dios habla hoy). Además, había naciones enemigas que podían atacarlos. Jehová, su Dios, era quien los había conducido a esa situación. Pero ¿sería capaz de protegerlos?
2 Jehová le dijo a su pueblo algo muy tranquilizador: “Ustedes han visto con sus propios ojos lo que les hice a los egipcios. Lo hice para llevarlos sobre alas de águilas y traerlos hasta mí” (Éxodo 19:4). Les recordó que él los había liberado de Egipto. Fue como si unas águilas, por así decirlo, los hubieran sacado de allí y los hubieran puesto a salvo. Y es que las “alas de águilas” nos ayudan a entender cómo protege Jehová a su pueblo. Veamos por qué.
3. ¿De qué manera nos ayudan las “alas de águilas” a entender cómo protege Jehová a su pueblo?
3 Las águilas tienen unas alas que pueden medir hasta 2 metros (7 pies) de envergadura. Pero no solo las usan para volar, sino también para proteger a sus polluelos. Por ejemplo, con ellas los abrigan cuando soplan vientos fríos. Y también las usan para formar una especie de sombrilla y resguardarlos del sol abrasador. Así como un águila protege a sus crías, Jehová había protegido a la joven nación de Israel. Y, ahora, en el desierto, sus poderosas alas seguirían siendo un refugio para los israelitas si ellos se mantenían fieles (Deuteronomio 32:9-11; Salmo 36:7). Y nosotros, ¿también podemos esperar que Dios nos proteja?
Jehová promete proteger a sus siervos
4, 5. ¿Por qué podemos confiar por completo en la promesa de que Jehová nos cuidará?
4 No hay duda de que Jehová puede proteger a sus siervos. Es “el Dios Todopoderoso”, un título que destaca que no hay nada que pueda impedirle que haga lo que él se propone (Génesis 17:1). Su poder es como una ola inmensa que nadie puede detener. Ahora bien, sabemos que él puede usar su poder para lo que él quiera. Pero ¿querrá usarlo para protegernos?
5 Por supuesto que sí. De hecho, Jehová nos asegura que protegerá a sus siervos. Salmo 46:1 dice: “Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza, una ayuda siempre disponible en tiempos de angustia”. Y, como él “no puede mentir”, confiamos por completo en su promesa de que nos cuidará (Tito 1:2). Veamos algunas comparaciones que Jehová utiliza para describir cómo nos cuida.
6, 7. a) ¿Cómo protegía a sus ovejas el pastor de tiempos bíblicos? b) ¿Cómo ilustra la Biblia las ganas que tiene Jehová de proteger y cuidar a sus ovejas?
6 Jehová es nuestro Pastor y nosotros “somos su pueblo y las ovejas de sus pastos” (Salmo 23:1; 100:3). Hay pocos animales tan indefensos como las ovejas. El pastor de tiempos bíblicos tenía que ser valiente, ya que debía proteger a su rebaño de leones, lobos y osos, así como de los ladrones (1 Samuel 17:34, 35; Juan 10:12, 13). Pero, al mismo tiempo, tenía que tratar a las ovejas con ternura y delicadeza. Por ejemplo, cuando alguna oveja daba a luz lejos del rebaño, el pastor se quedaba con ella para protegerla y luego recogía al indefenso corderito y lo llevaba con el resto de las ovejas.
“Junto a su pecho los llevará”.
7 Al compararse a un pastor, Jehová nos garantiza que desea de corazón protegernos (Ezequiel 34:11-16). Como vimos en el capítulo 2 de este libro, Isaías 40:11 describe así a Jehová: “Cuidará de su rebaño como un pastor. Con su brazo juntará a los corderos, y junto a su pecho los llevará”. ¿De qué forma logra un corderito que el pastor lo ponga en los pliegues de su ropa “junto a su pecho”? Tal vez se le acerque e incluso le dé un golpecito en la pierna. Sin embargo, es el pastor quien tiene que inclinarse a recogerlo y luego ponerlo con cuidado junto a su pecho. ¡Qué imagen tan tierna de Jehová, nuestro Pastor, y de las ganas que tiene de protegernos!
8. a) ¿A quiénes les promete Dios su protección, y cómo lo indica Proverbios 18:10? b) ¿Qué tenemos que hacer para refugiarnos en el nombre de Dios?
8 Dios promete que protegerá únicamente a quienes se acerquen a él. Proverbios 18:10 dice: “El nombre de Jehová es una torre fuerte. El justo corre hacia ella y recibe protección”. En tiempos bíblicos, a veces se construían en el desierto torres que servían de refugio. Claro, quien estaba en peligro tenía que correr hacia ellas para estar a salvo. Y lo mismo tienen que hacer quienes quieran recibir la protección del nombre de Dios. No basta con que repitan la palabra Jehová, pues no es un amuleto. Más bien, deben conocer al que lleva ese nombre, confiar en él y vivir de acuerdo con sus justas normas. Jehová nos garantiza que, si confiamos en él, será como una torre fuerte que nos protegerá. ¡Qué bueno es Jehová!
“El Dios al que servimos puede librarnos”
9. Además de prometer protección, ¿qué ha demostrado Jehová?
9 Jehová no solo promete su protección. En tiempos bíblicos, realizó milagros que demostraron que podía proteger a su pueblo. Por ejemplo, en muchas ocasiones usó su poderosa “mano” para proteger a la nación de Israel de sus enemigos (Éxodo 7:4). Pero, además, Jehová usó su poder para proteger individualmente a sus siervos.
10, 11. ¿Qué ejemplos bíblicos muestran cómo usó Jehová su poder para proteger individualmente a sus siervos?
10 El rey Nabucodonosor, el más poderoso de su época, se puso furioso cuando tres jóvenes hebreos —conocidos como Sadrac, Mesac y Abednego— no quisieron inclinarse ante su imagen de oro. Los amenazó con arrojarlos a un horno muy muy caliente y les dijo en son de burla: “¿Y qué dios podrá librarlos de mis manos?” (Daniel 3:15). Los tres jóvenes tenían confianza absoluta en que su Dios podía protegerlos, pero no pensaron que él tuviera la obligación de hacerlo. Por eso respondieron: “Si tiene que ser así, oh, rey, el Dios al que servimos puede librarnos” (Daniel 3:17). De hecho, aunque aquel horno estaba siete veces más caliente de lo normal, eso no era nada para el Todopoderoso. Finalmente, él los protegió, y el rey no tuvo más remedio que admitir: “No existe otro dios que pueda librar como este” (Daniel 3:29).
11 Otra extraordinaria demostración del poder de Jehová para proteger fue cuando transfirió la vida de su Hijo unigénito a la matriz de una virgen judía llamada María. Un ángel le dijo: “Quedarás embarazada y darás a luz un hijo”, y luego añadió: “Sobre ti vendrá espíritu santo, y el poder del Altísimo te envolverá con su sombra” (Lucas 1:31, 35). Aparentemente, el Hijo de Dios nunca había estado tan desprotegido. ¿Se contaminaría el embrión con el pecado y la imperfección de su madre? ¿Podría Satanás hacerle daño o incluso matarlo antes de nacer? ¡Claro que no! Desde el momento en que María quedó embarazada, Jehová formó, por así decirlo, un muro alrededor de ella para protegerla. De este modo, ni la imperfección ni ningún demonio ni ser humano le haría daño al bebé. Y no dejó de proteger a Jesús durante su juventud (Mateo 2:1-15). De hecho, Jehová siguió protegiendo a su amado Hijo hasta que llegó el momento en que tuvo que dar su vida.
12. ¿Por qué protegió Jehová de forma milagrosa a ciertas personas en tiempos bíblicos?
12 ¿Por qué protegió Jehová de forma milagrosa a ciertas personas? Con frecuencia, para lograr algo mucho más importante: cumplir su propósito. Por ejemplo, era esencial proteger a Jesús desde pequeño para que se cumpliera el propósito de Dios y que los seres humanos tuviéramos la oportunidad de vivir para siempre. Jehová se aseguró de que en la Biblia se escribieran muchos relatos que demuestran su poder para proteger. Estas cosas “fueron escritas para nuestra enseñanza, para que mediante nuestro aguante y el consuelo de las Escrituras tengamos esperanza” (Romanos 15:4). En efecto, estos ejemplos nos ayudan a fortalecer la fe en nuestro poderoso Dios. Ahora bien, ¿qué tipo de protección nos ofrece él en nuestros días?
Lo que Jehová no nos promete
13. ¿Por qué no tiene Jehová la obligación de hacer milagros por nosotros?
13 Aunque Jehová nos promete su protección, eso no significa que él tenga la obligación de hacer milagros por nosotros. Él no nos garantiza una vida libre de problemas en este sistema. Muchos de sus siervos fieles pasan por situaciones muy difíciles, como pobreza, guerras, enfermedades y muerte. Jesús no les ocultó a sus discípulos la posibilidad de que los mataran por su fe, y por eso destacó la necesidad de aguantar hasta el fin (Mateo 24:9, 13). Si Jehová siempre protegiera a sus siervos de forma milagrosa, Satanás de seguro diría que no le servimos por amor, sino porque queremos su protección (Job 1:9, 10).
14. ¿Qué ejemplos indican que Jehová no siempre protege a sus siervos de la misma manera?
14 Aun en tiempos bíblicos, Jehová no siempre utilizó su poder para salvar de la muerte a sus siervos. Por ejemplo, Herodes mandó matar al apóstol Santiago cerca del año 44 de nuestra era; pero, poco después, Pedro fue librado “de las manos de Herodes” (Hechos 12:1-11). Por otro lado, Juan, el hermano de Santiago, vivió más tiempo que ellos dos. Por lo tanto, está claro que no debemos esperar que Dios proteja a cada uno de sus siervos del mismo modo. Además, a todos nos llega “algún mal momento y algún suceso imprevisto” (Eclesiastés 9:11). Entonces, ¿cómo nos protege Jehová en la actualidad?
Jehová nos da protección física
15, 16. a) ¿Qué demuestra que Jehová les ha dado protección física a sus siervos como grupo? b) ¿Por qué confiamos en que Jehová protegerá a sus siervos ahora y en “la gran tribulación”?
15 En primer lugar, hablemos de la protección física. Los siervos de Jehová podemos esperar ese tipo de protección como grupo. Pensemos en que, si no fuera por esa protección, el Diablo acabaría con nosotros. Nada le gustaría más a Satanás, “el gobernante de este mundo”, que eliminar la adoración verdadera (Juan 12:31; Apocalipsis 12:17). Aunque algunos de los gobiernos más poderosos han prohibido nuestra predicación y han tratado de acabar con nosotros, nos hemos mantenido firmes y hemos seguido predicando. Si somos un grupito de cristianos aparentemente desprotegidos, ¿cómo es posible que grandes naciones no hayan logrado detener nuestra predicación? Solo hay una razón: porque Jehová nos protege bajo sus poderosas alas (Salmo 17:7, 8).
16 ¿Debemos esperar protección física en la futura “gran tribulación”? No hay por qué tener miedo del castigo que Dios le dará a la gente malvada. A fin de cuentas, “Jehová sabe rescatar de las pruebas a las personas que le tienen devoción y reservar a las personas injustas para que sean destruidas en el día de juicio” (Apocalipsis 7:14; 2 Pedro 2:9). Mientras tanto, estamos convencidos de dos cosas. Primero, que Jehová nunca permitirá que Satanás acabe con todos sus siervos leales. Y, segundo, que a los que se mantengan fieles los recompensará con vida eterna en su nuevo mundo de justicia o, si es el caso, los resucitará. Para quienes mueran, no hay lugar más seguro que la memoria de Dios (Juan 5:28, 29).
17. ¿Cómo nos protege Jehová mediante su Palabra?
17 En la actualidad, Jehová también nos protege mediante su Palabra, que “está viva y actúa con poder” para motivarnos a cambiar y ayudarnos a ser felices (Hebreos 4:12). Aplicar sus principios puede protegernos en sentido físico. Isaías 48:17 dice: “Yo, Jehová, soy [...] el que te enseña por tu propio bien”. Sin duda, vivir de acuerdo con lo que enseña la Palabra de Dios nos ayudará a tener una vida más sana y larga. Por ejemplo, al seguir las normas bíblicas de abstenerse de inmoralidad sexual y limpiarse de todo lo que contamina, evitamos las prácticas impuras y los hábitos que tanto daño le hacen a la gente que no quiere obedecer a Dios (Hechos 15:29; 2 Corintios 7:1). ¡Cuánto agradecemos la protección de la Palabra de Dios!
Jehová nos da protección espiritual
18. ¿Qué nos da Jehová para protegernos espiritualmente?
18 Y, sobre todo, nuestro cariñoso Dios, Jehová, nos protege en sentido espiritual. Lo hace dándonos todo lo necesario para soportar las pruebas y para evitar que se dañe nuestra amistad con él. De este modo, actúa para que sigamos viviendo, no solo por unos cuantos años, sino para siempre. Examinemos algunos de los regalos que Dios nos da para protegernos espiritualmente.
19. ¿Cómo nos ayuda el espíritu de Jehová a afrontar las pruebas que tengamos?
19 Jehová es “el que escucha las oraciones” (Salmo 65:2). Hablar con Jehová y desahogarnos con él puede hacer que nos sintamos mejor cuando parece que ya no podemos más (Filipenses 4:6, 7). Aunque no nos quite milagrosamente los problemas, contesta nuestras súplicas sinceras dándonos sabiduría para sobrellevarlos (Santiago 1:5, 6). Es más, les da su espíritu santo a quienes se lo piden (Lucas 11:13). Esta poderosa fuerza nos ayuda a afrontar las pruebas y otras dificultades que tengamos. Y, gracias a esa fuerza, también tenemos “el poder que va más allá de lo normal” para aguantar hasta que Jehová elimine todos nuestros problemas en el nuevo mundo, que ya está a las puertas (2 Corintios 4:7).
20. ¿Cómo nos demuestra Jehová a través de otros cristianos su poder para proteger?
20 A veces, Jehová nos demuestra a través de otros cristianos su poder para proteger. Él ha unido a sus siervos en una hermandad mundial (Juan 6:44; 1 Pedro 2:17). Cuando sentimos el amor de los hermanos, vemos claramente la influencia positiva del espíritu santo en los demás. Este espíritu produce en nosotros su fruto, es decir, cualidades muy valiosas como el amor, la amabilidad y la bondad (Gálatas 5:22, 23). Por eso, cuando un hermano nos dé buenos consejos o el ánimo que necesitemos en los momentos difíciles, podemos darle gracias a Jehová, pues esas son muestras de que nos cuida y protege.
21. a) ¿Qué alimento espiritual nos da Jehová mediante “el esclavo fiel y prudente”? b) ¿Cómo se ha beneficiado usted de los regalos que Jehová nos da para protegernos espiritualmente?
21 Jehová nos regala algo más para protegernos: alimento espiritual. Él le encargó al “esclavo fiel y prudente” que nos diera alimento basado en su Palabra, y así tuviéramos las fuerzas necesarias. ¿Y cómo recibimos “alimento al tiempo debido”, es decir, el que necesitamos y cuando lo necesitamos? (Mateo 24:45). Este esclavo prepara las revistas La Atalaya y ¡Despertad!, así como otras publicaciones, el sitio de internet jw.org, las reuniones y las asambleas. ¿No hemos recibido la fuerza y el ánimo que necesitábamos en alguna reunión cristiana, quizá por un comentario, un discurso o una oración? ¿No ha influido de manera especial en nuestra vida algún artículo de las revistas? Pues recordemos que Jehová nos da todos estos regalos para protegernos espiritualmente.
22. ¿De qué forma utiliza siempre Jehová su poder, y por qué es lo mejor para nosotros?
22 Jehová “es un escudo para todos los que se refugian en él” (Salmo 18:30). Como hemos visto, no nos protege de todas las situaciones difíciles que atravesamos. Pero siempre emplea su poder para proteger con el objetivo de que se cumpla su propósito. A la larga, eso es lo mejor para su pueblo. Si nos acercamos a él y permanecemos en su amor, Jehová nos permitirá vivir para siempre en condiciones perfectas. Teniendo eso presente, todas las dificultades que nos ocasione este sistema nos parecerán “momentáneas y livianas” (2 Corintios 4:17).
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El poder para restaurar: Jehová está “haciendo nuevas todas las cosas”Acerquémonos a Jehová
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CAPÍTULO 8
El poder para restaurar: Jehová está “haciendo nuevas todas las cosas”
1, 2. ¿Qué pérdidas sufrimos en estos tiempos, y cómo nos afectan?
UN NIÑO pierde o rompe su juguete favorito y se pone a llorar desconsoladamente. ¡Pobrecito! Pero ¡cómo se le ilumina la carita cuando papá o mamá le encuentran o restauran el juguete! Puede que a los padres no les haya costado trabajo lograrlo. Pero, para el pequeño, ¡eso fue lo máximo! Y es que ahora tiene lo que pensaba que nunca iba a recuperar.
2 Jehová, el mejor Padre, tiene el poder para restaurar o devolvernos lo que parece que no vamos a recuperar. Claro, no estamos hablando de un simple juguete. En estos “tiempos críticos y difíciles de soportar”, sufrimos la pérdida de cosas mucho más importantes (2 Timoteo 3:1-5). Muchas de las cosas que valoramos —como la vivienda, los bienes materiales, el empleo y hasta la salud— se pueden perder en cualquier momento. Además, quizás nos duela ver que la Tierra está tan contaminada y que muchos seres vivos se están extinguiendo. Pero nada nos hace sufrir tanto como la muerte de un ser querido. Los sentimientos de pérdida y la impotencia pueden ser insoportables (2 Samuel 18:33).
3. ¿Qué palabras consoladoras leemos en Hechos 3:21, y a través de qué medio las cumplirá Jehová?
3 ¡Cuánto nos consuela saber que Jehová tiene el poder de arreglarlo todo! Como veremos, es asombroso todo lo que él nos puede devolver y nos devolverá. De hecho, la Biblia muestra que se propone realizar “la restauración de todas las cosas” (Hechos 3:21). Y esto lo hará a través del Reino mesiánico, el gobierno de su Hijo, Jesucristo. Las pruebas indican que este gobierno empezó en el cielo en 1914 (Mateo 24:3-14).a Veamos algunos ejemplos asombrosos de lo que Jehová restaura. Uno de ellos ya lo vemos y experimentamos en la actualidad, y otros tendrán lugar a gran escala en el futuro.
La restauración de la adoración pura
4, 5. ¿Qué le pasó al pueblo de Dios en el año 607, pero qué había prometido Jehová?
4 Algo que Jehová ya ha restaurado es la adoración pura. Para entender lo que esto implica, repasemos brevemente la historia del reino de Judá. Así veremos claramente el gran poder de Jehová para recuperar lo que parece perdido (Romanos 15:4).
5 Imagínese lo que sintieron los judíos fieles tras la destrucción de Jerusalén en el 607 antes de nuestra era. Su amada ciudad, con sus murallas y todo, quedó en ruinas. Y lo peor es que también quedó en ruinas el gran templo que Salomón había construido, el único lugar del planeta donde se adoraba a Jehová como él quería (Salmo 79:1). Babilonia se llevó a los sobrevivientes, y el país se volvió un lugar desolado lleno de fieras (Jeremías 9:11). Desde un punto de vista humano, todo parecía perdido (Salmo 137:1). Muchos años antes, Jehová había predicho esa destrucción, pero también había prometido que llegaría un tiempo de restauración.
6-8. a) ¿De qué tratan muchas profecías de las Escrituras Hebreas, y cómo se cumplieron en el caso de los judíos? b) ¿Cómo se han cumplido muchas de las profecías de restauración en nuestros tiempos?
6 En las Escrituras Hebreas hay muchas profecías sobre la restauración.b En ellas, Jehová prometió que el país sería restaurado y repoblado, volvería a ser fértil y estaría protegido de las fieras y los ataques enemigos. Pintó la tierra restaurada como un auténtico paraíso (Isaías 65:25; Ezequiel 34:25; 36:35). Sobre todo, se restauraría la adoración pura y se reedificaría el templo (Miqueas 4:1-5). Estas profecías les dieron esperanza a los judíos desterrados, y esto les permitió soportar 70 años de cautiverio en Babilonia.
7 Por fin llegó la restauración. Los judíos, ya puestos en libertad, salieron de Babilonia, regresaron a Jerusalén y reconstruyeron el templo (Esdras 1:1, 2). Mientras fueron fieles a la adoración pura, Dios los bendijo e hizo que la tierra fuera fértil y próspera. Los protegió de los enemigos y de los animales salvajes que habían invadido el país por décadas. ¡Qué emoción debieron sentir al ver con sus propios ojos el poder de Jehová para restaurar! Pero aquello cumplió solo una pequeña parte de las profecías de restauración. El resto se cumpliría a mayor escala “en la parte final de los días” —es decir, en nuestro tiempo—, cuando Jesús, el prometido descendiente de David, se convirtiera en el Rey del Reino de Dios (Isaías 2:2-4; 9:6, 7).
8 Jesús, el Rey celestial, comenzó a gobernar en 1914. Poco después, se dedicó a ayudar al pueblo de Dios a adorar a Jehová como él quiere. ¿Cómo lo hizo? Pensemos en lo que hizo el conquistador Ciro el persa en el año 537 antes de nuestra era. Él liberó de Babilonia a un resto de judíos. Y Jesús hizo lo mismo con un resto de judíos espirituales, es decir, sus propios discípulos. Sin embargo, Jesús los liberó de la influencia de “Babilonia la Grande”, el imperio mundial de la religión falsa (Apocalipsis 18:1-5; Romanos 2:29). En 1919, los verdaderos cristianos volvieron a adorar a Jehová como él quiere, y desde entonces no han dejado de hacerlo (Malaquías 3:1-5). A partir de ese momento, el pueblo de Jehová lo ha estado adorando en su templo espiritual purificado, que es el sistema que Dios estableció para la adoración pura. ¿Por qué es importante esto para nosotros?
La importancia de la restauración espiritual
9. ¿Qué le pasó a la adoración pura, pero qué ha hecho Jehová?
9 Repasemos la historia. Los primeros cristianos adoraban a Dios como él quería y tenían una buena relación con él. Pero Jesús y los apóstoles habían predicho que la adoración pura se corrompería y desaparecería (Mateo 13:24-30; Hechos 20:29, 30). Cuando los apóstoles murieron, aparecieron cristianos falsos y surgió la cristiandad. Sus líderes promovían enseñanzas y prácticas paganas. En vez de acercar a la gente a Dios, le enseñaban que él es parte de una trinidad misteriosa. Y decían que, en vez de orarle a Jehová y confesarle sus errores a él, había que orarles a María y a los “santos” y confesarse con los sacerdotes. ¿Qué ha hecho Jehová tras tantos siglos de contaminación espiritual? Aunque el mundo está plagado de mentiras religiosas y de gente irreverente, él ha intervenido y ha restaurado la adoración pura. De hecho, esta restauración es una de las cosas más importantes que han pasado en nuestros días.
10, 11. a) ¿Cómo está formado el paraíso espiritual, y qué tiene que ver con usted? b) ¿Qué tipo de personas ha reunido Jehová en el paraíso espiritual, y qué privilegio tendrán?
10 Los cristianos auténticos disfrutan hoy de un paraíso espiritual que es cada vez mejor y más bello. Este paraíso está formado principalmente por dos partes. Una de ellas es la adoración pura del Dios verdadero, Jehová. Nuestro Padre celestial nos ha dado un sistema para adorarlo que está libre de mentiras y engaños. Y también nos regala alimento espiritual para que podamos conocerlo, agradarle y acercarnos a él (Juan 4:24). La otra parte del paraíso espiritual tiene que ver con las personas. Como predijo Isaías, “en la parte final de los días”, Jehová les ha enseñado a sus siervos a vivir en paz y a no participar en ninguna guerra. Además, Jehová nos ayuda a que logremos vestirnos de “la nueva personalidad” aunque seamos imperfectos. Y recompensa nuestros esfuerzos dándonos espíritu santo, que produce en nosotros su hermoso fruto (Efesios 4:22-24; Gálatas 5:22, 23). Si dejamos que su espíritu nos guíe, seremos parte del paraíso espiritual.
11 Jehová ha reunido en el paraíso espiritual al tipo de personas que ama: las que lo quieren, están a favor de la paz y “reconocen sus necesidades espirituales” (Mateo 5:3). A estas les dará el privilegio de vivir una restauración aún más espectacular, es decir, la de la humanidad y la Tierra entera.
“¡Mira! Estoy haciendo nuevas todas las cosas”
12, 13. a) ¿Por qué podemos estar seguros de que las profecías de restauración también se cumplirán literalmente? b) ¿Cuál era el propósito original de Jehová para la Tierra, y por qué nos da esperanza?
12 Muchas profecías de restauración también tendrán un cumplimiento literal. Por ejemplo, Isaías habló del tiempo en que los enfermos, los cojos, los ciegos y los sordos se recuperarían. Incluso predijo que Jehová “eliminará la muerte para siempre” (Isaías 25:8; 35:1-7). Esto no se cumplió literalmente en el antiguo Israel. Y, aunque en nuestro tiempo hemos visto solo su cumplimiento espiritual, podemos estar seguros de que en el futuro toda la humanidad verá cómo se cumple literalmente. ¿Por qué podemos estar tan seguros?
13 En el jardín de Edén, Jehová dejó claro su propósito para la Tierra: que estuviera habitada por toda la humanidad, una familia unida, sana y feliz. El hombre y la mujer cuidarían de la Tierra y los animales, y la transformarían en un paraíso (Génesis 1:28). ¡Nada que ver con este mundo! Pero estamos convencidos de que nada impedirá que se cumplan los propósitos de Jehová (Isaías 55:10, 11). Jesús, el Rey del Reino de Dios, convertirá la Tierra en un paraíso (Lucas 23:43).
14, 15. a) ¿En qué sentido hará Jehová “nuevas todas las cosas”? b) ¿Cómo será la vida en el Paraíso, y qué es lo que más le ilusiona al verse allí?
14 ¿Se imagina ver la Tierra hecha un paraíso? Refiriéndose a ese tiempo, Jehová dice: “¡Mira! Estoy haciendo nuevas todas las cosas” (Apocalipsis 21:5). Piense en lo que esto significará. Cuando Jehová haya destruido con su poder a este mundo malvado, quedarán “unos nuevos cielos y una nueva tierra”. Esto significa que un nuevo gobierno celestial reinará en una “nueva tierra”, una nueva sociedad de gente que ama a Dios y le obedece (2 Pedro 3:13). Además, Satanás y sus demonios ya no podrán hacerle daño a nadie (Apocalipsis 20:3). Por primera vez, después de los miles de años que llevan fomentando el odio y la maldad, el ser humano ya no sentirá su influencia negativa. ¡Qué alivio!
15 Por fin podremos cuidar de este bello planeta como Jehová quería que lo hiciéramos desde un principio. La Tierra tiene la capacidad natural de regenerarse. Por ejemplo, si se elimina la fuente de la contaminación, los ríos y lagos se limpian por sí solos. Y, si deja de haber guerras, se borran las cicatrices que estas dejan en el paisaje. ¡Qué bonito será ayudar a convertir la Tierra en un paraíso como el jardín de Edén! Habrá una inmensa variedad de plantas y animales, pues el ser humano ya no destruirá la naturaleza, sino que vivirá en total armonía con ella. Ni siquiera los niños les tendrán miedo a los animales salvajes (Isaías 9:6, 7; 11:1-9).
16. ¿Qué restauración vivirán todas las personas fieles en el Paraíso?
16 Jehová también nos devolverá a cada uno de nosotros lo que nos haga falta. Quienes sobrevivamos al Armagedón veremos a todo el mundo recuperar la salud de forma milagrosa. Tal como hizo cuando estuvo en la Tierra, Jesús usará el poder que Dios le ha dado para devolverles la vista a los ciegos, el oído a los sordos y hacer que los cojos y débiles disfruten de una buena condición física (Mateo 15:30). Las personas mayores tendrán el placer de recuperar la salud y las fuerzas (Job 33:25). Verán que sus arrugas se borran y que sus brazos, sus piernas y todos sus músculos vuelven a ser fuertes. Toda la humanidad fiel sentirá cómo van desapareciendo los efectos del pecado y la imperfección. Qué agradecidos nos sentiremos al ver cómo usa Jehová su impresionante poder para restaurar. Centrémonos ahora en uno de los milagros más conmovedores que sucederán en este emocionante periodo de restauración.
Se les devuelve la vida a los muertos
17, 18. a) ¿Por qué reprendió Jesús a los saduceos? b) ¿Qué circunstancias llevaron a que Elías le pidiera a Jehová que resucitara a alguien?
17 Unos líderes religiosos del siglo primero, los saduceos, no creían en la resurrección. Por eso Jesús los reprendió así: “Ustedes están equivocados porque no conocen ni las Escrituras ni el poder de Dios” (Mateo 22:29). Y es que la Biblia revela que Jehová tiene el poder para devolverles la vida a los muertos. Veamos algunos ejemplos.
18 Imagínese la siguiente escena que vivió Elías. Una viuda tenía entre sus brazos el cuerpo sin vida de su niño, su único hijo. El profeta Elías, que estaba alojado en la casa de aquella mujer, seguro que se quedó impactado con la noticia. Tiempo antes, ya había impedido que murieran de hambre, y es muy probable que se hubiera encariñado con el niño. La mujer estaba destrozada. Él era el único recuerdo que le quedaba de su esposo, y tal vez esperaba que la cuidara cuando envejeciera. Además del dolor que sentía, tenía miedo de que Dios la estuviera castigando por algún error del pasado. Pero Elías no podía soportar verla sufrir así. Con cuidado, tomó al niño de los brazos de su madre, lo subió a su habitación y le pidió a Jehová que le devolviera la vida (1 Reyes 17:8-21).
19, 20. a) ¿Cómo demostró Abrahán que estaba convencido de que Jehová tiene poder para restaurar, y por qué tenía una fe tan fuerte? b) ¿Cómo recompensó Jehová la fe de Elías?
19 Elías no era el primer ser humano que creía en la resurrección. Siglos antes, Abrahán ya creía en el poder de Jehová para resucitar a los muertos. ¿Por qué estaba tan convencido? Abrahán —de 100 años— y su esposa Sara —de 90— ya no tenían la capacidad de tener hijos, pero Dios se la devolvió milagrosamente, y Sara pudo dar a luz (Génesis 17:17; 21:2, 3). Más tarde, cuando su hijo Isaac creció, Jehová le pidió que lo sacrificara. Abrahán demostró que tenía fe en que Jehová podría devolverle la vida a su querido hijo (Hebreos 11:17-19). Gracias a esa fe tan fuerte, antes de subir a la montaña para sacrificarlo, Abrahán les dijo a sus sirvientes que volvería con su hijo (Génesis 22:5).
“Mira, tu hijo está vivo”
20 Jehová dejó que Isaac siguiera viviendo, así que no fue necesario resucitarlo. En cambio, el hijo de la viuda del relato de Elías ya estaba muerto..., pero no lo estaría por mucho tiempo. Dios recompensó la fe del profeta resucitando al joven. Luego, Elías se lo entregó a su madre y le dijo estas palabras que ella jamás olvidaría: “Mira, tu hijo está vivo” (1 Reyes 17:22-24).
21, 22. a) ¿Por qué incluye la Biblia relatos sobre resurrecciones? b) ¿Cuántas personas resucitarán en el Paraíso, y quién las resucitará?
21 Esta es la primera resurrección que aparece en la Biblia y es un claro ejemplo del poder de Jehová para restaurar. Más tarde, él también les dio a Eliseo, Jesús, Pablo y Pedro el poder para devolverles la vida a los muertos. Claro, tiempo después, las personas a las que resucitaron volvieron a morir. Pero estos relatos bíblicos son un maravilloso adelanto de lo que pasará en el futuro.
22 En el Paraíso, Jesús demostrará que es “la resurrección y la vida” (Juan 11:25). Resucitará a millones y millones de personas, y les ofrecerá la oportunidad de vivir para siempre en la Tierra (Juan 5:28, 29). Imagínese cuando volvamos a ver a nuestros familiares y amigos que han muerto. ¡Qué alegría será poder abrazarlos de nuevo! Toda la humanidad alabará a Jehová por su poder para restaurar.
23. ¿Cuál ha sido la mayor demostración del poder de Jehová, y por qué es una garantía que nos da esperanza?
23 Jehová nos dio una garantía que nos ayuda a confiar por completo en esta promesa. Lo hizo cuando resucitó a su Hijo, Jesús, y lo convirtió en la segunda persona con más autoridad en los cielos. De esta manera, demostró su poder como nunca antes. Además, cientos de personas pudieron ver a Jesús después de resucitar (1 Corintios 15:5, 6). Esta es una garantía que debería convencer hasta a las personas más escépticas. Está claro que Jehová tiene el poder para devolver la vida.
24. ¿Por qué podemos estar seguros de que Jehová resucitará a los muertos, y qué esperanza deberíamos valorar?
24 Pero él no solo puede devolverles la vida a las personas que han muerto, sino que también desea hacerlo. El fiel Job dijo por inspiración que Jehová ansía resucitarlas (Job 14:15). Al pensar en esta manera tan tierna en que Jehová quiere usar su poder, ¿no nos entran ganas de acercarnos a él? Ahora bien, la resurrección es tan solo una parte del enorme trabajo de restauración que Jehová está haciendo. Acerquémonos cada vez más a él y no dejemos de valorar la maravillosa esperanza de estar en el Paraíso y ver cómo hace “nuevas todas las cosas” (Apocalipsis 21:5).
a “Los tiempos de la restauración de todas las cosas” empezaron cuando el Reino mesiánico se estableció mediante un heredero del rey David. Jehová le había prometido a David que un heredero suyo gobernaría para siempre (Salmo 89:35-37). Pero después de que Babilonia destruyó Jerusalén en el año 607 antes de nuestra era, ningún sucesor de David ocupó el trono de Dios. Jesús fue descendiente de él cuando estuvo en la Tierra y llegó a ser ese rey prometido cuando fue coronado en el cielo.
b Por ejemplo, Moisés, Isaías, Jeremías, Ezequiel, Oseas, Joel, Amós, Abdías, Miqueas y Sofonías trataron este tema.
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“Cristo es el poder de Dios”Acerquémonos a Jehová
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CAPÍTULO 9
“Cristo es el poder de Dios”
1-3. a) ¿Qué situación aterradora vivieron los discípulos en el mar de Galilea, y qué hizo Jesús? b) ¿Por qué se dice que “Cristo es el poder de Dios”?
LOS discípulos estaban aterrados. Mientras cruzaban el mar de Galilea, los sorprendió una gran tormenta. Algunos de ellos eran pescadores con mucha experiencia, así que seguramente no era la primera vez que estaban en medio de una tormenta en aquel lago (Mateo 4:18, 19).a Pero, en este caso, “una fuerte tempestad de viento” hacía que las olas se levantaran con furia. Aunque hacían todo lo posible por controlar la barca, sus esfuerzos eran inútiles. “Las olas golpeaban tanto la barca que ya estaba a punto de llenarse de agua”. A pesar de todo el alboroto, Jesús estaba profundamente dormido en la parte de atrás, pues estaba muy cansado después de un largo día de predicación. Los discípulos, que vieron de cerca la muerte, lo despertaron y le rogaron: “¡Señor, sálvanos! ¡Nos vamos a morir!” (Marcos 4:35-38; Mateo 8:23-25).
2 Pero Jesús, que no tenía miedo porque sabía que podía calmar aquella tempestad, “reprendió al viento y le dijo al mar: ‘¡Silencio! ¡Cállate!’”. Ambos obedecieron al instante, la tempestad se detuvo y “todo quedó completamente tranquilo”. Los discípulos “sintieron un temor enorme y se decían unos a otros: ‘¿Quién es este hombre en realidad?’”. No podían creer que un hombre pudiera regañar al viento y al mar como quien regaña a un niño malcriado (Marcos 4:39-41; Mateo 8:26, 27).
3 Pero Jesús no era un hombre cualquiera. Jehová usaba su poder de formas extraordinarias para ayudar a Jesús y para que él, a su vez, ayudara a los demás. Con razón, el apóstol Pablo escribió por inspiración: “Cristo es el poder de Dios” (1 Corintios 1:24). ¿De qué maneras demuestra Jehová su poder mediante Jesús? ¿Y qué efecto tiene este poder en nosotros?
El poder del Hijo unigénito de Dios
4, 5. a) ¿Para qué recibió Jesús autoridad de Jehová? b) ¿Qué le dio Jehová a su Hijo unigénito para que pudiera ser un obrero experto?
4 Pensemos en cuánto poder tenía Jesús antes de venir a la Tierra. Jehová usó “su poder eterno” para crear a su Hijo unigénito, a quien más tarde se le conoció como Jesucristo (Romanos 1:20; Colosenses 1:15). Durante la creación, le dio mucha autoridad, pues usó a su Hijo para crear todas las cosas. La Biblia dice sobre Jesús: “Todas las cosas llegaron a existir por medio de él, y sin él no llegó a existir ni siquiera una sola cosa” (Juan 1:3).
5 Nuestra mente no alcanza a comprender todo lo que implicaba aquella tarea. Imagínese la cantidad de poder que se necesitaba para crear millones de ángeles poderosos, así como el universo con sus miles de millones de galaxias y la Tierra con todos sus seres vivos. Para que esto fuera posible, Jehová le dio a su Hijo la fuerza más poderosa que puede haber: el espíritu santo de Dios. ¡Cuánto debió disfrutar el Hijo de Dios de ser el “obrero experto” que Jehová utilizó para crear todo lo demás! (Proverbios 8:22-31).
6. ¿Qué poder y autoridad recibió Jesús después de su muerte y resurrección?
6 ¿Podría Jehová darle a su Hijo aún más poder y autoridad? Después de su muerte y resurrección, Jesús mismo dijo: “Se me ha dado toda la autoridad en el cielo y en la tierra” (Mateo 28:18). Así es, Jehová le dio la capacidad y el derecho de gobernar todo el universo. Como “Rey de reyes y Señor de señores”, tiene permiso para destruir “todo gobierno y toda autoridad y poder” que se oponga a su Padre, ya sea en el cielo o en la Tierra (Apocalipsis 19:16; 1 Corintios 15:24-26). “Dios no dejó nada que no estuviera sometido a él” (Hebreos 2:8). El único que no está bajo la autoridad de Jesús es su Padre, Jehová (1 Corintios 15:27).
7. ¿Por qué podemos estar seguros de que Jesús nunca abusará del poder que Jehová le ha dado?
7 ¿Debería preocuparnos la posibilidad de que Jesús abuse del poder? Claro que no, pues ama mucho a su Padre y nunca haría nada que le desagradara (Juan 8:29; 14:31). Además, sabe que, aunque Dios es todopoderoso, jamás abusa del poder. Ha visto muchas veces que Jehová busca oportunidades “para mostrar su fuerza a favor de los que le sirven con un corazón completo” (2 Crónicas 16:9). Y, al igual que su Padre, él nos ama, así que podemos estar seguros de que siempre usará su poder para nuestro bien (Juan 13:1). Jesús ha demostrado que nunca usa mal su poder. Veamos de qué formas lo usó cuando estuvo en la Tierra y por qué lo usó así.
“Poderoso en [...] palabras”
8. Después de su bautismo, ¿qué cosas podía hacer Jesús, y cómo utilizó el poder que Dios le dio?
8 Por lo que sabemos, mientras iba creciendo en Nazaret, Jesús no hizo milagros. Sin embargo, todo cambió cuando se bautizó en el año 29 de nuestra era. Tenía unos 30 años (Lucas 3:21-23). La Biblia dice que “Dios lo ungió con espíritu santo y poder” y que “fue por la tierra haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el Diablo” (Hechos 10:38). La expresión “haciendo el bien” indica que Jesús usaba su poder para ayudar a los demás. A partir de su bautismo, cuando Dios lo ungió con espíritu santo, “demostró ser un profeta poderoso en acciones y palabras” (Lucas 24:19).
9-11. a) ¿Dónde solía enseñar Jesús, y qué tenía que lograr? b) ¿Por qué quedaban impactadas las multitudes con la manera de enseñar de Jesús?
9 ¿En qué sentido fue Jesús poderoso en palabras? Pensemos en esto: muchas veces él enseñaba al aire libre. Podía ser en la orilla de un lago, en las laderas de las montañas, en las calles o en los mercados (Marcos 6:53-56; Lucas 5:1-3; 13:26). Quienes estaban allí podían marcharse si no les interesaba lo que Jesús decía. Y, como lo que él enseñó se escribió tiempo después, los que tenían interés debían grabar sus palabras en la mente y el corazón. Por eso, al enseñar, Jesús tenía que captar la atención de las personas y ayudarlas a entender y recordar lo que escuchaban. Pero lograr todo esto no era un problema para él. Veamos, por ejemplo, su Sermón del Monte.
10 Una mañana, a principios del año 31 de nuestra era, una multitud se reunió en una ladera cerca del mar de Galilea. Algunos venían de Judea y Jerusalén —a 100 o 110 kilómetros (60 o 70 millas) de distancia—; otros, del norte, de la región costera de Tiro y Sidón. Muchos enfermos se acercaron a Jesús para tocarlo, y él los curó a todos. Después, se puso a enseñarles (Lucas 6:17-19). Cuando Jesús terminó de hablar, todos estaban impactados con lo que habían escuchado. ¿Por qué?
11 Un hombre que escuchó el Sermón del Monte escribió años más tarde: “Las multitudes estaban impactadas con su manera de enseñar porque les enseñaba como una persona con autoridad” (Mateo 7:28, 29). Todos podían ver la autoridad con la que Jesús hablaba, pues les enseñaba lo que Jehová quería transmitirles y apoyaba con la Palabra de Dios todo lo que decía (Juan 7:16). Jesús hablaba de forma muy clara y nadie podía negar que lo que decía era cierto. Además, quienes lo escuchaban se sentían motivados a hacer lo que él enseñaba. Los ayudaba a entender la verdadera causa de los problemas y a analizar qué clase de personas eran. Les dijo cómo podían ser felices y les enseñó a orar, a buscar el Reino de Dios y a construirse un buen futuro (Mateo 5:3-7:27). Su mensaje llegó al corazón de quienes tenían hambre de justicia y verdad. Por eso estuvieron dispuestos a renunciar a sí mismos y dejarlo todo por seguirlo (Mateo 16:24; Lucas 5:10, 11). ¡Qué poderosas eran las palabras de Jesús!
“Poderoso en acciones”
12, 13. ¿En qué sentido era Jesús “poderoso en acciones”, y qué distintos tipos de milagros hizo?
12 Jesús también era “poderoso en acciones” (Lucas 24:19). En los Evangelios encontramos más de 30 milagros de Jesús, y todos los hizo con “el poder de Jehová” (Lucas 5:17).b Esos milagros beneficiaron a miles de personas. Pensemos tan solo en dos ocasiones en las que Jesús alimentó a mucha gente. Una vez fueron 5.000 hombres, y otra, 4.000. Si además contamos a las mujeres y a los niños, serían muchos miles más (Mateo 14:13-21; 15:32-38).
13 Jesús hizo muchos tipos de milagros. Tenía autoridad sobre los demonios y los expulsaba sin dificultad (Lucas 9:37-43). También controlaba los elementos naturales. Por ejemplo, pudo convertir el agua en vino (Juan 2:1-11). En otra ocasión, los discípulos “vieron a Jesús caminando sobre el mar”. ¡Cuánto se asombrarían! (Juan 6:18, 19). Además, podía curar cualquier enfermedad: desde los defectos físicos hasta las enfermedades crónicas y las mortales (Marcos 3:1-5; Juan 4:46-54). Curó a las personas de distintas maneras: a unas las sanó a distancia y a otras las tocó directamente (Mateo 8:2, 3, 5-13). Unos recuperaron la salud de inmediato, y otros, de forma gradual (Marcos 8:22-25; Lucas 8:43, 44).
“Vieron a Jesús caminando sobre el mar”.
14. ¿En qué circunstancias demostró Jesús que podía resucitar a los muertos?
14 Pero el poder que Jesús tenía para resucitar a los muertos era todavía más impresionante. La Biblia habla de tres resurrecciones que él hizo. En la primera, unos padres recuperaron a su hija de 12 años; en la segunda, una viuda a su único hijo, y, en la tercera, dos mujeres a su querido hermano (Lucas 7:11-15; 8:49-56; Juan 11:38-44). Jesús pudo resucitarlos sin importar las circunstancias de cada caso. Por ejemplo, a la niña de 12 años la levantó poco después de morir, cuando aún estaba en la cama en la que había muerto. Al hijo de la viuda lo debió resucitar el mismo día de su muerte, cuando todavía estaba en la camilla funeraria. Y Lázaro llevaba cuatro días en la tumba para el momento en que Jesús le devolvió la vida.
Usa el poder con altruismo, responsabilidad y consideración
15, 16. ¿Qué indica que Jesús usó el poder con altruismo?
15 Imagínese que un gobernante tuviera el poder de Jesús. ¡Cuántos abusos podría cometer! Normalmente, los gobernantes humanos son egoístas, orgullosos y codiciosos. Así que usan su poder para hacerles daño a otros. Pero Jesús se negó a hacer eso. “Él no cometió ningún pecado” (1 Pedro 2:22).
16 En vez de usar su poder para su propio beneficio, Jesús siempre lo usó con altruismo, pensando en los demás. Por ejemplo, cuando tuvo hambre, no quiso convertir las piedras en panes (Mateo 4:1-4). Además, tenía muy pocas cosas, y eso demuestra que no usó su poder para hacerse rico (Mateo 8:20). Por otro lado, en cada milagro, gastaba parte de sus fuerzas. Jesús podía sentir que salía poder de él hasta cuando curaba a una sola persona (Marcos 5:25-34). Pero él permitía que las multitudes lo tocaran para recuperar la salud (Lucas 6:19). ¿Verdad que fue muy altruista al usar su poder?
17. ¿Cómo demostró Jesús que usaba su poder de forma responsable?
17 Jesús usó el poder de forma responsable. Nunca lo usó para impresionar a otros o llamar la atención (Mateo 4:5-7). Por ejemplo, cuando Herodes le pidió por pura curiosidad que hiciera un milagro, Jesús se negó (Lucas 23:8, 9). Él no iba por ahí hablando de su poder; es más, muchas veces les decía a quienes curaba que no se lo contaran a nadie (Marcos 5:43; 7:36). No quería que la gente pusiera su fe en él por informes sensacionalistas (Mateo 12:15-19).
18-20. a) ¿Qué motivaba a Jesús a usar su poder para ayudar a la gente? b) ¿Qué siente usted al ver cómo curó Jesús a un sordo?
18 Jesús, que era tan poderoso, no se parecía en nada a los gobernantes desconsiderados, totalmente insensibles a las necesidades y al sufrimiento de los demás. A él le importaba la gente. Así que, cuando veía a alguien sufrir, se conmovía profundamente y se sentía impulsado a ayudarlo (Mateo 14:14). Pensaba en los sentimientos y necesidades de la gente, y lo demostraba por la forma tan amorosa de usar su poder. El relato de Marcos 7:31-37 es un buen ejemplo de esto.
19 En aquella ocasión, grandes multitudes buscaron a Jesús y le llevaron muchos enfermos, y él los curó a todos (Mateo 15:29, 30). Sin embargo, se fijó en un hombre en particular. Era sordo y tenía dificultades para hablar. Seguramente, Jesús se dio cuenta de que el hombre estaba especialmente nervioso o tal vez avergonzado. Con cariño, se lo llevó aparte a un lugar tranquilo, lejos de la multitud. Allí le explicó con señas lo que iba a hacer: “Puso sus dedos en los oídos del hombre y, después de escupir, le tocó la lengua” (Marcos 7:33).c A continuación, miró al cielo y suspiró profundamente. Al hacer todo esto, era como si Jesús le estuviera diciendo: “Lo que estoy a punto de hacer por ti es gracias al poder de Dios”. Después dijo: “Ábrete” (Marcos 7:34). Entonces, el hombre pudo oír y hablar con normalidad.
20 Cuando Jesús usaba el poder que Dios le había dado para curar a los enfermos, tenía muy en cuenta los sentimientos de ellos. ¿Verdad que eso es muy conmovedor? Nos llena de confianza saber que Jehová ha elegido a un gobernante tan considerado y cariñoso para ser el Rey de su Reino.
Un adelanto de lo que Jesús hará
21, 22. a) ¿Qué demuestran los milagros que hizo Jesús? b) Puesto que Jesús domina las fuerzas de la naturaleza, ¿qué podemos esperar que ocurra durante su reinado?
21 Los milagros que hizo Jesús son solo un adelanto de las cosas maravillosas que hará cuando gobierne la Tierra. Demuestran que en el nuevo mundo de Dios él volverá a hacer milagros, y los hará por todo el planeta. ¿Qué cosas emocionantes logrará?
22 Entre otras cosas, Jesús reparará todo el daño que se le ha causado a la Tierra y le devolverá su armonía perfecta. No olvidemos que demostró que domina las fuerzas de la naturaleza cuando calmó una tormenta. Así que estamos seguros de que durante su reinado no sentiremos la amenaza de tifones, terremotos, erupciones volcánicas y otros desastres naturales. Y, como Jesús es el obrero experto que usó Jehová para crear la Tierra y sus seres vivos, él sabe a la perfección cómo está hecho nuestro planeta y cómo utilizar sus recursos sin dañarlo. Durante su gobierno, la Tierra entera se convertirá en un paraíso (Lucas 23:43).
23. ¿Qué hará Jesús para cubrir nuestras necesidades personales?
23 ¿Y qué hará Jesús para cubrir nuestras necesidades personales? Él pudo darles de comer a miles de personas a partir de unos pocos alimentos. Así que estamos seguros de que, durante su gobierno, el hambre desaparecerá de la Tierra. En efecto, habrá comida en abundancia para todo el mundo (Salmo 72:16). Además, como podía curar cualquier enfermedad, sabemos que les devolverá la salud a todas las personas para siempre (Isaías 33:24; 35:5, 6). Y las resurrecciones que fue capaz de hacer son prueba de que, como Rey celestial, resucitará a los millones y millones de personas que estén en la memoria de su Padre (Juan 5:28, 29).
24. Cuando pensemos en el poder de Jesús, ¿qué debemos tener presente, y por qué?
24 Cuando pensemos en el poder que tiene Jesús, tengamos presente que él imita a su Padre a la perfección (Juan 14:9). La manera en que Jesús usa el poder nos muestra con claridad cómo lo usa Jehová. Por ejemplo, pensemos en la ternura con que Jesús trató a un leproso. Cuando el hombre le preguntó si quería limpiarlo de su enfermedad, Jesús se conmovió, lo tocó y le dijo: “Yo quiero” (Marcos 1:40-42). Cuando leemos relatos como este, es como si Jehová nos dijera: “Así es como yo uso mi poder”. ¿No nos motiva esto a alabar al Dios todopoderoso y darle gracias por utilizar su poder con tanto amor?
a En el mar de Galilea, es muy común que de repente se produzcan tempestades. Como el lago está a unos 200 metros (700 pies) por debajo del nivel del mar, el aire es mucho más cálido que en las áreas más altas que lo rodean. Esto hace que el clima sea muy inestable. Desde el norte, los fuertes vientos que vienen del monte Hermón bajan muy rápido por el valle del Jordán. Por eso, de un momento a otro se pasa de la calma a la tempestad.
b La Biblia habla de cierta ocasión en la que “toda la ciudad” fue a verlo y “curó a muchas personas” (Marcos 1:32-34). En los Evangelios hay más casos como este, que indican que Jesús hizo muchos milagros en una sola ocasión.
c En esa época, muchas personas creían que la saliva era un remedio para curar enfermedades. De hecho, este uso aparece en ciertos escritos rabínicos. Es posible que Jesús escupiera tan solo para transmitirle al sordo la idea de que iba a sanarlo. Lo que está claro es que Jesús no usó su saliva como remedio natural.
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Imitemos a Dios al usar el poderAcerquémonos a Jehová
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CAPÍTULO 10
Imitemos a Dios al usar el poder
1. ¿En qué trampa cae con facilidad el ser humano?
UNA poetisa del siglo diecinueve escribió: “No hay poder que no encierre una trampa sutil”. ¿A qué trampa se refería? Al abuso del poder. Por desgracia, el ser humano, que es imperfecto, cae en esa trampa con facilidad. A lo largo de la historia, “el hombre ha dominado al hombre para su propio mal” (Eclesiastés 8:9). Y es que muchas personas han sufrido porque otros han ejercido su autoridad sin amor.
2, 3. a) ¿Cuál es la diferencia entre cómo usa Jehová el poder y cómo lo usa el ser humano? b) ¿Qué incluye el poder del ser humano? ¿Cómo debemos usarlo?
2 Pero Jehová es muy diferente. Aunque su poder es infinito, nunca abusa de él. En los capítulos anteriores vimos que él tiene poder para crear, destruir, proteger y restaurar, y que siempre usa ese poder por amor y para hacer el bien. Cuando meditamos en cómo lo usa, queremos acercarnos más a él, y eso puede motivarnos a imitarlo en la manera en que usamos nuestro propio poder (Efesios 5:1). Pero ¿qué poder tenemos los seres humanos, que somos insignificantes?
3 No olvidemos que el hombre fue creado a la “imagen y semejanza” de Dios (Génesis 1:26, 27). Por eso también tenemos poder, aunque sea limitado. Este incluye la capacidad de esforzarnos y alcanzar objetivos, nuestra autoridad sobre otros, nuestra influencia en los demás —especialmente en quienes nos quieren—, nuestra fuerza física y nuestros recursos. El salmista dijo de Jehová: “En ti está la fuente de la vida” (Salmo 36:9). Así que tenemos poder porque nos lo ha dado Jehová o porque nos permite tenerlo. Por lo tanto, debemos usarlo como a él le gusta. ¿Cómo podemos hacerlo?
El amor es la clave
4, 5. a) ¿Cuál es la clave para usar bien el poder, y cómo lo demuestra el ejemplo de Dios? b) ¿Cómo nos ayudará el amor a usar bien el poder?
4 La clave para usar bien el poder es el amor, y el propio Jehová nos da el ejemplo. Como vimos en el capítulo 1, sus cuatro virtudes fundamentales son poder, justicia, sabiduría y amor. ¿Cuál es la más importante? El amor. De hecho, 1 Juan 4:8 dice que “Dios es amor”. Esta cualidad es la misma esencia de Jehová e influye en todo lo que hace. Por lo tanto, es el amor lo que lo mueve a usar su poder. Además, siempre lo usa para ayudar a quienes lo aman.
5 El amor también nos ayudará a nosotros a usar bien el poder. Por ejemplo, la Biblia nos enseña que “el amor es [...] bondadoso” y “no busca sus propios intereses” (1 Corintios 13:4, 5). Así que, si tenemos amor, nunca seremos crueles o desconsiderados con las personas que de alguna manera estén bajo nuestra autoridad. En vez de eso, las trataremos con dignidad y estaremos más pendientes de sus sentimientos y necesidades que de los nuestros (Filipenses 2:3, 4).
6, 7. a) ¿Qué es el temor de Dios, y por qué impide que abusemos del poder? b) Ilustre qué relación hay entre el temor de Dios y el amor a él.
6 El amor nos ayuda a desarrollar temor de Dios, algo que impedirá que abusemos del poder. ¿Por qué es tan importante el temor de Dios? Proverbios 16:6 dice: “Temiendo a Jehová uno se aleja del mal”. Y el mal uso del poder está entre las cosas de las que debemos alejarnos. El temor de Dios nos impide maltratar a quienes están bajo nuestra autoridad. ¿Por qué? Porque sabemos que Jehová nos pedirá cuentas por la forma en que los tratemos (Nehemías 5:1-7, 15). Pero hay una razón más importante. Los términos originales que se traducen como “temor” suelen transmitir la idea de sentir respeto profundo y admiración por Jehová. Por eso, la Biblia lo relaciona con el amor a Dios (Deuteronomio 10:12, 13). Este temor sano evitará que hagamos algo que lastime sus sentimientos, no tanto por miedo al castigo, sino porque lo amamos de corazón.
7 Piense, por ejemplo, en un niño que sabe que su papá lo quiere mucho y se preocupa por él. Pero también sabe que su papá espera que se porte bien y sabe que lo corregirá si no lo hace. A pesar de eso, el niño no le tiene miedo, sino que lo quiere mucho y quiere hacerlo feliz. Pues lo mismo pasa con el temor a Jehová, nuestro Padre celestial. Como lo amamos, nos da miedo lastimarlo; no queremos causarle “un gran dolor en el corazón” (Génesis 6:6). Más bien, queremos alegrar su corazón, y por eso también queremos usar bien nuestro poder (Proverbios 27:11). Veamos cómo podemos hacerlo.
En la familia
8. a) ¿Qué autoridad tienen los esposos en la familia, y cómo deben ejercerla? b) ¿Cómo demuestra el esposo que honra a su esposa?
8 Para empezar, hablemos de la familia. Efesios 5:23 dice que “el esposo es cabeza de su esposa”. ¿Y cómo debe el hombre casado ejercer la autoridad que Dios le da? La Biblia dice que debe vivir con su esposa “de acuerdo con conocimiento” y darle “honra como a una vasija más frágil” (1 Pedro 3:7). La palabra griega traducida como “honra” significa “precio”, “valor” o “respeto”. En algunos versículos también se traduce como “regalos” y “valioso” (Hechos 28:10; 1 Pedro 2:7). El hombre que honra a su esposa nunca la golpea ni le hace cosas que la hagan sentir insignificante, como humillarla o ponerla en ridículo. Por el contrario, la valora, la trata con respeto y demuestra por sus palabras y acciones —tanto en público como en privado— que para él no tiene precio (Proverbios 31:28). De esta forma, se gana el cariño y respeto de su esposa. Y, lo que es más importante, hace feliz a Jehová.
Los esposos y las esposas usan bien su poder o autoridad cuando se tratan con amor y respeto.
9. a) ¿Por qué podemos decir que la esposa tiene cierta autoridad en la familia? b) ¿Qué debe tener presente la esposa cuando usa sus habilidades para ayudar a su esposo, y cuál será el resultado?
9 La esposa también tiene cierta autoridad en la familia. La Biblia habla de mujeres que hacían feliz a Jehová y respetaban el papel de su esposo como cabeza. Aun así, tomaron la iniciativa para ayudar a sus esposos a hacer lo correcto e incluso a evitar graves errores (Génesis 21:9-12; 27:46-28:2). Puede que una mujer sea más inteligente que su esposo o tenga algunas habilidades que él no tenga. Con todo, las esposas deben estar “en sujeción a sus esposos como al Señor” y también deben tenerles “profundo respeto” (Efesios 5:22, 33). Si la esposa se propone hacer esto como una forma de agradar a Jehová, se le hará más fácil usar sus habilidades para ayudar a su esposo, y no lo rebajará ni intentará dominarlo. “La mujer que de verdad es sabia” mantendrá la paz con Dios al cooperar con su esposo para edificar a la familia (Proverbios 14:1).
10. a) ¿Qué autoridad les ha dado Dios a los padres? b) ¿Qué significa “disciplina”, y cómo debe administrarse? (Vea la nota).
10 Dios también les da autoridad tanto a padres como a madres. La Biblia les aconseja: “Padres, no irriten a sus hijos, sino sigan criándolos de acuerdo con la disciplina y los consejos de Jehová” (Efesios 6:4). En la Biblia, la palabra “disciplina” puede significar “educación”, “formación” e “instrucción”. Para su buen desarrollo, los hijos necesitan disciplina: necesitan que se les marquen límites específicos y recibir normas claras. La Biblia relaciona esta disciplina con el amor (Proverbios 13:24). Así que “la vara de la disciplina” nunca debería implicar maltrato emocional o físico (Proverbios 22:15; 29:15).a Quienes corrigen a sus hijos con dureza y sin cariño abusan de su autoridad y pueden destrozar la autoestima de ellos (Colosenses 3:21). Pero, si lo hacen con equilibrio, los hijos sentirán que sus padres los corrigen porque los quieren y se preocupan por su futuro.
11. ¿Cómo pueden los hijos usar bien su fuerza o poder?
11 Y los hijos, ¿cómo pueden usar bien su fuerza o poder? Proverbios 20:29 dice que “la gloria de los jóvenes está en su fuerza”. Sin duda, el mejor modo de emplear sus energías es sirviendo al “Gran Creador” (Eclesiastés 12:1). Por otro lado, es bueno que los jóvenes tomen en cuenta que sus acciones influyen en los sentimientos de sus padres (Proverbios 23:24, 25). Así pues, cuando los obedecen y hacen lo que está bien, sus padres se llenan de felicidad (Efesios 6:1). Y, como dice la Biblia, “eso le agrada al Señor” (Colosenses 3:20).
En la congregación
12, 13. a) ¿Cómo deben ver los ancianos la autoridad que tienen en la congregación? b) ¿Qué ejemplo nos ayuda a entender por qué deben los ancianos tratar con ternura al rebaño?
12 Jehová ha puesto al frente de la congregación cristiana a los superintendentes o ancianos (Hebreos 13:17). Estos hermanos deben usar la autoridad que Dios les ha dado para cuidar al rebaño, o la congregación, y ayudar a las ovejas a estar cerca de Jehová. Pero ¿les da eso el derecho de controlar a los hermanos como si fueran los amos de la congregación? ¡Claro que no! Los ancianos deben ser humildes y comprender lo que Jehová espera de ellos (1 Pedro 5:2, 3). La Biblia les dice que deben “pastorear la congregación de Dios, que él compró con la sangre de su propio Hijo” (Hechos 20:28). ¿No es esta una importante razón para tratar con ternura a todas las ovejitas del rebaño?
13 Pongamos un ejemplo. Imagínese que un buen amigo le pide que cuide un objeto que valora mucho y que le costó muchísimo dinero. ¿Verdad que usted sería muy cuidadoso? De igual modo, Dios les pide a los ancianos que cuiden algo que él valora mucho: las “ovejitas” o integrantes de la congregación (Juan 21:16, 17). Jehová las quiere tanto que pagó por ellas un precio muy alto: la sangre preciosa de su Hijo unigénito, Jesucristo. ¡Es imposible que haya un precio más elevado! Los ancianos recuerdan esto con humildad y cuidan a las ovejas de Jehová con cariño.
“El poder de la lengua”
14. ¿Qué poder tiene la lengua?
14 La Biblia dice: “Muerte y vida están en el poder de la lengua” (Proverbios 18:21). Y es que con la lengua se puede hacer mucho daño. Todos nos hemos sentido mal alguna vez por lo que alguien nos dijo. Pero también es posible hacer sentir bien a otros con lo que uno dice. Proverbios 12:18 afirma: “La lengua de los sabios cura las heridas”. Y la verdad es que las palabras animadoras y amables son como un bálsamo para el corazón. Veamos algunos ejemplos.
15, 16. ¿De qué formas podríamos usar la lengua para dar ánimo?
15 En 1 Tesalonicenses 5:14 leemos: “Consuelen a los deprimidos”. Esto indica que hasta algunos siervos fieles de Jehová luchan a veces con la depresión. ¿Cómo podemos ayudarlos? Podemos felicitarlos por algo específico para que entiendan que son muy valiosos y que Jehová los quiere mucho. También podemos compartir con ellos versículos fortalecedores. De esta manera, “los que tienen el corazón destrozado” y “están hundidos en el desánimo” verán que Jehová se preocupa sinceramente por ellos y que de verdad los ama (Salmo 34:18). Si usamos el poder de la lengua para dar consuelo, imitaremos a nuestro compasivo Dios, “que consuela a los deprimidos” (2 Corintios 7:6, La Biblia de las Américas).
16 También utilizamos el poder de la lengua para dar a ciertas personas el ánimo que tanto necesitan. ¿Hay algún hermano que haya perdido a un ser querido en la muerte? Expresarle lo mucho que sentimos su pérdida tal vez alivie su dolor. ¿Siente un hermano de edad avanzada que nadie lo necesita? Con nuestras palabras cariñosas podemos confirmarle que lo queremos y que es importante para nosotros. ¿Hay alguien que sufra una enfermedad crónica? Las palabras bien pensadas —sea por teléfono, por escrito o en persona— pueden animarle mucho. ¡Que todo lo que digamos “sirva para edificar a otros”! Si usamos así el poder de la lengua, haremos feliz a nuestro Creador (Efesios 4:29).
17. Si queremos usar el poder de la lengua, ¿qué es lo mejor que podemos hacer para ayudar a los demás, y por qué debemos hacerlo?
17 Pero la mejor manera de usar el poder de la lengua es anunciando las buenas noticias del Reino de Dios. Proverbios 3:27 nos aconseja: “No dejes de hacerles el bien a quienes debes hacérselo si está a tu alcance ayudarlos”. Por eso, tenemos que anunciarles con urgencia a las personas las buenas noticias de salvación. De hecho, se lo debemos. Jehová ha sido muy generoso al dárnoslas, y por eso no estaría bien que nos las quedáramos para nosotros (1 Corintios 9:16, 22). Ahora bien, ¿cuánto espera Jehová que nos esforcemos al participar en esta obra?
Anunciar las buenas noticias es una excelente manera de usar el poder.
Sirvámosle a Jehová con todas las fuerzas
18. ¿Qué espera Jehová de nosotros?
18 El amor a Jehová nos mueve a participar al máximo en el ministerio cristiano. ¿Pero qué implica esto? ¿Qué espera él de nosotros? Pues bien, sin importar nuestras circunstancias, todos podemos seguir este consejo: “Cualquier cosa que ustedes hagan, háganla con toda el alma como si fuera para Jehová y no para los hombres” (Colosenses 3:23). Y, además, Jesús dijo que el mandamiento más importante es este: “Ama a Jehová tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas” (Marcos 12:30). Así que lo que Jehová espera de cada uno de nosotros es que lo amemos y le sirvamos con toda el alma.
19, 20. a) Si el corazón, la mente y las fuerzas son parte del alma, ¿por qué Marcos 12:30 menciona estas cosas como algo aparte? b) ¿Qué implica servir a Jehová con toda el alma?
19 ¿Qué significa servir a Dios con toda el alma? El alma se refiere a la persona en general, con todas sus capacidades físicas y mentales. Y, si el corazón, la mente y las fuerzas son parte del alma, ¿por qué Marcos 12:30 menciona estas cosas como algo aparte? Pongamos un ejemplo. En tiempos bíblicos, un hombre podía venderse a sí mismo —o sea, su alma— como esclavo. Pero quizás no sirviera a su amo con todo el corazón, es decir, quizás no usara todas sus capacidades en beneficio de su amo (Colosenses 3:22). Así que, al parecer, Jesús mencionó aparte estas cosas para destacar que no debemos guardarnos nada a la hora de servir a Jehová. Cuando le servimos con toda el alma, usamos nuestras fuerzas y energías al máximo.
20 ¿Implica servir con toda el alma que todos dediquemos al ministerio la misma cantidad de tiempo y energías? No, pues las circunstancias y las habilidades personales varían. Por ejemplo, un joven fuerte y saludable tal vez pueda dedicar más horas a la predicación que un publicador de edad avanzada que ya no tiene tantas fuerzas. Igualmente, un soltero sin responsabilidades familiares pudiera hacer más que el hermano que sí las tiene. Si las energías y circunstancias nos permiten hacer mucho en el ministerio, deberíamos estar muy agradecidos. Pero nunca deberíamos tener una actitud crítica ni compararnos con los demás (Romanos 14:10-12). Más bien, aprovechemos nuestro poder o capacidades para animar a otros.
21. ¿Cuál es la mejor forma de usar el poder?
21 Jehová nos da el ejemplo perfecto de cómo usar el poder. Debemos esforzarnos por imitarlo hasta donde nuestra imperfección nos lo permita. Demostramos que usamos bien el poder cuando tratamos con dignidad a quienes de alguna manera están bajo nuestra autoridad. Además, debemos participar con toda el alma en la predicación, la tarea que Jehová nos ha encargado y que puede salvar vidas (Romanos 10:13, 14). Recuerde que usted hace feliz a Jehová cuando le da lo mejor que tiene. ¿No lo motiva esto a servir al máximo a un Dios tan bueno y comprensivo? Definitivamente, no hay mejor forma de usar el poder.
a En la Biblia, la palabra hebrea para “vara” se refiere a un bastón o cayado como el que usaba el pastor para guiar a las ovejas (Salmo 23:4). De igual modo, “la vara” de la autoridad de los padres transmite la idea de guiar a los hijos con amor y no castigarlos con dureza y crueldad.
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“Todos sus caminos son justos”Acerquémonos a Jehová
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CAPÍTULO 11
“Todos sus caminos son justos”
1, 2. a) ¿Qué terribles injusticias sufrió José? b) ¿Cómo corrigió Jehová la situación?
¡QUÉ terrible injusticia! Un joven que no había cometido ningún delito estaba encarcelado. Lo habían acusado falsamente de intento de violación. Sin embargo, no era la primera vez que sufría una injusticia. Cuando tenía 17 años, sus propios hermanos lo habían traicionado y casi lo matan. Luego fue llevado a un país extranjero, donde fue vendido como esclavo. Allí, José —este atractivo joven— rechazó las insinuaciones de la esposa de su amo. Al sentirse despreciada, ella inventó la mentira que lo llevó a la cárcel. ¡Qué triste situación! Aparentemente José estaba solo y sin nadie que lo ayudara.
2 Pero Jehová, el Dios que “ama la rectitud y la justicia”, lo estaba viendo todo (Salmo 33:5). Así que hizo algo para corregir la situación y movió los asuntos para que José saliera de la cárcel. Lo que es más, después de estar en prisión, José llegó a ocupar un puesto muy alto en el gobierno, con el que recibió mucha honra (Génesis 40:15; 41:41-43; Salmo 105:17, 18). Al final se demostró que era inocente, y su posición le sirvió para salvar al pueblo de Dios (Génesis 45:5-8).
José sufrió injustamente en la prisión.
3. ¿Por qué no es de extrañar que a todos nos guste recibir un trato justo?
3 ¿Verdad que este relato nos llega al corazón? ¿Quién no ha visto o sufrido una injusticia alguna vez? A todos nos gusta recibir un trato justo. Y no es de extrañar, ya que Jehová nos creó con cualidades que reflejan su personalidad, y una de sus principales virtudes es la justicia (Génesis 1:27). Por lo tanto, para conocer bien a Jehová, tenemos que entender lo que implica su sentido de la justicia. Esto nos ayudará a valorar más su forma de ser y a querer estar aún más cerca de él.
¿Qué es la justicia?
4. Desde un punto de vista humano, ¿en qué consiste la justicia?
4 En general, desde un punto de vista humano, la justicia consiste en que alguien con autoridad aplique las leyes de forma imparcial. El libro Ética: teoría y aplicación dice que “la justicia está conectada con la ley, con la obligación, los derechos y los deberes, y mide sus concesiones según igualdad y mérito”. En cambio, para Jehová la justicia es más que aplicar las leyes por un sentido del deber.
5, 6. a) ¿Qué significan los términos bíblicos originales traducidos como “justicia”? b) ¿Qué significa cuando la Biblia dice que Dios es justo?
5 Algo que nos ayudará a comprender mejor todo lo que abarca esta cualidad de Jehová es analizar los términos bíblicos originales. En las Escrituras Hebreas se usan principalmente tres palabras. Una de ellas casi siempre se traduce como “justicia”, pero también se puede traducir como “lo que es [...] recto” o “lo que es justo” (Génesis 18:19, 25). Las otras dos por lo general se traducen también como “justicia” o como “rectitud”. Por otra parte, la palabra que se usa en las Escrituras Griegas Cristianas para “justicia” se define como la “cualidad de ser recto o justo”. Como vemos, en la Biblia la justicia y la rectitud están muy relacionadas (Amós 5:24).
6 Por lo tanto, cuando la Biblia dice que Dios es justo, significa que siempre actúa con rectitud e imparcialidad, y que no tiene prejuicios (Romanos 2:11). De hecho, es imposible que él haga lo contrario. Elihú, un siervo fiel de Jehová, dijo: “¡Es impensable que el Dios verdadero actúe con maldad, que el Todopoderoso haga algo injusto!” (Job 34:10). Y es que Jehová no puede ser injusto. ¿Por qué? Por dos razones muy importantes.
7, 8. a) ¿Por qué es imposible que Jehová haga algo injusto? b) ¿Qué lo motiva a tratar a los demás con rectitud?
7 En primer lugar, Jehová, nuestro Padre, es santo. Como vimos en el capítulo 3, es totalmente recto y puro. Por eso, es imposible que cometa alguna injusticia. ¿Qué implica esto? Que, como es santo, podemos confiar por completo en que nunca nos tratará mal. Jesús tenía esa confianza. Por ejemplo, en su última noche de vida en la Tierra oró: “Padre santo, cuídalos [a los discípulos] por causa de tu propio nombre” (Juan 17:11). En la Biblia, la expresión “Padre santo” solo se refiere a Jehová. Y es lógico, pues ningún padre humano tiene la santidad de Jehová. Jesús estaba seguro de que su Padre —que es totalmente puro y no tiene ningún pecado— cuidaría muy bien a los discípulos (Mateo 23:9).
8 En segundo lugar, el amor es una característica fundamental de Jehová, y eso lo motiva a tratar siempre a los demás con rectitud y no con egoísmo. En cambio, alguien que es injusto —por ejemplo, que es racista o discrimina a los demás— por lo general es una persona egoísta. Y el egoísmo es lo contrario al amor. La Biblia nos asegura: “Jehová es justo; él ama los actos justos” (Salmo 11:7). Este Dios de amor dice sobre sí mismo: “Yo, Jehová, amo la justicia” (Isaías 61:8). ¿Verdad que es un alivio saber que nuestro Dios ama la justicia? (Jeremías 9:24).
Su misericordia y su justicia perfecta
9-11. a) ¿Qué relación hay entre la justicia de Jehová y su misericordia? b) Aunque seamos imperfectos, ¿cómo se reflejan la justicia y la misericordia de Jehová en su manera de tratarnos?
9 La justicia de Jehová es perfecta, como todos los demás aspectos de su incomparable personalidad. Moisés alabó así a Jehová: “Él es la Roca, todo lo que hace es perfecto, porque todos sus caminos son justos. Es un Dios fiel que nunca comete injusticias. Él es justo y recto” (Deuteronomio 32:3, 4). Jehová es justo a la perfección: no es ni demasiado flexible ni demasiado rígido.
10 La misericordia de Jehová y su justicia están muy relacionadas. Salmo 116:5 dice: “Jehová es compasivo y justo; nuestro Dios es misericordioso”. La misericordia no es lo contrario de la justicia. La justicia de Jehová no es tan severa que tenga que suavizarse con la misericordia. Más bien, él suele demostrar estas dos cualidades al mismo tiempo. Veamos un ejemplo.
11 Todos los seres humanos hemos heredado el pecado, y por eso merecemos la muerte (Romanos 5:12). Pero, aunque seamos imperfectos, a Jehová no le causa ningún placer que muramos. Él es “un Dios dispuesto a perdonar, compasivo y misericordioso” (Nehemías 9:17). Aun así, como es santo, no puede tolerar el pecado y la injusticia. Entonces, si somos pecadores, ¿cómo es posible que Jehová nos muestre misericordia? La respuesta está en una de las enseñanzas más valiosas de la Palabra de Dios: el rescate, el regalo que Jehová nos ha dado con tanto amor para salvarnos. En el capítulo 14 aprenderemos más detalles al respecto. En este regalo vemos tanto su extraordinaria justicia como su gran misericordia. Gracias a él, Jehová les demuestra tierna misericordia a los pecadores arrepentidos y al mismo tiempo mantiene sus normas de justicia perfecta (Romanos 3:21-26).
La justicia de Jehová nos acerca a él
12, 13. a) ¿Por qué la justicia de Jehová nos acerca a él? b) ¿Qué dijo David sobre la justicia de Jehová, y por qué nos da tranquilidad esto?
12 La justicia de Jehová no hace que le tengamos miedo, más bien, nos acerca a él. En la Biblia vemos claramente que Jehová ejerce su justicia con amor y compasión. Analicemos algunos ejemplos que nos llegan al corazón.
13 La justicia perfecta de Jehová lo mueve a ser leal a sus siervos. Por experiencia propia y por lo que había aprendido de Dios, David pudo decir lo siguiente sobre este aspecto de la justicia divina: “Jehová ama la justicia y no abandonará a sus leales. Ellos siempre serán protegidos” (Salmo 37:28). ¿Verdad que esta garantía nos da tranquilidad? Jehová no abandonará a quienes le son leales ni por un momento. Así que, como es justo, podemos estar seguros de que estará siempre a nuestro lado y nos cuidará con mucho cariño (Proverbios 2:7, 8).
14. ¿Cómo se ve en la Ley para los israelitas que Jehová se preocupa por los indefensos?
14 Como Jehová ama la justicia, se preocupa especialmente por los más indefensos. Y esto se ve en la Ley que les dio a los israelitas. Por ejemplo, les dio instrucciones claras para que los huérfanos y las viudas tuvieran lo que necesitaban (Deuteronomio 24:17-21). Jehová sabía lo difícil que podía ser la vida para ellos, y por eso llegó a ser su Padre, alguien que siempre los protegería. De hecho, “él les hace justicia al huérfano de padre y a la viuda” (Deuteronomio 10:18; Salmo 68:5).a Les advirtió a los israelitas que, si se aprovechaban de las viudas y los huérfanos, él se pondría de parte de estas personas indefensas y las escucharía cuando le pidieran ayuda. Dijo: “Me enojaré muchísimo con ustedes” (Éxodo 22:22-24). Jehová no se enoja fácilmente. Pero sí se enfurece, y con razón, cuando alguien es injusto a propósito con los demás, sobre todo si las víctimas son los indefensos y oprimidos (Salmo 103:6).
15, 16. ¿Qué maravillosa prueba hay de la imparcialidad de Jehová?
15 Jehová también nos asegura que “no trata a nadie con parcialidad ni acepta un soborno” (Deuteronomio 10:17). Él no es como los seres humanos influyentes, que tienden a favorecer a los ricos y famosos. Jehová no tiene prejuicios ni muestra favoritismo. Una maravillosa prueba de su imparcialidad es la oportunidad que les da a sus siervos de vivir para siempre. Él no se limita a aceptar a un grupito selecto, “sino que acepta a los que le temen y hacen lo que está bien, sea cual sea su nación” (Hechos 10:34, 35). Jehová les ofrece esta gran oportunidad a todas las personas, sin importar su posición social, su color de piel ni su país. ¡No hay nadie tan justo como Jehová!
16 Analicemos otra manera sorprendente en que Jehová demuestra su justicia perfecta: la manera en la que trata a quienes le desobedecen.
Jehová castiga a quienes se lo merecen
17. Explique por qué la situación que hay en el mundo no es razón para dudar de la justicia de Jehová.
17 Alguien tal vez pregunte: “Si Jehová no tolera las injusticias, ¿por qué hay tanta maldad y sufrimiento en el mundo?”. Ahora bien, esta situación no es razón para dudar de la justicia de Jehová. El mundo está lleno de injusticias porque hemos heredado el pecado de Adán y mucha gente ha decidido desobedecer a Dios. Pero pronto todo cambiará (Deuteronomio 32:5).
18, 19. ¿Cómo sabemos que Jehová no tolerará para siempre a quienes violan a propósito sus justas leyes?
18 Es cierto que Jehová es muy misericordioso con quienes tienen un buen corazón y quieren acercarse a él. Pero no tolerará para siempre que la gente le falte el respeto a su santo nombre (Salmo 74:10, 22, 23). Nadie puede burlarse del Dios de justicia; él se encargará de que las personas que se niegan a obedecerle reciban su merecido. Jehová es “un Dios misericordioso y compasivo, paciente y lleno de amor leal y verdad [...], pero que jamás deja sin castigo al culpable” (Éxodo 34:6, 7). Como muestran estas palabras, Jehová a veces ha tenido que castigar a quienes violan a propósito sus justas leyes.
19 Pensemos, por ejemplo, en los israelitas. Incluso después de entrar en la Tierra Prometida, le fueron infieles muchas veces. Aunque “hirieron sus sentimientos” con sus malas acciones, él no los rechazó de inmediato (Salmo 78:38-41). Más bien, fue misericordioso y les dio oportunidades para cambiar. Les dijo: “No me causa ningún placer la muerte del malvado, pero sí me causa placer que alguien malvado cambie de rumbo y siga vivo”. Y luego les suplicó: “Dejen sus malos caminos, déjenlos. Y es que ¿por qué tendrían que morir, oh, casa de Israel?” (Ezequiel 33:11). Como la vida es valiosísima para Jehová, envió profetas una y otra vez para que los israelitas dejaran de hacer cosas malas. Pero la mayoría fue insensible a los sentimientos de Jehová y se negó a hacer caso y arrepentirse. Finalmente, para dejar claro que él es santo y justo, Jehová permitió que sus enemigos los conquistaran (Nehemías 9:26-30).
20. a) ¿Qué nos enseña sobre Jehová la forma en que trató al pueblo de Israel? b) ¿Por qué es el león un símbolo adecuado de la justicia de Jehová?
20 ¿Qué aprendemos de la forma en que Jehová trató a los israelitas? Que Jehová ve las cosas malas que hace la gente y que las injusticias lo ponen muy triste (Proverbios 15:3). También aprendemos que Jehová busca maneras de mostrarles misericordia a quienes se arrepienten, y esto nos anima mucho. Además, no se apresura a castigar a nadie. Como es paciente, muchos creen que nunca castigará a los malvados, pero eso no es cierto. La forma en que trató a los israelitas también nos enseña que su paciencia tiene límites. Jehová siempre se encargará de que se haga justicia. Y, aunque a los seres humanos muchas veces les falta valor para corregir a quienes hacen cosas malas, Jehová siempre tiene el valor de defender lo que está bien. Por eso la Biblia usa el león, que se caracteriza por su valentía, como símbolo de la justicia de Jehová (Ezequiel 1:10; Apocalipsis 4:7).b Así que podemos estar seguros de que él cumplirá su promesa de acabar con la injusticia que hay en la Tierra. Su forma de juzgar podría resumirse así: firmeza cuando es necesario, misericordia cuando es posible (2 Pedro 3:9).
Acerquémonos al Dios de justicia
21. Cuando meditamos en la forma en que Jehová aplica la justicia, ¿cómo deberíamos verlo, y por qué?
21 Al meditar en la forma en que Jehová aplica la justicia, no deberíamos verlo como un juez frío y severo que tan solo piensa en castigar a quienes actúan mal. Más bien, deberíamos verlo como un padre tierno pero firme que siempre busca lo mejor para sus hijos. Así es, Jehová es un Padre justo. Es firme cuando tiene que hacer que se cumplan sus justas normas, pero también es tierno y compasivo con sus hijos en la Tierra, porque sabe que necesitamos su ayuda y perdón (Salmo 103:10, 13).
22. ¿Qué esperanza nos da Jehová gracias a su justicia, y qué demuestra esto?
22 Podemos estar muy agradecidos de que para Jehová la justicia no solo sea castigar a quienes hacen cosas malas. Gracias a su justicia, Jehová ha hecho posible que tengamos una esperanza maravillosa: disfrutar de una vida perfecta para siempre en un mundo donde “reinará la justicia” (2 Pedro 3:13). Esto demuestra que su justicia lo mueve a buscar maneras de salvar a las personas, no de castigarlas. ¿Verdad que entender mejor lo que implica la justicia de Jehová nos acerca a él? En los siguientes capítulos analizaremos con más detalle la forma en que Jehová demuestra esta cualidad tan extraordinaria.
a La expresión “huérfano de padre” se refiere a niños y niñas que pierden a su padre. Jehová se preocupa mucho por todos ellos. De hecho, él se encargó de que la Ley incluyera el relato de las hijas de Zelofehad. Este hombre murió sin tener hijos varones, y Jehová decidió que sus hijas recibieran la herencia de su padre (Números 27:1-8).
b Es interesante que, cuando Jehová habla sobre el castigo que le daría a la infiel nación de Israel, se compara a sí mismo con un león (Jeremías 25:38; Oseas 5:14).
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“¿Es Dios injusto?”Acerquémonos a Jehová
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CAPÍTULO 12
“¿Es Dios injusto?”
1. ¿Cómo podríamos sentirnos al ver injusticias?
UNA viuda ya mayor es víctima de una estafa y pierde los ahorros de toda su vida. Un bebé indefenso es abandonado cruelmente por su propia madre. Un hombre va a la cárcel por un delito que no cometió. ¿Cómo reacciona usted al ver situaciones como estas? Seguramente se siente muy mal. Y es lógico, ya que los seres humanos tenemos un fuerte sentido del bien y del mal. Nos indignan las injusticias, y queremos que la gente mala reciba su merecido y que las víctimas reciban ayuda. Pero, cuando esto no pasa, quizá nos preguntemos: “¿Es que Dios no ve lo que ocurre? ¿Por qué no hace nada?”.
2. ¿Qué dijo Habacuc en oración, y por qué no lo regañó Jehová?
2 A lo largo de la historia ha habido siervos fieles de Jehová que se han hecho preguntas parecidas. Por ejemplo, el profeta Habacuc le oró a Dios: “¿Por qué me haces ver tantas injusticias y tú aceptas el espectáculo de la opresión? Ante mí no hay más que robos y violencia, por todas partes hay querellas y discordias” (Habacuc 1:3, Martín Nieto, 1992). Jehová no lo regañó por preguntarle eso. Dios mismo fue quien le dio al ser humano el sentido de la justicia. Y, en realidad, nuestro sentido de la justicia es un reflejo a menor escala del suyo.
Jehová odia la injusticia
3. ¿Por qué puede decirse que Jehová está más al tanto de las injusticias que nosotros?
3 Jehová ve todas las injusticias que hace la gente. Al hablar de la época de Noé, la Biblia dice: “Jehová vio que la maldad del hombre crecía en la tierra y que los pensamientos de su corazón estaban inclinados solo hacia el mal todo el tiempo” (Génesis 6:5). Pensemos en lo que esto quiere decir. Nosotros solo estamos al tanto de las injusticias que hemos vivido o nos han contado. En cambio, como Jehová lo ve todo, está al tanto de las injusticias que hay en todo el mundo. Lo que es más, él ve las cosas malas que hay en el corazón de las personas que cometen injusticias (Jeremías 17:10).
4, 5. a) ¿Cómo muestra la Biblia que Jehová se preocupa por quienes sufren injusticias? b) ¿Qué injusticias ha aguantado Jehová?
4 Ahora bien, Jehová no solo está al tanto de las injusticias, sino que se preocupa por las víctimas. Cuando sus siervos sufrían a manos de naciones crueles, él se sentía angustiado “al oírlos gemir por culpa de quienes los oprimían y maltrataban” (Jueces 2:18). Tal vez se haya dado cuenta de que, a veces, cuando alguien ve muchas injusticias, termina acostumbrándose y hasta se vuelve insensible. Pero a Jehová no le pasa eso. Aunque lleva más de 6.000 años viendo injusticias, las sigue odiando. De hecho, la Biblia nos asegura que él detesta cosas como “una lengua mentirosa”, “manos que derraman sangre inocente” y “un testigo falso que miente cada vez que abre la boca” (Proverbios 6:16-19).
5 Otra prueba de que Jehová odia las injusticias es lo que les dijo a los líderes corruptos de Israel. Primero, mediante el profeta Miqueas, les preguntó: “¿No deberían saber lo que es justo?”. Luego, describió de forma impactante cómo abusaban del poder, y predijo lo que les pasaría: “Llamarán a Jehová pidiendo auxilio, pero él no les responderá. En ese tiempo, él ocultará de ellos su rostro por causa de sus malvadas acciones” (Miqueas 3:1-4). ¡Cuánto asco le dan las injusticias! Y es lógico, pues él mismo ha tenido que sufrir muchas. Lleva miles de años soportando los desafíos de Satanás (Proverbios 27:11). Además, sufrió mucho al vivir la injusticia más grave de todas: el asesinato de su Hijo, a quien mataron como un delincuente a pesar de que “no cometió ningún pecado” (1 Pedro 2:22; Isaías 53:9). No hay duda de que Jehová está al tanto de los que sufren y de que se preocupa por ellos.
6. ¿Cómo puede que reaccionemos ante las injusticias, y por qué?
6 Nosotros estamos hechos a la imagen de Dios (Génesis 1:27). Por eso, como las injusticias están totalmente en contra de la personalidad de Jehová, es natural que nos indignemos cuando las vemos o las sufrimos. Pero, entonces, ¿por qué las permite Dios?
Una cuestión que es muy importante
7. Explique cómo se manchó la reputación de Dios y cómo se cuestionó su forma de gobernar.
7 Para saber por qué permite Dios las injusticias, veamos una importante cuestión que surgió en el jardín de Edén. Como hemos visto, el Creador tiene el derecho de gobernar la Tierra y a sus habitantes (Salmo 24:1; Apocalipsis 4:11). No obstante, al comienzo de la historia humana, alguien manchó el buen nombre de Dios —o su reputación— y cuestionó su forma de gobernar. ¿Qué fue lo que pasó? Jehová le había mandado al primer hombre, Adán, que no comiera del fruto de cierto árbol del jardín en el que vivía. Pero ¿y si desobedecía? “Sin falta morirás”, le había advertido Dios (Génesis 2:17). Aquel mandato no representaba ningún problema para él ni para su esposa, Eva. Sin embargo, Satanás convenció a Eva de que Jehová era demasiado estricto. ¿Qué le dijo Satanás que le ocurriría si comía del árbol? “De ningún modo morirán. De hecho, Dios sabe que el mismo día en que coman de él se les abrirán los ojos y serán como Dios: conocerán lo bueno y lo malo” (Génesis 3:1-5). Pero eso era mentira.
8. a) ¿Qué dio a entender Satanás con lo que le dijo a Eva? b) ¿Qué ataques lanzó el Diablo contra el nombre de Jehová y su gobierno?
8 Satanás dio a entender que Jehová le estaba ocultando a Eva información muy valiosa y que Dios era un mentiroso. Al hacer que Eva dudara sobre la clase de persona que Jehová es en realidad, atacó la reputación de Dios. Eso fue una gravísima falta de respeto al nombre de Jehová. Y también atacó su manera de gobernar. Ahora bien, el Diablo fue astuto y no cuestionó que Dios gobernara, sino que su gobierno fuera legítimo y justo, y que él mereciera gobernar. Es decir, afirmó que Jehová no gobierna de forma justa y que no se interesa por sus siervos.
9. a) ¿Qué les pasó a Adán y Eva, y qué importantes cuestiones surgieron? b) ¿Por qué no eliminó Dios de inmediato a los rebeldes?
9 Al final, Adán y Eva comieron del árbol prohibido. Por haberle desobedecido a Dios, él los castigó con la muerte, tal y como les había dicho. La mentira del Diablo hizo surgir algunas cuestiones muy importantes. Por ejemplo, ¿de veras tiene Jehová el derecho de gobernar a la humanidad, o debería el ser humano gobernarse a sí mismo? ¿Gobierna Dios de la mejor forma posible? Jehová pudo haber usado su inmenso poder para acabar con Adán, Eva y Satanás. Pero aquellas cuestiones no ponían en duda su poder, sino su nombre o reputación, lo que incluye su forma de gobernar. Si Jehová hubiera eliminado a esos rebeldes de inmediato, no se habría demostrado que él es un gobernante justo. Más bien, habría parecido que el Diablo tenía razón. La única manera de saber si los seres humanos podían gobernarse bien ellos solos —sin la ayuda de Dios— era dejando que pasara el tiempo.
10. ¿Qué ha demostrado el tiempo sobre la forma en que el ser humano se gobierna?
10 ¿Qué ha demostrado el paso del tiempo? El ser humano lleva miles de años probando distintos gobiernos y sistemas, como la autocracia, la democracia, el socialismo y el comunismo. ¿Y cuál ha sido el resultado? La Biblia dice: “El hombre ha dominado al hombre para su propio mal” (Eclesiastés 8:9). Con razón, el profeta Jeremías dijo: “Oh, Jehová, yo sé muy bien que el hombre no es dueño de su camino. Al hombre que está andando ni siquiera le corresponde dirigir sus pasos” (Jeremías 10:23).
11. ¿Por qué permite Dios el sufrimiento?
11 Jehová sabía desde el principio que, si los humanos se gobernaban solos, iban a sufrir. Entonces, si ya lo sabía, ¿por qué lo permitió? ¿Significa eso que fue injusto? ¡Claro que no! Imagine, por ejemplo, que usted tiene un hijo que necesita operarse. Si no lo operan, morirá. Usted sabe que la cirugía implicará cierto grado de dolor para él. Pero también sabe que solo así su hijo disfrutará de buena salud en el futuro. De igual modo, Dios sabía —y hasta predijo— que dejar que el ser humano gobernara implicaría cierto grado de dolor y sufrimiento (Génesis 3:16-19). Pero también sabía que la única solución permanente implicaba permitir que todo el mundo viera las malas consecuencias de querer ser independientes. Así se resolvería la cuestión de forma definitiva, para siempre.
La cuestión de la integridad del ser humano
12. Tal como muestra el caso de Job, ¿qué acusación lanzó Satanás contra los seres humanos?
12 Cuando Satanás cuestionó el derecho de gobernar de Dios y su forma de hacerlo, no solo dijo mentiras sobre la soberanía de Jehová y su nombre. También dijo mentiras sobre los siervos de Dios y cuestionó sus motivos. Fíjese, por ejemplo, en lo que le dijo a Jehová acerca de Job, un hombre justo: “¿No has puesto tú un cerco protector alrededor de él, de su casa y de todo lo que tiene? Has bendecido el trabajo de sus manos, y su ganado se ha esparcido por toda la región. Pero ahora extiende tu mano y golpea todo lo que tiene, y seguro que te maldice en tu misma cara” (Job 1:10, 11).
13. ¿Qué dio a entender Satanás con las acusaciones contra Job, y qué tiene que ver esto con todos los seres humanos?
13 Satanás afirmó que Jehová se valía de su poder protector para ganarse el amor y la adoración de Job. Con esto, a su vez, quiso decir que la integridad de Job era pura farsa, que adoraba a Dios solo por las bendiciones que recibía. Dijo que, por muy bueno que fuera Job, si Dios le quitaba todo lo que le había dado, este hombre terminaría maldiciéndolo. El Diablo sabía la clase de persona que era Job, de quien se dijo: “Es un hombre íntegro y recto que teme a Dios y evita todo lo malo”.a Así que, si Satanás conseguía que alguien así se pusiera en contra de Jehová, ¿qué no haría con el resto de las personas? En realidad, cuestionó la lealtad de todos los que le sirven a Dios. Y eso lo confirman las palabras que luego le dirigió a Jehová: “El hombre dará todo lo que tiene por salvar su vida” (Job 1:8; 2:4).
14. ¿Qué ha demostrado la historia sobre lo que dijo Satanás?
14 A diferencia de lo que dijo Satanás, la historia ha demostrado que muchas personas, igual que Job, han seguido siendo leales a Jehová a pesar de las pruebas. Los ejemplos de fidelidad de todas ellas han hecho feliz a Jehová. Y además él puede usar esos ejemplos para demostrar que Satanás está muy equivocado cuando dice con arrogancia que los seres humanos dejarán de servir a Dios cuando tengan problemas (Hebreos 11:4-38). Y es que los justos se niegan a darle la espalda a Jehová. Hasta cuando pasan por situaciones muy graves, confían plenamente en que él les dará las fuerzas para aguantar (2 Corintios 4:7-10).
15. ¿Qué podríamos preguntarnos sobre cómo juzga Jehová?
15 La manera en que Jehová reaccionó ante las acusaciones sobre su forma de gobernar y sobre los motivos por los que le sirven los seres humanos es una prueba de que él siempre es justo. Pero la Biblia nos da otras pruebas. En ella vemos cómo Jehová juzgó a personas y naciones enteras en el pasado. Y también predice que él juzgará a la gente en el futuro. ¿Por qué podemos confiar en que su forma de juzgar ha sido justa y siempre lo será?
Por qué es perfecta la justicia de Dios
Jehová nunca destruirá a las “personas justas junto con la gente malvada”.
16, 17. ¿Qué casos prueban nuestra corta visión de la justicia?
16 La Biblia dice sobre Jehová: “Todos sus caminos son justos” (Deuteronomio 32:4). Pero no se puede decir esto de ningún ser humano, pues tenemos una visión muy corta y no vemos el cuadro completo. Pensemos, por ejemplo, en Abrahán. Él le suplicó a Jehová que no destruyera Sodoma, a pesar de ser una ciudad llena de maldad. Le preguntó: “¿De veras vas a destruir a personas justas junto con la gente malvada?” (Génesis 18:23-33). Está claro que Jehová nunca haría eso. De hecho, antes de hacer “llover fuego y azufre sobre Sodoma”, esperó a que el justo Lot y sus hijas salieran de allí y llegaran a salvo a la ciudad de Zóar (Génesis 19:22-24). Ahora vayamos al otro extremo y pensemos en el profeta Jonás. Él había predicho que Dios acabaría con los malvados ninivitas. Ahora bien, ellos se arrepintieron sinceramente y Dios les mostró misericordia. Pero entonces Jonás “se puso muy furioso” porque no los destruyó (Jonás 3:10-4:1).
17 Jehová le confirmó a Abrahán que él es justo y siempre protege a las personas buenas cuando elimina a los malvados. Por otro lado, Jonás tuvo que aprender que Dios es misericordioso. Jehová está “dispuesto a perdonar” a la gente mala que cambia (Salmo 86:5). Él no es como muchas personas que imponen castigos solo para demostrar que tienen poder. Y tampoco es como quienes no muestran misericordia por miedo a parecer débiles. Su criterio es mostrar misericordia siempre que haya una buena razón para hacerlo (Isaías 55:7; Ezequiel 18:23).
18. ¿Qué demuestra que Dios no se deja llevar por los sentimientos?
18 Ahora bien, Jehová no se deja llevar por los sentimientos. Cuando su pueblo cayó por completo en la idolatría, le advirtió: “Te juzgaré según tu conducta y te pediré cuentas por todas tus acciones detestables. Mis ojos no sentirán lástima de ti, no tendré compasión, porque haré que recaigan sobre ti los resultados de tu propia conducta” (Ezequiel 7:3, 4). Así que, cuando las personas se niegan a dejar de hacer lo que está mal, se ganan el castigo de Jehová. Pero, antes de castigarlas, siempre se asegura de todos los hechos. Por ejemplo, cuando oyó fuertes “gritos de queja contra Sodoma y Gomorra”, dijo: “Voy a bajar para ver si las quejas que me han llegado son ciertas y de veras se están comportando tan mal” (Génesis 18:20, 21). Es cierto que muchos se precipitan a sacar conclusiones sin tener todos los datos. Pero ¡qué agradecidos estamos de que Jehová no sea así! Como dice la Biblia, “es un Dios fiel que nunca comete injusticias” (Deuteronomio 32:4).
Confiemos en la justicia de Jehová
19. ¿Qué haremos si nos entran dudas sobre cómo juzga Jehová?
19 La Biblia no siempre explica por qué Jehová actuó de cierta manera. Tampoco da todos los detalles sobre los juicios que hará en el futuro, cuando juzgue a las personas tanto de forma individual como colectiva. Si nos entran dudas al leer ciertas historias o profecías bíblicas que no incluyen todos los detalles, imitemos la lealtad del profeta Miqueas. Él escribió: “Esperaré pacientemente al Dios de mi salvación” (Miqueas 7:7).
20, 21. ¿Cómo sabemos que Jehová siempre hará lo que es justo?
20 Podemos estar seguros de que, en todos los casos, Jehová hará lo que es justo. Aunque los seres humanos pasen por alto ciertas injusticias, él promete: “Mía es la venganza; yo les daré su merecido” (Romanos 12:19). Si esperamos pacientemente a que Jehová actúe, demostraremos la misma confianza que tenía el apóstol Pablo, que dijo: “¿Es Dios injusto? ¡Claro que no!” (Romanos 9:14).
21 Por ahora, vivimos en “tiempos críticos y difíciles de soportar” (2 Timoteo 3:1). Muchas personas sufren por culpa de “los abusos que se cometen” (Eclesiastés 4:1). Pero Jehová no ha cambiado. Sigue odiando las injusticias y se preocupa mucho por quienes han recibido un trato injusto. Si nos mantenemos leales a él y apoyamos su soberanía, nos seguirá dando fuerzas para aguantar hasta que llegue el momento en que acabe con todas las injusticias mediante su Reino (1 Pedro 5:6, 7).
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“La ley de Jehová es perfecta”Acerquémonos a Jehová
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CAPÍTULO 13
“La ley de Jehová es perfecta”
1, 2. ¿Por qué mucha gente ya no siente respeto por la ley, pero qué podemos sentir nosotros por las leyes de Dios?
“LA LEY es un pozo sin fondo, [...] todo lo devora”. Esta cita se publicó en un libro en 1712. Su autor criticaba que en un sistema jurídico los juicios a veces pasaban años en los tribunales, dejando en la ruina a los que pedían justicia. Hoy, en muchos países los sistemas legales son tan complejos, tan poco coherentes y hay tantos prejuicios que la gente ya no respeta las leyes.
2 En contraste, vea lo que dijo un salmista hace unos 2.700 años: “¡Cuánto amo tu ley!” (Salmo 119:97). ¿Por qué tenía esos sentimientos tan fuertes? Porque esa ley no provenía de un gobierno político, sino de Jehová. Al estudiar las leyes de Dios, usted se sentirá cada día más identificado con el salmista y, además, entenderá mejor cómo piensa Jehová, el mayor Juez y Legislador del universo.
El Legislador supremo
3, 4. ¿Por qué se le llama “Legislador” a Jehová?
3 “Solo hay un Legislador y Juez”, dice la Biblia (Santiago 4:12). Sí, Jehová es el único que tiene el derecho de crear leyes para gobernar a toda la creación. Hasta hizo “leyes que rigen los cuerpos celestes” (Job 38:33). Los millones y millones de ángeles que hay en el cielo también obedecen las leyes de Jehová. Cada uno ocupa una posición y él les dice cómo servirle (Salmo 104:4; Hebreos 1:7, 14).
4 Jehová también le ha dado leyes al ser humano. Todos tenemos una conciencia que es como una ley dentro de nosotros. Esta puede ayudarnos a distinguir lo que está bien de lo que está mal (Romanos 2:14). Como Adán y Eva tenían una conciencia perfecta, necesitaban muy pocas leyes (Génesis 2:15-17). Pero, como todos nosotros somos imperfectos, necesitamos más leyes para poder hacer su voluntad. En el pasado, Dios les dio leyes a patriarcas como Noé, Abrahán y Jacob, y ellos se las transmitieron a sus familias (Génesis 6:22; 9:3-6; 18:19; 26:4, 5). Más tarde, Jehová llegó a ser un Legislador sin igual cuando usó a Moisés para darle a la nación de Israel un conjunto de leyes, conocido como la Ley mosaica. Gracias a esta Ley, podemos entender mejor el sentido de la justicia de Jehová.
Una vista general de la Ley mosaica
5. ¿Por qué la Ley mosaica no estaba llena de normas complicadas?
5 Muchos tienen la idea equivocada de que la Ley mosaica estaba llena de normas complicadas y difíciles de aplicar. Claro, contenía más de 600 leyes, y eso puede parecer un montón. Pero pensemos en esto: a finales del siglo veinte, el Código Federal de Estados Unidos tenía más de 150.000 páginas, y cada dos años se añaden unas 600 leyes. Así que la Ley mosaica tenía muy pocas leyes en comparación con todas las que se establecen en los códigos humanos. Con todo y eso, la Ley que Jehová les dio a los israelitas abarcaba aspectos de la vida diaria que las leyes actuales ni siquiera mencionan. Los siguientes ejemplos nos ofrecen una vista general de la Ley mosaica.
6, 7. a) ¿Por qué es única la Ley mosaica, y cuál es su mayor mandato? b) ¿Cómo apoyaban los israelitas la soberanía de Jehová?
6 La Ley ponía en alto la soberanía de Jehová. Esto es algo que la hace única. Su mandato más importante era este: “Escucha, oh, Israel. Jehová nuestro Dios es un solo Jehová. Ama a Jehová tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas”. ¿Cómo quería Dios que los israelitas le demostraran que lo amaban? Obedeciéndolo y apoyando su soberanía (Deuteronomio 6:4, 5; 11:13).
7 Jehová les dio autoridad a los padres, los jefes del pueblo, los jueces, los sacerdotes y, más tarde, al rey. Al respetarlos y obedecerlos, cada israelita demostraba que apoyaba la soberanía de Jehová. Él dijo que, si alguien se rebelaba contra alguno de estos, en realidad se estaba rebelando contra él. Por otro lado, si Dios veía que estos abusaban de su autoridad y trataban mal a su pueblo, se enojaba con ellos y los castigaba (Éxodo 20:12; 22:28; Deuteronomio 1:16, 17; 17:8-20; 19:16, 17). Así que tanto los unos como los otros estaban obligados a apoyar la soberanía de Dios.
8. ¿Cómo les ayudaba la Ley a los israelitas a seguir siendo santos?
8 La Ley ayudaba al pueblo de Dios a seguir siendo santo. Las palabras hebreas que suelen traducirse como “santo” y “santidad” aparecen más de 280 veces en la Ley mosaica. En ella se incluían unas 70 situaciones en las que los israelitas podían quedar ceremonialmente impuros. Así, la Ley ayudaba al pueblo de Dios a distinguir lo limpio de lo sucio, y lo puro de lo impuro. Daba pautas sobre la higiene física, la alimentación y hasta la eliminación de desechos, y así protegía la salud de los israelitas.a Pero, sobre todo, les ayudaba a tener la aprobación de Jehová porque se mantenían separados de las cosas moralmente sucias que hacían las naciones vecinas. Veamos un ejemplo.
9, 10. ¿Qué leyes sobre las relaciones sexuales y el parto les dio Jehová a los israelitas, y qué se conseguía con estas leyes?
9 La Ley decía que, si un hombre y una mujer tenían relaciones sexuales, se volvían impuros por un tiempo aunque estuvieran casados. Y lo mismo pasaba si una mujer daba a luz (Levítico 12:2-4; 15:16-18). Claro, las relaciones sexuales dentro del matrimonio y tener hijos son regalos de Dios (Génesis 1:28; 2:18-25). Así que el objetivo de la Ley no era condenar esto, sino ayudar al pueblo de Dios a mantenerse santo y lejos de la suciedad espiritual. Y es que las naciones vecinas de Israel mezclaban la adoración a sus dioses con ritos sexuales. Por ejemplo, la prostitución de hombres y mujeres era parte de la religión de los cananeos. Esto acabó en una degradación total que se extendió cada vez más. En cambio, la Ley nunca mezclaba la adoración a Jehová con las relaciones sexuales.b Pero además la Ley enseñaba otras lecciones valiosas.
10 Aquellas leyes destacaban una enseñanza muy importante.c Al fin y al cabo, ¿cómo se transmite el pecado que heredamos de Adán? Al tener hijos, fruto de las relaciones sexuales (Romanos 5:12). Así, la Ley de Jehová les recordaba a los israelitas que siempre serían pecadores. Y la verdad es que todos somos pecadores desde que nacemos (Salmo 51:5). Por eso, todos necesitamos que Jehová, el Dios santo, nos perdone y nos redima para poder acercarnos a él.
11, 12. a) ¿Qué importante principio enseñaba la Ley? b) ¿Qué medidas contra los juicios injustos incluía la Ley?
11 La Ley reflejaba la justicia perfecta de Jehová. Por ejemplo, enseñaba el principio de equivalencia o correspondencia al administrar justicia. Por eso decía: “Se pagará vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie” (Deuteronomio 19:21). Así que el castigo debía aplicarse en proporción a la gravedad del delito. Toda la Ley mosaica reflejaba este aspecto de la justicia de Dios. De hecho, entender este principio es esencial para comprender el rescate, el sacrificio de Jesucristo. Pero de eso hablaremos en el capítulo 14 (1 Timoteo 2:5, 6).
12 La Ley también incluía medidas para evitar que se juzgara injustamente. Veamos unos ejemplos. Hacían falta al menos dos testigos para que una acusación fuera válida. Y quien hacía una acusación falsa merecía un duro castigo (Deuteronomio 19:15, 18, 19). Además, se prohibían totalmente la corrupción y el soborno (Éxodo 23:8; Deuteronomio 27:25). Incluso en los negocios, se debían reflejar las elevadas normas de justicia de Jehová (Levítico 19:35, 36; Deuteronomio 23:19, 20). Sin duda, la Ley era justa y su propósito muy noble. ¡Cuánto ayudó a los israelitas!
Leyes que inculcaban misericordia y justicia
13, 14. ¿Qué trato justo se les debía dar al ladrón y a su víctima?
13 ¿Era la Ley mosaica un conjunto de leyes rígidas y frías? De ninguna manera. El rey David escribió por inspiración: “La ley de Jehová es perfecta” (Salmo 19:7). Él sabía muy bien que la Ley le enseñaba al pueblo a tratar con misericordia y justicia a los demás. Veamos algunos ejemplos.
14 En la actualidad, hay países donde parece que las leyes benefician más a los delincuentes que a las víctimas. Por ejemplo, puede que un ladrón tenga que estar cierto tiempo en la cárcel. Pero la víctima quizá nunca recupere lo que el ladrón le robó y, encima, quizá tenga que pagar impuestos para mantenerlo. En Israel, sin embargo, no había cárceles como las de ahora. Además, había límites muy claros para que no se castigara más de la cuenta a los culpables (Deuteronomio 25:1-3). Por otro lado, el ladrón tenía que devolverle a la víctima lo que le había robado y pagarle cierta cantidad adicional. ¿Cuánto? Variaba. Al parecer, los jueces podían decidir la cantidad dependiendo de varios factores, como por ejemplo si el pecador se arrepentía. Esto quizás explique por qué en Levítico 6:1-7 se pagaba mucho menos que en Éxodo 22:7.
15. ¿Cómo garantizaba la Ley la misericordia y la justicia en el caso de los homicidas involuntarios?
15 La Ley reflejaba la misericordia de Jehová al reconocer que no siempre había malas intenciones detrás de un pecado. Por ejemplo, quien mataba a alguien sin querer no tenía que dar “vida por vida” si tomaba la buena decisión de huir a una de las ciudades de refugio que había por todo Israel. Después de que los jueces analizaran su caso, el homicida debía quedarse en esa ciudad hasta la muerte del sumo sacerdote. Luego, podía irse a vivir donde quisiera. De esta manera, se beneficiaba de la misericordia de Dios. Como vemos, la Ley destacaba cuánto valora Jehová la vida humana (Números 15:30, 31; 35:12-25).
16. ¿Cómo protegía la Ley los derechos de los demás?
16 La Ley también enseñaba a respetar los derechos de los demás. Por ejemplo, si alguien se endeudaba, el acreedor no podía entrar en la casa de esa persona para quedarse con algún objeto como garantía del pago. Más bien, debía esperarlo afuera y dejar que el deudor le trajera el objeto que serviría de garantía. Así se respetaban los derechos de quienes vivían en esa casa. Si el objeto era el manto del deudor, tenía que devolvérselo antes de la noche, pues quizá lo necesitara para cubrirse (Deuteronomio 24:10-14).
17, 18. ¿Qué diferenciaba a Israel de otras naciones, y por qué?
17 Hasta las guerras estaban reguladas por la Ley. El pueblo de Dios no iba a la guerra para saciar su sed de poder o conquista, sino para combatir en “las Guerras de Jehová” (Números 21:14). Muchas veces, antes de atacar a sus enemigos, tenían que darles la oportunidad de rendirse. Si ellos no aceptaban, entonces podían cercar sus territorios, pero respetando las leyes de Dios. A diferencia de lo que ha pasado en muchas guerras a lo largo de la historia, los soldados israelitas tenían prohibido violar a las mujeres y matar cruelmente a la gente. De hecho, ni siquiera debían talar los árboles frutales del enemigo, mostrando así respeto por el medio ambiente.d Ningún otro ejército tenía todas estas instrucciones (Deuteronomio 20:10-15, 19, 20; 21:10-13).
18 ¿Le indigna que en algunos países se adiestre a los niños para la guerra? Pues en el antiguo Israel no reclutaban varones menores de 20 años (Números 1:2, 3). Alguien que sintiera pánico no estaba obligado a ir a la guerra. Y un recién casado podía “quedar exento por un año en su casa y hacer feliz a su esposa”. Así, como no tenía que ir a pelear y arriesgar la vida, podría estar en su casa cuando naciera su primer hijo (Deuteronomio 20:5, 6, 8; 24:5).
19. ¿Qué medidas incluía la Ley para proteger a las mujeres, los niños, las familias, las viudas y los huérfanos?
19 La Ley también protegía a las mujeres, los niños y las familias, e incluía medidas para que tuvieran lo necesario. Les mandaba a los padres y a las madres que pasaran bastante tiempo con sus hijos y les enseñaran de Jehová (Deuteronomio 6:6, 7). Prohibía el incesto y lo castigaba con la muerte (Levítico, capítulo 18). También prohibía el adulterio, que acaba con tantas familias y hace que pierdan su seguridad y dignidad. Además, protegía a las viudas y los huérfanos, y castigaba severamente a quienes los maltrataban (Éxodo 20:14; 22:22-24).
20, 21. a) ¿Por qué permitía la Ley la poligamia? b) ¿Por qué lo que decía la Ley sobre el divorcio era diferente de lo que dijo Jesús?
20 Si la Ley mosaica protegía a las familias, quizá nos preguntemos: “¿Por qué permitía la poligamia?” (Deuteronomio 21:15-17). Para entender esto, primero hay que tener en cuenta que la cultura y las costumbres de los israelitas eran muy diferentes de las nuestras (Proverbios 18:13). Cuando Jehová creó a Adán y Eva, dejó claro que el matrimonio debía ser una unión permanente entre un solo hombre y una sola mujer (Génesis 2:18, 20-24). Pero, para cuando Jehová le dio la Ley a Israel, muchos israelitas ya tenían más de una esposa. De hecho, llevaban muchos siglos practicando la poligamia. Dios sabía muy bien que aquel “pueblo terco” no obedecería ni siquiera los mandamientos más importantes como el de no practicar la idolatría (Éxodo 32:9). Así que decidió que todavía no era el momento de cambiar todas sus costumbres sobre el matrimonio. Lo que sí hizo fue usar la Ley mosaica para regular la poligamia, y así prevenir algunos abusos. Pero tengamos presente que Jehová no instituyó la poligamia.
21 Por otra parte, la Ley permitía que un hombre se divorciara de su esposa por ciertas razones de peso (Deuteronomio 24:1-4). Jesús dijo que, “por la terquedad” de los judíos, Jehová les permitió divorciarse. Pero solo se lo permitió por un tiempo. Jesús consiguió que sus discípulos volvieran a vivir de acuerdo con las normas originales de Jehová sobre el matrimonio (Mateo 19:8).
La Ley fomentaba el amor
22. ¿Cómo fomentaba la Ley el amor, y a quiénes se debía amar?
22 ¿Verdad que ningún país tiene leyes que promuevan el amor entre sus ciudadanos? Pues la Ley mosaica enseñaba que el amor era lo más importante. Tan solo en Deuteronomio, las palabras “amor” o “amar” en sus distintas formas aparecen más de 20 veces en el texto original. Es más, el segundo mandamiento más importante de la Ley era este: “Ama a tu prójimo como te amas a ti mismo” (Levítico 19:18; Mateo 22:37-40). Los siervos de Dios no solo debían amarse unos a otros, sino también al residente extranjero que vivía entre ellos, pues ellos también habían sido residentes extranjeros. A quienes eran pobres y sufrían, debían demostrarles amor dándoles lo que necesitaran. Y, por supuesto, no debían maltratarlos. Tenían que tratar con consideración hasta a los animales de carga (Éxodo 23:6; Levítico 19:14, 33, 34; Deuteronomio 22:4, 10; 24:17, 18).
23. ¿A qué se sintió impulsado el escritor del Salmo 119, y qué objetivo nos podemos poner?
23 Ninguna otra nación ha tenido unas leyes de esta calidad. No es de extrañar que el salmista escribiera: “¡Cuánto amo tu ley!”. Sin embargo, su amor no era una simple emoción. Su amor por la Ley lo impulsaba a obedecerla en todo. Y luego añadió: “Reflexiono en ella todo el día” (Salmo 119:11, 97). Está claro que él tenía la costumbre de estudiar las leyes de Jehová. Y, cuánto más las estudiaba, más cariño sentía por ellas y por su autor. Si usted sigue estudiando las leyes que él nos da, también se acercará cada vez más al gran Legislador y Dios de la justicia, Jehová.
a Por ejemplo, había pautas sobre enterrar los excrementos, ponerse en cuarentena por una enfermedad y lavarse después de tocar un cadáver. Todas estas medidas eran muy adelantadas para su época (Levítico 13:4-8; Números 19:11-13, 17-19; Deuteronomio 23:13, 14).
b En los templos cananeos había cuartos que se usaban para tener relaciones sexuales. Pero la Ley ni siquiera dejaba entrar en el templo de Jehová a quienes estaban impuros. Así que, al obedecerla, no se mezclarían las relaciones sexuales con la adoración a Jehová.
c Un objetivo clave de la Ley era enseñar. El término hebreo para “ley” (tohráh) significa “instrucción” (Diccionario del judaísmo).
d La Ley incluía esta pregunta para reflexionar: “¿Acaso debes cercar un árbol del campo como si fuera un hombre?” (Deuteronomio 20:19). Hablando de esta ley, Filón —escritor y filósofo judío del siglo primero— explicó que para Dios “es absurdo que la cólera contra los hombres se descargue sobre cosas que ningún mal han causado”.
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Jehová provee un “rescate a cambio de muchas personas”Acerquémonos a Jehová
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CAPÍTULO 14
Jehová provee un “rescate a cambio de muchas personas”
1, 2. ¿Cómo describe la Biblia la situación de la humanidad, y cuál es la única solución?
“TODA la creación junta sigue lamentándose y sintiendo dolor” (Romanos 8:22). Así describió el apóstol Pablo la triste situación de la humanidad. Desde un punto de vista humano, parece imposible acabar con el sufrimiento, el pecado y la muerte. Pero Jehová todo lo puede, no es como el ser humano (Números 23:19). Él es el Dios de justicia y ha ofrecido el medio para salvarnos: el rescate.
2 El rescate es el regalo más grande que Jehová le ha hecho a la humanidad y hace posible que se nos libere del pecado y de la muerte (Efesios 1:7). Gracias al rescate, tenemos la esperanza de vivir para siempre, ya sea en el cielo o en la Tierra hecha un paraíso (Lucas 23:43; Juan 3:16; 1 Pedro 1:4). Pero ¿en qué consiste exactamente el rescate, y qué nos enseña sobre la maravillosa justicia de Jehová?
Por qué era necesario un rescate
3. a) ¿Por qué era necesario el rescate? b) ¿Por qué Jehová no les levantó el castigo a los descendientes de Adán?
3 El pecado de Adán hizo que fuera necesario pagar un rescate. Al desobedecerle a Dios, les transmitió a todos sus descendientes enfermedades, tristeza, dolor y muerte (Génesis 2:17; Romanos 8:20). Jehová no podía dejarse llevar por los sentimientos y simplemente levantar el castigo: la condena de muerte. Actuando así, habría violado su propia ley, pues “el salario que el pecado paga es la muerte” (Romanos 6:23). Si no hubiera respetado sus propias normas, habría caos y maldad en todo el universo.
4, 5. a) ¿De qué acusó Satanás a Dios, y por qué decidió Jehová defenderse? b) ¿Qué calumnias dijo Satanás sobre los siervos de Dios?
4 Como vimos en el capítulo 12, la rebelión en el jardín de Edén hizo que surgieran cuestiones mucho más importantes. Satanás manchó el nombre de Jehová. Dijo que era mentiroso y cruel, y que privaba a sus siervos de libertad (Génesis 3:1-5). Como parecía que no se había cumplido su propósito de llenar la Tierra de humanos justos, lo tachó de fracasado (Génesis 1:28; Isaías 55:10, 11). Si Jehová se hubiera quedado de brazos cruzados, muchas de sus criaturas —tanto en el cielo como en la Tierra— habrían perdido la confianza en su forma de gobernar.
5 Satanás también dijo calumnias sobre los siervos leales de Dios. Afirmó que le servían por puro interés y que ninguno de ellos le sería fiel cuando estuviera bajo presión (Job 1:9-11). Demostrar que esas acusaciones eran falsas era más importante que la salvación del ser humano. Por eso, Jehová tenía todo el derecho de defenderse y responder a las mentiras del Diablo. Pero ¿cómo podría resolver esas cuestiones y al mismo tiempo salvar al hombre?
El rescate: algo equivalente
6. ¿Qué expresiones describen la solución para salvar al hombre?
6 La solución de Jehová era muy justa y misericordiosa. Ningún ser humano podría haber pensado en una solución tan buena y a la vez tan sencilla. Hay distintas expresiones para referirse a ella, como compra, reconciliación, redención, propiciación y expiación (Salmo 49:8, nota; Daniel 9:24; Gálatas 3:13; Colosenses 1:20; Hebreos 2:17). Pero la expresión que quizá la describe mejor aparece en estas palabras del propio Jesús: “Él [el Hijo del Hombre] no vino para que le sirvieran, sino para servir a los demás y para dar su vida como rescate [en griego, lýtron] a cambio de muchas personas” (Mateo 20:28).
7, 8. a) ¿Qué significa el término rescate en la Biblia? b) ¿En qué sentido implica el rescate la idea de equivalencia?
7 ¿Qué es un rescate? La palabra griega que se usó aquí viene de un verbo que significa “desatar, liberar”, y se refería al precio que se pagaba para liberar a los prisioneros de guerra. Básicamente, un rescate es lo que se paga para recomprar algo. En las Escrituras Hebreas, el término equivalente (kófer) viene de un verbo que significa “cubrir”. Por ejemplo, se usó una forma de la misma palabra cuando Dios le dijo a Noé que debía cubrir el arca con alquitrán (Génesis 6:14). Esto nos permite comprender que rescatar también significa cubrir los pecados (Salmo 65:3).
8 Es interesante que, según un diccionario teológico, esta palabra (kófer) “alude siempre a un equivalente”, a algo que corresponde (Theological Dictionary of the New Testament). Entonces, ¿qué hace falta para rescatar a alguien del pecado? Para cubrir el pecado, debe pagarse un precio que corresponda completamente al daño que el pecado haya causado, es decir, que lo cubra en su totalidad. Por esta razón, la Ley que Dios le dio a Israel decía: “Se pagará vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie” (Deuteronomio 19:21).
9. ¿Por qué sacrificaban animales los hombres que tenían fe, y cómo veía Jehová esas ofrendas?
9 Muchos hombres que tenían fe —comenzando con Abel— le ofrecieron a Dios animales en sacrificio. Al hacer esto, reconocían que eran pecadores y que necesitaban un rescate. También mostraban que tenían fe en lo que Dios les había prometido: liberarlos del pecado mediante “la descendencia” que él predijo (Génesis 3:15; 4:1-4; Levítico 17:11; Hebreos 11:4). Jehová aprobaba esos sacrificios y aceptaba la adoración de aquellos hombres. Pero, como los animales son inferiores a los seres humanos, en realidad no podían cubrir los pecados (Salmo 8:4-8). Por eso la Biblia dice: “No es posible que la sangre de toros y de cabras elimine los pecados” (Hebreos 10:1-4). Esas ofrendas sirvieron solo como representación o símbolo del auténtico rescate que llegaría en el futuro.
Un “rescate correspondiente”
10. a) ¿De quién tenía que ser un equivalente la persona que se sacrificara, y por qué? b) ¿Por qué bastaba con la muerte de un hombre?
10 El apóstol Pablo escribió: “En Adán todos están muriendo” (1 Corintios 15:22). Adán era un ser humano perfecto; por lo tanto, el rescate tenía que implicar la muerte de alguien igual a él, alguien que fuera un equivalente exacto de él (Romanos 5:14). Nadie más podría equilibrar la balanza de la justicia. Solo un ser humano perfecto —un equivalente exacto de Adán que no hubiera heredado el pecado y la muerte— podría ofrecer un “rescate correspondiente por todos” (1 Timoteo 2:6). No sería necesario que por cada descendiente de Adán se sacrificara a alguien, y que al final terminaran muriendo millones de seres humanos. Pablo explicó: “Por medio de un solo hombre [Adán], el pecado entró en el mundo y por medio del pecado entró la muerte” (Romanos 5:12). Y, “como la muerte vino mediante un hombre”, Dios salvó a la humanidad del pecado y la muerte también “mediante un hombre” (1 Corintios 15:21). ¿Cómo lo hizo?
Un “rescate correspondiente por todos”.
11. a) ¿Qué haría el hombre que “probara la muerte por todos”? b) ¿Por qué el rescate no beneficiaría a Adán y Eva? (Vea la nota).
11 Lo que Jehová tenía pensado implicaba que un hombre perfecto se sacrificara por voluntad propia. Pero Romanos 6:23 dice: “El salario que el pecado paga es la muerte”. Así que el hombre que experimentara o “probara la muerte por todos” sacrificaría su vida para pagar el precio o “salario” del pecado de Adán (Hebreos 2:9; 2 Corintios 5:21; 1 Pedro 2:24). Esto tendría importantes efectos legales. Se les anularía la sentencia de muerte a los descendientes de Adán que fueran fieles. Así, el rescate acabaría de raíz con el pecado y sus consecuencias (Romanos 5:16).a
12. Ponga un ejemplo que demuestre cómo beneficia el pago de la deuda de un solo hombre a muchas personas.
12 Para entenderlo, imagínese que vive en un lugar donde la mayoría de la gente trabaja en la misma fábrica. Todos tienen un buen sueldo y viven muy bien. Pero entonces la fábrica cierra. ¿Por qué? Porque el encargado robó dinero de la empresa y la dejó endeudada. Usted y todos los empleados pierden su trabajo, y no pueden cubrir sus gastos. Sus familias y las personas a quienes la empresa les debe dinero sufren por culpa de un solo hombre. ¡Pero hay una solución! Resulta que un hombre rico y generoso decide tomar cartas en el asunto, pues entiende lo que la empresa significa para la comunidad. Además, se compadece de los trabajadores y sus familias. Así que toma medidas para pagar toda la deuda y reabrir la fábrica. Al cancelar la deuda que dejó un solo hombre, se benefician los empleados, sus familias y otros que habían perdido dinero. De la misma manera, millones y millones de personas se beneficiaron cuando se pagó la deuda de Adán.
¿Quién provee el rescate?
13, 14. a) ¿Cómo proveyó Jehová el rescate para la humanidad? b) ¿A quién se le hizo el pago, y por qué era necesario?
13 Jehová es el único que podía proveer al “Cordero [...] que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29). Pero no mandó a cualquier ángel para rescatar a la humanidad, sino a alguien que podía responder de forma definitiva a la acusación de Satanás contra los siervos de Dios. Jehová hizo el mayor sacrificio posible al enviar a su Hijo unigénito, quien era “su mayor alegría” (Proverbios 8:30). Y, de buena gana, el Hijo de Dios “dejó todo lo que tenía” en el cielo (Filipenses 2:7). De forma milagrosa, Jehová pasó la vida de su Hijo primogénito desde el cielo a la matriz de María, una virgen judía (Lucas 1:27, 35). Aunque en la Tierra se le llamaría Jesús, en términos legales podría llamársele el segundo Adán, pues era un equivalente exacto de él (1 Corintios 15:45, 47). Por eso Jesús podía entregar su vida perfecta para rescatar a la humanidad pecadora.
14 ¿A quién se le pagaría el rescate? Según Salmo 49:7, está claro que a Dios. Pero, si Jehová mismo proveyó el rescate, ¿por qué habría que pagárselo a él? Alguien podría pensar que es como sacarse el dinero de un bolsillo y ponérselo en el otro. ¡Pero nada más lejos de la realidad! El rescate no es un simple intercambio; es una transacción legal. Al pagar el rescate y entregar a su querido Hijo, Jehová demostró que siempre respeta sus propias normas de justicia perfecta, aunque eso implicó pagar un precio muy alto (Génesis 22:7, 8, 11-13; Hebreos 11:17; Santiago 1:17).
15. ¿Por qué fue necesario que Jesús sufriera y muriera?
15 Lo que pasó en los primeros meses del año 33 de nuestra era demuestra que Jesucristo estuvo dispuesto a sufrir mucho para pagar el rescate. Permitió que lo detuvieran con cargos falsos, que lo condenaran y que lo mataran clavándolo en un madero. Pero ¿realmente era necesario que sufriera tanto? Sí, pues debía demostrar que los siervos de Dios sí pueden mantenerse íntegros. Es interesante que Dios no dejó que Herodes matara a Jesús cuando era bebé (Mateo 2:13-18). Ahora bien, ya de adulto, Cristo podía enfrentarse a los ataques del Diablo sabiendo lo que estaba en juego.b A pesar de las cosas tan horribles que le hicieron, Jesús siempre fue “leal, inocente, incontaminado” y se mantuvo “separado de los pecadores” (Hebreos 7:26). Así demostró de una vez por todas que Jehová cuenta con siervos que se mantienen fieles ante las pruebas. Por eso, justo antes de morir, pudo decir como todo un vencedor: “¡Se ha cumplido!” (Juan 19:30).
El rescate obtiene validez
16, 17. a) ¿Qué hizo Jesús para que el rescate fuera válido? b) ¿Por qué tuvo que presentarse Jesús “delante de Dios a favor nuestro”?
16 Jehová resucitó a Jesús al tercer día de su muerte (Hechos 3:15; 10:40). Con este gran milagro, Jehová lo recompensó por su servicio fiel y además hizo posible que Jesús, como Sumo Sacerdote, lograra hacer algo más para que el rescate tuviera validez (Romanos 1:4; 1 Corintios 15:3-8). ¿Qué tuvo que hacer Jesús? Pablo explicó: “Cuando Cristo vino como sumo sacerdote [...,] él entró una vez y para siempre en el lugar santo, pero no con la sangre de cabras y de toros jóvenes, sino con su propia sangre, y consiguió una liberación eterna para nosotros. Porque Cristo no entró en un lugar santo hecho por manos humanas, que es una copia de la realidad, sino en el mismísimo cielo, así que ahora se presenta delante de Dios a favor nuestro” (Hebreos 9:11, 12, 24).
17 Cristo no podía llevar literalmente su sangre al cielo (1 Corintios 15:50). Más bien, llevó lo que esta simbolizaba: el valor legal de la vida humana perfecta que había sacrificado. Luego se presentó “delante de Dios”. ¿Y por qué tuvo que hacerlo? Para que Dios aceptara ese valor como un rescate por la humanidad pecadora. ¿Lo aceptó Jehová? Sí, y esto quedó claro en el Pentecostés del año 33, cuando se derramó espíritu santo sobre unos 120 discípulos en Jerusalén (Hechos 2:1-4). Aquel suceso fue emocionante, pero solo fue el inicio de muchas bendiciones que disfrutarían los siervos de Dios gracias al rescate.
Beneficios del rescate
18, 19. a) ¿Qué dos grupos se benefician del rescate? b) ¿Cómo se está beneficiando del rescate la “gran muchedumbre”, y cómo se beneficiará en el futuro?
18 El apóstol Pablo explicó que a Dios le pareció bien que los seres humanos pudieran reconciliarse con él mediante la sangre que Jesús derramó en el madero. También explicó que hay dos grupos de personas que se reconcilian con Dios, y los llamó “las cosas en los cielos” y “las cosas en la tierra” (Colosenses 1:19, 20; Efesios 1:10). El primero está compuesto por 144.000 cristianos que reciben la esperanza de ser sacerdotes en el cielo y reinar con Jesucristo sobre la Tierra (Apocalipsis 5:9, 10; 7:4; 14:1-3). Junto con Jesús, ellos ayudarán a la humanidad obediente a beneficiarse de forma gradual del rescate durante un periodo de 1.000 años (1 Corintios 15:24-26; Apocalipsis 20:6; 21:3, 4).
19 “Las cosas en la tierra” son las personas que tienen la esperanza de vivir en la Tierra hecha un paraíso. Apocalipsis 7:9-17 indica que forman “una gran muchedumbre” que sobrevivirá a la “gran tribulación”. Pero no tienen que esperar hasta entonces para beneficiarse del rescate. Ya “han lavado sus túnicas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero”. Como demuestran fe en el rescate, ya se benefician de este valioso regalo. Por ejemplo, Dios los ha declarado justos como amigos suyos (Santiago 2:23). Gracias al sacrificio de Jesús, pueden acercarse “con confianza al trono de la bondad inmerecida” (Hebreos 4:14-16). Cuando cometen algún error, Jehová los puede perdonar (Efesios 1:7). Y, aunque son imperfectos, pueden tener una conciencia limpia (Hebreos 9:9; 10:22; 1 Pedro 3:21). Así que, para ellos, tener una buena relación con Dios no es solo una esperanza; ya es una realidad (2 Corintios 5:19, 20). Durante el Milenio, se les liberará “de la esclavitud a la corrupción” y finalmente tendrán “la gloriosa libertad de los hijos de Dios” (Romanos 8:21).
20. ¿Qué siente usted al reflexionar en el rescate?
20 Al pensar en el rescate, uno solo puede decir: “¡A Dios le doy gracias por medio de Jesucristo nuestro Señor!” (Romanos 7:25). ¡Todo esto es tan sencillo y a la vez tan profundo! (Romanos 11:33). Meditar con gratitud en el rescate, nos emociona y nos acerca más a nuestro justo Dios. Como el salmista, tenemos muchas razones para alabar al Dios que “ama la rectitud y la justicia” (Salmo 33:5).
a Adán y Eva no se beneficiarían del rescate. La Ley decía sobre quien asesinaba a alguien a propósito: “No deben aceptar ningún rescate por la vida de un asesino que merece morir” (Números 35:31). Como Adán y Eva desobedecieron a propósito, merecían morir. Así renunciaron a la oportunidad de vivir para siempre.
b Para que Jesús pudiera entregar su vida como un equivalente exacto de la vida perfecta de Adán, tenía que morir de adulto, no de niño. Cuando Adán decidió desobedecerle a Dios, sabía que estaba haciendo algo malo y que sería castigado. Para poder ser “el último Adán” y cubrir ese pecado, Jesús debía ser bastante mayor para saber lo que haría a fin de mantenerse íntegro a Jehová (1 Corintios 15:45, 47). La Biblia se refiere a toda su vida fiel, incluida su muerte en sacrificio, como “un solo acto justo” (Romanos 5:18, 19; nota).
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Jesús establece “la justicia en la tierra”Acerquémonos a Jehová
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CAPÍTULO 15
Jesús establece “la justicia en la tierra”
1, 2. ¿En qué ocasión se indignó Jesús, y por qué?
ERA obvio que Jesús estaba enojado, y con razón. Cuesta trabajo imaginárselo así, pues él era apacible por naturaleza (Mateo 21:5). Por supuesto, su furia estaba justificada y no perdió los estribos.a ¿Y qué hizo que un hombre tan pacífico se pusiera así? Una terrible injusticia.
2 Jesús le tenía cariño al templo de Jerusalén. Era el único lugar sagrado del mundo donde se adoraba a su Padre. Muchos judíos que vivían en otros países viajaban largas distancias para ir allí. Y quienes no eran judíos podían adorar a Dios en cierta parte del templo. Pero un día, al principio de su ministerio, Jesús llegó al templo y se topó con todo un espectáculo: había vendedores y cambistas por todas partes. Parecía más un mercado que un centro religioso. ¿Y por qué era eso tan malo? Porque para ellos el templo de Dios era solo un lugar donde se aprovechaban de las personas. ¿Qué hacían exactamente? (Juan 2:14).
3, 4. ¿Qué abusos se cometían en la casa de Jehová, y qué hizo Jesús para corregir la situación?
3 Los líderes religiosos mandaban que el impuesto del templo se pagara con cierto tipo de moneda. Por eso, para conseguirla, los visitantes tenían que cambiar su dinero. Los cambistas se ponían dentro del templo y cobraban una comisión por cada cambio. Otro negocio muy lucrativo era la venta de animales. Los visitantes que querían sacrificar un animal podían comprarlo en cualquier parte de la ciudad, pero los que supervisaban los sacrificios podían decirles que no era válido. En cambio, si lo compraban directamente allí, se lo aceptaban. Los comerciantes cobraban un dineral porque la gente no tenía más remedio que acudir a ellos.b No solo era un negocio; era un robo.
4 Jesús no podía tolerar esa corrupción. ¡Era la casa de su Padre! Así que se hizo un látigo de cuerdas y echó fuera las vacas, los toros y las ovejas. Luego fue adonde estaban los cambistas y volcó sus mesas. ¡Imagínese todas las monedas esparciéndose por el suelo de mármol! Además, les ordenó seriamente a los vendedores de palomas: “¡Quiten todo esto de aquí!” (Juan 2:15, 16). Al parecer, nadie se atrevió a llevarle la contraria a este hombre tan valiente.
“¡Quiten todo esto de aquí!”.
De tal palo, tal astilla
5-7. a) ¿Cómo influyó en el sentido de la justicia de Jesús lo que vivió antes de venir a la Tierra, y qué aprendemos de su ejemplo? b) ¿Cómo ha combatido Jesús las injusticias que Satanás ha causado, y cómo lo hará en el futuro?
5 Claro, los comerciantes terminaron regresando. Unos tres años más tarde, Jesús se enfrentó a la misma situación. Esta vez les dijo que habían convertido la casa de su Padre en “una cueva de ladrones”, citando así las palabras de condena que el mismo Jehová había dicho antes (Jeremías 7:11; Mateo 21:13). Por eso, cuando Jesús vio cómo la gente cometía esos abusos y profanaba el templo de Dios, se sintió como su Padre. Y es lógico, porque había pasado millones y millones de años aprendiendo de él en los cielos. Y eso hizo que tuviera su mismo sentido de la justicia. En él se cumplió el refrán “De tal palo, tal astilla”. Así que, si queremos tener una idea clara de cómo demuestra Jehová su justicia, lo mejor que podemos hacer es reflexionar en el ejemplo de Jesús (Juan 14:9, 10).
6 Cuando Satanás acusó injustamente a Jehová de ser mentiroso y cuestionó su manera de gobernar, el Hijo unigénito de Dios estaba presente. Tiempo después, también escuchó cómo Satanás desafiaba a Jehová y le decía que nadie le serviría por verdadero amor. ¡Qué mentiras tan sucias! Todas estas calumnias contra su propio Padre tuvieron que dolerle muchísimo a Jesús. Así pues, debió sentirse muy feliz al saber que su Padre le encargaría esta importante misión: la de defender su nombre y su manera de gobernar (2 Corintios 1:20). ¿De qué forma lo haría?
7 Como vimos en el capítulo 14, Jesús respondió de forma definitiva a la acusación de Satanás contra los siervos de Dios. Así, sentó la base para limpiar el santo nombre de Jehová de todas las mentiras, como la acusación de que su gobierno no es bueno. Como Agente Principal de Jehová, Jesús hará que la justicia de Dios reine en todo el universo (Hechos 5:31). De hecho, durante su vida en la Tierra ya reflejaba la justicia de Jehová. Dios dijo de él: “Pondré mi espíritu sobre él, y él les aclarará a las naciones lo que es la justicia” (Mateo 12:18). ¿Cómo cumplió esto Jesús?
Jesús aclara “lo que es la justicia”
8-10. a) ¿Cómo fomentaban las reglas de los líderes religiosos judíos el odio hacia los no judíos y las mujeres? b) ¿Por qué esas reglas convirtieron en una carga la ley del sábado que les había dado Jehová?
8 Jesús amaba la Ley de Jehová y siempre la obedecía. Pero los líderes religiosos ni la enseñaban bien ni la aplicaban bien. Por eso, les dijo: “¡Ay de ustedes, escribas y fariseos! ¡Hipócritas! [...] Han descuidado los asuntos más importantes de la Ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad” (Mateo 23:23). Es obvio que aquellos maestros de la Ley oscurecían, y no aclaraban, “lo que es la justicia” de Dios. ¿En qué sentido? Veamos varios ejemplos.
9 Jehová le había mandado a su pueblo que se mantuviera separado de las naciones paganas (1 Reyes 11:1, 2). Pero algunos líderes religiosos fanáticos enseñaban que se debía odiar a quienes no fueran judíos. La Misná llegó a incluir esta norma: “No ha de dejarse ganado en las posadas de los gentiles, porque son sospechosos de bestialidad”. Estos prejuicios contra los no judíos hacían mucho daño e iban en contra de lo que realmente enseñaba la Ley mosaica (Levítico 19:34). Aquellos líderes también ponían normas que rebajaban a las mujeres. Por ejemplo, la ley oral prohibía que la esposa caminara junto a su esposo; debía ir detrás. Un hombre no podía conversar con una mujer en público, ni siquiera con su esposa. Además, igual que los esclavos, las mujeres no podían declarar ante los tribunales. Por si fuera poco, había una oración oficial con la que los hombres le daban gracias a Dios por no ser mujeres.
10 Aquellos líderes terminaron enterrando la Ley de Dios bajo un montón de reglas y disposiciones inventadas por el hombre. Por ejemplo, lo único que prohibía la ley del sábado era trabajar ese día de la semana, y así dedicarlo a adorar a Dios, acercarse a él y descansar. Sin embargo, los fariseos convirtieron esta ley en una carga. Se tomaron la libertad de decidir lo que se consideraba trabajo e hicieron una lista de 39 actividades, como cosechar o cazar. A su vez, estas reglas hicieron surgir muchísimas preguntas. Por ejemplo, si alguien mata a una pulga en sábado, ¿es eso cazar? Y, si alguien va por un campo y arranca grano para comérselo por el camino, ¿es eso cosechar? Si alguien cura a un enfermo, ¿es eso trabajar? Todo esto llevó a que tuvieran que crear normas más rígidas y detalladas.
11, 12. ¿Cómo condenó Jesús el montón de reglas que los fariseos habían inventado?
11 En esas circunstancias, ¿qué haría Jesús para que la gente entendiera lo que es la justicia? Con su vida y sus enseñanzas, demostró con valor que los líderes religiosos estaban equivocados. Veamos algunas cosas que dijo Jesús. Condenó sin rodeos el montón de reglas que habían inventado al decirles: “Con las tradiciones que ustedes transmiten, anulan la palabra de Dios” (Marcos 7:13).
12 Él demostró que los fariseos no estaban cumpliendo bien la ley del sábado y que habían perdido de vista el objetivo de esa ley. Jesús —siendo el Mesías— era el “Señor del sábado”, como él mismo explicó. Y eso le daba el derecho de curar milagrosamente en sábado (Mateo 12:8). Y, para dejarlo claro, lo hizo ante mucha gente (Lucas 6:7-10). Esto fue una muestra de lo que hará cuando le devuelva la salud a todo el mundo durante su Reinado de Mil Años. Ese Milenio será el sábado más importante, cuando la humanidad fiel descanse por fin de una larga esclavitud al dolor y al sufrimiento causados por el pecado y la muerte.
13. ¿Qué ley les dejó Jesús a sus discípulos, y en qué se diferenciaba de la Ley mosaica?
13 Jesús también aclaró lo que es la justicia con “la ley del Cristo”, una nueva ley que entró en vigor después de su ministerio en la Tierra (Gálatas 6:2). Esta ley era diferente de la Ley mosaica. No se basaba en muchas normas escritas, sino en principios. Eso sí, incluía órdenes directas. A una de esas, Jesús la llamó “un nuevo mandamiento”. ¿Y qué decía? Que sus discípulos debían amarse unos a otros así como él los había amado (Juan 13:34, 35). Así, tener amor de verdad y estar dispuestos a sacrificarse por otros caracterizaría a quienes siguieran “la ley del Cristo”.
Un vivo ejemplo de justicia
14, 15. ¿Cómo demostró Jesús que reconocía los límites de su autoridad, y por qué esto nos da confianza?
14 Jesús no solo enseñó sobre el amor; él mismo vivió “la ley del Cristo”, y lo demostró durante toda su vida. Veamos tres formas en las que aclaró lo que es la justicia.
15 Primero, evitó cualquier cosa que lo llevara a hacer algo injusto. Cuando la gente se vuelve arrogante o se pasa de la raya y abusa de su autoridad, ¿ha notado que muchas veces comete injusticias? Pero a Jesús nunca le pasó eso. Una vez, un hombre se le acercó y le pidió: “Maestro, dile a mi hermano que comparta la herencia conmigo”. ¿Cómo le respondió? “Hombre, ¿quién me nombró juez o árbitro entre ustedes dos?” (Lucas 12:13, 14). ¿No le llama esto la atención? Nadie era tan inteligente y competente como Jesús, y nadie había recibido tanta autoridad de parte de Dios como él. Pero, aun así, no quiso intervenir en aquel asunto porque no estaba autorizado para eso. Siempre ha respetado los límites de su autoridad, incluso durante los miles de años que estuvo en el cielo antes de venir a la Tierra (Judas 9). Dejar humildemente que Jehová decida lo que es justo habla muy bien de él.
16, 17. a) ¿Cómo demostró la forma en que Jesús predicaba las buenas noticias que él era justo? b) ¿Cómo demostró Jesús justicia y misericordia a la vez?
16 Segundo, Jesús también demostró justicia en su forma de predicar las buenas noticias del Reino. No tenía prejuicios y se esforzó por llegar a todo tipo de personas, fueran ricas o pobres. En cambio, los fariseos despreciaban a los pobres, a la gente común, y se referían a ellos con la expresión despectiva ʽam haʼárets, es decir, “gente de la tierra”. Cristo tuvo el valor de corregir esa injusticia. Al enseñar las buenas noticias, al comer con las personas, al alimentarlas, curarlas o hasta resucitarlas, siempre imitaba a la perfección al Dios de la justicia, quien desea llegar a “toda clase de personas” (1 Timoteo 2:4).c
17 Tercero, Jesús demostraba justicia y, a la vez, mucha misericordia. Por ejemplo, tomaba la iniciativa en ayudar a los pecadores (Mateo 9:11-13). Siempre estaba dispuesto a tenderles la mano a los indefensos. A diferencia de los líderes religiosos, no fomentaba la desconfianza hacia los que no eran judíos. Más bien, les enseñaba y ayudaba con bondad aunque su misión principal se centraba en los judíos. Hasta estuvo dispuesto a ayudar a un oficial del ejército romano curando a su siervo, y dijo: “No he encontrado a nadie en Israel que tenga una fe tan grande” (Mateo 8:5-13).
18, 19. a) ¿De qué maneras dignificó Jesús a las mujeres? b) ¿Cómo nos demuestra su ejemplo la relación entre el valor y la justicia?
18 Jesús tampoco apoyó lo que la mayoría de la gente pensaba sobre las mujeres. En vez de eso, tuvo el valor de hacer lo que era justo. Para los judíos, las samaritanas eran tan impuras como la gente de otras naciones. Pero él no dudó en predicarle a una samaritana junto al pozo de Sicar. De hecho, fue la primera persona a la que le dijo que era el Mesías prometido (Juan 4:6, 25, 26). Mientras que los fariseos afirmaban que no debía enseñarse la Ley de Dios a las mujeres, Jesús dedicó mucho tiempo y energías a predicarles (Lucas 10:38-42). Y, aunque por tradición se creía que el testimonio de una mujer no era confiable, él dignificó a varias mujeres al darles el honor de ser las primeras personas en verlo resucitado. Y luego hasta les pidió que les contaran a sus discípulos lo que habían visto: el suceso más importante de la historia (Mateo 28:1-10).
19 Como hemos visto, Jesús les aclaró a las naciones lo que es la justicia. Muchas veces, incluso estuvo dispuesto a arriesgar su vida con tal de hacerlo. Su ejemplo nos demuestra que hace falta valor para defender la verdadera justicia. ¡Con razón la Biblia lo llama “el León de la tribu de Judá”! (Apocalipsis 5:5). Recordemos que el león, que se caracteriza por su valentía, representa la justicia. Dentro de poco, Jesús hará todavía más cosas para establecer “la justicia en la tierra” de forma absoluta (Isaías 42:4).
El Rey mesiánico establece “la justicia en la tierra”
20, 21. En nuestro tiempo, ¿de qué formas ha estado promoviendo la justicia el Rey mesiánico?
20 Jesús ha estado promoviendo la justicia en la Tierra desde 1914, año en que se convirtió en el Rey mesiánico. ¿De qué formas? Encargándose de que se cumpla la profecía de Mateo 24:14. Sus seguidores enseñan la verdad del Reino de Jehová en todo el mundo. Como él, predican con justicia, sin hacer distinciones. Se esfuerzan por darles la oportunidad de conocer al Dios de la justicia a todos: jóvenes y mayores, ricos y pobres, hombres y mujeres...
21 Jesús, cabeza de la congregación, también ha estado promoviendo la justicia entre todos los que la componen. Como se predijo, él da “hombres como regalos”, es decir, ancianos fieles que dirigen la congregación (Efesios 4:8-12). Al pastorear a las valiosas ovejitas de Dios, imitan a Jesús y las tratan a todas con justicia e imparcialidad: sin importar su puesto, su popularidad ni su dinero.
22. ¿Cómo se siente Jehová por las injusticias que hay en el mundo, y qué le ha encargado a su Hijo?
22 Pronto, Jesús establecerá la justicia en la Tierra de forma definitiva. Este mundo corrupto está plagado de injusticias. Piense en esto: mientras millones de niños se mueren de hambre, hay países que invierten muchísimo dinero en fabricar armamento y hay mucha gente egoísta que gasta fortunas para satisfacer sus caprichos. ¡Qué terrible injusticia! Cada año, millones de personas mueren por problemas que se podrían haber evitado. Estas y muchas otras injusticias le enfurecen a Jehová. Por eso, él le ha encargado a su Hijo que dirija una guerra justa contra este sistema malvado para acabar permanentemente con todas las injusticias (Apocalipsis 16:14, 16; 19:11-15).
23. ¿Cómo promoverá Jesús la justicia después del Armagedón?
23 Pero la justicia de Jehová no se limita a acabar con la gente mala. Dios también ha nombrado a su Hijo para gobernar como “Príncipe de Paz”. Después del Armagedón, Jesús establecerá la paz en la Tierra mediante su gobierno, en el que reinará con justicia (Isaías 9:6, 7). Por fin tendrá el gusto de borrar las consecuencias de todas las injusticias, que tanto daño han hecho. Defenderá fielmente la justicia perfecta de Jehová para siempre. Por lo tanto, es vital que hagamos todo lo posible por imitar desde ahora esta cualidad de Dios. Veamos cómo podemos hacerlo.
a Cuando Jesús se indignaba por las injusticias, era como Jehová, que “está dispuesto a expresar su ira” contra la maldad (Nahúm 1:2). Por ejemplo, cuando Dios le dijo a su pueblo rebelde que habían convertido su casa en “una cueva de ladrones”, les advirtió: “Mi furia y mi ira serán derramadas sobre este lugar” (Jeremías 7:11, 20).
b Según la Misná, más tarde hubo una protesta por el altísimo precio de las palomas en el templo. Y el precio bajó enseguida casi un 99 %. ¿Quiénes se beneficiaban más de este negocio? Según los historiadores, los mercados del templo eran de la familia del sumo sacerdote Anás. Esto habría enriquecido más a esa familia (Juan 18:13).
c Los fariseos afirmaban que los más humildes, quienes no eran expertos en la Ley, eran “gente maldita” (Juan 7:49). Decían que no se les debía dar ninguna enseñanza y que nadie debía hacer negocios, comer ni orar con ellos. Si un padre permitía que su hija se casara con uno de ellos, eso era peor que dejar que las fieras la atacaran. Incluso creían que la gente común no tenía ninguna esperanza de resucitar.
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Practiquemos la justicia al andar con DiosAcerquémonos a Jehová
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CAPÍTULO 16
Practiquemos la justicia al andar con Dios
1-3. a) ¿Por qué estamos en deuda con Jehová? b) ¿Qué espera Jehová de nosotros?
IMAGÍNESE que va en un barco que se está hundiendo. Entonces, cuando ya está con el agua al cuello y ve que no tiene escapatoria, de pronto alguien lo rescata y le salva la vida. Le ayuda a subirse a una lancha salvavidas y le dice: “Ya pasó todo; está a salvo”. ¡Qué gran alivio! ¿Verdad que usted se sentiría en deuda con esa persona? Literalmente le debería la vida.
2 Este ejemplo nos ayuda a entender lo que Jehová ha hecho por nosotros. La verdad es que estamos en deuda con él. ¿Por qué? Porque nos ha regalado el rescate, y así nos ha salvado de que el pecado y la muerte nos ahoguen. Nos sentimos seguros, a salvo, porque sabemos que, mientras demostremos que tenemos fe en ese valiosísimo sacrificio, se nos perdonarán nuestros pecados y recibiremos la vida eterna (1 Juan 1:7; 4:9). Como vimos en el capítulo 14, el rescate es la mayor demostración del amor y de la justicia de Dios. ¿Cómo podemos demostrar que agradecemos este regalo?
3 Dejemos que Jehová, quien con tanto cariño nos rescató, sea el que nos dé la respuesta. El profeta Miqueas dijo por inspiración: “Él te ha dicho, oh, hombre, lo que es bueno. ¿Y qué es lo que Jehová espera de ti? ¡Solo que practiques la justicia, ames la lealtad y andes con modestia junto a tu Dios!” (Miqueas 6:8). Fíjese en que una de las cosas que Jehová nos pide es que practiquemos la justicia. ¿Cómo podemos hacerlo?
Busquemos la verdadera justicia
4. ¿Cómo sabemos que Dios espera que sigamos sus justas normas?
4 Dios espera que sigamos sus justas normas, que dictan lo que está bien y lo que está mal. Isaías 1:17 dice: “Aprendan a hacer el bien, busquen la justicia”. Sofonías 2:3 también nos invita a buscar la justicia. Y, en Efesios 4:24, nos dice: “Deben ponerse la nueva personalidad que fue creada según la voluntad de Dios, de acuerdo con la justicia y la lealtad verdaderas”. Así que buscamos la justicia de Dios al seguir sus normas justas y santas, y al evitar todo lo que va en contra de ellas, como la violencia, la impureza y la inmoralidad (Salmo 11:5; Efesios 5:3-5).
5, 6. a) ¿Por qué no es una carga obedecer las normas de Dios? b) ¿Cómo indica la Biblia que buscar la justicia es algo continuo?
5 ¿Es una carga obedecer las justas normas de Dios? ¡No! A quienes aman a Jehová y quieren estar cerca de él no les molesta hacer lo que él pide. Como lo amamos tanto y valoramos sus cualidades, queremos vivir de un modo que lo haga feliz (1 Juan 5:3). Recordemos que “él ama los actos justos” (Salmo 11:7). Y nosotros, si de veras queremos imitarlo y seguir sus justas normas, amaremos lo que él ama y odiaremos lo que él odia (Salmo 97:10).
6 Como somos imperfectos y pecadores, no siempre es fácil buscar la justicia. Por eso debemos quitarnos la vieja personalidad y sus sucias prácticas. Y también debemos vestirnos con la nueva personalidad, que según la Biblia “se va renovando” por medio del conocimiento exacto (Colosenses 3:9, 10). La expresión “se va renovando” indica que es un proceso continuo y requiere mucho esfuerzo. Pero, aunque pongamos mucho empeño en hacer lo que está bien, a veces nuestra tendencia al pecado hará que tropecemos y acabemos pensando, diciendo o haciendo algo que está mal (Romanos 7:14-20; Santiago 3:2).
7. ¿Cómo deberíamos sentirnos cuando nos equivocamos a pesar de nuestros esfuerzos?
7 Cuando cometemos errores a pesar de nuestros esfuerzos por hacer lo que está bien, ¿cómo deberíamos sentirnos? Claro, no queremos justificarnos ni minimizar la gravedad de nuestros errores. Pero tampoco debemos dejar que los sentimientos de culpa nos hagan pensar que no merecemos servir a Jehová. ¡Nunca nos demos por vencidos! Nuestro cariñoso Dios nos ha dado el medio para perdonarnos si estamos arrepentidos de corazón. El apóstol Juan dijo: “Les escribo estas cosas para que no cometan un pecado”. Y luego añadió estas palabras tranquilizadoras: “Pero, si alguno comete un pecado [a causa de la imperfección heredada], tenemos un ayudante que está junto al Padre: Jesucristo” (1 Juan 2:1). Así que, gracias al sacrificio de Jesús, Jehová nos permite ser sus siervos aunque seamos imperfectos. ¿Verdad que esto nos motiva a esforzarnos por hacerlo feliz?
Las buenas noticias y la justicia de Dios
8, 9. ¿Cómo demuestra la predicación de las buenas noticias que Jehová es justo?
8 Una forma en que podemos demostrar justicia, y así imitar a Jehová, es haciendo todo lo posible por predicar las buenas noticias del Reino. Ahora bien, ¿qué relación hay entre la predicación y la justicia de Jehová?
9 Jehová no acabará con la gente mala sin haberle dado advertencias. En su profecía sobre lo que pasaría en el tiempo del fin, Jesús dijo: “Primero se tienen que predicar las buenas noticias en todas las naciones” (Marcos 13:10; Mateo 24:3). La palabra “primero” indica que después de la predicación mundial sucederán otros acontecimientos. Entre ellos, estará la predicha gran tribulación, en la que los malvados serán eliminados y se preparará el camino para que empiece un nuevo mundo de justicia (Mateo 24:14, 21, 22). Está claro que nadie puede acusar a Jehová de ser injusto con la gente mala, pues les avisa y les da muchas oportunidades para cambiar y poder salvarse (Jonás 3:1-10).
10, 11. Cuando predicamos las buenas noticias, ¿cómo imitamos a Jehová y demostramos justicia?
10 ¿Cómo imitamos a Jehová y demostramos justicia al predicar las buenas noticias? En primer lugar, hacer todo lo posible por ayudar a los demás a salvarse es lo justo. Volvamos al ejemplo del barco que se hunde. Si usted ya estuviera en la lancha salvavidas, seguro que intentaría ayudar a quienes siguieran en el agua para que se salvaran. De igual modo, tenemos el deber de ayudar a quienes se están hundiendo en las “aguas” de este mundo malvado. Claro, muchos rechazan nuestro mensaje. Pero, mientras Jehová siga demostrando paciencia, tenemos la obligación de darles la oportunidad de que “lleguen a arrepentirse” para que puedan salvarse (2 Pedro 3:9).
11 Al predicarle las buenas noticias a cualquier persona, demostramos justicia de otra forma importante: siendo imparciales. Recordemos que “Dios no es parcial, sino que acepta a los que le temen y hacen lo que está bien, sea cual sea su nación” (Hechos 10:34, 35). Por eso, si queremos ser como él, no debemos tener prejuicios. Más bien, debemos predicarles a todos, sin importar el origen, la posición social o lo que otros piensen de ellos. Así, les damos a quienes nos escuchen la oportunidad de conocer las buenas noticias y obedecer a Dios (Romanos 10:11-13).
La forma en que tratamos a los demás
12, 13. a) ¿Por qué no debemos apresurarnos a juzgar a los demás? b) ¿Qué idea transmiten las palabras de Jesús “dejen de juzgar” y “dejen de condenar”? (Vea también la nota).
12 También mostramos justicia al tratar a otros como nos trata Jehová. Es fácil juzgar, criticar y cuestionar los motivos de los demás. Pero ¿nos gustaría que Dios anduviera buscando nuestras faltas y nos juzgara con dureza? Él no es así. El salmista dijo: “Oh, Jah, si tú llevaras un registro de errores, oh, Jehová, ¿quién podría estar de pie?” (Salmo 130:3). ¡Cuánto agradecemos que Dios sea justo y misericordioso, y no se centre en nuestros errores! (Salmo 103:8-10). Entonces, ¿cómo deberíamos tratar a otros?
13 Si valoramos la justicia y la misericordia de Jehová, debemos imitarlo cuando los demás se equivocan. ¿Cómo? No apresurándonos a juzgarlos, sobre todo si el asunto no tiene nada que ver con nosotros o es de poca importancia. En su Sermón del Monte, Jesús dio esta advertencia: “Dejen de juzgar, para que no sean juzgados” (Mateo 7:1). Y, según el Evangelio de Lucas, Jesús también dijo: “Dejen de condenar y así nunca serán condenados” (Lucas 6:37).a Jesús sabía que la gente tiende a juzgar con dureza a otros. Así que, si alguno de los que estaban escuchando a Jesús tenía esa costumbre, debía dejarla.
Al predicar las buenas noticias con imparcialidad, reflejamos la justicia de Jehová.
14. ¿Por qué razones debemos dejar de juzgar a los demás?
14 ¿Por qué debemos dejar de juzgar? Primero, porque nosotros no tenemos ese derecho. El discípulo Santiago nos recuerda que “solo hay un Legislador y Juez”: Jehová. Luego hace una pregunta que nos hace reflexionar: “¿Quién eres tú para juzgar a tu prójimo?” (Santiago 4:12; Romanos 14:1-4). Además, como somos imperfectos, es fácil juzgar a otros de forma injusta. Muchos factores —como los prejuicios, el resentimiento, los celos y los sentimientos de superioridad— pueden distorsionar nuestra forma de ver a los demás. Por otra parte, no podemos leer los corazones de nadie ni saber todos los detalles de su situación personal. Tener presente que contamos con información muy limitada impedirá que nos apresuremos a sacar conclusiones equivocadas. Entonces, ¿quiénes somos para cuestionar las intenciones de nuestros hermanos o dar por sentado que no se esfuerzan por servir a Dios? ¿No sería mejor imitar a Jehová y buscar lo bueno de los hermanos en vez de concentrarnos en sus defectos?
15. ¿Qué forma de hablarse y tratarse no debería haber entre los siervos de Dios, y por qué?
15 ¿Qué puede decirse de la familia? El hogar debería ser un lugar donde todos se sientan tranquilos y en paz. Pero es muy triste que en la actualidad es donde más conflictos hay. Muchos esposos, esposas y padres se portan como jueces inflexibles con su familia. No paran de decirles cosas crueles e hirientes, y hasta los golpean. Pero entre los siervos de Dios no debe haber palabras crueles, sarcasmo ni ningún tipo de maltrato (Efesios 4:29, 31; 5:33; 6:4). Y los mandatos de Jesús de dejar de juzgar y dejar de condenar también son para la familia. Recordemos que practicar la justicia implica tratar a los demás como nos trata Jehová. En vez de ser áspero y duro con quienes lo aman, él “es muy cariñoso y misericordioso” (Santiago 5:11). ¡Qué ejemplo tan bueno para nosotros!
Los ancianos desempeñan su papel con justicia
16, 17. a) ¿Qué espera Jehová de los ancianos? b) ¿Qué deben hacer si alguien no muestra arrepentimiento sincero, y por qué?
16 Todos tenemos la obligación de practicar la justicia, pero sobre todo los ancianos de la congregación. Fijémonos en lo que profetizó Isaías sobre los ancianos o “príncipes”: “¡Mira! Un rey reinará con rectitud, y príncipes gobernarán con justicia” (Isaías 32:1). En efecto, Jehová espera que los ancianos sean justos, como él. ¿Cómo pueden lograrlo?
17 Estos hermanos capacitados y espirituales saben muy bien que para reflejar la justicia de Jehová tienen que contribuir a mantener limpia la congregación. A veces los ancianos tienen que juzgar el caso de alguien que ha cometido un pecado grave. Al hacerlo, tienen presente que Jehová quiere que muestren misericordia siempre que sea posible. Por eso tratan de ayudar a la persona a arrepentirse de corazón. Pero ¿y si no lo logran a pesar de sus esfuerzos? Entonces, se debe tomar la medida justa y firme que indica la Palabra de Dios: “Saquen a la persona malvada que está entre ustedes”. En otras palabras, se le expulsa de la congregación (1 Corintios 5:11-13; 2 Juan 9-11). Aunque a los ancianos les duele tener que tomar esta decisión, comprenden que es necesario para mantener la pureza moral y espiritual de la congregación. Aun así, esperan que la persona recapacite y vuelva al pueblo de Dios algún día (Lucas 15:17, 18).
18. ¿Qué deben tener presente los ancianos al dar consejos bíblicos?
18 Los ancianos también siguen el ejemplo de justicia de Jehová al dar consejos bíblicos cuando es necesario. Claro, no andan buscando defectos en los demás ni aprovechan cada oportunidad que tengan para corregirlos. Pero puede que algún hermano dé “un paso en falso sin darse cuenta”. Como los ancianos saben que Jehová no es cruel ni duro al aplicar la justicia, seguirán este consejo: “Traten de corregir al hombre con espíritu apacible” (Gálatas 6:1). No lo regañarán ni utilizarán palabras duras, sino que le darán consejos con cariño para que se sienta motivado a cambiar. Aunque tengan que ser muy directos y advertirlo de las consecuencias, tendrán presente que es una ovejita de Jehová (Lucas 15:7).b Cuando un consejo se da por amor y con amor, es más probable que la persona recapacite y acepte la corrección.
19. ¿Qué decisiones tienen que tomar los ancianos, y en qué se deben basar?
19 Los ancianos deben tomar muchas decisiones que tienen que ver con sus hermanos cristianos. Por ejemplo, se reúnen periódicamente para analizar qué varones de la congregación reúnen los requisitos para ser recomendados como ancianos o siervos ministeriales. Los ancianos saben que deben ser imparciales. Por eso, los requisitos de la Biblia para ser siervos ministeriales o ancianos son más importantes para ellos que sus opiniones personales. De este modo actúan “sin ningún prejuicio ni parcialidad” (1 Timoteo 5:21).
20, 21. a) ¿Qué procuran ser los ancianos, y por qué? b) ¿Cómo pueden ayudar los ancianos “a los deprimidos”?
20 Los ancianos reflejan la justicia de Jehová de otras maneras. Después de predecir que desempeñarían su papel con justicia, Isaías dijo: “Cada uno de ellos será como un refugio contra el viento, un refugio contra la tormenta de lluvia, como corrientes de agua en una tierra árida, como la sombra de un peñasco inmenso en una tierra reseca” (Isaías 32:1, 2). Por lo tanto, los ancianos procuran ser una fuente de ánimo y consuelo para sus hermanos.
21 Con tantos problemas que hay en la actualidad, son muchos los hermanos que están sufriendo y necesitan ánimo. Ancianos, ¿qué pueden hacer para ayudar “a los deprimidos”? (1 Tesalonicenses 5:14). Escúchenlos con empatía (Santiago 1:19). Tal vez necesiten sacar toda su ansiedad y desahogarse con alguien de confianza (Proverbios 12:25). Confírmenles que Jehová y los hermanos los valoran muchísimo y los quieren de verdad (1 Pedro 1:22; 5:6, 7). Además, oren por ellos y con ellos. Puede que escuchar la oración sentida de un anciano sea lo que su corazón necesita (Santiago 5:14, 15). Jehová, que es tan justo, ve y toma en cuenta todo lo que ustedes hacen por ayudar con cariño a los deprimidos.
Al animar a los que sufren, los ancianos reflejan la justicia de Jehová.
22. ¿Cómo reflejamos la justicia de Dios, y cuál es el resultado?
22 Así pues, cuando reflejamos la justicia de Jehová, nos acercamos más a él. Lo hacemos al seguir sus justas normas, predicar las buenas noticias y centrarnos en las cosas buenas de los demás, no en sus defectos. Y ustedes, ancianos, lo hacen al mantener la pureza de la congregación, dar consejos constructivos basados en la Biblia, tomar decisiones imparciales y ayudar a los deprimidos. Jehová ve desde los cielos que su pueblo se esfuerza por practicar la justicia al andar con él. ¡Qué orgulloso debe sentirse!
a Algunas versiones dicen “no juzguen” y “no condenen”. Pero esto podría entenderse como “no empiecen a juzgar” y “no empiecen a condenar”. Ahora bien, el tiempo verbal que usaron los escritores de la Biblia en estos casos indica que la acción ya se estaba realizando. Así que Jesús mostró que sus oyentes tenían que dejar de hacer algo que ya estaban haciendo.
b En 2 Timoteo 4:2 se dice que un anciano “censura, reprende y aconseja seriamente”. La palabra griega que se traduce “aconseja seriamente” (parakaléō) puede tener el sentido de “animar”. Un término relacionado, paráklētos, se refiere a veces a un defensor o abogado que da ayuda. Así, aun si los ancianos censuran con firmeza a alguien, su propósito será ayudarlo para que recupere su amistad con Jehová.
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¡Qué profunda es “la sabiduría [...] de Dios”!Acerquémonos a Jehová
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CAPÍTULO 17
¡Qué profunda es “la sabiduría [...] de Dios”!
1, 2. ¿Cuál era el propósito de Jehová para el séptimo día, y cómo se puso a prueba la sabiduría de Dios al comienzo de ese día?
“DIOS vio todo lo que había hecho y, ¡mire!, todo era muy bueno” (Génesis 1:31). Estas palabras describen lo que pasó al terminar el sexto día creativo, cuando Jehová hizo al ser humano, su obra maestra. Pero, cuando comenzó el séptimo día, Adán y Eva decidieron unirse a Satanás y se rebelaron contra Dios. Así, cayeron en el pecado y la imperfección, y al final murieron. ¡Qué desastre!
2 Podía parecer que el propósito de Jehová para el séptimo día no se cumpliría jamás. Ese día, igual que los seis días anteriores, iba a durar miles de años. Jehová había dicho que ese día sería santo y que, cuando terminara, toda la Tierra sería un paraíso lleno de seres humanos perfectos (Génesis 1:28; 2:3). Pero, después de lo que hicieron Adán y Eva, ¿cómo se cumpliría el propósito de Dios? ¿Qué haría él? Esto puso a prueba la sabiduría de Jehová. De hecho, podría decirse que fue una prueba de fuego.
3, 4. a) ¿Por qué la solución de Jehová a lo que pasó en el Edén es una asombrosa muestra de su sabiduría? b) ¿Qué reconoceremos con humildad al ir aprendiendo más sobre la sabiduría de Jehová?
3 Jehová reaccionó de inmediato. Por un lado, dictó la sentencia contra los rebeldes. Y, por otro, brindó un maravilloso rayo de esperanza al dar la solución a todos los problemas que ellos acababan de desencadenar (Génesis 3:15). Jehová iría solucionando la situación poco a poco. Sería durante un periodo que abarcaría miles de años: desde lo que pasó en el Edén hasta el futuro lejano. Su solución es tan sencilla pero a la vez tan profunda que podemos estar toda la vida estudiándola y meditando en ella. Además, esa solución tiene el éxito garantizado: eliminará de raíz la maldad, el pecado y la muerte. Además, hará que los seres humanos fieles alcancen la perfección. Y todo esto se cumplirá antes de que termine el séptimo día. Así que, a pesar de todo, Jehová habrá cumplido a tiempo su propósito para la Tierra y la humanidad.
4 ¡Cuánto nos impresiona lo sabio que es Jehová! El apóstol Pablo se sintió impulsado a escribir que “la sabiduría [...] de Dios” es muy profunda (Romanos 11:33). Cuanto más aprendamos sobre la sabiduría de Jehová, más fácil será para nosotros reconocer con humildad que, por más que estudiemos, solo podremos llegar a conocer por encima esta cualidad de Dios (Job 26:14). Pero veamos primero en qué consiste esta asombrosa cualidad.
¿En qué consiste la sabiduría de Dios?
5, 6. ¿Qué relación hay entre el conocimiento y la sabiduría, y qué cosas sabe Jehová?
5 La sabiduría no es lo mismo que el conocimiento. Una computadora puede almacenar muchísimos datos, pero no diríamos que es sabia. Aun así, hay una estrecha relación entre la sabiduría y el conocimiento (Proverbios 10:14). Por ejemplo, si tuviéramos una enfermedad grave, ¿a quién le preguntaríamos para saber cuál es el mejor tratamiento? ¿A alguien que no supiera nada o casi nada de medicina? ¡Claro que no! Así que, para que alguien sea sabio de verdad, primero debe saber o conocer algo bien.
6 Jehová lo sabe todo. Él siempre ha existido, pues es el “Rey de la eternidad” (Apocalipsis 15:3). Así que ha estado al tanto de todo lo que ha pasado. La Biblia dice: “Ninguna cosa creada está escondida de la vista de él, sino que todas las cosas están desnudas y totalmente expuestas a los ojos de aquel a quien tenemos que rendir cuentas” (Hebreos 4:13; Proverbios 15:3). Además, como lo creó todo, conoce hasta el más mínimo detalle de cada una de sus creaciones. Sabe todo lo que el ser humano ha hecho desde el principio. “Jehová examina todos los corazones” y no se le escapa nada (1 Crónicas 28:9). Y, como nos dio la libertad para elegir, se alegra cuando ve que tomamos buenas decisiones. Es más, Jehová es “el que escucha las oraciones”, incluso si millones de personas le oran a la vez (Salmo 65:2). Y, sin duda, su memoria es perfecta.
7, 8. ¿Cómo demuestra Jehová entendimiento, discernimiento y sabiduría?
7 Además de conocimiento, Jehová tiene entendimiento y discernimiento. Él entiende la relación de unas cosas con otras, y siempre ve cómo se forma el cuadro completo al unir todos los detalles. Decide lo que es bueno y lo que es malo, lo que es importante y lo que no. Y no se deja llevar por las apariencias, sino que es capaz de ver lo que hay en el corazón (1 Samuel 16:7). Como hemos visto, el entendimiento y el discernimiento son superiores al conocimiento. Pero la sabiduría los supera a los tres.
8 Ser sabio significa usar el conocimiento, el discernimiento y el entendimiento para lograr algo bueno. Por eso, algunas de las palabras originales que en la Biblia se traducen como “sabiduría” transmiten la idea de un trabajo eficaz o bien hecho. Así que Jehová usa su conocimiento, entendimiento y discernimiento para hacer lo que se propone, y siempre logra los mejores resultados. Él lo sabe y lo entiende todo, y por eso siempre toma las mejores decisiones y elige la mejor manera de llevarlas a cabo. Esa es la verdadera sabiduría. Jehová es un ejemplo vivo de lo ciertas que son estas palabras de Jesús: “La sabiduría queda demostrada por sus resultados” (Mateo 11:19). Podemos ver claramente la sabiduría de Jehová en todo lo que hace y en todo lo que ha creado.
La creación demuestra la sabiduría de Dios
9, 10. a) ¿Qué clase de sabiduría demuestra Jehová, y cómo lo hace? b) ¿Cómo se refleja en la célula la sabiduría de Jehová?
9 ¿Nos asombra el ingenio de un artesano que crea objetos hermosos y a la vez prácticos? ¡Esta clase de sabiduría nos deja boquiabiertos! (Éxodo 31:1-3). Jehová es la fuente de esa sabiduría y nadie lo supera. De hecho, el rey David le dijo: “Te alabo porque estoy hecho de forma maravillosa, impresionante. Tus obras son maravillosas, y eso lo sé muy bien” (Salmo 139:14). Y es que, cuanto más aprendemos sobre el cuerpo humano, más nos impresiona lo sabio que es Jehová.
10 Todos empezamos siendo una sola célula: un óvulo fertilizado por un espermatozoide. Enseguida, esta célula empezó a dividirse hasta llegar a ser un cuerpo formado por 100 billones de células. Unas 10.000 células de tamaño medio caben en la cabeza de un alfiler. Pero, aunque son microscópicas, son mucho más complejas que cualquier máquina o fábrica diseñada por el hombre. Según los científicos, la célula es comparable a una ciudad protegida por un muro. Cuenta con entradas y salidas controladas, sistemas de transporte, redes de comunicaciones, centrales eléctricas, instalaciones industriales y plantas de reciclaje y tratamiento de residuos. También tiene cuerpos de defensa y hasta una especie de gobierno central en el núcleo. Además, es capaz de duplicarse en pocas horas.
11, 12. a) ¿Dónde está programada la función de las células, y cómo confirma esto lo que dice Salmo 139:16? b) ¿Qué características del cerebro demuestran que estamos hechos de forma maravillosa?
11 No todas las células son iguales. Según crece un embrión, se generan distintos tipos de células con diferentes funciones. Algunas serán parte del sistema nervioso y otras de los huesos, los músculos, la sangre o los ojos. Dentro de cada célula está programada la función que tendrá, y esos datos se almacenan en una “biblioteca” gigante: el ADN. El rey David también le dijo a Dios por inspiración: “Tus ojos me vieron hasta cuando yo era un embrión; todas sus partes estaban escritas en tu libro” (Salmo 139:16).
12 Hay partes del cuerpo sumamente complejas; por ejemplo, el cerebro. Según la ciencia, es único y no hay nada igual en el universo. Contiene unos 100.000 millones de neuronas, quizá tantas como las estrellas de nuestra galaxia. Cada una de ellas se conecta con miles de neuronas más. Los científicos dicen que el cerebro podría contener la información que hay en todas las bibliotecas del mundo, y a lo mejor mucho más que eso. Con todo, reconocen que tal vez nunca lleguen a comprender por completo cómo funciona, y eso que llevan décadas estudiando este órgano que está “hecho de forma maravillosa”.
13, 14. a) ¿Por qué decimos que las hormigas y otros animales son instintivamente sabios, y qué nos enseña esto sobre el Creador? b) ¿Por qué es la telaraña un ejemplo de la sabiduría de Jehová?
13 Ahora bien, aparte del ser humano, hay muchos ejemplos más de la sabiduría de Jehová. Salmo 104:24 dice: “¡Cuántas son tus obras, oh, Jehová! Con sabiduría las has hecho todas. La tierra está llena de tus creaciones”. Esta cualidad de Dios se puede ver en todo lo que nos rodea. Pensemos en las hormigas, que son “instintivamente sabias” (Proverbios 30:24). Sus colonias son un ejemplo impresionante de organización. En algunas de ellas hay pulgones, unos insectos que les dan alimento a las hormigas a cambio de hospedaje y protección. Además, hay hormigas que cultivan y cuidan sus propias “plantaciones” de hongos. Pero Jehová también les ha dado a muchos otros seres vivos capacidades así de increíbles. Por ejemplo, las moscas realizan acrobacias aéreas que ni el avión más moderno puede repetir. Y las aves migratorias se orientan por las estrellas, por el campo magnético terrestre o por algún tipo de mapa interno. A los biólogos les toma años entender las extraordinarias habilidades que estos animales tienen por instinto. ¡Imaginemos lo sabio que debe ser Jehová, quien puso en ellos ese instinto!
14 La ciencia ha aprendido mucho de la sabiduría que se ve en la creación. Hay incluso una rama de la ingeniería, la biomimética, que trata de imitar los diseños de la naturaleza. ¿Qué ocurre, por ejemplo, cuando vemos una telaraña? Quizá nos asombre su belleza. Pero un ingeniero irá más allá y se fijará en su estructura. Sus hilos parecen frágiles, pero en proporción son más fuertes que el acero y más resistentes que las fibras de un chaleco antibalas. De hecho, si ampliáramos una telaraña al tamaño de una red de pescar, podría detener un avión comercial en pleno vuelo. Está claro que Jehová ha hecho todo esto con sabiduría.
¿Quién hizo que fueran instintivamente sabios?
Más allá de la Tierra
15, 16. a) ¿Qué nos enseñan las estrellas sobre la sabiduría de Jehová? b) ¿Cómo demuestra la forma en que Jehová dirige a tantos ángeles que él es muy sabio?
15 La sabiduría de Dios se ve por todo el universo. En el capítulo 5 vimos que Jehová organizó las estrellas y los planetas mediante “las leyes que rigen los cuerpos celestes” (Job 38:33). Así, agrupó las estrellas en galaxias, las galaxias en cúmulos, y los cúmulos en supercúmulos. ¡Qué sabiduría! Con razón Dios mismo dice que las estrellas y los planetas son “como un ejército” (Isaías 40:26). Pero hay otro ejército que refleja con más claridad su sabiduría.
16 Como señalamos en el capítulo 4, Dios recibe el título “Jehová de los ejércitos” porque dirige un grupo de muchos millones de ángeles. Esto es una muestra de su gran poder. ¿Y qué tiene que ver esto con su sabiduría? Piénselo: Jehová y Jesús nunca están de brazos cruzados (Juan 5:17). Así que es de esperar que estos siervos de Dios, los ángeles, tampoco estén desocupados. Además, recordemos que son superiores a nosotros; son mucho más inteligentes y poderosos (Hebreos 1:7; 2:7). Aun así, él los ha mantenido a todos muy ocupados durante miles de millones de años. Y todos ellos, muy contentos, cumplen “lo que él dice” y “hacen su voluntad” (Salmo 103:20, 21). Si Jehová ha logrado mantener a todos esos ángeles contentos y ocupados durante tanto tiempo, es porque es muy sabio.
Jehová es “el único que es sabio”
17, 18. ¿Por qué dice la Biblia que Jehová es “el único que es sabio”, y por qué su sabiduría nos causa una gran admiración?
17 Por todo lo anterior, es lógico que la Biblia alabe a Jehová por su gran sabiduría. Entre otras cosas, dice que él es “el único que es sabio” (Romanos 16:27). Solo él es totalmente sabio, así que él es la fuente de la sabiduría verdadera (Proverbios 2:6). Jesús es el ser más sabio que Jehová creó. Pero nunca enseñaba sus propias ideas, sino lo que su Padre le había mandado (Juan 12:48-50).
18 Pablo expresó así lo que le hacía sentir la incomparable sabiduría de Jehová: “¡Oh, qué profundas son las riquezas, la sabiduría y el conocimiento de Dios! ¡Qué inexplicables son sus juicios e inexplorables sus caminos!” (Romanos 11:33). Con la expresión “oh”, demostró una emoción muy intensa, una gran admiración. El término griego para “profundas” se relaciona con el que se traduce como “abismo”. De este modo, él transmitió una imagen muy gráfica: meditar en la sabiduría de Dios es como asomarnos hacia un abismo tan profundo que no alcanzamos a ver el fondo. Así, por mucho que nos esforcemos, nunca entenderemos la inmensidad de la sabiduría de Jehová. Y tampoco sabremos todo lo que sabe Jehová (Salmo 92:5). ¡Qué poquita cosa somos en comparación con él!
19, 20. a) ¿Por qué es el águila un símbolo perfecto de la sabiduría de Dios? b) ¿Cómo sabemos que Jehová puede ver el futuro?
19 Pero hay otra razón por la que Jehová es “el único que es sabio”: es el único que puede saber el futuro. Como sabemos, él usa el águila como símbolo de su sabiduría. Aunque el águila real es mucho más pequeña que un ser humano, sus ojos son más grandes que los de un hombre adulto. Su vista tiene tanto alcance que puede ver presas diminutas desde una altura muy elevada y tal vez a kilómetros o millas de distancia. El propio Jehová dijo sobre el águila: “Sus ojos miran muy lejos, en la distancia” (Job 39:29). Y los ojos de Jehová también “miran muy lejos, en la distancia”, es decir, pueden ver hacia el futuro lejano.
20 En la Biblia hay muchos ejemplos que demuestran esto. Contiene cientos de profecías, o sea, sucesos que se escribieron tiempo antes de que pasaran. Jehová predijo —a veces, cientos de años antes— quién ganaría ciertas guerras, qué potencias mundiales surgirían y caerían, y hasta cómo se ganarían algunas batallas y quién lo haría (Isaías 44:25-45:4; Daniel 8:2-8, 20-22).
21, 22. a) ¿Qué ejemplo demuestra que Jehová no escribe el futuro de cada uno de nosotros? b) ¿Usa Jehová su sabiduría sin compasión?
21 ¿Quiere decir esto que Dios ya tiene escrito nuestro futuro? Eso es lo que enseñan algunas religiones. Pero, si fuera así, esto rebajaría la sabiduría de Jehová, pues indicaría que es incapaz de controlarse, de controlar su capacidad de ver el futuro. Piense en este ejemplo: si usted tuviera una voz espectacular y cantara superbién, ¿tendría que cantar todo el tiempo? ¡Sería absurdo! Pues Jehová tiene la capacidad de ver el futuro, pero no la usa todo el tiempo. Si lo hiciera, no respetaría nuestro libre albedrío —es decir, nuestra libertad de elección— un regalo muy valioso que él nunca nos quitará (Deuteronomio 30:19, 20).
22 Lo que es peor, quienes creen en la predestinación culpan a Dios de todo lo malo que pasa y creen que usa su sabiduría sin compasión. ¡Qué mentira! La Biblia enseña que Jehová “tiene un corazón sabio” (Job 9:4). Claro, él no tiene un corazón literal. En la Biblia, el corazón representa la esencia de una persona, sus motivos y sentimientos, como el amor. Así que la sabiduría de Dios, como sus otras cualidades, también se basa en el amor (1 Juan 4:8).
23. ¿Por qué podemos confiar en la sabiduría de Jehová, y cómo demostramos que lo hacemos?
23 Está claro que podemos confiar totalmente en la sabiduría de Dios. Como él es mucho más sabio que nosotros, su Palabra nos aconseja: “Confía en Jehová con todo tu corazón y no te apoyes en tu propio entendimiento. Tómalo en cuenta en todos tus caminos, y él hará rectas tus sendas” (Proverbios 3:5, 6). En los siguientes capítulos aprenderemos más sobre la sabiduría de Jehová. Esto nos acercará más a él, nuestro Dios de infinita sabiduría.
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La sabiduría de la Palabra de DiosAcerquémonos a Jehová
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CAPÍTULO 18
La sabiduría de la Palabra de Dios
1, 2. ¿Qué “carta” nos ha enviado Jehová, y por qué?
¿ALGUNA vez ha recibido una carta de un ser querido que vive lejos? A todos nos emociona recibir noticias de alguien a quien queremos: saber cómo está, lo que le ha pasado, qué planes tiene... Gracias a ese tipo de comunicación, nos sentimos más cerca de esa persona a la que tanto queremos, aunque estemos lejos.
2 Pero ningún otro mensaje nos alegra tanto como el que viene de nuestro querido Dios. La “carta” que él nos mandó es su Palabra, la Biblia. En ella nos cuenta quién es, qué ha hecho, qué hará y mucho más. Nos la dio porque quiere que nos sintamos cerca de él. Y, como Jehová es tan sabio, eligió el mejor medio para comunicarse con nosotros. La gran sabiduría de Jehová también se ve por la forma en que la Biblia está escrita y por lo que dice en ella.
¿Por qué puso por escrito su mensaje?
3. ¿Cómo le transmitió Jehová la Ley a Moisés?
3 Quizás alguien se pregunte: “¿Por qué no se comunicó Jehová con nosotros de una forma más espectacular, como con una voz del cielo?”. Bueno, lo cierto es que a veces sí habló desde el cielo mediante ángeles. Por ejemplo, lo hizo cuando le dio la Ley a Israel (Gálatas 3:19). Pero, cuando los israelitas lo escucharon, les dio muchísimo miedo. Así que pidieron que Jehová se comunicara con ellos a través de Moisés (Éxodo 20:18-20). Finalmente, Jehová habló con Moisés y le dictó más de 600 leyes palabra por palabra. Ese conjunto de leyes es la Ley mosaica.
4. ¿Qué hubiera pasado si Moisés no hubiera puesto por escrito la Ley de Dios?
4 Pero, si esa Ley nunca se hubiera puesto por escrito, ¿habría podido Moisés recordar a la perfección todo lo que Jehová le dijo para transmitírselo fielmente al resto del pueblo? Y la gente, ¿habría podido recordar todo lo que Moisés les dijera y así transmitirlo generación tras generación? Ese no habría sido un método muy confiable para transmitir los mandatos de Dios. Imagínese que tuviera una larga fila de gente ante usted y le contara una historia a la primera persona de la fila para que esta se la contara a la siguiente, y así hasta llegar al final. Lo que escucharía el último de la fila seguramente sería muy distinto del mensaje original. Pero eso nunca pasó con la Ley de Dios.
5, 6. ¿Qué mandó Jehová que se hiciera con sus palabras, y por qué es eso una bendición para nosotros?
5 Jehová decidió sabiamente encargarse de que sus palabras se escribieran. Le mandó a Moisés: “Escribe estas palabras, porque estoy celebrando un pacto contigo y con Israel de acuerdo con estas palabras” (Éxodo 34:27). Por eso, en el año 1513 antes de nuestra era se empezó a escribir la Biblia. A lo largo de los siguientes 1.610 años, Dios “les habló [...] en muchas ocasiones y de muchas maneras” a unos 40 hombres para que escribieran la Biblia (Hebreos 1:1). Durante ese tiempo, muchos hombres fieles también fueron copiando las Escrituras con mucho cuidado para conservarlas (Esdras 7:6; Salmo 45:1).
6 Es una bendición que Jehová se haya comunicado con nosotros por escrito. ¿Ha recibido alguna carta de ánimo justo cuando más lo necesitaba? De seguro la guardó con cariño para leerla una y otra vez. Eso es lo que pasa con la “carta” que recibimos de Jehová. Como puso sus palabras por escrito, podemos leerlas y meditar en ellas una y otra vez (Salmo 1:2). Así podemos recibir “el consuelo de las Escrituras” siempre que lo necesitemos (Romanos 15:4).
¿Por qué usó escritores humanos?
7. ¿Por qué fue sabio que Jehová usara escritores humanos?
7 Jehová fue muy sabio al usar humanos para que escribieran su Palabra. Piénselo: si Dios les hubiera dado esa tarea a los ángeles, ¿nos llegaría la Biblia al corazón tanto como ahora? Ellos podrían haber descrito a Jehová como ellos lo ven, explicar por qué lo aman y lo adoran, y contar la historia de algunos siervos fieles de Dios. Pero ellos son superiores a nosotros, saben más y tienen mucha más experiencia y fuerza. Así que, ¿de verdad habríamos entendido su visión de las cosas? ¿Nos habríamos sentido identificados con sus sentimientos? (Hebreos 2:6, 7).
8. ¿En qué sentido se les permitió a los escritores bíblicos valerse de sus capacidades? (Vea también la nota).
8 Al usar seres humanos para escribir la Biblia, Jehová nos dio justo lo que necesitamos: una carta “inspirada por Dios” que al mismo tiempo refleja el toque humano (2 Timoteo 3:16). ¿Cómo lo logró? Al parecer, en muchos casos les permitió valerse de su capacidad mental para seleccionar “palabras agradables” y “escribir con exactitud palabras de verdad” (Eclesiastés 12:10, 11). Por eso hay tantos estilos distintos: cada libro refleja el origen y la personalidad de su escritor.a Sin embargo, aquellos hombres “hablaron de parte de Dios impulsados por espíritu santo” (2 Pedro 1:21). Así que, en realidad, la Biblia es “la palabra de Dios” (1 Tesalonicenses 2:13).
“Toda la Escritura está inspirada por Dios”.
9, 10. ¿Qué contribuye a que la Biblia nos llegue al corazón?
9 Gracias a que Jehová usó escritores humanos, la Biblia nos llega al corazón. Ellos tenían los mismos sentimientos que nosotros. Eran imperfectos y pasaron por pruebas y dificultades parecidas a las nuestras. A veces, el espíritu de Jehová los impulsó a hablar de sus emociones y sus luchas (2 Corintios 12:7-10). Ningún ángel podría haber escrito algo así en primera persona, como lo hicieron ellos.
10 Pensemos en el caso del rey David, del antiguo Israel. Después de haber cometido varios pecados graves, compuso un salmo en el que le abrió su corazón a Jehová y le suplicó que lo perdonara. Él escribió: “Límpiame de mi pecado. Porque conozco muy bien mis ofensas y mi pecado está siempre delante de mí. Mira, cuando nací ya era culpable de error, y en pecado me concibió mi madre. No me eches de tu presencia; no me quites tu espíritu santo. El sacrificio que a Dios le agrada es un espíritu destrozado; un corazón destrozado y aplastado, oh, Dios, no lo rechazarás” (Salmo 51:2, 3, 5, 11, 17). ¿Verdad que podemos sentir la angustia de David? Solo un ser humano podría expresar estos sentimientos.
¿Por qué se incluyen historias de personas?
11. ¿Qué historias reales incluye la Biblia “para nuestra enseñanza”?
11 La Biblia también nos llega al corazón porque incluye muchas historias de personas reales. Algunas servían a Dios y otras no. Nos narra sus experiencias, así como sus tristezas y alegrías. También aprendemos mucho de las decisiones que tomaron y de sus resultados. Todos esos relatos de la vida real están allí “para nuestra enseñanza” (Romanos 15:4). Con ellos, Jehová nos enseña de una forma que nos llega a lo más profundo. Veamos algunos casos.
12. ¿En qué sentido nos ayudan los relatos de personas infieles?
12 La Biblia habla de personas que fueron infieles o malvadas y también de las consecuencias de sus acciones. Sus historias nos ayudan a entender claramente por qué debemos evitar ciertas actitudes. Por ejemplo, ¿qué tiene más fuerza: un mandato que prohíbe la traición, o el relato en el que Judas traiciona a Jesús? (Mateo 26:14-16, 46-50; 27:3-10). Relatos como este pueden tener un profundo impacto en nosotros, y esto nos ayuda a identificar ciertos defectos que pudiéramos tener y a luchar contra ellos.
13. ¿De qué formas nos ayuda la Biblia a desarrollar cualidades?
13 La Biblia también incluye historias de muchos siervos fieles de Dios que nos dan un ejemplo de lealtad y devoción. Ver sus cualidades en acción nos enseña cómo acercarnos a Dios. Una de esas cualidades es la fe. La Biblia define esta cualidad y explica lo importante que es para hacer feliz a Jehová (Hebreos 11:1, 6). Pero también incluye relatos que demuestran claramente la fe tan grande de algunas personas, como la de Abrahán cuando iba a sacrificar a su hijo Isaac (Génesis, capítulo 22; Hebreos 11:17-19). Gracias a este tipo de relatos, entendemos mucho mejor qué significa tener fe. Así que Jehová no solo nos anima a desarrollar cualidades, sino que a través de ejemplos como estos nos enseña cómo hacerlo. ¡Qué sabio es Jehová!
14, 15. ¿Qué cuenta la Biblia sobre una viuda que fue al templo, y qué nos enseña sobre Jehová este relato?
14 Las historias de la vida real que hay en la Biblia por lo general nos enseñan algo sobre la personalidad de Jehová. Piense en un episodio del ministerio de Jesús. Sentado cerca de las arcas del tesoro del templo, ve cómo la gente echa dinero en ellas y que muchos ricos “dan de lo que les sobra”. Entonces se fija en una mujer, una viuda pobre que echa lo último que le queda, “dos moneditas de muy poco valor”.b Jesús —que reflejaba a la perfección el punto de vista de Jehová— dice: “Esta viuda pobre echó en las arcas del tesoro más que todos los demás”. Así que, para Jehová, ella había dado más que todas aquellas personas juntas (Marcos 12:41-44; Lucas 21:1-4; Juan 8:28).
15 Es curioso que, de toda la gente que fue al templo ese día, Jesús se fijara en esa viuda. ¿Verdad que nos conmueve que Dios haya incluido este relato en la Biblia? Con esta historia, Jehová nos demuestra que valora lo que hacemos por él. Le encanta lo que le damos de corazón y jamás nos compara con nadie. ¿No nos enternece que Jehová haya usado un relato así para enseñarnos esta lección?
Lo que no cuenta la Biblia
16, 17. ¿Cómo vemos la sabiduría de Jehová hasta en los detalles que decidió no contar en su Palabra?
16 Cuando le escribimos una carta a un ser querido, no podemos incluir todos los detalles. Escogemos muy bien lo que vamos a contarle. Jehová también escogió muy bien de qué sucesos y personas se hablaría en su Palabra, pero no siempre dio todos los detalles (Juan 21:25). Por ejemplo, al hablar de la forma en que Dios juzga a la gente, tal vez la Biblia no responda todas nuestras preguntas. Pero hasta en esas cosas que Dios decide no contar vemos su sabiduría. ¿De qué manera?
17 La forma en que la Biblia está escrita nos ayuda a descubrir lo que llevamos dentro. Respecto a “la palabra de Dios”, o su mensaje, Hebreos 4:12 dice: “Está viva y actúa con poder. Está más afilada que cualquier espada de dos filos y penetra hasta separar el alma del espíritu [...], y es capaz de revelar los pensamientos y las intenciones del corazón”. Así que el mensaje de la Biblia llega hasta lo más hondo de nuestro ser y revela nuestros verdaderos pensamientos y motivos. Quien la lee con una actitud crítica suele decepcionarse al llegar a relatos que no dan tanta información como le gustaría. Quizás hasta cuestione que Jehová de veras sea amoroso, sabio y justo.
18, 19. a) ¿Por qué no nos desanimamos si no vemos enseguida las respuestas a nuestras preguntas sobre un relato? b) ¿Qué hace falta para entender la Biblia, y cómo muestra esto lo sabio que es Dios?
18 Sin embargo, cuando tenemos la actitud correcta al estudiar la Biblia, no cuestionamos a Jehová ni nos desanimamos si no vemos enseguida las respuestas a nuestras preguntas sobre un relato. ¿Por qué? Pongamos un ejemplo: al hacer un rompecabezas de muchas piezas, al principio tal vez no encontremos la que buscamos o no sepamos dónde encajar una de ellas. Pero puede que las piezas que ya están en su lugar nos den una idea de cómo es la imagen completa. Lo mismo pasa con el estudio de la Biblia. Si aprendemos poco a poco qué clase de Dios es Jehová, llegaremos a ver la imagen completa. Así, al leer algo que al principio no entendamos o que nos parezca que no encaja con la personalidad de Jehová, sabremos lo suficiente como para estar seguros de que él lo hace todo con amor y siempre actúa con justicia.
19 Por lo tanto, solo comprenderemos la Palabra de Dios si la leemos y estudiamos con un corazón sincero y una mente abierta. Esto es una prueba de la inmensa sabiduría de Jehová. ¿Verdad que hay genios que escriben libros que solo pueden entender “los intelectuales y sabios”? Pero ellos no podrían escribir un libro que solo entiendan quienes tengan un corazón puro. El único que puede lograr eso es Jehová, que es sabio de verdad (Mateo 11:25).
Un libro lleno de “sabiduría práctica”
20. ¿Por qué es Jehová el único que puede enseñarnos cuál es el mejor modo de vivir, y qué información útil da la Biblia?
20 Mediante su Palabra, Jehová nos enseña cuál es el mejor modo de vivir. Como nos creó, sabe mejor que nosotros lo que necesitamos. Al fin y al cabo, el ser humano tiene las mismas necesidades básicas que cuando se escribió la Biblia: recibir amor, ser feliz y tener buenos amigos. La “sabiduría práctica” que contiene la Biblia es útil y puede ayudarnos a que nos vaya bien y a ser felices (Proverbios 2:7). El último capítulo de cada sección de este libro muestra cómo podemos seguir los sabios consejos de la Biblia. Pero aquí veremos un ejemplo por adelantado.
21-23. ¿Qué sabios consejos nos ayudan a evitar la ira y el rencor?
21 ¿Se ha dado cuenta de que la gente resentida suele acabar amargándose y haciéndose daño a sí misma? El rencor es una carga. Y, cuando lo alimentamos, nos desgasta mentalmente y nos roba la paz y la alegría. La ciencia ha descubierto que la ira puede aumentar el riesgo de sufrir enfermedades cardiacas y muchos otros problemas de salud crónicos. Pero mucho antes de estos descubrimientos, la Biblia dio este sabio consejo: “Deja de lado la ira, renuncia a la furia” (Salmo 37:8). ¿Y cómo podemos hacerlo?
22 La Biblia nos dice estas sabias palabras: “La perspicacia del hombre frena su furia, y es un gesto hermoso que él pase por alto una ofensa” (Proverbios 19:11). La perspicacia nos ayuda a ver más allá y entender lo que hay detrás de las palabras o acciones de otros. Si tratamos de entender las intenciones, los sentimientos y las circunstancias de los demás, se nos hará más fácil no sentirnos heridos y no guardarles rencor.
23 La Biblia también nos aconseja: “Sigan soportándose unos a otros y perdonándose con generosidad” (Colosenses 3:13). La expresión “sigan soportándose unos a otros” nos invita a ser pacientes y a tolerar lo que nos molesta de los demás. Esta actitud nos ayudará a no ofendernos por cosas sin importancia. Y la expresión “perdonándose” transmite la idea de dejar que se vaya el resentimiento. Nuestro Dios, que es tan sabio, sabe que necesitamos perdonar cuando hay buenas razones para hacerlo. Si perdonamos, no solo les hacemos un favor a los demás; también nosotros conservamos nuestra paz interior (Lucas 17:3, 4). ¡Cuánta sabiduría hay en la Palabra de Dios!
24. ¿Qué lograremos si seguimos los sabios consejos de Jehová?
24 Como Jehová nos ama tanto, eligió el mejor medio posible para comunicarse con nosotros: una “carta” escrita por hombres dirigidos por el espíritu santo. Así, hizo que sus sabios consejos, “dignos de toda confianza”, se guardaran en la Biblia (Salmo 93:5). Cuando seguimos estos consejos y los compartimos con los demás, nos acercamos más a Dios, la fuente de la sabiduría. En el próximo capítulo, veremos otra prueba asombrosa de su sabiduría: su capacidad de predecir el futuro y cumplir su propósito.
a Por ejemplo, como David era pastor, usó ejemplos sacados de su experiencia con las ovejas (Salmo 23). Mateo, que había sido cobrador de impuestos, solía hacer referencia a cifras y cantidades de dinero (Mateo 17:27; 26:15; 27:3). Y Lucas, que era médico, mencionó detalles relacionados con la medicina (Lucas 4:38; 14:2; 16:20).
b Las dos monedas que echó la viuda eran leptones. El leptón era la moneda judía más pequeña y de menos valor que había en circulación. Dos leptones equivalían al salario que ganaba un trabajador en 15 minutos. Esas dos moneditas no alcanzaban ni siquiera para comprar un gorrión, el ave más barata que comían los pobres.
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“La sabiduría de Dios expresada en un secreto sagrado”Acerquémonos a Jehová
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CAPÍTULO 19
“La sabiduría de Dios expresada en un secreto sagrado”
1, 2. ¿Qué “secreto sagrado” debería interesarnos, y por qué?
¿LE GUSTAN los secretos? Cuando nos cuentan un secreto, puede que nos emocionemos tanto que nos cueste quedarnos callados. Sin embargo, la Biblia dice: “La gloria de Dios es mantener secreto un asunto” (Proverbios 25:2). Jehová, nuestro Soberano y Creador, tiene el derecho a no contarnos algo hasta que llegue el momento de hacerlo.
2 Ahora bien, hay un secreto fascinante que Jehová nos da a conocer en su Palabra: “el secreto sagrado de su voluntad” (Efesios 1:9). Esta información no solo satisface nuestra curiosidad. También puede salvarnos la vida y permitirnos entender un poquito mejor la inmensa sabiduría de Dios.
Poco a poco se revela el secreto
3, 4. ¿Qué esperanza y qué “secreto sagrado” hay en Génesis 3:15?
3 Cuando Adán y Eva pecaron, parecía que el propósito de Dios de que la Tierra fuera un paraíso lleno de personas perfectas no se cumpliría. Pero Jehová actuó de inmediato. Dijo: “Haré que haya enemistad entre tú y la mujer, y entre tu descendencia y la descendencia de ella. Él te aplastará la cabeza, y tú le herirás el talón” (Génesis 3:15).
4 ¿Quién sería la mujer? ¿Quién sería la serpiente? ¿Quién sería “la descendencia” que aplastaría la cabeza de la serpiente? ¡Era todo un enigma! Adán y Eva no sabían las respuestas. Aun así, esas palabras les darían esperanza a los descendientes fieles de aquella pareja desleal. La justicia triunfaría y el propósito de Jehová se cumpliría. Pero ¿cómo se lograría? ¡Ah, eso era un misterio! La Biblia se refiere a esto como “la sabiduría de Dios expresada en un secreto sagrado, la sabiduría escondida” (1 Corintios 2:7).
5. ¿Por qué Dios reveló poco a poco su secreto? Ponga un ejemplo.
5 Jehová es el “que revela los secretos” (Daniel 2:28). Así que, con el tiempo, les daría a sus siervos más detalles sobre este secreto. Pero lo haría poco a poco. Para entenderlo mejor, veamos un ejemplo. Si un niño pregunta: “Papá, ¿de dónde vengo?”, un padre sensato solo le dirá al niño lo que puede entender a su edad, y al ir creciendo le dará más detalles. De forma parecida, Jehová sabe cuándo estará listo su pueblo para recibir más información sobre lo que se propone hacer (Proverbios 4:18; Daniel 12:4).
6. a) ¿Para qué sirven los pactos o contratos? b) ¿Por qué llama la atención que Jehová hiciera pactos con seres humanos?
6 ¿Cómo fue dando Jehová más detalles sobre este secreto? Lo hizo mediante varios pactos o contratos. Es probable que usted haya firmado alguna vez un contrato, quizás para comprar una casa o para hacer o pedir un préstamo. Con ese contrato, las dos partes se comprometen legalmente a cumplir lo acordado. Ahora bien, ¿qué necesidad tenía Dios de hacer pactos con seres humanos? La verdad es que, cuando Jehová da su palabra, eso ya es una garantía. Pero él es tan bueno que quiere que a nosotros, que somos imperfectos, se nos haga más fácil confiar por completo en sus promesas. Y por eso ha hecho varios pactos para respaldar lo que ha prometido (Hebreos 6:16-18).
El pacto con Abrahán
7, 8. a) ¿Qué promesas incluía el pacto con Abrahán, y qué detalles indicó este pacto sobre el secreto sagrado? b) ¿Cómo fue precisando Jehová la línea de antepasados de la Descendencia prometida?
7 Más de 2.000 años después de expulsar a Adán y Eva del Paraíso, Jehová le dijo a su siervo Abrahán: “De veras haré que tu descendencia sea tan numerosa como las estrellas de los cielos [...]. Y todas las naciones de la tierra conseguirán una bendición para ellas mismas mediante tu descendencia, porque tú has escuchado mi voz” (Génesis 22:17, 18). No era solo una promesa. Era un contrato legal, y Jehová garantizaba con un juramento que se cumpliría (Génesis 17:1, 2; Hebreos 6:13-15). ¡Increíble! El Altísimo se comprometió mediante un pacto a bendecir a la humanidad.
“Haré que tu descendencia sea tan numerosa como las estrellas de los cielos”.
8 El pacto con Abrahán reveló que él sería antepasado de la Descendencia prometida. Así que esa Descendencia sería un ser humano. Pero ¿quién sería? Jehová dio a conocer años más tarde que, de los hijos de Abrahán, el antepasado de la Descendencia sería Isaac. Y, de sus dos hijos, Jehová eligió a Jacob (Génesis 21:12; 28:13, 14). Más tarde, Jacob dio esta profecía sobre uno de sus 12 hijos: “El cetro no se apartará de Judá, ni el bastón de mando se apartará de entre sus pies, hasta que venga Siló [que significa ‘aquel a quien pertenece’], y a él pertenecerá la obediencia de los pueblos” (Génesis 49:10; nota). Así se supo que la Descendencia sería un rey y que vendría de la tribu de Judá.
El pacto con la nación de Israel
9, 10. a) ¿Qué pacto hizo Dios con Israel, y por qué fue una protección? b) ¿Cómo mostró la Ley que el hombre necesitaba un rescate?
9 En el 1513 antes de nuestra era, Jehová hizo el pacto de la Ley mosaica con los descendientes de Abrahán. Mediante este acuerdo con Israel, fue dando más detalles sobre el secreto sagrado. Aunque este pacto ya no está en vigor, fue un instrumento clave para que llegara la Descendencia prometida. ¿Por qué? Por tres razones. Primero, porque la Ley era como un muro protector (Efesios 2:14). Y es que sus justas normas mantenían separados a los judíos de la gente de otras naciones. Al separarlos de quienes no servían a Jehová, la Ley contribuyó a proteger la línea de la Descendencia. Gracias a esto, la nación aún existía cuando llegó el momento de que naciera el Mesías en la tribu de Judá.
10 Segundo, porque la Ley mostró claramente que la humanidad necesitaba un rescate. Como la Ley era perfecta, ayudaba a los israelitas a darse cuenta de que nadie imperfecto podría obedecerla por completo. De esta forma sirvió “para poner al descubierto las transgresiones hasta que llegara la descendencia a quien se le había hecho la promesa” (Gálatas 3:19). Además, la Ley permitió que se perdonaran provisionalmente los pecados mediante sacrificios de animales. Pero estos sacrificios se limitaron a representar el sacrificio redentor de Jesús. Como indicó Pablo, “no es posible que la sangre de toros y de cabras elimine los pecados” (Hebreos 10:1-4). Así que el pacto de la Ley fue “el tutor que [...] guio hasta Cristo” a los judíos fieles (Gálatas 3:24).
11. ¿Qué oportunidad maravillosa les dio a los israelitas el pacto de la Ley, pero cómo la desaprovecharon?
11 Y, tercero, porque aquel pacto les dio a los israelitas una oportunidad maravillosa. Jehová les dijo que, si eran fieles, se convertirían en “un reino de sacerdotes y una nación santa” (Éxodo 19:5, 6). Aunque los primeros miembros del reino celestial de sacerdotes salieron de Israel, la nación en conjunto desaprovechó esa oportunidad; se rebeló contra el pacto de la Ley y rechazó al Mesías. Entonces, ¿a quiénes elegiría Jehová para completar el reino de sacerdotes, y qué relación tendría ese reino con la Descendencia prometida? Dios contestaría a su tiempo estas preguntas.
El pacto con David para un reino
12. ¿Qué promesas incluía el pacto que Jehová hizo con David, y qué indicaron sobre el secreto sagrado de Dios?
12 En el siglo once antes de nuestra era, Jehová aportó más información sobre el secreto sagrado cuando hizo un pacto con el fiel rey David. Le prometió: “Yo levantaré después de ti a tu descendencia [...], y estableceré con firmeza su reino”. Y añadió: “Yo estableceré con firmeza el trono de su reino para siempre” (2 Samuel 7:12, 13; Salmo 89:3). Aquellas palabras indicaron que la Descendencia prometida vendría de la casa de David. Pero ¿podría un hombre común y corriente reinar “para siempre” y rescatar del pecado y la muerte a la humanidad? (Salmo 89:20, 29, 34-36).
13, 14. a) Según el Salmo 110, ¿qué promesa hizo Jehová sobre el Rey que él ungió? b) ¿Qué otros detalles dio Jehová mediante sus profetas sobre la Descendencia prometida?
13 David escribió por inspiración: “Jehová le declaró a mi Señor: ‘Siéntate a mi derecha hasta que ponga a tus enemigos como banquillo para tus pies’”. Y añadió: “Jehová ha hecho un juramento y no cambiará de opinión: ‘¡Tú eres sacerdote para siempre a la manera de Melquisedec!’” (Salmo 110:1, 4). Estas palabras se refirieron directamente a la Descendencia prometida: el Mesías (Hechos 2:35, 36). Él no reinaría desde Jerusalén, sino desde los cielos, a la “derecha” de Jehová. Eso le daría la autoridad de gobernar en toda la Tierra, no solo en el territorio de Israel (Salmo 2:6-8). Pero lo que dijo Jehová indica algo más. Él juró solemnemente que el Mesías sería “sacerdote [...] a la manera de Melquisedec”. ¿Por qué es esto interesante? Melquisedec, que vivió en la época de Abrahán, era rey y también sacerdote. De igual manera, Dios nombraría a la Descendencia prometida Rey y también Sacerdote (Génesis 14:17-20).
14 A lo largo de los años, Jehová fue dando más detalles sobre el secreto sagrado mediante sus profetas. Por ejemplo, Isaías reveló que la Descendencia sacrificaría su vida (Isaías 53:3-12). Miqueas predijo dónde nacería el Mesías (Miqueas 5:2). Y Daniel hasta dijo exactamente cuándo empezaría su ministerio y cuándo moriría (Daniel 9:24-27).
¡Por fin se revela el secreto sagrado!
15, 16. a) ¿Qué hizo posible que el Hijo de Dios naciera de una mujer? b) ¿Qué heredó Jesús de sus padres humanos, y cuándo llegó como la Descendencia prometida?
15 ¿Cuándo dejó de ser un misterio la forma en que se cumplirían estas profecías? En el momento en que llegó la Descendencia. Gálatas 4:4 dice: “Cuando se cumplió el tiempo fijado, Dios envió a su Hijo, que nació de una mujer”. En el año 2 antes de nuestra era, un ángel le dijo a una virgen judía llamada María: “Mira, quedarás embarazada y darás a luz un hijo, y tienes que llamarlo Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. Y Jehová Dios le dará el trono de David su padre”. Luego añadió: “Sobre ti vendrá espíritu santo, y el poder del Altísimo te envolverá con su sombra. Por eso el que va a nacer será llamado santo, Hijo de Dios” (Lucas 1:31, 32, 35).
16 Más tarde, Jehová hizo que la vida de su Hijo pasara desde el cielo a la matriz de María. Así fue como Jesús nació de una mujer. Aunque María era imperfecta, él no heredó la imperfección, pues era “Hijo de Dios”. Lo que sí heredó de sus padres humanos fue el derecho a ocupar el trono de David, pues ellos eran descendientes de este rey (Hechos 13:22, 23). Cuando Jesús se bautizó, en el año 29 de nuestra era, Jehová lo ungió con espíritu santo y dijo: “Este es mi Hijo amado” (Mateo 3:16, 17). ¡Al fin había llegado la Descendencia! (Gálatas 3:16). Era el momento de revelar más detalles sobre el secreto sagrado (2 Timoteo 1:10).
17. ¿Cómo se aclaró el significado de Génesis 3:15?
17 Durante su ministerio, Jesús indicó que la serpiente de Génesis 3:15 es Satanás y que su descendencia son quienes apoyan al Diablo (Mateo 23:33; Juan 8:44). Más tarde, Jehová reveló cómo se les “aplastará” o destruirá a todos ellos para siempre (Apocalipsis 20:1-3, 10, 15). Además, dio a conocer que la mujer de la profecía era “la Jerusalén de arriba” —o la esposa de Dios—, es decir, la parte celestial de la organización de Jehová, formada por los ángeles fieles (Gálatas 4:26; Apocalipsis 12:1-6).a
El nuevo pacto
18. ¿Qué objetivo tiene “el nuevo pacto”?
18 La revelación más sorprendente sobre el secreto sagrado quizás sea la que hizo Jesús la noche antes de morir, al hablarles a sus discípulos fieles sobre “el nuevo pacto” (Lucas 22:20). Este pacto tendría el mismo objetivo que el de la Ley: producir “un reino de sacerdotes” (Éxodo 19:6; 1 Pedro 2:9). Pero con este pacto no se formaría una nación literal, sino espiritual: “el Israel de Dios”, compuesto exclusivamente por los cristianos ungidos fieles (Gálatas 6:16). Ellos serían parte del nuevo pacto y colaborarían con Jesús para que la humanidad disfrutara de bendiciones.
19. a) ¿Por qué decimos que el nuevo pacto logra formar “un reino de sacerdotes”? b) ¿Por qué se les llama a los cristianos ungidos “una nueva creación”, y cuántos reinarán con Jesús en el cielo?
19 Como vemos, el nuevo pacto consigue formar “un reino de sacerdotes” que bendecirá a la humanidad. ¿Y cómo lo logra? Pues bien, este pacto no condena a los discípulos de Cristo como pecadores. En vez de eso, permite que reciban el perdón total de los pecados gracias al sacrificio de Jesús (Jeremías 31:31-34). Jehová los declara justos, los adopta como miembros de su familia celestial y los unge con espíritu santo (Romanos 8:15-17; 2 Corintios 1:21). Así experimentan “un nuevo nacimiento a una esperanza viva” que “se ha reservado en los cielos” para ellos (1 Pedro 1:3, 4). Como para un ser humano la vida en los cielos era algo nuevo, a estos cristianos ungidos se les llama “una nueva creación” (2 Corintios 5:17). La Biblia indica que serán un total de 144.000 los que gobiernen desde el cielo a la humanidad (Apocalipsis 5:9, 10; 14:1-4).
20. a) ¿Qué se reveló sobre el secreto sagrado en el año 36? b) ¿Quiénes disfrutarán de las bendiciones que se le prometieron a Abrahán?
20 Junto con Jesús, los cristianos ungidos llegan a ser “descendencia de Abrahán” (Gálatas 3:29).b Los primeros ungidos eran de origen judío. Pero en el año 36 de nuestra era se reveló otro aspecto del secreto sagrado: también habría personas no judías que gobernarían con Jesús (Romanos 9:6-8; 11:25, 26; Efesios 3:5, 6). ¿Serían los ungidos los únicos en disfrutar de las bendiciones que se le prometieron a Abrahán? No, porque el sacrificio de Jesús beneficia a todo el mundo (1 Juan 2:2). Años después, Jehová reveló que “una gran muchedumbre” que nadie podía contar sobreviviría al fin del sistema de Satanás (Apocalipsis 7:9, 14). Y muchos, muchísimos más, resucitarían y tendrían la oportunidad de vivir para siempre en el Paraíso (Lucas 23:43; Juan 5:28, 29; Apocalipsis 20:11-15; 21:3, 4).
La sabiduría de Dios y el secreto sagrado
21, 22. ¿Cómo demuestra el secreto sagrado la sabiduría de Jehová?
21 El secreto sagrado fue una impresionante muestra de “la sabiduría de Dios en sus múltiples formas” (Efesios 3:8-10). ¡Qué sabio fue Jehová al formular este secreto e ir revelándolo poco a poco! Sabiamente, tomó en cuenta las limitaciones de los seres humanos y dejó que demostraran lo que había en su corazón (Salmo 103:14).
22 Jehová también mostró su incomparable sabiduría al nombrar Rey a Jesús. Es el ser más confiable que Dios ha creado. Como fue un hombre de carne y hueso, sufrió distintos tipos de problemas. Así que nos entiende a la perfección (Hebreos 5:7-9). Y lo mismo puede decirse de quienes gobernarán con él. A lo largo de los siglos, Dios ha escogido a hombres y mujeres de todos los idiomas, razas y orígenes. Cualquier problema que tengamos ya lo ha afrontado alguno de ellos (Efesios 4:22-24). ¡Será un placer que nos gobiernen estos reyes y sacerdotes tan compasivos!
23. ¿Qué honor nos concede Jehová?
23 Pablo escribió: “El secreto sagrado que estuvo escondido durante los sistemas pasados y las generaciones pasadas [...] ha sido revelado a sus santos” (Colosenses 1:26). Como vemos, los “santos” —los ungidos— ahora tienen mucha información sobre el secreto sagrado. Y la comparten con millones de cristianos. ¡Qué honor nos concede a todos Jehová “dándonos a conocer el secreto sagrado de su voluntad”! (Efesios 1:9). Compartamos este maravilloso secreto con otras personas para que ellas también puedan aprender sobre la infinita sabiduría de Dios.
a Gracias a Jesús, también se reveló el secreto sagrado de la devoción a Dios (1 Timoteo 3:16). Por siglos, no se supo si alguien podría ser leal a Jehová a la perfección. Cristo resolvió este misterio al mantenerse fiel a pesar de las pruebas del Diablo (Mateo 4:1-11; 27:26-50).
b Además, Jesús hizo con este mismo grupo “un pacto [...] para un reino” (Lucas 22:29, 30). Con este pacto, Jesús les prometió a todos los que forman parte del “rebaño pequeño” que reinarían con él en los cielos como parte secundaria de la descendencia de Abrahán (Lucas 12:32).
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“Él tiene un corazón sabio” pero es humildeAcerquémonos a Jehová
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CAPÍTULO 20
“Él tiene un corazón sabio” pero es humilde
1-3. ¿Cómo sabemos que Jehová es humilde?
IMAGÍNESE a un padre que quiere enseñarle algo muy importante a su niño. Su intención es llegarle al corazón. Pero ¿qué debería hacer? ¿Quedarse de pie delante de él, todo serio, y hablarle con dureza? ¿O bajarse a su nivel y utilizar un tono atrayente y dulce? Si es sabio y humilde, elegirá esta última opción.
2 Pues bien, ¿qué clase de Padre es Jehová? ¿Prepotente, o humilde? ¿Duro, o cariñoso? Recordemos que el conocimiento y la sabiduría de Jehová son infinitos. En cambio, las personas que saben mucho y son muy inteligentes por lo general no son humildes. Es como dice la Biblia: “El conocimiento llena de orgullo” (1 Corintios 3:19; 8:1). Sin embargo, aunque “tiene un corazón sabio”, Dios es humilde (Job 9:4). Claro, no es que tenga una posición inferior o le falte grandeza, sino que no es para nada arrogante. ¿Cómo lo sabemos?
3 Jehová es santo. Así que no tiene ningún defecto que lo contamine, como la arrogancia (Marcos 7:20-22). Además, fijémonos en lo que Jeremías le dijo a Jehová: “Seguro que te acordarás y te inclinarás hacia mí” (Lamentaciones 3:20).a ¡Imagínese! El Soberano del universo estaba dispuesto a inclinarse, a bajarse al nivel del profeta —un humano imperfecto— y concederle su atención (Salmo 113:7). Está claro que Jehová es humilde. Ahora bien, ¿cómo demuestra su humildad?, ¿qué relación hay entre esta cualidad y la sabiduría? y ¿qué tiene que ver esto con nosotros?
Cómo demuestra humildad Jehová
4, 5. a) ¿Qué implica ser humilde, y por qué no debe confundirse con ser débil o cobarde? b) ¿Cómo demostró humildad Jehová en su forma de tratar a David, y cómo nos beneficia esta cualidad de Dios?
4 La humildad es lo contrario al orgullo o arrogancia; es una cualidad que nace del corazón y se demuestra con una actitud apacible, paciente y razonable (Gálatas 5:22, 23). Sin embargo, estas cualidades espirituales no deben confundirse con la debilidad ni la cobardía. Tampoco hay que pensar que son incompatibles con el poder para destruir y la justa indignación de Jehová. Más bien, demuestran que él es capaz de controlarse a la perfección y que siempre usará bien su poder (Isaías 42:14). Ahora bien, ¿qué relación hay entre la sabiduría y la humildad? Un diccionario bíblico explica que, para ser humilde, hay que ser totalmente abnegado y pensar en los demás, y dice que esta es la base de la auténtica sabiduría. ¿Y cómo nos beneficia que Jehová sea humilde?
Los padres que tratan a sus hijos con humildad y ternura demuestran que son sabios.
5 El rey David le cantó a Jehová: “Tú me das tu escudo de salvación, tu mano derecha me sostiene, y tu humildad me hace grande” (Salmo 18:35). Así que Jehová se agachaba al nivel de David, un ser humano imperfecto, con tal de cuidarlo y protegerlo a diario. David reconoció que solo podría librarse de sus enemigos y llegar a ser un rey importante gracias a que Jehová era humilde y lo ayudaba. Y la verdad es que ninguno de nosotros tendría esperanzas de salvarse si no fuera porque Jehová es humilde y se agacha a nuestro nivel como un padre tierno y cariñoso.
6, 7. a) ¿Por qué la Biblia nunca dice que Jehová sea modesto? b) ¿Qué relación hay entre la apacibilidad y la sabiduría, y quién nos da el mejor ejemplo?
6 Por cierto, ¿hay alguna diferencia entre la humildad y la modestia? Igual que la humildad, la modestia está muy relacionada con la sabiduría. Por ejemplo, Proverbios 11:2 afirma: “La sabiduría está con los modestos”. Así que los siervos de Dios haríamos bien en cultivarla. Ahora bien, la Biblia nunca dice que Jehová sea modesto. ¿Por qué? Porque, en la Biblia, esta cualidad implica reconocer las limitaciones que uno tiene. Y el Todopoderoso no tiene más limitaciones que las que él mismo se impone a causa de sus justos principios (Marcos 10:27; Tito 1:2). Además, él es el Altísimo, así que no tiene que rendirle cuentas a nadie. Viéndolo así, Jehová no es modesto.
7 Pero Jehová sí es humilde y apacible. De hecho, les enseña a sus siervos que, para ser realmente sabios, deben ser apacibles. Por eso, su Palabra habla de “la apacibilidad que da la sabiduría” (Santiago 3:13).b Veamos cómo demuestra estas cualidades Jehová, quien nos da el mejor ejemplo.
Jehová es humilde al delegar y al escuchar
8-10. a) ¿Por qué es sorprendente que Jehová esté dispuesto a delegar y escuchar? b) ¿Cómo vemos la humildad del Todopoderoso en su forma de tratar a los ángeles?
8 Nos conmueve ver lo humilde que es Jehová. Por ejemplo, él está dispuesto a delegar responsabilidades en otros y a escucharlos. Esto es sorprendente, porque él no necesita que nadie lo ayude ni lo aconseje (Isaías 40:13, 14; Romanos 11:34, 35). En la Biblia hay muchos ejemplos de cómo Jehová demuestra humildad en este sentido.
9 Pensemos en un episodio muy importante de la vida de Abrahán. Resulta que recibió una visita especial: eran tres ángeles. A uno de ellos lo llamó “Jehová” porque iba en nombre, o representación, de Dios mismo. Lo que el ángel decía y hacía era como si lo dijera y lo hiciera el propio Jehová. A través de este ángel, Jehová le dijo a Abrahán que había oído fuertes “gritos de queja contra Sodoma y Gomorra”. Y le avisó: “Voy a bajar para ver si las quejas que me han llegado son ciertas y de veras se están comportando tan mal. Y, si no son ciertas, lo sabré” (Génesis 18:3, 20, 21). Claro, eso no quiere decir que el Todopoderoso fuera a “bajar” en persona. Más bien, él volvería a enviar ángeles a ver lo que estaba pasando (Génesis 19:1). Pero, si Dios lo ve todo, ¿por qué tenía que enviarlos? ¿Acaso no podía saber él, sin la ayuda de nadie, cómo estaba realmente aquella región? ¡Pues claro que sí! Pero, como es humilde, delegó en unos ángeles la tarea de ir a Sodoma para investigar la situación y visitar a Lot y su familia.
10 Además, Jehová está dispuesto a escuchar. Una vez, les pidió a los ángeles que propusieran estrategias para provocar la caída del malvado rey Acab. La verdad es que Jehová no necesitaba sugerencias, pero aceptó la propuesta de uno de los ángeles. Y, lo que es más, le encargó que la llevara a cabo (1 Reyes 22:19-22). ¡Eso sí que es humildad!
11, 12. ¿Cómo comprobó Abrahán que Jehová es humilde?
11 Jehová está dispuesto a escuchar hasta a las personas imperfectas que quieren contarle sus problemas. Piense en la vez en que le dijo a Abrahán que iba a destruir Sodoma y Gomorra. Eso desconcertó a Abrahán, que dijo: “Sería imposible que tú hicieras algo así. ¿El Juez de toda la tierra no hará lo que es justo?”. Además, le preguntó si perdonaría a esas ciudades si hubiera 50 justos allí. Él le aseguró que sí, pero Abrahán insistió y fue bajando el número: primero a 45, luego a 40, y así hasta llegar a 10. Aunque Jehová le aseguró lo mismo vez tras vez, parece que Abrahán no entendía bien lo misericordioso que es Dios. Pero Jehová fue paciente y humilde con su amigo Abrahán al permitirle expresar su inquietud (Génesis 18:23-33).
12 ¿Cuántas personas cultas y con estudios escucharían con tanta paciencia a alguien que sabe mucho menos que ellas?c Pues nuestro Dios, que es tan humilde, lo hizo. Aquella conversación también le ayudó a Abrahán a ver que Jehová es “un Dios [...] paciente” (Éxodo 34:6). Como probablemente reconocía que no tenía ningún derecho a cuestionar las decisiones del Altísimo, le suplicó dos veces: “Jehová, no te vayas a enojar” (Génesis 18:30, 32). Por supuesto, Jehová no se enojó. Él de veras demuestra “la apacibilidad que da la sabiduría”.
Jehová es razonable
13. ¿Qué significa en la Biblia la palabra razonable, y por qué describe muy bien a Jehová?
13 La humildad de Jehová también se ve en lo razonable que es. Esta valiosa característica, por desgracia, no es muy común en la gente. Pero en el caso de Jehová, él está dispuesto a escuchar a los seres inteligentes que él creó. Incluso está dispuesto a hacer lo que ellos le piden, si no va en contra de sus justos principios. De hecho, la palabra razonable en la Biblia significa literalmente “que cede”. Además, esta cualidad de Jehová es otra prueba clara de lo sabio que es. Con razón, Santiago 3:17 dice: “La sabiduría de arriba es [...] razonable”. ¿Y cómo demuestra nuestro sabio Dios que él es así? Por ejemplo, siendo adaptable. Recordemos que su propio nombre nos enseña que él llega a ser lo que haga falta para cumplir sus propósitos (Éxodo 3:14). ¿Verdad que esto demuestra que es adaptable y razonable?
14, 15. ¿Qué nos enseña la visión del carro sobre la parte celestial de la organización de Dios, y por qué es diferente a las del mundo?
14 Hay un pasaje bíblico muy impactante que nos ayuda a entender un poquito mejor lo adaptable que es Jehová. Se trata de la visión del profeta Ezequiel de la parte celestial de la organización de Jehová, formada por ángeles. En ella vio un enorme carro dirigido por Jehová en todo momento. ¿Y cómo se movía? Sus cuatro gigantescas ruedas se veían como si hubiera una rueda dentro de otra rueda, y estaban llenas de ojos. Gracias a esto, lo veían todo y cambiaban de dirección al instante, sin detenerse ni dar la vuelta. Aunque el carro era descomunal, no era lento como una torpe y pesada máquina. Más bien, se movía a la velocidad del relámpago, girando incluso en ángulo recto (Ezequiel 1:1, 14-28). Así que la organización de Jehová es tan adaptable como él mismo. Siempre reacciona rápidamente ante cualquier cambio de circunstancias.
15 Como mucho, los seres humanos solo pueden tratar de imitar la capacidad perfecta de Jehová para adaptarse. Pero la mayoría de las veces, tanto las personas como las organizaciones tardan en reaccionar ante los cambios y son más inflexibles que razonables. Piense en lo siguiente. Un tren de mercancías y un enorme barco petrolero impresionan por su tamaño y potencia. Pero ¿cómo responden si de repente surge un imprevisto? En el caso del tren, si se topa con un obstáculo, no puede girar. Y tampoco puede parar en seco, porque recorrería unos 2 kilómetros (más de 1 milla) después de accionar el freno. En el caso del superpetrolero, puede avanzar unos 8 kilómetros (5 millas) después de apagar los motores. Incluso si diera marcha atrás, podría seguir avanzando unos 3 kilómetros (2 millas). Algo parecido pasa con las instituciones humanas, que no pueden o no quieren adaptarse cuando cambian las necesidades o circunstancias, y muchas veces esto se debe al orgullo. Esta inflexibilidad ha provocado la caída de empresas y hasta de gobiernos (Proverbios 16:18). ¡Menos mal que Jehová y su organización no son así!
Cómo demuestra Jehová que es razonable
16. ¿Cómo mostró el caso de Lot que Jehová es razonable?
16 Pensemos de nuevo en la destrucción de Sodoma y Gomorra. Lot y su familia recibieron instrucciones claras. El ángel de Dios dijo: “Huye a la región montañosa”. Sin embargo, a Lot no le gustó la idea y suplicó: “¡No, Jehová, allí no, por favor!”. Estaba convencido de que, si huían a las montañas, morirían. Así que rogó que se les permitiera a él y a su familia refugiarse en la cercana ciudad de Zóar. Pero Jehová se proponía acabar con esa ciudad. Y, además, Lot no tenía motivos para sentir miedo, pues el Todopoderoso podía mantenerlo a salvo en las montañas. Con todo y eso, Jehová cedió y le hizo caso. El ángel le dijo a Lot: “De acuerdo, volveré a mostrarte consideración y no destruiré la ciudad de la que hablas” (Génesis 19:17-22). ¿Verdad que Jehová fue muy razonable?
17, 18. ¿Cómo muestra el caso de Nínive que Dios es razonable?
17 Jehová siempre actúa con misericordia y justicia. Por eso está dispuesto a cambiar sus decisiones si alguien se arrepiente de verdad. Pensemos en lo que sucedió cuando envió a Jonás a Nínive, una ciudad violenta y cruel. El profeta fue por las calles de Nínive anunciando un mensaje muy claro de parte de Jehová: la ciudad sería destruida al cabo de 40 días. Pero la situación cambió de forma inesperada; los ninivitas se arrepintieron (Jonás, capítulo 3).
18 Jehová y Jonás reaccionaron de forma muy diferente. Esta vez, Jehová no se convirtió en “un poderoso guerrero”, sino que se adaptó a la nueva situación y perdonó a los ninivitas (Éxodo 15:3).d Pero Jonás no quiso adaptarse ni mostrar misericordia. No reflejó la actitud razonable de Jehová. Más bien, respondió como el tren de mercancías o el superpetrolero que mencionamos antes. ¡Había anunciado destrucción, y destrucción tenía que haber! Pero Dios tuvo paciencia con aquel impaciente profeta y le enseñó una lección que jamás olvidaría: lo importante que es ser razonable y misericordioso (Jonás, capítulo 4).
Jehová es razonable y entiende nuestras limitaciones.
19. a) ¿Cómo sabemos que Jehová es razonable en lo que espera de nosotros? b) ¿Cómo muestra Proverbios 19:17 que Jehová es un amo bueno, razonable y muy humilde?
19 Por último, Jehová es razonable en lo que espera de nosotros. El rey David dijo: “Él sabe bien cómo estamos formados, se acuerda de que somos polvo” (Salmo 103:14). Jehová comprende mejor que nosotros mismos nuestras limitaciones e imperfecciones. Y nunca espera de nosotros más de lo que podemos hacer. La Biblia marca el contraste entre los amos “buenos y razonables” y “los que son difíciles de complacer” (1 Pedro 2:18). Pues bien, ¿qué clase de amo es Jehová? Fíjese en lo que dice Proverbios 19:17: “El que le muestra compasión al necesitado le hace un préstamo a Jehová”. Así que está claro que Jehová es bueno y razonable, pues está muy atento a todas las cosas buenas que se hacen por los necesitados. Y no solo eso, este versículo indica que el Creador del universo se siente en deuda con simples mortales que hacen buenas obras. ¿Se puede ser más humilde?
20. ¿Cómo sabemos que Jehová oye y contesta nuestras oraciones?
20 Hoy, Jehová sigue siendo igual de apacible y razonable con sus siervos. Aunque no se comunica con nosotros a través de ángeles, él nos escucha si le oramos con fe. Jamás debemos pensar que no responde nuestras oraciones. Cuando el apóstol Pablo les pidió a otros cristianos que siguieran orando para que lo liberaran de la cárcel, dijo: “Les pido que oren para que yo vuelva antes adonde están ustedes” (Hebreos 13:18, 19). Por lo tanto, nuestras oraciones pueden impulsar a Jehová para que haga algo que de otro modo no haría (Santiago 5:16).
21. ¿Qué es lo que no implica la humildad de Jehová? ¿Qué siente usted al pensar en esta cualidad de Dios?
21 Es cierto que Jehová muestra humildad siendo apacible, paciente y razonable, y estando dispuesto a escuchar. Pero eso no significa que permita que se desobedezcan sus leyes. El clero de la cristiandad quizá se imagine que es razonable por decirle a la gente lo que quiere oír, aunque eso rebaje las normas de Dios (2 Timoteo 4:3). El ser humano tiende a hacer lo que está mal porque es más fácil, y se justifica diciendo que eso es ser razonable. Pero, para Jehová, eso no es ser razonable. Él es santo y nunca pasará por alto sus justas normas (Levítico 11:44). Por tanto, valoremos esta virtud de Jehová y veámosla como una muestra de humildad. ¿No le emociona pensar que Jehová, el ser más sabio del universo, es también el más humilde? Es un placer acercarse a este Dios tan impresionante y, al mismo tiempo, tan tierno, paciente y razonable.
a Unos antiguos escribas, conocidos como soferim, modificaron este versículo para que indicara que el que se inclinaba era Jeremías, no Jehová. Por lo visto, decir que Dios hiciera algo tan humilde les parecía mal. Por esa razón, muchas versiones no reflejan el verdadero sentido de este hermoso versículo. Pero la Traducción Israelita Restaurada de YHVH transmite con exactitud lo que Jeremías le dice a Dios: “Estarás dispuesto a bajar hacia mí”.
b Otras versiones usan expresiones como “la humildad que proviene de la sabiduría” y “la mansedumbre propia de la sabiduría”.
c Es interesante que la Biblia indique que, si alguien no es paciente, en el fondo es arrogante (Eclesiastés 7:8). Así que la paciencia de Jehová es otra prueba de que es humilde (2 Pedro 3:9).
d Salmo 86:5 dice: “Jehová, eres bueno y estás dispuesto a perdonar”. Cuando esto se tradujo al griego, se usó el término epieikḗs (que significa “razonable”) para la expresión “dispuesto a perdonar”.
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Jesús revela la “sabiduría que viene de Dios”Acerquémonos a Jehová
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CAPÍTULO 21
Jesús revela la “sabiduría que viene de Dios”
1-3. ¿Cómo reaccionó la gente del pueblo de Jesús a lo que él enseñaba, y de qué no se dieron cuenta?
JESÚS estaba enseñando en la sinagoga y la gente, asombrada, lo escuchaba con atención. Todos lo conocían, ya que se había criado en la localidad y había trabajado por muchos años de carpintero allí. Puede que algunos vivieran en casas que él había ayudado a construir o que cultivaran la tierra con arados y yugos que él había hecho.a Ahora bien, ¿cómo reaccionarían a la enseñanza de aquel excarpintero?
2 Aunque casi todos se preguntaban sorprendidos dónde había conseguido este hombre esta sabiduría, también decían: “Este es el carpintero, el hijo de María” (Mateo 13:54-58; Marcos 6:1-3). Por desgracia, sus anteriores vecinos lo veían como un simple carpintero, nada del otro mundo. A pesar de sus enseñanzas tan sabias, lo rechazaron. No se daban cuenta de que esa sabiduría no la había conseguido por sí mismo.
3 Pues bien, ¿dónde consiguió Jesús realmente esta sabiduría? Él mismo aseguró: “Lo que yo enseño no es mío, sino del que me envió” (Juan 7:16). Y el apóstol Pablo explicó: “Cristo [...] ha llegado a ser para nosotros sabiduría que viene de Dios” (1 Corintios 1:30). Jesús reflejó tan bien la sabiduría de Jehová que dijo: “Yo y el Padre somos uno” (Juan 10:30). Veamos tres formas en las que Jesús demostró la “sabiduría que viene de Dios”.
Lo que enseñaba
4. a) ¿En qué se centraba el mensaje de Jesús, y por qué era tan importante? b) ¿Por qué los consejos de Jesús siempre eran prácticos y daban buenos resultados?
4 En primer lugar, hablemos de lo que él enseñaba. Su mensaje se centraba en “las buenas noticias del Reino” (Lucas 4:43). Ese mensaje era muy importante porque, gracias al Reino, Jehová santificará su nombre, dejará claro que es el mejor gobernante y le dará bendiciones eternas a la humanidad. Además, Jesús dio sabios consejos para la vida diaria. Esto demostró que él era el “Maravilloso Consejero” que Isaías había predicho (Isaías 9:6). ¿Y por qué eran tan buenos sus consejos? Pues bien, conocía a fondo la Palabra de Dios y sabía muy bien lo que Jehová espera de sus siervos. Por otra parte, entendía perfectamente las actitudes y sentimientos del ser humano. Y, además, sentía un gran amor por las personas. Por eso sus consejos siempre eran prácticos y daban buenos resultados. De hecho, él enseñaba “palabras de vida eterna”. Así que, si seguimos sus consejos, podremos vivir para siempre (Juan 6:68).
5. ¿De qué asuntos habló Jesús en el Sermón del Monte?
5 El Sermón del Monte es un ejemplo extraordinario de la sabiduría inigualable de las enseñanzas de Jesús. Aquel discurso, tal y como se encuentra en Mateo 5:3 a 7:27, duraría solo unos 20 minutos. Sin embargo, el valor de sus consejos es eterno porque serán útiles en cualquier época. Jesús habló de una gran variedad de asuntos. Por ejemplo, explicó cómo mejorar las relaciones personales (5:23-26, 38-42; 7:1-5, 12), cómo mantener la pureza moral (5:27-32) y cómo llevar una vida con sentido (6:19-24; 7:24-27). Pero no solo dijo cómo conseguir sabiduría, sino que lo demostró dando explicaciones, razones y pruebas.
6-8. a) ¿Qué buenas razones dio Jesús para no preocuparse demasiado? b) ¿Qué muestra que sus consejos reflejan la sabiduría que viene de Dios?
6 Pensemos, por ejemplo, en los consejos de Jesús que aparecen en el capítulo 6 de Mateo sobre cómo manejar las preocupaciones por las necesidades materiales. Jesús nos recomienda: “Dejen de angustiarse por su vida, por lo que van a comer y beber; o por su cuerpo, por lo que van a ponerse” (versículo 25). La comida y la ropa son necesidades básicas, y es muy lógico preocuparse por obtenerlas. Entonces, ¿por qué indicó que dejáramos de angustiarnos por ellas?b
7 Imagínese que usted está allí, escuchando los argumentos convincentes de Jesús. Si Jehová nos regaló la vida y el cuerpo, ¿no podrá darnos alimento para seguir viviendo y ropa para cubrirnos? (Versículo 25). Y, si alimenta a las aves y viste de hermosura las flores, ¿cómo no va cuidar a sus siervos? (Versículos 26, 28-30). En realidad, preocuparse más de la cuenta no tiene sentido; eso no nos va a servir para alargar la vida (versículo 27).c ¿Qué podemos hacer para no angustiarnos por las necesidades diarias? Jesús nos aconseja que siempre pongamos en primer lugar la adoración a Dios. Quienes así lo hagan pueden estar seguros de que “recibirán también todas esas cosas” de parte de su Padre celestial (versículo 33). Por último, Jesús ofrece una recomendación muy práctica: vivir cada día con las preocupaciones de cada día. Y es que, ¿para qué sumar las preocupaciones de mañana a las de hoy? (Versículo 34). Además, ¿por qué dejar que nos abrume lo que tal vez nunca suceda? Seguir estos sabios consejos nos ahorrará muchos sufrimientos en este mundo tan estresante.
8 Está claro que los consejos que Jesús dio hace casi 2.000 años siguen siendo igual de prácticos. ¿No refleja esto la sabiduría que viene de Dios? Hasta los mejores consejos de los expertos deben adaptarse o incluso sustituirse porque con el tiempo se desfasan. En cambio, las enseñanzas de Jesús han superado la prueba del tiempo. Y no debería sorprendernos, pues el Maravilloso Consejero pronunció “las palabras de Dios” (Juan 3:34).
La forma en que enseñaba
9. ¿Qué dijeron unos soldados sobre la enseñanza de Jesús, y por qué no exageraban?
9 La segunda manera en que Jesús reflejó la sabiduría de Dios fue su forma de enseñar. En cierta ocasión, unos soldados que tenían que arrestar a Jesús volvieron con las manos vacías y dijeron: “¡Nunca ha hablado así ningún hombre!” (Juan 7:45, 46). Y no exageraban. Jesús ha sido el único ser humano que ha venido “de las regiones de arriba” (Juan 8:23). Así que, ¿quién iba a tener tanto conocimiento y experiencia como él? La verdad es que ningún ser humano podría enseñar igual que él. Veamos tan solo dos métodos que utilizó este sabio Maestro.
“Las multitudes estaban impactadas con su manera de enseñar”.
10, 11. a) ¿Por qué los ejemplos y las comparaciones de Jesús eran tan eficaces? b) ¿Qué son las parábolas, y qué ejemplo muestra que las parábolas de Jesús eran muy buenas?
10 Usaba ejemplos y comparaciones con eficacia. La Biblia explica: “Jesús les dijo todas estas cosas a las multitudes usando comparaciones. De hecho, nunca les hablaba sin utilizar alguna comparación” (Mateo 13:34). Su habilidad para enseñar verdades profundas usando ejemplos tomados de la vida diaria era increíble. Habló de situaciones comunes: agricultores sembrando, mujeres preparando pan, niños jugando en el mercado, pescadores recogiendo las redes, pastores buscando ovejas perdidas... Cuando se relacionan verdades importantes con situaciones familiares, las lecciones se graban enseguida en la mente y el corazón (Mateo 11:16-19; 13:3-8, 33, 47-50; 18:12-14).
11 Muchas veces, Jesús contaba parábolas, es decir, historias breves que enseñan lecciones morales o espirituales. Como las historias se entienden y se recuerdan fácilmente, las parábolas conseguían grabar las enseñanzas de Jesús en la mente de las personas. En muchas parábolas, describió a su Padre con imágenes mentales claras e inolvidables. Pensemos, por ejemplo, en la lección de la parábola del hijo pródigo. ¿Quién no capta la idea de que Jehová se compadece de quienes se arrepienten sinceramente y los recibe de nuevo con ternura? (Lucas 15:11-32).
12. a) ¿Cómo usó Jesús las preguntas al enseñar? b) ¿Qué hizo cuando unos líderes religiosos cuestionaron su autoridad?
12 Usaba preguntas con habilidad. Jesús las usaba para ayudar a sus oyentes a sacar sus propias conclusiones, analizar sus motivos o tomar decisiones (Mateo 12:24-30; 17:24-27; 22:41-46). Cuando los líderes religiosos cuestionaron que Dios le hubiera dado autoridad, él les preguntó: “El bautismo que Juan realizaba, ¿venía del cielo, o venía de los hombres?”. Aquello los tomó por sorpresa, y se dijeron entre ellos: “Si le contestamos que venía del cielo, él dirá: ‘Entonces, ¿por qué no le creyeron?’. Pero ¿quién se atreve a decir que venía de los hombres?”. En realidad, “le tenían miedo a la multitud, porque todos consideraban que Juan realmente había sido un profeta”. Por eso, al final contestaron: “No lo sabemos” (Marcos 11:27-33; Mateo 21:23-27). Con una sencilla pregunta, Jesús los dejó sin palabras y sacó a la luz sus malas intenciones.
13-15. ¿Cómo refleja la sabiduría de Jesús una de sus parábolas?
13 A veces, Jesús hacía preguntas para que la gente reflexionara en sus ejemplos, y así combinaba los dos métodos. Un día, un judío experto en la Ley le preguntó cómo podría vivir para siempre. Jesús le hizo recordar lo que decía la Ley sobre amar a Dios y al prójimo. Pero ese hombre, que quería demostrar que era justo, le preguntó: “Y ¿quién es en realidad mi prójimo?”. Entonces, Jesús le contó la siguiente parábola. Cierto judío, que iba viajando solo, fue atacado por unos ladrones que lo dejaron medio muerto. Pasaron a su lado dos judíos: primero un sacerdote y luego un levita. Pero ninguno lo ayudó. Ahora bien, luego pasó un samaritano que se compadeció de él. Le vendó las heridas con cuidado y tuvo la bondad de llevarlo a una posada para que se recuperara. Al final, Jesús le preguntó al experto en la Ley: “¿Cuál de los tres piensas que se hizo prójimo del que cayó en manos de los ladrones?”. El hombre se vio obligado a responder: “El que lo trató con compasión” (Lucas 10:25-37).
14 ¿Cómo vemos la sabiduría de Jesús en esta historia? Los judíos solo consideraban su prójimo a quienes tenían las mismas tradiciones que ellos, pero jamás a los samaritanos (Juan 4:9). Si en la historia la víctima hubiera sido un samaritano y el hombre bueno un judío, ¿habría logrado Jesús combatir aquellos prejuicios? ¿Verdad que fue muy sabio al poner a un samaritano cuidando con bondad a un judío? Pero fíjese también en la pregunta que hizo al terminar la historia; cambió el enfoque que ese hombre le estaba dando a la palabra prójimo. En el fondo, lo que el experto estaba preguntando era a quién debía mostrarle ese tipo de amor, el amor al prójimo. Sin embargo, Jesús le preguntó: “¿Cuál de los tres piensas que se hizo prójimo del que cayó en manos de los ladrones?”. Así pues, Jesús no se centró en el que recibió los actos de bondad, sino en el que actuó con bondad: el samaritano. El verdadero prójimo toma la iniciativa y muestra amor a los demás, sin importar su origen. Jesús no pudo haberlo explicado mejor.
15 Con razón, las personas se sorprendían por la “manera de enseñar” de Jesús y lo buscaban para escucharlo (Mateo 7:28, 29). En cierta ocasión, “una gran multitud” se quedó cerca de él durante tres días. De hecho, hasta se les terminó la comida que llevaban (Marcos 8:1, 2).
Lo que él hacía
16. ¿Cómo demostró Jesús que la sabiduría de Dios influía en él?
16 La tercera manera en que Jesús reflejó la sabiduría de Dios fue por sus acciones. La sabiduría no se queda en la teoría; se lleva a la práctica y es muy útil. Según el Nuevo Testamento Judío, Santiago 3:13 dice: “¿Quién de entre vosotros es sabio y entendido? Que lo demuestre por su buena manera de vivir, por medio de acciones”. En todas sus acciones, Jesús dejó claro que la sabiduría de Dios influía en su vida. Veamos cómo demostró buen juicio y equilibrio, tanto en su vida como en su forma de tratar a los demás.
17. ¿Cómo sabemos que Jesús llevaba una vida totalmente equilibrada?
17 ¿Se ha dado cuenta de que la gente poco sensata suele irse a los extremos? Y es que hace falta sabiduría para ser equilibrados. Jesús, que reflejaba la sabiduría de Dios, demostraba un perfecto equilibrio. Su prioridad en la vida era lo espiritual. Se mantenía muy ocupado predicando las buenas noticias. De hecho, dijo: “Para eso he venido” (Marcos 1:38). Con razón tenía muy pocas cosas, pues lo material no era lo más importante para él (Mateo 8:20). Pero tampoco era un santurrón; al igual que su Padre, el “Dios feliz”, él era muy alegre y le gustaba hacer felices a los demás (1 Timoteo 1:11; 6:15). No era un aguafiestas. Por ejemplo, una vez fue a un banquete de boda. En esas ocasiones solía haber música, se cantaba, la gente estaba muy contenta y había vino, una bebida que “alegra el corazón del hombre” (Salmo 104:15). Cuando el vino se terminó, Jesús convirtió el agua en un vino de excelente calidad (Juan 2:1-11). Además, aceptó muchas invitaciones a comer, y a menudo las aprovechó para enseñar (Lucas 10:38-42; 14:1-6).
18. ¿Cómo refleja sabiduría la forma en que Jesús trató a sus discípulos?
18 Jesús también reflejó una gran sabiduría en su manera de tratar a los demás. Como conocía muy bien las actitudes y sentimientos del ser humano, entendía perfectamente a sus discípulos. Sabía que eran imperfectos, pero reconocía sus cualidades. Veía el potencial de aquellos hombres a quienes Jehová había traído hacia él (Juan 6:44). Estuvo dispuesto a confiar en ellos a pesar de sus limitaciones. Y lo demostró al darles una comisión muy importante: predicar las buenas noticias. Estaba convencido de que la podían cumplir (Mateo 28:19, 20). El libro de Hechos confirma que hicieron fielmente lo que Jesús les pidió (Hechos 2:41, 42; 4:33; 5:27-32). Está claro que Jesús fue sabio al haber confiado en ellos.
19. ¿Cómo demostró Jesús que era “apacible y humilde de corazón”?
19 Como vimos en el capítulo 20, la Biblia relaciona la humildad y la apacibilidad con la sabiduría. Sin duda, Jehová es el mejor ejemplo de estas cualidades. Y Jesús también las demostró. Nos impresiona ver la humildad con la que trató a sus discípulos. Él era superior a ellos porque era perfecto. Pero no los rebajaba ni los hacía sentir como si fueran unos ineptos. Al contrario: tuvo en consideración sus limitaciones y fue paciente cuando no hacían las cosas bien (Marcos 14:34-38; Juan 16:12). ¡Hasta los niños se sentían a gusto con él! Seguramente lo buscaban porque se daban cuenta de que era “apacible y humilde de corazón” (Mateo 11:29; Marcos 10:13-16).
20. ¿Cómo demostró la forma en que Jesús trató a una mujer no judía que él era flexible?
20 Veamos otra forma importante en la que Jesús reflejó la humildad de Dios: era flexible y mostraba misericordia siempre que había razones para hacerlo. Recordemos la ocasión en que una mujer que no era judía le suplicó que curara a su hija, que estaba “cruelmente poseída por un demonio”. Al principio, Jesús le indicó de tres maneras que no la ayudaría. Primero, no le contestó; luego, le dijo claramente que Dios solo lo había enviado a los judíos, y, por último, le explicó esto con cariño mediante un ejemplo. Pero la mujer tenía tanta fe que siguió insistiendo. ¿Qué haría él en este caso poco común? Aunque había dicho que no lo haría, curó a su hija (Mateo 15:21-28). ¿Verdad que fue flexible y, por lo tanto, muy humilde? Así que recuerde: para ser realmente sabios, hay que ser realmente humildes.
21. ¿Por qué es importante que tratemos de imitar la personalidad y la manera de hablar y actuar de Jesús?
21 Estamos muy agradecidos de que los Evangelios nos cuenten lo que hizo y dijo el hombre más sabio de todos los tiempos. Recordemos que Jesús era la viva imagen de su Padre. Por eso, si imitamos la personalidad y la forma de hablar y actuar de Jesús, aprenderemos a reflejar la sabiduría que viene de Jehová. En el siguiente capítulo veremos cómo podemos demostrar en nuestra vida esta sabiduría.
a En tiempos bíblicos, los carpinteros hacían casas, muebles e instrumentos de labranza. Justino Mártir, un escritor del siglo segundo de nuestra era, explicó que Jesús trabajó “como un carpintero [...] que hacía obras de este oficio, arados y yugos, mientras estaba entre los hombres”.
b El verbo griego para “angustiarse” significa “tener la mente distraída”. En Mateo 6:25 se refiere a la preocupación que divide la atención de una persona, la distrae y le roba la alegría de vivir.
c De hecho, la ciencia ha demostrado que estar demasiado preocupados y estresados puede aumentar el riesgo de sufrir problemas del corazón y otras enfermedades que acortan la vida.
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¿Influye en su vida “la sabiduría de arriba”?Acerquémonos a Jehová
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CAPÍTULO 22
¿Influye en su vida “la sabiduría de arriba”?
1-3. a) ¿Qué situación demostró que Salomón era muy sabio? b) ¿Qué promete darnos Jehová, y qué preguntas surgen?
LA SOLUCIÓN no era fácil. Dos mujeres se estaban peleando por un recién nacido. Ambas vivían en la misma casa y cada una había dado a luz un niño con pocos días de diferencia. El bebé de una de ellas murió, pero las dos afirmaban ser la madre del que quedaba vivo.a Para colmo, no había testigos de lo que pasó. Es probable que un tribunal inferior ya hubiera tratado el caso pero no lograra resolverlo. Así que el asunto llegó hasta el rey de Israel, Salomón. Ahora bien, ¿podría él descubrir la verdad?
2 Después de escuchar la versión de cada mujer, Salomón pidió una espada. Entonces, ordenó que cortaran al bebé en dos y les dieran la mitad a cada una de ellas. La verdadera madre le suplicó de inmediato al rey que no lo hiciera y que la otra mujer se quedara con el bebé, su querido hijito. En cambio, la otra insistió en que lo cortaran. Así Salomón descubrió la verdad. Él sabía muy bien cuánto quiere una madre a sus hijos, y saber esto le sirvió para encontrar la solución. Entonces, Salomón dijo: “Ella es su madre”. ¡Imagínese el alivio que sintió aquella mujer! (1 Reyes 3:16-27).
3 ¿No le impresiona la sabiduría de Salomón? Al enterarse de esto, el pueblo se sorprendió muchísimo “porque vieron que Dios le había dado sabiduría”. Y es que la sabiduría de Salomón era un regalo de Jehová, quien le dio “un corazón sabio y capaz de entender” (1 Reyes 3:12, 28). Y nosotros, ¿podemos tener ese tipo de sabiduría? Sí, pues el propio Salomón escribió por inspiración: “Jehová es quien da sabiduría” (Proverbios 2:6). De hecho, él promete darles sabiduría a quienes de verdad la buscan. Pero ¿cómo conseguimos esa sabiduría, es decir, la capacidad de usar bien el conocimiento, el entendimiento y el discernimiento? ¿Y cómo logramos que influya en nuestra vida?
¿Cómo se “consigue sabiduría”?
4-7. ¿Qué cuatro claves son fundamentales para conseguir sabiduría?
4 ¿Hay que ser muy inteligentes o cultos para recibir la sabiduría de Jehová? No, porque él está dispuesto a compartirla con nosotros sin importar nuestro origen o nuestra educación (1 Corintios 1:26-29). Ahora bien, la Biblia nos dice: “Consigue sabiduría”. Así que nosotros debemos tomar la iniciativa (Proverbios 4:7). Pero ¿cómo se consigue? Veamos cuatro claves.
5 Proverbios 9:10 dice: “El temor de Jehová es el comienzo de la sabiduría”. Así que la primera clave para conseguir sabiduría es temer a Dios. O, como dice la Nueva Biblia al Día, es “lo primero que hay que hacer”. Por lo tanto, para ser realmente sabios debemos temer a Dios. ¿Por qué? Recordemos que la sabiduría implica usar bien el conocimiento. Además, temer a Dios no significa tenerle miedo, sino obedecerle porque lo respetamos y confiamos en él. Es un temor sano que nos mueve a hacer lo que está bien y a vivir de acuerdo con lo que sabemos que Dios espera de nosotros. Y eso es lo más sabio que podemos hacer, porque siempre nos irá bien si seguimos sus normas.
6 La segunda clave es ser humildes y modestos. Solo quienes son así pueden reflejar la sabiduría de Dios (Proverbios 11:2). ¿Por qué? Porque la humildad y la modestia nos ayudan a reconocer que no lo sabemos todo, que nuestra opinión no siempre será la mejor y que necesitamos aprender lo que Jehová piensa de las cosas. Él “se opone a los arrogantes”, pero le encanta regalarles sabiduría a quienes son humildes de corazón (Santiago 4:6).
7 La tercera clave es estudiar la Biblia, donde Dios nos ofrece su sabiduría. Pero, para conseguir esa sabiduría, debemos esforzarnos y buscarla con empeño (Proverbios 2:1-5). Y la cuarta clave es orarle a Dios. Si le pedimos de corazón que nos dé sabiduría, él nos la dará generosamente (Santiago 1:5). También nos ayudará mediante su espíritu santo si se lo pedimos. Y, gracias a su espíritu, podremos encontrar en la Biblia tesoros que nos ayuden a resolver los problemas, evitar los peligros y tomar buenas decisiones (Lucas 11:13).
Para conseguir la sabiduría de Dios, debemos esforzarnos y buscarla con empeño.
8. ¿Cómo se notará que tenemos la sabiduría de Dios?
8 Como vimos en el capítulo 17, la sabiduría de Jehová siempre produce buenos resultados. Por eso, si tenemos ese tipo de sabiduría, se notará en nuestra conducta. Santiago 3:17 explica qué características produce en la gente. Dice: “La sabiduría de arriba es en primer lugar pura, luego es pacífica y razonable, está lista para obedecer y llena de misericordia y buenos frutos, es imparcial y no es hipócrita”. A continuación, se analizarán estas características. Y, al ir avanzando, pregúntese: “¿Está influyendo la sabiduría de arriba en mi vida?”.
Es “pura, luego es pacífica”
9. ¿Qué significa ser puro, y por qué es apropiado que la pureza sea la primera característica de la lista de Santiago 3:17?
9 “En primer lugar pura”. Aquí, “pura” transmite la idea de limpieza, tanto interior como exterior. La Biblia relaciona la sabiduría con el corazón. Ahora bien, Jehová no les da sabiduría a quienes tienen un corazón sucio, lleno de malos pensamientos, deseos o motivos (Proverbios 2:10; Mateo 15:19, 20). Para tener un corazón puro —hasta donde nos lo permita la imperfección—, debemos apartarnos del mal y hacer el bien (Salmo 37:27; Proverbios 3:7). ¡Qué apropiado es que la pureza sea la primera característica de la lista! Después de todo, ¿cómo vamos a reflejar las otras cualidades si no somos limpios moral y espiritualmente?
10, 11. a) ¿Por qué es importante vivir en paz? b) Si cree que ofendió a un hermano, ¿qué podría hacer para fomentar la paz? (Vea también la nota).
10 “Luego es pacífica”. La sabiduría de arriba nos impulsa a fomentar la paz, un aspecto del fruto del espíritu santo (Gálatas 5:22). Por eso, tratamos de no hacer nada que pueda romper “el vínculo de la paz” que une al pueblo de Jehová (Efesios 4:3). Y, si tenemos un desacuerdo con alguien, nos esforzamos al máximo por hacer las paces con él. ¿Por qué es importante hacerlo? Porque la Biblia dice: “Sigan [...] viviendo en paz, y así el Dios de amor y de paz estará con ustedes” (2 Corintios 13:11). Así que, mientras vivamos en paz con los demás, el Dios de paz estará con nosotros. La forma en que tratamos a nuestros hermanos influye directamente en nuestra relación con Jehová. Ahora bien, ¿cómo podemos fomentar la paz? Veamos un ejemplo.
11 ¿Qué debería hacer usted si cree que ofendió a algún hermano? Jesús dijo: “Si estás llevando tu ofrenda al altar y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete. Primero haz las paces con tu hermano, y luego vuelve y presenta tu ofrenda” (Mateo 5:23, 24). Como vemos, se esperaría que usted tomara la iniciativa y fuera a hablar con el hermano. ¿Y cuál será el objetivo? Hacer las paces.b En vez de decirle que no tiene por qué ofenderse, quizá deba reconocer delante de él que lo lastimó. Si no olvida que su objetivo es hacer las paces, es probable que terminen solucionando el problema y perdonándose. Al hacer todo lo que pueda, demostrará que se deja guiar por la sabiduría de Dios.
Es “razonable, está lista para obedecer”
12, 13. a) ¿Qué significa el término traducido “razonable” en Santiago 3:17? b) ¿Cómo demostramos que somos razonables?
12 “Razonable”. ¿Qué significa esta palabra? Los expertos dicen que no es fácil traducir la palabra griega que se usó originalmente en Santiago 3:17. En algunas Biblias se traduce como “amable”, “paciente” o “considerada”. Este término transmite la idea de alguien que cede. ¿Cómo demostramos que este aspecto de la sabiduría de Dios influye en nosotros?
13 Filipenses 4:5 dice: “Que todos sepan que ustedes son personas razonables”. ¿Se dio cuenta? No se trata de cómo nos vemos a nosotros mismos, sino de cómo nos ven los demás, es decir, de la fama que tenemos. La persona razonable no insiste en que se cumplan las cosas al pie de la letra o en que se hagan siempre a su manera. Al contrario, está dispuesta a escuchar a los demás y, siempre que sea posible, a hacer lo que le pidan. No es una persona brusca ni desconsiderada, sino amable. Todos en la congregación tenemos que ser así, pero especialmente los ancianos. El cariño de los ancianos atrae a los hermanos (1 Tesalonicenses 2:7, 8). Todos deberíamos preguntarnos: “¿Tengo la fama de ser una persona considerada, flexible y amable?”.
14. ¿Cómo demuestra una persona que está “lista para obedecer”?
14 “Está lista para obedecer”. La expresión original que se traduce como “lista para obedecer” solo aparece en este versículo de las Escrituras Griegas Cristianas. Según un comentarista bíblico, este término “suele utilizarse en el contexto de la disciplina militar”. Comunica la idea de ser alguien “sumiso” y “fácil de persuadir”. Por lo tanto, alguien que se deja guiar por la sabiduría de arriba obedece de muy buena gana y de inmediato lo que dice la Biblia. No tiene fama de ser de las personas que se aferran a sus ideas y se niegan a cambiar. Al contrario, si alguien le demuestra con la Biblia que alguna decisión que ha tomado no está bien o que cierta idea que tiene es incorrecta, está dispuesto a cambiar enseguida. Y en nuestro caso, ¿sabe todo el mundo que somos así?
Está “llena de misericordia y buenos frutos”
15. ¿Qué es la misericordia, y por qué es lógico que aparezca junto con la expresión “buenos frutos” en Santiago 3:17?
15 “Llena de misericordia y buenos frutos”.c La misericordia es un aspecto muy importante de la sabiduría de arriba. De hecho, se dice que la sabiduría de arriba está “llena de misericordia”. Notemos que “misericordia” aparece al lado de “buenos frutos”. Y es lógico, pues en la Biblia la palabra misericordia tiene que ver con hacer muchas cosas buenas a favor de los demás por compasión. Una obra de consulta define la misericordia como “sentimiento de tristeza por los que sufren y que impulsa a ayudarles”. Así que la sabiduría de Dios no es fría, insensible ni se queda en el intelecto. Más bien, quienes reflejan la sabiduría de Dios son cariñosos, amables y considerados. ¿Cómo podemos demostrar que estamos llenos de misericordia?
16, 17. a) Además del amor a Dios, ¿qué nos mueve a predicar, y por qué? b) ¿Cómo mostramos que estamos llenos de misericordia?
16 Una forma importante de demostrar que estamos llenos de misericordia es predicando las buenas noticias del Reino. ¿Por qué lo hacemos? Sobre todo, por amor a Jehová. Pero también por la misericordia o compasión que sentimos por los demás (Mateo 22:37-39). En la actualidad hay muchas personas “maltratadas y abandonadas como ovejas sin pastor” (Mateo 9:36). Como sus líderes religiosos las han descuidado y engañado, esas personas no conocen los sabios consejos de la Biblia ni las promesas que el Reino pronto hará realidad. ¡Cuánta falta les hace escuchar las buenas noticias! Pensar en esto nos llena de compasión y nos impulsa a hacer todo lo posible por predicarles.
Reflejamos “la sabiduría de arriba” al tratar con misericordia y compasión a los demás.
17 ¿De qué otras maneras mostramos que estamos llenos de misericordia? Recordemos la parábola de Jesús sobre el samaritano que, mientras viajaba, se encontró en el camino a un hombre al que habían asaltado. ¿Qué hizo cuando lo vio todo golpeado? “Lo trató con compasión” y, lleno de misericordia, le vendó las heridas y lo cuidó (Lucas 10:29-37). Esto nos enseña que la misericordia implica ayudar de formas prácticas a quienes lo necesitan. De hecho, la Biblia nos invita a que “hagamos el bien a todos, pero especialmente a nuestros hermanos en la fe” (Gálatas 6:10). ¿Cómo podemos hacerlo? Por ejemplo, tal vez haya un hermano mayor que necesite que lo lleven a las reuniones. O quizá la casa de una hermana viuda necesite algunas reparaciones (Santiago 1:27). También podríamos pensar en “una buena palabra” para reanimar a alguien que esté deprimido (Proverbios 12:25). Si tratamos a los demás con misericordia, demostraremos que la sabiduría de arriba influye en nosotros.
“Es imparcial y no es hipócrita”
18. Si nos guía la sabiduría de arriba, ¿qué debemos arrancarnos del corazón, y por qué?
18 “Es imparcial”. La sabiduría de Dios nos ayuda a superar las actitudes racistas y nacionalistas. Si nos dejamos guiar por ella, arrancaremos de nuestro corazón cualquier tendencia al favoritismo (Santiago 2:9). No tratamos mejor a quienes tienen más estudios académicos, más dinero o más responsabilidades en la congregación. Y, aunque haya hermanos que nos parezcan poco brillantes, no los menospreciamos. Si Jehová los quiere tanto, ¿nosotros por qué no?
19, 20. a) ¿Qué origen tiene la palabra griega para “hipócrita”? b) ¿Cómo demostramos “cariño fraternal sin hipocresía”, y cuál será el resultado?
19 “No es hipócrita”. La palabra griega que se traduce “hipócrita” originalmente se refería a los actores de teatro. En la antigüedad, los actores griegos y romanos llevaban grandes máscaras. Por eso, esa palabra griega acabó usándose para referirse a quienes fingen o esconden lo que son. Este aspecto de la sabiduría de Dios no solo debería influir en la forma en que tratamos a nuestros hermanos, sino también en lo que sentimos por ellos.
20 El apóstol Pedro señaló que nuestra “obediencia a la verdad” debe dar como resultado “un cariño fraternal sin hipocresía” (1 Pedro 1:22). Así es, el cariño que les tenemos a nuestros hermanos no debe ser fingido. No llevamos una máscara ni hacemos teatro. Nuestro amor debe ser auténtico y brotar del corazón. De este modo nos ganaremos la confianza de los hermanos, pues verán que de veras somos lo que parecemos. Esa sinceridad produce un ambiente donde es más fácil tener amigos verdaderos y donde uno se puede sentir seguro.
“Protege la sabiduría práctica”
21, 22. a) ¿Cómo sabemos que Salomón no protegió la sabiduría? b) ¿Qué debemos hacer para proteger la sabiduría, y de qué maneras nos beneficiará hacerlo?
21 La sabiduría de arriba es un regalo de Jehová que debemos cuidar. Salomón escribió: “Hijo mío, [...] protege la sabiduría práctica y la capacidad de pensar” (Proverbios 3:21). Lamentablemente, él mismo no siguió este consejo. Fue sabio mientras tuvo un corazón obediente. Pero se casó con muchas mujeres extranjeras, permitió que ellas le desviaran el corazón y terminó dejando la adoración pura (1 Reyes 11:1-8). Este triste final muestra que, si el conocimiento no se usa bien, no sirve de nada.
22 ¿Qué debemos hacer para proteger la sabiduría práctica? Debemos leer regularmente la Biblia y las publicaciones que nos da “el esclavo fiel y prudente”. Pero además debemos esforzarnos por poner en práctica lo que aprendemos (Mateo 24:45). Reflejar la sabiduría de Dios nos beneficia de muchas maneras. Por un lado, nos permite disfrutar de la vida ahora. Por otro lado, nos ayuda a aferrarnos “a la vida que realmente es vida”, la vida en el nuevo mundo de Dios (1 Timoteo 6:19). Y, sobre todo, nos acerca a la fuente inagotable de sabiduría: Jehová.
a Según 1 Reyes 3:16, se trataba de dos prostitutas. La obra Perspicacia para comprender las Escrituras (editada por los testigos de Jehová) explica que estas mujeres “judías, o, posiblemente, de ascendencia extranjera” quizás no se dedicaban a la prostitución, sino que habían caído en la inmoralidad sexual.
b La expresión griega traducida “hacer las paces” se define como “cambiar la enemistad por amistad”, “reconciliarse”, “volver a tener una relación normal” o “recuperar la armonía”. Así que el objetivo es cambiar la situación y, si es posible, eliminar el resentimiento que guarda la persona (Romanos 12:18).
c La versión de Hermenegildo Zanuso traduce así la frase: “colmada de compasión y de obras buenas”.
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“Él nos amó primero”Acerquémonos a Jehová
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CAPÍTULO 23
“Él nos amó primero”
1-3. ¿Por qué la muerte de Jesús es tan diferente de cualquier otra?
HACE casi 2.000 años se juzgó a un hombre inocente. Lo declararon culpable de delitos que no había cometido y lo torturaron hasta la muerte. No era la primera vez que alguien sufría una muerte cruel e injusta, y por desgracia tampoco fue la última. Pero aquel caso fue muy diferente.
2 Poco antes de su muerte, algo extraño en el cielo demostró la importancia de lo que estaba pasando. En pleno mediodía, de pronto todo se oscureció. Como dijo un historiador y escritor bíblico, “la luz del sol se fue” (Lucas 23:44, 45). Luego, justo antes de que diera su último aliento, aquel hombre pronunció estas memorables palabras: “¡Se ha cumplido!”. Y es que, al entregar su vida, logró algo maravilloso. Su sacrificio fue la mayor muestra de amor de parte de un ser humano (Juan 15:13; 19:30).
3 Quizá ya se imagine que aquel hombre era Jesús. Todo el mundo sabe las cosas terribles que sufrió aquel día, el 14 de nisán del año 33 de nuestra era. Pero hay algo en lo que casi nadie se ha puesto a pensar: aunque Jesús sintió mucho dolor, hubo alguien que sufrió todavía más. Y, de hecho, esa persona hizo el mayor sacrificio y la mayor demostración de amor que jamás se haya hecho. ¿Qué hizo? Veamos la respuesta a esta pregunta. Eso dará pie al asunto más importante que podamos tratar: el amor de Jehová.
La mayor muestra de amor
4. ¿Cómo se dio cuenta un centurión de que Jesús no era un hombre común y corriente, y qué reconoció?
4 Aquel día, después de que todo se oscureció, hubo un terremoto muy fuerte. El centurión romano que estuvo a cargo de la ejecución de Jesús se quedó tan impresionado que reconoció: “Está claro que era el Hijo de Dios” (Mateo 27:54). Sin duda, Jesús no era un hombre común y corriente. Aquel centurión había participado en la muerte del propio Hijo del Dios Altísimo. ¿Y cuánto cariño le tenía el Padre a su Hijo unigénito?
5. ¿Qué nos puede ayudar a darnos una idea de todo el tiempo que Jehová y su Hijo pasaron juntos en el cielo?
5 La Biblia llama a Jesús “el primogénito de toda la creación” (Colosenses 1:15). Piénselo: el Hijo de Dios ya existía antes de que existiera el universo. Entonces, ¿cuánto tiempo estuvieron juntos Padre e Hijo? La ciencia calcula que el universo tiene 13.000 millones de años. ¿Puede darse una idea de cuánto tiempo es eso? Para ayudar a la gente a comprender esa cantidad, en un planetario se trazó una línea de tiempo de 110 metros (360 pies) de largo. Cada paso que da un visitante equivale a 75 millones de años en la existencia del universo. Al final de la línea, hay una raya del grosor de un cabello que representa toda la historia del hombre. Sea que estos cálculos sean exactos o no, la línea entera siempre será más corta que la vida del Hijo de Jehová. ¿Y qué hizo Jesús durante tantos millones de años?
6. a) ¿Qué hizo el Hijo de Jehová antes de venir a la Tierra? b) ¿Qué es lo que une a Jehová y su Hijo?
6 El Hijo fue el “obrero experto” de su Padre, y eso lo hacía muy feliz (Proverbios 8:30). La Biblia dice: “Todas las cosas llegaron a existir por medio de él, y sin él no llegó a existir ni siquiera una sola cosa” (Juan 1:3). Así que Jehová y Jesús trabajaron juntos para hacerlo todo. ¡Cuánto debieron haber disfrutado! Todos sabemos que a los padres y a los hijos los une un cariño muy fuerte. De hecho, el amor “es un lazo de unión perfecto” (Colosenses 3:14). Pues imagínese lo fuerte que debe ser el amor que une a Jehová y Jesús, que pasaron tantísimo tiempo juntos. Está claro que los unen los lazos más fuertes que pueda haber.
7. ¿Cómo expresó Dios lo que sintió cuando su Hijo se bautizó?
7 Aunque Jehová amaba tanto a su Hijo, estuvo dispuesto a separarse de él por algunas décadas y lo envió a la Tierra para que naciera como un ser humano. Desde el cielo, vio crecer a ese bebé hasta que llegó a ser un hombre perfecto. Cuando Jesús tenía unos 30 años, se bautizó. ¿Y qué sintió su Padre celestial en ese momento? Él mismo dijo desde el cielo: “Este es mi Hijo amado; él tiene mi aprobación” (Mateo 3:17). ¡Qué contento debió sentirse Jehová al ir viendo cómo su Hijo cumplía fielmente todas las profecías y hacía todo lo que le había pedido! (Juan 5:36; 17:4).
8, 9. a) ¿Qué tuvo que soportar Jesús el 14 de nisán del año 33, y cómo debió sentirse su Padre celestial? b) ¿Por qué permitió Jehová que su Hijo sufriera y muriera?
8 Ahora bien, pensemos en lo que ocurrió el 14 de nisán del año 33 y en cómo debió sentirse Jehová al ver que traicionaban a Jesús, que una multitud lo arrestaba, que sus amigos lo abandonaban, que las autoridades le hacían un juicio ilegal y que los soldados se burlaban de él, le escupían, lo golpeaban y le daban latigazos hasta destrozarle la espalda. ¿Y qué sentiría cuando vio que lo colgaron de un poste clavándole las manos y los pies mientras la gente lo insultaba? Sí, ¿cómo debió sentirse cuando su querido Hijo le pidió ayuda agonizando, cuando dio su último aliento y cuando, por primera vez desde el principio de la creación, dejó de existir? (Mateo 26:14-16, 46, 47, 56, 59, 67; 27:38-44, 46; Juan 19:1).
9 No hay palabras que describan el dolor que Jehová sintió cuando vio morir a su Hijo. Pero sí hay palabras para describir por qué estuvo dispuesto a sufrir tanto. En Juan 3:16, un versículo tan importante que se le ha llamado el Evangelio en miniatura, Jehová nos dice algo maravilloso: “Dios amó tanto al mundo que entregó a su Hijo unigénito para que nadie que demuestre tener fe en él sea destruido, sino que tenga vida eterna”. Los motivos de Jehová se resumen en una sola palabra: amor. Haber enviado a su Hijo para que sufriera y muriera por nosotros fue todo un regalo de parte de Jehová. Fue la mayor muestra de amor de todos los tiempos.
“Dios [...] entregó a su Hijo unigénito”.
Qué es el amor de Dios
10. ¿Qué necesidad tenemos todos, y qué ha pasado con el significado de la palabra amor?
10 ¿Qué es el amor? Se dice que es la mayor necesidad del ser humano. Y es que a todos nos gusta sentirnos queridos desde que nacemos. El amor es algo que nos hace felices. En cambio, la falta de amor puede acabar con nosotros. Y, a pesar de todo esto, es muy difícil definirlo. Todo el mundo habla del amor y hay un montón de libros, canciones y poemas sobre él. Pero la verdad es que no dejan claro lo que significa. De hecho, se abusa tanto de esta palabra que cada vez cuesta más saber qué es realmente.
11, 12. a) ¿Dónde podemos aprender mucho sobre lo que es el amor, y por qué? b) ¿Qué palabras había en griego para referirse a cada tipo de amor, y cuál es la que más aparece en la Biblia? (Vea también la nota). c) ¿Qué suele significar agápē en la Biblia?
11 Un diccionario bíblico explica que “el amor solo puede conocerse a base de las acciones que provoca” (Diccionario expositivo de palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento exhaustivo, de Vine). La Biblia nos habla de las acciones mediante las que Jehová le ha demostrado su amor y bondad al ser humano. Así que es en la Biblia donde podemos aprender lo que es el amor. Como vimos, la mayor demostración del amor de Jehová fue entregar a su Hijo por nosotros. ¿Hay algo que pueda describir mejor lo que implica esta cualidad? En los siguientes capítulos, analizaremos muchos otros casos en los que vemos el amor de Jehová en acción. Pero primero veamos lo que nos enseñan las palabras originales que se usan en la Biblia. En griego antiguo había cuatro palabras para referirse al amor.a La que se usa con más frecuencia en las Escrituras Griegas Cristianas es agápē. Un diccionario bíblico dice que “esta es la palabra con más fuerza para referirse al amor”. ¿Por qué?
12 En la Biblia, agápē suele referirse al amor que se guía por principios, al amor cristiano. No se basa solo en nuestras emociones o en lo que sentimos hacia otra persona. Más bien, decidimos demostrárselo a todo el mundo porque sabemos que eso es lo correcto. De hecho, quien tiene este amor se desvive por los demás. Por ejemplo, volvamos a Juan 3:16: “Dios amó tanto al mundo que entregó a su Hijo unigénito”. ¿Qué es ese “mundo”? Son todos los seres humanos que pueden beneficiarse del rescate. Muchos de ellos llevan un estilo de vida que a Dios no le gusta. Claro, Jehová no los quiere como si fueran sus amigos íntimos, tanto como quería a Abrahán (Santiago 2:23). Pero él les ofrece a todos la oportunidad de beneficiarse de su amor y bondad, y para eso tuvo que pagar un precio muy alto. Él quiere que todos se arrepientan y cambien (2 Pedro 3:9). Muchos lo hacen, y entonces él los acepta con gusto como sus amigos.
13, 14. ¿Qué demuestra que el amor cristiano suele ir acompañado de ternura?
13 Algunas personas creen que la Biblia se refiere al término agápē como algo frío e intelectual, pero están equivocadas. Más bien, este tipo de amor implica sentir tierno cariño por alguien. Por ejemplo, Juan 3:35 dice: “El Padre ama al Hijo”. Aquí se usó una forma de la palabra agápē. ¿Significa, entonces, que no sentía cariño por su Hijo? No. En Juan 5:20, donde se usó una forma de la palabra filéō, Jesús mismo dijo “El Padre quiere al Hijo” o, como dice la nota, “le tiene cariño”. Así que el amor de Jehová suele ir acompañado de ternura. Pero no se deja llevar por el sentimentalismo, sino que se basa en los principios de Dios, siempre sabios y justos.
14 Como ya vimos, todas las cualidades de Jehová son perfectas y atrayentes. Pero la que más nos atrae es el amor. Nada nos impulsa tanto a acercarnos a Dios. ¡Y qué bueno es que esa sea su cualidad principal! Veamos por qué.
“Dios es amor”
15. ¿Qué dice la Biblia sobre el amor de Jehová, y por qué es eso tan especial? (Vea también la nota).
15 La Biblia habla del amor de una forma especial. Por ejemplo, nunca afirma que Dios es poder, justicia ni sabiduría. Claro, él tiene estas tres cualidades. De hecho, es la fuente de ellas y nadie las demuestra como él. Pero, a diferencia de estas cualidades, la Biblia dice algo único sobre la cuarta virtud fundamental de Jehová: “Dios es amor” (1 Juan 4:8).b ¿Qué significa esto?
16-18. a) ¿Por qué dice la Biblia que “Dios es amor”? b) ¿Por qué es el hombre un símbolo adecuado del amor de Jehová?
16 La frase “Dios es amor” no significa que el amor y Dios sean lo mismo. No podemos invertir el orden y decir: “El amor es Dios”. Jehová es mucho más que una cualidad; es una persona con una amplia gama de sentimientos y cualidades, aparte del amor. Con todo y eso, el amor impregna todo su ser. Por eso una obra de consulta dice lo siguiente sobre este versículo: “La esencia o la naturaleza de Dios es el amor”. ¿Y qué quiere decir esto? Pues bien, el poder de Jehová hace posible que él actúe. Su justicia y su sabiduría rigen su manera de actuar. Pero es su amor lo que lo motiva a actuar. Demuestre la cualidad que demuestre, su amor siempre está presente, porque todo lo hace con amor.
17 Se dice que Jehová es la personificación del amor. Por tanto, para saber más del amor basado en principios, hay que conocer a Dios. Claro, los seres humanos también podemos mostrar esta hermosa cualidad. ¿Y por qué? Fíjese en lo que Jehová le dijo a su Hijo cuando nos creó: “Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza” (Génesis 1:26). Por eso, de todos los seres vivos que hay en la Tierra, los humanos somos los únicos que podemos amar por voluntad propia, igual que lo hace nuestro Padre celestial. ¿Recuerda que Jehová usó varios seres vivos para representar sus virtudes fundamentales? Pues eligió al hombre, su obra maestra en la Tierra, como símbolo de su principal cualidad: el amor (Ezequiel 1:10).
18 Cuando demostramos amor desinteresado, basado en principios, reflejamos la cualidad más importante de Jehová. Es justo como escribió el apóstol Juan: “Nosotros amamos porque él nos amó primero” (1 Juan 4:19). Ahora bien, ¿en qué sentido nos amó primero?
Jehová tomó la iniciativa
19. ¿Qué impulsó a Jehová a comenzar la creación?
19 El amor siempre ha existido. Piense en esto: ¿qué impulsó a Jehová a comenzar la creación? No fue que se sintiera solo y necesitara compañía. Jehová es completo, no depende de nadie y no le hace falta nada que otros puedan darle. Pero, por su amor —que es una cualidad activa—, quiso compartir la satisfacción de vivir. Y por eso les dio el regalo de la vida a seres que pudieran valorarlo. Apocalipsis 3:14 dice que “el principio de la creación de Dios” fue su Hijo unigénito. Luego, Jehová se valió de este obrero experto para hacer todo lo demás, comenzando por los ángeles (Job 38:4, 7; Colosenses 1:16). Como les dio libertad, inteligencia y sentimientos, estos poderosos espíritus podían formar una amistad entrañable con otros ángeles y, sobre todo, con Jehová (2 Corintios 3:17). Así que ellos amaban porque Dios los amó primero.
20, 21. ¿Qué pruebas tenían Adán y Eva de que Jehová los amaba, pero cómo le pagaron ellos?
20 ¿Y qué puede decirse de los seres humanos? Pasó lo mismo. Desde el comienzo, Adán y Eva vivieron rodeados del amor de su Padre. Podían ver pruebas de este amor en todos los rincones del jardín de Edén, el paraíso donde vivían. Génesis 2:8 dice: “Jehová Dios preparó un jardín en Edén, hacia el este, y allí puso al hombre que había formado”. ¿Alguna vez ha visitado un jardín o parque muy muy hermoso? ¿Qué fue lo que más le gustó? ¿La luz filtrándose entre las hojas de los árboles? ¿La variedad de tonos de una alfombra de flores? ¿La relajante música de un arroyo? ¿El canto de las aves? ¿El suave sonido de los insectos? ¿El aroma de los árboles, las frutas y las flores? Pues nada de esto puede compararse al jardín de Edén. ¿Por qué?
21 ¡Porque Jehová mismo lo preparó! No hay palabras para describir lo impresionante que debía ser aquel jardín. Era muy grande y había mucha agua. Había una gran variedad de árboles muy bellos, de frutos deliciosos y de animales fascinantes. Adán y Eva tenían todo lo que necesitaban para ser felices y disfrutar de la vida: la alegría de estar juntos y un trabajo gratificante, entre muchas otras cosas. Su Padre celestial los amó primero, y ellos tenían razones de sobra para corresponder a su amor. Pero no lo hicieron. En vez de corresponderle obedeciéndolo, fueron egoístas y se rebelaron contra él (Génesis, capítulo 2).
22. ¿Cómo reaccionó Jehová cuando Adán y Eva se rebelaron, y cómo demuestra esto que su amor es leal?
22 ¡Cuánto debió dolerle esto a Jehová! Pero ¿se amargó y dejó de querer a los seres humanos? No, porque “su amor leal dura para siempre” (Salmo 136:1). Y fue por amor que tomó medidas de inmediato para salvar a los descendientes de Adán y Eva que tuvieran un buen corazón. Como ya vimos, esas medidas incluían algo muy doloroso para Jehová: dar a su querido Hijo como rescate por la humanidad (1 Juan 4:10).
23. ¿Cuál es una razón por la que Jehová es el “Dios feliz”, y qué importante pregunta se responderá en el próximo capítulo?
23 Desde el principio, Jehová siempre ha tomado la iniciativa en demostrarle amor a la humanidad. De hecho, en muchísimos sentidos, “él nos amó primero”. Y por eso Jehová es el “Dios feliz”, pues el amor produce paz y felicidad (1 Timoteo 1:11). Pero quizás usted se pregunte: “¿De verdad Jehová me ama a mí?”. Esta importante pregunta se responderá en el próximo capítulo.
a El verbo filéō se refiere al cariño entre amigos íntimos o hermanos, y se usa mucho en las Escrituras Griegas Cristianas. La palabra storguḗ se refiere al amor por la familia, y según 2 Timoteo 3:3 muchos no sentirían esa clase de amor en los últimos días. La palabra éros se refiere al amor entre un hombre y una mujer; no se utiliza en las Escrituras Griegas Cristianas, pero la Biblia sí habla de este tipo de amor (Proverbios 5:15-20).
b La Biblia usa expresiones parecidas a esta. Por ejemplo, dice: “Dios es luz” o “Dios es un fuego voraz” (1 Juan 1:5; Hebreos 12:29). Pero estas son solo metáforas que representan a Jehová con cosas físicas. Él es como la luz en el sentido de que es santo y justo; “en él no hay oscuridad”, o impurezas. Y también es como el fuego por la forma en que usa su poder para destruir.
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Nada puede “separarnos del amor de Dios”Acerquémonos a Jehová
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CAPÍTULO 24
Nada puede “separarnos del amor de Dios”
1. ¿Qué sentimientos negativos tienen muchas personas, incluidos algunos cristianos?
¿QUÉ siente Jehová por usted? Hay quienes reconocen que Dios ama a la humanidad en general, como dice Juan 3:16. Pero piensan: “Dios nunca podría quererme a mí”. Hasta algunos cristianos pudieran sentirse así en algún momento. Un hombre dijo con tristeza: “Me cuesta mucho creer que yo le importe a Dios siquiera un poquito”. Y usted, ¿se ha sentido así a veces?
2, 3. ¿Quién quiere convencernos de que Jehová no nos ama ni valora, pero qué nos ayudará a luchar contra esa idea?
2 A Satanás le encantaría hacernos creer que Jehová Dios no nos ama ni valora. Es cierto que el Diablo suele seducir a la gente apelando a su orgullo y vanidad (2 Corintios 11:3). Pero también le gusta aplastar la autoestima de los más vulnerables (Juan 7:47-49; 8:13, 44). Y, en estos “últimos días” —tan críticos y complicados—, utiliza esta táctica más que nunca. Muchos se crían en familias sin “cariño natural”, y otros tienen que tratar a diario con gente feroz, egoísta y testaruda (2 Timoteo 3:1-5). Después de sufrir odio, maltrato o racismo por años, tal vez estén convencidos de que no sirven para nada y de que nadie los va a querer.
3 ¿Se siente usted así? ¡No se rinda! A veces somos muy duros con nosotros mismos. Pero no olvide que la Palabra de Dios está hecha “para rectificar las cosas” y “para derrumbar cosas fuertemente atrincheradas” (2 Timoteo 3:16; 2 Corintios 10:4). La Biblia dice: “Haremos que nuestro corazón se sienta seguro delante de Dios, incluso si nuestro corazón nos condena, porque Dios es más grande que nuestro corazón y lo sabe todo” (1 Juan 3:19, 20). Veamos cuatro maneras en que la Biblia nos ayuda a “que nuestro corazón se sienta seguro” de que Dios nos ama.
Usted vale mucho para Jehová
4, 5. ¿Cómo demuestra la comparación que hizo Jesús de los gorriones que valemos mucho para Jehová?
4 En primer lugar, la Biblia enseña claramente que, para Dios, cada uno de sus siervos es muy valioso. Por ejemplo, Jesús dijo: “Se venden dos gorriones por una moneda de poco valor, ¿no es cierto? Sin embargo, ni uno de ellos cae a tierra sin que su Padre lo sepa. Pero, en el caso de ustedes, hasta los cabellos de su cabeza están todos contados. Así que no tengan miedo. Ustedes valen más que muchos gorriones” (Mateo 10:29-31). Pensemos en lo que estas palabras de Jesús significaban para un judío del siglo primero.
“Ustedes valen más que muchos gorriones”.
5 Hoy quizás nos preguntemos quién compraría un gorrión. Pues bien, en aquel tiempo el gorrión era el ave comestible más barata. Se vendían dos por una moneda de poco valor. En otra ocasión, Jesús dijo que con dos monedas no daban cuatro, sino cinco. Venía uno de regalo, como si no valiera nada. Quizá la gente pensara que esos pajaritos no tenían ningún valor. Pero ¿cómo los veía el Creador? Jesús dijo que “Dios no se olvida de ninguno de ellos”, ni siquiera del que salía gratis (Lucas 12:6, 7). ¿Vemos la lección? Si un pajarito es tan valioso para Jehová, ¡con más razón lo somos nosotros! Como explicó Jesús, Dios conoce hasta el más mínimo detalle sobre nosotros. ¡Hasta sabe cuántos cabellos tenemos!
6. ¿Por qué estamos tan seguros de que Jesús no exageró al decir que nuestros cabellos están contados?
6 ¿Contar nuestros cabellos? Tal vez algunos piensen que Jesús exageraba. Pero piense en la resurrección. Para que Jehová haga que cada uno de nosotros vuelva a ser exactamente igual, ¡qué bien debe conocernos! Valemos tanto para él que lo recuerda todo sobre nosotros. Por ejemplo, conoce nuestro código genético y nuestros recuerdos, y sabe todo lo que nos ha pasado a lo largo de los años.a Contar los cabellos de una persona —unos 100.000 en promedio— no es nada en comparación con esto.
¿Qué ve Jehová en nosotros?
7, 8. a) ¿Qué cosas buenas le gusta encontrar a Jehová cuando examina los corazones? b) ¿Cuáles son algunas obras que Jehová valora?
7 En segundo lugar, la Biblia nos enseña lo que Jehová valora de sus siervos. Nuestras cualidades y los esfuerzos que hacemos por servirle lo hacen feliz. El rey David le dijo a su hijo Salomón: “Jehová examina todos los corazones y ve todas las intenciones y pensamientos” (1 Crónicas 28:9). Así que Jehová está buscando algo bueno en los miles de millones de corazones que hay en este mundo lleno de odio y violencia. ¡Qué feliz debe sentirse cuando encuentra un corazón que ama la paz, la justicia y la verdad! ¿Y qué hace Jehová cuando ve que alguien lo ama y quiere saber más cosas de él y contárselas a otros? Él mismo nos dice que se fija en especial en quienes hablan de él con otros. ¡Hasta hay “un libro para recordar a los que temen a Jehová y a los que meditan en su nombre”! (Malaquías 3:16). Él valora muchísimo todo esto.
8 Jehová valora mucho nuestras buenas obras. ¿Cuáles son algunas de ellas? Pues bien, él espera que nos esforcemos por seguir los pasos de su Hijo, Jesucristo (1 Pedro 2:21). Por eso una de las obras que Dios valora es predicar las buenas noticias del Reino. En Romanos 10:15 leemos: “¡Qué hermosos son los pies de los que declaran buenas noticias de cosas buenas!”. Por lo general, los pies no son lo más “hermoso” que tenemos. Pero, en este versículo, representan los esfuerzos que hacemos los siervos de Dios para predicar las buenas noticias. A Jehová le encanta ver esos esfuerzos y valen mucho para él (Mateo 24:14; 28:19, 20).
9, 10. a) ¿Qué nos da la seguridad de que Jehová valora nuestro aguante? b) ¿Qué es lo que nunca hace Jehová con sus siervos fieles?
9 Jehová también valora nuestro aguante (Mateo 24:13). Recuerde que Satanás quiere que usted le dé la espalda a Dios. Así que cada día que le es leal a Jehová es un día más en que contribuye a responder a los desafíos del Diablo (Proverbios 27:11). Claro, a veces es difícil aguantar. Si tenemos problemas de salud, económicos, emocionales o de otro tipo, cada día puede convertirse en una prueba. Además, si nuestras expectativas tardan en cumplirse, podríamos desanimarnos (Proverbios 13:12). Jehová valora mucho que, a pesar de todo esto, le sigamos sirviendo con aguante. Por eso, con total seguridad, el rey David le pidió que recogiera sus lágrimas en un odre y le dijo: “¿Acaso no están anotadas en tu libro?” (Salmo 56:8). Jehová ve nuestras lágrimas y todo lo que sufrimos por serle leales. Él recuerda todo esto con cariño y lo valora muchísimo.
Jehová valora nuestro aguante ante las pruebas.
10 Pero, a pesar de saber todo esto, tal vez sigamos sintiendo que no merecemos que Dios nos ame. Quizá no dejemos de decirnos: “Hay tantos hermanos que son mejores que yo... ¡Qué decepcionado debe estar Jehová cuando me compara con ellos!”. Pero él no nos compara con nadie ni espera de nosotros más de lo que podemos hacer (Gálatas 6:4). Cuando Jehová mira en nuestro corazón, valora todo lo bueno que encuentra en él, por pequeño que parezca.
Jehová separa lo bueno de lo malo
11. ¿Qué nos enseña sobre Jehová el caso de Abías?
11 En tercer lugar, cuando Jehová mira en nuestro corazón, separa con cuidado lo que encuentra para sacar lo bueno. Por ejemplo, en la época del rey Jeroboán, dijo que acabaría con la dinastía apóstata de este rey. Ahora bien, decidió que uno de sus hijos, Abías, tuviera un entierro digno. ¿Por qué? Jehová, el Dios de Israel, había “encontrado algo bueno” en él (1 Reyes 14:1, 10-13). Jehová fue separando todo lo que vio en el corazón del muchacho y encontró “algo bueno”. Por insignificante que fuera aquello que encontró, él se encargó de que este dato se incluyera en su Palabra. Y hasta le mostró misericordia dándole un entierro digno, aunque venía de una familia apóstata.
12, 13. a) ¿Cómo demuestra el caso de Jehosafat que, aunque cometamos un pecado, Jehová busca lo bueno que hay en nosotros? b) Igual que un padre cariñoso, ¿qué hace Jehová con nuestras buenas obras y cualidades?
12 El caso del rey Jehosafat nos enseña más claramente que Jehová busca lo bueno en las personas. Cuando el rey cometió un grave error, un profeta de Dios le dijo: “Jehová está indignado contigo”. ¡Qué mensaje tan fuerte! Pero también le dijo esto: “Sin embargo, se han hallado cosas buenas en ti” (2 Crónicas 19:1-3). Así que, aunque Jehová tenía buenas razones para estar muy enojado con Jehosafat, seguía viendo lo bueno que había en él. ¡Qué diferentes somos nosotros! Cuando alguien nos hace enojar, tal vez no veamos sus cosas buenas. Y, cuando nosotros cometemos un pecado, puede que la decepción, la vergüenza y la culpa no nos dejen ver nuestras cosas buenas. Pero tengamos presente que, si nos arrepentimos y nos esforzamos por no volver a caer en lo mismo, Jehová nos perdona.
13 Al ir buscando lo bueno que hay en nosotros, Jehová es como un buscador de oro, que desecha las piedritas y se queda con las valiosas pepitas de oro. Del mismo modo, Dios desecha nuestros pecados y se queda con nuestras buenas obras y cualidades. Pensemos en otro ejemplo. ¿Se ha fijado en el cariño con el que los padres guardan los dibujos o trabajos escolares de sus niños? Décadas después, cuando los hijos ya ni se acuerdan de esas cosas, los padres todavía las guardan. Pues Jehová es el Padre más cariñoso que hay. Mientras le seamos fieles, nunca olvidará nuestras buenas obras y cualidades. Para él sería una injusticia olvidarlas, y él no es injusto (Hebreos 6:10). Pero la búsqueda que Jehová hace en nuestro corazón no termina ahí.
14, 15. a) Explique con un ejemplo por qué valemos tanto para Jehová a pesar de nuestras imperfecciones. b) ¿Qué hará Jehová en el futuro con todo lo bueno que ve en nosotros, y qué piensa ahora de sus siervos?
14 Jehová ve más allá de nuestras imperfecciones y se centra en lo que podemos llegar a ser. Por ejemplo, quienes aman el arte son capaces de lo que sea con tal de restaurar una obra de arte dañada. En un museo de Londres (la National Gallery) había una obra maestra de Leonardo da Vinci, un dibujo de 500 años de antigüedad valorado en unos 30 millones de dólares. Un día, alguien le disparó, pero nadie pensó en tirarla porque hubiera sufrido daños. Más bien, se pusieron a restaurarla de inmediato. ¿Por qué? Por su valor para quienes aman el arte. Pero ¿verdad que usted vale más que cualquier dibujo? Aunque la imperfección nos haya causado tantos daños, Dios nos sigue valorando muchísimo (Salmo 72:12-14). Jehová, el artista que nos creó, restaurará a todos los que correspondan a su amor para que alcancen la perfección (Hechos 3:21; Romanos 8:20-22).
15 Todos tenemos cualidades que quizá nosotros no veamos; pero Jehová sí las ve. A medida que sigamos sirviéndole, potenciará todo lo bueno que hay en nosotros hasta que alcancemos la perfección. Por muy mal que nos haya tratado el mundo de Satanás, para Jehová siempre seremos muy valiosos (Ageo 2:7).
Jehová nos demuestra su amor con acciones
16. ¿Qué regalo de Jehová demuestra lo mucho que nos ama, y cómo sabemos que es un regalo personal?
16 En cuarto lugar, todo lo que Jehová hace por nosotros demuestra que nos ama. Piense en esto: el Diablo afirmó que no valemos nada ni merecemos ser amados; pero el sacrificio de Jesús es la mayor prueba de que eso es mentira. Que esto se nos quede bien grabado: el dolor de Jesús en el madero de tormento y el dolor aún mayor que sintió Jehová al ver morir a su querido Hijo son prueba de que los dos nos aman muchísimo. Es triste decirlo, pero muchos sienten que no merecen el rescate, y por eso les cuesta verlo como un regalo personal. ¿Qué puede ayudarles? Recordar el caso del apóstol Pablo. Antes de hacerse cristiano era un perseguidor. Aun así, él escribió: “El Hijo de Dios [...] me amó y se entregó por mí” (Gálatas 1:13; 2:20).
17. ¿Cómo nos atrae Jehová a sí mismo y a su Hijo?
17 Jehová nos ayuda individualmente a beneficiarnos del regalo del rescate, y así también nos demuestra su amor. Jesús dijo: “Nadie puede venir a mí a menos que el Padre, que me envió, lo traiga” (Juan 6:44). Jehová mismo nos acerca —o nos atrae— a su Hijo y nos ofrece la esperanza de vida eterna. ¿Cómo? Llegando a cada persona mediante la predicación. Además, usa su espíritu santo para que, a pesar de la imperfección, podamos entender y aplicar lo que nos enseña la Biblia. Jehová nos dice lo mismo que le dijo a su pueblo Israel: “Te he amado con un amor eterno. Por eso te atraje a mí con amor leal” (Jeremías 31:3).
18, 19. a) ¿Cuál es la forma más personal en que Jehová nos demuestra su amor, y cómo sabemos que él se encarga personalmente de eso? b) ¿Qué pruebas encontramos en la Biblia de que Jehová nos escucha con empatía?
18 Tal vez la forma más personal e íntima en que Jehová nos demuestra su amor es al concedernos el honor de orarle. En 1 Tesalonicenses 5:17 se nos hace esta invitación: “Oren constantemente”. Él nos presta atención, y la Biblia hasta se refiere a él como “el que escucha las oraciones” (Salmo 65:2). No ha delegado esta función en nadie, ni siquiera en su Hijo. Piénselo: el Creador del universo nos invita a acercarnos a él en oración con total libertad y confianza. ¿Y con qué actitud nos escucha? ¿Con frialdad, indiferencia o falta de interés? ¡No, para nada!
19 Jehová nos escucha con empatía. ¿Y qué es la empatía? Un cristiano de edad avanzada la definió así: “Es sentir tu dolor en mi corazón”. Pero ¿puede sentir Dios nuestro dolor? Isaías 63:9 dice cómo se sintió al ver sufrir a su pueblo Israel: “Durante todas sus angustias, él también estuvo angustiado”. Así que Jehová no solo vio que estaban angustiados, sino que sintió la angustia de ellos. Él mismo expresó lo intensos que son sus sentimientos cuando les dijo a sus siervos: “Quien los toca a ustedes toca la niña de mis ojos” (Zacarías 2:8).b Cuando a uno le meten el dedo en el ojo, ¿verdad que es una sensación muy dolorosa? Pues algo así siente Jehová. Sufre cuando sufrimos.
20. Según Romanos 12:3, ¿qué actitud debemos mostrar?
20 Claro, tenemos que mostrar equilibrio y no pensar que el amor de Jehová nos da derecho a sentirnos superiores o a volvernos egocéntricos. El apóstol Pablo escribió: “Por la bondad inmerecida que se me ha mostrado, le digo a cada uno de ustedes que no piense de sí mismo más de lo que debe pensar, sino que piense de un modo que demuestre buen juicio, según la medida de fe que Dios le haya dado” (Romanos 12:3). Otra traducción bíblica lo dice así: “Nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación” (Nueva Versión Internacional). Por eso, disfrutemos del cariño de nuestro Padre celestial, pero al mismo tiempo recordemos que su amor no es algo que nos hayamos ganado o nos merezcamos (Lucas 17:10).
21. ¿Qué mentiras de Satanás debemos rechazar constantemente, y de qué debemos estar convencidos?
21 Hagamos todo lo posible por rechazar las mentiras de Satanás, como por ejemplo la idea de que no valemos nada y no merecemos que nos quieran. Quizás lo que le ha pasado en la vida le ha hecho creer que usted es tan mala persona que no merece que Dios lo ame. O tal vez piense que sus buenas acciones son tan insignificantes que ni siquiera el Dios que todo lo ve puede tomarlas en cuenta. O hasta puede que se imagine que sus pecados son tan graves que ni siquiera la muerte del Hijo de Dios puede cubrirlos. Pero ¡cuidado! No se deje engañar por las mentiras de Satanás. Más bien, luche por convencerse de lo mismo que Pablo. Él dijo por inspiración: “Estoy convencido de que ni muerte ni vida, ni ángeles ni gobiernos, ni cosas presentes ni cosas futuras, ni poderes, ni altura ni profundidad, ni ninguna otra creación podrá separarnos del amor de Dios que está en Cristo Jesús nuestro Señor” (Romanos 8:38, 39).
a La Biblia relaciona muchas veces la esperanza de la resurrección con la memoria de Jehová. Job le dijo a Dios: “¡Ojalá me fijaras un plazo para acordarte de mí!” (Job 14:13). Y Jesús habló de la resurrección de “todos los que están en las tumbas conmemorativas”. Esto encaja muy bien con la idea de que Jehová guarda en su memoria a las personas que quiere resucitar (Juan 5:28, 29, nota).
b Algunas versiones bíblicas dicen que, aquí, lo que se toca no es el ojo de Jehová, sino el de Israel o el de la persona que toca al pueblo de Dios. Y es que esta idea les pareció una falta de respeto a ciertos escribas y por eso la cambiaron. Al hacer esto, quitaron esta preciosa imagen, que muestra la gran empatía que siente Jehová.
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“La tierna compasión de nuestro Dios”Acerquémonos a Jehová
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CAPÍTULO 25
“La tierna compasión de nuestro Dios”
1, 2. a) ¿Qué hace normalmente una madre cuando oye llorar a su bebé? b) ¿Qué sentimiento es más fuerte que la compasión de una madre?
EN MEDIO de la noche, un bebé comienza a llorar. Su madre se despierta enseguida, pues desde que tuvo a su niño ya no duerme tan profundamente. Además, por la forma de llorar, es capaz de distinguir lo que necesita su bebé: si quiere comer, si quiere que lo abracen o cualquier otra cosa. El caso es que, cuando oye que está llorando —sea por lo que sea— ella corre para atenderlo. Lo quiere tanto que no puede quedarse como si no pasara nada.
2 La compasión y ternura que siente una madre por su bebé es uno de los sentimientos más intensos que puede tener un ser humano. Pero hay un sentimiento muchísimo más fuerte: la tierna compasión de Jehová. Aprender más sobre esta hermosa cualidad nos acercará más a nuestro Dios. Por eso, veamos qué es la compasión y cómo la demuestra él.
¿Qué es la compasión?
3. ¿Qué significa el verbo hebreo que se traduce como “mostrar misericordia” y “tener compasión”?
3 En la Biblia, la compasión y la misericordia están muy relacionadas. Hay muchas palabras hebreas y griegas que transmiten el sentido de tierna compasión. Una de ellas es el verbo hebreo rajám, que suele traducirse como “mostrar misericordia” o “tener compasión”. Según cierto diccionario bíblico, esta palabra “expresa un profundo y tierno sentimiento de compasión”, como el que se despierta cuando vemos sufrir a “aquellos que nos son queridos o que necesitan de nuestra ayuda”. Está relacionada con el término para “matriz” y puede traducirse como “compasión maternal”.a Jehová usa esta palabra para describir sus propios sentimientos (Éxodo 33:19; Jeremías 33:26).
¿Puede una mujer olvidarse del hijo que llevó en su vientre?
4, 5. ¿Cómo nos ayuda la Biblia a entender lo que implica la compasión de Jehová?
4 Para ayudarnos a entender lo que implica la compasión de Jehová, la Biblia habla en Isaías 49:15 de lo que siente una madre por su bebé: “¿Puede una mujer olvidarse de su bebé o no sentir compasión [rajám] por el hijo que llevó en su vientre? Aun si estas mujeres se olvidaran, yo nunca me olvidaría de ti”. Esta conmovedora descripción destaca la profunda compasión que siente Jehová por su pueblo. ¿Por qué decimos esto?
5 Cuesta creer que una madre se olvide de alimentar y cuidar a su bebé. Y es que él necesita su cariño y atención día y noche. Pero, desgraciadamente, hay mujeres que descuidan a sus hijos, sobre todo en estos “tiempos críticos” en los que hay tan poco “cariño natural” (2 Timoteo 3:1, 3). En cambio, Jehová dice: “Yo nunca me olvidaría de ti”. La tierna compasión que siente por sus siervos jamás falla. Es mucho más intensa que la compasión que una madre siente por su bebé, el sentimiento natural de ternura más fuerte que podamos imaginar. Por eso, un biblista dijo que Isaías 49:15 contiene “una de las expresiones del amor de Dios más intensas —quizás la mayor— de todo el Antiguo Testamento”.
6. ¿Qué ha dicho mucha gente sobre la compasión, y qué nos asegura Jehová?
6 ¿Es la tierna compasión un síntoma de debilidad? Eso es lo que ha dicho mucha gente. Por ejemplo, un filósofo romano de la época de Jesús, Séneca, enseñó que la compasión es un vicio, una debilidad. Pertenecía a la escuela de los estoicos, que enseñaba que, para ser feliz, hay que evitar cualquier dolor o placer. Según él, la persona sabia podía ayudar a quien lo necesitara pero sin tenerle lástima, pues eso le robaría su paz interior. Alguien así, que solo piensa en sí mismo, no demuestra verdadera compasión. ¡Qué distinto es Jehová! Él mismo nos asegura en su Palabra que “es muy compasivo y misericordioso” (Santiago 5:11, nota). Como veremos, la compasión no es síntoma de debilidad, sino señal de fortaleza. Veamos cómo la demuestra nuestro cariñoso Padre, Jehová.
Jehová le muestra compasión a la nación de Israel
7, 8. ¿Qué sufrimientos pasaron los israelitas en Egipto, y qué hizo Jehová al verlos sufrir?
7 La forma en que Jehová trató a Israel demuestra lo compasivo que es. A finales del siglo dieciséis antes de nuestra era, millones de israelitas fueron esclavizados en Egipto. Allí sufrieron mucho. La Biblia dice que “les amargaron la vida obligándolos a trabajar muy duro: los pusieron a trabajar con mezcla de barro y ladrillos [...] y los explotaron con todo tipo de trabajo de esclavos” (Éxodo 1:11, 14). En su desesperación, los israelitas le suplicaron a Jehová que los ayudara. ¿Cómo les respondió el Dios de tierna compasión?
8 Jehová se conmovió y dijo: “De veras he visto el dolor de mi pueblo en Egipto y he oído sus quejas por culpa de los que los han esclavizado. Conozco bien sus sufrimientos” (Éxodo 3:7). Jehová no podía verlos sufrir sin sentir lástima por ellos. En el capítulo 24, vimos que él es un Dios que demuestra empatía, una cualidad muy relacionada con la compasión y que nos permite ponernos en el lugar de los demás y sentir su dolor. Pero Jehová no solo sintió el dolor de su pueblo, sino que hizo algo para ayudarlos. Isaías 63:9 dice: “En su amor y en su compasión, él los recompró”. Rescató a los israelitas de Egipto “con mano poderosa” (Deuteronomio 4:34). Luego los alimentó de forma milagrosa y los llevó a una tierra fértil que terminó siendo suya.
9, 10. a) ¿Por qué salvaba Jehová vez tras vez a los israelitas? b) ¿De qué opresión liberó Jehová a los israelitas de la época de Jefté, y por qué lo hizo?
9 Tiempo después, Jehová les siguió demostrando compasión a los israelitas. Ya establecidos en la Tierra Prometida, vez tras vez le desobedecían a Jehová y sufrían las consecuencias. Pero luego se arrepentían y le pedían ayuda, y él los salvaba. ¿Por qué? “Porque sentía compasión por su pueblo” (2 Crónicas 36:15; Jueces 2:11-16).
10 Pensemos, por ejemplo, en lo que pasó en la época de Jefté. Como los israelitas habían empezado a adorar a dioses falsos, Jehová permitió que los ammonitas los oprimieran durante 18 años. Pero al final se arrepintieron, “se deshicieron de los dioses extranjeros y volvieron a servir a Jehová. Entonces él ya no pudo soportar más ver sufrir a Israel” (Jueces 10:6-16).b Cuando se arrepintieron sinceramente, el Dios de la tierna compasión ya no pudo seguir viendo su sufrimiento. Así que usó a Jefté para liberarlos de sus enemigos (Jueces 11:30-33).
11. ¿Qué nos enseña sobre la compasión de Dios la manera en que él trató a los israelitas?
11 ¿Qué nos enseña sobre la compasión de Jehová la forma en que él trató a la nación de Israel? Algo que aprendemos es que la compasión implica más que sentir lástima por los que sufren. ¿Recuerda el ejemplo de la mujer que oye llorar a su bebé? Por compasión, reacciona en cuanto lo escucha. De forma parecida, Jehová no hace oídos sordos a las súplicas de sus siervos. Más bien, por compasión, cura con ternura sus heridas. Además, su forma de tratar a los israelitas nos enseña que la compasión no es ninguna debilidad. De hecho, esta cualidad lo impulsó a defenderlos. Ahora bien, ¿demuestra Jehová compasión por sus siervos tan solo a nivel colectivo?
Jehová siente compasión por cada uno de sus siervos
12. ¿Cómo refleja la Ley la compasión de Jehová por cada de uno de sus siervos?
12 La Ley mosaica demuestra que Dios siente compasión por cada uno de sus siervos. Por ejemplo, demuestra lo mucho que él se preocupaba por los pobres. Jehová sabía que una situación inesperada podía hacer que un israelita cayera en la pobreza. ¿Qué tenían que hacer los demás por él? Jehová ordenó claramente: “No endurezcas tu corazón ni le cierres tu mano a tu hermano pobre”. Y añadió: “Debes darle generosamente y no debes darle nada de mala gana, porque por eso Jehová tu Dios bendecirá todos tus trabajos y todo lo que hagas” (Deuteronomio 15:7, 10). También les ordenó a los israelitas que no cosecharan completamente las orillas de sus campos y que no recogieran lo que sobrara. Lo que quedara sin recoger sería para los más necesitados (Levítico 23:22; Rut 2:2-7). Siempre que los israelitas obedecían esta ley tan considerada, los pobres no tenían que mendigar. ¡Qué gran muestra de la tierna compasión de Jehová!
13, 14. a) ¿Cómo nos garantizan las palabras de David que Jehová se preocupa de verdad por cada uno de nosotros? b) ¿Qué ejemplo nos ayuda a entender que Jehová está cerca de los que “tienen el corazón destrozado” y “están hundidos en el desánimo”?
13 En la actualidad, nuestro cariñoso Dios también se preocupa de verdad por cada uno de nosotros. Podemos estar seguros de que él está muy al tanto de todos nuestros sufrimientos. David escribió: “Los ojos de Jehová están puestos en los justos y sus oídos escuchan sus gritos de auxilio”. Y luego añadió: “Jehová está cerca de los que tienen el corazón destrozado; salva a los que están hundidos en el desánimo” (Salmo 34:15, 18). Un biblista explicó que las expresiones “tienen el corazón destrozado” y “están hundidos en el desánimo” se refieren a quienes están deprimidos por culpa de sus pecados y creen que son muy poca cosa. Estas personas quizás crean que Jehová está muy lejos de ellas, que no valen nada y que, por eso, él no se preocupa por ellas. Pero eso no es cierto. Las palabras de David nos garantizan que Jehová no abandona a quienes se sienten insignificantes. Él sabe que en esas circunstancias lo necesitamos más que nunca, y él está a nuestro lado.
14 Pensemos en el siguiente caso. En Estados Unidos, una mujer llevó corriendo a su niño de dos años al hospital porque tenía graves problemas para respirar. Los médicos lo examinaron y le dijeron a la madre que tendría que dejarlo en el hospital. ¿Dónde pasó ella la noche? En una silla, junto a la cama del pequeño. Y es que su hijo estaba enfermo, no iba a dejarlo solo. Pues lo mismo pasa con nuestro cariñoso Padre celestial. De hecho, él nos hizo a su imagen. Así que, ¡cómo vamos a esperar menos de él! (Génesis 1:26). Las conmovedoras palabras de Salmo 34:18 nos garantizan que, cuando tenemos “el corazón destrozado” o estamos “hundidos en el desánimo”, Jehová es igual que un buen padre: siempre “está cerca” para ayudarnos y mostrarnos compasión.
15. ¿De qué formas nos ayuda Jehová a cada uno de nosotros?
15 ¿Y cómo nos ayuda Jehová a cada uno de nosotros? Es cierto que no siempre nos quita los problemas. Pero, si le pedimos ayuda, nos da lo que necesitamos para hacerles frente. Mediante su Palabra, la Biblia, nos ofrece consejos prácticos para cualquier tipo de situación. También nos regala a los ancianos de congregación, que hacen todo lo posible por imitar su compasión al ayudarnos (Santiago 5:14, 15). Además, él es “el que escucha las oraciones”, y les da “espíritu santo a quienes se lo piden” (Salmo 65:2; Lucas 11:13). Gracias a este espíritu, tenemos “el poder que va más allá de lo normal”, que nos ayuda a aguantar hasta que el Reino de Dios elimine todos los problemas (2 Corintios 4:7). ¿No nos llena todo esto de gratitud? Pues recordemos que son muestras de la tierna compasión de Jehová.
16. ¿Cuál es la mayor muestra de la compasión de Jehová, y cómo le beneficia a usted?
16 Pero la mayor muestra de su compasión fue haber entregado a su querido Hijo. Por amor, Jehová hizo este sacrificio para salvarnos del pecado y la muerte. Recuerde: el rescate es un regalo que Jehová le ha hecho a usted. Con razón Zacarías —el padre de Juan el Bautista— predijo que ese regalo demostraría de forma extraordinaria “la tierna compasión de nuestro Dios” (Lucas 1:78).
La compasión de Jehová tiene límites
17-19. a) ¿Qué deja claro la Biblia sobre la compasión de Jehová? b) ¿Por qué dejó Jehová de sentir compasión por su pueblo?
17 ¿Se puede decir que Jehová le muestra tierna compasión a todo el mundo? La Biblia deja claro que Jehová es justo y no les muestra compasión a quienes se rebelan contra él (Hebreos 10:28). Volvamos al ejemplo de los israelitas y veamos por qué actúa así.
18 Por compasión, Jehová los salvó de sus enemigos muchas veces. Pero llegó un punto en el que tuvo que dejar de hacerlo. Resulta que ellos se empeñaron en adorar a otros dioses y hasta metieron ídolos repugnantes en el templo de Jehová (Ezequiel 5:11; 8:17, 18). Además, “estuvieron burlándose de los mensajeros del Dios verdadero. Despreciaron las palabras de él y se burlaron de sus profetas, hasta que la furia de Jehová se desató contra su pueblo, hasta que ya no tuvieron remedio” (2 Crónicas 36:16). Se portaron tan mal y enfurecieron tanto a Jehová que ya no se merecían su compasión. ¿Cuáles fueron las consecuencias?
19 Jehová ya no podía mostrarle compasión a su pueblo. Él anunció: “No mostraré compasión ni sentiré ninguna lástima ni les tendré misericordia; nada me impedirá acabar con ellos” (Jeremías 13:14). Al final, los babilonios destruyeron Jerusalén y su templo, y se llevaron cautivos a los israelitas. ¡Qué triste es que un ser humano caiga tan bajo que ya no se merezca la compasión de Dios! (Lamentaciones 2:21).
20, 21. a) ¿Qué pasará cuando Jehová determine que su compasión ha sido suficiente? b) ¿Qué importante muestra de la compasión de Dios veremos en el próximo capítulo?
20 ¿Y qué puede decirse de nuestros días? Jehová no ha cambiado. Por compasión, les ha encargado a sus Testigos que prediquen “las buenas noticias del Reino” en toda la Tierra habitada (Mateo 24:14). Y, a las personas de buen corazón que quieren aprender más sobre la Biblia, él las ayuda a captar el mensaje del Reino (Hechos 16:14). Pero llegará el día en que la predicación termine. Dios no podría permitir que este mundo malvado —con sus miserias y sufrimientos— siguiera así toda la vida; no sería compasivo si lo hiciera. Cuando determine que su compasión ha sido suficiente, acabará con este sistema. Y precisamente lo hará por compasión: para que su “santo nombre” reciba la gloria que merece y para salvar a sus siervos fieles (Ezequiel 36:20-23). Por eso eliminará la maldad y traerá un nuevo mundo justo. De hecho, él dice sobre los malvados: “Mis ojos no sentirán lástima, no tendré compasión. Haré que las consecuencias de su conducta recaigan sobre su propia cabeza” (Ezequiel 9:10).
21 Mientras tanto, Jehová les muestra compasión hasta a quienes van en el camino de la destrucción. Quienes se arrepientan sinceramente de sus pecados se beneficiarán de una de las mayores muestras de la compasión de Dios: su perdón. En el próximo capítulo analizaremos algunas hermosas imágenes que usa la Biblia para explicar la magnitud del perdón de Jehová.
a Es interesante que en Salmo 103:13 rajám se refiere a la misericordia o compasión de un padre hacia sus hijos.
b La expresión “ya no pudo soportar más” literalmente significa “se acortó su alma; se agotó su paciencia”. Otras versiones bíblicas dicen que Jehová “se compadeció de su dolor” (Nueva Biblia al Día) y que su “espíritu no pudo resistir más tiempo la desdicha de Israel” (Cantera-Iglesias).
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Un Dios “dispuesto a perdonar”Acerquémonos a Jehová
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CAPÍTULO 26
Un Dios “dispuesto a perdonar”
1-3. a) ¿Qué pesada carga sentía David, y qué lo consoló? b) ¿Cómo podríamos sentirnos cuando pecamos, pero qué nos asegura Jehová?
“MIS errores están sobre mi cabeza; son una carga pesada, demasiado pesada para mí”, escribió David. Y añadió: “Me he quedado paralizado, totalmente deshecho” (Salmo 38:4, 8). ¿Verdad que cuando a uno le remuerde la conciencia siente una carga insoportable? David lo sabía muy bien; pero le consoló comprender que, aunque Dios odia el pecado, no odia al pecador que se arrepiente de verdad y cambia. David estaba convencido de que Jehová quiere perdonar a quienes se arrepienten. Por eso escribió: “Tú, oh Jehová, [...] estás dispuesto a perdonar” (Salmo 86:5).
2 Cuando pecamos, seguramente sentimos la pesada carga de una mala conciencia. Es bueno sentir remordimiento, porque puede impulsarnos a hacer los cambios necesarios. Sin embargo, corremos el peligro de ahogarnos en la culpa y obsesionarnos con la idea de que Jehová nunca nos perdonará, sin importar lo arrepentidos que estemos. Si alguien se siente “abrumado por estar demasiado triste”, Satanás tal vez se aproveche de la situación. Él quiere que pensemos que no valemos nada y no damos la talla, y que así nos demos por vencidos (2 Corintios 2:5-11).
3 Pero ¿de veras pensará Jehová que no valemos nada? ¡Claro que no! Una forma en que él nos demuestra su inmenso amor es perdonándonos. En su Palabra nos asegura que está dispuesto a hacerlo, siempre y cuando demostremos verdadero arrepentimiento (Proverbios 28:13). Para tener esto bien claro, veamos por qué perdona Jehová y cómo lo hace.
Por qué está Jehová “dispuesto a perdonar”
4. ¿Qué tiene presente Jehová sobre nosotros, y cómo influye eso en su forma de tratarnos?
4 Jehová sabe que tenemos limitaciones. De hecho, “él sabe bien cómo estamos formados” y “se acuerda de que somos polvo” (Salmo 103:14). Así que tiene presente que estamos hechos de polvo y que cometemos errores debido a la imperfección. Por otro lado, la idea de que “él sabe bien cómo estamos formados” nos recuerda que Jehová es como un artesano, y los seres humanos como vasijas que moldea (Jeremías 18:2-6). El Gran Alfarero toma en cuenta que somos frágiles por culpa del pecado y nos trata de una forma u otra según respondamos a su guía.
5. ¿Cómo describe Romanos la fuerza que tiene el pecado?
5 Jehová sabe que el pecado es muy poderoso. La Biblia lo describe como una fuerza muy potente que nos controla y nos lleva a la muerte. Ahora bien, ¿hasta qué grado nos controla? Al hablar del pecado, el apóstol Pablo dio varios detalles en el libro bíblico de Romanos. Explicó que nosotros estamos bajo el pecado —igual que los soldados están bajo un comandante— (3:9), que el pecado reina sobre la humanidad (5:21), que vive dentro de uno mismo (7:17, 20) y que su ley actúa siempre en nosotros y trata de dirigirnos (7:23, 25). ¡Qué fuerza tiene el pecado! (Romanos 7:21, 24).
6, 7. a) ¿Cómo ve Jehová a quienes buscan su perdón llenos de arrepentimiento? b) ¿Por qué no debemos abusar de la misericordia de Dios?
6 Jehová sabe que, por mucho que nos esforcemos, no podemos obedecerle a la perfección. Por eso, él nos ofrece con cariño su perdón si se lo pedimos y estamos arrepentidos de verdad. Salmo 51:17 dice: “El sacrificio que a Dios le agrada es un espíritu destrozado; un corazón destrozado y aplastado, oh, Dios, no lo rechazarás”. Así pues, Jehová jamás rechazará a alguien que tiene el corazón “destrozado y aplastado” por los sentimientos de culpa.
7 ¿Significa esto que podemos usar la misericordia de Dios como una justificación para hacer cosas malas? ¡Por supuesto que no! Jehová no es sentimentalista, y su misericordia tiene límites. Él no perdona a quienes pecan descaradamente y no se arrepienten (Hebreos 10:26). En cambio, está dispuesto a perdonar a quienes se sienten hundidos por sus errores. Veamos a continuación algunas hermosas imágenes que usa la Biblia para describir esta impresionante manera en que Jehová demuestra su amor.
El alcance del perdón de Jehová
8. ¿Qué hace Jehová, por así decirlo, cuando nos perdona los pecados, y qué le hace sentir esto a usted?
8 Cuando David se arrepintió, dijo: “Finalmente te confesé mi pecado; no oculté mi error. [...] Y tú perdonaste mi error y mis pecados” (Salmo 32:5). La expresión “perdonaste” viene de un término hebreo que significa “levantar” o “llevar”. Y aquí transmite la idea de “llevarse la culpa, la maldad o la transgresión”. Es como si Jehová, por así decirlo, hubiera levantado los pecados de David y se los hubiera llevado. ¡Qué alivio debió sentir David cuando Dios le quitó ese peso de encima! (Salmo 32:3). Si le pedimos perdón a Jehová con total confianza en el sacrificio de Jesús, nosotros también podemos estar seguros de que se llevará lejos nuestros pecados (Mateo 20:28).
9. ¿A qué distancia pone Jehová de nosotros nuestros pecados?
9 David usó otra imagen muy gráfica para describir el alcance del perdón de Jehová: “Tan lejos como está el este del oeste, así de lejos ha puesto de nosotros nuestros pecados” (Salmo 103:12). ¡Y qué lejos está el este del oeste! De hecho, están en direcciones totalmente opuestas y a la mayor distancia que podemos imaginar. Según un comentarista bíblico, esta frase quiere decir “lo más lejos que sea posible o que alcancemos a figurarnos”. Las palabras inspiradas de David significan que, cuando Jehová nos perdona, pone nuestros pecados lo más lejos posible de nosotros.
“Los pecados de ustedes [...] quedarán blancos como la nieve”.
10. Cuando Jehová nos perdona, ¿por qué no debemos seguir sintiéndonos manchados?
10 ¿Ha intentado usted quitar una mancha de una prenda de color claro? Es posible que, a pesar de todos sus esfuerzos, se siguiera notando. Pues bien, fíjese en la capacidad que tiene el perdón de Jehová. Él mismo dice: “Aunque los pecados de ustedes sean como rojo escarlata, quedarán blancos como la nieve; aunque sean rojos como la tela carmesí, se volverán como la lana” (Isaías 1:18). El “escarlata” es un tipo de rojo muy vivo.a Y el “carmesí” era también un rojo muy intenso que se usaba para teñir telas (Nahúm 2:3). Dios consigue que los pecados que son tan rojos como el escarlata y el carmesí se vuelvan tan blancos como la nieve o la lana sin teñir. Claro, nosotros nunca lograremos eliminar la mancha del pecado con nuestros propios esfuerzos. Pero, si Jehová nos perdona, no debemos sentir que estaremos manchados de por vida.
11. ¿En qué sentido arroja Jehová nuestros pecados tras sus espaldas?
11 El rey Ezequías le compuso a Jehová una conmovedora canción de gratitud por haberle quitado una enfermedad mortal. Él dijo: “Has arrojado tras tus espaldas todos mis pecados” (Isaías 38:17). En esta imagen vemos que Dios se lleva las faltas de la persona arrepentida y las arroja tras de sí, donde ya no las verá ni se acordará de ellas. Cierta obra de consulta explica que la idea de este versículo también se puede expresar así: “Has hecho que [mis pecados] sean como algo que nunca pasó”. ¿Verdad que es un alivio saber esto?
12. ¿Cómo indican las palabras del profeta Miqueas que, cuando Jehová nos perdona, hace que los pecados desaparezcan para siempre?
12 El profeta Miqueas estaba convencido de que Jehová perdonaría al pueblo arrepentido, y así lo expresó en una promesa de restauración. Él dijo: “¿Quién es un Dios como tú, que [...] pasa por alto la ofensa del resto de su herencia? [...]. Tú lanzarás todos sus pecados a las profundidades del mar” (Miqueas 7:18, 19). ¿Qué significaría esto para quienes vivían en tiempos bíblicos? Para aquel entonces, no había ninguna posibilidad de recuperar lo que se lanzara “a las profundidades del mar”. Por lo tanto, las palabras de Miqueas indican que, cuando Jehová nos perdona, hace que los pecados desaparezcan para siempre.
13. ¿Qué significa la petición: “Perdónanos nuestras deudas”?
13 En su oración modelo, Jesús se valió de la relación que hay entre un acreedor y un deudor para ilustrar el perdón de Dios. Él pidió: “Perdónanos nuestras deudas” (Mateo 6:12). De este modo, comparó los pecados con las deudas (Lucas 11:4). Y es que, cuando pecamos, nos convertimos en “deudores” de Jehová. Un diccionario bíblico explica que el significado del verbo griego para “perdonar” es “pasar por alto una deuda, renunciar a ella al no exigir su pago”. Cuando Dios perdona, es como si cancelara lo que tendría que cargar en nuestra cuenta. ¡Qué buenas noticias para los que se arrepienten de verdad! Jehová nunca nos cobrará una deuda que él ya canceló (Salmo 32:1, 2).
14. ¿Qué imagen transmite la frase “que sus pecados sean borrados”?
14 Hechos 3:19 también habla del perdón de Dios. Dice: “Arrepiéntanse y den media vuelta para que sus pecados sean borrados”. La expresión “sean borrados” viene de un verbo griego que puede significar “quitar frotando”, “cancelar” o “destruir”. Algunos expertos opinan que transmite la idea de borrar algo escrito a mano. ¿Cómo se hacía? La tinta usada en la antigüedad era una mezcla de carbón, goma y agua. Si no pasaba mucho tiempo, se podían borrar las letras con una esponja mojada. ¡Qué imagen tan bonita de la misericordia de Dios! Cuando él perdona nuestros pecados, es como si agarrara una esponja y los borrara.
15. ¿Qué quiere Jehová que sepamos?
15 ¿Qué aprendemos al pensar en estas hermosas imágenes? Que Jehová quiere que sepamos que, si nos arrepentimos de corazón, él está dispuesto a perdonarnos. Y también aprendemos que no debemos tener miedo de que más tarde nos lo vaya a echar en cara. Esto es justo lo que aprendemos de una enseñanza de la Biblia sobre la misericordia de Dios: cuando Jehová perdona, también olvida.
Dios quiere que sepamos que está “dispuesto a perdonar”.
“No me acordaré más de su pecado”
16, 17. ¿Cómo explicaría lo que implica la frase “no me acordaré más de su pecado”?
16 Al hablar de quienes formarían parte del nuevo pacto, Jehová prometió esto: “Perdonaré su error y no me acordaré más de su pecado” (Jeremías 31:34). ¿Quiere decir esto que, cuando él perdona los pecados, es incapaz de recordarlos? No, pues la Biblia habla de los errores de personas a quienes él mismo perdonó, como David (2 Samuel 11:1-17; 12:13). Es obvio que Jehová está al tanto de esos pecados. En su Palabra podemos leer lo que esas personas hicieron, cómo se arrepintieron y cómo Dios las perdonó. Jehová mismo se encargó de que todo esto quedara escrito para nuestro beneficio (Romanos 15:4). Entonces, ¿qué significa la frase “no me acordaré más de su pecado”?
17 La expresión “me acordaré” viene de un verbo hebreo que implica más que solo recordar el pasado. Una obra de consulta dice que “implica también tomar medidas apropiadas” (Theological Wordbook of the Old Testament). De modo que, según lo anterior, “acordarse” también puede ser castigar a los pecadores (Oseas 9:9). Entonces, ¿qué nos garantiza Dios cuando dice: “No me acordaré más de su pecado”? Que él no castiga a los pecadores arrepentidos que ya perdonó (Ezequiel 18:21, 22). Jehová olvida en el sentido de que no nos está echando en cara nuestros errores ni castigándonos una y otra vez. ¿Verdad que nos anima saber que él perdona y olvida?
¿Nos libra Dios de las consecuencias?
18. ¿Por qué no nos libra el perdón de Jehová de las consecuencias de nuestros pecados?
18 Así pues, Jehová está dispuesto a perdonar a los pecadores arrepentidos. Pero ¿significa que no sufrirán las consecuencias de sus acciones? De ninguna manera. No podemos pecar y pensar que no pasará nada. Pablo escribió: “Lo que uno esté sembrando es lo que cosechará” (Gálatas 6:7). Quizá tengamos problemas como consecuencia de nuestros actos. Pero esto no significa que Dios nos esté castigando después de habernos perdonado. Así que, cuando vengan los problemas, un cristiano no debería pensar que Jehová lo está castigando por sus errores del pasado (Santiago 1:13). Por otro lado, no podemos esperar que nos proteja de todas las consecuencias. Por ejemplo, hay pecados que pueden provocar divorcios, embarazos fuera del matrimonio, enfermedades de transmisión sexual y la pérdida de la confianza o el respeto. No olvidemos que, aunque Jehová le perdonó a David su pecado con Bat-Seba y lo que le hizo a Urías, no lo libró de las consecuencias (2 Samuel 12:9-12).
19-21. a) ¿Cómo beneficiaba la ley de Levítico 6:1-7 tanto a la víctima como al culpable? b) ¿Qué espera Jehová que hagamos si hemos perjudicado a alguien con nuestros pecados?
19 Nuestros pecados pueden tener aún más consecuencias, sobre todo si hemos perjudicado a otros. Por ejemplo, veamos la situación que presenta la Ley en el capítulo 6 de Levítico. Un israelita se queda con los bienes de otro al asaltarlo, extorsionarlo o defraudarlo. El pecador niega tener la culpa y hasta jura que es inocente. Es su palabra contra la de la víctima. Al final, le remuerde la conciencia y confiesa su pecado. Pero, para que Dios lo perdone, debe dar tres pasos: devolver lo que robó, pagarle a la víctima una indemnización del 20 % del valor de lo que robó y presentar un carnero como ofrenda por la culpa. Esta ley termina diciendo: “El sacerdote hará expiación por él delante de Jehová, y a él se le perdonará” (Levítico 6:1-7).
20 Esta ley era una muestra de la misericordia de Dios. Por un lado, beneficiaba a la víctima, que tenía la satisfacción de recuperar lo suyo y de ver que el ladrón admitía su culpa. Y, por otro lado, beneficiaba al pecador arrepentido, que terminaba reconociendo su pecado y corrigiendo su error. De hecho, si no hacía esto, Dios no lo perdonaría.
21 Aunque ya no estamos bajo la Ley mosaica, esta Ley nos permite comprender la manera de pensar de Jehová y su punto de vista sobre el perdón (Colosenses 2:13, 14). Haremos feliz a Jehová si hacemos todo lo posible por corregir la situación cuando nuestras acciones hayan perjudicado a otros (Mateo 5:23, 24). Quizá esto implique reconocer nuestra culpa y hasta pedirle perdón a la víctima. Después podremos suplicarle a Jehová su perdón sobre la base del sacrificio de Jesús. Así, sentiremos el alivio de saber que Jehová nos ha perdonado (Hebreos 10:21, 22).
22. Además de su perdón, ¿qué más podría darnos Jehová?
22 Como todo padre que quiere a sus hijos, Jehová nos perdona cuando nos arrepentimos, pero quizá también nos dé disciplina (Proverbios 3:11, 12). Un cristiano tal vez tenga que dejar de ser anciano, siervo ministerial o precursor. Perder por un tiempo estas responsabilidades que tanto valora puede ser muy doloroso. Pero esta disciplina no significa que Jehová no lo haya perdonado. Recordemos que si Jehová nos disciplina es porque nos ama. Y dejarnos corregir es lo mejor que podemos hacer (Hebreos 12:5-11).
23. ¿Por qué no deberíamos pensar que no merecemos la misericordia de Dios, y por qué debemos imitarlo?
23 ¡Qué alivio saber que Jehová está “dispuesto a perdonar”! A pesar de las faltas que hayamos cometido, nunca pensemos que no merecemos la misericordia de Dios. Podemos estar seguros de que Jehová nos perdonará si nos arrepentimos de corazón, damos los pasos necesarios para corregir nuestros errores y le suplicamos su perdón sobre la base del sacrificio de Jesús (1 Juan 1:9). Se esperaría que nosotros lo imitáramos y perdonáramos a los demás. Después de todo, si Jehová, que no peca, es tan considerado y nos perdona, ¿verdad que nosotros, que somos pecadores, deberíamos hacer todo lo posible por perdonarnos unos a otros?
a Un biblista señala que el escarlata “era un color sólido, o inalterable”, y que las prendas de este color no se desteñían por “el rocío, la lluvia, el lavado ni el uso prolongado”.
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“Qué grande es su bondad”Acerquémonos a Jehová
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CAPÍTULO 27
“Qué grande es su bondad”
1, 2. ¿En qué detalles de la vida vemos la bondad de Dios, y qué dice la Biblia sobre esta cualidad?
LA CÁLIDA luz del atardecer acompaña a un grupo de buenos amigos que cenan al aire libre. Hablan y ríen mientras disfrutan de una vista impresionante. Lejos de allí, un labrador mira sus campos y sonríe con emoción al ver que el cielo está cubierto de nubarrones y que las primeras gotas de lluvia caen sobre el suelo sediento. Y, en otra parte del mundo, unos padres se derriten de ternura al ver los primeros pasitos de su bebé.
2 Lo sepan o no, todos ellos se están beneficiando de lo mismo: la bondad de Jehová. Hay personas religiosas que no se cansan de decir que Dios es bueno. Pero la Biblia va más allá y dice: “Qué grande es su bondad” (Zacarías 9:17). Ahora bien, la mayoría de la gente en realidad no sabe lo que significa que Dios sea bueno. Entonces, ¿qué implica la bondad de Dios, y qué tiene que ver con nosotros?
Una faceta especial del amor de Dios
3, 4. ¿Cómo se define la bondad, y por qué decimos que es una faceta del amor de Dios?
3 En muchos idiomas, bondad es una palabra muy amplia. Pero la Biblia deja claro qué es y por qué es tan especial. Principalmente, se refiere a alguien bueno y moralmente íntegro. Así que podemos decir que Jehová es todo bondad. De hecho, eso se ve en todas sus cualidades —como su poder, justicia y sabiduría—, pues, las miremos por donde las miremos, todas son buenas. Pero lo que hace especial a la bondad es que es una faceta del amor de Dios. ¿Por qué decimos esto?
4 La bondad es una cualidad que se demuestra con acciones. El apóstol Pablo mostró que es más fácil ganarse a los demás siendo bueno que siendo justo (Romanos 5:7). Alguien justo obedece al pie de la letra todas las normas de Dios. Pero alguien bueno va más allá: toma la iniciativa y busca formas de ayudar a los demás. Como veremos, eso es precisamente lo que hace Jehová. Y, claro, lo hace por su gran amor.
5-7. ¿Por qué no aceptó Jesús que lo llamaran “Buen Maestro”, y qué importante verdad enseñó?
5 Nadie es tan bueno como Jehová. Pensemos en algo que pasó poco antes de la muerte de Jesús. Un hombre se acercó a él y le hizo una pregunta dirigiéndose a él como “Buen Maestro”. Pero Jesús le contestó: “¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno excepto uno solo: Dios” (Marcos 10:17, 18). Esto podría parecernos raro. ¿Acaso no era Jesús un “Buen Maestro”? Entonces, ¿por qué lo corrigió?
6 Al parecer, aquel hombre usó “Buen Maestro” como un título para halagar a Jesús. Pero Jesús fue modesto y dirigió toda la gloria a su Padre celestial, pues no hay nadie tan bueno como él (Proverbios 11:2). Además, esa respuesta enseñaba una verdad muy importante: Jehová tiene la autoridad suprema, y por eso tiene el derecho de determinar qué está bien y qué está mal. Cuando Adán y Eva se rebelaron y comieron del árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo, intentaron robarle ese derecho a Dios. En cambio, Jesús reconoce con humildad que ese derecho le corresponde solo a su Padre.
7 Además, Jesús sabía que todas las cosas buenas vienen de Jehová. Santiago 1:17 dice que “todos los regalos buenos y todos los dones perfectos vienen de arriba”, o sea, de Dios. Veamos una muestra de la bondad de Jehová: su generosidad.
Pruebas de la gran bondad de Jehová
8. ¿Cómo le ha mostrado Jehová bondad a toda la humanidad?
8 A lo largo de la historia, todo el mundo se ha beneficiado de la bondad de Jehová. Salmo 145:9 dice: “Jehová es bueno con todos”. ¿Qué pruebas hay de que Jehová ha sido bueno con todos los seres humanos? La Biblia dice: “No dejó de dar testimonio de sí mismo haciendo cosas buenas. Les dio lluvias del cielo y cosechas abundantes, les dio suficiente comida y llenó sus corazones de alegría” (Hechos 14:17). ¿Verdad que a veces una comida sabrosa nos alegra el día? Pues es Jehová quien hace posible que podamos disfrutar de los alimentos. Él diseñó nuestro planeta de una forma maravillosa. Gracias a las lluvias, que forman parte del ciclo del agua, se producen “cosechas abundantes”. Jehová no solo les da esos regalos a quienes lo aman, sino a todos. Como dijo Jesús, “él hace salir su sol sobre malos y buenos, y envía la lluvia sobre justos e injustos” (Mateo 5:45).
9. ¿Qué nos enseña el manzano sobre la bondad de Jehová?
9 Muchas personas dan por sentadas todas las cosas buenas que tienen gracias al sol, la lluvia y las temporadas con sus cosechas. Pensemos, por ejemplo, en una fruta que se cultiva en muchas partes del mundo: la manzana. Aunque es una fruta muy común, es atractiva, jugosa, rica y nutritiva. ¿Sabía que existen unas 7.500 variedades? Hay manzanas rojas, amarillas y verdes. Algunas son casi tan pequeñas como una cereza, pero otras alcanzan el tamaño de un melón pequeño. Una de sus semillas se ve insignificante en la palma de la mano, y, sin embargo, puede convertirse en un manzano precioso (El Cantar de los Cantares 2:3). Este árbol se llena de flores en primavera y de frutos en otoño. De hecho, un solo árbol es capaz de producir 400 kilos (800 libras) de manzanas al año, y puede seguir haciéndolo durante 75 años.
Jehová nos da “lluvias del cielo y cosechas abundantes”.
Esta semillita se convertirá en un árbol que dará alimento y alegría durante décadas.
10, 11. ¿Cómo reflejan nuestros sentidos la bondad de Dios?
10 Jehová, que es tan bueno, nos regaló un cuerpo que está “hecho de forma maravillosa” (Salmo 139:14). Gracias a los sentidos, podemos aprender y disfrutar de la creación. Recordemos las escenas del principio del capítulo. ¿Qué detalles de cada una de ellas se pueden disfrutar gracias a la vista? Por ejemplo, la carita feliz de un bebé, la enorme cortina de lluvia que riega los campos o los tonos rojizos, dorados y violetas de un atardecer. Y es que nuestros ojos están diseñados para distinguir cientos de miles de colores, o quizás hasta millones. ¿Y qué puede decirse del oído? Gracias a él, captamos las emociones de nuestros seres queridos cuando hablan, el susurro del viento entre los árboles y las carcajadas de un bebé. ¿Por qué podemos disfrutar de estas imágenes y sonidos? La Biblia da la respuesta: “El oído que oye y el ojo que ve, los dos fueron hechos por Jehová” (Proverbios 20:12). Pero estos son tan solo dos de los sentidos.
11 El olfato es otra prueba de la bondad de Dios. La nariz es capaz de distinguir muchísimos olores; se cree que hasta un billón. ¿A quién no le gusta oler su comida favorita, un ramo de flores, una alfombra de hojas en un bosque o el humo sutil de una pequeña fogata? Por otro lado, el tacto nos permite sentir la caricia de la brisa en el rostro, el caluroso abrazo de un ser querido o la agradable suavidad de una fruta que tocamos. Y, al morderla, entra en juego el gusto. Entonces, cuando el jugo entra en contacto con las papilas, en la boca se produce una explosión de sabores. Está claro que tenemos sobradas razones para decirle a Jehová: “¡Qué abundante es tu bondad! La has reservado para los que te temen” (Salmo 31:19). Pero ¿en qué sentido la ha “reservado” para quienes le temen?
Su bondad nos beneficia para siempre
12. ¿Qué regalos de Jehová son los más importantes, y por qué?
12 Jesús dijo: “Está escrito: ‘No solo de pan debe vivir el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Jehová’” (Mateo 4:4). Así es, lo que Jehová nos regala en su Palabra nos beneficia más que el alimento físico, pues puede hacer que vivamos para siempre. Como vimos en el capítulo 8, Jehová ha estado usando su poder para restaurar durante estos últimos días con el objetivo de formar un paraíso espiritual. Algo que caracteriza en especial a ese paraíso es la abundancia de alimento espiritual.
13, 14. a) ¿Qué visión recibió el profeta Ezequiel, y qué significa para nosotros? b) ¿Qué regalos que dan vida les ha hecho Jehová a sus siervos fieles?
13 Entre las profecías de restauración más importantes de la Biblia, está la visión de Ezequiel en la que vio un templo restablecido y glorificado. De allí salía un hilito de agua que se iba convirtiendo en una corriente más ancha y profunda hasta llegar a ser un torrente. Por donde pasaba, ese río llevaba bendiciones, y sus orillas estaban llenas de árboles que daban alimento y curaban. De hecho, hizo que el mar Muerto, un lago salado y estéril, estuviera lleno de vida y fuera fértil (Ezequiel 47:1-12). ¿Qué significa esta visión?
14 La visión del templo indicaba que Jehová restauraría la adoración pura y se volverían a respetar sus justas normas. Igual que ese río, Jehová les daría a sus siervos bendiciones que se volverían cada vez más abundantes. Y se las ha estado dando desde 1919, cuando restauró la adoración pura. ¿Cómo lo ha hecho? Mediante un torrente de biblias, publicaciones, reuniones y asambleas. Así se está llegando a millones de personas con enseñanzas que dan vida, como la del rescate, el regalo más importante para obtener la salvación. Gracias al sacrificio de Jesús, quienes aman a Jehová y le temen pueden tener una buena conciencia y la esperanza de vida eterna.a Aunque en estos últimos días el mundo sufre hambre espiritual, el pueblo de Dios goza de un banquete (Isaías 65:13).
15. ¿Cómo se beneficiarán los seres humanos fieles de la bondad de Jehová durante el Reinado de Mil Años de Jesús?
15 El río de la visión de Ezequiel no se detendrá cuando este sistema malvado llegue a su fin. Al contrario, crecerá todavía más durante el Reinado de Mil Años de Jesús. Jehová se valdrá de ese Reino mesiánico para que los seres humanos fieles se beneficien por completo del sacrificio de Jesús, y así alcancen con el tiempo la perfección. ¡Qué emocionante será disfrutar de estas muestras de la bondad de Jehová!
Otras muestras de la bondad de Jehová
16. ¿Cómo demuestra la Biblia que la bondad de Jehová abarca otras cualidades, y cuáles son algunas de ellas?
16 Jehová no solo muestra su bondad siendo generoso. Él mismo le dijo a Moisés: “Haré que toda mi bondad pase delante de tu rostro y proclamaré mi nombre, Jehová, delante de ti”. Luego, la Biblia añade: “Jehová fue pasando delante de él y proclamando: ‘Jehová, Jehová, un Dios misericordioso y compasivo, paciente y lleno de amor leal y verdad’” (Éxodo 33:19; 34:6). Así que la bondad de Dios abarca muchas otras cualidades valiosas.
17. ¿Qué ejemplo demuestra la manera en que Jehová trata a simples seres humanos?
17 Estos versículos nos dicen mucho sobre la manera en que Jehová trata a los demás. Muchas personas que tienen autoridad son bruscas, duras y crueles. En cambio, Jehová siempre es considerado y amable. Por ejemplo, le pidió a Abrahán: “Levanta la vista, por favor. Desde donde estás, mira al norte y al sur, al este y al oeste” (Génesis 13:14). Muchas versiones omiten aquí la expresión “por favor”. Pero hay biblistas que opinan que el texto en hebreo incluye una expresión que convierte una orden en una petición amable. Y hay otros casos como este (Génesis 31:12; Ezequiel 8:5). ¿No es increíble que el Soberano del universo les pida las cosas por favor a simples seres humanos? En un mundo agresivo y sin valores, ¿qué siente usted al pensar en la amabilidad de nuestro Dios?
18. ¿Qué significa que Jehová esté “lleno [...] de verdad”, y por qué nos anima saber esto?
18 La Biblia también describe a Jehová como un Dios “lleno de [...] verdad”. En este mundo, la falta de honradez es el pan de cada día. Pero recordemos que “Dios no es un simple hombre que dice mentiras” (Números 23:19). De hecho, Tito 1:2 dice que “Dios [...] no puede mentir”. Y es que es tan bueno que es imposible que diga mentiras. Por eso podemos estar totalmente seguros de que se cumplirán sus promesas; él siempre cumple su palabra. De hecho, se le llama “el Dios de la verdad” (Salmo 31:5). Está claro que él no cuenta mentiras, pero es que además es completamente transparente. En vez de ser secretista y guardarse las cosas, ilumina a sus siervos con su gran conocimiento.b Hasta les enseña cómo ponerlo en práctica para que sigan “andando en la verdad” (3 Juan 3). ¿Qué efecto debería tener en nuestra vida saber que Jehová es tan bueno?
“Estarán radiantes por la bondad de Jehová”
19, 20. a) ¿Cómo intentó Satanás que Eva dudara de la bondad de Jehová, y cuáles han sido las consecuencias? b) ¿Cómo debería hacernos sentir la bondad de Jehová, y por qué?
19 Cuando Satanás tentó a Eva en el Edén, intentó de forma sutil hacerle creer que Jehová no era tan bueno. Dios le había dicho a Adán: “Puedes comer de todos los árboles del jardín hasta quedar satisfecho”. Así que, de todos los miles de árboles que habría, solo les prohibió comer de uno. Pero Satanás le preguntó a Eva: “¿De veras les dijo Dios que no pueden comer de todos los árboles del jardín?” (Génesis 2:9, 16; 3:1). Al preguntarlo así, manipuló las palabras de Dios para hacerle creer a Eva que Jehová se estaba guardando algo bueno. Por desgracia, el Diablo se salió con la suya. Aunque Jehová le había dado a Eva todo lo que tenía, ella empezó a pensar que él no era tan bueno. Y, desde entonces, mucha gente piensa lo mismo.
20 ¡Cuánto sufrimiento hay por dudar de la bondad de Dios! En cambio, Jeremías 31:12 dice: “Estarán radiantes por la bondad de Jehová”. ¿Qué aprendemos de esto? Que la bondad de Jehová hace que estemos radiantes de alegría. Por eso, nunca deberíamos cuestionar los motivos de Jehová. Más bien, demostrémosle toda nuestra confianza, pues él es todo bondad y solo quiere lo mejor para nosotros.
21, 22. a) ¿Qué le gustaría hacer para corresponder a la bondad de Jehová? b) ¿Qué cualidad analizaremos en el próximo capítulo, y en qué se diferencia de la bondad?
21 También nos hace muy felices hablar con los demás de lo bueno que es Jehová. Refiriéndose a los siervos de Dios, Salmo 145:7 dice: “De ellos brotarán alabanzas al recordar tu gran bondad”. De una manera u otra, todos nos beneficiamos de la bondad de Jehová a diario. Así que, ¿qué tal si se propone darle las gracias todos los días por una muestra específica de su bondad? Reflexionar en esta cualidad de Jehová, darle gracias por ella todos los días y hablarles de ella a los demás, nos ayudará a imitar a nuestro buen Dios. Si seguimos su ejemplo y buscamos formas de hacer cosas buenas por los demás nos acercaremos cada vez más a él. El apóstol Juan escribió: “Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace el bien proviene de Dios” (3 Juan 11).
22 La bondad de Dios está relacionada con más cualidades. Por ejemplo, Éxodo 34:6 dice que él está “lleno de amor leal”. A diferencia de la forma en que demuestra su bondad, Jehová solo les expresa amor leal a sus siervos fieles. En el próximo capítulo veremos cómo lo hace.
a El rescate es la mayor muestra de la bondad de Jehová. De todos los millones de ángeles, Jehová eligió a su amado Hijo unigénito para que muriera por nosotros.
b La Biblia suele relacionar la verdad y la luz. Por ejemplo, el salmista cantó: “Envía tu luz y tu verdad” (Salmo 43:3). Así que Jehová ilumina con su luz, o verdad, a todos los que quieren aprender de él (2 Corintios 4:6; 1 Juan 1:5).
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“Solo tú eres leal”Acerquémonos a Jehová
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CAPÍTULO 28
“Solo tú eres leal”
1, 2. ¿Por qué decimos que David sabía muy bien lo que era la deslealtad?
EL REY David sabía muy bien lo que era la deslealtad. Por ejemplo, en cierta ocasión, su propia gente lo traicionó y le quiso quitar el trono. Además, algunas personas muy allegadas a él le dieron la espalda, entre ellas, Mical, su primera esposa. Al principio “estaba enamorada de David” y seguramente le dio su apoyo. Pero, pasó el tiempo, y un día “empezó a despreciarlo en su corazón” y hasta lo consideró “un cabeza hueca” (1 Samuel 18:20; 2 Samuel 6:16, 20).
2 También tenemos el caso de Ahitofel, el consejero de David. Lo que él decía se consideraba como si viniera de parte de Jehová (2 Samuel 16:23). Pero este hombre, en quien tanto confiaba David, terminó traicionándolo y uniéndose a una rebelión contra él. ¿Y quién era el cabecilla de aquella conspiración? ¡Absalón, el propio hijo del rey! Este oportunista “se fue robando el corazón de los hombres de Israel” con la intención de quedarse con el trono de su padre. Al final, la rebelión de Absalón tuvo tanto apoyo que David tuvo que salir huyendo por su vida (2 Samuel 15:1-6, 12-17).
3. ¿De qué estaba seguro David?
3 A pesar de todo, él sabía que podía contar con el apoyo incondicional de alguien, un amigo que siempre le sería leal. ¿Quién era? Nada menos que Jehová Dios, de quien dijo: “Al que es leal tú le demuestras lealtad” (2 Samuel 22:26). Ahora bien, ¿qué es la lealtad, y cómo demuestra Jehová que es el mejor ejemplo de esta cualidad?
¿Qué es la lealtad?
4, 5. a) ¿Qué significa ser leal? b) ¿Qué diferencia hay en la Biblia entre la lealtad y la fidelidad?
4 En las Escrituras Hebreas el término leal se refiere a una persona que le muestra bondad a alguien por amor, se apega a él y se mantiene a su lado. Esto implica más que ser fiel. Alguien pudiera ser fiel tan solo por su sentido del deber. En cambio, la lealtad de la que habla la Biblia nace del amor.a De hecho, hay cosas inanimadas que son fieles. Por ejemplo, Salmo 89:37 dice que la Luna es “un testigo fiel en los cielos”, pues todas las noches está allí. Pero no diríamos que es leal. ¿Por qué no? Porque la lealtad es una muestra de amor, algo que las cosas inanimadas no tienen.
Aunque se dice que la Luna es “un testigo fiel”, solo los seres humanos y los ángeles pueden reflejar la lealtad de Jehová.
5 En la Biblia, la lealtad no es algo frío. Más bien, es una demostración de verdadero cariño hacia la otra persona. Esta cualidad no es como las olas del mar, que van y vienen. En vez de eso, la lealtad o amor leal, es tan resistente y firme que puede superar hasta las situaciones más difíciles.
6. a) ¿Por qué decimos que en este mundo no es común la lealtad, y cómo respalda esto la Biblia? b) ¿Cuál es la mejor manera de aprender lo que implica la lealtad, y por qué?
6 En la actualidad, la lealtad no es muy común. Cada vez hay más “compañeros listos para destrozarse el uno al otro” y más traiciones dentro del matrimonio (Proverbios 18:24; Malaquías 2:14-16). De hecho, esto es tan común que quizás pensemos lo mismo que el profeta Miqueas, que dijo: “El leal ha desaparecido de la tierra” (Miqueas 7:2). Así es, muchas veces el ser humano es desleal. Pero Jehová siempre es leal, y lo demuestra de forma extraordinaria. Así que la mejor manera de aprender lo que implica la lealtad es analizando cómo demuestra él esta maravillosa faceta de su amor.
La incomparable lealtad de Jehová
7, 8. ¿Por qué puede decirse que solo Jehová es leal?
7 La Biblia dice sobre Jehová: “Solo tú eres leal” (Apocalipsis 15:4). ¿Y por qué dice eso? ¿No hay ángeles y seres humanos que han demostrado lealtad de forma extraordinaria? (Job 1:1; Apocalipsis 4:8). ¿Y qué hay de Jesucristo? ¿No es el mayor “siervo leal” de Dios? (Salmo 16:10). Entonces, ¿por qué se dice que solo Jehová es leal?
8 En primer lugar, recordemos que la lealtad es una faceta del amor. Como ya vimos, “Dios es amor”, es decir, es la misma personificación del amor. Así que nadie puede ser tan leal como él (1 Juan 4:8). Es cierto que tanto los ángeles como los seres humanos pueden reflejar las cualidades de Dios, pero la lealtad de Jehová siempre será superior. Como es “el Anciano de Días”, lleva más tiempo demostrando lealtad que cualquier ángel o ser humano (Daniel 7:9). Por eso, él es el mayor ejemplo de lealtad. Veamos algunas formas en que ha demostrado ser leal.
9. ¿En qué sentido es Jehová “leal en todo lo que hace”?
9 Jehová es “leal en todo lo que hace” (Salmo 145:17). ¿En qué sentido? El Salmo 136 da la respuesta. Allí se mencionan varias ocasiones en las que Jehová salvó a su pueblo, como, por ejemplo, cuando liberó a los israelitas en el mar Rojo. Llama la atención que cada versículo termine con la frase: “Su amor leal dura para siempre”. Este salmo aparece en las “Preguntas para meditar” de la página 289. Seguro que, cuando lo lea, le sorprenderá ver todas las formas en las que Dios le demostró amor leal a su pueblo. Jehová muestra su lealtad escuchando las súplicas de sus siervos fieles y actuando a favor de ellos justo en el momento oportuno (Salmo 34:6). El amor leal que Jehová siente por sus siervos nunca acabará si ellos le siguen siendo leales.
10. ¿Cómo demuestra Jehová que es leal a sus principios?
10 Además, Jehová demuestra que es leal a sus siervos siendo leal a sus principios. Mucha gente que se deja llevar por sus caprichos y emociones siempre está cambiando de opinión sobre lo que está bien y lo que está mal. Pero Jehová nunca hace eso. Aunque hayan pasado miles de años, su criterio sobre asuntos como el espiritismo, la idolatría y el asesinato no ha cambiado. Mediante el profeta Isaías, Jehová dijo: “Aun cuando te hagas viejo, yo seré el mismo” (Isaías 46:4). Por lo tanto, podemos estar completamente seguros de que obedecer las normas morales de la Palabra de Dios siempre será lo mejor para nosotros (Isaías 48:17-19).
11. ¿Cómo sabemos que Jehová es fiel a sus promesas?
11 Jehová también demuestra lealtad siendo fiel a sus promesas. Todo lo que predice se cumple. De hecho, aseguró: “Así será la palabra que sale de mi boca. No volverá a mí sin resultados; sin falta hará lo que yo deseo y cumplirá con éxito lo que la envío a hacer” (Isaías 55:11). Jehová demuestra que es leal a sus siervos siendo fiel a su palabra. Él no les crea falsas expectativas; si les promete algo, lo cumple. Tiene la reputación de ser tan confiable que su siervo Josué dijo: “No falló ni una promesa de todas las buenas promesas que Jehová le había hecho a la casa de Israel; todas se cumplieron” (Josué 21:45). Así pues, podemos estar seguros de que nunca nos defraudará ni dejará sin cumplir algo que haya prometido (Isaías 49:23; Romanos 5:5).
12, 13. ¿En qué sentidos dura para siempre el amor leal de Jehová?
12 Como vimos, la Biblia dice que el amor leal de Jehová “dura para siempre” (Salmo 136:1). ¿En qué sentido? Para empezar, cuando él perdona un pecado, lo perdona para siempre. En el capítulo 26 aprendimos que él nunca echa en cara los errores que ha perdonado. Qué agradecidos estamos de saber que, aunque todos pecamos y no alcanzamos la gloria de Dios, el amor leal de Jehová dura para siempre (Romanos 3:23).
13 Además, el amor leal de Jehová dura para siempre en otro sentido. La Biblia dice que el justo “será como un árbol plantado junto a corrientes de agua, un árbol que da fruto a su tiempo y cuyas hojas no se marchitan. Todo lo que él haga tendrá éxito” (Salmo 1:3). Piense por un momento en un árbol frondoso, que siempre está lleno de hojas. Igual que ese árbol, nuestra vida estará llena de buenos frutos y será más larga y tranquila si aprendemos a disfrutar de la Palabra de Dios. Las bendiciones que Jehová les da lealmente a sus siervos fieles son eternas. Y es que, en el nuevo mundo de justicia que él traerá, la humanidad obediente disfrutará de su amor leal para siempre (Apocalipsis 21:3, 4).
Jehová “no abandonará a sus leales”
14. ¿Cómo demuestra Jehová que siempre agradece la lealtad de sus siervos?
14 Jehová ha demostrado vez tras vez su lealtad. Y, como él no cambia, siempre es leal a sus siervos fieles. Uno de los escritores de la Biblia dijo en Salmo 37:25: “Fui joven y ahora soy viejo, pero nunca he visto a un justo abandonado ni a sus hijos buscando pan”. Y, luego, en el versículo 28 añadió: “Porque Jehová ama la justicia y no abandonará a sus leales”. Claro, se espera que adoremos a Jehová porque él es nuestro Creador, así que él se lo merece (Apocalipsis 4:11). Pero, aunque sea nuestro deber, como Dios es leal, valora muchísimo nuestros actos fieles (Malaquías 3:16, 17).
15. ¿Cómo les demostró Jehová lealtad a los israelitas?
15 El amor leal impulsa a Jehová a ayudar a sus siervos cada vez que ellos lo necesitan. La Biblia, en el Salmo 97, nos dice que “él protege la vida de sus leales, los rescata de las manos del malvado” (Salmo 97:10). Recordemos cómo ayudó a la nación de Israel. Cuando Jehová salvó a los israelitas en el mar Rojo, ellos le cantaron: “Con amor leal has guiado al pueblo que has rescatado” (Éxodo 15:13). Aquella ocasión fue una clara prueba de su amor leal. Moisés les dijo más tarde a los israelitas: “Jehová les mostró cariño y los escogió no porque fueran el más numeroso de todos los pueblos; al contrario, eran el más pequeño de todos los pueblos. Más bien, fue por el amor que Jehová les tuvo y por cumplir el juramento que les había hecho a sus antepasados. Por eso Jehová los sacó con mano poderosa para rescatarlos de la tierra donde eran esclavos, del poder del faraón, el rey de Egipto” (Deuteronomio 7:7, 8).
16, 17. a) ¿Cómo demostraron los israelitas que no agradecían el amor leal de Jehová, pero de qué manera fue compasivo él con ellos? b) ¿Cómo demostraron muchos israelitas que ya no tenían remedio, y qué lección nos enseña esto?
16 Por desgracia, la mayoría de los israelitas no agradecieron el amor leal de Jehová. Después de haberlos salvado, “siguieron pecando contra él al rebelarse contra el Altísimo” (Salmo 78:17). A lo largo de los siglos, se rebelaron vez tras vez. Le dieron la espalda a Jehová y se pusieron a adorar a dioses falsos con ritos paganos, y eso dañó su relación con él. Pero, a pesar de todo, él no rompió su pacto. Más bien, mediante el profeta Jeremías, le rogó a su pueblo: “Vuelve, oh, rebelde Israel [...]. No los miraré con ira, porque soy leal” (Jeremías 3:12). Pero, como vimos en el capítulo 25, la mayoría no se arrepintió. De hecho, ellos “estuvieron burlándose de los mensajeros del Dios verdadero. Despreciaron las palabras de él y se burlaron de sus profetas”. ¿Cuáles fueron las consecuencias? Al final, “la furia de Jehová se desató contra su pueblo, hasta que ya no tuvieron remedio” (2 Crónicas 36:15, 16).
17 ¿Qué aprendemos de esto? Que el hecho de que sea leal no quiere decir que sea ingenuo. Claro, él está “lleno de amor leal”, y con mucho gusto muestra misericordia siempre que hay una buena razón para hacerlo. Pero, como Jehová es leal a sus justas normas, castiga a los pecadores que se niegan a cambiar. De hecho, “jamás deja sin castigo al culpable”, tal como él mismo le dijo a Moisés (Éxodo 34:6, 7).
18, 19. a) ¿Por qué decimos que el castigo que reciben los malvados es una prueba de la lealtad de Jehová? b) ¿Cómo demostrará Jehová que es leal a sus siervos que han muerto por la persecución?
18 El castigo que Jehová les da a los malvados es una prueba de que él es leal. ¿Por qué? Veamos la respuesta en el libro de Apocalipsis. Allí leemos que Jehová les ordena esto a siete ángeles: “Vayan y derramen en la tierra los siete tazones de la furia de Dios”. Cuando el tercer ángel derrama “su tazón en los ríos y en los manantiales”, estos se convierten en sangre. Luego este ángel le dice a Jehová: “Tú —aquel que es y que era, el Leal— eres justo porque has dictado estas sentencias. Como ellos derramaron la sangre de los santos y de los profetas, tú les has dado de beber sangre. Se lo merecen” (Apocalipsis 16:1-6).
19 ¿Se fijó en que el ángel que da el mensaje de juicio llama a Jehová “el Leal”? ¿Por qué lo llama así? Pues bien, muchos siervos de Jehová han sido perseguidos y, como consecuencia, han perdido la vida. Así que, al destruir a los malvados, les muestra lealtad a estos siervos suyos. Como es leal, los conserva muy vivos en su memoria. Él ansía volver a verlos, y la Biblia nos asegura que los recompensará resucitándolos (Job 14:14, 15). Jehová no se olvida de ellos tan solo porque ya no estén. De hecho, “para él todos ellos están vivos” (Lucas 20:37, 38). El propósito de Dios de devolverles la vida a quienes están en su memoria es una clara prueba de su lealtad.
Como Jehová es leal, se acordará de quienes le han sido leales hasta la muerte y los resucitará.
Bernard Luimes (izquierda) y Wolfgang Kusserow (centro) fueron ejecutados por los nazis.
Moses Nyamussua (derecha) fue asesinado con lanzas por un grupo político.
El amor leal de Jehová abre el camino a la salvación
20. ¿Quiénes son las “vasijas de misericordia”, y cómo se benefician de la lealtad de Jehová?
20 Jehová siempre les ha demostrado una lealtad extraordinaria a los seres humanos fieles. Durante miles de años, hasta ha tolerado con mucha paciencia a quienes la Biblia llama “vasijas de ira hechas para ser destruidas”. ¿Y por qué lo ha hecho? “Para dar a conocer las riquezas de su gloria sobre vasijas de misericordia que él preparó de antemano para la gloria” (Romanos 9:22, 23). ¿Quiénes son esas “vasijas de misericordia”? Son los cristianos ungidos por espíritu santo, que gobernarán con Cristo en su Reino (Mateo 19:28). En realidad, al abrirles a estos siervos fieles el camino a la salvación, Jehová estaba siendo leal a Abrahán. Él le prometió en un pacto: “Todas las naciones de la tierra conseguirán una bendición para ellas mismas mediante tu descendencia, porque tú has escuchado mi voz” (Génesis 22:18).
Gracias a la lealtad de Jehová, todos sus siervos fieles tienen una esperanza segura para el futuro.
21. a) ¿Cómo le muestra Jehová lealtad a “una gran muchedumbre” que tiene la esperanza de sobrevivir a “la gran tribulación”? b) Después de ver tantas muestras de la lealtad de Jehová, ¿qué piensa hacer usted?
21 Jehová también le muestra lealtad a “una gran muchedumbre” que tiene la esperanza de sobrevivir a “la gran tribulación” y vivir para siempre en la Tierra (Apocalipsis 7:9, 10, 14). Aunque los que forman ese grupo son imperfectos, él es leal con ellos y les da la oportunidad de vivir para siempre en el Paraíso. ¿Y cómo lo hace? Por medio del rescate, su mayor demostración de lealtad (Juan 3:16; Romanos 5:8). A todos los que buscan la justicia les atrae la lealtad de Jehová (Jeremías 31:3). ¿Cómo se siente usted al ver la profunda lealtad que Jehová ha demostrado y va a demostrar? ¿No se siente más cerca de él? Por eso, correspondamos a su amor leal y estemos totalmente decididos a servirle con lealtad.
a Es interesante que el término que se traduce “lealtad” en 2 Samuel 22:26 se vierte “amor leal” en otros versículos.
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“Conocer el amor del Cristo”Acerquémonos a Jehová
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CAPÍTULO 29
“Conocer el amor del Cristo”
1-3. a) ¿Qué fue lo que impulsó a Jesús a querer ser como su Padre? b) ¿Qué veremos en este capítulo?
¿ALGUNA vez ha visto a un niño tratando de imitar a su padre? Tal vez imite su manera de caminar, hablar o comportarse. Y al ir creciendo puede que adquiera sus mismas creencias y valores morales. Lo cierto es que el cariño y la admiración que un niño siente por su papá hacen que quiera parecerse a él.
2 ¿Y qué podemos decir de la relación que hay entre Jesús y su Padre celestial? Jesús dijo: “Amo al Padre” (Juan 14:31). No hay nadie que pueda amar más a Jehová que su Hijo, quien estuvo a su lado mucho antes de que existiera cualquier otro ser. Y fue el amor lo que impulsó al Hijo a querer ser como su Padre (Juan 14:9).
3 En otros capítulos hemos visto que Jesús imitó a la perfección el poder, la justicia y la sabiduría de Jehová. Pero ¿qué hay del amor? En este capítulo veremos cómo Jesús demostró amor al sacrificarse por los demás, al mostrar tierna compasión y al estar dispuesto a perdonar.
“Nadie tiene amor más grande”
4. ¿Por qué decimos que Jesús hizo la mayor demostración de amor de la historia humana?
4 Jesús fue un magnífico ejemplo de amor abnegado. Este tipo de amor implica poner las necesidades y preferencias de los demás por encima de las nuestras. ¿Cómo lo demostró Jesús? Él mismo explicó: “Nadie tiene amor más grande que quien da su vida por sus amigos” (Juan 15:13). Él estuvo dispuesto a dar su vida perfecta por nosotros, y esa fue la mayor demostración de amor de la historia humana. Pero también mostró este tipo de amor de otras maneras.
5. ¿A qué tuvo que renunciar el Hijo unigénito de Dios cuando vino a la Tierra?
5 Antes de venir a la Tierra, el Hijo unigénito de Dios tenía una posición privilegiada en el cielo. Allí vivía con Jehová y con los ángeles. Pero, a pesar de que tenía una vida maravillosa, “dejó todo lo que tenía y tomó la forma de un esclavo y se convirtió en un ser humano” (Filipenses 2:7). Así que estuvo dispuesto a venir a un mundo que “está bajo el poder del Maligno” y vivir entre seres humanos imperfectos (1 Juan 5:19). ¡Cuánto amor demostró el Hijo de Dios al renunciar a tantas cosas!
6, 7. a) ¿A qué oportunidades renunció Jesús durante su ministerio en la Tierra? b) ¿Qué conmovedora muestra de amor desinteresado vemos en Juan 19:25-27?
6 Durante su ministerio en la Tierra, Jesús demostró este tipo de amor de muchas maneras. Siempre se preocupó más por los demás que por sí mismo. De hecho, para concentrarse totalmente en su ministerio, renunció a la oportunidad de tener ciertas comodidades básicas. Él dijo: “Los zorros tienen madrigueras y las aves del cielo tienen nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza” (Mateo 8:20). Al fin y al cabo, como era muy buen carpintero, pudo haber dedicado parte de su tiempo a hacerse una casa cómoda y a ganarse un dinerito extra haciendo muebles de calidad. Sin embargo, no usó sus habilidades para conseguir cosas materiales.
7 Otra conmovedora muestra de su amor abnegado es lo que hizo por su madre la tarde en que él murió. Pensemos en cómo se sentiría Jesús y todo lo que tendría en la cabeza. El dolor que sentía en el madero de tormento era insoportable. Además, estaba preocupado por sus discípulos, por la predicación y, sobre todo, por mantenerse leal a su Padre y honrar su nombre. ¡Y es que el futuro de toda la humanidad dependía de él! Pero aun así, en sus últimos momentos, se preocupó por el bienestar de su madre que, al parecer, ya era viuda. Como vemos en Juan 19:25-27, le pidió al apóstol Juan que cuidara a María como si fuera su propia madre, y entonces Juan se la llevó a vivir a su casa. Así que Jesús se aseguró de que se atendieran sus necesidades físicas y espirituales. ¡Qué muestra tan tierna de amor desinteresado!
“Se conmovió profundamente”
8. ¿Qué significa la palabra griega que usa la Biblia al hablar de la compasión de Jesús?
8 Jesús era compasivo, como su Padre. En la Biblia siempre lo vemos como alguien que ayudaba a la gente porque le dolía de verdad verla sufrir. Al hablar de la compasión de Jesús, la Biblia usa una palabra griega que se traduce como “conmoverse profundamente”. Según un biblista, esta palabra describe “una emoción que conmueve lo más recóndito del ser del hombre. Esta es la palabra griega para expresar con mayor fuerza la idea de compasión”. Veamos algunos casos en los que Jesús ayudó a otras personas por la intensa compasión que sentía.
9, 10. a) ¿Por qué se fueron Jesús y sus apóstoles a buscar un lugar tranquilo? b) ¿Cómo reaccionó Jesús cuando la gente no lo dejó estar a solas con sus discípulos, y por qué?
9 Por compasión, atendió las necesidades espirituales de la gente. El relato de Marcos 6:30-34 muestra por qué sentía esa compasión. Imagínese la escena. Los apóstoles estaban emocionados porque habían estado predicando en muchos lugares. Fueron adonde estaba Jesús y le contaron muy entusiasmados todo lo que habían visto y oído. Pero luego llegó tanta gente a verlos que ni siquiera tuvieron tiempo para comer. Jesús se dio cuenta de que los apóstoles estaban agotados, así que les dijo: “Vengan conmigo; vamos solos a un lugar retirado para que descansen un poco”. Se subieron a una barca y navegaron por el extremo norte del mar de Galilea en busca de un lugar tranquilo. Sin embargo, la gente los vio salir, y muchos otros también se enteraron. Así que todos fueron corriendo por la orilla y llegaron al otro lado antes que la barca.
10 ¿Le molestó a Jesús que la gente no lo dejara estar a solas con sus discípulos? No, para nada. Marcos escribió: “Al bajarse de la barca, él vio una gran multitud y se conmovió profundamente, porque eran como ovejas sin pastor. Y se puso a enseñarles muchas cosas”. Jesús se dio cuenta de que todas esas personas, que eran miles, necesitaban ayuda espiritual. Eran como ovejitas perdidas, sin un pastor que las protegiera. Se esperaba que los líderes religiosos fueran pastores cariñosos, pero Jesús sabía que tenían abandonadas a las personas (Juan 7:47-49). Por eso, se conmovió tanto que se puso a enseñarles acerca “del Reino de Dios” (Lucas 9:11). ¿Se fijó? Él se conmovió profundamente antes de ver la reacción de la gente a sus enseñanzas. Así que ver el efecto de lo que enseñó no fue lo que hizo que sintiera compasión; más bien, la compasión fue la causa de que se pusiera a enseñar.
“Extendió la mano” y “lo tocó”.
11, 12. a) ¿Cómo trataban a los leprosos en tiempos bíblicos, pero qué hizo Jesús cuando se le acercó un hombre “cubierto de lepra”? b) ¿Cómo debió sentirse el leproso cuando Jesús lo tocó, y cómo nos ayuda a entender esto lo que le pasó a un médico?
11 Por compasión, ayudó a los que sufrían. Muchas personas que estaban enfermas se daban cuenta de que Jesús les tenía compasión, y por eso querían acercarse a él. Veamos un ejemplo conmovedor. Un día, mientras una multitud seguía a Jesús, se le acercó un hombre “cubierto de lepra” (Lucas 5:12). Según la Ley, se tenía que poner en cuarentena a los leprosos para que no contagiaran a los demás (Números 5:1-4). Pero los líderes religiosos crearon sus propias reglas sobre cómo tratar a los leprosos. Eran reglas crueles y despiadadas.a En cambio, Jesús trató a aquel hombre de manera muy distinta. La Biblia cuenta: “Un leproso se le acercó suplicándole hasta de rodillas: ‘Yo sé que si tú quieres me puedes limpiar’. Jesús se conmovió tanto que extendió la mano, lo tocó y le dijo: ‘Yo quiero. Queda limpio’. Enseguida la lepra desapareció” (Marcos 1:40-42). Jesús sabía que la Ley prohibía que los leprosos se mezclaran entre la gente. Pero, en vez de echarlo de allí, se conmovió tanto que hizo algo asombroso: lo tocó.
12 ¡Imagínese lo que sintió aquel leproso cuando Jesús lo tocó! Fíjese en lo que le pasó al doctor Paul Brand, un especialista en esta enfermedad. Él atendió a un joven leproso en la India. Cuando lo examinó, le puso la mano en el hombro y le explicó mediante una intérprete el tratamiento que seguiría. De repente, el joven se echó a llorar. Así que el médico preguntó: “¿Dije algo malo?”. La intérprete le hizo la pregunta al joven y luego le dijo al médico: “No, doctor. Dice que llora porque le ha puesto la mano en el hombro. Llevaba años sin que nadie lo tocara”. Algo parecido debió sentir el leproso al que Jesús tocó. Pero, en este caso, el impacto fue mayor, porque lo curó de aquella horrible enfermedad que lo tenía marginado.
13, 14. a) ¿Con qué se encontró Jesús al acercarse a la ciudad de Naín, y qué era lo más triste de todo? b) Al ver la situación de una viuda, ¿qué hizo Jesús por compasión?
13 Por compasión, ayudó a quienes estaban de duelo. Jesús se conmovía profundamente al ver sufrir a los demás. Veamos, por ejemplo, lo que cuenta Lucas 7:11-15. Jesús llevaba más de un año y medio predicando. Iba de camino a Naín y, estando ya muy cerca de la puerta de aquella ciudad galilea, se encontró con un cortejo fúnebre. Lo más triste es que quien había muerto era un joven y era el único hijo de una viuda. Tal vez ella ya hubiera pasado por algo parecido cuando murió su esposo. Pero ahora se trataba de su hijo, quizá su único apoyo. Es posible que, entre toda la gente que la acompañaba, hubiera plañideras llorando y músicos tocando canciones de duelo (Jeremías 9:17, 18; Mateo 9:23). En medio de todo eso, podemos imaginarnos a la madre desgarrada por el dolor caminando al lado de la camilla donde llevaban a su hijo. Y fue precisamente en aquella mujer en quien Jesús centró su atención.
14 Jesús “se conmovió profundamente” al ver a aquella mujer desconsolada, y le dijo con cariño: “No llores más”. Entonces, se acercó a la camilla y la tocó. En ese momento, todo se paralizó por completo. Luego, con mucha autoridad, le dijo al muchacho que estaba muerto: “Joven, a ti te digo: ¡levántate!”. ¿Y qué pasó? Como si lo hubieran despertado de un sueño profundo, el joven “se sentó y empezó a hablar”. Al final, el relato dice: “Y Jesús se lo entregó a su madre”. ¡Qué gesto tan tierno!
15. a) ¿Cómo muestran los relatos en los que Jesús se conmovió que la compasión y las acciones van de la mano? b) ¿Cómo podemos seguir el ejemplo de Jesús?
15 ¿Qué nos enseñan todos los relatos anteriores? En cada caso, vemos que la compasión y las acciones van de la mano. Siempre que Jesús veía el dolor de los demás, se compadecía de ellos. Y, siempre que se compadecía de los demás, los ayudaba. ¿Cómo podemos imitarlo? Pues bien, los cristianos tenemos el deber de predicar y hacer discípulos. Principalmente lo hacemos por amor a Dios, pero no olvidemos que también lo hacemos porque sentimos compasión por la gente. Si sentimos por las personas lo mismo que sentía Jesús, haremos todo lo posible por anunciar las buenas noticias porque nos nacerá del corazón (Mateo 22:37-39). ¿Cómo les mostramos compasión a nuestros hermanos que sufren o están de duelo? Claro, no podemos hacer curaciones milagrosas ni resucitar a nadie. Pero sí podemos tomar la iniciativa en expresarles nuestro interés o en ayudarles en lo que necesiten (Efesios 4:32).
“Padre, perdónalos”
16. Aun cuando estaba en el madero de tormento, ¿cómo demostró Jesús que estaba “dispuesto a perdonar”?
16 Otra forma importante en que Jesús reflejó a la perfección el amor de su Padre fue estando “dispuesto a perdonar” (Salmo 86:5). Lo hizo hasta cuando estaba agonizando en el madero. Aunque estaba clavado de pies y manos, a punto de morir de una forma tan humillante, ¿qué dijo? ¿Le pidió a Jehová que castigara a quienes lo torturaban? Al contrario; una de sus últimas frases fue: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34).b
17-19. ¿Cómo le demostró Jesús a Pedro que lo había perdonado?
17 El caso del apóstol Pedro quizás sea una prueba aún más conmovedora de que Jesús estaba dispuesto a perdonar. Está claro que Pedro quería muchísimo a Jesús. La última noche de Jesús en la Tierra, la del 14 de nisán, Pedro le dijo: “Señor, estoy listo para ir a prisión contigo y hasta para morir contigo”. Pero pocas horas después aseguró tres veces que ni siquiera lo conocía. ¿Qué pasó cuando lo negó por tercera vez? “El Señor se volvió y miró a Pedro fijamente”. Destrozado por la culpa de su pecado, el apóstol “salió afuera y lloró amargamente”. Aquel mismo día, cuando Jesús murió, es probable que Pedro se preguntara si su Señor lo había perdonado (Lucas 22:33, 61, 62).
18 Pedro no tuvo que esperar mucho la respuesta. La mañana del 16 de nisán, Jesús resucitó, y parece ser que ese mismo día lo visitó (Lucas 24:34; 1 Corintios 15:4-8). ¿Por qué tuvo Jesús ese detalle tan especial con quien lo había negado con tanta firmeza? Seguramente quería confirmarle a su amigo ya arrepentido que lo seguía queriendo y valorando. Pero hizo algo más para tranquilizar a Pedro.
19 Más tarde, Jesús se les apareció a los discípulos a la orilla del mar de Galilea. Allí, le preguntó a Pedro si lo amaba, y lo hizo tres veces, las mismas que él había negado a su Amo. A la tercera, el apóstol contestó: “Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que yo te quiero”. En realidad, como Jesús podía ver los corazones, sabía muy bien que Pedro lo quería. Pero le dio la oportunidad de que él mismo se lo confirmara. Y, lo que es más, le encargó que alimentara y pastoreara a sus ovejitas (Juan 21:15-17). Antes ya le había encargado que predicara (Lucas 5:10). Pero ahora Jesús le estaba dando la importante responsabilidad de cuidar a quienes se hicieran sus seguidores. Esto le confirmó a Pedro cuánto confiaba Jesús en él. Y poco después le dio un papel muy importante en la congregación cristiana (Hechos 2:1-41). ¡Qué alivio debió sentir Pedro al saber que Jesús lo había perdonado y aún confiaba en él!
¿Conocemos “el amor del Cristo”?
20, 21. ¿Cómo podemos “conocer el amor del Cristo” a fondo?
20 Está claro que la Palabra de Jehová describe de una manera muy hermosa el amor de Jesús. ¿Y cómo deberíamos corresponder nosotros a ese amor? La Biblia nos invita a “conocer el amor del Cristo que supera al conocimiento” (Efesios 3:19). Como hemos visto, aprendemos mucho sobre el amor de Jesús al leer en los Evangelios relatos de su vida y ministerio. Ahora bien, para “conocer el amor del Cristo” a fondo, tenemos que hacer algo más que aprender lo que dice la Biblia sobre él.
21 La palabra griega para “conocer” significa “saber de manera práctica, por la experiencia”. Para entender lo que Jesús sentía, debemos amar a los demás igual que él. ¿Cómo? Sacrificándonos por ellos, ayudándolos por compasión y perdonándolos sinceramente. Si lo hacemos, llegaremos a conocer por experiencia propia “el amor del Cristo que supera al conocimiento”. Y nunca olvidemos que, cuanto más nos parezcamos a Cristo, más nos acercaremos a quien él imitó a la perfección: nuestro amoroso Dios, Jehová.
a Esas reglas decían que había que mantener una distancia mínima de 4 codos (unos 2 metros o 6 pies) con los leprosos, o de 100 codos (unos 45 metros o 150 pies) si soplaba viento. Una obra judía, el Midrás Rabá, habla de un rabí que se escondía de ellos y de otro que los ahuyentaba tirándoles piedras. Así que los leprosos conocían muy bien el dolor de sentirse despreciados y hasta odiados.
b La primera parte de Lucas 23:34 se omite en algunos manuscritos antiguos. Pero la Traducción del Nuevo Mundo y muchas otras Biblias sí la incluyen porque aparece en muchos manuscritos confiables. Al parecer, Jesús se refería a los soldados romanos que lo torturaron. No sabían lo que hacían, pues ignoraban quién era él en realidad. También puede que estuviera pensando en los judíos que pedían su muerte pero que más tarde pondrían su fe en él (Hechos 2:36-38). Claro, muchos de los líderes religiosos que estuvieron detrás de su asesinato jamás podrían ser perdonados, pues eran mucho más culpables ya que actuaron a sabiendas y con malicia (Juan 11:45-53).
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Sigamos “el camino del amor”Acerquémonos a Jehová
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CAPÍTULO 30
Sigamos “el camino del amor”
1-3. ¿De qué disfrutaremos si imitamos a Jehová en su forma de mostrar amor?
“HAY más felicidad en dar que en recibir” (Hechos 20:35). Estas palabras de Jesús destacan una importante verdad: el que muestra amor desinteresado se hace un favor a sí mismo. Y es que recibir amor nos hace muy felices. Pero darlo, es decir, demostrarlo, nos hace todavía más felices.
2 Y nuestro Padre celestial sabe esto mejor que nadie. Como vimos en los demás capítulos de esta sección, Jehová es el mayor ejemplo de amor. Nadie más ha demostrado tanto amor ni por tanto tiempo como él. Así que no nos sorprende que a Jehová se le llame el “Dios feliz” (1 Timoteo 1:11).
3 Nuestro cariñoso Padre quiere que tratemos de imitarlo en todo, pero especialmente en mostrar amor a los demás. Efesios 5:1, 2 nos dice: “Imiten a Dios como hijos amados y sigan el camino del amor”. Si lo imitamos, disfrutaremos de la mayor felicidad: la felicidad que produce dar. También sentiremos la alegría de saber que estamos haciendo feliz a Jehová, pues en su Palabra nos anima a amarnos unos a otros (Romanos 13:8). Veamos a continuación otras razones por las que debemos seguir “el camino del amor”.
Por qué es esencial el amor
El amor nos mueve a confiar en nuestros hermanos.
4, 5. ¿Por qué es importante que les mostremos amor a nuestros hermanos?
4 ¿Por qué es importante que tratemos con amor a nuestros hermanos? En pocas palabras, porque el amor es la esencia del cristianismo verdadero. Sin amor no podríamos disfrutar de una estrecha relación con nuestros hermanos y, lo que es peor, no valdríamos nada para Jehová. Veamos cómo la Palabra de Dios nos ayuda a entender estas ideas.
5 La última noche de su vida en la Tierra, Jesús les dijo a sus discípulos: “Les doy un nuevo mandamiento: que se amen unos a otros; que, así como yo los he amado, ustedes se amen unos a otros. De este modo todos sabrán que ustedes son mis discípulos: si se tienen amor unos a otros” (Juan 13:34, 35). Al decir “así como yo los he amado”, Jesús nos manda mostrar la misma clase de amor que él mostró. Como vimos en el capítulo 29, nos dio un excelente ejemplo de amor abnegado, ya que puso las necesidades y preferencias de los demás por encima de las suyas. Nosotros también debemos demostrar esa clase de amor. Y tenemos que hacerlo de una forma tan clara que lo noten hasta quienes no le sirven a Jehová. Amar a los demás como Jesús nos amó es el sello que nos distingue como verdaderos cristianos.
6, 7. a) ¿Cómo indica la Biblia que demostrar amor es muy importante? b) ¿En qué se centran las palabras de 1 Corintios 13:4-8?
6 ¿Qué puede pasar si no tenemos amor? “Si [...] no tengo amor —dijo el apóstol Pablo—, soy como un gong que resuena o como un címbalo ruidoso” (1 Corintios 13:1). Un címbalo ruidoso y un gong que resuena producen sonidos molestos. ¡Qué ejemplos tan buenos! Y es que quien no tiene amor es como un instrumento ruidoso que nadie quiere escuchar. ¿Cómo va a tener alguien así amigos de verdad? Pablo también dijo: “Si tengo toda la fe como para mover montañas pero no tengo amor, no soy nada”. Así que, a pesar de que una persona pueda hacer cosas extraordinarias, si no tiene amor, es “inútil” para Jehová (1 Corintios 13:2; nota). ¡Qué claro lo deja la Biblia! Mostrar amor es vital.
7 ¿Y cómo lo demostramos al tratar a los demás? Veamos la respuesta en las palabras de Pablo en 1 Corintios 13:4-8. En estos versículos, el apóstol no se refiere al amor que Dios nos tiene ni al que le tenemos nosotros. Más bien, se centra en cómo podemos mostrarnos amor unos a otros. Lo hace describiendo lo que es y lo que no es el amor.
Lo que es el amor
8. ¿Cómo nos ayuda la paciencia a tener buenas relaciones con los demás?
8 “El amor es paciente”. Esto quiere decir que la persona que tiene amor soporta con paciencia a los demás (Colosenses 3:13). ¿Verdad que todos necesitamos ser pacientes? Como somos personas imperfectas que sirven a Jehová hombro a hombro, es de esperar que de vez en cuando haya algo de nuestros hermanos que nos irrite, y viceversa. Pero la paciencia nos ayuda a pasar por alto esos detalles para no dañar la paz de la congregación.
9. ¿De qué formas podemos mostrar bondad?
9 “El amor es [...] bondadoso”. La bondad se demuestra siendo serviciales y hablando con consideración. Si tenemos amor, buscaremos formas de ser bondadosos, sobre todo con los más necesitados. Por ejemplo, es posible que algún hermano mayor se sienta solo y necesite una visita que lo anime. Una hermana que cría sola a sus hijos o que vive con familiares que no son Testigos quizá necesite ayuda. Y alguien que está enfermo o pasando por un mal momento tal vez necesite las palabras de ánimo y bondad de un buen amigo (Proverbios 12:25; 17:17). Si buscamos oportunidades para mostrar bondad de estas maneras, demostramos que nuestro amor es auténtico (2 Corintios 8:8).
10. ¿Cómo nos ayuda el amor a decir la verdad y defenderla hasta cuando no sea fácil?
10 “El amor [...] se alegra con la verdad”. Y es que el amor genera el deseo de apoyar la verdad y “decirse la verdad unos a otros” (Zacarías 8:16). Por ejemplo, ¿qué haremos si un ser querido comete un pecado grave? En vez de tratar de esconder lo que hizo, justificarlo o incluso decir mentiras, nuestro amor a Jehová y a la persona nos impulsará a defender las normas de Dios. Es normal que nos cueste aceptar la realidad. Pero, si pensamos en lo que es mejor para esa persona, desearemos que reciba y acepte la disciplina que Jehová le ofrece con tanto cariño (Proverbios 3:11, 12). De hecho, el amor nos impulsa a “comportarnos con honradez en todo” (Hebreos 13:18).
11. En vista de que el amor “todo lo soporta”, ¿qué debemos tratar de hacer con las faltas de nuestros hermanos?
11 “El amor [...] todo lo soporta”. Esta frase significa literalmente que “lo cubre todo” (Sagrada Biblia, de Agustín Magaña). Como dice 1 Pedro 4:8, “el amor cubre una multitud de pecados”. Si amamos de verdad a nuestros hermanos, no iremos por ahí poniendo al descubierto sus faltas. En muchos casos, se trata de cosas sin importancia y pueden cubrirse con el amor (Proverbios 10:12; 17:9).
12. ¿Cómo mostró Pablo que pensaba bien de Filemón y que confiaba en él, y qué aprendemos de su ejemplo?
12 “El amor [...] todo lo cree”. O, según otra versión, “siempre tiende [...] a pensar bien” (El Nuevo Testamento de la Nueva Versión Internacional, 1979). Así pues, no estamos siempre sospechando de nuestros hermanos ni poniendo en duda sus intenciones. Si tenemos amor, pensaremos bien de ellos y confiaremos en ellos.a Un buen ejemplo de esto es la carta de Pablo a Filemón. El apóstol le escribió para animarlo a que recibiera amablemente a Onésimo, un esclavo suyo que se había escapado pero que ahora era cristiano. Pablo no trató de obligar a Filemón a recibir a Onésimo. Más bien, apeló a su amor. Como confiaba en que tomaría la decisión correcta, le dijo: “Estoy convencido de que me harás caso, de modo que te escribo sabiendo que harás todavía más de lo que digo” (versículo 21). Cuando el amor nos mueve a confiar de esa manera en nuestros hermanos, sacamos lo mejor de ellos.
13. ¿Cómo podemos demostrarles a nuestros hermanos que esperamos que les vaya lo mejor posible?
13 “El amor [...] todo lo espera”. Si tenemos amor, no solo esperaremos lo mejor de nuestros hermanos, sino que esperaremos que les vaya lo mejor posible. Por ejemplo, si uno de ellos “da un paso en falso sin darse cuenta”, esperamos que escuche a quienes, con cariño, tratarán de corregirlo (Gálatas 6:1). También esperamos que los que están débiles espiritualmente se recuperen. Somos pacientes con ellos y hacemos lo posible para ayudarles a fortalecer su fe (Romanos 15:1; 1 Tesalonicenses 5:14). Hasta cuando alguien querido deja a Jehová, no perdemos la esperanza. Igual que le pasó al hijo pródigo de la parábola de Jesús, esperamos que un día recapacite y vuelva a Jehová (Lucas 15:17, 18).
14. ¿Qué situaciones puede que tengamos que aguantar en la congregación, y cómo nos ayudará el amor a aguantarlas?
14 “El amor [...] todo lo aguanta”. El aguante nos ayuda a mantenernos firmes a pesar de las decepciones y dificultades. A veces, no solo tenemos que aguantar problemas fuera de la congregación, sino también dentro de ella. Por culpa de la imperfección, quizá nuestros hermanos nos decepcionen en alguna ocasión. Por ejemplo, puede que alguien nos lastime con un comentario fuera de lugar (Proverbios 12:18). O tal vez un asunto de la congregación no se atienda como nos gustaría. Quizá nos parezca que la conducta de un hermano respetado no está bien y nos preguntemos: “¿Cómo puede un cristiano hacer eso?”. Si algo así nos pasa, ¿nos alejaremos de la congregación y dejaremos de servir a Jehová? Cuando tenemos amor, no dejamos que los errores de un hermano nos impidan ver las cosas buenas de él o del resto de la congregación. Más bien, sin importar lo que haga o diga una persona imperfecta como nosotros, el amor nos ayudará a seguir sirviéndole fielmente a Jehová y a apoyar a la congregación (Salmo 119:165).
Lo que no es el amor
15. ¿Qué son los celos, y cómo nos ayuda el amor a luchar contra este sentimiento destructivo?
15 “El amor no es celoso”. Una persona celosa puede acabar envidiando lo que otros tienen, como sus pertenencias, sus habilidades o los regalos que Jehová les ha dado. Los celos son un sentimiento egoísta y destructivo que, si no se controla, podría alterar la paz de la congregación. ¿Qué nos ayudará a luchar contra esta tendencia? (Santiago 4:5). El amor, pues gracias a esta preciosa cualidad, nos alegraremos por quienes disfruten de cosas que quizá nosotros no tengamos (Romanos 12:15). Y no nos molestaremos si los demás reciben reconocimiento por sus habilidades o logros.
16. Si de verdad amamos a nuestros hermanos, ¿por qué no andaremos presumiendo de lo que hacemos por Jehová?
16 “El amor [...] no presume, no es arrogante”. Si tenemos amor, no presumiremos de nuestras habilidades o logros. Cuando de veras queremos a nuestros hermanos, no vamos presumiendo de lo bien que nos va en el ministerio o de nuestras responsabilidades en la congregación. ¿Verdad que nunca lo haríamos? Si lo hiciéramos, podríamos desanimar a otros y hacerlos sentir inferiores. Así que, si amamos a los hermanos, ¿cómo vamos a andar presumiendo de lo que hacemos por Jehová? Al fin y al cabo, es él quien nos da el privilegio de servirle (1 Corintios 3:5-9). Además, la persona que ama tampoco es arrogante “ni se cree más que nadie”, como dice la Biblia en Lenguaje Sencillo. El amor impide que nos sobrevaloremos (Romanos 12:3).
17. Si tenemos amor, ¿cómo trataremos a los demás, y qué clase de comportamiento evitaremos?
17 “El amor [...] no se porta de forma indecente”. Portarse indecentemente es una falta de respeto hacia otros. También es una falta de amor, porque quien se porta así no se preocupa por los sentimientos y el bienestar de los demás. En cambio, quien tiene amor es amable y se preocupa de verdad por otros. Además, tiene buenos modales, demuestra que respeta a los hermanos y hace feliz a Jehová con su conducta. El amor impedirá que tengamos un “comportamiento vergonzoso”, o sea, que hagamos algo que ofenda o escandalice a nuestros hermanos (Efesios 5:3, 4).
18. ¿Por qué no trata de salirse con la suya la persona que de verdad ama a los demás?
18 “El amor [...] no busca sus propios intereses”. O, según la Nueva Traducción Viviente, “no exige que las cosas se hagan a su manera”. Quien tiene amor no insiste en salirse con la suya, como si nunca se equivocara. Tampoco presiona ni manipula a quienes piensan diferente para que le den la razón. Alguien que se empeña en que las cosas se hagan a su modo demuestra que es orgulloso, y la Biblia dice que “el orgullo viene antes de estrellarse” (Proverbios 16:18). Cuando de veras amamos a nuestros hermanos, respetamos sus opiniones y, siempre que es posible, estamos dispuestos a ceder. Si tenemos esta actitud, estaremos siguiendo este consejo de Pablo: “Que nadie busque su propio beneficio, sino el de los demás” (1 Corintios 10:24).
19. ¿Cómo contribuye el amor a que reaccionemos bien cuando nos ofenden?
19 “El amor [...] no se irrita con facilidad. No lleva cuenta del daño”. Quien tiene amor no se irrita fácilmente por lo que digan o hagan los demás. Claro, es natural molestarse cuando nos lastiman. Pero, hasta si tenemos razones válidas para ofendernos, el amor impide que sigamos enojados (Efesios 4:26, 27). No apuntamos a nadie en una lista negra ni vamos sumando sus ofensas. Al contrario, el amor nos mueve a imitar a Jehová, que es todo amor. Como vimos en el capítulo 26, él perdona siempre que hay buenas razones para hacerlo. Dios no va guardando nuestros errores para después echárnoslos en cara. Cuando perdona, olvida. ¡Menos mal que Jehová nunca lleva cuenta del daño!
20. ¿Cómo deberíamos reaccionar si un hermano comete un error grave y tiene que pagar las consecuencias?
20 “El amor [...] no se alegra por la injusticia”. Otras versiones dicen que quien tiene amor “no se alegra del pecado de otros” (Dios llega al hombre, 1966) o “que no aplaude a los malvados” (Biblia en Lenguaje Sencillo). Y, como el amor no “aplaude” las injusticias, no hacemos la vista gorda si alguien comete un error grave. Ahora bien, ¿cómo reaccionaremos si un cristiano comete un pecado y tiene que pagar las consecuencias? Si tenemos amor, no nos alegraremos ni pensaremos: “Se lo buscó, ¡ahora que se aguante!” (Proverbios 17:5). Pero, cuando un hermano da los pasos necesarios para recuperarse de una caída, nos sentimos muy felices.
“Un camino superior”
21-23. a) ¿Qué quiso decir Pablo cuando dijo que “el amor nunca falla”? b) ¿De qué hablaremos en el último capítulo?
21 “El amor nunca falla”. ¿Qué quiere decir esto? El contexto deja claro que Pablo estaba hablando de los dones del espíritu que tenían los primeros cristianos. Con esos dones, Jehová estaba demostrando su apoyo a la recién formada congregación cristiana. Claro, no todos podían hacer curaciones, profetizar o hablar en lenguas. Pero eso en realidad no importaba, pues aquellos dones milagrosos desaparecerían más tarde. Con todo, habría algo que no desaparecería, algo que todos los cristianos debemos cultivar, algo aún más importante y que duraría mucho más que aquellos dones. De hecho, Pablo lo llamó “un camino superior” (1 Corintios 12:31). ¿A qué se refería? Al camino del amor.
22 Y es que el amor cristiano del que habló Pablo “nunca falla”, es decir, nunca terminará. Hasta el día de hoy, lo que identifica a los cristianos verdaderos es el amor desinteresado que se tienen entre sí. ¿Verdad que ese amor se ve en las congregaciones de los testigos de Jehová de todo el mundo? Y, como Jehová les promete vida eterna a sus siervos fieles, este amor durará para siempre (Salmo 37:9-11, 29). Por lo tanto, no dejemos de hacer todo lo posible por seguir “el camino del amor”. Si lo hacemos, disfrutaremos de la mayor felicidad: la felicidad que produce dar. Y, lo que es más, podremos vivir para siempre y así reflejar amor por toda la eternidad igual que nuestro cariñoso Padre, Jehová.
Los siervos de Jehová se distinguen por el amor que se tienen.
23 En esta publicación, hemos aprendido mucho sobre las cualidades más sobresalientes de Jehová. Hemos visto lo mucho que nos benefician su poder, su justicia, su sabiduría y, sobre todo, su amor. Como vimos en este capítulo, hay muchas formas en las que podemos demostrarnos amor unos a otros. Pero ahora nos toca preguntarnos: “¿Cómo le puedo demostrar a Jehová que de veras lo amo?”. De eso hablaremos en el último capítulo.
a Esto no significa que tener esa clase de amor es creérselo todo. La Biblia nos dice: “Les ruego con firmeza que vigilen a los que crean divisiones y obstáculos [...], y que los eviten” (Romanos 16:17).
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“Acérquense a Dios y él se acercará a ustedes”Acerquémonos a Jehová
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CAPÍTULO 31
“Acérquense a Dios y él se acercará a ustedes”
1-3. a) Al ver a unos padres jugando con su bebé, ¿qué aprendemos sobre la forma en que estamos hechos? b) ¿Cómo vamos aprendiendo a responder al amor que se nos muestra, y qué importante pregunta deberíamos hacernos?
A LOS padres les encanta ver sonreír a su bebé. Es muy común que se acerquen a su carita, le hagan ruiditos y sonrían. Quieren ver su reacción. Después de un rato, su bebé les regala una preciosa sonrisa. ¡Qué momento tan emocionante! Y es que esta es la forma en que el bebé empieza a responder al amor que sus padres le muestran.
2 La sonrisa del bebé nos trae a la mente una verdad fundamental sobre el ser humano: cuando recibimos amor, nos sale dar amor. Al fin y al cabo, así es como estamos hechos (Salmo 22:9). Conforme vamos creciendo, aprendemos distintas maneras de demostrarles amor a quienes nos aman. Seguramente usted recuerde el cariño con que sus padres, familiares o amigos lo trataron cuando era un niño. Ese cariño hizo que usted sintiera lo mismo por ellos. Y, como resultado, empezó a demostrarles su amor con acciones. Ahora bien, ¿pasa lo mismo en su relación con Jehová?
3 La Biblia dice: “Nosotros amamos porque él nos amó primero” (1 Juan 4:19). En las primeras tres secciones vimos que Jehová usa su poder, justicia y sabiduría con amor porque quiere que usted se beneficie de esas cualidades. Y en la sección 4 vimos que, por amor, él ha hecho cosas extraordinarias por la humanidad en general y por usted en particular. Ahora a cada uno le toca hacerse una pregunta, quizá la más importante: “¿Cómo responderé yo al amor de Jehová?”.
Qué significa amar a Dios
4. ¿Qué creen muchas personas sobre lo que significa amar a Dios?
4 Jehová le dio origen al amor y sabe muy bien que el amor saca lo mejor de cada uno. A pesar de que la mayoría de los seres humanos le han dado la espalda, él siempre ha tenido la esperanza de que algunos respondan a su amor. Y millones sí lo han hecho. Por desgracia, las religiones de este mundo malvado han enseñado mentiras sobre lo que significa amar a Dios. De hecho, mucha gente afirma que lo ama, pero al parecer creen que es suficiente con solo decirlo. Claro, quizás así empecemos a expresarle amor a Dios, así como los bebés empiezan expresando su amor con una sonrisa. Pero se espera que con el tiempo se lo demostremos de otras maneras.
5. ¿En qué consiste “el amor a Dios”, y por qué es eso bueno para nosotros?
5 Jehová mismo nos explica lo que significa amarlo. En 1 Juan 5:3 la Biblia dice: “El amor a Dios consiste en esto: en que obedezcamos sus mandamientos”. Así que el amor a Dios se demuestra con acciones. Es cierto que a muchos no les atrae la idea de obedecer, pero el versículo añade: “Sus mandamientos no son una carga”. ¿No nos conmueve esto? Los principios y las leyes de Jehová no son para oprimirnos, sino para beneficiarnos (Isaías 48:17, 18). La Biblia nos da muchas ideas que nos ayudan a acercarnos a Dios. Veamos tres: comunicarnos con él, adorarlo e imitarlo.
Comunicarnos con Jehová
6-8. a) ¿Cómo podemos escuchar a Jehová? b) Al leer la Biblia, ¿cómo podemos vivir lo que leemos?
6 El capítulo 1 empieza con la pregunta: “¿Se imagina conversando con Dios?”. Como vimos, no es una fantasía. De hecho, Moisés tuvo una conversación con Dios. Pero, en la actualidad, ¿cómo se comunica Jehová con nosotros? Aunque ya no envía a sus ángeles a hablar con los seres humanos, sí utiliza excelentes medios para comunicarse con nosotros. Entonces, ¿cómo nos habla Jehová y cómo podemos escucharlo?
7 Sabemos que “toda la Escritura está inspirada por Dios” (2 Timoteo 3:16). Jehová nos habla mediante su Palabra, y lo escuchamos cuando la leemos. Por eso el salmista animó a los siervos de Jehová a leerla “día y noche” (Salmo 1:1, 2). Claro, esto requiere esfuerzo, pero bien vale la pena. Como vimos en el capítulo 18, la Biblia es una carta muy valiosa de nuestro Padre celestial. Así que leerla no debería ser una carga; tenemos que vivir lo que leemos. ¿Y cómo se hace eso?
8 Pues bien, visualizando los relatos mientras los leemos. Recuerde que los personajes bíblicos eran gente real. Así que averigüe todo lo que pueda sobre ellos —su origen, sus circunstancias, sus motivos— para imaginarse cómo eran. Luego, reflexione en lo que haya leído y hágase preguntas, como por ejemplo: “¿Qué me enseña sobre Jehová este pasaje? ¿Qué cualidades de él se destacan aquí? ¿Qué principios quiere enseñarme Jehová, y cómo puedo aplicarlos en mi vida?”. Si lee la Biblia, reflexiona en ella y aplica lo que aprende, verá por usted mismo el poderoso efecto de la Palabra de Dios (Salmo 77:12; Santiago 1:23-25).
9. ¿Quién es “el esclavo fiel y prudente”, y por qué es importante que lo escuchemos con atención?
9 Jehová también nos habla mediante “el esclavo fiel y prudente”. Jesús predijo que ese grupito de cristianos ungidos se encargaría de preparar “alimento al tiempo debido” en estos difíciles últimos días (Mateo 24:45-47). Y ese alimento espiritual lo recibimos mediante las reuniones de la congregación, las asambleas y las publicaciones que el esclavo fiel prepara para ayudarnos a entender la Biblia. Como Jesús es el Amo, hacemos bien en tomar en serio esta advertencia del propio Jesús: “Fíjense bien en cómo escuchan” (Lucas 8:18). Por eso escuchamos con atención al esclavo fiel, pues Jehová lo usa para comunicarse con nosotros.
10-12. a) ¿Por qué es la oración un maravilloso regalo de Jehová? b) ¿Cómo podemos orarle a Jehová de una manera que le agrade, y por qué estamos seguros de que a él le gusta escucharnos?
10 Ahora bien, ¿es posible hablar con Jehová? ¿Cómo podemos hacerlo? Sin duda esta idea impone respeto. Si quisiéramos hablar con la máxima autoridad del país para contarle nuestros problemas, ¿qué probabilidades habría de conseguirlo? En algunos casos, hasta intentarlo sería peligroso. Pensemos en la época de Ester y Mardoqueo. Quien se presentara ante el rey de Persia para hablarle sin que él lo llamara se arriesgaba a que lo mataran (Ester 4:10, 11). Ahora piense en la idea de hablar con el Señor Soberano del universo. En comparación con él, hasta los seres humanos más poderosos “parecen saltamontes” (Isaías 40:22). Entonces, ¿debería darle miedo hablar con él? No, para nada.
11 Jehová nos regaló un medio muy sencillo para hablar con él de manera abierta: la oración. Incluso los pequeñitos pueden hablarle a Dios si lo hacen con fe y en el nombre de Jesús (Juan 14:6; Hebreos 11:6). En nuestras oraciones, podemos contarle a Jehová nuestros pensamientos y sentimientos más íntimos y profundos. Y hasta podemos comunicarle los que son tan complejos o dolorosos que nos cuesta expresar con palabras (Romanos 8:26). Jehová no quiere que tratemos de impresionarlo con oraciones largas y llenas de palabras difíciles o rimbombantes (Mateo 6:7, 8). Pero tampoco limita el tiempo ni la frecuencia de nuestras oraciones. De hecho, su Palabra nos invita: “Oren constantemente” (1 Tesalonicenses 5:17).
12 Recordemos que Jehová es “el que escucha las oraciones”, y lo hace con verdadera empatía (Salmo 65:2). Pero ¿escucha las oraciones de sus siervos por pura obligación? No, al contrario, lo hace con mucho gusto. Su Palabra compara las oraciones al incienso que, al quemarse, desprendía un aroma agradable y relajante que subía hasta él (Salmo 141:2; Apocalipsis 5:8; 8:4). ¿No nos anima saber que nuestras oraciones sinceras suben al Señor Soberano y le agradan? Pues, si queremos acercarnos a Jehová, tenemos que orarle humildemente y varias veces al día. Abrámosle nuestro corazón (Salmo 62:8). Contémosle nuestras preocupaciones y alegrías. Démosle gracias y alabémoslo. Así, nuestra amistad con él se irá haciendo cada vez más fuerte.
Adorar a Jehová
13, 14. ¿Qué implica adorar a Jehová, y por qué merece que lo adoremos?
13 Ahora bien, comunicarnos con Jehová no es tan solo hablar y escuchar, como se hace con los amigos o familiares. En realidad, es parte de nuestra adoración a él, una forma en que le demostramos el profundo respeto que tanto merece. Y es que la adoración verdadera es el centro de nuestra vida, y gracias a ella podemos expresarle a Dios amor y devoción incondicionales. Además, nos une a todos los siervos fieles de Jehová, tanto en el cielo como en la Tierra. En una visión, el apóstol Juan oyó a un ángel anunciando este mandato: “Adoren al que hizo el cielo, la tierra, el mar y los manantiales” (Apocalipsis 14:7).
14 ¿Por qué debemos adorar a Dios? Pensemos en las cualidades que ya vimos, como su santidad, poder, autocontrol, justicia, valor, misericordia, sabiduría, humildad, amor, compasión, lealtad y bondad. Él muestra al mayor grado posible todas estas bellas cualidades. Cuando las estudiamos en conjunto, nos damos cuenta de que él es más que alguien importante que causa admiración. Su gloria no tiene comparación, y él es infinitamente superior a nosotros (Isaías 55:9). Está claro: Jehová es el legítimo Soberano y merece que lo adoremos. ¿Cómo debemos hacerlo?
15. ¿Cómo podemos adorar a Jehová “con espíritu y con verdad”, y qué oportunidad nos ofrecen las reuniones cristianas?
15 Jesús dijo: “Dios es un espíritu, y los que lo adoran tienen que adorarlo con espíritu y con verdad” (Juan 4:24). Para adorar a Dios “con espíritu”, debemos contar con su espíritu y dejarnos guiar por él. Además, nuestra adoración debe basarse en la verdad, o sea, en el conocimiento exacto que encontramos en la Biblia. Y una maravillosa oportunidad de adorar a Jehová “con espíritu y con verdad” es reuniéndonos con nuestros hermanos de la congregación (Hebreos 10:24, 25). Cuando le cantamos alabanzas a Jehová, le oramos unidos, escuchamos la información bíblica que se da en las reuniones y participamos en ellas, lo adoramos como él quiere y le demostramos cuánto lo queremos.
Asistir a las reuniones para adorar a Jehová es un placer.
16. ¿Qué importantísimo mandato hemos recibido los cristianos verdaderos, y por qué sentimos tantas ganas de obedecerlo?
16 Hablar de Jehová con los demás es otra forma de adorarlo y alabarlo públicamente (Hebreos 13:15). De hecho, predicar las buenas noticias del Reino es uno de los mandatos más importantes para los cristianos verdaderos (Mateo 24:14). Y lo obedecemos con entusiasmo por amor a Jehová. Al pensar en las mentiras de Satanás, ¿no sentimos un deseo intenso de defender a Jehová y ser sus Testigos? Y es que “el dios de este sistema les ha cegado la mente” a los no creyentes (2 Corintios 4:4; Isaías 43:10-12). Además, al pensar en las maravillosas cualidades de nuestro Padre, ¿verdad que también sentimos un deseo muy fuerte de hablarles de él a los demás? La verdad es que no hay mayor honor que ayudarles a conocerlo y amarlo como nosotros.
17. ¿Qué abarca la adoración a Jehová, y por qué debemos adorarlo con integridad?
17 Pero adorar a Jehová implica todavía más. En realidad, abarca todos los ámbitos de nuestra vida (Colosenses 3:23). Si de verdad aceptamos a Jehová como Soberano, todo lo que hagamos —en la familia, en el trabajo, en las relaciones personales y cuando estamos a solas— estará de acuerdo con su voluntad. Por eso nos esforzaremos por servirle “con un corazón completo”, o sea, con integridad (1 Crónicas 28:9). Esto impedirá que tengamos un corazón dividido o que llevemos una doble vida, es decir, que demos la impresión de estar adorando a Jehová pero al mismo tiempo hagamos a escondidas cosas que él odia. Eso sería hipócrita de nuestra parte. Como amamos a Jehová, la simple idea de hacer algo así nos da asco. Y el temor a Dios, el profundo respeto que sentimos por él, también nos ayudará a servirle con un corazón completo. De hecho, la Biblia relaciona este temor con la amistad íntima con Jehová (Salmo 25:14).
Imitar a Jehová
18, 19. ¿Por qué es realista pensar que simples humanos imperfectos podemos imitar a Jehová Dios?
18 El último capítulo de cada sección de este libro invita a los cristianos a que “imiten a Dios como hijos amados” (Efesios 5:1). Nunca olvidemos que, aunque seamos imperfectos, podemos seguir el ejemplo que nos da Jehová al usar el poder, practicar la justicia, actuar con sabiduría y demostrar amor. ¿Cómo sabemos que realmente podemos hacerlo? Recordemos que el significado del nombre de Dios nos enseña que él puede llegar a ser lo que él decida para que sus propósitos se cumplan. Bueno, esto es impresionante. Pero ¿qué tiene que ver con nosotros?
19 Estamos hechos a la imagen de Dios (Génesis 1:26). Y eso nos hace diferentes de los demás seres vivos. No somos esclavos del instinto, la genética o el ambiente en que crecemos. En vez de eso, Jehová nos regaló la libertad de decisión. A pesar de nuestras limitaciones e imperfecciones, tenemos la libertad de decidir lo que llegaremos a ser. Además, recordemos que el nombre de Dios también implica que él puede hacer que sus siervos lleguen a ser lo que él decida. Así que, si queremos usar bien nuestro poder, ser justos, ser sabios y mostrar amor, podemos conseguirlo gracias al espíritu de Jehová. ¿Y qué lograremos?
20. ¿Qué lograremos si imitamos a Jehová?
20 Cada uno de nosotros logrará hacer feliz a Jehová y alegrar su corazón (Proverbios 27:11). De hecho, como Jehová entiende nuestras limitaciones, usted puede llegar a agradarle en todo (Colosenses 1:9, 10). Además, conocer cada vez más a su amado Padre e imitar sus cualidades le dará una maravillosa oportunidad: llevar la luz de la verdad a las personas que están sumidas en la oscuridad porque no conocen a Dios (Mateo 5:1, 2, 14). Al reflejar las hermosas cualidades de Jehová, ayudará a otros a ver lo maravilloso que es Dios. ¡Qué privilegio!
“Acérquense a Dios y él se acercará a ustedes”
Acerquémonos cada día más a Jehová.
21, 22. ¿Por qué puede decirse que todos los que aman a Jehová están en un viaje que nunca terminará?
21 Esta sencilla idea de Santiago 4:8 no es algo que buscamos, logramos y..., ya está. Más bien, es como un viaje que, si seguimos fieles, nunca terminará. Y es que siempre vamos a estar aprendiendo cosas nuevas de Jehová, y por eso siempre seguiremos acercándonos cada vez más a él. No deberíamos pensar que este libro nos enseña todo lo que se puede saber sobre Dios. En realidad apenas hemos comenzado a analizar lo que la Biblia dice de él. Y ni siquiera la Biblia nos enseña todo sobre Jehová. Piénselo: el apóstol Juan dijo que, si alguna vez se escribieran todas las cosas que Jesús hizo durante su ministerio en la Tierra, “el mundo mismo no podría contener los rollos que se escribirían” (Juan 21:25). ¡Pues ahora imagínese cuánto podría decirse de su Padre!
22 Ni siquiera la vida eterna será suficiente para aprenderlo todo sobre Jehová (Eclesiastés 3:11). Pensemos en el futuro que tenemos por delante. Cuando hayamos vivido cientos, miles, millones o incluso billones de años, sabremos mucho más sobre Jehová que en la actualidad. Pero aun así veremos que nos quedan muchísimas cosas maravillosas que aprender sobre él. Y nunca nos cansaremos de seguir conociéndolo mejor. Al contrario, sentiremos el mismo entusiasmo por aprender de Jehová que el salmista, que dijo: “Acercarme a Dios es bueno para mí” (Salmo 73:28). No podemos ni imaginarnos lo increíble y variada que será la vida en el Paraíso. Pero, de todo lo que hagamos allí, lo más bonito será acercarnos cada día más a Jehová.
23. ¿Qué sería bueno que hiciéramos desde ahora?
23 En conclusión, demuestre desde ahora que agradece el amor de Dios. ¿Cómo? Amándolo con todo su corazón, alma, mente y fuerzas (Marcos 12:29, 30). Ámelo con lealtad y constancia. Cuando tome decisiones cada día —ya sean grandes o pequeñas—, tenga siempre el objetivo de que su amistad con Jehová sea cada vez más fuerte. Pero, por encima de todo, acérquese cada vez más a Jehová y que él se acerque cada vez más a usted. ¡Que esto sea así por toda la eternidad!
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El “poder tan impresionante” de JehováAcerquémonos a Jehová
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SECCIÓN 1
El “poder tan impresionante” de Jehová
En esta sección analizaremos algunos relatos bíblicos que demuestran el poder de Jehová para crear, destruir, proteger y restaurar. Comprobar que “su energía dinámica es tan inmensa y su poder tan impresionante” nos llenará de valor y esperanza (Isaías 40:26).
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“Jehová ama la justicia”Acerquémonos a Jehová
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SECCIÓN 2
“Jehová ama la justicia”
El mundo está lleno de injusticias, y muchas veces se cae en el error de culpar a Dios. La Biblia, sin embargo, nos enseña una verdad que nos alivia: “Jehová ama la justicia” (Salmo 37:28). En esta sección aprenderemos cómo ha demostrado él lo ciertas que son estas palabras y cómo esto a su vez nos da esperanza.
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“Tiene un corazón sabio”Acerquémonos a Jehová
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SECCIÓN 3
“Tiene un corazón sabio”
La verdadera sabiduría es uno de los tesoros más valiosos que usted podría buscar. Jehová es la única fuente de esa sabiduría. En esta sección aprenderemos más detalles sobre la infinita sabiduría de Dios. Job, su fiel siervo, lo describió así: “Él tiene un corazón sabio” (Job 9:4).
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“Dios es amor”Acerquémonos a Jehová
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SECCIÓN 4
“Dios es amor”
De todas las cualidades de Jehová, el amor es la que más sobresale y la que más nos atrae a él. Al ir aprendiendo más sobre la forma en que Jehová demuestra esta hermosa cualidad, comprenderemos mejor por qué dice la Biblia que “Dios es amor” (1 Juan 4:8).
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